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Una vez recogido los datos analizados, se enfrenta al problema de qué hacer con esa
considerable cantidad de información. Parte de ella será numérica; pero es probable que
gran parte esté en forma narrativa (por ej., el resultado de las entrevistas en profundidad
o las notas derivadas de observaciones estructuradas). A pesar de lo que la sabiduría
convencional nos dice, los hechos no hablan por sí mismos. Incluso los datos numéricos
han de ser interpretados. Los datos recogidos tienen que ser analizados de modo que toda
esa información cobre sentido. Por tanto, no podemos hablar de cómo recoger datos en la
investigación etnográfica sin considerar también cómo analizarlos.
Patrones
¿Cómo se reconoce un patrón? Fundamentalmente, un patrón verdadero es aquel que los
miembros del grupo comparten (su comportamiento real), aquel que el grupo cree que es
deseable, legítimo o adecuado (su comportamiento ideal),o ambas cosas. Podemos
sistematizar el reconocimiento de patrones llevando a cabo los pasos siguientes:
En general, las declaraciones y acciones públicas tienen más posibilidades de reflejar el
comportamiento ideal del grupo que las expresadas en privado.
Las declaraciones y actividades que se producen espontáneamente o por propia iniciativa
de las personas de la comunidad tienen más posibilidades de ser elementos en un patrón
compartido que las inducidas de alguna manera por el investigador.
en la mayoría de las formulaciones del proceso se encuentran varios puntos importantes. Estos
puntos se pueden tomar como bosquejo para un marco aceptable para el análisis
AQUÍ VA LA TABLA
El árbol jerárquico. Este diagrama muestra niveles diferentes de abstracción. La copa del árbol
representa la información más abstracta y la base la menos abstracta. Por ejemplo, al explicar la
escrituración, el nivel más alto de abstracción reflejaba dos perspectivas en gran escala: la político-
económica (las condiciones relativas a la impotencia de las personas colonizadas y a las
privaciones específicas derivadas de décadas de servidumbre) y la psicológica (las condiciones
relativas a la pérdida de marcadores de identidad cultural tradicionales). Un nivel medio reflejaba
los tipos de estrés que se encuentran en una población transplantada, explotada económicamente
y relegada políticamente (por ej., una percepción de disparidad entre las aspiraciones del grupo y
los recursos sociales disponibles para hacer realidad esas aspiraciones). En la base del árbol,
estaban los datos específicos relativos a las experiencias de los hindúes en Trinidad, en cuya
comunidad yo era un observador participante.
Hipótesis o propuestas. Estas declaraciones de relación no requieren una comprobación formal
(como en la investigación cuantitativa), pero no cabe duda de que disponer en un formato de este
tipo los elementos temáticos presentes en los datos pueden clarificar en qué aspectos encajan las
variables percibidas. Por ejemplo, yo pude formular la propuesta de que los varones adultos con
discapacidad intelectual que tienen lazos familiares activos tienden más a finalizar sus programas
de habilitación comunitaria que los que mantienen unos lazos débiles. Puesto que era obvio que
yo no estaba en posición de identificar, no digamos ya de examinar, nada que se aproximara a una
muestra estadísticamente representativa de varones adultos con discapacidad intelectual, no
podía esperar someter a prueba esta hipótesis de manera significativa. Pero la simple declaración
de relación fue una manera de organizar mis datos y comprender las experiencias vitales de los
hombres con los que pude trabajar.
Metáforas. Las metáforas son mecanismos literarios, formas abreviadas de expresar relaciones.
“Mi vida es un retrete”. Quería decir con ello que todo lo que él había hecho era una basura. Se
podría tomar el comentario según su valor nominal como nada más que un grito de frustración o
desesperación. Pero era posible también utilizarlo como una clave para abrir un conjunto entero
de datos observacionales y de entrevista: ¿Por qué la vida era una basura? Al examinar esa
metáfora, advertí claramente que este hombre —y muchos de sus compatriotas— consideraba la
vida una basura porque ellos no eran verdaderamente adultos (no eran “personas reales”, como
decían a menudo). No se confiaba que hicieran las cosas que los adultos hacen (incluida con
absoluta certeza la expresión de su sexualidad) y, de este modo, todo lo que hacían era infantil y
carente de valor por definición.
Por consiguiente, podemos resumir el proceso de análisis como sigue, comenzando con la fase de
análisis descriptivo:
Es posible que la curva para el aprendizaje de nuevos programas informáticos sea muy
empinada (y poco eficiente en términos de tiempo) y, enfrentémonos a ello, algunas
personas todavía no se sienten cómodas entre ordenadores.
Aunque los programas informáticos funcionan mejor como auxiliares a los medios
tradicionales manuales de análisis, tientan al investigador a que les deje hacer todo el
trabajo.
El investigador etnográfico dispone ahora de muchos programas de análisis de datos, pero
no todos hacen lo mismo. Es posible gastarse mucho dinero adquiriendo un programa y
dedicarle luego un montón de tiempo a aprender cómo manejarlo, para descubrir luego
que no hace realmente lo que uno necesita que haga. Infórmese sobre los programas
antes de decidirse por uno u otro.