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Desarrollo psicomotor
La psicomotricidad se refiere al desarrollo del movimiento del cuerpo, el intelectual y el
afectivo. En los niños pequeños el control de los músculos del cuerpo favorece el desarrollo
intelectual y la afectividad. Por ello, es natural que los padres de forma instintiva se preocupen por
el correcto desarrollo de las etapas psicomotrices de sus bebés.
Organizaremos los ítems por áreas y edades, y aunque en ningún caso proporcionan un
diagnóstico, ya que no tienen el mismo valor todos los ítems y además cada niño es precoz o se
retrasa en algunos ítems y luego se regulariza.
Las edades que indicamos son únicamente informaciones a nivel orientativo, pero si los
padres perciben grandes diferencias, es conveniente que acudan a un profesional para consultarlo.
Prensión
Visión
1º al 2º mes. Sigue un objeto de colores vivos. Por encima de todo prefiere el rostro
humano, puede sonreírle.
3º a 4º mes. El niño gira completamente la cabeza y se mira las manos.
5º a 6º mes. El niño ve bien desde el 4º mes.
Audición
Desarrollo social
3º a 4º mes. Para hacerse entender el bebé utiliza el “lenguaje del cuerpo”. Los actos
rutinarios son vitales en esta etapa, los bebés desean actos repetitivos.
5º a 6º mes. Es la edad en la que se introduce la diversificación de alimentos (carne,
pescado, etc.) y se han de emplear trucos para que acepte la comida. Es necesario un ambiente
tranquilo y sereno. También es la edad de los dientes.
7º al 8º mes. Diferencia a su madre de las otras personas, y comprende que es diferente de
él mismo.
10º al 12 mes. El niño ya puede desplazarse y así aumenta sus conocimientos para
desarrollar su intelecto. Tiene buena memoria visual y le gusta encontrar las cosas en su lugar, eso
le da seguridad.
2 a 3 años. Come solo sin ensuciarse. Sabe lavarse y secarse la cara solo. Adquiere buen
desarrollo intelectual y de la comprensión.
A los 2 años le gusta hacerlo todo solo, dice “no” muy a menudo y requiere ritos para
dormir por la noche.
A los 3 años comprende lo que le está prohibido y lo permitido, ya está menos pegado a la
mamá. Es la edad de las preguntas.
El ser humano como ser viviente sobre la tierra tiene características peculiares que lo
diferencian del resto de los pobladores del universo.
Contamos con un cerebro particularmente desarrollado que nos permite tener conciencia
de nuestra existencia y entender el ciclo de nacer, crecer, multiplicarnos y morir como forma de
perpetuar la especie; por eso nuestra manera de actuar y de comportarnos, es en parte la
resultante de estas dos características.
El desarrollo evolutivo conductual humano es consecuencia de los factores psíquicos
innatos y el ambiente o sociedad que influye, estimula y regula; por eso, velemos celosamente la
"junta" de nuestros hijos, ya que esta será de gran influencia para el buen o mal comportamiento
presente y futuro de nuestra sociedad.
Para facilitar el estudio del proceso de desarrollo psicosocial es costumbre dividirlo en
etapas, las cuales tienen características peculiares que explican en parte la conducta y los
mecanismos psicodinámicos que pueden intervenir en su producción.
Son 6 las etapas en que acostumbramos a dividir el Desarrollo Psicosocial, específicamente
en relación a la evolución de la vida pulsional:
Etapa Oral (Fase Autística) Desde el nacimiento hasta los 4 meses de edad
En esta etapa la conducta del niño es puramente refleja; responde a los estímulos. Su
actividad fluctúa entre períodos de vigilancia y sueño.
El llanto es una señal de atención, un mensaje, lo único con que cuenta para señalar que
algo no anda bien o le molesta.
Comienza a desarrollarse el "yo", tomando conciencia de las sensaciones internas de sus
órganos.
La persona que cuida al niño, ya sea la madre o la niñera, suple cualquier otra función del
"yo" no desarrollada; la corteza cerebral del niño en esta etapa es la madre o la niñera; de ella
obtiene placer.
Las sensaciones placenteras registradas a nivel inconsciente contribuyen a desarrollar
seguridad, confianza e integridad; las sensaciones disgustante causan todo lo contrario.
El predominio de una sobre la otra será causa directa del comportamiento positivo o
negativo de la criatura recién nacida.
"Instruye al niño en su carrera y aún después de viejo no se apartará de ella"; qué sabio
consejo.
Como vemos, es de vital importancia el dedicar tiempo a nuestros niños desde muy
temprano, aún antes de nacer.
La madre o la niñera es la encargada de proporcionar sensaciones placenteras al niño.
Aunque no hay “Súper-yo" en esta etapa, el balance entre placer y disgusto es la base de
todas las emociones futuras y posterior desarrollo de lo bueno y lo malo, de la justicia y la
injusticia.