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15.

NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL


M. Vidal*

En este capítulo pretendemos hacer una pre- En las lenguas provenientes del latín, con la
sentación global del fenómeno de la conciencia palabra "conciencia" expresamos dos conceptos
moral; dicha presentación aportará las orienta- diferentes: 1) el hecho de "ser conscientes"; 2) y el
ciones o enmarques decisivos para la inteligencia hecho de "ser responsables". Otras lenguas tienen
de toda la problemática ulterior. dos palabras diferentes para expresar estas dos
realidades. Por ejemplo, el alemán expresa el he-
En primer lugar, nos dará el cambio operado cho de ser consciente con el término "Bewustsein"
en el concepto de conciencia moral durante estos y el hecho de ser responsable con el término "Ge-
últimos tiempos en el mundo intra y extraeclesial. wissen".
La ciencia teológica tiene que acusar los avances
de las demás ciencias y de la evolución histórica Esta aproximación lingüística nos dice que al
en general. Por lo que respecta a nuestro tema, la hablar de conciencia tenemos que ponerle siem-
conciencia moral cristiana no puede entenderse si pre un calificativo; ya que puede referirse tanto a
no es a partir de los impactos de todas las co- la conciencia psicológica como a la conciencia mo-
rrientes científicas (sobre todo de las ciencias an- ral. Es una anotación de bastante interés al co-
tropológicas) y de las corrientes culturales. mienzo del estudio sobre la conciencia moral.

En segundo lugar, nos colocará en la perspec- Conviene también señalar que históricamente
tiva exacta, aunque global, desde donde hay que ha habido un proceso de separación del concepto
plantear todos los problemas concretos acerca de unitario de conciencia (ser consciente-ser respon-
la conciencia moral. sable) en dos aspectos: el psicológico y el moral.
Cuando apareció la psicología como saber inde-
Estas orientaciones aluden a la finalidad que pendiente (ya desde Descartes) el aspecto psicoló-
pretendemos: mostrar la nueva manera de enten- gico de la conciencia se emancipó del aspecto mo-
der la conciencia moral en el momento presente ral, obligando a hacer la distinción entre concien-
en comparación con el modo en que se exponía cia psicológica y conciencia moral.
en la etapa anterior de la teología y de la cultura
europea. Por eso mismo es necesario hacer una preci-
sión inicial, distinguiendo la conciencia moral de
Estos son los aspectos en que se describe la la conciencia psicológica y denotando la relación
realidad de la conciencia moral: que existe entre ambas.

I. Base psicológica de la conciencia moral


1. NATURALEZA DE LA CONCIENCIA PSICOLOGICA1
II. La subconciencia moral
– La conciencia psicológica es "ser consciente"
III. La conciencia moral propiamente dicha (darse cuenta), lo cual expresa la complejidad del
"vivir" su propia experiencia. La conciencia no es
IV. La dimensión religiosa de la conciencia una función del ser humano, sino su misma es-
moral tructura en cuanto ser consciente: una estructura
organizativa, que comprende a la vez ser objeto y
sujeto de su propia vivencia.
I. BASE PSICOLOGICA DE LA CONCIENCIA MORAL
– No existe una conciencia pura, en el sentido
Para describir la naturaleza de la conciencia de que la conciencia sea el objeto de una percep-
moral es necesario hacer una delimitación inicial: ción pura. Tenemos conciencia, al tener "conteni-
contradistinguirla de la conciencia psicológica. dos" de conciencia (de tipo noético, afectivo o
Difícilmente se podrá tener una noción exacta de emocional).
la conciencia moral si no se la relaciona con la
dimensión psicológica de lo consciente. – Al ser conciencia de algo, la conciencia tiene
un campo de acción. Si se concibe la conciencia
La palabra "conciencia" proviene del latín como un teatro en cuyo escenario se mueven va-
"conscientia" (= saber con: cum-scire). Este "saber rias figuras, hay que investigar si es posible que
con" es un saber compartido (testigo de hecho o se representen al mismo tiempo varias obras; si
testigo de la interioridad). El compartir el saber se la concibe como un campo luminoso, lo que
puede aparecer en varias direcciones: como acu- hay que determinar es hasta dónde llega la ilu-
sación, como disculpa, como ayuda, como garant- minación. A pesar de la gran variedad de excita-
ía, etc. ciones que actúan sobre nuestros órganos senso-
riales, sólo nos damos cuenta de un número limi-
2 NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL

tado de experiencias actuales. Esto depende del Veamos algunos aspectos de comparación (unifi-
fenómeno de la atención y de su carácter selecti- cación y distinción).
vo.
– La conciencia moral presupone la conciencia
– La conciencia es, por tanto, una posibilidad psicológica; pero ésta, de por sí, no necesita la
formalizadora de los contenidos de conciencia. conciencia moral. Sin embargo, la conciencia psi-
Pero esta formalización tiene el carácter de "elas- cológica encuentra su culminación en la concien-
ticidad" o "movilidad": se contrae, recibe, refleja, cia moral. La conciencia moral prolonga y acaba
baraja (certera o caprichosamente) los contenidos la conciencia psicológica.
de conciencia.
– La conciencia psicológica y la conciencia mo-
"Lo que existe siempre es una 'formalización' ral son distintas por razón de su objeto, pero no
fundamentalmente dinámica de estructura elásti- son contradictorias. W. Jankélévitch dice que la
ca, que se concreta o se extiende en su hacerse, o conciencia psicológica tiene un objeto de contem-
sea, al 'formalizarse' en contenidos de conciencia plación: es una conciencia "feliz"; en cambio, la
que se renuevan continuamente. En esta elástica conciencia moral mira al objeto en sus aspectos
'formalización' se captan nuevos objetos mientras dramáticos: es una conciencia "mala"3. Quizá
otros son eliminados. Esta selección se hace bajo habría que hablar mejor de que la conciencia mo-
la presión de situaciones e intereses muy varia- ral añade a la conciencia psicológica el aspecto de
dos, que van desde el interés y la atención hasta compromiso; ahí radica la diferencia.
la constitución biotípica, pasando por la inteli-
gencia y la afectividad"2. Esto mismo se expresa diciendo que la con-
ciencia psicológica es una conciencia-testimonio
– La conciencia hace, pues, referencia al "yo ' (que solamente atestigua la presencia de las fun-
La conciencia presenta los fenómenos psíquicos ciones en el yo), mientras que la conciencia moral
como "míos", y al mismo tiempo como "unidad". es una conciencia-juez (añade la función testifical
La conciencia patentiza la unidad del pensar y de o valorativa).
la voluntad, de la tonalidad vital y de la vida afec-
tiva toda. La conciencia es, pues, una intención – Otra nota que distingue a la conciencia mo-
"revelante y revelada" (Heidegger): en ella se me ral de la conciencia psicológica es su carácter im-
"revelan" como míos los contenidos de conciencia perativo; en un doble sentido: I) en cuanto que la
(carácter revelante de la conciencia) y al mismo conciencia moral es un juicio en orden a la ac-
tiempo ella se "revela" en los mismos contenidos ción: su saber no es desinteresado, sino que se
de conciencia (carácter revelado de la conciencia). orienta a la realización concreta del yo; es un
Unicamente empezamos a hablar de conciencia proyecto de vida; 2) en cuanto que la conciencia
cuando las vivencias quedan relacionadas con un moral añade a la conciencia psicológica el carác-
centro común, el yo, en el cual su multiplicidad ter de obligación, que compromete al yo.
queda sintetizada en una unidad formal.

Podemos distinguir diversos niveles en la con- II. LA SUBCONCIENCIA MORAL4


ciencia psicológica: la vivencia elemental, la con-
ciencia espontánea, la conciencia refleja (en la Tratando de exponer la naturaleza de la con-
que se toma posición sobre lo vivido y vivenciado). ciencia moral es necesario partir de la afirmación
Existen también latencias inconscientes; el in- de que nos encontramos ante un fenómeno com-
consciente no-conocido, el inconsciente disposi- plejo, no reductible a consideraciones simplistas;
ción, el inconsciente reprimido, el inconsciente y simplificadoras.
colectivo, etc.
Se ha expresado esta complejidad acudiendo a
– La conciencia no tiene una localización neu- la división de tres partes o aspectos que integran
rológica. Sin embargo, se pueden-señalar ciertas el fenómeno total de la conciencia moral. Imitan-
estructuras del sistema nervioso central en las do la terminología freudiana, se habla de subcon-
que aparece una referencia al substrato biológico ciencia moral, de conciencia moral propiamente
de la conciencia. Se encuentra este substrato, so- dicha y de supraconciencia.
bre todo, en el Sistema de Activación Central
(SAC), que tiene una función moduladora (siste- Recogiendo esa misma terminología vamos a
ma inespecífico). exponer de un modo sintético los elementos que
integran la conciencia en su estrato más inferior.

2. LA CONCIENCIA PSICOLOGICA Y LA CONCIEN- Entendemos por subconciencia moral aquellos


CIA MORAL aspectos y dinamismos que se dan en la concien-
cia moral pero que no forman propiamente el
La conciencia moral y la conciencia psicológica núcleo consciente de la misma. Se trata de etapas
no son lo mismo; pero no conviene separarlas imperfectas en la génesis de la conciencia o de
tanto, que se las haga "irreductibles" entre sí. inmadureces o retrocesos.
NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL 3

1. Dinamismos principales de la subconcien- dos desde la interioridad de la persona. Si la so-


cia moral ciedad se vive como una presión exterior, enton-
ces se origina la conciencia despersonalizada
La subconciencia moral está formada por di- (masificada) o nace la rebelión.
versos estratos o, mejor procesos. Enumeramos
los siguientes como los principales5.
b) La conciencia como "voz del inconscien-
a) La conciencia como "eco de la sociedad" te"

Muchas veces vivimos el fenómeno de la con- A veces se vive la responsabilidad personal


ciencia moral como un eco de la sociedad. Y esto como respuesta a la voz del inconsciente, indivi-
es en parte inevitable. Estamos condicionados por dual o colectivo. Existe el factor inconsciente en
la historia; es un condicionamiento que no pode- la formación de nuestra conciencia. Se trata de
mos evitar; más aún, es un condicionamiento en- un condicionamiento vital que hemos de asumir.
riquecedor ya que no podemos comenzar desde
cero. "Es ciertamente un obstáculo en cuanto impi-
de la plena concienciación; pero es un límite de la
A veces creemos estar obrando con conciencia naturaleza humana. El hombre es así, tiene un
personal y no somos nada más que un eco de la dentro y un subdentro. El animal no tiene dentro
conciencia social. La savia cultural de la Huma- y Dios no tiene subdentro; nosotros estamos casi
nidad está condicionando nuestra conciencia, y en medio con ese mundo tan complicado de un
nosotros no somos más que eco de esa conciencia dentro y un subdentro"6.
cultural. Esta conciencia social está influyendo
cada vez más sobre nosotros por los medios de Los aspectos subconscientes de la conciencia
comunicación. moral han sido puestos de relieve por la psicolog-
ía profunda: el inconsciente individual por Freud
Esta afirmación ha sido exagerada muchas ve- y el inconsciente colectivo por Jung. Tenemos que
ces diciendo que no existe la conciencia indivi- aceptar en nuestra conciencia moral los influjos
dual; únicamente se daría la conciencia colectiva, del inconsciente y tratar de recuperarlos (si se tra-
de la que sería eco la conciencia individual. Esta ta de contenidos subconscientes fallidos), de inte-
fue la exageración del sociologismo: para el socio- grarlos (si se trata de contenidos del inconsciente
logismo la conciencia colectiva es una realidad colectivo) y de armonizar/os con la conciencia (si
autónoma y la conciencia individual es un mero se trata de contenidos del inconsciente indivi-
reflejo de aquélla. La conciencia individual nace dual).
dentro de la conciencia colectiva; se alimenta y se
desarrolla a partir de aquélla.
c) La conciencia como "papel (máscara) an-
El existencialismo, desde el punto de vista de te los demás"
la ética, ha llamado la atención sobre la posibili-
dad que tiene el hombre de caer en la "inautenti- La conciencia tiene muchos aspectos del papel
cidad"; es el hombre del "se" (on, man): "se" dice, social que hemos de desempeñar ante los demás.
"se" piensa, etc. Este es el hombre que tiene una Lo que los demás esperan de nosotros se consti-
conciencia-eco de la sociedad. tuye muchas veces como voz de nuestra concien-
cia. La responsabilidad, así vivida, no es otra cosa
No cabe duda que tenemos que vivir nuestra que la "representación" (máscara, teatro) que el
responsabilidad personal dentro de la sociedad; individuo tiene que hacer ante los demás.
pero lo podemos hacer de dos modos. Empleando
la terminología de Bergson, podemos vivir nuestra Es evidente que muchas de nuestras acciones
inserción en la comunidad de una forma "cerra- las realizamos porque tenemos un rol social de-
da" o de una forma "abierta". terminado. Pero esta realidad puede ser asumida
no pasivamente, sino de un modo activo. Es en-
La primera forma da lugar a una conciencia tonces cuando este factor de la subconciencia
masificada, basada en la presión social (en la queda plenamente asumido por el Yo y forma par-
irresponsabilidad de la masa; en la estereotipia de te integrante de la conciencia total
los prejuicios). La segunda forma origina una
conciencia responsabilizada con la comunidad, en
la que descubre los alicientes para profundizar la d) La conciencia como "ideal del yo"
responsabilidad personal (mediante el ejemplo, la
amistad, la comunicación). La conciencia perfecta Freud descubrió un mecanismo interesante en
es la que tiene en cuenta la sociedad, pero al la formación del Super-yo que para él constituía
mismo tiempo vive su proyecto existencial con la conciencia moral. Este mecanismo es la "ideali-
responsabilidad personalizada. zación del Yo". El Yo se desdobla y se hace ejem-
plar o arquetipo de sí mismo. Nacen así una serie
La conciencia, en cuanto eco de la sociedad, de principios o criterios de actuación.
tiene elementos positivos; pero han de ser asumi-
4 NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL

No cabe duda que muchas de nuestras actua- – El desarrollo del niño alcanza el nivel en el
ciones corresponden a esta exigencia del ideal del que ya es capaz de su primer acto humano. Por
Yo. Cuando nos dejamos conducir únicamente vez primera, y según las capacidades de su edad,
por él se origina en nosotros una moral "narcisis- descubre un fin último y universal con relación al
ta", de signo morboso. Pero cuando entra como cual decide por sí mismo sobre su propia vida.
otro ingrediente más en la formación de la totali- Atraviesa el umbral de su vida moral.
dad de nuestra conciencia, entonces resulta de
gran interés. – Los actos humanos se multiplican y con ello
nacen y se desarrollan los "hábitos" virtuosos. Así
adquiere "disposiciones" que lo orientan de una
2. Valoración de la subconciencia moral manera estable hacia su último fin. Aumenta su
capacidad de realizar actos humanos cada vez
Después de haber descrito los estratos que más perfectos, es decir, libres. Pero aún no ha al-
constituyen la subconciencia moral, tenemos que canzado la perfección de las virtudes.
valorar ahora el papel que desempeñan dentro de
todo el conjunto de la responsabilidad humana. – El organismo de las virtudes alcanza su ple-
no desenvolvimiento. Entonces el hombre está
Se puede valorar del siguiente modo el papel siempre dispuesto a obrar como corresponde a un
de la subconciencia dentro del conjunto de la hombre. Posee de una manera estable el dominio
conciencia total, según la función que desempe- de sus actos que se extiende a todos los campos
ña: posibles de su actividad. Es la culminación final
de la "via generationis" de la vida moral por la que
a) La subconciencia como iniciación a la el hombre retorna a su Creador, conforme a lo
vida moral específico de su naturaleza.
El hombre no llega de una manera certera y
automática a la posesión de una conciencia moral b) La subconciencia como "premoral" y co-
perfecta. Existe un proceso de preparación y de mo "procesos morales subhumanos"
adaptación; un proceso en que hay tentativas,
adelantos y hasta retrocesos. La subconciencia tiene elementos que pode-
mos interpretar como formas de premoral en el
No es que digamos que "lo más salga de lo sentido de que son condicionamientos de carácter
menos"; lo que afirmamos es que existe un proce- premoral, pero en los que tiene que apoyarse ne-
so en la formación de la conciencia. Existe una cesariamente la conciencia propiamente dicha.
genética de la conciencia moral. En este sentido Son los condicionamientos biológicos y cósmicos
los aspectos de la subconciencia son como el pro- de que hemos hablando en el capítulo de la an-
ceso de preparación (en el niño y en el adolescen- tropología moral y que repercuten de un modo
te) para la posesión de una conciencia moral ma- especial en el fenómeno de la conciencia moral.
dura.
Pero puede entenderse la subconciencia moral
Freud nos ha ayudado a poner la atención so- como aquel conjunto de aspectos inconscientes
bre esta realidad. Sin embargo, ya Santo Tomás que se dan dentro del mismo acto o comporta-
había expresado el sentir de la tradición intelec- miento moral. A estos procesos o zonas no lúci-
tual del saber escolástico, afirmando que aunque das del comportamiento humano los llamamos
las potencias intelectuales preceden a las poten- moral subhumana.
cias sensibles desde el punto de vista de perfec-
ción y de acción final y causal, sin embargo, en la Ya en la doctrina escolástica, formulada certe-
via generationis las potencias sensibles y vegetati- ramente por Santo Tomás, se hablaba de "volun-
vas preceden y preparan a las intelectuales7. tario imperfecto" (provocado por múltiples facto-
res que influyen en el actuar humano). El mismo
Esta doctrina tiene su aplicación en el tema de Santo Tomás señala una lista de insuficiencias
la conciencia. También ésta tiene una via genera- que hacen que el acto humano no sea plenamente
tionis, en la que los elementos imperfectos prepa- humano.
ran y anteceden a la formación perfecta de la ma-
durez. Existe un crecimiento moral en el hombre. Esta doctrina debe sufrir una extensión y una
Pié lo esquematiza del siguiente modo8: profundización en la actualidad a partir de los
avances psicológicos, sobre todo de la psicología
– En la primera infancia, como la inteligencia profunda. Ha de extenderse a diversos aspectos
no está suficientemente desarrollada, aún no se que comporta el actuar humano: principios, mo-
da acto humano ni existe vida moral. Los esfuer- tivaciones, etc. Y ha de profundizarse su valora-
zos que el niño hace para ser "bueno" están en el ción a la hora de enjuiciar muchas conductas
nivel de la premoral (la del "Super-yo" en la hipó- humanas, sea para el bien, sea para el mal.
tesis freudiana).
NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL 5

c) La subconciencia como "pseudomoral" pseudoconciencia moral. Es la pseudoconciencia


de las personas no maduras (que viven de las in-
Freud ha denunciado la existencia de una fluencias sociales y a partir de las fuerzas biológi-
pseudomoral: la de aquellos que no tienen moral cas de su persona).
propia, sino que introyectan la moral del ambien-
te y viven así en la inconsciencia ética; es la mo- – La subconciencia puede actuar falseando los
ral del Super-yo. Conviene advertir que de ordina- contenidos de la conciencia propiamente dicha.
rio la gente suele vivir en este grado de conciencia Los deseos reprimidos buscan un disfraz y de ese
moral. modo se camuflan, falseando así los contenidos
auténticos de la conciencia.
"Desde este punto de vista, tiene en parte
razón de estudiar 'la moral corriente', como él di- Este falseamiento puede darse de diferentes
ce; es decir, la de la mayor parte de las gentes o maneras o a través de varios mecanismos psi-
lo que el hombre ordinario concibe cuando habla cológicos. Los dos principales son: I) la "proyec-
de religión. ción" inconsciente (proyectar nuestra problemáti-
ca sobre otra persona o sobre una situación y así
Y el teólogo no debiera olvidar que el mismo falsear 1a valoración objetiva); y 2) la "racionali-
Santo Tomás constata tristemente en repetidas zación": justificar una acción concreta con una
ocasiones que la mayoría de los hombres viven al motivación aparente, siendo así que la verdadera
nivel de sus pasiones; en lo cual, precisa, son motivación es otra.
víctimas de las influencias de los astros (I, q.
115,4 ad 3; I-II, q. 95,5 ad 3; II-II, q. 95,5 ad 2; III – La subconciencia puede actuar integrándose
Contra Gent., 85) y de la acción de Satanás, que armónicamente con la conciencia propiamente di-
no tiene ningún poder sobre los actos humanos, cha. En este caso no hay contradicción entre los
pero que ejerce su acción sobre la imaginación y dos aspectos (inconsciente y consciente) del psi-
el apetito sensible (I-II, q- 80, 1-4; II-II, q. 95,5; III quismo humano. Un mismo acto puede estar, al
Contra Gent., 92). mismo tiempo motivado consciente e inconscien-
temente
Raros son (pauci, pauciores, escribe Santo
Tomás) los que superan este nivel"9.
III. LA CONCIENCIA MORAL PROPIAMENTE DICHA
Aunque hayamos afirmado que la moral no
puede identificarse con la sociología, ya que la 1. Explicaciones insuficientes
sociedad no puede imponer deberes si la estruc- (explicación intelectualista y casuista)
tura del hombre no es propiamente "debitoria",
como dice Zubiri, sin embargo tenemos que admi- Dentro de la historia de la moral encontramos
tir que la mayor parte de los hombres viven en una etapa de gran importancia en la concepción y
esa "medianía", en esa "inautenticidad" de la que vivencia de la conciencia moral: es la etapa que
habla Heidegger. Cuando el hombre vive a nivel corresponde, hablando en términos generales, a
de esas influencias exteriores, vive a nivel de la la época postridentina.
moral del Super-yo; es decir, a nivel de una pseu-
domoral. Pero cuando es capaz de interiorizar co- Reconocemos que es difícil describir de un
rrectamente tales influencias, entonces asume la modo perfecto y plenamente abarcador la vivencia
fuerza de una moral madura. y la comprensión de una realidad tan importante
como es la conciencia durante una etapa, por
Freud, pues, nos ha abierto los ojos para ver otra parte, tan larga y compleja. Sin embargo,
cómo puede existir, y de hecho existe muchas ve- creemos que puede exponerse tal comprensión de
ces, una moral vivida a nivel del Super-yo; es de- la conciencia moral a partir de dos perspectivas:
cir, una pseudomoral. el intelectualismo tomista y el afán casuista.

d) La subconciencia como fuerza "falseado- a) Comprensión intelectualista y casuista


ra" o "integradora" de la vida moral de la conciencia moral

La subconciencia no es algo yuxtapuesto a la Se considera la conciencia dentro de la estruc-


conciencia propiamente dicha. Actúa dentro de tura y de las funciones intelectuales del hombre.
todo el conjunto del único fenómeno que llama- La conciencia es el juicio último sobre la morali-
mos conciencia. El modo de actuar la subcon- dad de una acción. Para entender esta definición
ciencia moral es el que hace valorarla auténtica- es necesario tener en cuenta todo el proceso dis-
mente. Estos modos principales de actuación son cursivo, cuya última etapa es la conciencia como
los siguientes: juicio.

– La subconciencia puede actuar suplantando – Análisis del proceso discursivo. El juicio de la


la conciencia propiamente dicha. En ese caso no conciencia se presenta como la conclusión de un
podemos hablar de conciencia moral, sino de
6 NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL

silogismo que, esquemáticamente, se desarrolla – La búsqueda cartesiana por las "ideas claras
de la siguiente manera: y distintas " También este factor dejó honda in-
- Hay que evitar el mal (primer principio de la fluencia en la vivencia y comprensión de la con-
razón natural). ciencia moral. Ante todo, se quiere hacer de la
conciencia una facultad de claridad en la vida
- Ahora bien, el robo es un mal (objeto de la moral personal.
ciencia moral).
- Por tanto, hay que evitar el robo (conclusión – La pasión del siglo XVII y XVIII por eliminar la
de la ciencia moral). duda moral. Del intelectualismo tomista y del
afán cartesiano por las ideas claras y distintas se
- Esta acción es un robo (objeto de la casuísti- deslizó la problemática de la conciencia hacia los
ca). casos dudosos. Hubo entre los moralistas una
que podríamos llamar "neurosis de duda", que
- Luego hay que evitar esta acción (conclusión llevó el tema de la conciencia a callejones sin sa-
impersonal). lida. Recordemos la importancia que tuvieron, en
este sentido: a) los sistemas morales; b) la apela-
- Luego yo debo evitar esta acción (juicio de la ción al valor extrínseco de las "autoridades" en
conciencia). materia de resolución de casos; c) el fenómeno de
los escrúpulos, que enturbió aún más el tan
– Puesto de la conciencia dentro del esquema complicado problema de la conciencia dudosa.
de los hábitos intelectuales. La conciencia aparece
como un juicio sobre la moralidad de una acción; – Búsqueda del "singular" Lo singular fue un
pero este juicio presupone otros hábitos intelec- descubrimiento filosófico de la escolástica deca-
tuales: dente (a partir, principalmente, de Ockham). Pero
lo singular comenzó a ser un "valor" predominan-
- La sindéresis (hábito de los primeros princi- te a partir del Renacimiento. Ha existido todo un
pios en el orden práctico): principios morales "per proceso desde el Renacimiento hasta nuestros
se nota" = evidentes por sí mismos. días en la búsqueda y complacencia por lo singu-
lar y por la "singularización".
- La ciencia moral (hábito del entendimiento
especulativo: los principios universales del obrar La conciencia entra dentro de este proceso. Se
humano). pone de relieve lo que se ha llamado "individuali-
zación de la conciencia moral occidental". Es una
- La casuística (juicio especulativo singular). etapa que podríamos calificar de "adolescente"
dentro de la evolución histórico-dinámica de la
- La conciencia: juicio especulativo personal. conciencia moral. Frente a una visión colectivista
- Prudencia: juicio práctico implicado en la ac- de la conciencia, el hombre occidental moderno
ción (la prudencia es hábito del entendimiento implanta su individualidad como criterio de mo-
práctico sobre el "obrar humano"). ralidad y como - una especie de instinto de apli-
cación de los principios morales.
(A veces la prudencia se coloca antes de la
conciencia; depende de las diferentes interpreta- – Aplicación legalístico-jurídica. La conciencia
ciones de los autores.) se estructuró como un sistema de aplicación de
las leyes a situaciones particulares. Esto dio una
Como se ve, en esta concepción de la concien- impronta extrinsecista, legalista y juridicista al
cia predominan los elementos intelectuales de la tratado y a la vivencia de la conciencia moral. La
misma; además, se la ve dentro de un proceso conciencia venía a ser como un pequeño jurista
discursivo como etapa final del mismo. que cada hombre llevaba dentro para ver hasta
dónde le obligaba o no obligaba la ley. Se estable-
ció así una pugna entre la "ley" y la "libertad"; la
b) Factores que intervienen en esta com- conciencia era quien hacía de intérprete, de árbi-
prensión de la conciencia tro y de juez.

Son muchos los factores que intervienen en – Atracción de este período por lo subjetivo. "El
esta comprensión de la conciencia moral. Seña- hombre del siglo XVI y XVII se lanza al descubri-
lamos los más importantes. miento de las zonas incógnitas del yo con la mis-
ma ilusión, si cabe, con que va descubriendo uno
– Afán por la "certeza La conciencia es consi- a uno nuevos continentes. El gran acierto de Des-
derada en esta etapa de la historia del pensa- cartes en este sentido es el haber centrado sus
miento occidental como una aventura por la meditaciones filosóficas, no en el objeto pensado,
búsqueda de la certeza moral, tratando de des- sino en el sujeto que piensa, abriendo así nuevas
hacer toda duda. Este afán por la certeza desem- perspectivas a la filosofía y también a la concien-
bocará en la polémica de los sistemas de moral cia moral"10. El kantismo fue una acentuación
que tanto preocupó en la vida eclesial de varios decisiva en esta búsqueda por la subjetividad.
siglos.
NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL 7

La conciencia moral recibió una impronta de- 2. Concepción adecuada de la conciencia mo-
cisiva de esta tendencia subjetivista. ral

La naturaleza de la conciencia moral la enten-


c) Valoración crítica: insuficiencia de la demos a partir de una visión integral, individual y
concepción intelectualista y casuista social, de lo humano. "El último resorte de la
conciencia no puede explicarse ni por la naturale-
No podemos desechar las grandes adquisicio- za de la inteligencia ni por la voluntad, conside-
nes que para el tema de la conciencia nos ha radas aisladamente; lo que nos da su explicación
aportado la época moderna. Son valores que de- es más bien la unión de entrambas en la sustan-
ben ser reasumidos en las siguientes etapas de la cia misma del alma, en donde realizan la más
evolución cultural y teológica. Sobre todo, tienen acabada imagen de Dios"12 .
gran importancia los aspectos subjetivos e indivi-
duales introducidos en la noción de conciencia La conciencia moral debe ser considerada en
moral. referencia a la totalidad de la persona humana y
cristiana. Así la ha expuesto el Concilio Vaticano
Sin embargo, no podemos desconocer tampoco II y así la vamos a exponer a continuación13 .
los grandes fallos que ha tenido la exposición del
tema de la conciencia en la moral postridentina.
Más aún, en cuanto concepción socioteológica a) Doctrina del Concilio Vaticano II (GS
global debe dar paso a otra nueva y mejor formu- núm. 16)
lada.
"En lo más profundo de su conciencia descu-
La concepción socioteológica vigente de con- bre el hombre la existencia de una ley que él no
ciencia moral ha recibido diversos impactos de las se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer,
ideologías más poderosas de nuestro tiempo y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los
(principalmente del siglo XIX y del siglo XX). oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar
y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz
Nos referimos "a los tres grandes choques in- esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una
telectuales que han quebrado la confianza del ley puesta por Dios en su corazón, en cuya obe-
hombre en si mismo, y que, en realidad, podrían diencia consiste la dignidad humana y por la cual
ser saludables y servir poderosamente a la filosof- será juzgado personalmente (cf. Rm 2,15-16).
ía moral si supiésemos comprender las cosas co-
mo es debido, y si el hombre moderno, en lugar La conciencia es el núcleo más secreto y el sa-
de doblegarse ante la humillación, tomase nuevo grario del hombre, en el que éste se siente a solas
vigor, irguiéndose de nuevo en las dos virtudes con Dios, cuya voz resuena en el recinto más
conjuntas de humildad y de magnanimidad"11. íntimo de aquélla. Es la conciencia la que, de mo-
do admirable, da a conocer esa ley, cuyo cumpli-
A las tres ideologías que señala Maritain va- miento consiste en el amor de Dios y del prójimo
mos a añadir otras dos; son así cinco los grandes (cf. Mt 22,37-40; Gá 5,14).
factores o impactos que obligan :a operar una va-
riación fundamental en el concepto y vivencia de La fidelidad a esta conciencia une a los cris-
la conciencia moral: tianos con los demás hombres para buscar la
verdad y resolver con acierto los numerosos pro-
– Impacto del evolucionismo en la conciencia blemas morales que se presentan al individuo y a
moral. la sociedad. Cuanto mayor es el predominio de la
recta conciencia, tanto mayor seguridad tienen
– Impacto del marxismo en la conciencia mo- las personas y las sociedades para. apartarse del
ral. ciego capricho y para someterse a las normas ob-
jetivas de la moralidad.
– Impacto del psicoanálisis en la conciencia-
moral. No rara vez ocurre que yerre la conciencia por
ignorancia invencible, sin que ello suponga la
– Impacto del personalismo en la conciencia pérdida de su dignidad. Cosa que no puede afir-
moral. marse cuando el hombre se despreocupa de bus-
car la verdad y el bien, y la conciencia se va pro-
– Impacto del socialismo en la conciencia mo- gresivamente entenebreciendo por el hábito del
ral. pecado" (GS, n. 16).

Estos factores han provocado una variación en Este número 16 de la "Gaudium et Spes" su-
la manera de entender y vivenciar el fenómeno de frió diversas redacciones: En concreto, de julio de
la conciencia moral. La Teología Moral ha de 1964 a diciembre de 1965 tuvo cuatro redaccio-
asumir estos factores y proponer una nueva con- nes. En estas sucesivas redacciones se advierte
cepción global de la conciencia. Es lo que vamos a una .tendencia a comprender cada vez más la
hacer a continuación.
8 NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL

conciencia a partir de la dignidad del hombre en 3) La conciencia es función de unidad y de cla-


cuanto ser personal14. ridad dentro de la persona. "Goza el alma de per-
fecta unidad interior, y por lo mismo de perfecta
salud, cuando no sólo la inteligencia se abre y se
b) Rasgos de la conciencia moral da a los verdaderos valores y la voluntad se en-
trega al bien conocido, sino cuando su misma
I) La conciencia es una función de la persona y sustancia, cuando el alma, allá en su más pro-
para la persona. La conciencia no es voz de la na- fundo centro, se une con el Dios vivo, a cuya
turaleza, sino de la persona. El orden moral se imagen fue creada y cuya acción la mantiene en
tiene formalmente no en cuanto la persona se la verdad, en el bien y en la unidad"17.
conforma a la naturaleza, sino en cuanto la natu-
raleza se personaliza en la persona que habla con 4) De la conciencia recibe la persona su digni-
Dios. Todo el significado de la conciencia está en dad, en cuanto que la abre al diálogo con Dios.
ser función y valor de la persona. Pero la persona da una dignidad inalienable a la
conciencia. Esta no recibe la dignidad de la ver-
Las afirmaciones anteriores suponen conside- dad (de la ciencia moral) ni de la certeza, sino de
rar a la persona y el mundo personal como valo- la persona. Por eso mientras la persona no sea
res originales y no homologables a la naturaleza. insincera consigo misma, la conciencia no pierde
También suponen la superación de una moral su dignidad de conciencia.
"naturalista" de tipo estoico. En efecto:
5) La conciencia es la misma persona referida,
"para los estoicos la creación es homogénea y o en cuanto se siente en referencia a Dios. La con-
está animada y unificada, en su dinamismo ma- ciencia, como luz, es la claridad de la persona en
ravilloso y diferenciado, por la razón inmanente, referencia a Dios. Esto lo comprenderemos mejor
que es precisamente la ley cósmica, eterna. En el si nos atenemos a los principios de antropología
individuo humano la virtud, única e indivisible, bíblica. En cuanto criatura, el hombre, con toda
consiste en uniformarse con esa ley eterna. De- la complejidad de su naturaleza, igual que toda la
ntro del individuo, la conciencia es la voz de esta creación, es la expresión de la voluntad de Dios y
ley eterna, y es siempre esencialmente la recta por tanto expresión de su Palabra creadora. El
razón en conformidad con la razón cósmica"15. hombre es imagen de Dios, y en cuanto imagen
de Dios, es capaz de saber leer esta voluntad
Para el cristiano, la conciencia no puede que- creadora y esta Palabra creadora en su naturale-
dar reducida a ser función de la naturaleza. La za y en la creación.
conciencia es valor de la persona en cuanto que
ésta supone un salto cualitativo con relación al La conciencia viene a ser, por tanto, la interio-
orden cósmico. ridad de la persona, que de modo admirable le da
a conocer el orden natural de la personalidad sin-
2) La conciencia no es función de la ciencia. Los gular, cuyo cumplimiento consiste en el amor de
Escolásticos entendían la conciencia corno la Dios y del prójimo.
conclusión de un silogismo en que intervenía la A partir de esta explicación hemos de admitir
ciencia moral como premisa mayor. La conciencia que la conciencia no es una supraestructura
estaba en función de la ciencia moral, que tenía añadida a la persona, a modo de función o facul-
que ser "apersonal" para tener una valor univer- tad nueva. Es la misma persona en su dinamismo
sal. Los elementos personales apenas si conta- esencial hacia la plenitud de su ser.
ban. Se daba mucha importancia a los factores
intelectuales, factores de verdad. La comprensión De todo cuanto acabamos de decir se deduce
de la conciencia como función de la ciencia moral también que la conciencia tiene una amplitud tan
es propia de los llamados "esencialistas". grande como la misma persona. Es la misma per-
sona en cuanto se clarifica a sí misma (aspecto de
"Los esencialistas afirman que la conciencia es claridad) en referencia a Dios (aspecto referencial)
función de la ciencia y la ciencia es apersonal, es y en cuanto expresa el mundo valorativo humano
elaboración del orden de la naturaleza, la cual se (aspecto valorativo).
separa idealmente del mundo existencial; es abs-
traída, para captarla y contemplarla en sus ele- "No es la naturaleza la que lleva y ordena a sí
mentos quiditativos, con los cuales se puede la persona, como sucede en el mundo infrahu-
construir ciencia. Tanto es así, que los esencialis- mano, donde la naturaleza refiere y ordena así
tas definen la moralidad principal del acto por el misma a los individuos, sino que es la persona la
objeto especificativo, y esta moralidad debe enun- que lleva y ennoblece a la naturaleza y su obrar,
ciarla la conciencia"16. confiriéndole dignidad moral y valor religioso.

Frente a esta comprensión de la conciencia, de El orden moral se consigue formalmente, no


matiz esencialista e intelectualista, es necesario cuando la persona se unifica con la naturaleza,
resaltar su dimensión personalista. Pero ¿qué es sino en cuanto la naturaleza se personifica en la
lo que hace la conciencia en la persona? persona que habla con Dios Padre por medio de
la Palabra Cristo y obra, no en el mundo sin más,
NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL 9

sino en el misterio cósmico de Cristo, que ahora En otro lugar pueden verse bien desarrollados
se propone como iglesia en el Espíritu de Cristo. estos aspectos de la supraconciencia moral cris-
tiana19.
La dignidad de la conciencia consiste toda en-
tera en ser función y valor de esta nueva persona;
en dar testimonio a nuestro espíritu de si en cada 2. Función de la conciencia religiosa
una de nuestras decisiones morales expresamos
nuestro ser de hijos de Dios Padre en Cristo"18 . ¿Qué sucede en la conciencia moral cuando
ésta se abre ala dimensión religiosa? La respuesta
está ya dada al hablar de la ética religiosa. En re-
IV. LA DIMENSION RELIGIOSA DE LA CONCIENCIA ferencia directa a la realidad específica de la con-
MORAL ciencia moral, pueden señalarse estos dos grupos
de orientaciones:
Aunque en el apartado anterior se ha definido
la conciencia moral teniendo en cuenta el "su- – Las tentaciones de la conciencia moral reli-
puesto" de la opción religiosa, y concretamente la giosa. Existe una falsa "dialéctica" de la concien-
opción cristiana, conviene advertir que puede cia moral religiosa que suele expresarse a través
existir la dimensión subjetiva de la moralidad sin de orientaciones falseadoras de la moralidad. Son
referencia directa a la Trascendencia. Esta afir- fallos típicos de la conciencia moral religiosa los
mación es coherente con lo que en otro lugar de siguientes:
este volumen se ha dicho sobre la validez, al me-
nos teórica, de la ética puramente racional y con- - convertir la religión en moral, originando el
siguientemente no religiosa. falso "moralismo";
Cuando la conciencia moral acaece en una - propiciar el intimismo moral como respuesta
persona creyente adquiere la dimensión religiosa. a la religión;
Se puede entonces hablar de una "superconcien-
cia", entendiendo por ésta los aspectos religiosos - favorecer el escapismo y la pérdida de com-
del fenómeno total de la conciencia moral. promiso práxico;
La superconciencia religiosa actúa junto con - falsear la imagen de Dios desde las perspec-
la conciencia propiamente dicha y con la subcon- tivas morales (Dios juez, Dios castigador, etc.);
ciencia. Los tres estratos o factores constituyen
una sola y única realidad. - convertir las celebraciones religiosas en for-
mas expresivas de culpabilidad morbosa o para-
1. Constitución de la conciencia religiosa normal.
– La conciencia religiosa es la voz de Dios a – Las calidades de la conciencia moral religio-
través de la naturaleza del hombre, en cuanto sa. Cuando la dimensión religiosa funciona ade-
creado por Dios, en cuanto palabra de Dios reali- cuadamente en el conjunto de la conciencia mo-
zada. En un sentido lato, la superconciencia mo- ral, ésta adquiere calidades nuevas. Se destacan
ral es la palabra de Dios a través de la naturaleza las siguientes:
racional, que es obra suya y como una especie de
prolongación de su palabra eterna. Es lo que los - la conciencia moral no se encierra en el hori-
Padres llamaban "logos spermatikós". zonte del mundo presente ni en la seguridad de la
propia autonomía; se abre al mundo del Futuro.
Pero en sentido estricto, la superconciencia Por eso la conciencia moral religiosa se expresa
moral es algo más. Es la palabra propiamente di- en clave de Memoria (promesa) y de Esperanza
cha de Dios, su palabra revelada, la voz d Dios di- (futuro);
rigida personalmente a nosotros de un modo so-
brenatural. - la auténtica conciencia moral del creyente se
compromete de un "modo" más serio en el com-
– La conciencia moral cobra nueva luz al so- promiso intramundano, sabiendo que es el lugar
meterla al plano de la iluminación de la fe cristia- de la "elección" y de la "salvación" de Dios;
na. La conciencia asume todo el devenir humano
en un destino nuevo: en la gratuidad de una co- la dimensión religiosa proporciona a la con-
munión de intimidad con Dios. ciencia moral posibilidades nuevas de celebra-
ción. Frente a las ritualizaciones mágico-tabu-
Desde esta perspectiva, es necesario conectar ísticas y ante la frialdad de la expresión racional
la realidad de la conciencia con los misterios fon- de la responsabilidad meramente autónoma, la
tales de la fe cristiana. conciencia moral religiosa se expresa a través de
símbolos pletóricos de vida y de significado: sím-
con el misterio trinitario; con el misterio de bolos de la "confesión", símbolos de "gozo", símbo-
Cristo; con el misterio de la iglesia; con el miste- los del "perdón", etc.
rio escatológico.
10 NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL

Al término de este aparatado, en el que se ha está expuesta al peligro de la desintegración, por


analizado la naturaleza de la conciencia moral, se esa misma razón la conciencia moral posee una
puede asentir a la afirmación con que era inicia- riqueza de significados como pocas categorías de
do: la conciencia moral es una realidad compleja. la vida moral.
Ahora bien, aunque por razón de esa complejidad

* 17 HÄRING, o. c., I, 199.


VIDAL. M., 15. Naturaleza de la conciencia moral, en:
Moral de actitudes I. P. S., Madrid 71990, 501-522.
18 CAPONE, 1. c., 156.
1 M. YELA, Conciencia, cuerpo y conducta: Revista de la
19
Universidad de Madrid 11 (1962), 7-30; H. REY, Con- Ver el estudio de A. HORTELANO, La superconciencia
ciencia (Madrid, 1967); B. D’AMORE, Coscienza morale e moral cristiana: La conciencia moral hoy (Madrid, 1971),
coscienza psicologica: Sapienza 23 (1970), 208-216. 157-182. Cf. también A. VERGOTE, L'accès à Dieu par la
conscience morale: Ephemerides Theologicae Lovanien-
2
M. CRUZ HERNANDEZ, Lecciones de Psicología (Ma- ses 37(1961), 481-502.
drid, 19652), 263.

3 W. JANKLEVITCH, La mauvaise conscience (Paris,

1953).

4
C. ODIER, Les deux sources, consciente et inconscien-
te, de la vie morale (Neuchâtel, 1943); R. DALBIEZ, El
método psicoanalítico y la doctrina freudiana, 2 tomos
(Buenos Aires, 1948); VARIOS, Psicoanálisis y conciencia
moral (Buenos Aires, 1949); E. SPENGLER, Das Gewis-
sen bei Freud und Jung (Zürich, 1964); J. W. GLASER,
Conscience and superego: a Key distinction: Theological
Studies 32 (1971), 30-47; 0. PIANAZZI, Elementi di "pseu-
do-morale "incoscia: Salesianum 34 (1972), 653-711; E.
STADTER, La conscience morale après la psichanalyse
(Paris, 1976): J. CORDERO. Instancias parentales y hete-
ronomía de la conciencia: L'agire morale (Nápoles. 1977).
228-239.

5
A. HORTELANO, Nuevos aspectos de la conciencia mo-
ral: Moral y hombre nuevo (Madrid, 1969), 133-139.

6 Ibíd., 137.

7 I-II, q. 77, aa. 4 y 7.

8
A. PLE, Vida afectiva y castidad (Barcelona, 1966),
71-72.

9 Ibíd., 102-103.

10 HORTELANO, o. c., 46.

11 J. MARITAIN, Filosofía moral (Madrid, 1961), 579.

12 B. HÄRING, La ley de Cristo. I (Barcelona, l968), 197.

13 D. CAPONE, Antropología. conciencia y personalidad:

La conciencia moral hoy (Madrid, 1971), 101-156; J.


CLEMENCE, Le mystère de la conscience a la lumière du
Vatican II: Nouvelle Revue Théologique 94 (1972), 65-94;
D. CAPONE, La teologia della coscienza morale nel Conci-
lio e dopo il Concilio: Studia Moralia 24 (1986), 221-249;
S. MAIORANO. Coscienza e verità morale nel Vaticano II:
VARIOS, La coscienza morale oggi (Roma, 1987), 259-
278.

14 Ver el Iter conciliar de este n. 16 de la GS en D. CA-


PONE, Antropologia, conciencia…, 133-156.

15 Ibíd., 121.

16 Ibíd., 125.

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