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VALORACIÓN
El proceso de evaluación comienza por identificar los factores que actúan como
apoyo o limitación de la salud y la participación. A través del uso de escalas
estandarizadas, entrevistas y observación clínica.

VALORACIÓN:

HISTORIA CLÍNICA

PERFIL OCUPACIONAL

 Historia ocupacional
 Objetivos del paciente

ANÁLISIS DEL DESEMPEÑO

 Observación del desempeño ocupacional en su vida diaria. (valorando las


áreas en función de las destrezas)
 Cuestionario ocupacional.

ÁREAS DE OCUPACIÓN

 Actividades básicas de la vida diaria (ABVD)


 Actividades instrumentales vida diaria (AIVD)
 Ocio y tiempo libre

VALORACIÓN COGNITIVA

VALORACIÓN ESTRUCTURAS Y FUNCIONES CORPORALES

La valoración se llevará a cabo evaluando las diferentes capacidades del paciente


valorando su función, actividad y participación 4 a través de:

Perfil ocupacional: Un perfil ocupacional se define como8 un resumen de la


información que describe el historial ocupacional y experiencias del paciente, y
además tiene en cuenta los patrones de la vida diaria, los intereses, valores y
necesidades.

Obtendremos la información por dos vías principales:

 Historia clínica, a través de informes de otros profesionales.


 Historia ocupacional, a través de entrevista semiestructurada con el
usuario y si es necesario con cuidador principal.

Análisis del desempeño ocupacional: Este es el paso del proceso de evaluación


en el que se identifican de manera más específica los problemas actuales y
potenciales del paciente. A menudo se observa el desempeño en su entorno real
para identificar qué facilita el desempeño y qué es lo que limita. Se tienen en
cuenta las destrezas y los patrones de ejecución, el entorno y contextos, las
demandas de actividad y las características del cliente, pero sólo se seleccionan
aquellos aspectos que pueden ser evaluados específicamente. Se identifican los
resultados que se desean.

El método de análisis utilizado será la observación junto con:

Cuestionario ocupacional: en el cual el paciente debe anotar las actividades que


usualmente realiza a diario y debe contestar a algunas preguntas relacionadas con
estas actividades.

Valoración de las áreas de ocupación:

1. Actividades de la vida diaria básicas (ABVD): A través del uso de escalas


estandarizadas como el: Índice de Barthel: Esta escala asigna a cada
paciente una puntuación en función de su grado de dependencia para
realizar las actividades. Los valores que se asignan a cada actividad
dependen la realización y de la necesidad de ayuda para llevarla a cabo. Las
actividades de la vida diaria (AVD) incluidas en el índice son diez: comer,
trasladarse entre la silla y la cama, aseo personal, uso del retrete, bañarse/
ducharse, desplazarse, subir/bajar escaleras, vestirse/ desvestirse, control
de heces y control de orina. Las actividades se valoran de forma diferente,
pudiéndose asignar 0, 5, 10 o 15 puntos. El rango global  puede variar entre
0 (completamente dependiente) y 100 puntos (completamente
independiente)

1.
1. Actividades instrumentales de la vida diaria: se valorarán a través
de:
2. Escala Lawton & Brody: Valora 8 ítems (capacidad para utilizar el teléfono,
hacer compras, preparación de la comida, cuidado de la casa, lavado de la
ropa, uso de medios de transporte, responsabilidad respecto a la medicación
y administración de su economía) y les asigna un valor numérico 1
(independiente) o 0 (dependiente) . La puntación final es la suma del valor de
todas las respuestas. Oscila entre 0 (máxima dependencia) y 8
(independencia total).La información se obtiene preguntando directamente al
individuo o a su cuidador principal.
3. Escala de Medida de independencia funcional (MIF): La MIF es el
instrumento más ampliamente aceptado como medida de funcionalidad en el
ámbito de la rehabilitación, consta de 18 ítems: 13 Motores y 5 Cognitivos.
La puntuación de cada ítem va a de 7 puntos: independencia total hasta 1
punto: asistencia total de otra persona.

 Valoración del ocio y tiempo libre: para valorar el ocio y el tiempo


libre de los pacientes se les pasará una escala para tal fin como es:

 Escala de valoración del ocio y tiempo libre (E.V.O.T.L), Está


dividida en cinco secciones o ítems diferentes que reflejan los
componentes que habitualmente considerados relevantes para la
valoración adecuada del funcionamiento de un sujeto en esta
área: Desempeño de actividades, Estructuración y planificación,
relaciones sociales, motivación y disfrute. Cada uno de estas
secciones se ha escalado de 0-4, donde 0 representa  la
ausencia de problema y 4 representa la presencia de un
problema muy grave.
 Valoración del estado cognitivo: a través de la utilización de las
siguientes escalas estandarizadas:
 Escala Pfeiffer: es una prueba muy breve que consta de 10 ítems
que evalúan las siguientes funciones: orientación, memoria de
evocación, concentración y cálculo. A pesar de su brevedad,
presenta una aceptable capacidad discriminativa. Se adjudica un
punto por cada error. entre 0 y 2 errores se considera normal, 3 y
4 errores, deterioro cognitivo leve, 5 y 7 errores, deterioro
cognitivo moderado, más de 8 errores,  deterioro cognitivo
severo.
 Mini mental: se utiliza sobre todo para detectar y evaluar la
progresión del Trastorno Cognitivo asociado a Enfermedades
Neurodegenerativas.  Valora orientación, fijación, concentración y
cálculo, memoria y lenguaje. Cada ítem tiene una puntuación,
llegando a un total de 30 puntos. En la práctica diaria un score
menor de 24 sugiere demencia, entre 23-21 una deterioro
cognitivo leve, entre 20-11 una deterioro cognitivo moderado y
menor de 10 de una deterioro cognitivo severo.
 Valoración de diversas estructuras/ funciones corporales: se
observan y analizan las capacidades físico-funcionales del paciente en
la ejecución de tareas y a través del uso de escalas de valoración. Se
evalúa principalmente:
 Movilidad activa y pasiva de miembros superiores e inferiores.
 Fuerza (Escala Daniels)
 Sensibilidad superficial y propioceptiva.
 Coordinación.
 Equilibrio en sedestación y bipedestación.
 Marcha.
 Utilización de ayudas técnicas.

2. PLANTEAMIENTO DE OBJETIVOS
Una vez realizadas las valoraciones personales se marcarán los objetivos
individuales de cada paciente y se desarrollará la planificación del tratamiento.

3. INTERVENCIÓN
El proceso de intervención consiste en facilitar la participación en la ocupación
relacionada con la salud a través de las medidas adoptadas por los profesionales
de terapia ocupacional junto con el paciente, y se divide en:

 Intervención individual: Con la creación de programas específicos para


cada paciente, dividido a su vez en tres subprogramas básicos:

 Programas de entrenamiento funcional: Cuyo objetivo principal es


mejorar los problemas físicos y cognitivos / conductuales que impiden a
la persona la correcta realización de sus actividades.
 Programa de entrenamiento personal de actividades de la vida
diaria (AVD): Siendo el objetivo principal, conseguir la máxima
independencia de la persona en la realización de las tareas diarias que
proporcionan autonomía y habilidad para lograr la independencia
dentro de sus posibilidades, a través de la enseñanza y entrenamiento
de diferentes técnicas y métodos que variarán de complejidad en
función de las características personales.
 Programa de elaboración y entrenamiento de órtesis, productos
de apoyo y nuevas tecnologías. Cuyo objetivo principal es el de
facilitar la función del usuario, a través del entrenamiento y supervisión
posterior.
 Intervención grupal: Con la creación de talleres o programas grupales
para una rehabilitación psicosocial, a través de trabajos grupales,
análisis ocupacionales, entrenamiento pre-laboral, etc. en función de
las capacidades de los usuarios,

Ejemplo de Talleres de intervención desde terapia ocupacional


 Autonomía funcional y salud: programas de desarrollo de la autonomía
personal en la vida cotidiana, estimulación y mantenimiento psicofísico.
 Formativo ocupacional: programas de orientación personal, laboral y pre-
laboral, además de programas ocupacionales.
 Desarrollo social, integración y participación comunitaria: programas de
autodeterminación y habilidades de participación, educación afectivo-sexual,
participación comunitaria, programas de voluntariado.
Intervención con familia:

Cuyo objetivo es ofrecer un apoyo integral a los familiares y/o personas  que
asistan  al paciente, para mejorar su autonomía y calidad de vida cubriendo las
distintas necesidades que pudiera generar en el grupo familiar el cuidado del
usuario, favoreciendo así su permanencia en el entorno habitual.

Por una parte se intenta disminuir dicha carga al cuidador, y por otra mejorar los
cuidados, para influir de forma positiva en la calidad de vida de todo el grupo
familiar, a través de:

– Asesoramiento e información.

– Grupos psicoeducativos.

Intervención ambiental: Entorno y contexto

A través de la intervención para la adaptación o modificación del entorno físico,


social  y familiar, para conseguir la máxima interacción de cada usuario en su
entorno y contexto, en búsqueda de una accesibilidad universal 9 en el entorno que
rodea a la persona con discapacidad intelectual y del desarrollo, a través de la
realización de adaptaciones del hogar, del trabajo, del puesto escolar y de su
entorno más inmediato, cuando sea necesario, para que el individuo logre su
máxima autonomía funcional.

CONCLUSIÓN
Las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo constituyen un conjunto
de la población muy heterogénea con niveles funcionales diversos y necesidades
variadas, que presentan limitaciones significativas en el funcionamiento y conducta
adaptativa, precisando de apoyos externos para la realización de sus actividades
ocupacionales, desde las actividades de autocuidado hasta la participación en el
entorno.

En España en la actualidad, existe un abanico de recursos para la intervención


con las personas que padecen discapacidad intelectual y del desarrollo, pero no
en todos se incluye la figura del terapeuta ocupacional como profesional
indispensable, a pesar de  que  el propósito final de la intervención del terapeuta
ocupacional, es el de mejorar la calidad de vida de las personas que presentan
cualquier disfunción ocupacional o riesgo de padecerla, y su función es la de
capacitar, recuperar fortalecer o prevenir la pérdida de habilidades y roles
ocupacionales para participar en la medida de lo posible como miembro de su
entorno personal, social, cultural o económico.
Es por ello que este artículo tiene como finalidad el de plantear la intervención de
un terapeuta ocupacional en un centro de personas con discapacidad intelectual y
del desarrollo D, abordando desde la valoración inicial a la intervención
individualizada, colectiva y del entorno.

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