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E D I TO R I A L

La medicalización de la vida y sus protagonistas

Soledad Márquez y Ricard Meneu

¿QUÉ ES LA MEDICALIZACIÓN? En el imaginario colectivo la crítica de la tema de la medicalización de la vida, con el


medicalización está indisolublemente ligada objetivo explícito de “atraer la atención sobre
Los estudios sobre la medicalización la pre- al nombre de Ivan Illich y la publicación de su la tendencia en aumento a clasificar como
sentan como un proceso por el que ciertos obra Némesis Médica (3), pese a que este enfermedades los problemas de la gente”
fenómenos que formaban parte de otros trabajo no escogía la medicina como tema, (7). Dada su capacidad de influencia, este
campos, como la educación, la ley, la reli- sino como ejemplo. Con Némesis Médica número del BMJ marcará con toda seguridad
gión, etc., han sido redefinidos como fenó- Illich pretendía continuar un discurso sobre un hito importante en la historia del pensa-
menos médicos. El diccionario de salud públi- las instituciones modernas en tanto que miento sanitario por su contribución a crear
ca de Kishore (1) conceptualiza la medicali- ceremonias creadoras de mitos, de liturgias opinión sobre un fenómeno que está afec-
zación como “la forma en que el ámbito de la sociales que celebran sus certidumbres, dis- tando de manera importante la forma de vida
medicina moderna se ha expandido en los curso ya iniciado con respecto a la escuela en las sociedades del primer mundo.
años recientes y ahora abarca muchos pro- (4), los transportes o la vivienda. La medici-
blemas que antes no estaban considerados na servía como ejemplo para ilustrar los dis- La distancia entre la definición normativa de
como entidades médicas”. Y añade que inclu- tintos niveles de “contraproductividad” –una salud y su percepción aumenta con el desa-
ye una gran variedad de manifestaciones, extensión “sui generis” de la ley de los ren- rrollo. Está documentado el contraste entre
como las fases normales del ciclo reproduc- dimientos marginales decrecientes– de las la definición de salud pretendidamente obje-
tivo y vital de la mujer (menstruación, emba- instituciones de posguerra y sus paradojas tiva llevada a cabo por los profesionales y la
razo, parto, menopausia), la vejez, la infelici- técnica, social y cultural. Némesis Médica salud subjetiva percibida por los individuos.
dad, la soledad y el aislamiento por proble- comenzaba afirmando: “La medicina institu- Cuanto mayor es la oferta de “salud”, más
mas sociales, así como la pobreza o el cionalizada amenaza la salud”. Lo que era gente responde que tiene problemas, necesi-
desempleo. radical en 1974 es, en algún sentido, con- dades, enfermedades. Mientras, en las
vencional hoy (5). En uno de sus últimos tex- zonas con servicios sanitarios menos desa-
La medicalización puede adoptar tres gran- tos Illich escribió que veinticinco años des- rrollados esta percepción es menor. Los
des modos: pués comenzaría diciendo “En los países datos aportados por Amartya Sen muestran
desarrollados la obsesión por una salud per- que cuanto más gasta una sociedad en asis-
1) Redefinir las percepciones de profesiona- fecta se ha convertido en el factor patógeno tencia sanitaria, mayor es la probabilidad
les y legos sobre algunos procesos, caracte- predominante” (6). Un claro signo del des- de que sus habitantes se consideren enfer-
rizándolos como enfermedades e incorporán- plazamiento del motor de la medicalización. mos (8).
dolos a la “mirada médica” (2) como entida-
des patológicas abiertas a la intervención Desde los años ochenta las críticas a la me-
médica. dicalización se han ido confinando en los La definición de enfermedad
2) Reclamar la eficacia incontestada de la territorios de la sociología, los movimientos
medicina científica, y la bondad de todas sus alternativos o aquellos ámbitos sanitarios Ningún debate sobre la medicalización, sobre
aportaciones, desatendiendo las considera- poco satisfechos con ciertos rumbos de su la extensión de actuaciones sanitarias hacia
ciones sobre el necesario equilibrio entre sus historia, como la psiquiatría o el salubrismo. procesos anteriormente no considerados
beneficios y los riesgos o pérdidas que impli- Sin embargo, algunos de los aspectos que como enfermedades, puede ser útil sin un
can. motivaban dichas críticas han ido cargándo- previo acuerdo sobre la concepción de las
3) La marginación de cualquier modo alter- se de argumentos durante este tiempo. Así, cambiantes relaciones entre salud y enfer-
nativo de lidiar con las dolencias, incluyendo ha aumentado la conciencia de que muchas medad. En la controversia que nos ocupa, las
tanto terapias de eficacia probada empírica- intervenciones sanitarias se sitúan en la aportaciones de la sociología de la salud y la
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mente como las formas desprofesionalizadas “parte plana de la curva” –aquella en la que enfermedad se acogen a cuatro grandes tra-
de manejo de todo tipo de procesos que van los beneficios marginales que aportan son diciones teóricas: a) el funcionalismo parson-
desde el parto hasta la muerte. mínimos y a menudo inferiores a los riesgos siano; b) la economía política de la enferme-
o costes que suponen– sin que las corrientes dad, incluyendo aquí la crítica de estirpe mar-
mayoritarias del pensamiento médico relacio- xista; c) el interaccionismo simbólico; y d) los
La crítica de la medicalización de ayer a hoy nen este fenómeno con ninguna forma de desarrollos procedentes de las teorías pos-
iatrogenia social. testructuralistas de Foucault, en especial sus
Hace un cuarto de siglo la crítica de la medi- elaboraciones en el ámbito de la salud men-
calización hizo su aparición en los debates En su mejor línea democrática el British tal y el feminismo (9). Todas ellas aportan ele-
sanitarios, gozando de un breve momento de Medical Journal auspició el pasado año una mentos esclarecedores para entender la
confusa centralidad. Aunque algunos de los votación sobre cuáles son en nuestro entor- “racionalidad” que subyace en los procesos
elementos de esta crítica gozaban de una no las principales “no-enfermedades”, aque- de medicalización.
larga tradición, confluían en ella visiones muy llos procesos cuya inclusión en el campo de
distintas e interpretaciones divergentes actuación de la medicina resulta menos En el origen están los análisis de Talcott
(Foucault, Illich, Navarro, Mendelsohn, obvia. Como colofón de ese proceso, su edi- Parsons de la relación médico-paciente (10),
Skrabanek, etc.). ción del 13 de abril de 2002 se dedicó al tipificando a éste como quejoso, pasivo y
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agradecido y al profesional como altruista y les individual (experiencia de salud y enfer- Las discrepancias entre profesionales y
compasivo. El “papel del paciente” en la ver- medad), social (dinámica institucional y regu- usuarios sobre la consideración de algunos
sión de Parsons viene definido por la legitima- lación de los procesos mediante el etiqueta- fenómenos como enfermedades están
ción que la enfermedad otorga para evitar asu- do y la noción de desviación) y societal ampliamente documentadas. Cuando se con-
mir las responsabilidades sociales, la incapa- (estructuras sistémicas que moldean los sultó a tres grupos con diferente formación
cidad de superar por sí mismo tal estado, la patrones de los dispositivos asistenciales). sobre el carácter patológico de una serie de
obligación social de intentar sanar y la nece- procesos, algunos, como la senilidad y la
saria puesta en manos de los profesionales. El concepto de enfermedad resulta huidizo resaca eran vistos como no-enfermedad de
una vez se renuncia a considerar su existen- manera congruente tanto por los profesiona-
La economía política de la enfermedad debe cia objetiva y se acepta su carácter de “cons- les sanitarios como por los estudiantes de
mucho de su formulación actual a Freidson trucción social”, un paso difícil, pero ineludi- secundaria y los universitarios no médicos.
(11) (12), y de sus tesis derivan trabajos ble adoptando perspectivas históricas, antro- En cambio se apreciaban importantes discre-
como los de Navarro (13), o algunas de las pológicas o sociológicas. La definición de un pancias entre el primero y los últimos grupos
interpretaciones críticas de Illich. Fue Freidson proceso como enfermedad puede hacerse sobre la insolación, el codo de tenista o la
uno de los primeros en realizar una crítica desde una instancia exterior (la mirada exter- sobredosis de barbitúricos (23).
sistemática a la teoría de Parsons, en espe- na del profesional), o desde una interna (la
cial a la neutralidad afectiva y el universalis- autopercepción) (21). Pero el descrédito de Cada vez más se define la enfermedad ante
mo de los médicos. Así mismo mostró cómo la primera como legitimación de la enferme- simples síntomas o signos, aspectos estéti-
los pacientes eran capaces en alguna medi- dad no se traduce en una desmedicalización, cos, presencia de factores de riesgo o por la
da de negociar durante las consultas, no ya que la otra perspectiva interioriza los valo- probabilidad de padecer en el futuro una
siendo meros aceptantes de las decisiones res y discursos de la primera, conformando enfermedad. Cochrane afirmaba que no
de los profesionales. una peculiar mirada médica aplicada por había conseguido saber quién introdujo el
legos. En el límite, algunas formas de “empo- concepto de límites normales de la presión
La perspectiva interactiva de Erving Goffman werment” pueden suponer una mayor medi- arterial como los comprendidos entre más
(14) (15) resulta especialmente atenta a los calización, sustituyendo la mirada médica por dos y menos dos desviaciones estándar
procesos de institucionalización y estigmati- su capilarización por el conjunto de los desde la media, sin que teóricamente haya
zación. El “estigma” de Goffman se basa en pacientes. nada que apoye esta idea (24).
los conceptos sociológicos de “etiquetado” y
“desviación”. El etiquetado es un proceso de El prolapso leve de válvula mitral, la hipogli-
reputada importancia entre los interaccionis- ¿Qué es y qué no es enfermedad? cemia, el colon irritable o el síndrome pre-
tas, que han tenido un amplio desarrollo en menstrual han sido sugeridos como ejemplos
la literatura crítica sobre la enfermedad men- Cada día más, la definición de enfermedad de fenómenos anatómico-fisiológicos que se
tal (16). Las decisiones de “etiquetado” va ligada a las disponibilidades tecnológicas. superponen ampliamente con la normalidad.
como patológico o tributario de una interven- La tecnología constituye el conocimiento Estos “síndromes solapados” son etiqueta-
ción terapéutica y la variabilidad del umbral a médico de diferentes maneras. Por un lado dos como patológicos por la comunidad pro-
partir del cual los individuos pasan a ser con- establece los signos, marcadores y resulta- fesional en un proceso de medicalización
siderados pacientes de una determinada dos que definen las entidades nosológicas. (25).
condición han mostrado su utilidad en la También influye poderosamente sobre los
comprensión de otros aspectos inquietantes modelos explicativos de la enfermedad, así También el riesgo ha pasado a ser conside-
de la práctica sanitaria, alejados incluso de como en el modo en que se organizan el rado una enfermedad prevalente, en una
sus márgenes, como puede ser la generali- conocimiento médico, su taxonomía. En con- curiosa inversión de la paradoja de la pre-
zada variabilidad en las decisiones clínicas junto, el incremento de capacidades tecnoló- vención de Rose (26) por la que ciertos
(17). gicas aumenta la sensibilidad de la identifi- beneficios escasos a nivel individual resul-
cación de patologías y reduce el umbral a par- tan sobrevalorados. De este modo, los fár-
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Las diferentes lecturas de las teorías de tir del cual tratarlas, aumentando así la inci- macos preventivos son un negocio en alza.
Foucault sobre el conocimiento (18) y el poder dencia de las enfermedades (22). Su uso se extiende a pesar de la existencia
(19) han puesto el acento en demostrar la de desacuerdos entre guías de práctica clí-
relación entre la reclamación biomédica Operativamente podemos definir una “no- nica, y a que la magnitud de los beneficios a
sobre el carácter “verdadero” y “neutral” del enfermedad” como “un proceso o problema nivel individual es pequeña, incluso en las
conocimiento sobre el cuerpo y los procedi- humano definido desde alguna instancia personas con mayor riesgo (27). Pero hay
mientos de poder y prácticas discursivas. El como una condición médica para el que se que preguntarse cuánta gente bien informa-
modo en que se percibe el cuerpo y sus pro- obtendrían mejores resultados si no fuera da de su probabilidad de tener un suceso
cesos no tiene mucho que ver con una pre- considerado y tratado así”. Para esto se cardiovascular en los próximos diez años
tendida realidad objetiva, siendo ésta una requiere aceptar que no todo sufrimiento es querría tomar un hipolipemiante a largo
construcción social. una enfermedad. Así, la orfandad es un dolo- plazo. O cuántas mujeres estarían dispues-
roso proceso natural, aunque preferible a su tas a seguir un tratamiento con bifosfonatos
Aunque procedentes de tradiciones diferen- única alternativa verosímil (morir antes que durante años para evitar un escaso riesgo
tes, existen intentos de conciliar los principa- los progenitores), pero tributario de medicali- de fractura si conocieran los números de las
les aspectos de estas teorías, en especial zación si se declara una “inadecuada elabo- probabilidades en caso de tomar el fármaco
los de Turner (20) quien distingue entre nive- ración del duelo”. o no tomarlo.
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Hay algunas evidencias de que las personas por las pacientes tras una campaña de infor- Además, al mismo tiempo que se habla de la
bien informadas son más conservadoras mación a través de los medios de comuni- “creación” de nuevas enfermedades a partir
que los médicos en el caso de los trata- cación que redujo el 26% en las tasas de de experiencias vitales o procesos normales,
mientos preventivos basados en medica- histerectomía para mujeres de todas las también puede hablarse de situaciones en
mentos (27-30). De generalizarse estas evi- edades (37). las que se infrautilizan tratamientos efecti-
dencias, tendremos que reconocer que vos, y por tanto se necesitaría mayor inter-
desde la medicina sin participación del A esto hay que añadir los múltiples ejemplos vención sanitaria. Así, Ebrahim (42) advierte
paciente se puede estar conduciendo a la de nuevos tratamientos y tecnologías con del riesgo de “desmedicalización” en la
gente a una forma de vida que quizá no resultados mínimos en términos de salud, población mayor, y la necesidad de separar el
desee. Si en los tratamientos preventivos, introducidos y extendidos en el sistema proceso de envejecimiento de las enferme-
los pacientes hicieran elecciones diferentes sanitario en un momento en que la evalua- dades que se dan en personas mayores y
a las que indican los médicos y por debajo ción era incompleta o de baja calidad; para que tienen tratamientos efectivos que deben
de éstos: ¿Qué efectos tendría una mayor al cabo de unos años tener que reconocer ser utilizados. ¿Dónde está el equilibrio?
participación? Como señala Thomson (31), que se hizo de forma prematura y que sus
quizá tengamos pacientes hipertensos mejor beneficios son menores que sus riesgos. Un
informados, más satisfechos y menos ansio- ejemplo reciente con importante impacto en LOS PROTAGONISTAS DE LA
sos, pero colectivamente más expuestos a los medios de comunicación es el de la MEDICALIZACIÓN
tener un accidente vasculo-cerebral o un generalización de la terapia hormonal susti-
infarto. La aceptación de esto significa un tutiva, impulsada por sus productores, apo- Los factores que contribuyen al creciente
tremendo cambio de mentalidad, incluso un yada por colectivos femeninos (38), y cuya fenómeno de la medicalización de la vida
replanteamiento de los objetivos de los ser- efectividad ha quedado, cuanto menos, en son diversos y complejos. Una panorámica
vicios sanitarios. entredicho (39). no exhaustiva exigiría empezar a mirar hacia
los proveedores sanitarios, tanto los profe-
La extensión de las nuevas enfermedades a sionales como las empresas médico-farma-
LA EXPANSIÓN TERAPÉUTICA campos como el nacimiento (40), la meno- céuticas, sin dejar de lado el importante
pausia, el envejecimiento, la sexualidad papel desempeñado por la industria de la
Cada vez que se realiza un etiquetado de (41), la infelicidad y la muerte (42) puede comunicación. Aun así todo análisis será
enfermedad, la consecuencia inmediata es seguir sin mayores problemas con la defini- incompleto si no contempla las tendencias
que para cada proceso existe un tratamiento. ción de la “angustia laboral”, la “ansiedad apreciadas en la propia población y las res-
Frecuentemente esa terapia se prescribe sin nutricional” o todo tipo de desequilibrios puestas aportadas por los responsables de
dar a la persona la información adecuada afectivos y personales. El malestar que pro- la política y la gestión sanitaria.
sobre la naturaleza de los beneficios y efec- vocan algunos alejamientos de la normali-
tos adversos, y por tanto, sin tener en cuen- dad o el ideal, como calvicie, arrugas o
ta las preferencias y aversión a los riesgos mollas, puede extenderse con más motivo El papel de los profesionales y sus institu-
de cada uno. La evidencia disponible informa hasta los déficits de elocuencia, oído musi- ciones
que muchos pacientes tiene claras preferen- cal, o capacidad de razonamiento lógico, pro-
cias respecto a los posibles tratamientos blemas prevalentes y tratables, pero aun no Los médicos son los principales agentes de la
(32), que éstas no son siempre predecibles sentidos como insuficiencias. Ya se sabe medicalización. El carácter desconcentrado de
(33), que los médicos a menudo no logran su que “el buen sentido es la cosa mejor distri- las decisiones sobre diagnóstico y tratamien-
cabal comprensión (34). La revisión de esta buida, pues todos creen estar tan bien dota- to (46 ) exige la anuencia de los clínicos sobre
literatura (35) pone de manifiesto que los dos, que incluso los más descontentos en los beneficios de las intervenciones terapéuti-
pacientes, los profesionales y la población cualquier otro aspecto no desean más del cas. Sin su concurso los demás actores de la
general tienen a menudo diferentes preferen- que ya tienen” (43). medicalización no conseguirían la respuesta
cias ante las alternativas terapéuticas y que deseada a sus demandas o una extensión de
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la dirección y magnitud de esas discrepan- También merece una reflexión la extensión su oferta compatible con sus lógicos objetivos
cias no parece ser consistente y varía según de pruebas genéticas que etiquetan a las empresariales de crecimiento. La percepción
las patologías. personas con un nivel de riesgo de tener un médica o mejor, la mirada médica (2) es el
determinado problema de salud, sin que exis- proceso a través del cual objetos sociales
La efectividad de la prostatectomía en el tra- ta una evaluación adecuada de los beneficios específicos, es decir, categorías de enferme-
tamiento de la hiperplasia benigna de prós- de las posibles intervenciones que le siguen, dad, cobran su existencia (47).
tata depende de cuáles son las dimensio- aspectos que deberían ser claves en la deter-
nes de calidad de vida preferidas por los minación de la utilidad de estas pruebas (44) Es común interpretar la participación entu-
pacientes (incontinencia, impotencia). La (45). Si la adopción de nuevos tests genéti- siasta de los sanitarios en los procesos de
aportación de instrumentos de ayuda para cos no se lleva a cabo con una evaluación medicalización en función de los beneficios
que el paciente pueda tomar una decisión rigurosa, se puede llegar a etiquetar a buena esperables. Ligado a la esperanza de pro-
informada, ha mostrado una preferencia por parte de la población como enferma, en base porcionar un beneficio para los pacientes,
la alternativa quirúrgica significativamente al hallazgo de uno o varios genes “deficien- está el deseo de que se amplíe el mercado,
menor al empleo que de ella se venía tes” que incrementan la predisposición a se abran nuevas puertas al desarrollo profe-
haciendo (36). También el recurso a la his- sufrir en el futuro una determinada enferme- sional y la especialización (unidades de lípi-
terectomía se mostró mayor que el preferido dad. dos, de menopausia, de genética...). Sin
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desestimar los beneficios alcanzables en resolutivas reales y una creciente presión sintomas que pueden acompañar a la meno-
términos de rentas directas, capacidad de social que exige respuestas taumatúrgicas y pausia o ciertas disfunciones sexuales (41),
influencia, y poder. Un abanico de posibilida- confía en que la ciencia evitará hasta lo ine- (52). En el límite, este camino conduce a una
des que explica ampliamente que la cultura luctable. situación en que para cada nuevo diagnósti-
médica sufra de una fascinación por las nue- co o tratamiento se puede crear una enfer-
vas tecnologías, e incluso por las nuevas Probablemente, el ejercicio de una medicina medad, con independencia del carácter de
enfermedades. sin participación del paciente es otro factor los beneficios que aquellos aporten.
que conduzca a la medicalización. Aunque en
En un editorial publicado en esta revista J. general no está claro que la participación de Para la construcción de nuevas enfermedades
Expósito (48) ya reflexionó sobre el papel de los pacientes lleve a decisiones más conser- y la comercialización de tecnologías que las
los médicos en la difusión de tecnologías no vadoras que las que toman los médicos (50) diagnostiquen y las traten, la industria necesi-
efectivas usando como ejemplo ilustrativo la (51), como se comentó anteriormente, pare- ta compañeros de viaje. Para ello, financia a
quimioterapia a altas dosis en el cáncer de ce que sí hay una tendencia en este sentido grupos de investigación de instituciones aca-
mama. Su pregunta “¿son los médicos acto- en el caso de los tratamientos preventivos démicas y de sociedades científicas, que
res o espectadores en la difusión de nuevas con fármacos (27-30). Hacer una medicina –además de participar en las investigaciones–
tecnologías?” tiene una respuesta afirmativa más participativa supone –una vez más– un van a ser elementos valiosísimos en la pro-
contundente. Pese a las dificultades del cambio cultural, que como todos los cambios moción de los nuevos medicamentos. Muchos
papel asignado a los médicos, lo que resulta culturales será difícil, porque supone aban- productos se promocionan gracias a los artí-
a la postre es que comparten en buena medi- donar lo conocido para embarcarse en una culos de apoyo escritos por médicos que son
da la responsabilidad por la construcción de aventura en la que se perderá estatus, poder líderes de opinión, y que se publican en impor-
una cultura intervencionista y acelerada en la y control; y en la que habrá que aprender tantes revistas especializadas (53). También
adopción de innovaciones. otras habilidades y actitudes, a las que no cuenta con el sostén de grupos organizados
estamos habituados. de pacientes que a menudo parecen agluti-
Añádase a esto que la razón médica está pre- narse más por el tratamiento que reclaman
sidida por un stajanovista “más es mejor”, Entre estas actitudes se cuenta la preocupa- que por la dolencia que sufren.
cuando en demasiadas ocasiones quizá ción por las consecuencias de una posible
debería plantearse un miesiano “menos es medicalización excesiva. Como apunta Una vez conseguida la implicación de los
más”. Las verdaderas mejoras en eficiencia Richard Smith, “cuando estoy enfermo quiero referentes de cada sector o especialidad, el
no provienen únicamente de hacer lo mismo ser atendido por doctores que duden cada siguiente frente de intervención de la indus-
más rápidamente o más barato, sino de día del valor y la sensatez de lo que hacen” tria es el conjunto de los médicos, quienes
hacerlo de un modo diferente y mejor (49) por (5). en definitiva adoptan la decisión de indicar o
más adecuado. no los nuevos avances. La formas clásicas
de penetración a través de obsequios, pago
En el proceso de medicalización las interac- Las empresas médico-farmacéuticas de viajes a jornadas –indudablemente de for-
ciones y sinergias son múltiples. Los médi- mación– y similares, están cada vez más en
cos como investigadores o prescriptores, Sin desatender el beneficioso papel desem- el punto de mira de los financiadores, preo-
solos o unidos en sociedades científicas, a peñado por la investigación y desarrollo cupados por lo que, algo exageradamente,
veces recorren su camino profesional de la impulsados por las industrias médico-farma- ven como una enorme “quinta columna” infil-
mano de la industria. De hecho, la cons- céuticas, que ha dado lugar a múltiples tra- trada en sus efectivos. Pero existen modos
trucción de nuevas enfermedades es fre- tamientos efectivos que mejoran la vida de más insidiosos de ganar la voluntad de los
cuentemente liderada por grupos de investi- las personas, es necesario reflexionar sobre microgestores. En toda tecnología innovado-
gadores que tienen estrechos lazos con las su papel en la medicalización innecesaria de ra son, obviamente, sus promotores quienes
empresas farmacéuticas, y las recomenda- la vida. disponen de la mejor información. La difusión
ciones y consensos parten de las socieda- de ésta de manera sesgada, inexacta o enga-
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des científicas y de los médicos líderes de Atendiendo a una conducta estrictamente ñosa busca hacer mella en los profesionales
opinión. Estas recomendaciones son espe- racional, es de esperar que dicha industria que deseen guiarse por motivos estrictamen-
cialmente relevantes en áreas con mayor no repare en esfuerzos para ampliar merca- te científicos (54). También se han apreciado
incertidumbre, donde la guía de los exper- dos, lo que hace de ella un actor clave en la interesantes sinergias entre desarrollos diag-
tos, los referentes profesionales, se confi- creación de nuevas enfermedades, especial- nósticos y terapéuticos. Las actuaciones
gura como una de las fuentes primordiales mente en aquellos ámbitos en los que es para lograr que los médicos prescriban pasan
de orientación. más verosímil que se pueda disponer de una también por facilitar los medios para que
elevada sensibilización por parte de los puedan hacer el diagnóstico. Y es aquí donde
Una explicación complementaria para la pre- potenciales beneficiarios: aspectos estéti- entran los regalos de equipos y tecnologías a
disposición de los profesionales a aceptar cos, molestias fisiológicas o síntomas leves los centros sanitarios, ante los que una cier-
cualquier innovación pretendidamente útil pero frecuentes, reducción de factores de ta miopía contable puede hacer creer que los
debería considerar su situación respecto al riesgo, o evicción de las consecuencias de equipamientos se consiguen a coste cero.
cambiante estado del conocimiento y las comportamientos no saludables a los que no Entre la variada casuística al respecto, en
expectativas y demandas sociales. Los se desea renunciar. En algunas de estas con- otro texto hemos abordado el ejemplo de los
médicos se encuentran emparedados entre sideraciones pueden encuadrarse la calvicie, densitómetros para diagnosticar la osteopo-
una íntima duda sobre sus capacidades el colon irritable, la osteoporosis, algunos rosis (55).
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Además, la industria contribuye a la forma- Más allá de los indudables casos de venali- La población
ción de una demanda mediante actuaciones dad e incompetencia (58), el principal proble-
para crear opinión, no sólo entre los profe- ma con los medios estriba en su configura- Hace más de veinticinco años que Lewis
sionales, sino también entre los potenciales ción ideológica. La divisa del periodismo “No Thomas señalaba que en los 25 años ante-
consumidores. Cuenta para ello con impor- es noticia que un hombre muerda a un perro, riores nada había cambiado tanto en el siste-
tantes activos entre los medios de formación sino que un perro muerda a un hombre”, ma sanitario como la percepción del público
de masas y busca, amparándose en grandi- admite el corolario “...o que alguien diga que sobre su propia salud, interpretando que
locuentes apelaciones al derecho a la infor- quizá pudiera haberlo hecho”. La concepción dicho cambio pone de manifiesto una pérdida
mación, poder generalizar las campañas de de lo noticiable está asociada a la novedad, de confianza en la forma humana (64). Y con-
publicidad dirigidas a los consumidores fina- lo inusual, lo improbable o lo deseado. De tinuaba afirmando que buena parte del des-
les. Mientras se ultima la autorización euro- ahí la sobreabundancia de noticias sobre pre- pilfarro sanitario procede de la convicción del
pea de la “publicidad directa al consumidor”, tendidos descubrimientos revolucionarios, so- público en general de que la medicina moder-
su presencia en otros países nos permite luciones mágicas y terribles plagas de dudo- na es capaz de resolver mucho más de lo que
apreciar cómo las empresas sanitarias apro- sa base científica. en realidad es posible. Esta actitud sería, en
vechan cualquier posibilidad de trasladar la parte, el resultado de las exageradas reivindi-
atención desde los problemas derivados del El principal problema de una lectura acrítica caciones de la medicina en las últimas déca-
entorno social hacia la solución individual. Un de los medios estriba en que favorecen en das y de su aquiescencia pasiva con las aun
ejemplo ilustrativo es el anuncio sobre la la población la conformación de expectati- más exageradas difundidas por los media.
paroxetina que GlaxoSmithKline publicó en el vas que están por encima de la realidad,
New York Times Magazine en octubre de contribuyendo de modo importante a gene- Como gusta repetir el gurú Ian Morrison, autor
2001, un mes después del ataque al World rar la creencia en una inexistente medicina de Health Care in the New Millennium: Vision,
Trade Center. En medio de un clima de com- omnímoda. La sensación de que la medici- Values, and Leadership y antiguo director del
prensible agitación, el anuncio afirmaba: na es una ciencia exacta es, en buena Institute for the Future en Palo Alto, cuando
“Millones (de personas) sufren ansiedad cró- parte, creada y alimentada por los medios él nació en Escocia la muerte era vista como
nica. Millones pueden ser ayudadas por (59), siendo cada vez más exigible que inminente, mientras se formó en Canadá
Paxil” (56). Este ejemplo no es sino un botón éstos asuman e incorporen a sus conteni- comprobó que se vivía como inevitable, pero
de muestra de muchas campañas basadas dos términos como “incertidumbre” o “limi- en su actual residencia californiana parece
en respuestas no patológicas ante sucesos taciones” (60) (61). que allí se perciba como opcional.
vitales, el miedo a la muerte o a la discapa-
cidad. Casi a diario la prensa científica y los Se han documentado casos en los que el Parece claro que el nivel educativo es un fac-
medios de comunicación de masas propor- tratamiento de los problemas en los medios tor clave en el deseo y exigencia de participar
cionan ejemplos, donde se advierte de la de comunicación está lleno de contradiccio- en las decisiones (65), por tanto, en la medi-
cantidad de personas “afectadas” –de meno- nes, subrayándose aspectos negativos e da que la población tenga mayor nivel e infor-
pausia, de osteoporosis, ...–- que no están ignorando otros relevantes. Como ejemplo, mación, irá exigiendo a los profesionales
siendo tratadas. Los discursos son tan con- un estudio que analizó la información sobre sanitarios este derecho a tener voz y voto
tundentes y muestran tal preocupación por el la menopausia en la prensa, encontraba sobre las decisiones que les afectan. La
bienestar de la población que es difícil que que se trivializaban los aspectos relaciona- extensión del acceso a la información a tra-
alguien se atreva a contravenirlos. Cada vez dos con promover estilos de vida saluda- vés de Internet puede suponer una importan-
más el público diana de esta publicidad direc- bles, y por el contrario, se enfocaba el tema te amenaza a la relación de agencia imper-
ta son personas razonablemente sanas, a como una experiencia negativa, una enfer- fecta entre médico y paciente. Más allá de
las que se les vende una amenaza y al tiem- medad y una etapa que necesitaba trata- las actuales expectativas desmedidas, las
po se les presenta un producto que las libra- miento médico (62). En muchas ocasiones, facilidades aportadas por las Tecnologías de
rá de ella. son los médicos ejerciendo de columnistas, la Información y la Comunicación (TIC) podrían
o sus sociedades a través de campañas de facilitar una mayor exigencia de información y
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prensa, quienes promueven la medicaliza- participación más acorde con el estado del
Los medios de comunicación ción e incluso el uso de intervenciones conocimiento. Sin embargo, es difícil prever
cuyos efectos adversos superan los posi- cómo afectará al fenómeno de la medicaliza-
Después de los profesionales sanitarios, los bles beneficios. En los últimos años el cri- ción el incremento de la fracción de pacien-
medios de comunicación de masas son la bado del cáncer de próstata ha aportado un tes informados y deseoso de adoptar sus
principal fuente de información sobre la buen número de ejemplo poco edificantes. propias decisiones.
salud. La calidad de la información que vehi- (63).
culan y los sesgos apreciados en su trata- Por una parte, el mayor nivel de vida suele ir
miento han sido objeto de una atención insu- Sin embargo, los medios pueden también unido a una cultura de consumismo (medici-
ficiente en comparación con su relevancia en afectar positivamente la utilización de servi- na incluida) y en las sociedades más desa-
la configuración de las expectativas y opinio- cios sanitarios, promoviendo el uso de inter- rrolladas cada vez más se instala el rechazo
nes del conjunto de la población. Es lógico venciones efectivas y desincentivando la de la enfermedad y la muerte, como partes
que en muchas ocasiones sean el principal adopción de las que tienen efectividad no inevitables de la vida. Existe una creencia,
objetivo de quienes pretenden influir en la probada o cuestionable, aunque parecen, en posiblemente promovida desde los propios
conducta de los profesionales sanitarios y general, menos interesados en desempeñar sistemas sanitarios, de que la medicina va a
los pacientes (57). ese papel. poder con todo y que puede solucionar cual-
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quier problema (aunque sea vital o social), mutuo de sus aprobaciones, estos organis- hacen así dependientes de la medicina y los
que la tecnología avanza a pasos agiganta- mos compiten por atraer hacia ellos la eva- servicios sanitarios, que necesitarán cada
dos para hacernos vivir más y mejor, y que la luación de nuevos medicamentos. Para vez más recursos para dar respuesta a la
salud no tiene precio. lograrlo han de responder a los intereses del demanda que va induciendo.
evaluado, sin que existan mecanismos para
Uno de los escenarios menos deseables garantizar una preocupación similar por los Una reflexión sobre el fenómeno de la medi-
sería el representado por usuarios conocedo- intereses de la sociedad, para cuyo servicio calización lleva a la pregunta de si realmente
res de las alternativas existentes e insensi- se constituyeron. queremos un mundo donde todos llevemos
bles a la dimensión social de la asistencia, etiquetas de riesgo de padecer esta o aque-
apelando sistemáticamente a la “regla del Un curioso ejemplo de la atención preferente lla enfermedad en el futuro. Si queremos una
rescate” –la oposición a no emplear todas prestada por los organismos públicos a los sociedad donde hay mastectomizadas para
las alternativas con algún beneficio poten- intereses de los productores frente a los de evitar el cáncer de mama, gente sana pero
cial, por mínimo que sea, ante un riesgo los usuarios se da en el caso de los diuréti- que cree estar enferma y toma varias píldo-
grave para la salud de un individuo identifica- cos para el tratamiento de la hipertensión ras para reducir su “riesgo” de acabar tenien-
ble y concreto– (66) forzando la actuación de arterial. Los ensayos clínicos y metaanálisis do una u otra enfermedad. Una sociedad
los médicos ante el paciente agonizante. Un demuestran que los diuréticos a bajas dosis donde ya todos los niños nacen por cesárea,
futuro sumamente decepcionante para los (hidroclorotiazida o clortalidona a dosis de la gente está insegura sobre si es normal o
profesionales que no están suficientemente 12,5 mg/día) son generalmente el tratamien- no en sus relaciones sexuales, el miedo a la
pertrechados para combatir estas exigencias to inicial de elección, pero en España las pre- enfermedad se ha apoderado de todos, y
que van más allá del rol asignado y que pro- sentaciones de estos fármacos dificultan casi nadie se muere con un poco de paz. Si
vocan sufrimiento por no poder dar respues- enormemente su administración. La única queremos un mundo donde mientras todo
ta, convirtiéndose así en víctimas de la medi- presentación en solitario de hidroclorotiazida esto pasa en las sociedades ricas, en África,
calización a la que han contribuido (60). fue retirada del mercado por el Ministerio a Asia y Harlem, la gente sigue muriendo de
petición del fabricante. Aunque fue repuesta SIDA, de infecciones para nosotros banales,
meses más tarde, ya se había producido un de hambre, violencia y otras calamidades.
La Administración y los gestores de servi- importante cambio en el tratamiento a los
cios sanitarios pacientes que lo usaban. Por su parte la Pero incluso siendo pragmáticos y sin cues-
higrotona sólo se comercializa en una pre- tionarnos si queremos este mundo, vamos a
Si las actuaciones de los usuarios y las sentación de comprimidos no ranurados de tener que preguntarnos si podemos permitír-
empresas pueden parecer razonables y las 50 mgr, por lo que su correcta administración noslo. El economista Uwe Reinhardt sugería
de los médicos comprensibles, el comporta- exige que los pacientes las tengan que partir irónicamente que si el consumo sanitario
miento de los reguladores resulta menos jus- en 4 trozos, sin garantías de una distribución seguía aumentando, EE.UU. sería como un
tificable. En términos generales, en el nivel igual de la dosis entre fragmentos. Este tipo gran hospital, donde la población estaría for-
de la macrogestión se tiende a evitar las de comportamientos favorece la sustitución mada por trabajadores de la salud, enfer-
decisiones conflictivas en más ocasiones de –cuando no la duplicación– terapéutica, redu- mos, o ambas cosas al tiempo (68). Sin caer
lo que sería deseable. Se rehúye la definición ciendo las opciones de que disponen profe- en los maximalismos que atribuyen a la
explícita de las prestaciones incluidas y sionales y usuarios informados para manejar medicina un efecto negativo neto sobre el
excluidas de las carteras de servicios, o se sus procesos. bienestar, apelando a inexistentes arcadias
dilata el establecimiento de mecanismos pretecnológicas, una sociedad más medicali-
adecuados para la monitorización del uso de zada es una sociedad con una mayor percep-
tecnologías en centros sanitarios, confron- Una reflexión final: ¿vamos a donde ción de malestar y dependencia. Y subvenir
tándolo con sus indicaciones. Tampoco se queremos ir? las necesidades que este sentimiento obliga
aprecia diligencia en la implantación de méto- a los individuos y la colectividad a detraer
dos para racionalizar la introducción de nue- Las preguntas fundamentales que debemos recursos aplicables a potenciar otras esferas
GESTIÓN CLÍNICA Y SANITARIA • VOLUMEN 5 • NÚMERO 2 • VERANO DE 2003

vas tecnologías. y fármacos en los servicios plantearnos se refieren a qué consecuencias del bienestar (49).
sanitarios, pese a que ya existen algunas ini- tiene la medicalización de la vida y a dónde
ciativas interesantes al respecto (67). nos conduce la senda por la que nos enca- Por ahora no parece verosímil que sea evita-
minamos. En primer lugar, se está etiquetan- ble morir. Las ganancias en cantidad de vida
Un caso llamativo lo constituyen los organis- do de enfermos a personas que podemos propiciadas por el desarrollo médico son en
mos encargados de regular el mercado de considerar sanas y se les está sometiendo a nuestro entorno relativamente escasas, sien-
fármacos. En los últimos años las agencias tratamientos que conllevan indudables efec- do más importantes las relacionadas con la
de medicamentos de los países europeos tos adversos, tanto por el mismo proceso de calidad de esa vida. Pero la calidad de vida
han sido muy sensibles al deseo de la indus- etiquetado como “anormal”, como por los tiene componentes básicamente subjetivos,
tria de aprobación rápida de nuevos produc- posibles efectos de las terapias, que nunca ligados a muy distintas preferencias perso-
tos. Sin duda esta preocupación por los son absolutamente inocuas. En segundo nales. No todos los años de vida ganados
deseos de una parte de sus clientes está lugar, las formas no médicas de afrontar las son iguales y evitar una muerte ligeramente
relacionada con la creciente dependencia dificultades se están devaluando y olvidando, prematura puede abocarnos a una larga y
financiera de éstos que han experimentado y la capacidad de valerse por sí mismo y sen- penosa agonía, una opción deseable para
dichas agencias. En la actualidad, implanta- tirse capaz de superar los problemas se está algunos pero espeluznante para otros. Sin la
do el procedimiento de reconocimiento reduciendo. Las personas y la sociedad se adecuada información para decidir, muchos
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