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Propiedades de los cuerpos solidos

Entre las diversas propiedades de los cuerpos sólidos, ofrecen. Particular interés,
en relación con las operaciones básicas de la Ingeniería química, las que se
estudian a continuación.

Densidad (ρ): Es la masa de la unidad de volumen. Comúnmente se utiliza: g/cm 3


o kg/m3 para representarla.

Peso específico: Es la relación ente la densidad de un cuerpo y la densidad de


otra substancia tomada como referencia, es decir (ρ/ρref). En específico para los
sólidos se usa la como la referencia la densidad del a 40°C.

Densidad aparente (ρb): Es la masa total correspondiente a la unidad de volumen


ocupado por el material.

Dureza: Ciertos sólidos, tales como los metales y las substancias plásticas, puede
definirse como la resistencia que oponen a ser hendidos. La de los minerales
suele definirse como su resistencia al rayado, y se expresan en grados de la
escala de Mohs, basada en la siguiente serie de minerales de4ureza creciente.

1. Talco
2. Yeso
3. Calcita
4. Espero Flúor
5. Apatito
6. Feldespato
7. Cuarzo
8. Topacio
9. Corindón, zafiro
10. Diamante
En esta lista cada mineral raya a los anteriores, de número inferior. Al frotar contra,
estos minerales de ensayo un mineral de dureza desconocida, ésta quedará
establecida por el material más blando que lo raye. La dureza aproximada de
algunos materiales .corrientes se suele identificar mediante la siguiente escala:
uña de la mano, seca; 2,5; moneda de cobre, 3.0; esmalte dentario, 5.0; hoja de
cortaplumas, 5.5; y vidrio ordinario, 5.8.

Fragilidad: Expresa la facilidad con que una substancia puede resultar


desmenuzada o rota por el choque. La dureza de un mineral no da la pauta de su
fragilidad.
La estructura cristalina y el tamaño del gránulo cristalino influyen en la fragilidad,
La estructura determina, además, las formas según las cuales se fracturan las
piezas cuando se someten a la operación de desintegración mecánica.

Frotamiento: es la resistencia que ofrece un material a deslizarse sobre otro. E]


coeficiente de frotamiento es la relación entre la fuerza paralela a la superficie de
frotamiento, y en el sentido del movimiento, que es necesaria para mantener una
velocidad constante, y la fuerza perpendicular a la superficie de frotamiento y
normal a la dirección del movimiento.
Tamizado
La separación de materiales tiene una gran amplitud de aplicaciones, por ejemplo
está el que suele utilizarse como un método de análisis físico, tanto para el control
de la eficacia de otras operaciones básicas, como la trituración y la molienda,
como para terminar el valor de un producto. Algunos aparatos industriales, como
los alimentadores mecánicos empleados en las calderas de vapor, requieren
límites definidos de tamaños para su correcto funcionamiento. En el caso de la
arena y grava para hormigón, sólo con unas series de tamaños adecuados
mezclados puede conseguirse la mayor compacidad, con un mínimo de cemento,
y así proporcionar un máximo de resistencia mecánica y una ausencia de espacios
vacíos en la masa.
La velocidad de una reacción química entre un cuerpo sólido y un fluido es,
frecuentemente, casi proporcional a la superficie de las partículas del sólido.

El tamizado se realiza haciendo pasar al producto sobre una superficie provista de


orificios del tamaño deseado. El aparato puede estar formado por barras fijas o en
movimiento, por placas metálicas perforadas, o por tejidos de hilos metálicos. El
tamizado consiste en la separación de una mezcla de partículas de diferentes
tamaños en dos o más fracciones, cada una de las cuales estará formada por
partículas de tamaño más uniforme que la mezcla original
El tamizado en seco se aplica a materias que contienen poca humedad natural o
que fueron desecadas previamente. El tamizado en húmedo se efectúa con
adición de agua al material en tratamiento, con el fin de que el líquido arrastre a
través del tamiz a las partículas más finas.
El material que no atraviesa los orificios del tamiz se designa como rechazo o
fracción positiva, y el que lo pasa se llama tamizado o fracción negativa. Utilizando
más de un tamiz, se producen distintas fracciones de tamizado y pueden
designarse según los tamaños de los orificios o según el número de mallas por
unidad de superficie, utilizados en la separación. Por ejemplo, en la Tabla anterior
se consignan tres modos distintos de indicar los tamaños de las partículas.

Equipos industriales para el tamizado

Los rastrillos se utilizan mucho para el tamizado de grandes tamaños, en especial


los superiores a 2,5 cm. Están construidos simplemente por un grupo de barras
paralelas, separadas en sus extremos mediante espaciadores. Las barras pueden
estar dispuestas horizontalmente o hallarse inclinadas en sentido longitudinal, de
20 a 50 grados sexagesimales
En cierto tipo de rastrillo, el levantamiento de, una leva provoca un ligero
movimiento longitudinal y recíproco de barras alternadas, lo que permite un mejor
paso del material a través de éstas y evita obstrucciones. Unas cadenas sin fin,
montadas sobre poleas acanaladas, pueden reemplazar a las barras y constituye
el llamado rastrillo de cadenas. Este tipo de rastrillo más complicado, resulta
adecuado para los materiales pegajosos o arcillosos. La fi gura 1 representa un
rastrillo montado sobre resortes, y dotado, en conjunto, de movimiento vibratorio.
La capacidad de trabajo de los rastrillos varía entre 1000 a 1600 toneladas de
materiales por metro cuadrado de superficie y 24 horas, utilizando barras
espaciadas entre sí unos 2,5 cm.

Tamices se construyen con placas metálicas perforadas, así corno también con
tejidos metálicos que suelen disponerse en ángulo hasta de 60 grados
sexagesimales con la horizontal. Estos tamices se usan en las operaciones
intermitentes de pequeña escala, tales como el cribado de la arena, grava o
carbón, para lo cual se proyecta el material sobre el tamiz. Cuando hay que tratar
un elevado tonelaje, las cribas fijas se reemplazan por las vibratorias.
Los tamices vibratorios se utilizan para grandes capacidades. El movimiento
vibratorio se le comunica al tamiz por medio de levas, con una excéntrica y un
volante desequilibrado, o mediante un electroimán. El tamiz puede poseer una
sola superficie tamizante o llevar dos o tres tamices en serie. Los hilos del tamiz
se mantienen en posición correcta bajo tensión, mediante bridas o abrazaderas
dispuestas en la armadura vibratoria. El eje excéntrico va montado sobre cojinetes
en un bastidor fijo. La excéntrica lleva a los cojinetes sobre los cuales está
apoyada la armadura vibratoria. Ésta se mantiene en posición mediante resortes.

El volante está montado excéntricamente sobre el eje y hace de contrapeso para


equilibrar a la armadura, a los tamices y a la carga del producto que se tamiza.
Sobre el volante está montada una pieza' de acero de cierto peso para poder así
regular la excentricidad del mismo. La rotación del eje proporciona a los tamices
un movimiento circular en el plano vertical.

Cuando el tamiz pasa por la parte superior de su ciclo, el producto resulta lanzado
por encima de la superficie del mismo, con lo que tiende así a moverse en una u
otra dirección, según sea el sentido de la rotación. Los tamices de este tipo se
instalan con una ligera inclinación, que llega hasta los 45 grados sexagesimales
sobre la horizontal.

En otros tipos de tamiz, la armadura vibratoria está montada sobre resortes y se


mueve mediante un eje accionado por correas. La vibración se produce por el
desequilibrio creado en el eje giratorio por un volante cuyo centro de gravedad no
coincide con el eje de giro, graduando la excentricidad se consigue la amplitud de
vibración deseada.
La capacidad de un tamiz vibratorio varía mucho según las características del
producto tratado: desde 22 ton/m2 de superficie en 24 horas, para las substancias
tales como arcillas húmedas o el polvo de jabón, hasta 330 ton/m2 día, para los
cuerpos secos, cual es el caso del coque, empleando tamices de 6 a 8 mallas.

Tamices oscilantes: Se caracterizan por una velocidad relativamente pequeña


(300 a 400 oscilaciones por minuto) en un plano esencialmente paralelo al del
tamiz. La criba lleva un tamiz que se mueve en vaivén mediante una excéntrica y
otro mecanismo enlazado al único soporte del tamiz, que suele ser una barra
vertical que sostiene a la caja del mismo. Constituye el tipo más barato de tamiz
que ofrecen los constructores, y se aplica para trabajos intermitentes o
discontinuos.

Tamices de vaivén: se propulsan mediante una excéntrica montada en el lado de


la alimentación. El movimiento varía, desde el giratorio de casi 50 mm de
diámetro, en el extremo de alimentación, hasta el de vaivén en el extremo opuesto
o de descarga. Estos tamices suelen tener una inclinación de unos 5 grados
sexagesimales, dando al tamiz un movimiento perpendicular a las telas de
tamizado, de casi 2,5 mm. Bajo la superficie activa del tamiz y mediante las bolas
de caucho localizadas en determinadas zonas se consigue, además, otra
vibración. Este aparato está muy generalizado y se usa mucho para el tamizado
de productos químicos secos hasta el tamaño correspondiente a casi 300 mallas.

Tromel o Tamiz rotatorio de tambor: Está formado por un tamiz de forma


cilíndrica o troncocónica, que gira sobre su eje. Pueden disponerse varios
tambores en serie, de modo que el tamizado del primero pase al segundo y de
éste al tercero, etc. En algunos casos se construyen con tamices de diferentes
tamaños de orificio, dispuestos longitudinalmente, y la alimentación entra por el
lado del tamiz más fino. De este modo se fracciona un producto en materiales de
distintos tamaños. Pero la operación no. resulta tan eficaz como en el caso de una
serie de tambores sencillos o de un solo tambor compuesto.

La capacidad del tromel aumenta con la velocidad de rotación hasta un valor de


ésta para el cual resulta cegado el tamiz por acumulación y atasque del material
en sus orificios. Si la velocidad de rotación se aumenta hasta la velocidad crítica,
el material ya no se desliza sobre la superficie tamizante, sino que es arrastrado
por el tambor en su giro, debido a la acción de la fuerza centrífuga. Generalmente,
la mejor velocidad de trabajo es de 0,33 a 0,45 veces la crítica.

La velocidad crítica de rotación de un tambor puede calcularse al igualar la fuerza


de la gravedad que hace caer a la partícula, con la fuerza centrífuga que tiende a
llevar a la misma adherida a la periferia del cilindro:

Donde:
m= masa, kg
g= aceleración de la gravedad (m/seg2)
v= velocidad de la partícula, o del tambor, en la trayectoria circular (m/seg)
D= diámetro del tromel (m)

Cuando N= número de revoluciones del tambor por minuto, la velocidad


𝑚
Al nivel del mar, 𝑔 = 9.81 𝑠𝑒𝑔2 , 𝑦 𝑁 = 4225/√𝐷
Cuando se trata de tambores compuestos la velocidad de rotación es determinada
por el diámetro del tamiz externo.
Generalmente, los diámetros del tambor van desde 0.90 a 1.20 m, con longitudes
entre 1.50 y 2.50 m y giran en un rango de 15 a 20 revoluciones por minuto, como
1
motores de 2 2 a 5 CV.

Para productos de tamaños comprendidos entre 5 y 60 mm, el tambor constituye


la máquina más adecuada. Las devanaderas, o cedazos giratorios, consisten en
tamices de velocidades algo elevadas. Esta clase de máquinas suelen tener un
diámetro de 60 a 100 cm, longitudes de 1,50 a 2,50 m, y girar a velocidades de
100 hasta 200 revoluciones por minuto (rpm).
El rendimiento de un tamiz puede basarse en los rechazos o en los cernidos. Por
ejemplo, las especificaciones o normas para la cal hidratada (ASTM, American
Society for Testing Materials, C141-42) exigen que el cernido contenga no más del
10 % en peso de materiales de tamaño mayor que el correspondiente al tamiz de
200 mallas.

Sea XP= fracción de la unidad de peso del material deseada en el producto


XF = fracción de la unidad de peso del material deseada en la alimentación.
XR = fracción de la unidad de peso del material deseada en el rechazo.
P= masa total del producto
F= masa total de la alimentación
R= masa total del rechazo.
Sin embargo, por convencía resulta mejor expresar el rendimiento mediante
análisis de las muestras. Un balance de materias en la operación de tamizado
resulta en:

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