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El numeral 8° del artículo 136 del Código Contencioso Administrativo prevé que la
acción de reparación directa caduca al vencimiento del plazo de dos años
contados a partir del día siguiente del acaecimiento del hecho, omisión u
operación administrativa atribuible a la entidad demandada. (…) en este caso el
demandante afirmó que solo pudo tener conocimiento del daño con posterioridad a
su ocurrencia, porque las consecuencias del hecho imputado en la demanda solo
se evidenciaron con ocasión de los exámenes médicos que se le practicaron en
2010, en los que se diagnosticó la existencia de las lesiones que se reclaman
como perjuicios. Por lo tanto, la Sala considera que la demanda del 28 de julio de
2010 fue presentada en término.
Aunque [la existencia del golpe está acreditada] no está acreditado que los
perjuicios reclamados por la víctima, y que corresponden a las lesiones que le
fueron diagnosticadas en el año 2010, sean consecuencia del golpe o pisotón que
recibió el día 5 de febrero de 2007. Las valoraciones médicas hechas a la víctima
en 2010, que están contenidas en documentos allegados con la demanda,
únicamente señalan que el demandante presentaba <<paraplejia a nivel
sensitivo>>, <<lesión de médula espinal en nivel t-12 y L1 progresiva> y
<adelgazamiento medular focal a la altura del t5>>. Estas valoraciones no señalan
el origen de la lesión ni mucho menos imputan las mismas al golpe o pisotón que
recibió el soldado en el año 2007. Tampoco se allegó prueba técnica con la que se
demostrara que las lesiones de la víctima son consecuencia de la agresión del 5
de febrero de 2007. Por el contrario, el médico forense (…) señaló, en valoración
del 25 de octubre de 2010, que carecía de elementos de juicio para determinar tal
circunstancia. Para la Sala están probadas varias circunstancias que permiten
inferir que la patada o el pisotón no fue la causa de la lesión por la cual se reclama
la indemnización: Las valoraciones iniciales no registraron una lesión de especial
atención, tanto así que señalaron que la víctima podía regresar a actividades
normales sin secuelas, con medicación y fisioterapia. En las valoraciones iniciales
tampoco se indicó que el origen de la lesión fue una patada o pisotón en la
espalda. En reconocimiento médico legal del 21 de mayo de 2008 se señaló que
una de las posibilidades de la lesión era una <<patada>>; sin embargo, no
determinó que ello fue lo que causó la lesión, pues existían otras posibilidades
como un golpe con <<superficies planas y duras>>.
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN B
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1.- La demanda que dio origen al proceso fue presentada el 28 de julio de 2010
por Adalberto Rudas Jiménez (víctima directa) y su grupo familiar. Se dirigió contra
la Nación – Ministerio de Defensa - Ejército Nacional para obtener la
indemnización de perjuicios por las lesiones sufridas por la víctima directa cuando
prestaba el servicio militar obligatorio como soldado regular.
1 Según el numeral 6 del artículo 132 del CCA los tribunales administrativos conocían en primera
instancia las demandas de reparación directa cuya cuantía excedía 500 SMLMV, que al momento
de la presentación de la demanda ascendía a $257.500.000. En el caso concreto los perjuicios
materiales se estimaron en $768.538.580.
2.4.- Para ADALBERTO RUDAS CABALLERO, el equivalente a cien (100) salarios
mínimos legales mensuales, en su condición de padre de la víctima.
2.5.- Para NERIS ESTHER JIMÉNEZ JIMÉNEZ, el equivalente a cien (100) salarios
mínimos legales mensuales, en su condición de madre de la víctima.
2.6.- Para CRISTIAN ALEJANDRO RUDAS JIMÉNEZ, el equivalente a cincuenta
(50) salarios mínimos legales mensuales, en su condición de hermano de la víctima.
3.3.- En acta del 17 de septiembre de 2009 el Tribunal Médico Laboral del Ejército
indicó que la víctima presentaba, entre otras lesiones, <<fibromialgia o mialgia
lumbar>>, que tenía incapacidad permanente y un 20.81% de pérdida de
capacidad laboral.
3.5.- El daño era imputable al Ejército Nacional porque fue causado por la
actuación negligente e imprudente de un miembro de la institución, lo que
constituyó una falla del servicio.
4.2.- Agregó que no existió nexo causal <<entre los hechos y la conducta de la
administración>>. Indicó que el Tribunal Médico Laboral del Ejército, mediante el
acta del 17 de septiembre de 2009, calificó las enfermedades de la víctima como
de origen común y estableció que no estaban relacionadas con el servicio.
5.1.- Precisó que la demanda del 28 de julio de 2010 fue presentada en término.
Reconoció que el daño ocurrió en febrero de 2007. Sin embargo, computó la
caducidad desde el conocimiento del daño y no desde acaecimiento del hecho.
Indicó que las lesiones se agudizaron con el tiempo hasta 2010, año en el que por
servicios de neurocirugía y radiología se le diagnosticó a la víctima una lesión en
médula espinal en nivel T 12 y L1 y adelgazamiento focal medular.
5.2.- Estableció que, en tanto la víctima era un soldado conscripto, el Ejército tenía
la obligación de garantizar su integridad psicofísica y su retorno a la sociedad en
iguales condiciones a las de su ingreso a la institución.
5.4.- Reconoció por concepto de perjuicio moral: (i) 40 salarios mínimos legales
mensuales vigentes (en adelante SMLMV) a favor de la víctima directa y; (ii) 20
SMLMV a favor de la compañera permanente, hijo, padres y hermano de la
víctima.
II. CONSIDERACIONES
7.- El numeral 8° del artículo 136 del Código Contencioso Administrativo prevé que
la acción de reparación directa caduca al vencimiento del plazo de dos años
contados a partir del día siguiente del acaecimiento del hecho, omisión u
operación administrativa atribuible a la entidad demandada.
8.- No obstante, en este caso el demandante afirmó que solo pudo tener
conocimiento del daño con posterioridad a su ocurrencia, porque las
consecuencias del hecho imputado en la demanda solo se evidenciaron con
ocasión de los exámenes médicos que se le practicaron en 2010, en los que se
diagnosticó la existencia de las lesiones que se reclaman como perjuicios. Por lo
tanto, la Sala considera que la demanda del 28 de julio de 2010 fue presentada
en término 2, porque la víctima tuvo conocimiento de la lesión en las valoraciones
efectuadas en 2010: (i) el 9 de febrero de 2010 el médico neurocirujano Ramiro
Torres Ortega 3 le diagnosticó paraplejia a nivel sensitivo; (ii) el 8 de marzo de
2010 el médico neurocirujano David Dancur indicó que presentaba <<lesión de
médula espinal en nivel t-12 y L1 progresiva>>, (iii) el 26 de abril de 2010 el
médico radiólogo Boris Ropaín Matiz diagnosticó <<adelgazamiento medular focal
a la altura del t5>>.
2 Consejo de Estado. Sección Tercera. Sala plena. Sentencia del 29 de noviembre de 2018. Exp.
47308. C.P. Marta Nubia Velásquez Rico.
3 Fl. 68 c.1.
haber sido realizado por un agente suyo en desarrollo del servicio: era necesario
acreditar que el mismo causó los perjuicios que se reclaman en la demanda.
11.- Los testimonios rendidos por los soldados que declararon en los procesos
penal y disciplinarios y que fueron trasladados por solicitud de la parte actora,
señalaron:
(i).- Diomedes de Jesús Ruiz de Arco, dijo estar a tres hombres de distancia de la
víctima, y manifestó que <<RUDAS no aseguró el fusil y levantó la trompetilla,
cuando el soldado estaba acostado boca abajo, el subintendente Garzón, que
estaba como a un metro de él, se le acercó y le pegó con el pie en la espalda (le
montó el pie en la espalda). Le quitó el pie enseguida y le dijo, “soldado, asegure
el fusil” y entonces mi teniente fue el que lo aseguró>>.
(ii).- José Luis Cervantes, señaló que se encontraba <<a cuatro o cinco metros>>
esperando turno. Dijo que a la víctima se le trabó la corredera del fusil y <<mi
teniente GARZÓN le cargó el fusil y se lo entregó y le puso el pie en la cadera>>.
(iii).- Fredy Vásquez Lozano estaba <<a pocos metros>> y señaló que la víctima
<<alzó la mano, pero como no había asegurado el fusil, mi teniente le pisó la
espalda con la bota>>; agregó que <<el soldado se paró sobándose la espalda y
al poco rato se apareció donde estábamos nosotros diciendo que le dolía la
espalda y cuando llegamos al batallón le ayudé a que se recostara en el catre
porque él solo no podía>>.
(iv).- Henry Requena indicó que durante el ejercicio de polígono el <<ST GARZÓN
le pisó la espalda fuertemente>>.
(v).- Uriel Vargas Vargas señaló que <<estaba detrás del soldado RUDAS y el
teniente lo golpeó en la espalda de una forma brusca y fuerte cuando el soldado
se encontraba tendido en el suelo realizando el ejercicio de tiro>>.
(vi).- Harold Quiroz Herrera estaba en la parte de atrás y observó que el teniente
Garzón <<le puso el pie en la espalda [a la víctima] y se lo afirmó, pero después
se lo bajó, eso fue rápido>>.
12.- Otros de los soldados presentes el día de los hechos no vieron el golpe; sin
embargo, manifestaron que luego del ejercicio de tiro la víctima se quejaba del
dolor e hizo alusión al golpe recibido. Al respecto, (i) Leonel Sánchez Acuña indicó
que <<yo lo vi cojeando, yo me le acerqué y me dijo que sí, que tenía un dolor
fuerte en la espalda>>; (ii) Miguel Rodríguez Jiménez indicó que <<RUDAS me
comentó y me dijo tú no viste cuando mi ST GARZÓN me pegó>><<se quejaba
del dolor y tenía una cara como aguantando el dolor>> 5.
13.- Aunque Carlos Garzón Velásquez, el oficial de tiro implicado, negó la agresión
y otros de los comandantes manifestaron que no existió novedad en el ejercicio 6,
la Sala estima que la valoración en conjunto de los testimonios obrantes en el
expediente sí permite deducir la existencia del golpe o del pisotón y el hecho de
que el soldado se quejó de dolor en la espalda como consecuencia del mismo.
Dichas declaraciones corresponden a testigos presenciales y se rindieron en el
marco de procesos en los que lo que se dilucidaba era la responsabilidad penal y
disciplinaria por lo sucedido.
14.- Aunque el hecho anterior esté probado, para la Sala no está acreditado que
los perjuicios reclamados por la víctima, y que corresponden a las lesiones que le
fueron diagnosticadas en el año 2010, sean consecuencia del golpe o pisotón que
recibió el día 5 de febrero de 2007.
14.2.- Tampoco se allegó prueba técnica con la que se demostrara que las
lesiones de la víctima son consecuencia de la agresión del 5 de febrero de 2007.
Por el contrario, el médico forense Víctor Pacheco señaló, en valoración del 25 de
octubre de 2010, que carecía de elementos de juicio para determinar tal
circunstancia 7.
15.- Para la Sala están probadas varias circunstancias que permiten inferir que la
patada o el pisotón no fue la causa de la lesión por la cual se reclama la
indemnización:
4 Las declaraciones se encuentran a folios: 49, 228, 237 – 243, 260, 266 y 271 c.3.
5 Fls. 42, 45, 256 c.3.
6 Declaraciones de Wilson Velásquez Calderón, Yheison López Yara y Jaime Correa Faura (Fls.
15.2.- En las valoraciones iniciales tampoco se indicó que el origen de la lesión fue
una patada o pisotón en la espalda. En reconocimiento médico legal del 21 de
mayo de 2008 se señaló que una de las posibilidades de la lesión era una
<<patada>>; sin embargo, no determinó que ello fue lo que causó la lesión, pues
existían otras posibilidades como un golpe con <<superficies planas y duras>> 9.
15.3.- El acta del 17 de septiembre de 2009 del Tribunal Médico Laboral del
Ejército indicó que la <<fibromialgia o mialgia lumbar>> que presentaba la víctima
correspondía a una enfermedad común. La parte demandante no objetó ni
controvirtió dicha acta.
15.4.- En las hojas de atención de 2010 (tres años después ocurrida la agresión)
se precisan como antecedentes médicos: <<caída desde su propia altura sobre
una roca de espalda>> y <<trauma al caer sentado hace 3 años>> 10.
III. DECISIÓN
RESUELVE:
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
8 Declaración del 14 de febrero de 2007 por el médico ortopedista Gustavo Salazar Acosta (Fl. 60
c.3.)
9 Fl. 78 c.1.
10 Fl. 53 c.1; Fl. 68 c.3