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Taller de lectura en casa.

Grado octavo

Querido estudiante, recuerda seguir las instrucciones


adecuadamente.
Los textos que encontrarás a continuación debes leerlos
detenidamente y al finalizar, realizar un plegable y presentarlo
al regresar al colegio; en una hoja tamaño carta, llamativo,
ordenado, con buena ortografía y presentación creativa, que
responda a las siguientes preguntas:
1. ¿Qué es la nomofobia?
2. ¿Cuáles son los momentos en los que abusamos del uso del
celular?
3. ¿En qué otras actividades podemos invertir nuestro tiempo?
4. ¿Por qué es importante no pasar tanto tiempo con los
dispositivos móviles?
5. ¿Qué nos estamos perdiendo cuando nos aislamos utilizando el
celular?
Nota: Algunos estudiantes ya han leído los textos en clase e
iniciaron la creación del plegable, deben terminarlo en la casa,
y si no lo tienen. hacerlo desde el principio para presentarlo
cuando regresemos

Texto 1.
Nomofobia: esclavos del celular

Miedo a no estar conectado, angustia a dejarse el smartphone en


casa o consultar los mensajes cada pocos segundos. El teléfono
móvil es una herramienta que hoy no falta en la vida de nadie. Un
aparato imprescindible que, en muchos casos, se convierte en un
problema de salud grave.

Nomofobia (vocablo derivado de la expresión "no-mobile-phone-


fobia", o "no-móvil-fobia") es el término que utilizamos para
describir la serie de síntomas que sufre una persona ante el miedo
a no disponer de teléfono móvil y los servicios que este
proporciona (especialmente llamadas telefónicas e Internet).

La nomofobia no es una cuestión menor. Algunos estudios afirman


que la sensación de ansiedad al carecer de teléfono móvil puede
afectar a alrededor del 50% de la población (aunque, dentro de
estos síntomas, su gravedad difiere mucho de unas personas a
otras). Además, se trata de un problema creciente, dado que afecta
especialmente a personas jóvenes, más acostumbradas a utilizar
esta tecnología desde edades tempranas y más vulnerables por
necesitar más de la "aprobación social" que proporciona la
continua intervención en espacios como las redes sociales. No
obstante, hay que tener en cuenta que ninguna edad está exenta de
riesgo.

Como otras fobias, la nomofobia se manifiesta a través de síntomas


comunes como el miedo, el nerviosismo o la angustia, pero también
con otros como taquicardias, dolor de cabeza, dolor de estómago o
pensamientos obsesivos. Las causas de la nomofobia suelen ser
bastante evidentes. Con frecuencia, la adicción a los teléfonos
móviles (extendidísima hoy en día, como bien sabréis) es su
principal origen, provocando el miedo a carecer de la falsa fuente
de satisfacción que produce la consulta compulsiva del teléfono.

Sin embargo, no deberíamos quedarnos sólo con la idea de que la


nomofobia es producto de esta adicción. Además, puede esconder
otros problemas, como la baja autoestima y las dificultades para
relacionarse con los demás por medios distintos del ámbito on-
line.

¿Cómo afecta la nomofobia a la vida diaria?


No tenemos más que mirar a nuestro alrededor para comprobar cómo
la adicción al teléfono móvil y la nomofobia provocan una suerte
de "esclavitud" entre los más afectados.

En primera instancia, la nomofobia obliga al que la sufre a estar


continuamente pendiente de su teléfono móvil, hasta el punto de
abandonar otras facetas de su vida. De esta forma puede afectar al
trabajo, a las relaciones familiares, a las relaciones de pareja
y, en general, a cualquier otro aspecto de la vida del afectado
que podría requerir de atención.

Pero no sólo esto. La ansiedad que genera la idea de quedarse sin


teléfono móvil y la necesidad de consultarlo constantemente
producen un nerviosismo generalizado, que puede incrementarse de
manera dramática en determinadas situaciones, hasta el punto de
condicionar la vida del afectado.

Por ejemplo, el nomofóbico puede llegar a evitar viajar o acudir a


zonas en las que la cobertura puede ser deficiente, porque eso
supondría su "desconexión". O puede eludir ir a lugares en los que
no disponga de una fuente de electricidad cercana en la que poder
conectar su dispositivo, por miedo a quedarse sin batería. Todo
ello, teniendo en cuenta las necesidades de nuestra vida
cotidiana, puede suponer limitaciones que la afecten seriamente.

Además, otro efecto dañino se produce a través del insomnio.


Algunos nomofóbicos llegan al punto de alterar su sueño hasta
despertarse en innumerables ocasiones durante la noche, con el fin
de comprobar que siguen disponiendo de conexión y consultar
actualizaciones en sus redes sociales, etc.

¿Cómo combatir la nomofobia?


Por su importancia, hay que tratar la nomofobia como lo que es: un
problema serio. Por ello, lo más recomendable es acudir a los
profesionales indicados, que sean capaces de ayudar al afectado a
solucionar la situación.

No obstante, y sin que sirva para suplir o sustituir el criterio


profesional, podemos ver algunas ideas que pueden ayudar en la
lucha contra la nomofobia:

-Encontrar momentos de desconexión total.

Es una costumbre que sirve para acostumbrar al cerebro a la idea


de que habrá instantes de desconexión y estos serán no sólo
buenos, sino necesarios. Momentos como las comidas o, por
supuesto, las horas de sueño, deben ser totalmente respetados,
prescindiendo por completo del teléfono móvil.

-Diferenciar entre vida real y vida virtual.

Una de las principales causas de la nomofobia es la idea de


otorgar a aquello que se experimenta por la vía online de un
estatus igual o incluso superior a lo que experimentamos en
nuestra vida "real".

Sin embargo, hay que entender que nuestra "vida virtual" no es más
que una faceta parcial de algo mucho más grande, que es nuestra
vida real.

-Utilizar limitaciones a la información que recibes.

¿Eres adicto a las notificaciones de lectura? ¿Pasas en día


comprobando si tus contactos han leído tus mensajes? Con
frecuencia, las aplicaciones de mensajería te ofrecen la opción de
eliminar estas opciones que tanta ansiedad pueden crear.
Utilízalas; no necesitas estar todo el día pendiente de lo que
hacen o dejan de hacer los demás.
-Utilizar sólo las apps que realmente necesites.

Instalar un sinfín de aplicaciones (especialmente redes sociales)


en tu teléfono móvil puede ser toda una trampa. Al multiplicarse
las opciones de comunicación, el nomofóbico incrementa su
necesidad de alimentar su adicción. Por ello, no instalar tantas
aplicaciones puede ser una buena manera de evitar la tentación.

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