Está en la página 1de 7

La OMS define la salud mental como “un estado de bienestar en el que el individuo realiza sus

capacidades, supera el estrés normal de la vida, trabaja de forma productiva y fructífera, y aporta algo a
su comunidad” (OMS: 2013, p. 9).

 Sentimientos de tristeza o desánimo

 Pensamientos confusos o capacidad reducida de concentración

 Preocupaciones o miedos excesivos o sentimientos intensos de culpa

 Altibajos y cambios radicales de humor

 Alejamiento de las amistades y de las actividades

 Cansancio importante, baja energía y problemas de sueño

 Desconexión de la realidad (delirio), paranoia o alucinaciones

 Incapacidad para afrontar los problemas o el estrés de la vida diaria

 Problemas para comprender y relacionar las situaciones y las personas

 Problemas con el uso de alcohol o drogas

 Cambios importantes en los hábitos alimentarios

 Cambios en el deseo sexual

 Exceso de enojo, hostilidad o violencia

 En el peor de los casos Pensamiento suicida


A veces, los síntomas de un trastorno de salud mental aparecen como problemas físicos, como
dolor de estómago, dolor de espalda, dolores de cabeza u otros dolores y molestias
inexplicables.

F actores genéticos
Los factores genéticos que contribuyen al desarrollo de trastornos mentales son, entre otros:

 Regulación epigenética: la epigenética afecta la forma en que una persona reacciona a


los factores ambientales y puede afectar la probabilidad de que esa persona desarrolle un
trastorno mental como consecuencia de ello. La epigenética no es constante a lo largo del
tiempo. Esto significa que un gen no está siempre activo o inactivo. Debe existir la
combinación adecuada de factores ambientales y regulación epigenética para que se
desarrolle un trastorno mental.
 Polimorfismos genéticos: estos cambios en nuestro ADN nos hacen únicos como
individuos. Un polimorfismo por sí solo no provocará el desarrollo de un trastorno
mental. Sin embargo, la combinación de uno o más polimorfismos específicos y
determinados factores ambientales pueden provocar el desarrollo de un trastorno mental. 
 Cambios de un solo gen: son poco comunes

Los trastornos mentales en los niños se describen como cambios serios en


la forma habitual de aprender, comportarse o manejar las emociones, lo
cual causa angustia y problemas en las actividades diarias.
 Los profesionales de la salud utilizan las directrices de la quinta edición del
“Manual diagnóstico y estadístico” de la Asociación Estadounidense de
Siquiatría (DSM-5) , para ayudar a diagnosticar los trastornos de la salud
1

mental en los niños.


 Ansiedad

Cuando los niños no superan los miedos y las preocupaciones típicos de los niños
pequeños, o cuando los miedos y las preocupaciones son tantos que interfieren
con las actividades escolares, en la casa o en el juego, puede que se diagnostique
un trastorno de ansiedad. Ejemplos de los distintos tipos de trastornos de
ansiedad incluyen los siguientes:

 Sentir miedo al estar separado de los padres (ansiedad de separación).


 Sentir un miedo extremo acerca de una situación o algo específico, como
los perros, insectos o ir al doctor (fobias).
 Sentir mucho miedo de la escuela o de otros lugares donde haya personas
(ansiedad social).
 Estar muy preocupado por el futuro y acerca de que sucedan cosas malas
(ansiedad general).
 Presentar reiterados episodios de miedo intenso, repentino e inesperado,
que se producen con síntomas como palpitaciones del corazón o dificultad
para respirar, o sentirse mareado, tembloroso o sudoroso (trastorno de
pánico).
La ansiedad puede presentarse en forma de miedo o preocupación, pero también
puede hacer que los niños estén irritables y enfadados. Los síntomas de la
ansiedad también pueden incluir problemas para dormir, además de síntomas
físicos como fatiga, dolores de cabeza o dolores de estómago. Algunos niños
ansiosos no comunican sus preocupaciones y, por lo tanto, los síntomas pueden
pasar desapercibidos.

Las afecciones relacionadas incluyen el trastorno obsesivo-compulsivo y


el trastorno por estrés postraumático.

Depresión
Sentirse triste o desesperanzado en algunas ocasiones es parte de la vida de
todos los niños. Sin embargo, algunos niños se sienten tristes o sin interés en las
cosas que antes solían disfrutar, o se sienten indefensos o desesperanzados en
situaciones en las que podrían hacer algo para cambiarlas. Cuando el niño siente
tristeza y desesperanza persistentes, puede que se diagnostique depresión.

Ejemplos de comportamientos que a menudo se observan en niños que están


deprimidos incluyen los siguientes:

 Sentirse triste, desesperanzado o irritable la mayor parte del tiempo.


 No querer hacer cosas divertidas ni disfrutarlas cuando se hacen.
 Cambios en los patrones de alimentación: comer mucho más o mucho
menos de lo habitual.
 Cambios en los patrones del sueño: dormir mucho más o mucho menos de
lo normal.
 Cambios en el nivel de energía: sentirse cansado y sin fuerzas o tenso e
inquieto la mayor parte del tiempo.
 Tener dificultad para prestar atención.
 Sentirse despreciable, inútil o culpable.
 Comportamientos autodestructivos o querer autolesionarse.
Trastorno de oposición desafiante

Cuando los niños se portan mal en forma persistente, de tal manera que causan
serios problemas en la casa, la escuela o con los compañeros, puede que reciban
el diagnóstico de trastorno de oposición desafiante (TOD). El trastorno de
oposición desafiante generalmente comienza antes de los 8 años de edad, pero
no después de los 12 años. Los niños con trastorno de oposición desafiante
tienen más probabilidades de presentar una actitud desafiante o de oposición
con las personas más conocidas, como los miembros de la familia, las personas
que los cuidan habitualmente o los maestros. Los niños con trastorno de
oposición desafiante muestran esos comportamientos más a menudo que otros
niños de la misma edad.

Ejemplos de trastorno de oposición desafiante incluyen los siguientes:

 Estar enfadado o perder los estribos a menudo.


 Discutir con adultos o negarse a cumplir sus reglas o pedidos a menudo.
 Mostrarse resentido o rencoroso a menudo.
 Molestar a otros en forma deliberada o molestarse con otras personas.
 Culpar a la gente a menudo por los propios errores o mal comportamiento.
Trastorno de la conducta
El trastorno de la conducta (TC) se diagnostica cuando el niño muestra un patrón
continuo de agresión hacia otras personas, y graves violaciones de las reglas y
normas sociales en la casa, la escuela y con los compañeros. Estas violaciones de
las reglas pueden implicar quebrantar la ley y, como consecuencia, ser arrestado.
Los niños con trastorno de la conducta tienen más probabilidades de lesionarse y
quizás tengan dificultades para llevarse bien con los compañeros.

Ejemplos de comportamientos del trastorno de la conducta incluyen los


siguientes:

 Violar reglas importantes, como escaparse de la casa, quedarse fuera de la


casa por la noche sin permiso o faltar a la escuela.
 Ser agresivo de tal manera que cause daño, como al acosar a otros niños o
compañeros, al pelear o ser cruel con los animales.
 Mentir, robar o dañar las pertenencias de otras personas a propósito.
Tratamiento para los trastornos de comportamiento perturbador
Es importante iniciar el tratamiento en forma temprana. El tratamiento es más
eficaz si se adapta a las necesidades del niño y la familia en particular. El primer
paso del tratamiento es hablar con un proveedor de atención médica. Puede que
se necesite una evaluación integral realizada por un profesional de la salud
mental a fin de determinar el diagnóstico correcto. Algunos de los signos de
problemas de conducta —como no seguir las reglas en la escuela— pueden
relacionarse con problemas de aprendizaje que quizás necesiten una intervención
adicional. En el caso de los niños pequeños, el tratamiento con evidencia
científica más sólida es la capacitación de los padres en terapia del
comportamiento o conductual. En esta capacitación, el terapeuta ayuda a los
padres a aprender formas eficaces de reaccionar al comportamiento del niño y de
fortalecer la relación padre-hijo. En el caso de los niños en edad escolar y los
adolescentes, un tratamiento eficaz que se usa a menudo es una combinación de
capacitación y terapia que incluye al niño, la familia y la escuela.

Las personas con el TDAH pueden tener problemas para


prestar atención, controlar conductas impulsivas (podrían
actuar sin pensar en el resultado de sus acciones) o pueden
ser demasiado activos. Aunque el TDAH no tiene cura, se
puede controlar eficazmente y algunos síntomas pueden
mejorar a medida que el niño va creciendo.

l síndrome de Tourette (TS, por sus siglas en inglés) causa que las personas
tengan “tics”, los cuales son espasmos, movimientos o sonidos frecuentes y
repentinos. Las personas que tienen tics no pueden controlarlos
voluntariamente.
Síntomas
Tener trastorno obsesivo-compulsivo significa tener obsesiones, compulsiones o
ambas cosas.

Ejemplos de comportamientos obsesivos o compulsivos incluyen los siguientes:

 Tener pensamientos, impulsos o imágenes mentales no deseados que


ocurren una y otra vez y que causan ansiedad o angustia.
 Tener que pensar en algo o decir algo una y otra vez (por ejemplo, contar o
repetir palabras una y otra vez en silencio o en voz alta).
 Tener que hacer algo una y otra vez (por ejemplo, lavarse las manos,
colocar cosas en un orden específico o revisar las mismas cosas una y otra
vez como, por ejemplo, ver si la puerta está cerrada con llave).
 Tener que hacer algo una y otra vez de acuerdo con ciertas reglas que
deben ser respetadas de manera exacta para hacer que la obsesión
desaparezca.
Los niños tienen estos comportamientos porque sienten que de esa manera
prevendrán acontecimientos malos o harán que se sientan mejor. Sin embargo, el
comportamiento no está conectado normalmente a un peligro real o a algo malo
que esté sucediendo o, a su vez, el comportamiento es extremo, como lavarse las
manos varias veces en una hora.
Un mito común es que el trastorno obsesivo-compulsivo significa que la persona
es sumamente limpia y ordenada. En ocasiones, los comportamientos obsesivos-
compulsivos pueden estar relacionados con la limpieza, pero muchas veces una
persona con este trastorno está demasiado concentrada en una cosa que debe
hacerse una y otra vez, en vez de en ser organizada. Las obsesiones y las
compulsiones también pueden cambiar con el transcurso del tiempo.

Tratamiento para el trastorno obsesivo-compulsivo


El primer paso del tratamiento es hablar con un proveedor de atención médica
para hacer una evaluación. Una evaluación integral realizada por un profesional
de la salud mental determinará si la ansiedad o la angustia está relacionada con
recuerdos de un evento traumático que sucedió en la realidad, o si los miedos se
basan en otros pensamientos o creencias. El profesional de la salud mental
también debe determinar si la persona con el trastorno obsesivo-compulsivo
tiene un trastorno de tic actual o pasado. En el trastorno obsesivo-compulsivo
también puede presentarse ansiedad o depresión, así como comportamientos
perturbadores.

Puede que todos los niños pasen por situaciones muy estresantes que afecten la
manera en que piensan y sienten. La mayoría de las veces, los niños se recuperan
bien y con rapidez. Sin embargo, a veces, los niños que pasan por una situación
de estrés intenso —como en casos de lesiones, muerte o posible muerte de un
familiar o amigo cercano, o violencia— se verán afectados a largo plazo. El niño
podría sufrir este trauma en forma directa o podría ser testigo de algo que le
suceda a otra persona. Cuando el niño presenta síntomas a largo plazo (que
duran más de un mes) a causa de ese estrés, que lo hacen sentirse mal o
interfieren con sus relaciones y actividades, puede que reciba el diagnóstico de
trastorno por estrés postraumático (TEPT).

Ejemplos de síntomas de trastorno por estrés postraumático incluyen los


siguientes:

 Revivir la situación una y otra vez con el pensamiento o en el juego.


 Tener pesadillas y problemas para dormir.
 Sentirse muy mal cuando algo recuerda la situación.
 Falta de emociones positivas.
 Sentir miedo o tristeza en forma continua y de manera intensa.
 Irritabilidad y ataques de rabia.
 Buscar en forma constante posibles amenazas; asustarse fácilmente.
 Mostrarse indefenso, con desesperanza o retraimiento.
 Negar que sucedió la situación o no mostrar sentimientos.
 Evitar lugares o personas asociados a la situación.
Ejemplos de situaciones que podrían causar trastorno por estrés postraumático
incluyen las siguientes:

 Maltrato físico, sexual o emocional.


 Ser víctima o testigo de violencia o de un delito.
 Enfermedad grave o muerte de un familiar o amigo cercano.
 Desastres naturales o provocados por los seres humanos.
 Accidentes automovilísticos graves.

También podría gustarte