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Registro digital: 171674

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito


Novena Época
Materia(s): Civil
Tesis: I.3o.C.628 C
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tipo: Tesis Aislada

PRESCRIPCIÓN NEGATIVA. CARGA DE LA PRUEBA DE LOS ELEMENTOS DE LA ACCIÓN.

De la interpretación sistemática y teleológica de los artículos 1135, 1136, 1158, 1159 y 1168 del
Código Civil para el Distrito Federal, se advierte la existencia de dos elementos estructurales de
la prescripción negativa, a saber: la existencia de una obligación y el solo transcurso del tiempo
contado a partir de que aquélla pudo exigirse por el tiempo previsto por la ley, lo cual demuestra
que se atribuye implícitamente una inactividad al acreedor de ejercer el derecho de crédito que
tiene a su favor, que permite establecer la intención del legislador de sancionar la inercia de las
partes en el cumplimiento de una obligación y, fundamentalmente, del abandono del titular del
derecho durante un tiempo determinado, conforme al cual el ordenamiento jurídico se
desentiende de dicho interés privado impidiendo el cobro coactivo de dicha obligación . Derivado
de lo anterior, cuando se ejerce la acción de prescripción negativa se desprende de manera
clara que los hechos que deben probarse por el actor son: a. La existencia de una obligación, y
b. Que a partir de la fecha en que la obligación se volvió exigible ha transcurrido el tiempo
previsto en la ley para que opere la prescripción negativa. En ese sentido, si bien es cierto que
el artículo 281 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal dispone que las
partes asumirán la carga de la prueba de los hechos constitutivos de sus pretensiones, y que la
fracción IV del artículo 282 del mismo ordenamiento señala claramente que el que niega sólo
está obligado a probar cuando la negativa sea un elemento constitutivo de la acción, dicha regla
general no es aplicable al caso de la acción de prescripción negativa, tanto porque se apoya en
el hecho de que el acreedor de una obligación no ha exigido el cumplimiento de la obligación por
determinado tiempo, lo que implica atribuirle al acreedor demandado una conducta de
abstención o negativa, que no es propia del actor; como porque la ley sustantiva al configurar la
institución de la prescripción negativa estableció una presunción a favor del deudor en el sentido
de que la falta de cumplimiento proviene de una inactividad del acreedor, por lo cual si la
enjuiciante hace valer las consecuencias de la expiración de un plazo que dará lugar a que no
sea exigible una obligación, sólo debe probar la existencia de la obligación, cuándo fue exigible
y cuándo expiró, y el acreedor debe demostrar que sí requirió de pago o se actualizó alguno de
los casos de interrupción de la prescripción previstos en el ordenamiento jurídico.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 128/2007. Banco Unión, S.A., Institución de Banca Múltiple. 17 de mayo de
2007. Unanimidad de votos. Ponente: Neófito López Ramos. Secretario: José Luis Evaristo
Villegas.
Registro digital: 2022057
Instancia: Primera Sala
Décima Época
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 26/2020 (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 77, Agosto de 2020, Tomo III, página 2654
Tipo: Jurisprudencia
PRESCRIPCIÓN NEGATIVA. LA CADUCIDAD DE LA INSTANCIA NO ES APTA PARA
INTERRUMPIRLA (CÓDIGO DE COMERCIO Y LEGISLACIONES CIVILES DE QUINTANA
ROO, ESTADO DE MÉXICO, JALISCO Y GUERRERO).
En diversos juicios ordinarios civiles o ejecutivos mercantiles, había operado la caducidad de la
instancia y en juicio posterior la parte demandada adujo como excepción la prescripción
negativa de la acción, con fundamento en las legislaciones aludidas. Los Tribunales Colegiados
que conocieron de los juicios de amparo directo respectivos sostuvieron criterios distintos
consistentes en determinar si la presentación de una demanda en un juicio en el que después
se decreta la caducidad de la instancia interrumpe el plazo de prescripción. La Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación consideró que el criterio que debe prevalecer es que
la presentación de una demanda en un juicio en el que después se decreta la caducidad de la
instancia no interrumpe el término para la prescripción. Lo anterior, en virtud de que la
caducidad es una consecuencia de la inactividad en el juicio, que se traduce en una falta de
interés de los justiciables en su prosecución; de ahí que, estimar que la presentación de una
demanda en un juicio en el que después se decreta dicha figura, interrumpe la prescripción de la
acción, atentaría contra la seguridad jurídica, pues implicaría otorgar una prerrogativa a quien no
está pendiente de ejercer sus derechos en la forma y términos que precisan las leyes.
Contradicción de tesis 304/2019.

Contradicción de tesis

Registro digital: 29475


Asunto: CONTRADICCIÓN DE TESIS 304/2019.
Décima Época
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 77, Agosto de 2020, Tomo III, página 2594
Instancia: Primera Sala

PRESCRIPCIÓN NEGATIVA. LA CADUCIDAD DE LA INSTANCIA NO ES APTA PARA


INTERRUMPIRLA (CÓDIGO DE COMERCIO Y LEGISLACIONES CIVILES DE QUINTANA
ROO, ESTADO DE MÉXICO, JALISCO Y GUERRERO).

[...] “Bajo ese contexto, procede ahora a destacar algunas notas sobre la prescripción
negativa:
• Es una institución del derecho civil destinada a descargar las obligaciones contraídas por
las personas una vez que éstas no les han sido exigidas por sus acreedores en los tiempos
y formas objetivamente señalados por la ley.

• Sobre su importancia, esta Primera Sala ha establecido, que la prontitud da seguridad y


certeza jurídica al propio gobernado, pues implica que se ajusten a los plazos y términos
previamente establecidos en las leyes, tanto los justiciables como las autoridades
encargadas de impartir justicia.

• En efecto, si bien es verdad que todo gobernado tiene derecho de acudir a los tribunales a
plantear una pretensión o defenderse de ella, a través de un procedimiento en el que se
cumplan las formalidades esenciales del procedimiento, también es cierto, que ese derecho
se debe ejercer de manera oportuna, pues de lo contrario, se corre el riesgo de que éste,
según sea el caso, prescriba, precluya o caduque.

• Pese a que la garantía de acceso a la justicia es un derecho que tiene el gobernado frente
al poder público, ese derecho es correlativo de una obligación, que contribuye al buen
funcionamiento de la administración e impartición de justicia, la cual consiste en que el
gobernado se sujete a cumplir con los requisitos, términos y condiciones que imponen las
leyes sustantivas y procesales. Por tanto, cualquier gobernado que pretenda tener acceso a
la justicia, debe manifestar esa voluntad de manera oportuna, ya que de lo contrario, la ley,
a través de la prescripción, presume una falta de interés al respecto.

• En ese sentido se ha pronunciado esta Primera Sala, al resolver el amparo directo en


revisión **********,(22) en el que interpretó los artículos 17, segundo párrafo,(23) de la
Constitución y 8.1,(24) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.1,(25)
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, para concluir que, como lo había
sostenido la Segunda Sala,(26) del derecho de acceso a la jurisdicción derivan los principios
de justicia pronta, completa, imparcial y gratuita.

• También, al resolver el amparo directo en revisión **********(27) esta Primera Sala se


pronunció en torno a lo que denominó "derecho a la prescripción (liberatoria o negativa)",
como corolario del principio de seguridad jurídica. Asunto del que se desprende que la
seguridad jurídica constituye la base sobre la cual descansa el sistema jurídico mexicano, y
de ella se ha desprendido un derecho de las personas a conocer o tener certeza sobre su
situación jurídica, lo cual comprende una previsibilidad sobre el supuesto en el que se
encuentren y respecto a las posibilidades a su alcance para salvaguardar sus derechos.

• Así, se considera que se actualiza una violación a este principio cuando "se genera un
estado de incertidumbre sobre los derechos".

• A la luz de lo anterior, el "derecho a la prescripción" o "a ampararse en los plazos de


prescripción" surge de la necesidad de que las relaciones jurídicas –y particularmente las
patrimoniales– entre las personas, no permanezcan inciertas indefinidamente.

• Lo anterior se complementa con un castigo al abandono del titular del derecho prescrito,
pues la prolongada incertidumbre derivada de la inactividad o silencio en torno al ejercicio
del mismo lesionan el interés social.(28)”
[...]
“En efecto, en la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la seguridad
jurídica ha sido considerada como la base sobre la cual descansa el sistema jurídico
mexicano.

Ese derecho radica en la necesidad de que las personas conozcan o tengan certeza sobre
su situación jurídica en cualquier supuesto y sobre las posibilidades con que cuentan para
salvaguardar sus derechos, de modo que su violación tiene lugar cuando se genera un
estado de incertidumbre sobre los derechos.

En esas condiciones, es dable señalar que en aras del respeto a la garantía del debido
proceso, debe atenderse a las instituciones que lo rigen, como son la prescripción y la
caducidad.

Por ello, si las mismas constituyen sanciones a la falta de interés de quien considera tiene
un derecho, la primera porque no se ejerce en juicio, y la segunda, porque habiéndolo
instado no se está pendiente de que continúe su curso; entonces, al ser obligación de los
justiciables ejercer con oportunidad sus derechos; debe decirse que en aras de preservar la
seguridad jurídica, lo cual comprende la previsibilidad sobre el supuesto en que se
encuentren y respecto a las posibilidades a su alcance para salvaguardar sus derechos.
Entonces, debe considerarse que ese principio se viola cuando se genera un estado de
incertidumbre sobre los derechos.

Efectivamente, a través de la prescripción se logra que las relaciones jurídicas entre las
personas no permanezcan inciertas indefinidamente; por tanto, si esa figura se entiende
como un castigo al abandono del titular del derecho prescrito y, la caducidad también es
una sanción a la inactividad de los sujetos procesales, que además tiene como fundamento
la presunta voluntad de las partes que por el abandono en que han dejado el juicio por el
periodo que establece la ley, presumen tácito acuerdo en la renuncia de sus derechos y
además vuelve las cosas al estado en que se encontraban antes de la presentación de la
demanda, aun cuando algunas de las legislaciones civiles y mercantil analizadas en las
ejecutorias contendientes, establezca que ciertas determinaciones del juicio caduco, así
como pruebas, pueden servir al diverso que se vuelva a promover; lo cierto es que ello debe
considerarse sujeto a que el demandante que pretenda ejecutar un nuevo juicio se
encuentre dentro del término que marca la ley para hacerlo, sin estimarse interrumpida la
misma con el inicio del juicio caduco, pues se insiste, la caducidad es una sanción a la
inactividad o desinterés de los litigantes; de ahí que, otorgar prerrogativas a quien no está
pendiente de ejercitar sus derechos en la forma y términos que precisan las leyes a su
alcance, iría en perjuicio de las garantías de seguridad jurídica y debido proceso a que se
ha venido haciendo referencia.

En consecuencia, esta Primera Sala concluye que la prescripción no se interrumpe con la


presentación de la demanda, en un juicio en el que a la postre se decreta la caducidad de la
instancia.”
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4165/2022

[...] “en cambio si el efecto es negativo, la prescripción que se denomina liberatoria o


extintiva, permite librar obligaciones, al considerar extinguido un derecho como
consecuencia de su falta de ejercicio durante el tiempo establecido en la ley.
Como se ve, esta última prescripción que es la que nos ocupa, implica una sanción que se
impone a la persona que no ejercita o reclama oportunamente su derecho.
Lo anterior, porque si bien la garantía de acceso a la justicia es un derecho que tiene la
persona, ese derecho es correlativo de una obligación que contribuye al buen
funcionamiento de la administración e impartición de justicia, consistente en cumplir con los
requisitos, términos y condiciones que imponen la leyes sustantivas y procesales. Por tanto,
cualquier persona que pretenda tener acceso a la justicia debe manifestar esa voluntad de
manera oportuna, ya que, de lo contrario, la ley presume una falta de interés al respecto a
través de la prescripción.
De esta manera, en atención al interés público de impedir la incertidumbre de las personas,
el legislador fija plazos para que opere la prescripción y no se pueda inquietar a los
poseedores ni hacer averiguaciones sobre derechos, pues de lo contrario nadie estaría a
salvo de pretensiones envejecidas respecto de las cuales probablemente ya no tendrían
pruebas para defenderse. De ahí que no puede quedar al arbitrio de las personas retardar o
postergar indefinidamente el acceso a la justicia, con la consecuente incertidumbre e
inseguridad que pudiera provocarse a terceros y, por tanto, la necesidad de sancionar ese
desinterés a través de la prescripción.
Así, la “ratio legis” de las disposiciones legales que norman la prescripción liberatoria o
extintiva es evitar la posibilidad de que en cualquier momento se pueda poner en
movimiento la maquinaria judicial, con base en acciones que se sustentan en derechos que
han sido abandonados por el tiempo suficiente para considerar que su titular perdió interés
en ellos. De esta manera, se evita mantener en un estado de inseguridad e incertidumbre a
las personas que pueden verse inmersos en una contienda judicial, por lo que no puede
quedar al arbitrio del titular de un derecho afectado ejercer una acción de manera indefinida
o impostergable.
Atendiendo a lo anterior, es dable concluir que si bien la prescripción es una sanción que se
impone a la persona (actor) que no ejercita o reclama oportunamente sus derechos,
también representa un beneficio para la persona (demandado) que debe satisfacer ese
reclamo, pues el fin último de la prescripción radica en que la espera a la que puede
ser sometido el deudor o sujeto pasivo sea razonable, pues lo contrario afectaría el
interés social y la seguridad de las relaciones jurídicas.”

Registro digital: 23224


Asunto: CONTRADICCIÓN DE TESIS 319/2010.
Novena Época
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3, página 2185
Instancia: PRIMERA SALA

DAÑOS CAUSADOS EN TÉRMINOS DEL CAPÍTULO V DEL TÍTULO PRIMERO DE


LOS CÓDIGOS CIVILES FEDERAL Y PARA EL DISTRITO FEDERAL. INICIO DEL
CÓMPUTO DEL PLAZO PARA QUE OPERE LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN
RELATIVA A SU REPARACIÓN, CONFORME AL ARTÍCULO 1934 DE DICHOS
ORDENAMIENTOS.

“[...] Como se advierte, la prescripción es un medio para adquirir bienes o para


liberarse de obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las
condiciones establecidas por la ley; en lo que interesa, la prescripción negativa
es la liberación de obligaciones por no exigirse su cumplimiento.

En efecto, la prescripción negativa o también denominada liberatoria, es un


medio para extinguir obligaciones ante la falta de exigencia de su cumplimiento,
dentro del tiempo señalado en la ley.

Así, la prescripción supone la existencia de dos partes, de quien debe exigir la


obligación (acreedor) y de quien la debe cumplir (deudor); asimismo, supone el
abandono o renuncia del derecho para exigir el cumplimiento de la
obligación y la liberación del cumplimiento de tal obligación.

Debe resaltarse que es la omisión del acreedor, de exigir el cumplimiento de la


obligación que tiene el deudor, durante el término establecido en la ley, lo que
actualiza la prescripción, por tanto, es presupuesto indispensable de la misma
que el acreedor tenga conocimiento del derecho del que deriva tal obligación, a
efecto de que pueda estar en condiciones de exigirlo. [...]”

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN


7255/2018
MINISTRO PONENTE: LUIS MARÍA AGUILAR MORALES
PRIMERA SALA

“53. Doctrina de la Primera Sala sobre la prescripción negativa:


Cuestiones fundamentales: (I) la importancia de la prescripción negativa o liberatoria como
corolario del principio de seguridad jurídica; (II) el momento a partir del cual empieza a
correr el plazo para la prescripción en acciones por responsabilidad civil extracontractual; y
(III) el plazo aplicable para la prescripción de la acción en casos derivados de
responsabilidad civil extracontractual.

I) Importancia de la prescripción negativa


Respecto al primer tema, pese a haber sido abordado tangencialmente en varios asuntos,
existen dos precedentes en los que destacadamente se ha estudiado esta cuestión.

En primer lugar, se menciona el amparo directo en revisión 2525/201328, en el que esta


Primera Sala interpretó los artículos 17, segundo párrafo, de la Constitución y 8.130 y
14.131 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, para concluir que, como lo
había sostenido la Segunda Sala, del derecho de acceso a la jurisdicción derivan los
principios de justicia pronta, completa, imparcial y gratuita. El precedente sostiene que la
prontitud “da seguridad y certeza jurídica al propio gobernado, pues implica que [los] plazos
y términos deben estar previamente establecidos en [las] leyes […] aplicables al caso; y
que[,] por ende, a ellos deben ajustarse tanto las autoridades encargadas de impartir justicia
como los propios justiciables”. Lo anterior condujo a esta Sala a explicar la relevancia de la
prescripción negativa en los siguientes términos:
[...] si bien es verdad que todo gobernado tiene derecho de
acudir a los tribunales a plantear una pretensión o
defenderse de ella, a través de un procedimiento en el que
se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento,
también es cierto, que ese derecho se debe ejercer de
manera oportuna, […], pues de lo contrario, se corre el
riesgo de que éste, según sea el caso, prescriba, precluya o
caduque.
[…].
[Pese] la garantía de acceso a la justicia es un derecho que
tiene el gobernado frente al poder público, ese derecho es
correlativo de una obligación, que contribuye al buen
funcionamiento de la administración e impartición de justicia,
la cual consiste en que el gobernado se sujete a cumplir con
los requisitos, términos y condiciones que imponen las leyes
sustantivas y procesales[.Por] tanto[,] cualquier gobernado
que pretenda tener acceso a la justicia, debe manifestar esa
voluntad de manera oportuna, ya que de lo contrario, la ley,
a través de la prescripción, presume una falta de interés al
respecto.
En efecto, […] aunque [la prescripción negativa] pudiera
parecer contraria a la equidad natural, la cual no permite
que se despoje a nadie de sus bienes en contra de su
voluntad, ni [el] enrique[cimiento] en perjuicio o detrimento
de otro, a través de ésta, “la ley presume” que quien lleva su
negligencia hasta el grado de no reclamar o hacer uso de
sus derechos en cierto tiempo, es porque los abandonó. [De
esta] manera[,] el legislador se ha visto en la necesidad de
fijar un plazo para que ésta opere, pasado el cual, no se
pueda inquietar a los poseedores ni hacer averiguaciones
sobre derechos demasiado tiempo abandonados. [De] lo
contrario nadie estaría a salvo de pretensiones envejecidas,
respecto de las cuales probablemente ya no tendrían
pruebas para defenderse[…].
(Énfasis original)

Continuando con esta línea argumentativa, al resolver el amparo directo en revisión


2746/201335 esta Primera Sala se pronunció en torno a lo que denominó “derecho a la
prescripción (liberatoria o negativa)”, como corolario del principio de seguridad jurídica.
Del asunto en comento se desprende lo siguiente: La seguridad jurídica constituye la base
sobre la cual descansa el sistema jurídico mexicano, y de ella se ha desprendido un
derecho de las personas a conocer o tener certeza sobre su situación jurídica, lo cual
comprende una previsibilidad sobre el supuesto en el que se encuentren y respecto a las
posibilidades a su alcance para salvaguardar sus derechos. Así, se considera que se
actualiza una violación a este principio cuando “se genera un estado de incertidumbre sobre
los derechos”.
A la luz de lo anterior, el “derecho a la prescripción” o “a ampararse en los plazos de
prescripción” surge de la necesidad de que las relaciones jurídicas –y particularmente las
patrimoniales– entre las personas no permanezcan inciertas indefinidamente.
Lo anterior se complementa con un castigo al abandono del titular del derecho prescrito,
pues la prolongada incertidumbre derivada de la inactividad o silencio en torno al ejercicio
lesionan el interés social.
Lo último fue retomado en el amparo directo en revisión 5450/2015, resuelto el 6 de abril
de 2016 por unanimidad de 5 votos, bajo la ponencia del ministro Gutiérrez Ortiz Mena, del
cual derivó la tesis aislada 1a. CCXV/2016 (10a.), registro de IUS 2012440, publicada en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 34, Septiembre de
2016, Tomo I, página 505, cuyo rubro es “PRESCRIPCIÓN NEGATIVA. EL HECHO DE
QUE SE REGULE COMO INSTITUCIÓN DEL DERECHO CIVIL Y QUE CONTEMPLE UN
TRATO DESIGUAL ENTRE DEUDORES Y ACREEDORES, NO VULNERA LOS
PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN”.”

Registro digital: 2012440


Instancia: Primera Sala
Décima Época
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: 1a. CCXV/2016 (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 34, Septiembre de 2016, Tomo I, página 505
Tipo: Aislada
PRESCRIPCIÓN NEGATIVA. EL HECHO DE QUE SE REGULE COMO INSTITUCIÓN DEL
DERECHO CIVIL Y QUE CONTEMPLE UN TRATO DESIGUAL ENTRE DEUDORES Y
ACREEDORES, NO VULNERA LOS PRINCIPIOS DE IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN.

La prescripción negativa, como institución del derecho civil destinada a descargar de


obligaciones contraídas por las personas una vez que éstas no les han sido exigidas por
sus acreedores en los tiempos y formas objetivamente señalados por la ley, no es violatoria
de los principios de igualdad y no discriminación. Así, el solo transcurso del tiempo no
puede considerarse motivo de discriminación para quien resiente la pérdida de la
oportunidad de exigir una deuda al haber observado una actitud pasiva, pues éste no es el
único requisito para estar en aptitud de librarse de cierta obligación civil. En este sentido, el
legislador, en ejercicio de su amplia libertad de configuración, ha considerado que,
como institución del derecho civil de orden público, la prescripción negativa cumple
con el interés general de que las obligaciones no sean perpetuas y, con ello, dotar de
seguridad jurídica a las personas. Por lo anterior, no se vulneran los principios de
igualdad y no discriminación al darse un trato desigual a deudores y acreedores, pues esta
diferenciación persigue una finalidad constitucionalmente válida y no distingue, para ello,
entre calidades intrínsecas de las personas de forma que se vulnere la dignidad humana.
De esta forma, se salva el criterio bajo el cual el principio de igualdad exige un trato igual a
los iguales y desigual a los desiguales.

Amparo directo en revisión 5450/2015. Rosa María Gómez de Alarcón. 6 de abril de 2016.
Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien reservó su derecho para
formular voto concurrente, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien
reservó su derecho para formular voto concurrente, Norma Lucía Piña Hernández, quien
reservó su derecho para formular voto concurrente y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien
reservó su derecho para formular voto concurrente. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Secretaria: María Dolores Igareda Diez de Sollano.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5450/2015.


PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
PRIMERA SALA

“56. Esta Primera Sala advierte que el legislador local en ejercicio su libertad configurativa
persigue una finalidad constitucionalmente válida en aras de regular determinadas
instituciones del derecho civil. Para lo cual se emplean medios tendientes a su consecución,
toda vez que en aras de dotar de certeza y seguridad jurídicas a las personas que se
obligan civilmente cuando contraen deudas y a quienes poseen legítimamente un bien
inmueble, ha diseñado ciertas reglas bajo las cuales, transcurrido cierto tiempo, esa deuda
ya no podrá ser exigida con la coerción del estado (prescripción negativa) y los poseedores
podrán adquirir la propiedad del bien poseído (prescripción positiva) sin la incertidumbre de
que otra persona tenga inferencia sobre el mismo.

57. A lo anterior, debe decirse que la prescripción es una institución del derecho civil de
orden público. Es decir, existe interés general al respecto de que las obligaciones no sean
perpetuas. La prescripción está destinada a descargar a los deudores de la obligación de
comprobar pagos realizados con mucha antelación y de tener que conservar los
comprobantes respectivos. En el mismo sentido, sanciona al acreedor que no ha hecho
valer sus derechos en los tiempos objetivamente estipulados por la ley.

58. Por otra parte, la prescripción en sus dos modalidades no sólo presupone la inacción del
acreedor de una obligación o del propietario de un bien, sino también que éstos hayan
estado en posibilidad de exigir lo que a su derecho corresponda o de interpelar
judicialmente para así interrumpir la prescripción. Aún más, la ley civil sustantiva en cuestión
contempla la suspensión de la prescripción, esto es que, en aras de proteger a personas
cuyas situaciones se consideren de especial protección por cuestiones de igualdad
estructural, se establece que el cómputo de la prescripción no podrá ni empezar ni correr
contra éstas.

59. En esta tesitura, la declarativa judicial de prescripción en perjuicio de un acreedor o del


propietario de un bien podría devenir irrazonable, y por lo tanto inconstitucional, cuando el
propio acreedor o propietario no haya estado en condiciones de deducir sus derechos
jurídicamente. Para ello, la persona tendría que encontrarse en alguna de las situaciones
referidas en el artículo 1197 de la legislación civil de la entidad o bien, en alguna situación
que pueda ser equiparable atendiendo a la razón que subyace en el artículo 1197, es decir,
cualquier otra persona a la cual en virtud de su condición de desigualdad estructural no sea
razonable exigirle la defensa jurídica de sus derechos con la misma intensidad que como al
resto.”

Registro digital: 2017852


Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Décima Época
Materia(s): Civil
Tesis: I.12o.C.65 C (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Tipo: Tesis Aislada
VÍA ESPECIAL HIPOTECARIA. ES LA PROCEDENTE PARA RECLAMAR LA EXTINCIÓN
DE LA HIPOTECA POR PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN RELATIVA, CONFORME AL
ARTÍCULO 468 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL DISTRITO
FEDERAL, APLICABLE PARA LA CIUDAD DE MÉXICO.

El cómputo para que opere la prescripción de la acción hipotecaria inicia una vez que la
obligación garantizada se incumple, y su efecto consiste en extinguir la obligación
correlativa del derecho real de hipoteca, así como el derecho para pedir judicialmente su
cumplimiento. Así, el deudor hipotecario podrá hacer valer dicha prescripción por la vía de
acción o de excepción. En el primer supuesto, el juicio tendrá por objeto la extinción de la
hipoteca y su registro, en términos de la fracción VII del artículo 2941 del Código Civil para
el Distrito Federal, aplicable para la Ciudad de México, que prevé como causa de extinción
de aquélla la prescripción de la acción relativa. Por tanto, la vía procedente para ejercer
esta acción es la especial hipotecaria, pues el artículo 468 del código adjetivo invocado,
expresamente prescribe que debe tramitarse en esa vía todo juicio que tenga por objeto,
entre otros, la extinción de una hipoteca y su cancelación registral, sin que distinga la causa
en que se fundamenta, de modo que cualquiera que sea el motivo legal que sustente la
pretensión, el juicio deberá tramitarse conforme a los requisitos y formalidades que el
legislador estableció para la vía especial hipotecaria, sin necesidad de previa declaración
judicial de prescripción de la acción en un juicio ordinario.

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