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Estatuto
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DE LA FORMACIÓN DOCENTE EN EL PERÍODO 1955-1983 docente.
El mayor conflicto del período fue provocado en 1958 por el Poder Ejecutivo al impulsar
una ley que daba fuerte participación a la educación privada. Este proyecto de ley dividió a la
opinión pública en dos grandes bloques: quienes apoyaban la laicidad y estaban contra las
medidas del gobierno y quienes defendían la libertad de enseñanza, que representaba en especial
al liberalismo católico. A favor de la enseñanza laica se produjo la mayor manifestación estudiantil
y docente de la época. En medio de la crisis el gobierno dictó la legislación educativa necesaria
para facilitar el subsidio estatal al sector privado.
José María Guido, anterior presidente provisorio del Senado, asumió el poder en el marco
del golpe de Estado de 1962 que derrocó a Frondizi. En 1963, Arturo Illia se hizo cargo del
gobierno por la Unión Cívica Radical del Pueblo. Se puso en vigencia por primera vez el Estatuto
del Docente. Durante el período de Illia hubo un importante aumento de escuelas, alumnos y
docentes en todos los niveles. En esos años en los países cuyo sistema escolar había sido exitoso
comenzó a sentirse la demanda sobre la enseñanza media y superior que haría crisis alrededor de
1968. En la Argentina el crecimiento de aquella demanda era efecto de la política educativa
peronista que extendió la escolarización a sectores antes excluídos.
Como ya se ha visto, a partir del derrocamiento del gobierno peronista en 1955 se inició
un período caracterizado por la inestabilidad política y los intentos de modernización educativa. En
un primer momento, y al amparo de los gobiernos desarrollistas, se generó un ciclo de gran
actividad en el campo educativo, fuertemente influido por las teorías del capital humano y de la
educación como inversión para el despegue económico y social. Durante ese período se reconoce
una importante expansión de escuelas y universidades del sector privado, particularmente de
carácter confesional.
Pero el intento político de reforma global se inició durante la nueva ruptura del orden
constitucional del denominado gobierno de la Revolución Argentina i (1966 – 1973). Este intento
estuvo liderado por las corrientes tecnocráticas modernizantes aliadas a sectores tradicionales del
campo educativo. Sin embargo, este movimiento estuvo sujeto a una fuerte oposición de los
partidos políticos proscriptos por el régimen, y principalmente del sector gremial docente. Dentro
de ese contexto, se transfirió la formación del magisterio a la Enseñanza Superior y se implantaron
sucesivos planes de estudio.
Sucesivos cambios de gobierno a partir de 1958, dentro de una democracia controlada por
el poder militar y los grupos de la oligarquía local, tuvieron un corte con la implantación de
la denominada Revolución Argentina (RA) en 1966. El nuevo orden se caracterizó por el
congelamiento de las actividades políticas y de la Constitución Nacional, el control
ideológico, la racionalización del Estado contra la inflación, y el crecimiento económico
ligado al capital extranjero. El eficientismo definió toda la nueva política. En el campo
educacional, la presión por transformar la educación estaba orientada por la necesidad de
fortalecer el control ideológico y por la búsqueda de la racionalidad eficientista y
modernizadora. Estas tendencias estuvieron impulsadas por la convicción del gobierno
norteamericano sobre la importancia de la educación como una estrategia contra-
La escuela
debe
insurgente en el continente y por el credo desarrollista de las agencias internacionales formar a
como la UNESCO y la OEA. todos para
el mundo
En el nivel universitario, el gobierno impulsó la cesantía de los profesores más destacados, del trabajo,
a la que se agregó la renuncia a sus cargos de un gran número de intelectuales como para la
repudio a esa política, la expulsión de estudiantes y la represión policial en las aulas. Se continuida
desmantelaron así, líneas de investigación y actividades de extensión universitaria, lo que d de los
representó el primer gran vaciamiento de la universidad, cuyos efectos se harían sentir
estudios y
para
posteriormente.
formar
La política científica de la RA respondía al concepto de militarización de la ciencia, ciudadanos
. En esta
entendida como una política de defensa. Se organizaban seminarios de interés nacional en
escuela
los que se incluían temas como la estrategia de la guerra fría, la guerra ideológica, la física
solo se
nuclear en los marcos de seguridad y desarrollo, el papel de los medios masivos como forma al
instrumento de la guerra ideológica, entre otros. TRABAJAD
OR.
En cuanto al resto del sistema educativo, el hecho más destacado del período fue el
intento de implantar una reforma educativa y sancionar una ley general de educación que
permitiera planificar y administrar el sistema educativo. La gestión del gobierno, en lo que
hace a la esfera educacional, tuvo una pertinaz coherencia, basada en una alianza entre
grupos ideológicos tecno-modernizadores y los sectores tradicionales del campo
educativo, en especial, de raíz católica.
La Escuela Normal de nivel secundario tenía como objetivo fundamental la educación del
ciudadano dentro de un modelo político liberal; se organizó alrededor de la pedagogía tradicional
que entendía a la escuela pública como espacio de inculcación de los valores de la “civilización” y
construcción de lo público, y situaba al docente en el rol de apóstol –adelantado de la cultura-
para transmitir esos valores. La Escuela Normal Superior, a su vez, inculcó los valores de la nueva
civilización, buscaba la formación de los recursos humanos para modernizar el país e incorporarlo
a un nuevo modelo de desarrollo, orientada por la pedagogía tecnicista, concibiendo al docente
como el ejecutor de diseños “eficientes”, que desarrollaba secuencias de instrucción para logara
aprendizajes verificables de ciertos contenidos, en los alumnos.
Si a partir de los años 30 con la crisis del capitalismo laisser faire se creyó que el
predominio del Estado y de lo político sobre el mercado era definitivo, desde fines de los años 70
el mecanismo autorregulador del mercado vuelve a actuar. Es un proceso de reestructuración por
el cual comienza a dejarse atrás la sociedad conformada por la industrialización sustitutiva, la
política de masas y el desarrollo industrial orientado hacia el mercado interno. Comienzan a
modificarse diversos rasgos que caracterizaron al Estado de bienestar.
La nueva modernización vinculada a la globalización produce una ruptura en la lógica
cotidiana de los sectores medios y populares. Estos quedan fragmentados, ya que el cambio
promueve individualismo, orientaciones al propio interés y quiebre de anteriores lazos sociales. Se
trata de buscar apertura, flexibilidad y desregulación para articular la economía anteriormente
“cerrada” a un capitalismo globalizado.
En lo económico, se produce la crisis del modelo de acumulación sustitutivo basado en la
demanda interna frente a procesos de inflación con recesión conjuntos. Una situación de
descontrol fiscal que ya no podía resolverse con los anteriores mecanismos intervencionistas
sobre la demanda y el gasto público. El impacto del endeudamiento y de las políticas de ajuste se
produce conjuntamente con la necesidad de lograr una nueva inserción internacional de la
economía.
Es que en todo este proceso la globalización de la producción y de las finanzas erosiona la
capacidad del Estado de controlar la economía. El eje del proceso económico deja de ser el
trabajador y su organización y pasa a ser el mercado, el consumidor y el management. El
empresario se convierte en el aportador de sentido del modelo y éste y sus estilos de vida
aparecen como emblemáticos de la buena vida.
Este proceso puede ser sintetizado por el impacto que produce en el conjunto de la
sociedad la globalización de la economía: la difusión a nivel mundial de las pautas de la economía
de libre mercado. En la medida en que se diluyen las fronteras nacionales, se desmenuza la
primacía del Estado. Los fenómenos de globalización afectan la naturaleza de las economías
nacionales y erosionan su soberanía. El Estado comienza a tener una menor incidencia y control de
la economía interna.
En lo social, hay una pérdida de homogeneidad social: la sociedad se presenta cada vez
menos como organizada en clases sociales claramente definidas. Hay aumento de la
diferenciación y de la desigualdad, lo que pasa a ser parte del modelo: en algún sentido se
transforma en un valor. Es que la expansión del mercado por la economía transnacional implica un
aumento de la estratificación, diferenciación y complejización social que termina por quebrar las
expectativas del modelo estatal intervencionista tendientes a la homogeneidad y la universalidad.