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VALORACIÓN
El proceso de evaluación comienza por identificar los factores que actúan como
apoyo o limitación de la salud y la participación. A través del uso de escalas
estandarizadas, entrevistas y observación clínica.
VALORACIÓN:
HISTORIA CLÍNICA
PERFIL OCUPACIONAL
Historia ocupacional
Objetivos del paciente
ÁREAS DE OCUPACIÓN
VALORACIÓN COGNITIVA
1.
1. Actividades instrumentales de la vida diaria: se valorarán a través
de:
2. Escala Lawton & Brody: Valora 8 ítems (capacidad para utilizar el teléfono,
hacer compras, preparación de la comida, cuidado de la casa, lavado de la
ropa, uso de medios de transporte, responsabilidad respecto a la medicación
y administración de su economía) y les asigna un valor numérico 1
(independiente) o 0 (dependiente) . La puntación final es la suma del valor de
todas las respuestas. Oscila entre 0 (máxima dependencia) y 8
(independencia total).La información se obtiene preguntando directamente al
individuo o a su cuidador principal.
3. Escala de Medida de independencia funcional (MIF): La MIF es el
instrumento más ampliamente aceptado como medida de funcionalidad en el
ámbito de la rehabilitación, consta de 18 ítems: 13 Motores y 5 Cognitivos.
La puntuación de cada ítem va a de 7 puntos: independencia total hasta 1
punto: asistencia total de otra persona.
2. PLANTEAMIENTO DE OBJETIVOS
Una vez realizadas las valoraciones personales se marcarán los objetivos
individuales de cada paciente y se desarrollará la planificación del tratamiento.
3. INTERVENCIÓN
El proceso de intervención consiste en facilitar la participación en la ocupación
relacionada con la salud a través de las medidas adoptadas por los profesionales
de terapia ocupacional junto con el paciente, y se divide en:
Cuyo objetivo es ofrecer un apoyo integral a los familiares y/o personas que
asistan al paciente, para mejorar su autonomía y calidad de vida cubriendo las
distintas necesidades que pudiera generar en el grupo familiar el cuidado del
usuario, favoreciendo así su permanencia en el entorno habitual.
Por una parte se intenta disminuir dicha carga al cuidador, y por otra mejorar los
cuidados, para influir de forma positiva en la calidad de vida de todo el grupo
familiar, a través de:
– Asesoramiento e información.
– Grupos psicoeducativos.
CONCLUSIÓN
Las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo constituyen un conjunto
de la población muy heterogénea con niveles funcionales diversos y necesidades
variadas, que presentan limitaciones significativas en el funcionamiento y conducta
adaptativa, precisando de apoyos externos para la realización de sus actividades
ocupacionales, desde las actividades de autocuidado hasta la participación en el
entorno.