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Semanario Judicial de la Federación

Precedente (sentencia)

Registro digital: 28077

Asunto: AMPARO DIRECTO Décima Época Fuente: Gaceta del Semanario


640/2016. Judicial de la Federación, Libro 58,
Septiembre de 2018, Tomo III,
página 2223
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. PROCEDE CUANDO SE OMITA OBSERVAR UNA


JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, QUE RESULTE DE
APLICACIÓN EXACTA AL CASO CONCRETO, POR CONSTITUIR UNA VIOLACIÓN MANIFIESTA
DE LA LEY, QUE DEJE SIN DEFENSA AL JUSTICIABLE, CONFORME A LA FRACCIÓN VI DEL
ARTÍCULO 79 DE LA LEY DE AMPARO.

AMPARO DIRECTO 640/2016. 3 DE AGOSTO DE 2018. UNANIMIDAD DE VOTOS. PONENTE:


MA. ELISA TEJADA HERNÁNDEZ. SECRETARIA: SILVIA ELIZABETH BACA CARDOSO.

CONSIDERANDO:

QUINTO.—Los conceptos de violación expresados en la demanda de amparo principal son


infundados en una parte, inoperantes en otra, y esencialmente fundados aunque en suplencia de la
queja, de conformidad con los argumentos que enseguida se exponen.

En el primer motivo de disenso, la impetrante se duele de lo resuelto por el Juez responsable


respecto de la excepción de carencia de título fundatorio de la acción que opuso al dar contestación
a la demanda instaurada en su contra.

Ahora bien, debe decirse que en torno a la excepción referida, el Juez de origen, en el fallo
reclamado estableció:

"Por último la demandada sostiene que la parte actora debió previamente al juicio, solicitar los
documentos base de la acción, en medios preparatorios, ya que si bien ofreció un escrito en el cual
solicitaba a la demandada los documentos, ésta no estaba obligada a proporcionárselos, por lo que
no aplica el artículo 1061 del Código de Comercio, ya que la demandada no es dependencia y no
tiene protocolos en resguardo.—Además, aduce que la parte actora al celebrar el contrato, ella se
quedó con una copia del mismo; sin embargo, aun en el supuesto de que no la tuviera, debió haber
manifestado el motivo de ello, por tanto, no era procedente el requerimiento que le fue hecho.—En
efecto, si bien los documentos que debe conservar el banco demandado acorde a la legislación
aplicable, no pueden considerarse como existentes en un archivo público, para que, a su vez, exista
la obligación de expedir copia en forma previa a la presentación de la demanda y cumplir con lo
previsto en el artículo 1061, fracción III, del Código de Comercio, que establece la aplicación de
medidas de apremio para el caso de que el responsable de la expedición de un documento que
obre en sus archivos, se niegue a entregar copia certificada del mismo a alguna de las partes en el
juicio, también lo es que la actora cumple con la exigencia de la carga de la prueba que le impone la
disposición citada, cuando bajo protesta de decir verdad afirma en su demanda que los documentos

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originales se encuentran en poder de la institución financiera demandada; lo cual basta para que se
requiera al banco la exhibición de los originales de los documentos que la parte actora describe en
su demanda, ya que dicho artículo tampoco exige al actor que manifieste las razones por las cuales
no las tiene, sino únicamente su manifestación bajo protesta de decir verdad de que no las tiene a
su alcance.—Lo anterior, pues si bien es cierto que el titular de una cuenta bancaria debe tener libre
acceso a la misma, cuando afirma que se trata de documentos que no están a su disposición, debe
requerirse su exhibición mediante orden judicial, porque no hay regulación que obligue a los bancos
a recibir un escrito de cualquier persona y darle contestación en breve término, aunque es una
persona moral con la importante función del servicio público de banca que tiene una posición de
mayor ventaja frente al usuario y que, a pesar de esa situación, no puede poner a disposición
pública sus documentos(11).—[Tiene aplicación la tesis I.3o.C.5 C (10a.), del Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, registro digital: 2001122, Décima Época, que dice:
‘INSTITUCIONES DE CRÉDITO. DOCUMENTOS QUE EN RELACIÓN CON LOS USUARIOS DE
SERVICIOS FINANCIEROS, NO ESTÁN A LA LIBRE DISPOSICIÓN NI SON PARTE DE ARCHIVO
PÚBLICO. CARGA DE LA PRUEBA DE EXHIBIR DOCUMENTOS BASE DE LA ACCIÓN QUE
DEBE CONSERVAR UNA INSTITUCIÓN FINANCIERA. El artículo 1061, fracción III, del Código de
Comercio establece la aplicación de medidas de apremio para el caso de que el responsable de la
expedición de un documento que obre en sus archivos, se niegue a entregar copia certificada del
mismo a alguna de las partes en un juicio. En tratándose de la acción de nulidad de pagaré, los
documentos que debe conservar el banco demandado acorde a la legislación aplicable, no pueden
considerarse como existentes en un archivo público, para que a su vez, exista la obligación de
expedir copia en forma previa a la presentación de la demanda y cumplir con lo previsto en el
artículo 1061, fracción III, del Código de Comercio. En ese contexto, la actora cumple con la
exigencia de la carga de la prueba que le impone la disposición citada cuando bajo protesta de decir
verdad afirma en su demanda que los documentos originales se encuentran en poder de la
institución financiera demandada; lo cual bastará para que se requiera al banco la exhibición de los
originales de los documentos que la parte actora describe en su demanda. El requisito a que se
refiere la fracción III del artículo 1061 del Código de Comercio, en cuanto a la previa acreditación de
la solicitud de las documentales que no obren en su poder, mediante la copia sellada del escrito
correspondiente para la admisión de su demanda regula un requisito para la recepción de prueba,
cuando esta se conserva en un archivo público, pero la institución bancaria no tiene a disposición de
cualquier persona la información de cada uno de sus cuentahabientes, sino que tiene un deber de
secrecía en términos del artículo 117 de la Ley de Instituciones de Crédito que los rige. De ahí que
aun cuando el titular de una cuenta bancaria debe tener libre acceso a la misma, cuando afirma que
se trata de documentos que no están a su disposición, debe requerirse su exhibición mediante
orden judicial, porque no hay regulación que obligue a los bancos a recibir un escrito de cualquier
persona y darle contestación en breve término, aunque es una persona moral con la importante
función del servicio de banca que tiene una posición de mayor ventaja frente al usuario y que a
pesar de esa situación no puede poner a disposición pública sus documentos.’].—Aunado a lo
anterior, tocante a que, en todo caso, la parte actora debió solicitar los documentos pagarés y
contrato a través de medios preparatorios a juicio, lo cual no hizo.—Tal argumento deviene
infundado, pues el supuesto a que alude la demandada no se encuentra previsto en el artículo 1151
del Código de Comercio, que regula lo relativo a los medios preparatorios a juicio.—En efecto, el
artículo 1151 del Código de Comercio, establece lo siguiente: ‘Artículo 1151. El juicio podrá
prepararse: (Reformada, D.O.F. 24 de mayo de 1996). I. Pidiendo declaración bajo protesta el que
pretenda demandar, de aquel contra quien se propone dirigir la demanda acerca de algún hecho
relativo a su personalidad o a la calidad de su posesión o tenencia; II. Pidiendo la exhibición de la
cosa mueble que, en su caso, haya de ser objeto de acción real que se trate de entablar; III.
Pidiendo el comprador al vendedor, o el vendedor al comprador en el caso de evicción, la exhibición
de títulos u otros documentos que se refieran a la cosa vendida; IV. Pidiendo un socio o comunero
la presentación de los documentos y cuentas de la sociedad y comunidad, al consocio o condueño
que los tenga en su poder. (Adicionada, D.O.F. 24 de mayo de 1996); V. Pidiendo el examen de

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testigos, cuando éstos sean de edad avanzada o se hallen en peligro inminente de perder la vida, o
próximos a ausentarse a un lugar con el cual sean difíciles las comunicaciones y no sea posible
intentar la acción, por depender su ejercicio de un plazo o de una condición que no se haya
cumplido todavía; (Adicionada, D.O.F. 24 de mayo de 1996). VI. Pidiendo el examen de testigos
para probar alguna excepción, siempre que la prueba sea indispensable y los testigos se hallen en
alguno de los casos señalados en la fracción anterior; (Adicionada, D.O.F. 24 de mayo de 1996).
VII. Pidiendo el examen de testigos u otras declaraciones que se requieran en un proceso
extranjero, y (Adicionada, D.O.F. 24 de mayo de 1996). VIII. Pidiendo el juicio pericial o la
inspección judicial cuando el estado de los bienes, salud de las personas, variaciones de las
condiciones, estado del tiempo, o situaciones parecidas hagan temer al solicitante la pérdida de un
derecho o la necesidad de preservarlo.’.—Así, se obtiene que la finalidad de los medios
preparatorios es acreditar hechos o circunstancias que sirvan de fundamento para instaurar el juicio
principal o fundar una excepción o reconvención, de tal manera que sirvan como documento
fundatorio de una nueva acción en contra de quien se dirigió la diligencia en los medios
preparatorios.—Sin embargo, no se aprecia que dentro de tales hipótesis, se contemple la de
requerir al posible demandado o actor a futuro, la exhibición de alguna prueba documental, como lo
pretende la demandada, de ahí que resulte infundado su argumento."

En tal tenor, debe decirse que no asiste razón al impetrante, al afirmar que los documentos base de
la acción no pueden ser solicitados en términos de lo establecido en el artículo 1061 del Código de
Comercio y que, por ello, los debió haber requerido a través de medios preparatorios a juicio en
términos de lo dispuesto en el artículo 379 del Código Federal de Procedimientos Civiles para el
Estado de Puebla (sic).

Para una mayor claridad, es dable transcribir el contenido del indicado numeral que establece:

"Artículo 1061. Al primer escrito se acompañarán precisamente: I. El poder que acredite la


personalidad del que comparece en nombre de otro; II. El documento o documentos que acrediten
el carácter con que el litigante se presente en juicio en el caso de tener representación legal de
alguna persona o corporación o cuando el derecho que reclame provenga de habérsele transmitido
por otra persona; III. Los documentos en que el actor funde su acción y aquellos en que el
demandado funde sus excepciones. Si se tratare del actor, y carezca de algún documento, deberá
acreditar en su demanda haber solicitado su expedición con la copia simple sellada por el archivo,
protocolo, dependencia o lugar en que se encuentren los originales, para que, a su costa, se les
expida certificación de ellos, en la forma que prevenga la ley. Si se tratare del demandado deberá
acreditar la solicitud de expedición del documento de que carezca, para lo cual la copia simple
sellada por el archivo, protocolo o dependencia, deberá exhibirla con la contestación o dentro de los
tres días siguientes al del vencimiento del término para contestar la demanda.—Se entiende que las
partes tienen a su disposición los documentos, siempre que legalmente puedan pedir copia
autorizada de los originales y exista obligación de expedírselos. Si las partes no tuvieren a su
disposición o por cualquier otra causa no pudiesen presentar los documentos en que funden sus
acciones o excepciones, lo declararán al Juez, bajo protesta de decir verdad, el motivo por el que no
pueden presentarlos. En vista a dicha manifestación, el Juez, ordenará al responsable de la
expedición que el documento se expida a costa del interesado, apercibiéndolo con la imposición de
alguna de las medidas de apremio que autoriza la ley.—Salvo disposición legal en contrario o que
se trate de pruebas supervenientes, de no cumplirse por las partes con alguno de los requisitos
anteriores, no se le recibirán las pruebas documentales que no obren en su poder al presentar la
demanda o contestación como tampoco si en esos escritos no se dejan de identificar las
documentales, para el efecto de que oportunamente se exijan por el tribunal y sean recibidas; IV.
Además de lo señalado en la fracción III, con la demanda y contestación se acompañarán todos los
documentos que las partes tengan en su poder y que deban de servir como pruebas de su parte; y,
los que presentaren después, con violación de este precepto, no le serán admitidos, salvo que se

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trate de pruebas supervenientes, y V. Copia simple o fotostática siempre que sean legibles a simple
vista, tanto del escrito de demanda como de los demás documentos referidos, incluyendo la de los
que se exhiban como prueba según los párrafos procedentes para correr traslado a la contraria; así
como del Registro Federal de Contribuyentes (RFC), de la Clave Única de Registro de Población
(CURP) tratándose de personas físicas, en ambos casos cuando exista obligación legal para
encontrarse inscrito en dichos registros, y de la identificación oficial del actor o demandado.—Lo
dispuesto en la fracción anterior, se observará también respecto de los escritos en que se oponga la
excepción de compensación o se promueva reconvención o algún incidente."

De la transcripción del referido precepto se aprecia que, efectivamente, prevé que al promover la
demanda o al contestar la misma se deben exhibir los documentos en que el actor funde su acción y
aquellos en que el demandado funde sus excepciones, lo que corresponde a la regla general.

Sin embargo, el propio numeral establece una salvedad cuando el actor carezca de algún
documento, hipótesis en la cual se encuentra constreñido a acreditar en su demanda haber
solicitado su expedición con la copia simple sellada por el archivo, protocolo, dependencia o lugar
en que se encuentren los originales, para que, a su costa, se les expida certificación de ellos, en la
forma que prevenga la ley.

Refiere dicho precepto que se entiende que las partes tienen a su disposición los documentos,
siempre que legalmente puedan pedir copia autorizada de los originales y exista obligación de
expedírselos.

Ahora bien, en el caso de que, acorde con lo anterior, las partes no tuvieren a su disposición o por
cualquier otra causa no pudiesen presentar los documentos en que funden sus acciones o
excepciones, deberán declarar al Juez, bajo protesta de decir verdad, el motivo por el que no
pueden presentarlos, y en vista de dicha manifestación, el Juez ordenará, al responsable de la
expedición, que el documento se expida a costa del interesado, apercibiéndolo con la imposición de
alguna de las medidas de apremio que autoriza la ley.

En ese orden de ideas, contrario a lo afirmado por el impetrante, el indicado numeral en ningún
momento establece que las disposiciones en él contenidas se refieran sólo a los documentos
probatorios que deben exhibir las partes, pues no excluye de manera expresa, ni tácita, a los
documentos base de la acción, careciendo de sustento legal la interpretación realizada por el
impetrante en el sentido de que no fue voluntad del legislador violentar el Estado de derecho para
que el actor en cualquier momento del procedimiento requiera a la contraparte la exhibición del título
fundatorio de la acción.

Y se establece que tal afirmación carece de sustento pues, incluso, el numeral indicado en la
fracción IV inicia estableciendo la obligación de exhibir en el escrito inicial de demanda los
documentos en que se funda la acción, y enseguida habla de las hipótesis en que éstos no pueden
ser exhibidos y el procedimiento a seguir en cada caso; de ahí que no haya lugar a descartar la
aplicación de dicho precepto cuando se trate de un documento en que se funda la acción, aunado a
que no se trata de que la solicitud se realice en cualquier momento del procedimiento, pues el
precepto que se analiza define en qué momento procesal es que debe hacer del conocimiento tal
circunstancia para que se proceda en términos del propio precepto, y esto será desde la
presentación de la demanda, previendo, además, que de no hacerlo así, salvo pruebas
supervenientes, no se admitirán las probanzas respectivas, por lo que no impera la voluntad de las
partes para solicitar en cualquier momento los documentos de los que carezcan, sino que debe
hacerse cuando lo establece la propia ley, bajo pena de inadmisión del material probatorio.

Ahora bien, por cuanto hace al argumento de que los documentos fundatorios de la acción debieron

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requerirse a través de medios preparatorios, es acertada la afirmación del Juez de origen, relativa a
que en el Código de Comercio, específicamente en el artículo 1151 que prevé los medios
preparatorios, no se encuentra previsto tal supuesto.

Siendo infundado lo aseverado en el sentido de que el actor debió observar lo previsto en el artículo
379 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria al Código de Comercio,
para solicitar los básicos de la acción a través de una diligencia preparatoria.

En tal tenor, debe decirse que en el caso no es aplicable la supletoriedad, pues el Código de
Comercio prevé las hipótesis de procedencia de los medios preparatorios, a saber en el artículo
1151 y si entre ellas no figura la exhibición de documentos no puede acudirse a la legislación
supletoria, pues esta figura –supletoriedad–, constituye un sistema que reviste carácter excepcional
o extraordinario para la corrección de vacíos legislativos o el complemento de la legislación especial
en aquello que resulte necesario para resolver la cuestión puesta a consideración del Juez y, en el
caso, implicaría introducir una cuestión ajena a las ahí contempladas, lo que va más allá de la
aplicación supletoria; pues ésta sólo procede en defecto de las normas del Código de Comercio y
únicamente respecto de aquellas instituciones establecidas por este ordenamiento, pero no
reglamentadas o en forma deficiente, lo que no acontece en el caso a estudio, en el que lo que se
pretende es introducir, al amparo de la supletoriedad, una hipótesis no prevista en el Código de
Comercio, esto es, implicaría adicionar una hipótesis que no fue intención del legislador regular.

Apoya a lo anterior la jurisprudencia 2a./J. 34/2013 (10a.), sustentada por la Segunda Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 389/2009, con registro
digital: 2003161, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro XVIII, Tomo 2, marzo de 2013, página 1065, de rubro y texto:

"SUPLETORIEDAD DE LAS LEYES. REQUISITOS PARA QUE OPERE.—La aplicación supletoria


de una ley respecto de otra procede para integrar una omisión en la ley o para interpretar sus
disposiciones y que se integren con otras normas o principios generales contenidos en otras leyes.
Así, para que opere la supletoriedad es necesario que: a) El ordenamiento legal a suplir establezca
expresamente esa posibilidad, indicando la ley o normas que pueden aplicarse supletoriamente, o
que un ordenamiento establezca que aplica, total o parcialmente, de manera supletoria a otros
ordenamientos; b) La ley a suplir no contemple la institución o las cuestiones jurídicas que
pretenden aplicarse supletoriamente o, aun estableciéndolas, no las desarrolle o las regule
deficientemente; c) Esa omisión o vacío legislativo haga necesaria la aplicación supletoria de
normas para solucionar la controversia o el problema jurídico planteado, sin que sea válido atender
a cuestiones jurídicas que el legislador no tuvo intención de establecer en la ley a suplir; y, d) Las
normas aplicables supletoriamente no contraríen el ordenamiento legal a suplir, sino que sean
congruentes con sus principios y con las bases que rigen específicamente la institución de que se
trate."

Ahora bien, el diverso concepto de violación se estima inoperante.

Es así, en la medida en que, en el mismo, el impetrante afirma que en el fallo reclamado no se


realizó un verdadero estudio de lo establecido en el artículo 194 de la Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito, pues estima que la alteración que se atribuye a los básicos de la acción no
es notoria.

Ahora bien, debe decirse que en torno a la alteración de los básicos de la acción, que fue el objeto
de la litis, el Juez de origen estableció:

"Por lo que hace al cheque número **********, este juzgador, considera que a simple vista se percibe

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la alteración en la cantidad asentada con letra, en primer lugar, los espacios que existen entre cada
letra que forman la cantidad ‘(Ochenta y Dos mil cuarenta y nueve pesos 60/100 M.N.)’, son iguales,
salvo, la existente entre la letra ‘y’ que antecede a la ‘o’, por lo que se advierte que la palabra
‘Ochenta y’ fueron adicionadas a la cantidad original que lo era de ‘Dos mil cuarenta y nueve pesos’,
tan es así, que es regla general que al comenzar el renglón y/o la oración sea con mayúsculas,
siendo que en la cantidad que obra a letra, se encuentran dos mayúsculas, una en la palabra
‘Ochenta y’ otra en la palabra ‘Dos mil cuarenta y nueve pesos’, que es la cantidad original, incluso,
la palabra ‘Dos mil’, se encuentra a la misma altura que el nombre del beneficiario que se encuentra
en el renglón de arriba, lo que resulta lógico si se parte del hecho de que el cheque fue llenado con
máquina, por lo que el margen izquierdo es el mismo.—De igual manera, por lo que hace al cheque
número **********, este juzgador, considera que a simple vista se percibe la alteración en la
cantidad, en primer lugar, los espacios que existen entre cada letra que forman la cantidad (‘Treinta
mil Novecientos sesenta y cuatro pesos 60/100 M.N.’), son iguales, salvo, la existente entre la letra
‘l’ que forma la palabra ‘mil’ que antecede a la ‘N’, que forma la palabra ‘Novecientos’ por lo que se
advierte que la palabra ‘Treinta mil’ fueron adicionadas a la cantidad original que lo era de
‘Novecientos sesenta y cuatro pesos’, tan es así, que es regla general que al comenzar el renglón
y/o la oración sea con mayúsculas, siendo que en la cantidad que obra a letra, se encuentran dos
mayúsculas, una en la palabra ‘Treinta’ otra en la palabra ‘Novecientos sesenta y cuatro’, que es la
cantidad original, ya que, incluso, la palabra ‘Novecientos’, se encuentra a la misma altura que el
nombre del beneficiario, lo que resulta lógico si se parte del hecho de que el cheque fue llenado con
máquina; de ahí que la alteración resulte evidente a simple vista.—En ese orden de ideas, el cuarto
elemento de la acción ejercitada también debe tenerse por acreditado, en virtud de que resulta
evidente la alteración de la cantidad puesta en letra por la que fueron expedidos los cheques
materia de la objeción de pago."

De lo anterior se colige que el Juez de origen estimó que la alteración de los cheques, base de la
acción, era evidente pues advirtió diferencia de espacio en la cantidad escrita con letra,
especificando en qué parte encontró tales diferencias y que resultó coincidente con las letras,
cantidad que adujo el actor fueron adicionadas, además, estableció que es regla general que al
comenzar el renglón de una oración se inicie con el uso de mayúsculas, y que, en el caso, se
apreciaban dos mayúsculas una inicial y otra intermedia, esta última coincidente con la cantidad por
la que el actor adujo haber suscrito originalmente los cheques y agregó que en ambos casos la
alineación del lado izquierdo de la escritura de la cantidad y nombre del beneficiario es igual en el
texto que se reconoció como original, lo que estimó lógico por tratarse del llenado a máquina que
hace que se conserve el mismo margen, elementos que concatenados sustentaron la determinación
de considerar notoria la alteración de los básicos de la acción.

Ahora bien, en el motivo de inconformidad que se analiza la parte quejosa además de hacer una
amplia reflexión respecto al elemento conceptual de notoriedad, únicamente concluye que, el
mismo, no puede tenerse por acreditado sólo por considerar que existió una "mala redacción" de las
cantidades escritas con letra, con la que hizo referencia al uso de letras mayúsculas y minúsculas.

Sin embargo, tal argumento no controvierte la totalidad de las razones expuestas por la Sala
responsable para estimar la notoria alteración como elemento de la acción intentada, pues como se
reseñó ello lo determinó a partir de tres elementos, a saber: el espacio entre las letras, el uso de
mayúsculas y la alineación del texto que se reconoce como original, argumentos que no son
controvertidos por la impetrante; de ahí su inoperancia.

Apoya lo anterior, la jurisprudencia I.4o.A. J/48, sustentada por el Cuarto Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito con registro digital: 173593, consultable en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, enero de 2007, página 2121,
Tribunales Colegiados de Circuito, de rubro y texto:

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"CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. SON INOPERANTES CUANDO LOS


ARGUMENTOS EXPUESTOS POR EL QUEJOSO O EL RECURRENTE SON AMBIGUOS Y
SUPERFICIALES.—Los actos de autoridad y las sentencias están investidos de una presunción de
validez que debe ser destruida. Por tanto, cuando lo expuesto por la parte quejosa o el recurrente
es ambiguo y superficial, en tanto que no señala ni concreta algún razonamiento capaz de ser
analizado, tal pretensión de invalidez es inatendible, en cuanto no logra construir y proponer la
causa de pedir, en la medida que elude referirse al fundamento, razones decisorias o argumentos y
al porqué de su reclamación. Así, tal deficiencia revela una falta de pertinencia entre lo pretendido y
las razones aportadas que, por ende, no son idóneas ni justificadas para colegir y concluir lo pedido.
Por consiguiente, los argumentos o causa de pedir que se expresen en los conceptos de violación
de la demanda de amparo o en los agravios de la revisión deben, invariablemente, estar dirigidos a
descalificar y evidenciar la ilegalidad de las consideraciones en que se sustenta el acto reclamado,
porque de no ser así, las manifestaciones que se viertan no podrán ser analizadas por el órgano
colegiado y deberán calificarse de inoperantes, ya que se está ante argumentos non sequitur para
obtener una declaratoria de invalidez."

Son aplicables al caso, las jurisprudencias 599, 601 y VI.2o.36, con registros digitales: 394555,
394557 y 227588, de este Tribunal Colegiado, antes de su especialización en materia civil,
publicadas las dos primeras, en las páginas 398 y 399 del Tomo VI, Parte TCC, Materia Común, del
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995 y la tercera, a foja 593 del Tomo IV,
Segunda Parte-2, julio-diciembre de 1989, Octava Época, Tribunales Colegiados de Circuito, del
Semanario Judicial de la Federación, que respectivamente dicen:

"AGRAVIOS INSUFICIENTES.—Cuando en los agravios aducidos por la recurrente no se precisan


argumentos tendentes a demostrar la ilegalidad de la sentencia, ni se atacan los fundamentos
legales y consideraciones en que se sustenta el sentido del fallo, se impone confirmarlo en sus
términos por la insuficiencia de los propios agravios."

"AGRAVIOS. NO LO SON LAS AFIRMACIONES QUE NO RAZONAN CONTRA LOS


FUNDAMENTOS DEL FALLO QUE ATACAN.—No puede considerarse como agravio la simple
manifestación y opinión del recurrente de inconformidad con el sentido de la sentencia recurrida por
considerarla ilegal, ya que el mismo debe impugnar con razonamientos, los que la hayan fundado.";
y,

"AGRAVIOS INOPERANTES EN LA REVISIÓN.—Resultan inoperantes los agravios hechos valer


cuando se aprecia que no se hace un razonamiento lógico jurídico concreto para desvirtuar las
estimaciones del Juez de Distrito, las que llevan a establecer que el acto reclamado no existe en la
forma planteada; o sea, que en la revisión sólo puede resolverse respecto de los agravios que sean
la consecuencia de una violación de la ley, pues aunque en una sentencia se cause perjuicio, por
muy grave que sea, este tribunal no podría remediarlo mientras no se advierta que tal sentencia ha
sido dictada con infracción de un precepto legal."

No obstante lo anterior, en el caso procede la suplencia de la queja deficiente, conforme al artículo


79, fracción IV, de la Ley de Amparo, respecto a la condena en costas decretada en la sentencia
reclamada, al existir jurisprudencia firme emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, que aborda tal hipótesis, a saber, la identificada con la clave de publicación
1a./J. 1/2018 (10a.), de título y subtítulo: "COSTAS EN EL JUICIO ORAL MERCANTIL. NO
PROCEDE LA APLICACIÓN SUPLETORIA DE ALGÚN ORDENAMIENTO PROCESAL PARA SU
IMPOSICIÓN.", que más adelante se citará.

Resulta aplicable al caso, el criterio VI.2o.C.26 K (10a.), sustentado por este órgano colegiado,

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publicado el viernes 1 de junio de 2018, a las 10:07 horas en el Semanario Judicial de la Federación
y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 55, Tomo IV, junio de
2018, página 3221, con registro digital: 2017090, Tribunales Colegiados de Circuito, que dice:

"SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. PROCEDE CUANDO SE OMITA OBSERVAR UNA


JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, QUE RESULTE DE
APLICACIÓN EXACTA AL CASO CONCRETO, POR CONSTITUIR UNA VIOLACIÓN MANIFIESTA
DE LA LEY QUE DEJE SIN DEFENSA AL JUSTICIABLE, CONFORME A LA FRACCIÓN VI DEL
ARTÍCULO 79 DE LA LEY DE AMPARO. El artículo 217 de la Ley de Amparo establece un sistema
de observancia obligatoria de la jurisprudencia que emite la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
actuando tanto en Pleno como en Salas. Por lo que todos los juzgadores resultan vinculados con los
criterios interpretativos del Máximo Tribunal del País, pues tienen la obligación ineludible de
acatarlos a partir del día hábil siguiente a aquel en que son publicados en el Semanario Judicial de
la Federación, debiendo hacerlo en todas las resoluciones que dicten en el ejercicio de sus
funciones. Por tanto, cuando se advierta la falta de observancia e inaplicación de los criterios
jurisprudenciales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que resulten ser conducentes al
caso concreto, ya sea porque definan o resuelvan el punto medular sometido a la competencia de
los tribunales, ese proceder constituye una violación manifiesta de la ley que deja sin defensa al
justiciable, cuando se comete en la emisión de la resolución revisada. Por lo que, en ese supuesto,
procede suplir la queja deficiente, conforme a la fracción VI del artículo 79 de la Ley de Amparo."

Ahora bien, respecto al tema de las costas se advierte que el Juez responsable condenó a la parte
demandada, aquí quejosa, al pago de las mismas, por considerar que debía aplicarse
supletoriamente el Código Federal de Procedimientos Civiles.

Sin embargo, es preciso tener presente que la indicada condena en costas, apoyada en el artículo
7o. de la legislación procesal civil federal, deviene ilegal, dado que la condena por vencimiento en
los juicios mercantiles únicamente está prevista para los de carácter ejecutivo dada su naturaleza
de procesos fundados en títulos que traen aparejada ejecución, que no son de cognición y desde su
inicio se procede a la ejecución, o también para el supuesto de haber sido condenado en dos
sentencias conformes de toda conformidad en su parte resolutiva, por prolongar el juicio a una
segunda instancia sin lograr cambio alguno en los resolutivos, pero no para los juicios orales
mercantiles, pues ello implicaría contrariar el sistema legal a suplir.

Lo anterior guarda sustento en la jurisprudencia 1a./J. 1/2018 (10a.), emitida por la Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 126/2017, con
registro digital: 2016352, consultable en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, Libro 52, Tomo I, marzo de 2018, página 923 «y en el Semanario Judicial de la Federación
del viernes 9 de marzo de 2018 a las 10:12 horas», de título, subtítulo y texto:

"COSTAS EN EL JUICIO ORAL MERCANTIL. NO PROCEDE LA APLICACIÓN SUPLETORIA DE


ALGÚN ORDENAMIENTO PROCESAL PARA SU IMPOSICIÓN. La interpretación sistemática y
funcional de los artículos 1054, 1063, 1390 Bis, 1390 Bis-1, 1390 Bis-8, y 1081 a 1090 del Código
de Comercio conduce a establecer que es inadmisible acudir a la ley supletoria, sea el Código
Federal de Procedimientos Civiles o la ley procesal local respectiva, para imponer condena en
costas por vencimiento en los juicios orales mercantiles, ya que tal aplicación contraviene el sistema
de condena en costas adoptado por el legislador mercantil en el artículo 1084 del Código de
Comercio, que es completo y suficiente para condenar o absolver sobre el pago de costas en toda
clase de juicios mercantiles a partir de ciertos criterios que el legislador consideró justificados para
imponer esa condena, fundados en el abuso en el ejercicio de los derechos ante los tribunales, sea
por actuar con temeridad o mala fe, o bien, por ubicarse en ciertos supuestos objetivos relativos a
hacer valer una acción o una excepción fundadas en hechos disputados, sin aportar prueba alguna;

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a pretender valerse de pruebas inválidas, como documentos falsos o testigos falsos o sobornados; a
proponer acciones, defensas o excepciones, incidentes o recursos improcedentes; a llevar el litigio a
una segunda instancia infructuosamente, o a resultar vencido en juicio ejecutivo. De lo que se
advierte que la condena por vencimiento en los juicios mercantiles únicamente está prevista para
los de carácter ejecutivo dada su naturaleza de procesos fundados en títulos que traen aparejada
ejecución, que no son de cognición y desde su inicio se procede a la ejecución, o también para el
supuesto de haber sido condenado en dos sentencias conformes de toda conformidad en su parte
resolutiva, por prolongar el juicio a una segunda instancia sin lograr cambio alguno en los
resolutivos. De manera que imponer la condena por vencimiento en los juicios orales mercantiles
implicaría contrariar el sistema legal a suplir, porque se impondría un supuesto extraño y no
considerado por el legislador mercantil para fundar la condena en costas en esa clase de juicios,
igual que ocurre en los juicios ordinarios en primera instancia."

La hipótesis anterior se actualiza en el caso a estudio, pues de la sentencia reclamada se aprecia


que el Juez responsable declaró probada la acción, y condenó a la parte demandada al pago de
costas aplicando de manera supletoria al Código de Comercio a las disposiciones del Código
Federal de Procedimientos Civiles.

En tales condiciones se estima aplicable el criterio jurisprudencial antes transcrito, que si bien se
publicó el nueve de marzo de dos mil dieciocho, esto es, posterior a la fecha en la que se dictó la
sentencia reclamada –cinco de octubre de dos mil dieciséis– e, incluso, después de que se presentó
la demanda de amparo ante la autoridad responsable –tres de noviembre del mes y año indicados–;
su invocación y aplicación, en la especie, no puede considerarse retroactiva en perjuicio de persona
alguna –concretamente de la demandante, aquí tercero interesada–, como al efecto lo proscribe el
dispositivo 217 de la Ley de Amparo; habida cuenta que en torno al tema que aborda dicha
jurisprudencia, no existía previamente un criterio obligatorio que dirimiera esa cuestión y, por ende,
que resultara, necesariamente, observable para esta potestad federal.

En este último aspecto, cabe citar, por las razones que la informan, la jurisprudencia P./J. 2/2018
(10a.), del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con registro digital: 2015995,
publicada el viernes 19 de enero de 2018 a las 10:20 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 50, Tomo
I, enero de 2018, página 7, de título, subtítulo y texto siguientes:

"JURISPRUDENCIA. NO SE ACTUALIZAN EFECTOS RETROACTIVOS RESPECTO DE LA


TESIS 1a./J. 97/2013 (10a.) EMITIDA POR LA PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, AL NO EXISTIR UNA JURISPRUDENCIA PREVIA. Conforme al artículo
217, último párrafo, de la Ley de Amparo, la jurisprudencia en ningún caso tendrá efecto retroactivo
en perjuicio de persona alguna, lo que presupone la existencia de un criterio jurisprudencial previo
que interprete la misma hipótesis jurídica que la nueva jurisprudencia, pues sólo en ese supuesto
los órganos jurisdiccionales están obligados a resolver un caso conforme al criterio anterior; de ahí
que ante la falta de jurisprudencia previa, la juzgadora puede hacer uso de su autonomía
interpretativa. Así, la aplicación en el juicio de la jurisprudencia 1a./J. 97/2013 (10a.), emitida por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de título y subtítulo: ‘AMPARO
DIRECTO EN MATERIA MERCANTIL. EL AUTORIZADO POR LAS PARTES EN TÉRMINOS DEL
ARTÍCULO 1069, PÁRRAFO TERCERO, DEL CÓDIGO DE COMERCIO, NO ESTÁ FACULTADO
PARA PROMOVER AQUEL JUICIO A NOMBRE DE SU AUTORIZANTE.’, al tenor de la cual el
autorizado por las partes en un juicio mercantil no está facultado para promover el juicio de amparo
directo a nombre de su autorizante, no tiene efectos retroactivos en perjuicio de persona alguna, ya
que no existía una jurisprudencia previa que interpretara o definiera esa hipótesis específica, sino
una práctica judicial reiterada por un determinado tribunal que, incluso, podría ser distinta a la que
adoptara otro tribunal en casos similares. Además, el hecho de que se admita una demanda de

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amparo directo, promovida por el autorizado en términos del artículo 1069, tercer párrafo, del
Código de Comercio, y este proveído no se haya impugnado, dando lugar a que ello no se resuelva
en definitiva, genera que esta determinación siga sub júdice hasta que el órgano jurisdiccional de
amparo dicte su sentencia, por lo que la aplicación del referido criterio jurisprudencial en esta, no
implica imprimirle efectos retroactivos, aun cuando este criterio se aplique a hechos pasados dentro
de una secuela procesal, ya que no existe un criterio jurisprudencial previo que haya actualizado
sus supuestos y que, por ende, lo obligue a resolver en determinado sentido, ni tampoco una
determinación jurisdiccional previa dentro del proceso que no pueda ser revisada por resultarle
vinculante."

En estas condiciones, al resultar infundados en una parte, inoperantes en otra y esencialmente


fundados en lo restante los conceptos de violación transcritos, aunque en este último aspecto,
suplidos en su deficiencia, lo procedente es conceder el amparo y protección de la Justicia de la
Unión, para el efecto de que el juzgador responsable:

I. Deje insubsistente la sentencia reclamada;

II. En su lugar pronuncie otra en la que reitere todas aquellas consideraciones que no fueron
materia de esta ejecutoria o aquellas que habiéndolo sido, los conceptos de violación enderezados
por el quejoso fueron desestimados; a saber todos los que integran el fallo reclamado como son las
relativas a la procedencia de la acción, análisis de las excepciones, condena respecto de la suerte
principal, intereses moratorios y absolución de daños y perjuicios, con excepción de lo relativo a la
condena en costas; y,

III. Se abstenga de condenar al pago de costas a la parte reo, con apoyo en el Código Federal de
Procedimientos Civiles, acorde con las consideraciones que informan esta ejecutoria.

SEXTO.—Son en parte inoperantes e infundados los conceptos de violación aducidos en el amparo


adhesivo.

Para así considerarlo, conviene precisar lo siguiente:

El artículo 107, fracción III, inciso a), párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos establece:

"Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria,
de acuerdo con las bases siguientes: ... III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales,
administrativos o del trabajo, el amparo sólo procederá en los casos siguientes: a) Contra
sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, ya sea que la violación se
cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso
trascendiendo al resultado del fallo. En relación con el amparo al que se refiere este inciso y la
fracción V de este artículo, el Tribunal Colegiado de Circuito deberá decidir respecto de todas las
violaciones procesales que se hicieron valer y aquellas que, cuando proceda, advierta en suplencia
de la queja, y fijará los términos precisos en que deberá pronunciarse la nueva resolución. Si las
violaciones procesales no se invocaron en un primer amparo, ni el Tribunal Colegiado
correspondiente las hizo valer de oficio en los casos en que proceda la suplencia de la queja, no
podrán ser materia de concepto de violación, ni de estudio oficioso en juicio de amparo
posterior.—La parte que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que
subsista el acto reclamado, podrá presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera
de las partes que intervinieron en el juicio del que emana el acto reclamado. La ley determinará la
forma y términos en que deberá promoverse."

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De la lectura de dicho precepto constitucional, se advierte que la parte que hubiere obtenido
sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que subsista el acto reclamado, puede
presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera de las partes que intervinieron en
el juicio del que emana el acto reclamado; y que es la ley la que determinaría la forma y términos en
que aquélla debe promoverse.

Asimismo, el artículo 182 de la Ley de Amparo dispone lo siguiente:

"Artículo 182. La parte que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que
subsista el acto reclamado podrán presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera
de las partes que intervinieron en el juicio del que emana el acto reclamado, el cual se tramitará en
el mismo expediente y se resolverán en una sola sentencia. La presentación y trámite del amparo
adhesivo se regirá, en lo conducente, por lo dispuesto para el amparo principal, y seguirá la misma
suerte procesal de este.—El amparo adhesivo únicamente procederá en los casos siguientes: I.
Cuando el adherente trate de fortalecer las consideraciones vertidas en el fallo definitivo, a fin de no
quedar indefenso; y II. Cuando existan violaciones al procedimiento que pudieran afectar las
defensas del adherente, trascendiendo al resultado del fallo.—Los conceptos de violación en el
amparo adhesivo deberán estar encaminados, por tanto, a fortalecer las consideraciones de la
sentencia definitiva, laudo o resolución que pone fin al juicio, que determinaron el resolutivo
favorable a los intereses del adherente, o a impugnar las que concluyan en un punto decisorio que
le perjudica. Se deberán hacer valer todas las violaciones procesales que se hayan cometido,
siempre que pudieran trascender al resultado del fallo y que respecto de ellas, el adherente hubiese
agotado los medios ordinarios de defensa, a menos que se trate de menores, incapaces, ejidatarios,
trabajadores, núcleos de población ejidal o comunal, o de quienes por sus condiciones de pobreza o
marginación se encuentren en clara desventaja social para emprender un juicio, y en materia penal
tratándose del imputado y del ofendido o víctima. Con la demanda de amparo adhesivo se correrá
traslado a la parte contraria para que exprese lo que a su interés convenga.—La falta de promoción
del amparo adhesivo hará que precluya el derecho de quien obtuvo sentencia favorable para alegar
posteriormente las violaciones procesales que se hayan cometido en su contra, siempre que haya
estado en posibilidad de hacerlas valer.—El Tribunal Colegiado de Circuito, respetando la lógica y
las reglas fundamentales que norman el procedimiento en el juicio de amparo, procurará resolver
integralmente el asunto para evitar, en lo posible, la prolongación de la controversia."

Como se observa, el precepto transcrito prevé:

a) La figura del amparo adhesivo;

b) Los supuestos de procedencia de la adhesión;

c) El objeto de los conceptos de violación en el amparo adhesivo;

d) La condicionante para que proceda examinarlos (haber agotado los medios ordinarios de
defensa) y los supuestos de excepción a esta regla;

e) La obligación al órgano de control, de correr traslado a la parte contraria (quejoso principal),


respecto de la demanda de amparo adhesivo, a fin de que exprese lo que a su derecho convenga;

f) La sanción legal que acarrea el no promover el amparo adhesivo, esto es, que precluya el
derecho de quien obtuvo sentencia favorable para alegar posteriormente las violaciones procesales
que se hayan cometido en su contra, siempre que haya estado en posibilidad de hacerlas valer; y,

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g) La finalidad del amparo adhesivo al resolver el asunto, esto es, evitar, en lo posible, la
prolongación de la controversia, con la condicionante de que se respeten la lógica y las reglas
fundamentales que norman el procedimiento en el juicio constitucional.

Ahora bien, como se observa, los supuestos de procedencia del amparo adhesivo que prevé la ley
son los siguientes:

I. Cuando el adherente trate de fortalecer las consideraciones vertidas en el fallo definitivo, a fin de
no quedar indefenso, o pretenda impugnar las que concluyan en un punto decisorio que le
perjudica; y,

II. Cuando existan violaciones al procedimiento que pudieran afectar las defensas del adherente,
trascendiendo al resultado del fallo.

La primera de las fracciones establece que procederá el amparo adhesivo cuando el adherente trate
de fortalecer las consideraciones vertidas en el acto reclamado, es decir, la carga procesal para
quien obtuvo resultado favorable con el acto reclamado, emerge únicamente respecto de los puntos
tratados por la autoridad responsable, puesto que la finalidad del amparo adhesivo es mejorar "las
consideraciones vertidas", a través de la expresión razonada de motivos de hecho y de derecho que
sirvan para reforzar la línea argumentativa que adoptó y desarrolló la autoridad responsable; de ahí
que no sean materia de estudio las cuestiones que la autoridad no hubiera atendido por
considerarlo innecesario y, por ende, respecto de las cuales no existiera pronunciamiento en el acto
reclamado.

Por su parte, la segunda de las porciones normativas se traduce en un sistema de depuración


procesal, pues se impone la carga a quien obtuvo fallo favorable de promover amparo con la
finalidad de plantear violaciones procesales.

De lo expuesto en los dos párrafos precedentes, se corrobora que los objetivos de la figura del
amparo adhesivo son:

a) Fortalecer las consideraciones de la sentencia definitiva, laudo o resolución que pone fin al juicio,
que determinaron el resolutivo favorable a sus intereses;

b) Impugnar las que concluyan en un punto decisorio que le perjudica; y,

c) Hacer valer todas las violaciones procesales que se hayan cometido, siempre que pudieran
trascender al resultado del fallo.

Sentado lo anterior, basta la lectura de la demanda de amparo adhesivo, para advertir que, en una
parte la adherente, expresa conceptos de violación tendentes a fortalecer las consideraciones de la
sentencia que quedaron firmes ante la ineficacia de los conceptos de violación propuestos por el
impetrante, a saber: el tema relativo a la exhibición de los básicos de la acción y su valoración para
determinar la notoria alteración de los mismos, puesto que el resultado en favor de la adherente
constituye una cuestión firme ante lo inoperante e infundado de los conceptos de violación; de ahí
que a nada práctico conduce su estudio.

Apoya lo anterior, la jurisprudencia XVII.1o.C.T. J/11 (10a.), sustentada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, con registro digital: 2013003,
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 36, Tomo IV,
noviembre de 2016, página 2184, Tribunales Colegiados de Circuito «y en el Semanario Judicial de
la Federación del viernes 11 de noviembre de 2016 a las 10:22 horas», de título, subtítulo y texto:

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"AMPARO ADHESIVO. SON INOPERANTES LOS CONCEPTOS DE VIOLACIÓN QUE


PRETENDEN REFORZAR UNA CONSIDERACIÓN QUE QUEDÓ FIRME ANTE LA FALTA DE
IMPUGNACIÓN O POR LA INEFICACIA DE LOS MOTIVOS DE DISENSO QUE EN SU CONTRA
SE FORMULARON EN EL JUICIO PRINCIPAL. De conformidad con el artículo 107, fracción III,
inciso a), párrafo segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación
con el numeral 182 de la Ley de Amparo, el juicio de amparo adhesivo puede promoverse por la
parte que obtuvo sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que subsista el acto
reclamado, a fin de mejorar las consideraciones de la sentencia definitiva, laudo o resolución que
puso fin al juicio e invocar las violaciones procesales que puedan transgredir sus derechos. Ahora,
si en el juicio de amparo principal no se controvierten algunas de las consideraciones del acto
reclamado, o bien, se califican de infundados o inoperantes los conceptos de violación en tal
sentido, empero, se concede la protección constitucional solicitada por vicios en cuestiones
desvinculadas a aquéllas; en el examen del amparo adhesivo deberán calificarse de inoperantes los
razonamientos que pretendan reforzar las primeras, puesto que el resultado en favor del adherente
constituye una cuestión firme ante la falta de impugnación o ineficacia de los motivos de disenso."

También son inoperantes los argumentos expuestos por la quejosa tendentes a controvertir la
resolución del Juez de origen de absolver a la parte demandada, quejosa principal, del pago de
daños y perjuicios, dado que es inconcuso que con esas alegaciones lo que en realidad se pretende
es combatir una consideración que el adherente estima vulneró sus derechos, concluyendo en un
punto resolutivo desfavorable, lo cual no es impugnable mediante el amparo adhesivo, de acuerdo
con su naturaleza, pues acorde con la ley, en éste solamente se pueden debatir consideraciones
desfavorables que culminan en resolutivos favorables al afectado, y no como lo pretende el quejoso
adherente, al intentar combatir consideraciones desfavorables del acto reclamado que concluyeron
en puntos también perjudiciales para éste pues, en ese caso, lo conducente era promover un
amparo principal a fin de reclamar las consideraciones de mérito.

Ilustra a lo anterior, la tesis del Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la
Octava Región, compartida por este órgano colegiado, número (VIII Región)2o.5 K (10a.), con
registro digital: 2009033, Tribunales Colegiados de Circuito, publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 18, Tomo III, mayo de 2015, página 2101 «y en el
Semanario Judicial de la Federación del viernes 8 de mayo de 2015 a las 9:30 horas», de título,
subtítulo y texto:

"AMPARO ADHESIVO. SUPUESTOS DE PROCEDENCIA (ALCANCE DE LA EXPRESION ‘LAS


QUE CONCLUYAN EN UN PUNTO DECISORIO QUE LE PERJUDICA’, CONTENIDA EN EL
ARTÍCULO 182, PÁRRAFO TERCERO, DE LA LEY DE LA MATERIA). De la interpretación
sistemática del artículo 182 de la Ley de Amparo, se advierte que el amparo adhesivo procede
contra una sentencia favorable, de la que se tiene interés jurídico de que subsista, sin que se
prevea la posibilidad de que proceda contra una sentencia desfavorable en sus resolutivos; por
tanto, la expresión contenida en el tercer párrafo de ese numeral, relativa a que los conceptos de
violación deberán estar encaminados a impugnar ‘las que concluyan en un punto decisorio que le
perjudica’, está referida a las consideraciones que le afectan y no a los resolutivos, pues pensar lo
contrario, esto es, que también pueda combatirse en amparo adhesivo un punto resolutivo
desfavorable, abriría una posibilidad paralela para impugnarlo tanto en amparo directo principal,
como en amparo directo adhesivo, lo que generaría un trato inequitativo para las partes en el juicio;
en consecuencia, si existe en la motivación de la sentencia una consideración que le afecta o
perjudica (desfavorable), que concluye en un punto resolutivo favorable, es procedente el amparo
adhesivo (consideración que perjudica-resolutivo favorable) y si esa afectación concluye en un
punto resolutivo desfavorable, procede el amparo directo principal (consideración que perjudica-
resolutivo desfavorable), lo que además es acorde con el artículo 107, fracción III, inciso a), párrafo

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segundo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece que la parte
que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que subsista el acto
reclamado, podrán presentar amparo en forma adhesiva."

Las anteriores consideraciones conducen a negar el amparo solicitado por la quejosa adhesiva.

No pasa inadvertido para este órgano colegiado que la quejosa adherente se refiere en sus
conceptos de violación a una causa de improcedencia; sin embargo, la misma no se relaciona con
el acto reclamado.

Antes bien, refiere en los motivos de disenso que la quejosa principal pretende impugnar un acto
consentido tácitamente, que fue la exhibición de los documentos requeridos por el Juez natural,
pues aduce que no se impugnó de manera oportuna el auto en que se requirió la presentación de
los cheques originales.

En esa tesitura, es claro que no se está haciendo valer una causa de improcedencia respecto del
acto reclamado, a saber la sentencia de cinco de octubre de dos mil dieciséis, sino que se pretende
evidenciar la falta de oportunidad del quejoso para controvertir el hecho de que se le haya requerido
la exhibición de los básicos de la acción.

Finalmente, cabe señalar que las jurisprudencias invocadas en este asunto e integradas bajo la
vigencia de la Ley de Amparo abrogada, se citan en acatamiento a lo dispuesto por el artículo sexto
transitorio del decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el dos de abril de dos mil trece,
cuando se expidió la ley de la materia en vigor, dado que los puntos contenidos en ellas no se
oponen a la nueva legislación.

Por lo expuesto, y con apoyo, además, en los artículos 107, fracciones III y IX, de la Constitución
General de la República, 33, fracción II, 34, párrafo primero, 73, 74, 75, 77 y 170, fracción I, de la
Ley de Amparo y, 35 y 37, fracción I, inciso c), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, se resuelve:

PRIMERO.—Para los efectos precisados en el penúltimo considerando de este fallo la Justicia de la


Unión ampara y protege a **********, contra el acto que reclamó del Juez Primero de Distrito en
Materia Mercantil, Especializado en Juicios de Cuantía Menor en el Estado de Puebla, consistente
en la sentencia dictada el cinco de octubre de dos mil dieciséis, en el expediente **********, relativo
al juicio oral mercantil promovido en su contra por **********.

SEGUNDO.—La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********, contra el acto que reclamó
del Juez Primero de Distrito en Materia Mercantil, Especializado en Juicios de Cuantía Menor en el
Estado de Puebla.

Notifíquese; envíese testimonio de esta resolución a la autoridad responsable, devuélvanse los


autos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el expediente.

Así, por unanimidad de votos, lo resolvió el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto
Circuito, integrado por los Magistrados Emma Herlinda Villagómez Ordóñez, Raúl Armando Pallares
Valdez y Ma. Elisa Tejada Hernández. Fue ponente la tercera de los nombrados.

En términos de lo previsto en los artículos 14, fracción I y 18, fracciones I y II de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en
esos supuestos normativos.

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Nota: Las tesis de jurisprudencia 599 y 601, de rubros: "AGRAVIOS INSUFICIENTES." y


"AGRAVIOS. NO LO SON LAS AFIRMACIONES QUE NO RAZONAN CONTRA LOS
FUNDAMENTOS DEL FALLO QUE ATACAN." citadas en esta ejecutoria, también aparecen
publicadas con las claves VI.2o. J/322 y VI.2o. J/321, respectivamente, en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Octava Época, Número 80, agosto de 1994, página 86.

La parte conducente de las ejecutorias relativas a las contradicciones de tesis 389/2009 y 126/2017
citadas en esta ejecutoria, aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, mayo de 2010, página 1123 y en el Semanario Judicial de la
Federación del viernes 9 de marzo de 2018 a las 10:12 horas, así como en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 52, Tomo I, marzo de 2018, página 905,
respectivamente.

Esta ejecutoria se publicó el viernes 21 de septiembre de 2018 a las 10:30 horas en el Semanario
Judicial de la Federación.

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