Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NO NARRATIVOS
T ip o s d e f o r m a n o n a r r a t iv a
tem a general. Podríam os reco rrer la tienda y film ar cada una de las partes, mos
trando qué tipos de cosas contiene la tienda. Podríam os presentar la sección de
carnes, la sección de verduras, las cajas registradoras y otras partes de la tienda.
Pero ésta no es la única m anera de abordar este tema. En vez de ello, po
dríam os propon ern os convencer al público de algo referente a la tienda de co
mestibles. En este caso em plearíam os la form a retórica, que presenta u n a argu
m entación y expone pruebas que la apoyen. Podríam os exponer la idea de que
una tienda de comestibles local proporciona a los clientes un servicio mejor que una
tienda de u n a cadena de superm ercados. Para esta versión podríam os film ar al
propietario de la tienda prestando ayuda personal a los clientes; podríam os en
trevistarle sobre los servicios que inten ta ofrecer la tienda; podríam os entrevis
tar a los clientes sobre su opinión acerca de la tienda; podríam os intentar mos
trar que la com ida que ofrece la tienda tiene u n a calidad superior. En resum en,
podríam os organizar la película con el fin de darle al público razones para que
creyera que esta tienda local es u n lugar m ejor para com prar.
Sin em bargo, podríam os decidirnos p o r u n a tercera alternativa, hacer una
película sobre la tienda utilizando la form a abstracta. En este tipo de organiza
ción, se atrae la atención del público hacia cualidades visuales y sonoras de las
cosas descritas: la form a, el color, el ritm o sonoro, etc. Por lo tanto, intentaría
mos film ar la tienda, que m ucha gente puede considerar bastante vulgar, de for
mas interesantes y sorprendentes. Las posiciones de cám ara poco habituales
pueden distorsionar las formas de las latas y cajas de las estanterías, los encua
dres cercanos pod rían destacar zonas de color brillante, una banda musical di
sonante p o d ría afectar a la reacción del público ante las imágenes, y así sucesi
vamente.
Finalm ente, podríam os desear expresar una actitud hacia la tienda, o evo
car u n a atmósfera. La form a asociativa sería entonces la apropiada, puesto que
obra m ediante la yuxtaposición de im ágenes conectadas de form a libre para su
gerir un a em oción o concepto al espectador. Quizás encontrem os las tiendas de
comestibles poco cóm odas y opresivas. Podríam os film ar el contenido de la
tienda de form a que pareciera árido y podríam os insertar m aterial m etafórico
para hacer que el público responda de form a negativa ante lo que ve. Por ejem
plo, un plano de largas filas de carritos de la com pra ante u n a caja registradora
se podría com parar con un plano de un atasco de tráfico en una hora punta.
M ediante u n a serie de asociaciones de este tipo entre aspectos de la tienda y
otros fenóm enos, el filme p odría crear cierto tono o actitud hacia la tienda.
No intentam os sugerir que, p o r lo general, los directores escojan un tem a y
luego busquen u n tipo adecuado de organización. N orm alm ente, el tipo de for
m a que se elige está relacionado con los fines e intereses del cineasta y con las
posibilidades disponibles en el contexto de producción. La cuestión es que cada
una de estas películas crearía u n a visión muy diferente de la misma tienda.
Las diferencias entre los tipos de form a no narrativa son im portantes por
que cada tipo requerirá diferentes convenciones y provocará distintos tipos de
expectativas en el espectador. Si sabemos que estamos viendo un filme político
que está inten tan d o convencernos de que apoyemos cierta política guberna
m ental, podem os adoptar u n a actitud escéptica, exam inar los datos y quizás al
final rechazarlo. Pero cuando vemos una película abstracta, podem os volvernos
más contemplativos, observar las form as y colores que pasan ante nosotros. A un
que apenas podam os clasificar conscientem ente las películas que vemos como
«retóricas» o «asociativas», diferenciam os entre diferentes tipos de filmes, y con
tamos con una gam a de técnicas visuales a las que podem os recurrir dep en
diendo de cuál sea la apropiada.
Tras esta distinción básica en tre los cuatro tipos de form a no narrativa, es
tamos p reparados para considerar cada u n a más detalladam ente. Exam inare
mos u n a película típica de cada u no de ellos, segm entándola tal y com o se ha
104 SISTEMAS FORM ALES NO NARRATIVOS
S is te m a s f o r m a le s c a t e g ó r i c o s
Las categorías son grupos que crean los individuos o las sociedades para or
ganizar sus conocim ientos del m undo. Algunas se basan en teorías y experi
m entos científicos y a m enudo intentan explicar exhaustivam ente todos los da
tos en cuestión. Por ejem plo, los científicos han desarrollado un elaborado
sistema de categorías para clasificar todos los animales y plantas conocidos se
gún el género y la especie. Del mismo m odo, la tabla de los elem entos establece
u n a categoría para cada elem ento conocido, dependiendo del núm ero de par
tículas de su átom o. Esta tabla in ten ta ser exhaustiva en su cobertura: toda sus
tancia se incluirá en una o más categorías, y cuando se hallen nuevos tipos de
sustancias se tendrán que crear nuevas categorías.
Muchas de las categorías que utilizamos en nuestra vida diaria son m enos
científicas, m enos estrictas y m enos exhaustivas que estos ejem plos. T endem os
a agrupar las cosas que nos rodean según un enfoque lógico y práctico o según
visiones ideológicas del m undo. G eneralm ente, p o r ejem plo, no agrupam os
los anim ales que vemos según el género y la especie, sino que utilizam os cate
gorías tan generales com o «domésticos», «salvajes», «de granja», «de zoológi
co», etc. Estas agrupaciones, lógicam ente, no son exclusivas ni exhaustivas (en
u n m om ento u otro, algunos anim ales p u ed en incluirse en más de una o en to
das estas categorías), aunque bastan para nuestros propósitos habituales. Las
categorías con una base ideológica tam poco son, casi nunca, estrictam ente ló
gicas. Las sociedades no se incluyen «de form a natural» dentro de categorías
com o «primitivas» o «avanzadas», p o r ejem plo. Estas agrupaciones se han cre
ado a p artir de com plejos grupos de creencias y puede que no resistan un exa
m en detallado.
Si un cineasta quiere transm itir cierta inform ación sobre el m undo al pú
blico, las categorías pueden proporcionarle una base para organizar la form a de
la película. N orm alm ente, las categorías que se elijan serán las convencionales
que existen en la sociedad y que son am pliam ente reconocibles. U n filme do
cum ental sobre mariposas podría utilizar agrupam ientos científicos, m ostrando
un tipo de m ariposa y ofreciendo inform ación sobre sus costumbres, luego mos
trando otra, más inform ación, y así sucesivamente. Igualm ente, un docum ental
de viajes sobre Suiza ofrecería ejemplos de los m onum entos y costum bres loca
les. Estas últimas podrían ser cosas que se asocian de form a estereotipada con
ese país: el esquí, los relojes, el chocolate, el queso, las costum bres nacionales,
etc. El cineasta tam bién podría inventar categorías nuevas. El docum ental de
viajes sobre Suiza, por ejemplo, tam bién podría ser una descripción de ciertos
aspectos poco conocidos del país que el cineasta encontrara interesantes; esta
película podría transm itir u n a gran cantidad de inform ación y ofrecería la posi
bilidad de eludir los clichés.
Algo que m erece la pena señalar es que los diferentes grupos de categorías
coinciden parcialm ente. C ualquier cosa o situación se puede incluir en muchas
categorías. U n único edificio podría ser un ejem plo del estilo arquitectónico X,
u n a oficina de correos de los Estados Unidos, un lugar donde conseguir m ate
rial de filatelia, un objetivo para ciertos m anifestantes políticos, un inm ueble de
SISTEMAS FORMALES C A T E G Ó R IC O S 105
interés para los prom otores inm obiliarios, o m uchas otras categorías. Como re
sultado, el cineasta, cuando se enfren ta con un tem a determ inado, puede tener
u n a am plia gama de posibilidades en cuanto a los grupos de categorías que pue
da utilizar.
La organización form al de u n a película categórica será a m enudo sencilla,
ya que se basa en la repetición, con ligeras variaciones. Todos los tipos de la pe
lícula tienen que ser en cierto m odo semejantes, aunque cada tipo tiene que di
ferenciarse de los otros. Por lo general, la película tendrá un tem a amplio que
organice su form a global, y luego introducirá categorías que dividan la película
en segmentos. En el ejem plo del docum ental de viajes, el tem a general era Sui
za, m ientras que podrían ser categorías la m anufacturación de relojes (un seg
m ento en u n a fábrica o tienda de relojes), el esquí (un segm ento en los Alpes),
etc. La organización form al im plicará a m enudo u n a introducción de la catego
ría general, seguida de u n a serie de segmentos, cada uno de ellos dedicado a
u no o más ejem plos de la categoría. P or lo general, al final se volverá al tem a ge
neral com o resum en.
Los m odelos de desarrollo, norm alm ente, tam bién serán simples. La pelí
cula p odría pasar de lo pequeño a lo grande, de lo local a lo nacional, de lo per
sonal a lo público, etc. La película sobre mariposas, por ejemplo, podría co
m enzar con las especies más pequeñas y pasar a otras mayores, o podría pasar
de los tipos m onocrom áticos a los coloridos.
Puesto que la form a categórica tiende a evolucionar de form a muy simple,
puede ten er problem as para m an ten er interesado al espectador. Si la progre
sión de u n segm ento a otro se basa en dem asía en la repetición, nuestras ex
pectativas se verán satisfechas fácilm ente y nos aburrirem os. Para hacer que las
categorías sean más interesantes, el cineasta puede intentar introducir variacio
nes que nos hagan m odificar nuestras expectativas. Esta variación puede tener
que ver sim plem ente con la introducción de u n a categoría poco com ún.
Pero el cineasta organiza a m enudo segm entos concretos de la película en
torno a los demás tipos de sistemas formales: abstracto, retórico, asociativo o na
rrativo. La película de las mariposas p odría explotar los colores y las formas de
los diferentes ejem plares para añadir u n interés visual abstracto. Sin embargo,
este interés abstracto se m an ten d ría subordinado a la form a categórica global
de la película. Después d«^todo, si acabamos estando tan interesados por los co
lores que olvidamos advertir las diferencias entre las categorías, el mensaje de la
película se habrá perdido.
Igualm ente, se p odría hacer u n a argum entación retórica dentro de un seg
m ento. El filme p odría tratar sobre las especies de mariposas en peligro, postu
lando que determ inadas políticas gubernam entales han provocado esa am ena
za. Tam bién p odría utilizar la form a narrativa en un segm ento, con un narrador
contando un a anécdota: «Ahora vemos un especim en muy raro. Me acuerdo del
día en que lo capturé...». Pero, en cualquier caso, la organización global de la
película sería categórica, y estos segm entos aportarían variaciones para m ante
n e r el interés.
Este potencial para la variedad sugiere que, a pesar de la simplicidad de la
form a categórica, los cineastas p u ed en utilizarla para crear películas complejas
e interesantes. N uestro ejemplo, la segunda parte de Olimpíada (Olympia, 1936),
dem uestra cóm o se puede hacer esto.
Hoy en día estamos acostum brados a ver los Juegos Olímpicos en directo y
po r la televisión, con las cámaras y presentadores destacando ciertos acontecí-
106 SISTEMAS FORMALES NO NARRATIVOS
m ientos de los m uchos que se producen sim ultáneam ente. La serie de emisio
nes se prolonga durante días y, por lo tanto, tiene u n a organización bastante li
bre. A dopta la form a de los propios Juegos Olímpicos, con cerem onias de aper
tura y clausura para señalar el comienzo y el final, y una serie de actos en medio.
Pero incluso con un m odelo form al tan libre, cabe esperar razonablem ente
ciertos m odelos de repeticiones: repeticiones de ciertos m om entos después de
las pruebas, entrevistas con los ganadores, etc.
Olimpíada, una película en dos partes realizada durante los Juegos Olím pi
cos ele 1936, tiene una estructura form al más cuidada y variada que las emisio
nes televisivas de los Juegos Olímpicos. Su directora, Leni Riefenstahl, tuvo que
tom ar la gran cantidad de m etraje de las m uchas pruebas, film ado por unas cua
ren ta cámaras, y reducirlo a dos películas de m enos de dos horas cada una.
Como los actos no se estaban m ostrando en directo, las películas podían conte
n e r modelos de desarrollo que eslabonaran las pruebas concretas dentro de un
todo unificado.
Solam ente analizarem os la segunda parte de Olimpíada, ya que su organi
zación form al es más com pleja y variada que la de la prim era, que m uestra
u n a serie de juegos con un escaso m odelo de desarrollo a lo largo de la pelí
cula. La segunda parte, p o r el contrario, tiene diferentes m odelos de desa
rro llo y es u n filme in d e p e n d ien te que se pued e e n te n d e r sin h ab e r visto la
prim era parte.
La categoría general de la película de Riefenstahl la dictaba el tem a que te
nía que tratar: las Olim píadas de 1936. Pero podía haber m uchas formas de dis
p o n er los segmentos concretos abordando varias categorías. Por ejemplo, se po
drían h aber seguido los Juegos cronológicam ente desde el principio hasta el
final, como hace ahora la televisión. En vez de ello, Riefenstahl reorganizó los
hechos según un m odelo de desarrollo distintivo que form a una especie de es
quem a ABA.
Realizar Olimpíada y organizar los Juegos Olímpicos de 1936 fueron algunos
de los últimos esfuerzos del gobierno nazi para presentar una cara am able al
m undo. Para calm ar al Comité Olím pico Internacional y evitar las reacciones
adversas y los boicots de los demás países, H itler estuvo de acuerdo en suprim ir
las cam pañas antisemitas (aunque se reasum ieron una vez que finalizaron los
Juegos). Para dem ostrar este aparente cooperativismo, el filme hace hincapié
en la cam aradería entre los atletas de los diferentes países. Después, gradual
m ente, hacia la m itad y las últimas partes de la película, empezamos a conocer
las identidades de los deportistas y se crea suspense sobre quién ganará cada
prueba. Finalm ente, en la secuencia del salto, la form a vuelve al comienzo y ve
mos la acción sin que se haga ninguna diferenciación entre los participantes,
sim plem ente por la belleza del acto en sí. La película, de este m odo, consigue
variedad y tam bién sitúa la com petición en el contexto de los propios Juegos,
com o el principal foco de atención.
Cam bios análogos refuerzan este m odelo de desarrollo ABA. C oncreta
m ente, el filme com ienza m ostrando a los atletas y al público de form a im
personal d u ran te los juegos; las apariciones y reacciones de los individuos no
se p o n e n de relieve. Luego, cuando la com petición se vuelve más im p o rtan
te, com enzam os a ten er u n a visión personalizada de los atletas, incluso, en un
m om ento, u n a visión subjetiva. Más tarde, en la secuencia del salto, el énfasis
en las personas desaparece una vez más y vemos u n a serie de cuerpos abs
tractos, similares a los pájaros volando p o r el aire. Igualm ente, la participa
ción de los atletas en las pruebas parece al p rincipio carente de esfuerzo.
Luego, cuando se les personaliza, se po n e más énfasis en las luchas. Final
m ente, la secuencias del salto nos rem iten a la falta de esfuerzo de los seg
m entos iniciales.
El filme tam bién evoluciona de la form a no narrativa a la inserción de pe
SISTEMAS FORMALES C A T E G O R IC O S 1
queñas narraciones d entro de los segmentos. Algunos de los segm entos centra
les son com o historias, con los atletas com o personajes y la película creando sus
pense sobre quién de ellos ganará. Pero estas estructuras del argum ento tam
bién desaparecen al final de la película.
A pesar de la simplicidad del tema, Olimpíada es u n a película enorm em en
te estructurada que presenta sus categorías de formas distintas. Sus segmentos
quedan claram ente diferenciados d entro de la película m ediante fundidos en
neg ro y tam bién, frecu en tem en te, p o r los sonidos de fanfarria en la banda
sonora.
En el siguiente plano, y últim o del segmento, una hilera de banderas (fig. 4.5) re
sume las categorías de las naciones participantes.
El segm ento 2, la p ru eb a de gim nasia, com ienza subrayando un motivo
del segm ento 1. U na ram a en p rim er térm ino se yuxtapone al estadio aba
rro ta d o de gente, detrás (fig. 4.6). Un desfile de atletas con banderas subra
ya el tem a de las naciones. Pero, cuando em pieza la com petición, no conoce
mos las nacionalidades ni los nom bres de los participantes. El énfasis se pone
en la destreza, no en la com petición en tre países, y esto, tam bién, desarrolla
u n motivo del segm ento 1. De todas las pruebas que se m uestran, la gim nasia
es la que más re cu e rd a a los ejercicios que acabam os de ver practicar a los
Fig. 4 .9 atletas. Los hom bres parecen estar co o p eran d o en vez de com pitiendo. Las
reacciones em ocionales de los participantes y de los espectadores están des
provistas ele énfasis. Solam ente vemos al público a lo lejos, com o u n telón de
fo n d o de la acción (fig. 4.7). El siguiente plano sitúa al gim nasta (fig. 4.8),
que parece moverse con fácil elegancia, ante el cielo. De hecho, en el plano
final clel segm ento, un atleta se eleva en la barra a cám ara len ta (fig. 4.9), con
u n fu n d ido en negro cuando sale elegantem ente de cuadro p o r la derecha.
En éste y otros planos de este segm ento, vemos a los atletas «volando» fuera
de la b arra, pero no tom ando tierra. La acción vertiginosa y sin esfuerzo de
los cuerpos suspendidos en el espacio será un motivo destacado de la se
cuencia final del salto.
El énfasis puesto en las pruebas en sí mismas continúa en el segm ento 3, las
com peticiones de vela. Rápidos planos de equipos individuales y em barcaciones
no nos perm iten distinguir a uno de otro. Pero ahora la película comienza a
destacar ligeram ente la com petición entre países y atletas concretos. M ientras
las em barcaciones están todavía navegando por el agua, la voz de un locutor nos
dice qué país ha ganado cada prueba. Todavía no vemos el final de las competí-
SISTEMAS FORMALES C A T E G Ó R IC O S IOS
ciones, las reacciones de los ganadores o cualquier otra cosa que individualice
esta com petición internacional.
Las tácticas de Olimpíada cam bian más perceptiblem ente en el segm ento 4,
el pentatlón. A hora la voz del locutor aporta más inform ación sobre los países
que tom an parte en el evento: «Los participantes suecos los han m onopolizado
desde 1912». Se nos presenta a los com petidores p or el nom bre: H andrick, de
Alem ania; L eon h ard , de Am érica, etc. Planos de cada un o con los nom bres
repetidos aparecen a intervalos d urante las diferentes carreras, para que por
prim era vez podam os reco n o cer a los individuos. Además, las pruebas del p e n
tatlón se m uestran en ord en cronológico (aunque algunas se suprim en y sim
plem ente las resum e el lo cu to r). De este m odo, seguimos la prueba com o una
narración. Los participantes se convierten en personajes y estamos en suspenso
sobre quién ganará. C uando los alem anes ganan la m edalla de oro y los am eri
canos la de plata, la película hace hincapié en sus reacciones durante la cere
m onia de los prem ios. Además, vemos la reacción del público, m ientras aplau
den unos niños de uniform e (fig. 4.10), y luego vemos a los ganadores y a los
participantes en la cerem onia (fig. 4.11).
H abría que señalar que, a pesar de que Olimpíada es u n a película fin an
ciada p o r los nazis, su ideología m enosprecia el racism o hasta u n extrem o
so rp ren d en te. En u n a película destinada a exhibirse p o r todo el m undo, los
nazis q u erían p o n e r en escena u n espectáculo de cooperación internacional.
(Se distribuyeron d iferentes versiones de Olimpíada con bandas sonoras en
alem án, francés e inglés; éstas, según los historiadores, se diferencian sólo li
geram ente. R iefenstahl n o hizo el más m ínim o in te n to de restar im portancia
a los m uchos atletas negros que g an aro n m edallas en Berlín en 1936. A pesar
de la desaprobación de H itler, en la p rim era p arte escogió centrarse en Jesse
Owens más que en cualq u ier otro atleta.) En algunos segm entos, sin em bar
go, se evidencia u n a gran dosis de m ilitarism o. La com paración en tre los n i
ños u niform ados y los oficiales alem anes en estos dos planos (figs. 4.10, 4.11)
es particu larm en te llamativa. T an to el p en tatló n com o las carreras de equita
ción del segm ento 9 im plican a los m ilitares com o participantes y com o ofi
ciales, y se ve u n ocasional brazalete con la esvástica. Así, au n q u e la ideología
nazi se silencia en la película^-se la p o d ría con sid erar com o un significado im
plícito.
Después del espectacular pentatlón, Riefenstahl proporciona un descanso,
una breve serie de planos de miles de m ujeres haciendo ejercicios gimnásticos
al unísono en u n cam po delante del estadio. Com enzando con planos cortos de
unas pocas mujeres, las escena nos lleva m ediante u n a serie de vistas más dis
tantes hasta u n lugar muy elevado sobre el cam po, revelándonos gradualm ente
el enorm e núm ero de personas que participa. Este im presionante segm ento se
basa en patrones abstractos de movimientos rítmicos y reitera el motivo del ejer
cicio del comienzo. M ediante u n a breve panorám ica, el énfasis vuelve a la coo
peración en tre los países, antes de que la película pase al siguiente segmento,
que trata de nuevo de la com petición.
El segm ento 6, el decatlón, utiliza la form a narrativa en mayor grado que
cualquier o tra p arte de la película. Se m uestra a u n locutor de pie ante unos
m icrófonos (fig. 4.12) y u n a voz (doblada al inglés en las copias am ericanas)
presen ta a los participantes. A unque se m enciona a un bu en n ú m ero de atle
tas, n uestra atención se cen tra desde el com ienzo en Glen Morris, descrito
com o «un am ericano hasta ah o ra desconocido». El «hasta ahora» nos indica
que prob ab lem en te g anará la prueba, y el resto del segm ento se centra en él.
En cada p ru eb a de atletism o m ostrada, la cám ara favorece a Morris, y la sen
sación de gran esfuerzo y tensión crea suspense. El locutor lo destaca; sobre
un plano que m uestra la intensa co ncentración de M orris ante el lanzam iento
de pesos (fig. 4.13), la voz declara: «Tiene que in te n tar alcanzar a Clark», el Fig. 4 .1 2
110 SISTEMAS FORMALES NO N AR RATIVOS
atleta que va en cabeza. Vemos a M orris y las reacciones faciales de sus com
petidores ante su actuación en cada prueba. Este tratam iento es muy d iferen
te del tratam iento distante, objetivo y no com petitivo de los gim nastas en el
segm ento 2, y el decatlón m arca la cim a de este inten to de im plicarnos con los
atletas com o personajes. El segm ento finaliza reiteran d o el motivo de la b an
dera, con el rostro coronado de laurel de M orrison superpuesto brevem ente a
la b an d era am ericana.
En el segm ento 7, los juegos de atletismo vuelven a una simple presentación
categórica de tres pruebas. Sin em bargo, incluso dentro de un segm ento senci
llo, la película consigue introducir variaciones para m antener el interés. Sobre
planos generales de hockey sobre hierba, un locutor nos com unica el país ga
Fig. 4 .1 3 nador. En contraste, el polo sólo va acom pañado de música, sin. que sepamos
quiénes están jugando. El fútbol se presenta como u n a serie cronológica de mo
m entos destacados del juego desde el com ienzo hasta el final.
El segm ento 8, la carrera ciclista, es más breve que los segm entos del pen
tatlón o el decatlón, pero tam bién hay algún intento de dram atizar las pruebas.
Al principio solam ente vemos planos generales de la carrera, pero a m edida que
se aproxim a el final, el locutor nos cuenta que varios equipos nacionales están
luchando para ponerse a la cabeza. Esto genera suspense y la película nos invo
lucra al final dándonos pistas de las experiencias subjetivas de los ciclistas. Ve
mos a un ciclista francés (fig. 4.14), luego un árbol pasando a gran velocidad,
como podría verlo él (fig. 4.15), y a continuación un árbol y un camino so-
breim puestos sobre un plano cercano del ciclista (fig. 4.16). De la distante y des
personalizada visión de los atletas en las prim eras partes de la película, hemos
Fig. 4 .1 4 avanzado hasta un p u nto en que estamos al lado de los ciclistas, viendo las cosas
igual que ellos. El final del segm ento vuelve al motivo de la bandera, cuando los
ciclistas reciben sus prem ios en el estadio (fig. 4.17).
El siguiente segm ento se aparta de esta intensa subjetividad. Las pruebas
de carreras cam po a través se tratan en el segm ento 9 de un m odo algo simi
lar al pentatlón. Vemos a los corredores concretos y conocem os sus nacionali
dades, pero se les trata de form a muy poco individual. (El m ilitarism o del seg
m ento del pentatlón tam bién se repite aquí.) Igualm ente, las com peticiones
de rem o del segm ento 10 p o n en el énfasis en las nacionalidades de los eq u i
pos y en los ganadores. Vemos planos cercanos de los m iem bros de la trip u la
ción (fig. 4.18) y de los espectadores, pero ningún personaje concreto sobre
sale com o lo hacía Glen Morris. En estos segm entos, la película hace avanzar
Fig. 4 .1 5
más su m odelo de desarrollo, volviendo a un tratam iento más objetivo y des
personalizado.
El segm ento final pone el énfasis en este m odelo. Vemos los saltos de las
m ujeres y tenem os breves visiones de las reacciones de las ganadoras. U na m u
je r recibe el abrazo de su padre y firm a autógrafos. Igualm ente, las pruebas de
natación, aunque en su mayor parte están filmadas m ediante planos lejanos de
una cám ara en movimiento, proporcionan vistas rápidas de las em ociones de los
atletas, com o cuando u n participante jap onés se da cuenta de que h a ganado
(fig. 4.19). Al final de la secuencia del salto, el énfasis puesto en la com petición
entre individuos y países casi ha desaparecido. Al principio, vemos brevem ente
las caras de las saltadoras y del público (fig. 4.20), pero, enseguida, vemos los
cuerpos de las nadadoras sim plem ente lanzándose dentro o hacia el agua.
Como en el segm ento de los gimnastas, no está presente la voz de ningún locu-
Fig. 4 .1 6 tor, ni ninguna inform ación sobre la identidad o el país: sim plem ente una sen
sación de la belleza y el dinam ism o del deporte en sí. Como en el caso de los
gimnastas, vemos cada vez m enos al público; los planos posteriores aíslan a las
saltadoras como formas recortadas sobre el cielo (fig. 4.21). De este m odo, lá
película recorre u n círculo com pleto en su m odelo de desarrollo: de nuevo se
SISTEMAS FORMALES C A T E G Ó R IC O S
Fig. 4 .1 7 Fig. 4 .1 9
S is t e m a s f o r m a l e s r e t ó r ic o s
Lorentz hizo The River para la Farm Security A dm inistration del gobierno
am ericano. En 1937, el país estaba realizando grandes esfuerzos para salir de la
D epresión. Bajo la adm inistración de Franklin Delano Roosevelt, el gobierno fe
deral utilizó am pliam ente sus poderes para crear program as de em pleo público
que proporcionaran u n a ocupación al enorm e núm ero de trabajadores en
paro, así- corno para solucionar diferentes problem as sociales. A unque en ese
m om ento m ucha gente se inclinaba a pensar que la política de Roosevelt era
acertada y le perm itiría sacar a América de la Depresión, no hay que olvidar que
en su m om ento hubo u n a fuerte oposición política a estos program as. The River.
que defiende la Tennessee Valley A uthority (TVA) com o solución a los proble
mas de las inundaciones, la reducción agrícola y la electrificación, tenía un cla
ro enfoque ideológico: prom over las m edidas políticas de Roosevelt. Por tanto,
el argum ento de la película fue controvertido ya en su tiem po. Examinemos
SISTEMAS FORMALES R E T Ó R I C O S 115
C. Créditos.
1. Unos títulos concebidos como prólogo que resaltan el tem a de la película.
2. U na descripción de los ríos que desem bocan en el Mississippi y luego en el
Golfo de México.
3. U na historia de los prim eros usos agrícolas del río.
4. Los problem as causados en el Sur p o r la g uerra civil.
5. U na sección sobre la explotación forestal y las acerías en el N orte y la cons
trucción de zonas urbanas.
6. La inundación causada por u n a descuidada explotación de la tierra.
7. Las consecuencias corrientes de estos problem as acumulativos en la gente:
pobreza e ignorancia.
8. Un m apa y la descripción del proyecto de la TVA.
9. Las presas de la TVA y los beneficios que reportan.
E. Título final.
Al principio, parece que la película sim plem ente nos esté dando inform a
ción sobre el Mississippi. Ya ha transcurrido b u ena parte de su m etraje antes de
que resulte evidente su razonam iento. Pero, m ediante el cuidadoso uso de la re
petición, la variación y el desarrollo, Lorentz construye un alegato que en reali
dad d epende de que todos los segm entos funcionen ju n to s com o un todo uni
ficado.
Los créditos iniciales se m u estran sobre u n a fotografía an tigua de barcos
de vapor en el Mississippi, y luego sobre u n m apa de los Estados U nidos, con
el río Mississippi y sus afluentes am pliados de tam año (fig. 4.23). La pelícu
la nos sugiere in m ed iatam en te q u e quien es la están h aciendo son sinceros y
en ten d id o s y que será un relato basado en h echos históricos y geográficos.
El m ism o m apa vuelve a ap a re c er bajo el p rólogo escrito en el breve seg
m en to inicial, que declara: «Esta es la historia de u n río». Esta declaración
disfraza el fin retó rico de la película, sugiriendo que será u n a «historia» con
tad a de fo rm a objetiva, es decir, q u e c o n ta rá con características de la form a
narrativa.
El segm ento 2 sigue a la introducción con im ágenes del cielo, las m o n ta
ñas y los ríos, y con la voz de u n h o m b re contándonos hechos sobre cóm o el
agua desem boca en el Mississippi desde u n lugar tan lejano com o Idaho y
Pennsylvania. La voz del n arra d o r es p ro fu n d a y autoritaria, ju g a n d o con la
idea cu lturalm ente convencional de que se trata del m odo de hablar de una
persona digna de confianza. (El n arrad o r, cuidadosam ente elegido p o r estas
cualidades, era T hom as C halm ers, u n antiguo barítono de la M etropolitan
O pera.) C uando las im ágenes m uestran los ríos aum entando de tam año a m e
dida que se ju n ta n (fig. 4.24), el n a rra d o r com ienza a entonar: «El Yellowsto-
ne, el Mil, el W hite y el Cheyenne... el C annonball, el Musselshell, el Jam es y
el Sioux». Siguen m uchos otros nom bres de ríos en u n a lista rítm icam ente d e
clam ada. (La técnica se basa en la o b ra de W alt W hitm an y otros poetas am e
ricanos.) Adem ás, la voz se com bina en m uchos m om entos de la película con
u n a ban d a musical característicam ente am ericana escrita po r Virgil Thom son,
que em plea a m en u d o conocidas canciones tradicionales. Así, la película
adopta u n tono delib erad am en te «americano» en todo m om ento. Esto no
sólo apela a los sentim ientos patrióticos y al sentim entalism o del espectador,
sino tam bién im plica que todo el país d eb ería estar unido para tratar pro b le
mas que p arecen ú nicam ente regionales. Fig. 4 .2 4
116 SISTEMAS FORMALES NO NARRATIVOS
El segm ento 2 ha creado una situación idílica, con sus herm osas imágenes
de paisajes de m ontañas y ríos. Todo el desarrollo de la película irá encam ina
do hacia la restauración de esta belleza, pero con una diferencia. La escena tam
bién crea técnicas que se repetirán y variarán en otros segmentos.
Con el segm ento 3 entram os en la sección form al de la película dedicada
a los hechos de la historia de Am érica relacionados con el Mississippi y los p ro
blem as que le aquejan. El segm ento 3 com ienza en gran m edida de form a si
m ilar al segm ento 2, con u n a im agen de nubes. Pero ahora las cosas em piezan
a cam biar. En vez de las m ontañas que veíamos antes, vemos grupos de muías
y conductores. De nuevo la voz del n arra d o r com ienza a recitar: «De Nueva
O rleans a Baton Rouge... de B aton Rouge a Natchez... de N atchez a Vicks-
burg». Esta lista es parte del breve recu en to de la historia de los diques que se
construyeron a lo largo del Mississippi en los tiem pos previos a la gu erra civil
para controlar las inundaciones. Vemos balas de algodón cargadas en barcos
de vapor, que dan u n a idea de la an terio r im portancia del país com o exporta
d o r de algodón.
Hasta aquí, la película parece haber seguido el objetivo inicial de contar la
historia del río, pero en el segm ento 4 se em piezan a introducir los problem as
que finalm ente resolverá la TVA. La película m uestra los resultados de la guerra
civil: las casas destruidas y los propietarios deshauciados, la tierra desgastada por
el cultivo del algodón y la gente forzada a trasladarse al Oeste. El tono moral de
la película se hace evidente y resulta sugestivo. Sobre imágenes de gente em po
brecida, suena una música triste. Está basada en u n a m elodía folk muy conocida,
«Go Tell A unt Rhody», que, con la frase «La vieja oca gris ha m uerto», subraya
las pérdidas de los granjeros. La voz del n arrador expresa compasión cuando
habla de la «tragedia del em pobrecim iento de la tierra» del Sur. Esta actitud de
sim patía puede inclinarnos a aceptar com o verdad otras cosas que la película
nos cuenta. El n arrador tam bién se refiere a la gente de esta época com o «no
sotros»: «Hemos sem brado el suelo con algodón hasta que ya no producía más».
Aquí, el intento de convencernos que realiza la película se hace evidente. No
fuimos, en un sentido literal, nosotros, tú, yo y el narrador, quienes sembramos
ese algodón. El uso de la palabra «nosotros» es u n a estrategia retórica para ha
cem os sentir que todos los am ericanos tienen una responsabilidad ante este
problem a y deben encontrar una solución.
Los segm entos posteriores repiten las estrategias de los anteriores. En el
segm ento 5, la película utiliza de nuevo la narración poética repetitiva para des
cribir el crecim iento de la industria m aderera después de la guerra civil, reci
tando: «La picea negra, el pino noruego» y otros árboles. En las imágenes, vemos
los pinos recortados sobre el cielo, im itando el motivo de las nubes que había
abierto los segm entos 2 y 3 (fig. 4.25). Esto crea un paralelismo entre las rique
zas de las zonas agrícolas e industriales. U na vivida secuencia de explotación fo
restal, acom pañada p o r música basada en la m elodía «Hot Time in the Oíd
Town Tonight», in ten ta transm itirnos de nuevo la fuerza de América. Le sigue
una sección en las minas de carbón y acerías que intensifica está im presión. Este
segm ento finaliza con alusiones a los crecientes centros urbanos: «Construimos
cientos de ciudades y un m illar de pueblos», y oímos una lista con algunos de
sus nom bres.
H asta este m om ento hem os visto la fuerza de América asociada al valle del
río, con sólo una alusión a los problem as que el crecim iento ha provocado. Pero
el segm ento 6 cambia y crea una prolongada serie de contrastes con las partes
anteriores. Com ienza con la misma lista de árboles — «la picea negra, el pino
noruego»— pero ahora vemos tocones en vez de árboles sobre las nubes (fig.
4.26). Se repite u n a frase, pero con u n a nueva parte añadida: «Construimos
Fig. 4 .2 5 cientos de ciudades y un millar de pueblos... pero, ¿a qué precio?». Com enzando
SISTEMAS FORMALES R E T Ó R IC O S
con unas cum bres áridas, se nos m uestra cómo se derrite el hielo y cómo la co
rriente erosiona gradualm ente las laderas y convierte los ríos en torrentes y en
inundaciones. U na vez más oímos la lista de ríos del segm ento 2, pero ahora la
música es som bría y los ríos ya no son idílicos. De nuevo se presenta un parale
lismo en tre esta erosión del suelo y la m erm a del suelo en el Sur después de la
guerra civil.
El film e nos ha ido alejando grad u alm en te de u n a situación de belleza n a
tural y h a desarrollado el p roblem a central en torno al que se basa su argu
m entación. A hora vemos escenas de in undaciones reales, con protecciones a
base de sacos de arena, destrucción, gente rescatada viviendo en cam pam en
tos y otros problem as provocados p o r la in undación. Y m ientras vemos estas
escenas, oím os sirenas y el tu rb u len to estruendo del agua, que crean u n a sen
sación de violento desastre. Hay u n a considerable apelación em ocional, pues
to que da la im presión de que la gente es totalm ente incapaz de co ntrolar el
agua.
En este m om ento com prendem os que la inform ación que presenta la pelí
cula trata sobre las inundaciones y la erosión. Sin em bargo, la película retrasa la
solución y presenta los efectos de las inundaciones en las vidas de la gente de la
América contem poránea. El segm ento 7 describe la ayuda del gobierno a las víc
timas de la inundación de 1937, pero subraya que el problem a de fondo existe
todavía. The River em plea u n entim em a so rprendente aquí: «Y la tierra pobre
hace pobre a la gente: la gente pobre hace pobre a la tierra». Esto suena razo
nable en la superficie, pero si exam inam os su significado es ambiguo. (¿No
tenían los ricos propietarios de las plantaciones del Sur que hem os visto en el
segm ento 4 m ucho que ver con el em pobrecim iento del suelo?) Estas declara
ciones se utilizan más p o r su elegancia poética y fuerza em ocional que por cual
quier razonam iento riguroso que p uedan contener. Las escenas de las familias
de arrendatarios (fig. 4.27) apelan directam ente a nuestra respuesta em ocional
ante la pobreza. Este segm ento critica los motivos presentados en el segm ento Fig. 4 .2 7
4, la guerra civil. Ahora, nos dice la película, esta gente no puede ir al oeste, por
que allí ya no queda tierra pública.
El problem a ya se ha introducido y exam inado, y los llam am ientos em ocio
nales han preparado al público para aceptar u n a solución. El segm ento 8 pre
senta esa solución e inicia la parte de la película dedicada a dem ostrar que esa
solución es eficaz. En el segm ento 8 se repite el m apa de los títulos del com ien
zo, y el n arrad o r dice: «No existe algo sem ejante a un río ideal en la naturaleza,
pero el río Mississippi es especialm ente problem ático». Aquí tenem os otro
ejem plo de entim em a: u n a deducción que se supone válida desde el punto de
vista lógico y exacta desde el pun to de vista objetivo. El Mississippi puede ser
«especialmente problem ático» para varios usos, pero ¿supone un problem a
para las plantas y los anim ales en su sistema ecológico? Esta declaración afirma
que u n río «ideal» sería un río que se adecuara perfectam ente a nuestras necesi
dades y fines. El n arrad o r pasa a hacer la declaración más clara de su argum en
tación: «El viejo río se puede controlar. T enem os la capacidad para destruir el va
lle. Tenem os la capacidad para rem odelarlo de nuevo».
A hora podem os ver po r qué la form a de la película se ha organizado de este
m odo. En los prim eros segm entos, sobre todo en el 3 y el 5, veíamos cómo la po
blación am ericana creaba grandes potencias agrícolas e industriales. Al mismo
tiem po, podíam os haber considerado estos hechos como simples aconteci
m ientos históricos. Sin em bargo, ahora vuelven a ser cruciales para el razona
m iento de la película. Se p odría resum ir de la siguiente m anera: hem os visto
que la gente de Am érica tiene la capacidad de construir y destruir; por lo tanto,
tiene la energía p ara volver a construir de nuevo. Este argum ento tam bién es
un entim em a. Tal vez la gente destruyó algo que no se puede reconstruir o qui-
118 SISTEMAS FORMALES NO NARRATIVOS
S is t e m as fo rm ales a bstr a c to s
car cambios en los tipos de cualidades abstractas que se utilizan en los diferen
tes m om entos de la película. Siguiendo este principio, podem os hallar en Ballet
mécanique nueve segmentos:
Fig. 4 .3 2 Fig. 4 .3 3
je to s y los cam bios de u n objeto a otro serán cualidades sobre las que la pelí
cula llam ará n u estra atención.
Tras crear estas expectativas en el segm ento introductorio, la película pasa
a hacer variaciones sobre los elem entos. El segm ento 2 se ciñe fielm ente a los
que se acaban de introducir al com ienzo con otra im agen de la esfera lum ino
sa, ahora vista a través de un prisma. Luego le siguen planos de objetos dom és
ticos, similares a la esfera lum inosa en tanto que son brillantes y se ven a través
de u n prisma. Podem os reconocer u no de ellos com o la tapa de un bote (fig.
4.32) y su form a red o n d a recoge la de la esfera lum inosa y el som brero del seg
m ento anterior. Aquí tenem os u n b uen ejem plo de cómo se puede arrancar a
un objeto vulgar de su uso cotidiano y utilizar sus cualidades abstractas para crear
relaciones formales.
En m edio de la serie de planos del prisma, vemos u n a serie de rápidos pla
nos que alternan un círculo blanco con u n triángulo blanco. Este es otro m oti
vo que reaparecerá de vez en cuando con variaciones. En cierto sentido, estas
formas, que n o son objetos reconocibles, contrastan con los utensilios de coci
na de los otros planos. Pero tam bién nos invitan a establecer com paraciones: la
tapa del bote tam bién es redonda, las caras del prism a son en cierto m odo trian
gulares. D urante el resto del segm ento 2, vemos más planos del prisma, entre
mezclados con otra rápida serie de círculos y triángulos y tam bién con im ágenes
de los ojos de u n a m ujer abriéndose y cerrándose, los ojos de u n a m ujer par
cialm ente ocultos po r form as oscuras (fig. 4.33) y finalm ente la boca sonriente
y sin sonreír del segm ento 1.
El segm ento 2 ha confirm ado aún más nuestras expectativas de que la pelí
cula se centrará en la com paración de formas, ritm os o texturas. Tam bién co
menzam os a percibir u n esquem a de sorprendentes irrupciones en los segm en
tos de cortas series de planos breves. En el segm ento 1, las interrupciones se
habían creado m ediante planos que alternaban objetos y un único triángulo.
A hora hem os visto dos veces u n triángulo y u n círculo alternados. El ritm o de
las cam biantes im ágenes es tam bién im portante, así como el ritm o del movi
m iento d entro de los planos concretos.
A hora que ya se han establecido estos modelos, la película com ienza a in
troducir más variaciones para com plicar y a veces trastornar nuestras expectati
vas. El segm ento 3 com ienza con planos de hileras de discos como de plata, que
se alternan con formas giratorias que recuerdan a la noria de un parque de
atracciones. ¿Proporcionarán las formas redondas y los movimientos el princi
pio de desarrollo de este segmento? De repente, la cám ara se mueve rápida
m ente p o r u n tobogán de feria. Vemos elem entos como pies cam inando, co
ches que pasan ante la cámara, y rápidos planos de vehículos de feria dando
124 SISTEMAS FORMALES N O NARRATIVOS
vueltas. Aquí los diferentes ritm os se suceden entre sí y la form a com ún resulta
m enos im portante. Son muy pocos los elem entos de los segmentos 1 y 2 que se
repiten. No vemos las partes del rostro de la m ujer y m uchos de los objetos son
nuevos, localizados en exteriores. Sin em bargo, después de los vehículos de fe
ria, vemos un plano relativam ente largo de un objeto brillante girando: en este
caso no es a través de un prisma, pero cuando m enos recuerda a la im agen de
los utensilios de cocina que hem os visto anteriorm ente. El segm ento finaliza
con la habitual alternancia rápida del círculo y el triángulo.
El segm ento 4 nos pro p o rcio n a la com paración más explícita en tre los se
res hum anos y las m áquinas. Prim ero vemos un tobogán de feria desde arriba,
Fig. 4 .3 7 que retom a un elem ento del segm ento 3 (aunque en este caso la cám ara no
desciende por el tobogán). El tobogán se extiende horizontalm ente p o r la
p antalla y, en u n a ráp id a sucesión, asom a la silueta de u n hom bre cuatro ve
ces (fig. 4.34). Esto pued e p arecer u n a continuación de la concentración en
el ritm o del segm ento 3, pero a continuación vemos una pieza de u n a m áqui
na, com pletam ente vertical en la pantalla (fig. 4.35), con un pistón que se m ue
ve arriba y abajo rítm icam ente. De nuevo, percibim os sim ilitudes —un objeto
sim ilar a un tubo y otro objeto que se m ueve a lo largo de él— y diferencias
— la com posición utiliza direcciones contrarias y los cuatro m ovim ientos del
hom b re están hechos en planos diferentes, m ientras que la cám ara está fija
cuando el pistón sube y baja d e n tro del plano. Hay más planos que com paran
el tobogán con piezas de m áquinas, finalizando con u n m áquina vista a través
de u n prisma.
Se repite la familiar alternancia del círculo y el triángulo, pero con diferen
cias. A hora el triángulo está a veces al revés y cada form a se m antiene en la pan
talla un poco más de tiem po. El segm ento continúa con más objetos brillantes y
piezas de m aquinaria girando, luego vuelve a presentar el motivo de los ojos se-
m iocultos de la m ujer (similar a la fig. 4.33). A hora los movimientos del ojo se
com paran con piezas de m aquinaria.
El segm ento 4 finaliza con uno de los m om entos más famosos y osados de
Ballet mécanique. Después de un plano de la pieza de una m áquina girando (fig.
4.36), vemos siete planos repetidos idénticos de u n a lavandera subiendo una
escalera y gesticulando (fig. 4.37). El segm ento vuelve a la boca sonriendo, lue
go nos proporciona once planos más de la misma imagen de la lavandera, un
plano de un gran pistón y cinco repeticiones más del plano de la lavandera. Esta
insistente repetición convierte los movimientos de la m ujer en tan precisos
com o los de la m áquina. A unque lavem os en un lugar real, no podem os consi
derarla un personaje, sino que tenem os que centrarnos en los ritm os de sus mo
vimientos. (Los cineastas han aprovechado la propia capacidad m ecánica del
cine para poder m ultiplicar una misma imagen.) El segm ento 4 es bastante di
SISTEMAS FORMALES ABSTRACTO S 12 '
ferente de los anteriores, pero repite motivos: el prism a reaparece brevem ente
(segm ento 2), los objetos brillantes y pendulantes recuerdan a los del segm en
to 3, y se repiten los ojos y la boca de la m ujer (segmentos 1 y 2), que no apare
cían en el segm ento 3.
El segm ento 4 representa la culm inación de la com paración que establece
la película entre los objetos m ecánicos y las personas. A hora el segm ento 5 in
troduce u n m arcado contraste al centrarse en rótulos escritos. A diferencia de
otros segm entos, éste com ienza con la pantalla en negro y poco a poco se nos
revela que se trata de u n a cartulina negra sobre la que hay dibujado un cero
blanco. Lo vemos en prim er lugar com o u n plano visto desde un prisma (una
vez más recordando al segm ento 2). U na imagen sin prism a del cero lo m uestra
encogiéndose.
U n título aparece de form a inesperada: «ON A VOLÉ UN COLLIER DE
PERLES DE 5 MILLIONS» («Han robado u n collar de perlas de cinco millo
nes»), En u n a película narrativa, esto p o d ría proporcionarnos inform ación so
bre la historia, pero aquí se utiliza la lengua escrita como un motivo visual más
para la variación rítmica. Le sigue una serie de planos rápidos, con grandes ce
ros, a veces u n o y a veces tres, que aparecen y desaparecen, y se encogen y cre
cen. A parecen aislados fragm entos del intertítulo («ON A VOLÉ»), que partici
pan en este «baile» de letras. La película ju eg a con la am bigüedad: ¿es el cero
en realidad u n a «O», la prim era letra de la frase, es parte del núm ero 5.000.000,
o es u n a representación estilizada del propio collar de perlas? Más allá de esta
especie de ju eg o visual, el cero recuerda y varía el motivo del círculo que ha sido
tan im portante en la película.
Se producen más juegos visuales cuando el cero cede el paso a u n a imagen
del collar de u n caballo, que se parece al cero visualmente pero tam bién alude
a la palabra collier. El collar se agita en su p equeña danza particular y se alterna
con ceros en movim iento y partes de la frase del intertítulo, algunas escritas en
sentido contrario para subrayar su función, más gráfica que informativa. Este
segm ento es muy diferente de los anteriores, pero incluso aquí se han repetido
un p ar de motivos. Antes de que se introduzca el collar del caballo, vemos bre
vem ente el ojo de la m ujer y, a lo largo de los rápidos destellos de los intertítu-
los, se inserta u n breve plano de la pieza de u n a m áquina.
D espués de esto, la película com ienza a in tro d u cir variaciones que se
aproxim an a los elem entos de los segm entos iniciales. El segm ento 6 nos
m uestra más m ovim ientos rítm icos que im plican sobre todo form as circulares.
Com ienza con la cabeza de u n a m ujer, con los ojos cerrados, girándose (fig.
4.38). Inm ed iatam en te después vemos u n a estatua de m adera que se balancea
hacia la cám ara (fig. 4.39) U n a vez más, sobresale la com paración en tre p e r
sonas y objetos. U na form a circular abstracta em pieza a crecer, y nos incita a
observarla p o r m edio de la repetición. A parece el rostro de u n a m ujer visto a
través de u n prisma; la m ujer pasa u n a cartulina con agujeros recortados ante
su cara, con su expresión cam biando co n tin u am ente de un m odo m ecánico.
Vemos de nuevo la alternancia de círculos y triángulos, pero esta vez estas fo r
mas se presen tan en cuatro tam años diferentes. Les sigue u n a rápida serie de
planos de hileras de brillantes utensilios de cocina (fig. 4.40), con breves
irrupciones de fotogram as negros intercalados. Éstos retom an y varían los fon
dos oscuros de los in tertítulos del segm ento 5, y los puntos brillantes y otros
utensilios rein tro d u cen u n motivo que h a aparecido en todos los segm entos
excepto en el 5. El motivo de las filas de objetos estaba presente en el segm ento
3, m ientras que el m ovim iento p en d u la r de los utensilios de m uchos de estos
planos reto m a el balanceo de la m ujer y la esfera lum inosa directam ente del
segm ento 1. En esta secuencia y el segm ento siguiente, el desarrollo de la p e
lícula vuelve al com ienzo. Fig. 4 .4 0
SISTEMAS FORMALES A SO CIA T IV O S
El segm ento 7 com ienza con u n plano de un escaparate, con formas en es
piral que parecen congelar los m ovimientos giratorios que tanto habían contri
buido al juego rítm ico de la película (fig. 4.41). Vuelve el motivo del círculo,
que nos conduce a u n a serie de «danzas» que varían los motivos fundam entales.
U nos planos breves hacen que las piernas de u n m aniquí parezcan bailar (fig.
4.42); luego las piernas com ienzan a girar d en tro de los planos. Se repite el m o
tivo de la esfera lum inosa, pero ahora vemos dos esferas que giran en direccio
nes opuestas. Dos formas muy diferentes —u n som brero y un zapato— se alter
nan rápidam ente (fig. 4.43) para crear un conflicto de formas similar a la
yuxtaposición anterior del círculo y el triángulo. Le sigue el plano de una m ujer
vista a través de u n prism a cam biando de expresión, luego un plano de perfil si
m ilar al de la figura 4.38. Dos im ágenes ligeram ente diferentes de un rostro (fig.
4.44) se alternan rápidam ente, induciéndonos a ver la cabeza como si asintiera
m ecánicam ente. Finalm ente, rápidos planos de botellas hacen que parezcan
cam biar de posición en otro ritm o similar a u n a danza.
R esulta interesante que los motivos utilizados en el segm ento 7 procedan
principalm ente de los segm entos 1 y 2 (las esferas luminosas, el som brero, las
botellas) y del segm ento 6 (la cara vista a través de un prisma, el círculo cre
ciente). En este m om ento, en el que el «ballet mecánico» se vuelve más explíci
to, la película reú n e elem entos del com ienzo y del segm ento anterior, en que se
habían com enzado a recordar los prim eros segmentos. El segm ento 7 evita los
motivos de la parte central de la película —segm entos 3 a 5— y de este m odo
crea la sensación de que el filme sigue evolucionando y de que está recorriendo
u n círculo com pleto.
El segm ento final hace este regreso más obvio al m ostrarnos de nuevo la fi
gura de Chaplin. A hora sus movimientos son aún m enos «humanos» y al final
parece que m uchas de sus partes se desprendan, dejando sólo la cabeza en pan
talla. La cabeza girando pued e recordanos al perfil de la m ujer (fig. 4.38) que
hem os visto anteriorm ente. Pero la película no se acaba todavía. El últim o pla
Fig. 4 .4 5
no vuelve a la m ujer en el colum pio del segm ento 1, ahora de pie en el mismo
jard ín , oliendo u n a flor y m irando a su alrededor (fig. 4.45). Hasta ahora la
película nos ha adiestrado lo suficiente como para anim arnos a establecer una
conexión entre este plano y el que le precedía. Nuestras expectativas se han
acostum brado tanto a percibir el movim iento rítm ico y mecánico que proba
blem ente verem os sus sonrisas y los gestos de su cabeza como poco naturales,
como otros motivos que hem os visto en la película. Léger y M urphy concluyen
su película insistiendo en lo m ucho que han alterado nuestra percepción de los
objetos cotidianos y de las personas.
S is t e m a s f o r m a l e s a s o c ia t iv o s
Onceavo mes:
Las cigüeñas lánguidam ente
De pie en u n a hilera
La cám ara le sigue hasta el cielo, donde explota. Cae lentam ente dando vueltas
sin cesar en el aire, una im agen final de destrucción tecnológica y futilidad. La
película finaliza con las pinturas que se han visto en el prim er plano, tal vez in
vitándonos a reflexionar sobre el porvenir de la vida hum ana. De esta form a, los
elem entos temáticos desem peñan un papel destacado para unificar la form a
asociativa de Koyaanisqatsi.
Koyaanisqalsi ilustra los aspectos únicos de la form a asociativa. El filme pre
senta seguram ente un proceso, pero no cuenta u n a historia a la m anera del cine
narrativo. No m uestra personajes continuos, ni conexiones causales específicas,
ni u n a duración definida, ni un orden tem poral entre las escenas. La película
tiene un mensaje, quizá varios, pero no intenta convencernos de él m ediante
u n a argum entación, dando razones y ofreciendo pruebas para llevarnos a una
conclusión. No se oye la voz de un narrador, como en The River, que defina los
problem as y presente pruebas. No explora un grupo de categorías claro: los
conceptos de naturaleza majestuosa y tecnología destructiva son muy libres y
con un final abierto. Pero Koyaanisqatsi no es sim plem ente un ejercicio visual
cualquiera, a la m anera de la form a abstracta. Las conexiones que hacem os en
tre las im ágenes a veces im plican cualidades visuales, pero estas cualidades se
asocian con conceptos y em ociones más amplios.
Com o incluso este breve exam en de Koyaanisqatsi indica, la form a asocia
tiva invita a la in terpretación, a la asignación de significados generales a la p e
lícula. Por ejem plo, la m ayoría de los espectadores p ro bablem ente estarán de
acuerdo en que al final la película critica la vida m o d ern a p o r su destrucción
de la naturaleza, su in h u m an a m ecanización y su ritm o rápido e irreflexivo. El
filme tam bién parece p ro p o n e r que hagam os caso de la sabiduría antigua y
adoptem os form as de vida relacionadas con civilizaciones m enos «avanzadas».
Éste po d ría ser u n o de los significados explícitos de la película, aunque no
existe la voz de u n n arrad o r que lo anuncie. El filme ha sugerido los significa
dos principalm ente m ediante asociaciones creadas p o r la yuxtaposición de
imágenes.
Las conexiones asociativas a p e q u eñ a escala, las diferentes partes a gran
escala, los motivos repetidos y las pistas para su in terpretación, todos estos fac
tores indican que la organización asociativa plan tea exigencias al espectador.
Por esta razón, m uchas películas que utilizan la form a asociativa son experi
m entales, realizadas por cineastas in d ep en d ien tes que trabajan al m argen de
la industria. Al ver estas películas, debem os estar p reparados para cam biar
nuestras expectativas frecu en tem en te y para especular sobre las conexiones
posibles.
No obstante, no estam os com pletam ente perdidos cuando reflexionam os
sobre u n a película asociativa. A unque p u ede utilizar yuxtaposiciones sor
p ren d en tes, originales e incluso incom prensibles, tam bién pued e dar lugar a
u n a em oción o u n a idea muy familiar. El m ensaje explícito de Koyaanisqatsi,
al m enos tal com o lo hem os esbozado aquí, rio es p articularm ente sutil o n u e
vo. En este caso, y com o en m uchas películas asociativas, el fin es conseguir
u n a em oción fam iliar o u n concepto vivido m ediante im ágenes y yuxtaposi
ciones nuevas.
O tras películas asociativas son más com plejas y evocadoras. El cineasta no
tiene por qué darnos necesariam ente pistas obvias en cuanto a las cualidades
expresivas o los conceptos adecuados. Sim plem ente p u ede crear u n a serie de
com binaciones poco com unes y sorprendentes y dejarnos deducir sus relacio
nes. Scorpio Rising (1963), de K enneth Anger, p o r ejem plo, asocia explícita
m ente las bandas de m otoristas con grupos religiosos tradicionales y con la
violencia nazi, pero tam bién sugiere, más inaprensiblem ente, que las insignias
y rituales de las bandas tienen matices hom osexuales. Como otros tipos de for
SISTEMAS FORMALES ASO CIA T IV O S
1. U n fragm ento introductorio con el título de la película, el nom bre del di
rector y las marcas p ara el proyeccionista.
2. Música rápida y dinám ica con im ágenes de animales y vehículos m oviéndo
se p o r tierra.
3. U na sección más m isteriosa y tensa que destaca precariam ente objetos que
se balancean en el aire y el agua.
4. Im ágenes aterradoras de catástrofes y guerras entrem ezcladas con escenas
más poéticas y misteriosas.
Segmento 1. Este segm ento hace algo más que proporcionarnos el título y
el nom bre del director, y p o r esta razón lo hem os num erado como segm ento 1,
en vez de tratarlo com o secuencia de créditos. Al principio vemos cola negra vir
gen, sobre la que com ienza el dinám ico y rápido principio de Pini di Roma. Esto
pone de relieve la im portancia de la música en la película, ya que la escuchamos
antes de ver n inguna imagen. Luego aparecen las palabras «Bruce Conner» y
132 SISTEMAS FORMALES NO NARRATIVOS
Fig. 4 .4 6 Fig. 4 .4 7
Fig. 4 .4 8
Segmento 3. Más cola negra para continuar la transición creada por el títu
lo «The End», y luego u n a pausa antes de que em piece la música del segm ento
3. (Como al principio de la película, en un prim er m om ento suena sobre foto
gramas en negro.) Pero esta vez la música es lenta, som bría y ligeram ente si
niestra. El título «Movie» y más cola negra nos llevan a u n a serie de planos muy
diferentes de los del segm ento 2. Dos m ujeres polinesias llevan grandes objetos
semejantes a tótem s en la cabeza. La cola y el título vuelven a interrum pir el fil
me, introduciendo u n a breve serie de planos de un gran dirigible volando (fig.
4.48) y de una pareja de acróbatas actuando en una pequeña plataform a y ha
ciendo funam bulism o a gran altura por encim a de una calle (fig. 4.49). A unque
las m ujeres y el dirigible se relacionan m ediante el balanceo, el dirigible se vin
cula con los acróbatas no sólo por esto, sino tam bién por el énfasis puesto en la
altura y el peligro. Esta parte del segm ento finaliza con un plano de un peque
ño avión precipitándose hacia abajo entre nubes abigarradas, como si, al haber
perdido el equilibrio, estuviera cayendo. La música lenta y am enazadora nos ha
indicado cómo reaccionar antes esos objetos que flotan y caen; sin la música, po
dríam os haberlos considerado poéticos, pero en este contexto sugieren una
vaga amenaza. Este pasaje finaliza con más títulos: «A», «Movie», «By» y «Bruce
Conner», seguidos de cola negra.
La parte siguiente del segm ento com ienza con una aparente incongruencia
entre la música y la imagen. U na serie de planos nos m uestran partes de un sub
m arino, incluido un oficial que m ira por el periscopio (fig. 4.50). El siguiente
plano parece indicar que ve a una m ujer en bikini (fig. 4.51). Este plano subra
ya el motivo del nudie del segm ento 1 y realza la paradoja de esta yuxtaposición.
Sabemos que los planos del oficial y la m ujer proceden de películas diferentes y
al mismo tiem po no podem os dejar de in terpretar los planos como si le m ostra
ran «mirándola», p o r lo que encontram os la situación cómica.
El mismo principio subyace en los planos siguientes, en que el oficial orde
na lanzar un torpedo y le vemos ap u n tar hacia la m ujer, creando un estim ulan
te juego sexual. Esto tam bién es divertido, como lo es el «orgasmo» de la bom ba
atóm ica que parece resultar de ello. Sin em bargo, como en el prim er segmento,
hay un trasfondo de am enaza y agresión — en este caso de agresión sexual, con
cretam ente— en estas imágenes. Se pasa rápidam ente del hum or a la catástrofe
cuando planos adicionales de la nube en form a de hongo interrum pen el chis-
SISTEMAS FORMALES A S O C I A ! : '
Fig. 4 .5 0 Fig. 4 .5 1
Fig. 4 .5 2
te. Además, la música que suena m ientras aparecen los planos del subm arino y
la m ujer es lenta, pausada y etérea, nada apropiada para la tonta escena clel ju e
go, pero sí adecuada para las imágenes de las explosiones dé la bom ba.
Esta m úsica nos transporta a una serie de planos de olas y movimientos on
dulantes que parecen ser resultado de la bom ba: un barco sum ergido por la nie
bla o el hum o, surfistas y barcas golpeados p or grandes olas, esquiadores acuá
ticos y conductores de lanchas cayendo d urante sus acrobacias. Aquí, la
cualidad etérea de la música deja paso a una m elodía lenta con un tempo diná
mico, in terp retad a con instrum entos de cuerda: esto crea u n tono más am ena
zador. Los prim eros accidentes parecen triviales, como cuando caen los esquia
dores. Pero, poco a poco, las cosas se vuelven más inquietantes. El conductor de
una lancha a m otor se lanza deliberadam ente contra una pila de escombros y
sale despedido.
De repente, vemos a gente m ontada en extrañas bicicletas (fig. 4.52). La
transición del barco a las bicicletas nos aleja brevem ente de la serie de «acci
dentes» y nos lleva a una serie de planos que m uestran a gente haciendo deli
beradam ente cosas que resultan grotescas. Planos adicionales m uestran a moto-
136 SISTEMAS FORMALES NO NARRATIVOS
Fig. 4 .5 3 Fig. 4 .5 4
Fig. 4 .5 5 Fig. 4 .5 6
-------— _
Fig. 4 .5 9
R esum en
Com o hem os visto al considerar algunos de los ejemplos concretos, las pe
lículas p u ed en m ezclar varios tipos de formas, y no siem pre es fácil decir qué
tipo utiliza cada filme. Olimpíada utiliza la form a categórica pero crea breves na
140 SISTEMAS FORMALES NO NARRATIVOS
rraciones dentro de unos cuantos de sus segmentos. The River tiene algunas sec
ciones que em plean asociaciones entre la música y las im ágenes para incitar al
espectador a adoptar u n a actitud determ inada. A Movie explota algunos víncu
los abstractos entre los objetos en diferentes planos.
Sin em bargo, norm alm ente dom ina un tipo de forma, que es la que pro
porciona la organización global. Para in tentar identificar el principio organiza
tivo básico de u n a película, a m enudo resulta útil exam inar el principio y el fi
nal. Esto se debe a que las películas tienden a situar las pistas más fuertes en
estos puntos. Además, el desarrollo que se h a producido entre el principio y el
fin norm alm ente ayudará a definir las relaciones form ales a gran escala dentro
de la obra.
Al considerar los diferentes tipos de películas, podem os plantearnos pre
guntas como las siguientes:
En esta parte del libro, hem os intentado m ostrar cómo funcionan los mo
delos narrativos y no narrativos dentro de la película entera. C om prender am
bos tipos de form a es im portante cuando consideram os las técnicas cinem ato
gráficas. Como veremos, las técnicas cinematográficas funcionan dentro de la
estructura narrativa o no narrativa para crear el sistema formal global de la pe
lícula. Los instrum entos de análisis presentados en la segunda parte, en combi
nación con las habilidades para analizar la función de las técnicas que se defini
rán en la tercera parte, nos ayudarán a com prender todas las películas. Al final
de este estudio sobre las técnicas cinematográficas, volveremos a las películas
exam inadas en los dos últimos capítulos y analizarem os cómo se sirven de los re
cursos del m edio cinematográfico.
N o t a s y c u e s t io n e s
TIPOS DE FORMAS
Form a fílmica
interactúa con
. Sistema form al ------------------- ► Sistema estilístico
/
Narrativo
\
No narrativo Uso distintivo y significativo
Categórico de las técnicas
Retórico Puesta en escena
Abstracto Fotografía
Asociativo Montaje
Sonido
El uso que hace una película de las técnicas —el estilo de la película— no se
puede estudiar aparte de la utilización de la forma narrativa o no narrativa de
esa película. Descubriremos que el estilo cinematográfico interactúa con el sis
tema formal. A menudo, las técnicas cinematográficas apoyan y realzan la for
ma narrativa o no narrativa. En una película narrativa, el estilo puede funcionar
para desarrollar la cadena causa-efecto o mantener el flujo de información de
la narración. Sin embargo, el estilo cinematográfico también puede llegar a es
tar desvinculado de la forma narrativa o no narrativa, atrayendo nuestra aten
ción por sí mismo. Algunos usos de la técnica cinematográfica pueden llamar la
atención sobre los patrones estilísticos. En cualquier caso, el capítulo siguiente
volverá continuamente sobre el problema de las relaciones entre los sistemas
formales narrativo y no narrativo y el sistema estilístico.