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Precedente (sentencia)
CONSIDERANDO:
Ahora bien, debe decirse que en torno a la excepción referida, el Juez de origen, en el fallo
reclamado estableció:
"Por último la demandada sostiene que la parte actora debió previamente al juicio, solicitar los
documentos base de la acción, en medios preparatorios, ya que si bien ofreció un escrito en el cual
solicitaba a la demandada los documentos, ésta no estaba obligada a proporcionárselos, por lo que
no aplica el artículo 1061 del Código de Comercio, ya que la demandada no es dependencia y no
tiene protocolos en resguardo.—Además, aduce que la parte actora al celebrar el contrato, ella se
quedó con una copia del mismo; sin embargo, aun en el supuesto de que no la tuviera, debió haber
manifestado el motivo de ello, por tanto, no era procedente el requerimiento que le fue hecho.—En
efecto, si bien los documentos que debe conservar el banco demandado acorde a la legislación
aplicable, no pueden considerarse como existentes en un archivo público, para que, a su vez, exista
la obligación de expedir copia en forma previa a la presentación de la demanda y cumplir con lo
previsto en el artículo 1061, fracción III, del Código de Comercio, que establece la aplicación de
medidas de apremio para el caso de que el responsable de la expedición de un documento que
obre en sus archivos, se niegue a entregar copia certificada del mismo a alguna de las partes en el
juicio, también lo es que la actora cumple con la exigencia de la carga de la prueba que le impone la
disposición citada, cuando bajo protesta de decir verdad afirma en su demanda que los documentos
En tal tenor, debe decirse que no asiste razón al impetrante, al afirmar que los documentos base de
la acción no pueden ser solicitados en términos de lo establecido en el artículo 1061 del Código de
Comercio y que, por ello, los debió haber requerido a través de medios preparatorios a juicio en
términos de lo dispuesto en el artículo 379 del Código Federal de Procedimientos Civiles para el
Estado de Puebla (sic).
Para una mayor claridad, es dable transcribir el contenido del indicado numeral que establece:
De la transcripción del referido precepto se aprecia que, efectivamente, prevé que al promover la
demanda o al contestar la misma se deben exhibir los documentos en que el actor funde su acción y
aquellos en que el demandado funde sus excepciones, lo que corresponde a la regla general.
Sin embargo, el propio numeral establece una salvedad cuando el actor carezca de algún
documento, hipótesis en la cual se encuentra constreñido a acreditar en su demanda haber
solicitado su expedición con la copia simple sellada por el archivo, protocolo, dependencia o lugar
en que se encuentren los originales, para que, a su costa, se les expida certificación de ellos, en la
forma que prevenga la ley.
Refiere dicho precepto que se entiende que las partes tienen a su disposición los documentos,
siempre que legalmente puedan pedir copia autorizada de los originales y exista obligación de
expedírselos.
Ahora bien, en el caso de que, acorde con lo anterior, las partes no tuvieren a su disposición o por
cualquier otra causa no pudiesen presentar los documentos en que funden sus acciones o
excepciones, deberán declarar al Juez, bajo protesta de decir verdad, el motivo por el que no
pueden presentarlos, y en vista de dicha manifestación, el Juez ordenará, al responsable de la
expedición, que el documento se expida a costa del interesado, apercibiéndolo con la imposición de
alguna de las medidas de apremio que autoriza la ley.
En ese orden de ideas, contrario a lo afirmado por el impetrante, el indicado numeral en ningún
momento establece que las disposiciones en él contenidas se refieran sólo a los documentos
probatorios que deben exhibir las partes, pues no excluye de manera expresa, ni tácita, a los
documentos base de la acción, careciendo de sustento legal la interpretación realizada por el
impetrante en el sentido de que no fue voluntad del legislador violentar el Estado de derecho para
que el actor en cualquier momento del procedimiento requiera a la contraparte la exhibición del título
fundatorio de la acción.
Y se establece que tal afirmación carece de sustento pues, incluso, el numeral indicado en la
fracción IV inicia estableciendo la obligación de exhibir en el escrito inicial de demanda los
documentos en que se funda la acción, y enseguida habla de las hipótesis en que éstos no pueden
ser exhibidos y el procedimiento a seguir en cada caso; de ahí que no haya lugar a descartar la
aplicación de dicho precepto cuando se trate de un documento en que se funda la acción, aunado a
que no se trata de que la solicitud se realice en cualquier momento del procedimiento, pues el
precepto que se analiza define en qué momento procesal es que debe hacer del conocimiento tal
circunstancia para que se proceda en términos del propio precepto, y esto será desde la
presentación de la demanda, previendo, además, que de no hacerlo así, salvo pruebas
supervenientes, no se admitirán las probanzas respectivas, por lo que no impera la voluntad de las
partes para solicitar en cualquier momento los documentos de los que carezcan, sino que debe
hacerse cuando lo establece la propia ley, bajo pena de inadmisión del material probatorio.
Ahora bien, por cuanto hace al argumento de que los documentos fundatorios de la acción debieron
Siendo infundado lo aseverado en el sentido de que el actor debió observar lo previsto en el artículo
379 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria al Código de Comercio,
para solicitar los básicos de la acción a través de una diligencia preparatoria.
En tal tenor, debe decirse que en el caso no es aplicable la supletoriedad, pues el Código de
Comercio prevé las hipótesis de procedencia de los medios preparatorios, a saber en el artículo
1151 y si entre ellas no figura la exhibición de documentos no puede acudirse a la legislación
supletoria, pues esta figura –supletoriedad–, constituye un sistema que reviste carácter excepcional
o extraordinario para la corrección de vacíos legislativos o el complemento de la legislación especial
en aquello que resulte necesario para resolver la cuestión puesta a consideración del Juez y, en el
caso, implicaría introducir una cuestión ajena a las ahí contempladas, lo que va más allá de la
aplicación supletoria; pues ésta sólo procede en defecto de las normas del Código de Comercio y
únicamente respecto de aquellas instituciones establecidas por este ordenamiento, pero no
reglamentadas o en forma deficiente, lo que no acontece en el caso a estudio, en el que lo que se
pretende es introducir, al amparo de la supletoriedad, una hipótesis no prevista en el Código de
Comercio, esto es, implicaría adicionar una hipótesis que no fue intención del legislador regular.
Apoya a lo anterior la jurisprudencia 2a./J. 34/2013 (10a.), sustentada por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 389/2009, con registro
digital: 2003161, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro XVIII, Tomo 2, marzo de 2013, página 1065, de rubro y texto:
Ahora bien, debe decirse que en torno a la alteración de los básicos de la acción, que fue el objeto
de la litis, el Juez de origen estableció:
"Por lo que hace al cheque número **********, este juzgador, considera que a simple vista se percibe
De lo anterior se colige que el Juez de origen estimó que la alteración de los cheques, base de la
acción, era evidente pues advirtió diferencia de espacio en la cantidad escrita con letra,
especificando en qué parte encontró tales diferencias y que resultó coincidente con las letras,
cantidad que adujo el actor fueron adicionadas, además, estableció que es regla general que al
comenzar el renglón de una oración se inicie con el uso de mayúsculas, y que, en el caso, se
apreciaban dos mayúsculas una inicial y otra intermedia, esta última coincidente con la cantidad por
la que el actor adujo haber suscrito originalmente los cheques y agregó que en ambos casos la
alineación del lado izquierdo de la escritura de la cantidad y nombre del beneficiario es igual en el
texto que se reconoció como original, lo que estimó lógico por tratarse del llenado a máquina que
hace que se conserve el mismo margen, elementos que concatenados sustentaron la determinación
de considerar notoria la alteración de los básicos de la acción.
Ahora bien, en el motivo de inconformidad que se analiza la parte quejosa además de hacer una
amplia reflexión respecto al elemento conceptual de notoriedad, únicamente concluye que, el
mismo, no puede tenerse por acreditado sólo por considerar que existió una "mala redacción" de las
cantidades escritas con letra, con la que hizo referencia al uso de letras mayúsculas y minúsculas.
Sin embargo, tal argumento no controvierte la totalidad de las razones expuestas por la Sala
responsable para estimar la notoria alteración como elemento de la acción intentada, pues como se
reseñó ello lo determinó a partir de tres elementos, a saber: el espacio entre las letras, el uso de
mayúsculas y la alineación del texto que se reconoce como original, argumentos que no son
controvertidos por la impetrante; de ahí su inoperancia.
Apoya lo anterior, la jurisprudencia I.4o.A. J/48, sustentada por el Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito con registro digital: 173593, consultable en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, enero de 2007, página 2121,
Tribunales Colegiados de Circuito, de rubro y texto:
Son aplicables al caso, las jurisprudencias 599, 601 y VI.2o.36, con registros digitales: 394555,
394557 y 227588, de este Tribunal Colegiado, antes de su especialización en materia civil,
publicadas las dos primeras, en las páginas 398 y 399 del Tomo VI, Parte TCC, Materia Común, del
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995 y la tercera, a foja 593 del Tomo IV,
Segunda Parte-2, julio-diciembre de 1989, Octava Época, Tribunales Colegiados de Circuito, del
Semanario Judicial de la Federación, que respectivamente dicen:
Resulta aplicable al caso, el criterio VI.2o.C.26 K (10a.), sustentado por este órgano colegiado,
Ahora bien, respecto al tema de las costas se advierte que el Juez responsable condenó a la parte
demandada, aquí quejosa, al pago de las mismas, por considerar que debía aplicarse
supletoriamente el Código Federal de Procedimientos Civiles.
Sin embargo, es preciso tener presente que la indicada condena en costas, apoyada en el artículo
7o. de la legislación procesal civil federal, deviene ilegal, dado que la condena por vencimiento en
los juicios mercantiles únicamente está prevista para los de carácter ejecutivo dada su naturaleza
de procesos fundados en títulos que traen aparejada ejecución, que no son de cognición y desde su
inicio se procede a la ejecución, o también para el supuesto de haber sido condenado en dos
sentencias conformes de toda conformidad en su parte resolutiva, por prolongar el juicio a una
segunda instancia sin lograr cambio alguno en los resolutivos, pero no para los juicios orales
mercantiles, pues ello implicaría contrariar el sistema legal a suplir.
Lo anterior guarda sustento en la jurisprudencia 1a./J. 1/2018 (10a.), emitida por la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 126/2017, con
registro digital: 2016352, consultable en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, Libro 52, Tomo I, marzo de 2018, página 923 «y en el Semanario Judicial de la Federación
del viernes 9 de marzo de 2018 a las 10:12 horas», de título, subtítulo y texto:
En tales condiciones se estima aplicable el criterio jurisprudencial antes transcrito, que si bien se
publicó el nueve de marzo de dos mil dieciocho, esto es, posterior a la fecha en la que se dictó la
sentencia reclamada –cinco de octubre de dos mil dieciséis– e, incluso, después de que se presentó
la demanda de amparo ante la autoridad responsable –tres de noviembre del mes y año indicados–;
su invocación y aplicación, en la especie, no puede considerarse retroactiva en perjuicio de persona
alguna –concretamente de la demandante, aquí tercero interesada–, como al efecto lo proscribe el
dispositivo 217 de la Ley de Amparo; habida cuenta que en torno al tema que aborda dicha
jurisprudencia, no existía previamente un criterio obligatorio que dirimiera esa cuestión y, por ende,
que resultara, necesariamente, observable para esta potestad federal.
En este último aspecto, cabe citar, por las razones que la informan, la jurisprudencia P./J. 2/2018
(10a.), del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con registro digital: 2015995,
publicada el viernes 19 de enero de 2018 a las 10:20 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 50, Tomo
I, enero de 2018, página 7, de título, subtítulo y texto siguientes:
II. En su lugar pronuncie otra en la que reitere todas aquellas consideraciones que no fueron
materia de esta ejecutoria o aquellas que habiéndolo sido, los conceptos de violación enderezados
por el quejoso fueron desestimados; a saber todos los que integran el fallo reclamado como son las
relativas a la procedencia de la acción, análisis de las excepciones, condena respecto de la suerte
principal, intereses moratorios y absolución de daños y perjuicios, con excepción de lo relativo a la
condena en costas; y,
III. Se abstenga de condenar al pago de costas a la parte reo, con apoyo en el Código Federal de
Procedimientos Civiles, acorde con las consideraciones que informan esta ejecutoria.
El artículo 107, fracción III, inciso a), párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos establece:
"Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria,
de acuerdo con las bases siguientes: ... III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, el amparo sólo procederá en los casos siguientes: a) Contra
sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del fallo. En relación con el amparo al que se refiere este inciso y la
fracción V de este artículo, el Tribunal Colegiado de Circuito deberá decidir respecto de todas las
violaciones procesales que se hicieron valer y aquellas que, cuando proceda, advierta en suplencia
de la queja, y fijará los términos precisos en que deberá pronunciarse la nueva resolución. Si las
violaciones procesales no se invocaron en un primer amparo, ni el Tribunal Colegiado
correspondiente las hizo valer de oficio en los casos en que proceda la suplencia de la queja, no
podrán ser materia de concepto de violación, ni de estudio oficioso en juicio de amparo
posterior.—La parte que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que
subsista el acto reclamado, podrá presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera
de las partes que intervinieron en el juicio del que emana el acto reclamado. La ley determinará la
forma y términos en que deberá promoverse."
De la lectura de dicho precepto constitucional, se advierte que la parte que hubiere obtenido
sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que subsista el acto reclamado, puede
presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera de las partes que intervinieron en
el juicio del que emana el acto reclamado; y que es la ley la que determinaría la forma y términos en
que aquélla debe promoverse.
"Artículo 182. La parte que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que
subsista el acto reclamado podrán presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera
de las partes que intervinieron en el juicio del que emana el acto reclamado, el cual se tramitará en
el mismo expediente y se resolverán en una sola sentencia. La presentación y trámite del amparo
adhesivo se regirá, en lo conducente, por lo dispuesto para el amparo principal, y seguirá la misma
suerte procesal de este.—El amparo adhesivo únicamente procederá en los casos siguientes: I.
Cuando el adherente trate de fortalecer las consideraciones vertidas en el fallo definitivo, a fin de no
quedar indefenso; y II. Cuando existan violaciones al procedimiento que pudieran afectar las
defensas del adherente, trascendiendo al resultado del fallo.—Los conceptos de violación en el
amparo adhesivo deberán estar encaminados, por tanto, a fortalecer las consideraciones de la
sentencia definitiva, laudo o resolución que pone fin al juicio, que determinaron el resolutivo
favorable a los intereses del adherente, o a impugnar las que concluyan en un punto decisorio que
le perjudica. Se deberán hacer valer todas las violaciones procesales que se hayan cometido,
siempre que pudieran trascender al resultado del fallo y que respecto de ellas, el adherente hubiese
agotado los medios ordinarios de defensa, a menos que se trate de menores, incapaces, ejidatarios,
trabajadores, núcleos de población ejidal o comunal, o de quienes por sus condiciones de pobreza o
marginación se encuentren en clara desventaja social para emprender un juicio, y en materia penal
tratándose del imputado y del ofendido o víctima. Con la demanda de amparo adhesivo se correrá
traslado a la parte contraria para que exprese lo que a su interés convenga.—La falta de promoción
del amparo adhesivo hará que precluya el derecho de quien obtuvo sentencia favorable para alegar
posteriormente las violaciones procesales que se hayan cometido en su contra, siempre que haya
estado en posibilidad de hacerlas valer.—El Tribunal Colegiado de Circuito, respetando la lógica y
las reglas fundamentales que norman el procedimiento en el juicio de amparo, procurará resolver
integralmente el asunto para evitar, en lo posible, la prolongación de la controversia."
d) La condicionante para que proceda examinarlos (haber agotado los medios ordinarios de
defensa) y los supuestos de excepción a esta regla;
f) La sanción legal que acarrea el no promover el amparo adhesivo, esto es, que precluya el
derecho de quien obtuvo sentencia favorable para alegar posteriormente las violaciones procesales
que se hayan cometido en su contra, siempre que haya estado en posibilidad de hacerlas valer; y,
Ahora bien, como se observa, los supuestos de procedencia del amparo adhesivo que prevé la ley
son los siguientes:
I. Cuando el adherente trate de fortalecer las consideraciones vertidas en el fallo definitivo, a fin de
no quedar indefenso, o pretenda impugnar las que concluyan en un punto decisorio que le
perjudica; y,
II. Cuando existan violaciones al procedimiento que pudieran afectar las defensas del adherente,
trascendiendo al resultado del fallo.
La primera de las fracciones establece que procederá el amparo adhesivo cuando el adherente trate
de fortalecer las consideraciones vertidas en el acto reclamado, es decir, la carga procesal para
quien obtuvo resultado favorable con el acto reclamado, emerge únicamente respecto de los puntos
tratados por la autoridad responsable, puesto que la finalidad del amparo adhesivo es mejorar "las
consideraciones vertidas", a través de la expresión razonada de motivos de hecho y de derecho que
sirvan para reforzar la línea argumentativa que adoptó y desarrolló la autoridad responsable; de ahí
que no sean materia de estudio las cuestiones que la autoridad no hubiera atendido por
considerarlo innecesario y, por ende, respecto de las cuales no existiera pronunciamiento en el acto
reclamado.
De lo expuesto en los dos párrafos precedentes, se corrobora que los objetivos de la figura del
amparo adhesivo son:
a) Fortalecer las consideraciones de la sentencia definitiva, laudo o resolución que pone fin al juicio,
que determinaron el resolutivo favorable a sus intereses;
c) Hacer valer todas las violaciones procesales que se hayan cometido, siempre que pudieran
trascender al resultado del fallo.
Sentado lo anterior, basta la lectura de la demanda de amparo adhesivo, para advertir que, en una
parte la adherente, expresa conceptos de violación tendentes a fortalecer las consideraciones de la
sentencia que quedaron firmes ante la ineficacia de los conceptos de violación propuestos por el
impetrante, a saber: el tema relativo a la exhibición de los básicos de la acción y su valoración para
determinar la notoria alteración de los mismos, puesto que el resultado en favor de la adherente
constituye una cuestión firme ante lo inoperante e infundado de los conceptos de violación; de ahí
que a nada práctico conduce su estudio.
Apoya lo anterior, la jurisprudencia XVII.1o.C.T. J/11 (10a.), sustentada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, con registro digital: 2013003,
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 36, Tomo IV,
noviembre de 2016, página 2184, Tribunales Colegiados de Circuito «y en el Semanario Judicial de
la Federación del viernes 11 de noviembre de 2016 a las 10:22 horas», de título, subtítulo y texto:
También son inoperantes los argumentos expuestos por la quejosa tendentes a controvertir la
resolución del Juez de origen de absolver a la parte demandada, quejosa principal, del pago de
daños y perjuicios, dado que es inconcuso que con esas alegaciones lo que en realidad se pretende
es combatir una consideración que el adherente estima vulneró sus derechos, concluyendo en un
punto resolutivo desfavorable, lo cual no es impugnable mediante el amparo adhesivo, de acuerdo
con su naturaleza, pues acorde con la ley, en éste solamente se pueden debatir consideraciones
desfavorables que culminan en resolutivos favorables al afectado, y no como lo pretende el quejoso
adherente, al intentar combatir consideraciones desfavorables del acto reclamado que concluyeron
en puntos también perjudiciales para éste pues, en ese caso, lo conducente era promover un
amparo principal a fin de reclamar las consideraciones de mérito.
Ilustra a lo anterior, la tesis del Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la
Octava Región, compartida por este órgano colegiado, número (VIII Región)2o.5 K (10a.), con
registro digital: 2009033, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 18, Tomo III, mayo de 2015, página 2101 «y en el
Semanario Judicial de la Federación del viernes 8 de mayo de 2015 a las 9:30 horas», de título,
subtítulo y texto:
Las anteriores consideraciones conducen a negar el amparo solicitado por la quejosa adhesiva.
No pasa inadvertido para este órgano colegiado que la quejosa adherente se refiere en sus
conceptos de violación a una causa de improcedencia; sin embargo, la misma no se relaciona con
el acto reclamado.
Antes bien, refiere en los motivos de disenso que la quejosa principal pretende impugnar un acto
consentido tácitamente, que fue la exhibición de los documentos requeridos por el Juez natural,
pues aduce que no se impugnó de manera oportuna el auto en que se requirió la presentación de
los cheques originales.
En esa tesitura, es claro que no se está haciendo valer una causa de improcedencia respecto del
acto reclamado, a saber la sentencia de cinco de octubre de dos mil dieciséis, sino que se pretende
evidenciar la falta de oportunidad del quejoso para controvertir el hecho de que se le haya requerido
la exhibición de los básicos de la acción.
Finalmente, cabe señalar que las jurisprudencias invocadas en este asunto e integradas bajo la
vigencia de la Ley de Amparo abrogada, se citan en acatamiento a lo dispuesto por el artículo sexto
transitorio del decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el dos de abril de dos mil trece,
cuando se expidió la ley de la materia en vigor, dado que los puntos contenidos en ellas no se
oponen a la nueva legislación.
Por lo expuesto, y con apoyo, además, en los artículos 107, fracciones III y IX, de la Constitución
General de la República, 33, fracción II, 34, párrafo primero, 73, 74, 75, 77 y 170, fracción I, de la
Ley de Amparo y, 35 y 37, fracción I, inciso c), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, se resuelve:
SEGUNDO.—La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********, contra el acto que reclamó
del Juez Primero de Distrito en Materia Mercantil, Especializado en Juicios de Cuantía Menor en el
Estado de Puebla.
Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto
Circuito, integrado por los Magistrados Emma Herlinda Villagómez Ordóñez, Raúl Armando Pallares
Valdez y Ma. Elisa Tejada Hernández. Fue ponente la tercera de los nombrados.
En términos de lo previsto en los artículos 14, fracción I y 18, fracciones I y II de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.
La parte conducente de las ejecutorias relativas a las contradicciones de tesis 389/2009 y 126/2017
citadas en esta ejecutoria, aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, mayo de 2010, página 1123 y en el Semanario Judicial de la
Federación del viernes 9 de marzo de 2018 a las 10:12 horas, así como en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 52, Tomo I, marzo de 2018, página 905,
respectivamente.
Esta ejecutoria se publicó el viernes 21 de septiembre de 2018 a las 10:30 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.