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En este capítulo pretendemos hacer una pre- En las lenguas provenientes del latín, con la
sentación global del fenómeno de la conciencia palabra "conciencia" expresamos dos conceptos
moral; dicha presentación aportará las orienta- diferentes: 1) el hecho de "ser conscientes"; 2) y el
ciones o enmarques decisivos para la inteligencia hecho de "ser responsables". Otras lenguas tienen
de toda la problemática ulterior. dos palabras diferentes para expresar estas dos
realidades. Por ejemplo, el alemán expresa el he-
En primer lugar, nos dará el cambio operado cho de ser consciente con el término "Bewustsein"
en el concepto de conciencia moral durante estos y el hecho de ser responsable con el término "Ge-
últimos tiempos en el mundo intra y extraeclesial. wissen".
La ciencia teológica tiene que acusar los avances
de las demás ciencias y de la evolución histórica Esta aproximación lingüística nos dice que al
en general. Por lo que respecta a nuestro tema, la hablar de conciencia tenemos que ponerle siem-
conciencia moral cristiana no puede entenderse si pre un calificativo; ya que puede referirse tanto a
no es a partir de los impactos de todas las co- la conciencia psicológica como a la conciencia mo-
rrientes científicas (sobre todo de las ciencias an- ral. Es una anotación de bastante interés al co-
tropológicas) y de las corrientes culturales. mienzo del estudio sobre la conciencia moral.
En segundo lugar, nos colocará en la perspec- Conviene también señalar que históricamente
tiva exacta, aunque global, desde donde hay que ha habido un proceso de separación del concepto
plantear todos los problemas concretos acerca de unitario de conciencia (ser consciente-ser respon-
la conciencia moral. sable) en dos aspectos: el psicológico y el moral.
Cuando apareció la psicología como saber inde-
Estas orientaciones aluden a la finalidad que pendiente (ya desde Descartes) el aspecto psicoló-
pretendemos: mostrar la nueva manera de enten- gico de la conciencia se emancipó del aspecto mo-
der la conciencia moral en el momento presente ral, obligando a hacer la distinción entre concien-
en comparación con el modo en que se exponía cia psicológica y conciencia moral.
en la etapa anterior de la teología y de la cultura
europea. Por eso mismo es necesario hacer una preci-
sión inicial, distinguiendo la conciencia moral de
Estos son los aspectos en que se describe la la conciencia psicológica y denotando la relación
realidad de la conciencia moral: que existe entre ambas.
tado de experiencias actuales. Esto depende del Veamos algunos aspectos de comparación (unifi-
fenómeno de la atención y de su carácter selecti- cación y distinción).
vo.
– La conciencia moral presupone la conciencia
– La conciencia es, por tanto, una posibilidad psicológica; pero ésta, de por sí, no necesita la
formalizadora de los contenidos de conciencia. conciencia moral. Sin embargo, la conciencia psi-
Pero esta formalización tiene el carácter de "elas- cológica encuentra su culminación en la concien-
ticidad" o "movilidad": se contrae, recibe, refleja, cia moral. La conciencia moral prolonga y acaba
baraja (certera o caprichosamente) los contenidos la conciencia psicológica.
de conciencia.
– La conciencia psicológica y la conciencia mo-
"Lo que existe siempre es una 'formalización' ral son distintas por razón de su objeto, pero no
fundamentalmente dinámica de estructura elásti- son contradictorias. W. Jankélévitch dice que la
ca, que se concreta o se extiende en su hacerse, o conciencia psicológica tiene un objeto de contem-
sea, al 'formalizarse' en contenidos de conciencia plación: es una conciencia "feliz"; en cambio, la
que se renuevan continuamente. En esta elástica conciencia moral mira al objeto en sus aspectos
'formalización' se captan nuevos objetos mientras dramáticos: es una conciencia "mala"3. Quizá
otros son eliminados. Esta selección se hace bajo habría que hablar mejor de que la conciencia mo-
la presión de situaciones e intereses muy varia- ral añade a la conciencia psicológica el aspecto de
dos, que van desde el interés y la atención hasta compromiso; ahí radica la diferencia.
la constitución biotípica, pasando por la inteli-
gencia y la afectividad"2. Esto mismo se expresa diciendo que la con-
ciencia psicológica es una conciencia-testimonio
– La conciencia hace, pues, referencia al "yo ' (que solamente atestigua la presencia de las fun-
La conciencia presenta los fenómenos psíquicos ciones en el yo), mientras que la conciencia moral
como "míos", y al mismo tiempo como "unidad". es una conciencia-juez (añade la función testifical
La conciencia patentiza la unidad del pensar y de o valorativa).
la voluntad, de la tonalidad vital y de la vida afec-
tiva toda. La conciencia es, pues, una intención – Otra nota que distingue a la conciencia mo-
"revelante y revelada" (Heidegger): en ella se me ral de la conciencia psicológica es su carácter im-
"revelan" como míos los contenidos de conciencia perativo; en un doble sentido: I) en cuanto que la
(carácter revelante de la conciencia) y al mismo conciencia moral es un juicio en orden a la ac-
tiempo ella se "revela" en los mismos contenidos ción: su saber no es desinteresado, sino que se
de conciencia (carácter revelado de la conciencia). orienta a la realización concreta del yo; es un
Unicamente empezamos a hablar de conciencia proyecto de vida; 2) en cuanto que la conciencia
cuando las vivencias quedan relacionadas con un moral añade a la conciencia psicológica el carác-
centro común, el yo, en el cual su multiplicidad ter de obligación, que compromete al yo.
queda sintetizada en una unidad formal.
No cabe duda que muchas de nuestras actua- – El desarrollo del niño alcanza el nivel en el
ciones corresponden a esta exigencia del ideal del que ya es capaz de su primer acto humano. Por
Yo. Cuando nos dejamos conducir únicamente vez primera, y según las capacidades de su edad,
por él se origina en nosotros una moral "narcisis- descubre un fin último y universal con relación al
ta", de signo morboso. Pero cuando entra como cual decide por sí mismo sobre su propia vida.
otro ingrediente más en la formación de la totali- Atraviesa el umbral de su vida moral.
dad de nuestra conciencia, entonces resulta de
gran interés. – Los actos humanos se multiplican y con ello
nacen y se desarrollan los "hábitos" virtuosos. Así
adquiere "disposiciones" que lo orientan de una
2. Valoración de la subconciencia moral manera estable hacia su último fin. Aumenta su
capacidad de realizar actos humanos cada vez
Después de haber descrito los estratos que más perfectos, es decir, libres. Pero aún no ha al-
constituyen la subconciencia moral, tenemos que canzado la perfección de las virtudes.
valorar ahora el papel que desempeñan dentro de
todo el conjunto de la responsabilidad humana. – El organismo de las virtudes alcanza su ple-
no desenvolvimiento. Entonces el hombre está
Se puede valorar del siguiente modo el papel siempre dispuesto a obrar como corresponde a un
de la subconciencia dentro del conjunto de la hombre. Posee de una manera estable el dominio
conciencia total, según la función que desempe- de sus actos que se extiende a todos los campos
ña: posibles de su actividad. Es la culminación final
de la "via generationis" de la vida moral por la que
a) La subconciencia como iniciación a la el hombre retorna a su Creador, conforme a lo
vida moral específico de su naturaleza.
El hombre no llega de una manera certera y
automática a la posesión de una conciencia moral b) La subconciencia como "premoral" y co-
perfecta. Existe un proceso de preparación y de mo "procesos morales subhumanos"
adaptación; un proceso en que hay tentativas,
adelantos y hasta retrocesos. La subconciencia tiene elementos que pode-
mos interpretar como formas de premoral en el
No es que digamos que "lo más salga de lo sentido de que son condicionamientos de carácter
menos"; lo que afirmamos es que existe un proce- premoral, pero en los que tiene que apoyarse ne-
so en la formación de la conciencia. Existe una cesariamente la conciencia propiamente dicha.
genética de la conciencia moral. En este sentido Son los condicionamientos biológicos y cósmicos
los aspectos de la subconciencia son como el pro- de que hemos hablando en el capítulo de la an-
ceso de preparación (en el niño y en el adolescen- tropología moral y que repercuten de un modo
te) para la posesión de una conciencia moral ma- especial en el fenómeno de la conciencia moral.
dura.
Pero puede entenderse la subconciencia moral
Freud nos ha ayudado a poner la atención so- como aquel conjunto de aspectos inconscientes
bre esta realidad. Sin embargo, ya Santo Tomás que se dan dentro del mismo acto o comporta-
había expresado el sentir de la tradición intelec- miento moral. A estos procesos o zonas no lúci-
tual del saber escolástico, afirmando que aunque das del comportamiento humano los llamamos
las potencias intelectuales preceden a las poten- moral subhumana.
cias sensibles desde el punto de vista de perfec-
ción y de acción final y causal, sin embargo, en la Ya en la doctrina escolástica, formulada certe-
via generationis las potencias sensibles y vegetati- ramente por Santo Tomás, se hablaba de "volun-
vas preceden y preparan a las intelectuales7. tario imperfecto" (provocado por múltiples facto-
res que influyen en el actuar humano). El mismo
Esta doctrina tiene su aplicación en el tema de Santo Tomás señala una lista de insuficiencias
la conciencia. También ésta tiene una via genera- que hacen que el acto humano no sea plenamente
tionis, en la que los elementos imperfectos prepa- humano.
ran y anteceden a la formación perfecta de la ma-
durez. Existe un crecimiento moral en el hombre. Esta doctrina debe sufrir una extensión y una
Pié lo esquematiza del siguiente modo8: profundización en la actualidad a partir de los
avances psicológicos, sobre todo de la psicología
– En la primera infancia, como la inteligencia profunda. Ha de extenderse a diversos aspectos
no está suficientemente desarrollada, aún no se que comporta el actuar humano: principios, mo-
da acto humano ni existe vida moral. Los esfuer- tivaciones, etc. Y ha de profundizarse su valora-
zos que el niño hace para ser "bueno" están en el ción a la hora de enjuiciar muchas conductas
nivel de la premoral (la del "Super-yo" en la hipó- humanas, sea para el bien, sea para el mal.
tesis freudiana).
NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL 5
silogismo que, esquemáticamente, se desarrolla – La búsqueda cartesiana por las "ideas claras
de la siguiente manera: y distintas " También este factor dejó honda in-
- Hay que evitar el mal (primer principio de la fluencia en la vivencia y comprensión de la con-
razón natural). ciencia moral. Ante todo, se quiere hacer de la
conciencia una facultad de claridad en la vida
- Ahora bien, el robo es un mal (objeto de la moral personal.
ciencia moral).
- Por tanto, hay que evitar el robo (conclusión – La pasión del siglo XVII y XVIII por eliminar la
de la ciencia moral). duda moral. Del intelectualismo tomista y del
afán cartesiano por las ideas claras y distintas se
- Esta acción es un robo (objeto de la casuísti- deslizó la problemática de la conciencia hacia los
ca). casos dudosos. Hubo entre los moralistas una
que podríamos llamar "neurosis de duda", que
- Luego hay que evitar esta acción (conclusión llevó el tema de la conciencia a callejones sin sa-
impersonal). lida. Recordemos la importancia que tuvieron, en
este sentido: a) los sistemas morales; b) la apela-
- Luego yo debo evitar esta acción (juicio de la ción al valor extrínseco de las "autoridades" en
conciencia). materia de resolución de casos; c) el fenómeno de
los escrúpulos, que enturbió aún más el tan
– Puesto de la conciencia dentro del esquema complicado problema de la conciencia dudosa.
de los hábitos intelectuales. La conciencia aparece
como un juicio sobre la moralidad de una acción; – Búsqueda del "singular" Lo singular fue un
pero este juicio presupone otros hábitos intelec- descubrimiento filosófico de la escolástica deca-
tuales: dente (a partir, principalmente, de Ockham). Pero
lo singular comenzó a ser un "valor" predominan-
- La sindéresis (hábito de los primeros princi- te a partir del Renacimiento. Ha existido todo un
pios en el orden práctico): principios morales "per proceso desde el Renacimiento hasta nuestros
se nota" = evidentes por sí mismos. días en la búsqueda y complacencia por lo singu-
lar y por la "singularización".
- La ciencia moral (hábito del entendimiento
especulativo: los principios universales del obrar La conciencia entra dentro de este proceso. Se
humano). pone de relieve lo que se ha llamado "individuali-
zación de la conciencia moral occidental". Es una
- La casuística (juicio especulativo singular). etapa que podríamos calificar de "adolescente"
dentro de la evolución histórico-dinámica de la
- La conciencia: juicio especulativo personal. conciencia moral. Frente a una visión colectivista
- Prudencia: juicio práctico implicado en la ac- de la conciencia, el hombre occidental moderno
ción (la prudencia es hábito del entendimiento implanta su individualidad como criterio de mo-
práctico sobre el "obrar humano"). ralidad y como - una especie de instinto de apli-
cación de los principios morales.
(A veces la prudencia se coloca antes de la
conciencia; depende de las diferentes interpreta- – Aplicación legalístico-jurídica. La conciencia
ciones de los autores.) se estructuró como un sistema de aplicación de
las leyes a situaciones particulares. Esto dio una
Como se ve, en esta concepción de la concien- impronta extrinsecista, legalista y juridicista al
cia predominan los elementos intelectuales de la tratado y a la vivencia de la conciencia moral. La
misma; además, se la ve dentro de un proceso conciencia venía a ser como un pequeño jurista
discursivo como etapa final del mismo. que cada hombre llevaba dentro para ver hasta
dónde le obligaba o no obligaba la ley. Se estable-
ció así una pugna entre la "ley" y la "libertad"; la
b) Factores que intervienen en esta com- conciencia era quien hacía de intérprete, de árbi-
prensión de la conciencia tro y de juez.
Son muchos los factores que intervienen en – Atracción de este período por lo subjetivo. "El
esta comprensión de la conciencia moral. Seña- hombre del siglo XVI y XVII se lanza al descubri-
lamos los más importantes. miento de las zonas incógnitas del yo con la mis-
ma ilusión, si cabe, con que va descubriendo uno
– Afán por la "certeza La conciencia es consi- a uno nuevos continentes. El gran acierto de Des-
derada en esta etapa de la historia del pensa- cartes en este sentido es el haber centrado sus
miento occidental como una aventura por la meditaciones filosóficas, no en el objeto pensado,
búsqueda de la certeza moral, tratando de des- sino en el sujeto que piensa, abriendo así nuevas
hacer toda duda. Este afán por la certeza desem- perspectivas a la filosofía y también a la concien-
bocará en la polémica de los sistemas de moral cia moral"10. El kantismo fue una acentuación
que tanto preocupó en la vida eclesial de varios decisiva en esta búsqueda por la subjetividad.
siglos.
NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL 7
La conciencia moral recibió una impronta de- 2. Concepción adecuada de la conciencia mo-
cisiva de esta tendencia subjetivista. ral
Estos factores han provocado una variación en Este número 16 de la "Gaudium et Spes" su-
la manera de entender y vivenciar el fenómeno de frió diversas redacciones: En concreto, de julio de
la conciencia moral. La Teología Moral ha de 1964 a diciembre de 1965 tuvo cuatro redaccio-
asumir estos factores y proponer una nueva con- nes. En estas sucesivas redacciones se advierte
cepción global de la conciencia. Es lo que vamos a una .tendencia a comprender cada vez más la
hacer a continuación.
8 NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL
sino en el misterio cósmico de Cristo, que ahora En otro lugar pueden verse bien desarrollados
se propone como iglesia en el Espíritu de Cristo. estos aspectos de la supraconciencia moral cris-
tiana19.
La dignidad de la conciencia consiste toda en-
tera en ser función y valor de esta nueva persona;
en dar testimonio a nuestro espíritu de si en cada 2. Función de la conciencia religiosa
una de nuestras decisiones morales expresamos
nuestro ser de hijos de Dios Padre en Cristo"18 . ¿Qué sucede en la conciencia moral cuando
ésta se abre ala dimensión religiosa? La respuesta
está ya dada al hablar de la ética religiosa. En re-
IV. LA DIMENSION RELIGIOSA DE LA CONCIENCIA ferencia directa a la realidad específica de la con-
MORAL ciencia moral, pueden señalarse estos dos grupos
de orientaciones:
Aunque en el apartado anterior se ha definido
la conciencia moral teniendo en cuenta el "su- – Las tentaciones de la conciencia moral reli-
puesto" de la opción religiosa, y concretamente la giosa. Existe una falsa "dialéctica" de la concien-
opción cristiana, conviene advertir que puede cia moral religiosa que suele expresarse a través
existir la dimensión subjetiva de la moralidad sin de orientaciones falseadoras de la moralidad. Son
referencia directa a la Trascendencia. Esta afir- fallos típicos de la conciencia moral religiosa los
mación es coherente con lo que en otro lugar de siguientes:
este volumen se ha dicho sobre la validez, al me-
nos teórica, de la ética puramente racional y con- - convertir la religión en moral, originando el
siguientemente no religiosa. falso "moralismo";
Cuando la conciencia moral acaece en una - propiciar el intimismo moral como respuesta
persona creyente adquiere la dimensión religiosa. a la religión;
Se puede entonces hablar de una "superconcien-
cia", entendiendo por ésta los aspectos religiosos - favorecer el escapismo y la pérdida de com-
del fenómeno total de la conciencia moral. promiso práxico;
La superconciencia religiosa actúa junto con - falsear la imagen de Dios desde las perspec-
la conciencia propiamente dicha y con la subcon- tivas morales (Dios juez, Dios castigador, etc.);
ciencia. Los tres estratos o factores constituyen
una sola y única realidad. - convertir las celebraciones religiosas en for-
mas expresivas de culpabilidad morbosa o para-
1. Constitución de la conciencia religiosa normal.
– La conciencia religiosa es la voz de Dios a – Las calidades de la conciencia moral religio-
través de la naturaleza del hombre, en cuanto sa. Cuando la dimensión religiosa funciona ade-
creado por Dios, en cuanto palabra de Dios reali- cuadamente en el conjunto de la conciencia mo-
zada. En un sentido lato, la superconciencia mo- ral, ésta adquiere calidades nuevas. Se destacan
ral es la palabra de Dios a través de la naturaleza las siguientes:
racional, que es obra suya y como una especie de
prolongación de su palabra eterna. Es lo que los - la conciencia moral no se encierra en el hori-
Padres llamaban "logos spermatikós". zonte del mundo presente ni en la seguridad de la
propia autonomía; se abre al mundo del Futuro.
Pero en sentido estricto, la superconciencia Por eso la conciencia moral religiosa se expresa
moral es algo más. Es la palabra propiamente di- en clave de Memoria (promesa) y de Esperanza
cha de Dios, su palabra revelada, la voz d Dios di- (futuro);
rigida personalmente a nosotros de un modo so-
brenatural. - la auténtica conciencia moral del creyente se
compromete de un "modo" más serio en el com-
– La conciencia moral cobra nueva luz al so- promiso intramundano, sabiendo que es el lugar
meterla al plano de la iluminación de la fe cristia- de la "elección" y de la "salvación" de Dios;
na. La conciencia asume todo el devenir humano
en un destino nuevo: en la gratuidad de una co- la dimensión religiosa proporciona a la con-
munión de intimidad con Dios. ciencia moral posibilidades nuevas de celebra-
ción. Frente a las ritualizaciones mágico-tabu-
Desde esta perspectiva, es necesario conectar ísticas y ante la frialdad de la expresión racional
la realidad de la conciencia con los misterios fon- de la responsabilidad meramente autónoma, la
tales de la fe cristiana. conciencia moral religiosa se expresa a través de
símbolos pletóricos de vida y de significado: sím-
con el misterio trinitario; con el misterio de bolos de la "confesión", símbolos de "gozo", símbo-
Cristo; con el misterio de la iglesia; con el miste- los del "perdón", etc.
rio escatológico.
10 NATURALEZA DE LA CONCIENCIA MORAL. VIDAL
1953).
4
C. ODIER, Les deux sources, consciente et inconscien-
te, de la vie morale (Neuchâtel, 1943); R. DALBIEZ, El
método psicoanalítico y la doctrina freudiana, 2 tomos
(Buenos Aires, 1948); VARIOS, Psicoanálisis y conciencia
moral (Buenos Aires, 1949); E. SPENGLER, Das Gewis-
sen bei Freud und Jung (Zürich, 1964); J. W. GLASER,
Conscience and superego: a Key distinction: Theological
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STADTER, La conscience morale après la psichanalyse
(Paris, 1976): J. CORDERO. Instancias parentales y hete-
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228-239.
5
A. HORTELANO, Nuevos aspectos de la conciencia mo-
ral: Moral y hombre nuevo (Madrid, 1969), 133-139.
6 Ibíd., 137.
8
A. PLE, Vida afectiva y castidad (Barcelona, 1966),
71-72.
9 Ibíd., 102-103.
15 Ibíd., 121.
16 Ibíd., 125.