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FORMATO PARA LA CREACIÓN DE DISEÑO PEDAGÓGICO E

INSTRUCCIONAL
GUÍA DEL ESTUDIANTE

Identificación del curso: Formación Oficial de Cumplimiento en el contexto del


Compliance
Autor: Angelica Maritza Castaño Castillo
Profesión: Administradora pública
Área: Apoyo procesos extracurriculares y registro calificado
Aprobación: Ana María Pineda
Modalidad Virtual
Duración del curso/plazo
El OVA es auto contenido, lo cual está proyectado para que,
en la navegación, consulta y evaluación de dichos
contenidos por parte del usuario sea aproximadamente de 6
horas.

Dirigido a: El OVA está dirigido a servidores públicos y demás


personal que hace parte de las actividades académicas que
desarrolla la institución universitaria Centro de Estudios
Aeronáuticos CEA en sus dimensiones de: Centro de
Instrucción, Centro de
Capacitación e Institución de Educación Superior.

El OVA está dirigido al público en general que esté


interesado en conocer y ampliar la información concerniente
a la importancia del oficial de cumplimiento al interior de
las entidades y que corresponde al cumplimiento de la
normatividad y al crecimiento del país en temas de
legalidad.
Empero, una población objetivo podría estar enmarca dentro
de revisores fiscales, representantes legales, abogados
independientes, contadores públicos, directores,
administradores, gerentes, auditores, jurídicos, profesionales
de riesgo y seguros, responsables de cumplimiento,
suplentes de cumplimiento, responsables de control interno
y líderes de procesos. Personas que se encuentren
interesadas en implementar distintas estrategias y
herramientas para la adecuada gestión del riesgo de lavado
de activos y financiación del terrorismo (LAFT) con base en
los más altos estándares internacionales y la normatividad
colombiana aplicable.
Propósito: Lograr que los participantes identifiquen a través de los
diferentes temas, oportunidades profesionales interesantes y
de alta demanda laboral, dado que el rol se hace necesario
para todas las empresas y sectores.
Objetivos de aprendizaje Defina:
del curso:
● Objetivo general

Al finalizar el curso de oficial de Cumplimiento los


estudiantes estarán en capacidad de identificar cada uno
los requisitos para poder implementar o dar asesoría al
interior de una entidad, empresa u organización como
herramienta de cumplimiento, de legalidad y de
mitigación de riesgo al interior de las mismas.
● Objetivos específicos
– Conocer la importancia de la historia de la
creación de los Grupos de interés en torno al
LA/FT
– Entender como la identificación del cliente es el
primer mecanismo para la mitigación del riesgo
al interior de las entidades
– Conocer que recomendaciones brindan los
organismos expertos como herramienta de
consulta y ayuda para la implementación de
estrategias de mitigación de LA/FT

Competencias
● Saber: Distinguir cada uno de los roles y las
competencias que debe tener un oficial de
cumplimento en una entidad, empresa u organización
● Saber Hacer: el estudiante tendrá la capacidad de
identificar los medios y tipos de lavado de activos,
las diferencias entre lavado de activos y financiación
del terrorismo, identificando los factores de riesgo,
las amenazas y las penalidades tipificadas en la ley.
● Saber ser: incentivar en el oficial de cumplimiento
valores como la honestidad, la ética, transparencia
para el desempeño de sus funciones.
● Saber convivir: los valores y conocimientos
adquiridos lograra la aplicación de la ley según el
tipo de delito sin dejarse llevar por la corrupción. g

Introducción Hace varias décadas, después de la década de los 80s las


políticas de buen gobierno han estado encaminadas hacia la
transparencia, eficiencia, eficacia y efectividad en todos los
procesos y por supuesto, en los negocios. Sin embargo, la
ausencia de los principios anteriormente mencionados se
constituye en obstáculos para el crecimiento, el desarrollo,
la competitividad, y el progreso de las compañías.
Los asuntos que abarca el buen gobierno tienen estrecha
relación con la vigilancia en la presentación de estados
financieros y así mismo todos los vacíos que quedan en
cuanto a la distribución de dividendos. Es por ello, que el
gobierno hace ya cerca de 2 décadas ha querido implementar
una herramienta con altos estándares internacionales que
permita mostrar cual debiese ser la manera correcta de
administración de las empresas. Y es aquí en donde la
prevención del lavado de activos y la financiación del
terrorismo toma fuerza y realiza su génesis en pro de una
buena practica mercantil y una política de buen gobierno
corporativo.
La necesidad de saber con quien estamos haciendo negocios
y de donde vienen los recursos del contratante se convierte
en el primer paso que se debe revisar en una relación en la
que las partes salgan beneficiadas.
Una de las razones por las que surge el crimen organizado es
por la expectativa de obtener dinero fácil en corto tiempo y
con el menor esfuerzo posible. Para que se pueda dar esta
dinámica de mercado, la delincuencia debe adoptar
mecanismos que le permitan eludir y generar impunidad en
el ejercicio de sus actividades.
Los delincuentes saben del papel que deben asumir las
autoridades y que el objetivo de ellos (autoridades) es la de
recaudar la evidencia de manera clara y suficiente para
poder identificar a los autores y así demostrar su
responsabilidad penal o de lo contrario estos quedarán
absueltos por completo, es allí, en donde ellos más trabajan
(delincuentes) en no dejar huella.
Entonces, aparece el lavado de activos como puente para
poder apariencia de legalidad a aquellos recursos de origen
ilícito al circulo económico legal; para tal fin, ellos se valen
de personas jurídicas que se encuentran legalmente
constituidas que tienen una hoja de ruta perfecta para
aparecer en esta órbita como intermediarios legales y allí se
cierra la transacción generando estos dineros de naturaleza
ilícita para darle apariencia de legalidad.

Justificación Hoy en día las políticas de buen gobierno están encaminadas


hacia la transparencia, esta a su vez se encuentra enmarcada
en el Decreto 612 de 2018, eso por eso que se hace
necesario apuntar a altos estándares de cumplimiento y por
supuesto contribuir con el país en temas de mitigación del
lavado de activos y financiación del terrorismo, de allí nace
la importancia de saber con quién se realizan
negociaciones , actos de comercio y de donde obtiene sus
recursos el contratante, lo que antes no era una preocupación
relevante. Actualmente, los negocios y las empresas están
expuestos al riesgo reputacional dado por las actividades
ilícitas del crimen organizado y de aquí la importancia de
establecer al interior de las empresas una herramienta acorde
que reduzca dicha posibilidad de impactar negativamente,
por ello la prevención es la herramienta más apropiada para
evitar dicho cometido.
Justamente en las actividades del crimen organizado, una
de las razones o causas que inducen al delito es
precisamente la expectativa de conseguir en corto tiempo,
con el mínimo esfuerzo posible, excelentes beneficios
lucrativos. Es por eso que, para alcanzar sus objetivos, la
delincuencia adaptar mecanismos que eviten las
consecuencias (en caso tal de que las cosas salgan como no
lo esperan) y que además de salir como tienen las cosas
planeadas, estás queden tan bien hechas que garanticen su
completa impunidad. Si pensamos como delincuentes,
entonces Cual es el plus de los delincuentes, este será el no
dejar huellas, evidencias que los, identificar los autores del
crimen es por lo que su trabajo lo hacen con dedicación,
afortunadamente, tenemos personal especializado que se
encarga de encontrar y recaudar la evidencia suficiente para
identificar los autores del crimen, así poder demostrar su
responsabilidad penal.
Es por eso, que los delincuentes dan apariencia de
legalidad al dinero, creando una actividad económica,
una sociedad comercial o en general cualquier negocio
que justifique su tenencia, posesión o propiedad, esto
conocido como la fase de integración.
Es por ello, que la exigencia legal en la mayoría de los
países en implementar un sistema contra el Lavado de
activos y la financiación del terrorismo ya sea
SARLAFT, SIPLAFT.
De aquí nace la necesidad, de formar capital humano con
competencias altas, con altos estándares de conocimiento en
temas LA/FT que sirvan de puente entre la academia y el
sector real, con el fin de aunar esfuerzos para mitigar este
flagelo que no solo afecta al país sino al mundo entero y
poder reducir significativamente estas formas de
legalización de dinero y trabajar en la procura del
mejoramiento de la imagen reputacional del país
Estudio de caso Estructure los estudios de casos que utilizará para el
desarrollo del módulo, si aplica.
Unidades de aprendizaje Unidad de aprendizaje 1. Génesis y Contexto de los delitos
(índice temático) de LA y FT

Se debe definir el contenido Tema 1. Conceptualización sobre el Lavado de


temático del curso/módulo Activos, terrorismo y Financiación del Terrorismo.
por unidades de aprendizaje,
temas, subtemas. 1.1. Que es el lavado de activos.
1.2. Que es el financiamiento del terrorismo.
¿Qué es una unidad de 1.3. Diferencias entre el lavado de activos y financiación
aprendizaje? del terrorismo.
1.4. Modalidades y tipos de lavados de activos.
Secuencia de elementos que
se organizan en torno a un Tema 2. Hermenéutica y Legislación internacional
tema eje y responde a los ALA/CFT
intereses o necesidades de
los estudiantes. 2.1.Marco jurídico prevención de lavado de activos y
financiación del terrorismo.
2.2.¿Qué significa ALA/CFT y que finalidad tiene?
2.3.CONPES 4042
2.4.Tácticas de prevención, control, detección y
represión del lavado de activos y financiación del
terrorismo.

Tema 3. 40 + 9 recomendaciones GAFI y el papel de las


Unidades de Información y Análisis Financiero UIAF en
el mundo
3.1. Que es el GAFI y cuál es su función.
3.2. 40 recomendaciones del GAFI.
3.3. Actuaciones del GAFI y otras organizaciones
asimiladas

Tema 4. Tipificación de los delitos de LA y FT desde la


óptica jurídica
4.1. Marco general.
4.2. Enriquecimiento ilícito.
4.3. Narcotráfico.
4.4. Terrorismo.
4.5. Blanqueo de capitales y principio de lesividad.
4.6. Fases del proceso de blanqueo.

Unidad de aprendizaje 2. Metodología para gestión del


riesgo de lavado de activos y financiación del terrorismo.

Tema 1. Cultura del Buen Gobierno Corporativo y


Compliance

1.1. Régimen Jurídico Colombiano contra el LA y FT


1.2. Sistema de administración del riesgo de lavado de
activos y financiación del terrorismo (SARLA/FT)
1.3. Facultades y responsabilidades de las autoridades
competentes y otras medidas institucionales.
1.4. Lista Clinton alcances y características.

Tema 2. Impacto del LA/FT en el sector financiero y


empresarial.

2.1. Lavado de activos en economías emergentes e


informales
2.2. Prevención del lavado de activos en el sector
empresarial
2.3. Señales de alerta para las industrias del sector
financiero
2.4. Amenazas, prevención y control del LA/FT en las
empresas.

Tema 3. Diseño e implementación de los sistemas de


gestión del riesgo de LA y FT

3.1. Órganos de control interno.


3.2. La Convención de Viena de 1988.
3.3. Identificación e implementación del SIPLA/FT y
SARLA/ FT.

Tema 4. Estándares internacionales en materia de


protección

4.1. Cooperación internacional


4.2. Regulación y supervisión de instituciones financieras

Unidad de aprendizaje 3. Oficial de Cumplimiento y


Debida Diligencia

Tema 1. Competencias del Oficial de Cumplimiento.

1.1. Que es un oficial de cumplimiento.


1.2. Funciones y Responsabilidades
1.3. Debida Diligencia y Beneficiario Final
1.4. Programas de Transparencia y Ética Empresarial
PTEE

Evaluación CUESTIONARIO SOBRE LA y FT


Responda a cada una de las siguientes preguntas indicando
si la afirmación es verdadera (v) o falsa (f), marcando una
“X” en la casilla indicada para tales fines.

1. Se entiende por Lavado de Activos el que directa o


indirectamente provea, recolecte, entregue, reciba,
administre, aporte, custodie o guarde fondos, bienes o
recursos, o realice cualquier acto que promueva, organice,
apoye, mantenga, financie o sostenga económicamente a
grupos de delincuencia organizada, grupos armados al
margen de la ley o a sus integrantes, o a grupos terroristas
nacionales o extranjeros, o a terroristas. V ( ) F ( x ).

2. Se entiende por Terrorismo todo aquel que provoque


o mantenga en estado de zozobra o terror a la población o a
un sector de ella, mediante actos que pongan en peligro la
vida, la integridad física o la libertad de las personas o las
edificaciones o medios de comunicación, transporte,
procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas motrices,
valiéndose de medios capaces de causar estragos.
V ( x ) F ( ).

3. Se entiende por Financiación del Terrorismo el que


adquiera, resguarde, invierta, transporte, transforme,
almacene conserve, custodie o administre bienes que tengan
su origen mediato o inmediato en actividades de tráfico de
migrantes, trata de personas, extorsión enriquecimiento
ilícito, secuestro extorsivo, rebelión, tráfico de armas, tráfico
de menores de edad, financiación del terrorismo y
administración de recursos relacionados con actividades
terroristas, tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o
sustancias psicotrópicas, delitos contra el sistema financiero,
delitos contra la administración pública, o vinculados con el
productos de delitos ejecutados bajo concierto para delinquir
, o les dé a los bienes provenientes de dichas actividades
apariencia de legalidad o los legalice, oculte o encubra la
verdadera naturaleza, origen, ubicación, destino,
movimiento o derecho sobre tales bienes o realice cualquier
otro acto para ocultar o encubrir su origen ilícito.
V ( ) F ( x ).

4. Las 40+9 recomendaciones para luchar contra los


delitos de lavado de activos y la financiación del terrorismo
fueron creadas por el Comité de Supervisión de Basilea en
1970. V ( ) F ( x ).

5. El Grupo Egmont es un organismo internacional que


reúne a las Unidades de Inteligencia Financiera del mundo
que facilita el intercambio de información para combatir el
lavado de Activos y la Financiación del Terrorismo.
V ( x ) F ( ).

6. La UIAF es el órgano de inteligencia del país, fue


creada por la Ley 526 de 1999 y reglamentada por el
Decreto compilatorio 1068 de 2015, con el fin de prevenir,
detectar y luchar contra el Lavado de Activos y la
Financiación del Terrorismo.
V ( x ) F ( ).
7. El artículo 10 de la Ley 526 de 1999 modificada por
la Ley 1121 de 2006, exime o exonera a las entidades de
control como la SuperSociedades, Superfinanciera,
Supervigilancia, etc.… y demás entidades de control
vigilancia e inspección, a supervisar a sus vigilados en
materia de lucha contra el lavado de Activos y la
Financiación del Terrorismo. V ( ) F ( x ).

8. Las fases o etapas de implementación de los sistemas


de gestión de riesgos de LA y FT son: Diagnóstico,
Recopilación de Información LAFT, Análisis Estadístico de
los Riesgos LAFT, Adopción de Controles, Monitoreo del
Sistema, Divulgación y Documentación. V( ) F(
x ).

9. Las fases o etapas de implementación de los sistemas


de gestión de riesgos de LA y FT son: Diagnóstico,
Identificación de Riesgos LAFT, Medición de Riesgos
LAFT, Adopción de Controles, Divulgación y
Documentación, Seguimiento y Monitoreo Continuo.
V ( x ) F ( ).

10. Operación inusual: Es aquella cuya cuantía o


características no guarda relación con la actividad
económica de los clientes, o que, por su monto, por las
cantidades transadas o por sus características particulares, se
salen de los parámetros de normalidad establecidos.
V ( x ) F ( ).

11. Operación intentada: Es aquella que por su número,


cantidad o características no se enmarca en los sistemas y
prácticas normales de los negocios, de una industria o de un
sector determinado y, además, que de acuerdo con los usos y
costumbres de la actividad que se trate no ha podido ser
razonablemente justificada. Estas operaciones tienen que ser
reportadas única y exclusivamente a la UIAF.
V ( ) F ( x ).

12. Operación intentada: Se configura cuando se tiene


conocimiento de la intención de una persona natural o
jurídica de realizar una operación sospechosa, pero no se
perfecciona por cuanto quien intenta llevarla a cabo desiste
de la misma o porque los controles establecidos o definidos
no permitieron realizarla. Estas operaciones tienen que ser
reportadas única y exclusivamente a la UIAF.
V ( x ) F ( ).

13. Operación sospechosa: Es aquella que por su


número, cantidad o características no se enmarca dentro de
los sistemas y prácticas normales de los negocios, de una
industria o de un sector determinado y, además, que de
acuerdo con los usos y costumbres de la actividad que se
trate no ha podido ser razonablemente justificada. Estas
operaciones tienen que ser reportadas única y
exclusivamente a la UIAF V ( x ) F ( ).

14. Las Tipologías de LA y FT son aquellas situaciones


que al ser analizadas se salen de los comportamientos
particulares de los clientes o del mercado, considerándose
atípicas y que, por tanto, requieren mayor análisis para
determinar si existe una posible operación de lavado de
activos o financiación del terrorismo.
V ( ) F ( x ).

15. Una Señal de Alerta es una descripción de los


métodos que utilizan los lavadores de activos o
financiadores del terrorismo para dar apariencia de legalidad
a los activos provenientes de actividades delictivas o para
canalizar recursos hacia la realización de actividades
terroristas. V ( ) F ( x ).

16. El Beneficiario Final se refiere a la(s) persona(s)


natural(es) que finalmente poseen o controlan a un cliente
y/o la persona natural en cuyo nombre se realiza una
transacción. V(x) F
( ).
Actividades interactivas  Arrastrar y soltar
● Sopa de letras

Glosario Lavado de activos: busca ocultar o disimular la naturaleza,


origen, ubicación, propiedad o control de dinero y/o bienes
obtenidos ilegalmente. Implica introducir en la economía
activos de procedencia ilícita, dándoles apariencia de
legalidad al valerse de actividades lícitas, lo que permite a
delincuentes y organizaciones criminales disfrazar el origen
ilegal de su producto, sin poner en peligro su fuente.
Financiación del terrorismo: está relacionada con los
fondos, bienes o recursos a los que acceden las
organizaciones terroristas o los terroristas para poder costear
sus actividades.
Antilavado de activos: es un sistema cuya finalidad de
prevenir, detectar, investigar y juzgar los fenómenos
asociados al lavado de activos
Contra la financiación del terrorismo: es un sistema cuya
finalidad de prevenir, detectar, investigar y juzgar los
fenómenos asociados a la financiación del terrorismo.
Reporte de Operaciones Sospechosas: constituye un
criterio orientador y no una prueba judicial para la Fiscalía
General de la Nación (FGN), no es un testimonio y no
genera ningún tipo de responsabilidad.
Ausencia del Reporte de Operaciones Sospechosas: Es un
reporte en el cual el oficial de Cumplimiento de una
empresa, organización o entidad certifica ente la UIAF que
al interior de dicha entidad no se presentó ninguna situación
sospechosa
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico: es una organización internacional cuya misión
es diseñar mejores políticas para una vida mejor. Su eje
central se basa en promover políticas que favorezcan la
prosperidad, la igualdad, las oportunidades y el bienestar
para todas las personas.
Unidad de Información y Análisis Financiero: es una
Unidad Administrativa Especial adscrita al Ministerio de
Hacienda y Crédito Público que tiene como objetivo
prevenir y detectar posibles operaciones de Lavado de
Activos y Financiación del en diferentes sectores de la
economía.
Oficial de Cumplimiento: es la persona encargada de
liderar la prevención el lavado de activos en una empresa u
organización.
Grupo de Acción Financiera: Es un ente
intergubernamental establecido en 1989 cuyo objetivo es
fijar estándares y promover la implementación efectiva de
medidas legales, regulatorias y operativas para combatir el
lavado de activos, el financiamiento del terrorismo y el
financiamiento de la proliferación de armas de destrucción
masiva, y otras amenazas a la integridad del sistema
financiero internacional.
Grupo de Acción Financiera del Caribe: es una
organización compuesta por veinticuatro Estados Miembros
en la Cuenca del Caribe, Centroamérica y Sudamérica que
han acordado implementar contramedidas comunes para
abordar el problema del Lavado de Activos
Grupo de Acción Financiera de Sudamérica: es una
organización intergubernamental de base regional que fue
creado a semejanza del Grupo de Acción Financiera contra
el Blanqueo de Capitales (GAFI), adhiriéndose a las 40
Recomendaciones emitidas por dicho Grupo como estándar
internacional contra el lavado de dinero y a las
Recomendaciones Especiales contra la financiación del
terrorismo.
Operaciones Inusuales: Las operaciones inusuales son
aquellas operaciones irregulares o extrañas, cuya cuantía o
características no guardan relación con la actividad
económica de las contrapartes o que, por su número,
cantidades transadas o particularidades, se salen de los
parámetros de normalidad establecidos para un rango de
mercado de un grupo de usuarios determinados. Las
operaciones sospechosas, además de la inusualidad, se
caracterizan porque la operación no puede ser
razonablemente justificada.
Sistema de Administración del Riesgo de lavado de
Activos y Financiación del Terrorismo: es un sistema
cual se debe implementar en las entidades de Colombia para
prevenir el riesgo del lavado de activos y financiamiento del
terrorismo.
Sistema Integral para la Prevención del Lavado de
Activos y la Financiación del Terrorismo: es un sistema
que se debe integrar en las pequeñas y medianas empresas
para mitigar las posibilidades de LA/FT.
Comisión Interamericana para el Control de Abusos de
Drogas: Es el órgano consultivo y asesor de la OEA sobre
el tema de drogas.

Organización de Estados Americanos: es el principal foro


regional para el diálogo, análisis de políticas y toma de
decisiones en asuntos del hemisferio.
Organización de Naciones Unidas: es una organización
internacional, la cual tiene dentro de sus objetivos centrales
mantener la paz y la seguridad internacional, centralizar y
armonizar los esfuerzos de las naciones para alcanzar sus
intereses comunes y fomentar las relaciones pacíficas entre
los Estados.

ABREVIATURAS
FT Financiación del terrorismo
ALA Antilavado de activos
CFT Contra la financiación del terrorismo
ROS Reporte de Operaciones Sospechosas
AROS Ausencia del Reporte de Operaciones Sospechosas
OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico
UIAF Unidad de Información y Análisis Financiero
PTEE Programas de Transparencia y Ética Empresarial
OF Oficial de Cumplimiento
GAFI Grupo de Acción Financiera
GAFIC Grupo de Acción Financiera del Caribe
GAFISUD Grupo de Acción Financiera de Sudamérica
OI Operaciones Inusuales
SARLAFT Sistema de Administración del Riesgo de lavado
de Activos y Financiación del Terrorismo
SIPLAFT Sistema Integral para la Prevención del Lavado de
Activos y la Financiación del Terrorismo
CICAD Comisión Interamericana para el Control de Abusos
de Drogas
OEA Organización de Estados Americanos
ONU Organización de Naciones Unidas
Bibliografía  Código Penal Colombiano [CP]. Ley 599 de 2000.
Arts. 323, 343 y 345. Julio 24 de 2000 (Colombia).
• FATF. International Standards on Combating Money
Laundering and the Financing of Terrorism & Proliferation,
FATF 2012 (Paris, France).
• UNODC. Guía para Colombia sobre el régimen
jurídico contra el terrorismo y su financiación. Primera
edición. Julio de 2014 (Bogotá, Colombia).
• Ley 526 de 1999. Por la cual se crea la Unidad de
Información y Análisis Financiero. Agosto 15 de 1999. DO
43667 (Colombia).
• NTC-ISO 31000:2018. ISO/TC 262.
Administración/Gestión de Riesgos – Lineamientos guía.
Segunda Edición. 2018.
• GAFILAT. Recopilación de Tipologías Regionales
2009 – 2016 (Argentina).
•https://www.supersociedades.gov.co/nuestra_entidad/
normatividad/SitesPages/Circulares.aspx.
• Circular Externa No. 100-000016 [Superintendencia
de Sociedades]. Modificación integral al Capítulo X de la
Circular Básica Jurídica de 2017. 24 de diciembre de 2020.

Unidad de aprendizaje 1.

Génesis y Contexto de los delitos de LA y FT

El LA / FT es un problema complejo, que genera un impacto económico negativo tanto a


nivel nacional como internacional, debido al carácter global de esta actividad ilícita. Por lo
que, para enfrentarla, se requieren directrices universales y cooperación internacional que
limite la capacidad de los delincuentes de lavar sus ganancias y llevar a cabo sus
actividades ilegales. Por lo tanto, muchas organizaciones y leyes que enfrentan esta
tipología criminal han sido creadas y continúan siendo creadas en aras de enfrentar dicho
flagelo que empobrece las naciones y permea con corrupción a los entes gubernamentales
de las naciones. A lo largo de las últimas décadas se ha presenciado un cambio importante
de paradigma en el Derecho Penal, algunos círculos académicos denominan este cambio:
“la expansión del Derecho Penal”, y le atribuyen importantes manifestaciones como la
creación de nuevos bienes jurídicos y de nuevos delitos, el aumento generalizado de las
penas, la flexibilización de los criterios para la atribución de responsabilidad penal y la
disminución de ciertas garantías procesales. El Lavado de Activos (LA) y la Financiación
del Terrorismo (FT), han tomado gran relevancia a nivel nacional e internacional, debido al
impacto social y económico que su materialización implica, ya que son delitos que
promueven el crecimiento y el fortalecimiento de las instituciones criminales altamente
organizadas, al facilitar el uso de instituciones u organizaciones legales para dar apariencia
de legalidad a dineros provenientes de actividades delictivas, perjudicando así el sector
mercantil a causa de los riesgos asociados propios del LA/FT tales como el riesgo
reputacional, de contagio, legal y operativo. Además, es un tema que el sector académico,
ha dejado a un lado a pesar del impacto negativo que tiene en sus diferentes niveles.

La expansión del Derecho Penal resulta en sí misma interesante, no sólo por sus
manifestaciones sino también por sus causas, la globalización económica, el desarrollo de
los medios de comunicación y de transporte, el avanzado proceso de tecnificación de
diversos ámbitos de la vida diaria y otras tantas características de nuestra sociedad actual
pueden ayudar a explicar ese fenómeno, un sector de la sociología contemporánea ha
calificado acertadamente nuestra sociedad actual, como una “sociedad del riesgo”. Una
sociedad que, gracias al mejoramiento de su capacidad para comprender los fenómenos, ha
desarrollado la habilidad de identificar las causas de los sucesos, a predecir los eventos
desafortunados y hasta cierto punto, a prevenirlos. Esta preocupación por identificar y
prevenir la realización de riesgos es evidente en prácticamente todas las áreas del
conocimiento y resulta esencial para entender el cambio de paradigma que venimos
presenciando: el aumento de nuestro conocimiento y, por consiguiente, de nuestra
sensibilidad frente a los diversos riesgos a los que estamos expuestos, la preocupación por
la ineficacia del Derecho Penal, sumada al exacerbado sentimiento de inseguridad desatado
en la última década por el crecimiento de la amenaza terrorista en los países desarrollados,
impuso la necesidad de redefinir la política criminal: el Estado ya no puede esperar la
lesión de los bienes jurídicos para recurrir al Derecho Penal, sino es necesario aplicar el
conocimiento en materia de prevención de riesgos para producir un adelantamiento en la
esfera de protección de los bienes jurídicos. De esta manera se produjo un vertiginoso
avance en la política criminal moderna, que pasó de estar enfocada en la represión del
delito a poner el acento en la prevención. Por supuesto, la política no podía ser ajena a esta
realidad, y mucho menos la política criminal. Durante años se sostuvo que como el Estado
tiene la obligación de proteger la vida, honra, bienes y creencias de los ciudadanos, la única
finalidad legítima que puede tener el Derecho Penal en el marco de un Estado social y
democrático de Derecho es la protección de los bienes jurídicos. Sin embargo, al amparo
del principio de lesividad, la facultad sancionadora del Estado sólo se activaba cuando el
bien jurídico ya había sido lesionado, porque se consideraba que sólo entonces la
imposición de una pena resultaba legítima. Esta circunstancia sustentó durante años el
cuestionamiento de que el Derecho Penal siempre llegaba tarde a cumplir su función, y que
por lo tanto no la cumplía verdaderamente, en tanto que la imposición de la pena tenía un
valor más simbólico que real a la hora de proteger los bienes jurídicos lesionados: la pena
no devuelve la vida, la salud, la honra o la libertad arrebatadas con el delito.

Colombia ha avanzado enormemente en los últimos años en la lucha contra el fenómeno del
terrorismo. El éxito de sus políticas en materia de seguridad y de lucha contra el terrorismo
y sus amenazas relacionadas, es puesto como un ejemplo a seguir y forma parte de una
política de cooperación internacional en materia de seguridad crecientemente apreciada, no
obstante, es necesario seguir avanzando en la lucha contra este flagelo tanto a nivel
internacional, como a nivel interno de todos los Estados que compartimos valores y
principios democráticos, así como en el fortalecimiento de un enfoque común en la lucha
contra el fenómeno terrorista y su financiación. Entre los avances logrados, destaca sin
duda la aprobación en 2006 de la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el
Terrorismo, estrategia que se fundamenta en cuatro pilares: hacer frente a las condiciones
que propician la propagación del terrorismo; impulsar medidas para prevenir y combatir el
terrorismo; aumentar la capacidad de los Estados para prevenir el terrorismo y luchar contra
él; y asegurar el respeto de los derechos humanos para todos y el imperio de la ley en la
lucha contra el terrorismo. Asimismo, en el marco del trabajo desarrollado por la Oficina de
las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), se ha creado la Subdivisión de
Prevención del Terrorismo, centrada en la promoción de ratificaciones por parte de los
Estados miembros de los instrumentos internacionales en la materia, la formación de jueces
y fiscales, o el fomento de la cooperación legal y judicial entre los Estados (entre otras
iniciativas).

Tema 1. Conceptualización sobre el Lavado de Activos, terrorismo y Financiación del


Terrorismo.

Sin duda, la mayor parte de los ciudadanos identifica el lavado de activos con la idea de
delito y, más concretamente, con el tratamiento penal de las finanzas relacionadas con el
crimen organizado y la corrupción. La amenaza penal es popular. En general, impacta
favorablemente entre la mayoría de sociedad porque todo el mundo piensa que hay que ser
duro con los infractores y que la cárcel “es cosa de otros”. Sin embargo, todos sabemos que
el Estado se encuentra sometido a límites constitucionales que le impiden desplegar su
potestad punitiva a discreción. En lo que respecta a la Ley Penal Colombiana, el LA es
clasificado como un delito, pues es el artilugio utilizado por los transgresores para
proporcionar una fachada de legalidad a aquellos dineros producidos de forma ilegal,
convirtiéndose en un problema importante que perjudica grandemente los mercados
financieros alrededor del planeta, ya que por medio de él las organizaciones delictivas
acceden a los sectores económicos legales ocultando sus ganancias, lo cual desfigura los
resultados de las actividades financieras, comerciales del sector real y empresariales
legales, originando procesos de corrupción. A nivel económico, estas actividades
representan un ingreso relevante en cualquier sistema formal, ya que diariamente
introducen en la economía grandes cantidades de dinero, el cual se convierte en impulsor de
muchas otras operaciones a nivel legal e ilegal, situación que afecta directamente el
comportamiento de los indicadores macroeconómicos, a lo que se le suma el perjuicio
ocasionado por el hecho de financiar actividades del narcotráfico y el terrorismo. El
Derecho Penal debe ser el último recurso y a él sólo se debe acudir cuando sea
verdaderamente imprescindible; cuando otros medios de control menos agresivos se revelen
ineficaces. Y ello no deber ser así sólo por el –insoslayable– respeto a las garantías
fundamentales, sino también por razones de eficacia, de orden práctico: como la economía,
también el ius puniendi puede verse afectado por el virus de la inflación, de modo que un
desmedido uso del castigo criminal devaluará su significado, permitiendo que los miembros
de la comunidad no encuentren demasiadas razones para respetarla. Si, además, nos
centramos en el terreno que aborda la presente obra, debemos partir de la idea de que la
mejor manera de construir un buen Derecho Penal económico es, precisamente, haciendo
economía del Derecho Penal. En el marco del control del lavado de activos, sabemos que la
frontera que existe entre el Derecho Administrativo y el Derecho Penal no deriva del
establecimiento de límites cuantitativos, sino de un reparto de misiones cualitativamente
diferenciadas. El Derecho Penal debe castigar a quienes blanqueen fondos de origen
delictivo, pero al Derecho Administrativo le está encomendada la tarea de hacer lo posible
para que tales actos de blanqueo no lleguen a tener lugar; debe anticiparse al reciclaje de
fondos de procedencia ilícita e, imponiendo obligaciones previas de control, cumplir con el
consejo que Cesare Beccaria defendía hace ya dos siglos y medio: “es mejor evitar los
delitos que castigarlos”. En nuestra normatividad penal, la tipificación del delito de
financiación del terrorismo, no ha resultado del todo garantía para el correcto
enjuiciamiento de miembros de células terroristas o de integrantes de grupos armados al
margen de la ley y que pueda efectivamente llevar a la desarticulación de las mismas, por
cuanto se ha evidenciado, por un lado, que en muchas ocasiones los miembros de estos
grupos son enjuiciados y condenados bajo otros delitos, tales como el de concierto para
delinquir, que no demuestran la magnitud del daño que se pretende controlar o, por otro
lado, porque se han presentado dificultades en materia probatoria, bien sea por lo complejo
que resulta demostrar la comisión del delito, o ya porque resulta necesario mejorar la
capacidad, conocimiento y experiencia de los funcionarios involucrados en las actividades
investigativas (fiscales, investigadores, peritos, policía judicial y jueces).

1.1. Que es el lavado de activos.

El lavado de activos es una figura o maniobra mediante la cual que busca darle apariencia
de legalidad a unos dineros de origen ilegal, los delincuentes mediante el movimiento de
activos y dinero buscan crear esa apariencia legal de sus ganancias, o por lo menos buscan
que sea difícil seguir o rastrear el origen ilícito de sus ganancias. Cuando se habla de dinero
ilícito no sólo se habla de dinero proveniente del narcotráfico, se incluye también el dinero
proveniente de actividades como la extorsión, el secuestro, el proveniente de la trata de
personas, tráfico de armas, la corrupción pública y privada, y demás actividades
consideradas como delito penal por nuestra legislación. El lavado de activos incluye
aspectos como adquirir, custodiar, invertir, transformar, transportar o comercializar bienes
o dinero ilícitos; sin saberlo cualquier persona puede participar en cualquiera de esas
actividades. Por ejemplo, se puede incurrir en el delito de lavados de activos cuando
aceptamos comprar un apartamento a nuestro nombre con dinero de un primo, primo que
obtuvo ese dinero de forma ilícita. Es posible que no se tenga ni idea que el primo esté
involucrado en actividades ilícitas, lo cual es una razón para ser muy cuidadosos a la hora
de prestar el nombre para actuar en nombre de terceros. Igual sucede si prestamos nuestra
cuenta bancaria para que un señor de cualquier lugar le consigne una plata a nuestro vecino
por la venta de un carro, o por lo que sea. Si esa plata resultare de origen ilegal, estaríamos
incurriendo en el delito de lavado de activos, y todo esto lo podemos hacer sin conocer la
ilegalidad que hay de fondo; de hecho, lo podemos hacer con muy buena intención. Existe
infinidad de prácticas y estrategias para lavar dinero ilícito, y todas pasan por hacer
negocios o prácticas licitas, pues se trata precisamente de convertir un dinero de origen
ilegal en uno con apariencia legal. Por ejemplo, quien tiene un dinero ilegal monta una
comercializadora que vende productos a bajo precio, lo que le permite hacer pasar el dinero
ilícito como una ganancia o utilidad producto de las ventas de su comercializadora. Es muy
común importar productos de consumo masivo para vender a precios bajos, o montar
negocios de ventas al detal como supermercados donde se vende a precios bajos, cuyo
objetivo no es ganar dinero sino lavarlo.

Otra forma de lavar dinero es invirtiendo el dinero ilícito en obras de construcción, como
viviendas, edificios, donde trabajan a pérdida o a bajo costo, y lo que pierdan lo compensan
con el dinero ilícito que lo canalizan por medio de sus inversiones. Se mueve dinero ilícito
también en productos suntuosos como obras de arte, promocionando artistas, conciertos, en
fin, cualquier evento masivo que por lo general se trabaja a muy bajo costo, a fin de dejar
un margen para introducir el dinero ilícito, se suele utilizar también los llamados
testaferros, de manera que el dinero y las propiedades se distribuyen entre terceros en
montos bajos que no llamen la atención, para que a simple vista no sea evidente un
enriquecimiento súbito y desproporcionado que llame a la atención de las autoridades.
Existen mecanismos mucho más sofisticados que implican operaciones internacionales de
comercio y financiación; operación es criptomonedas, Forex, inversiones en bolsa, etc., que
se hacen muy difíciles de rastrear. El lavado de activos como delito está tipificado en el
artículo 323 del código penal colombiano, que contempla una pena de cárcel entre 10 y 30
años, Se incurre en el delito de lavado de activos cuando se adquiera, resguarde, invierta,
transporte, transforme, almacene, conserve, custodie o administre bienes que tengan su
origen mediato o inmediato en las actividades ilegales, y quien ayuda en su gestión,
administración, ocultamiento o le dé apariencia de legalidad, está incurriendo en el delito
de lavado de activos.

1.2. Que es el financiamiento del terrorismo.

Consiste en la aportación, financiación o recaudación de recursos o fondos económicos que


tengan como fin provocar alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de
ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad para que tome una
determinación. El tipo penal de Financiamiento al Terrorismo está contemplado en los
artículos 139 y 148 Bis del Código Penal Federal. Los delitos de financiamiento del
terrorismo deben extenderse a toda persona que, deliberadamente, suministra o recolecta
fondos u otros activos por cualquier medio, directa o indirectamente, con la intención ilícita
de que éstos sean utilizados, o sabiendo que éstos van a ser utilizados, en su totalidad o en
parte para: realizar un acto terrorista, por una organización terrorista o por un terrorista
individual. El financiamiento al terrorismo incluye la financiación del viaje que hacen
individuos a un Estado distinto de sus Estados de residencia o nacionalidad con el objetivo
de perpetrar, planear, preparar o participar en actos terroristas o proveer o recibir
entrenamiento terrorista. La tipificación del financiamiento del terrorismo únicamente sobre
la base de la instigación, el intento o la conspiración, no es suficiente para cumplir con esta
Recomendación. Los delitos de financiamiento del terrorismo deben extenderse a cualquier
fondo u otros activos, procedan de una fuente legítima o ilegítima, los delitos de
financiamiento del terrorismo no deben exigir que los fondos u otros activos, hayan sido
realmente utilizados para realizar un acto terrorista o intentar un acto terrorista; o que estén
ligados a un acto terrorista específico. Los países deben asegurar que la intención y el
conocimiento requeridos para probar el delito de financiamiento del terrorismo se puedan
inferir a partir de circunstancias fácticas objetivas, sanciones penales eficaces,
proporcionales y disuasivas deberán ser aplicadas a personas naturales condenadas por
financiamiento del terrorismo y debe aplicarse a las personas jurídicas responsabilidad y
sanciones penales, y, cuando ello no sea posible debe aplicarse la responsabilidad y
sanciones civiles o administrativas. Esto no debe impedir procesos paralelos penales,
civiles o administrativos con respecto a las personas jurídicas en países en los que se
dispone de más de una forma de responsabilidad. Estas medidas no deben ir en perjuicio de
la responsabilidad penal de las personas naturales. Todas las sanciones deben ser eficaces,
proporcionales y disuasivas.

1.3. Diferencias entre el lavado de activos y financiación del terrorismo.

En los últimos años se han impulsado propuestas tendientes a neutralizar las organizaciones
criminales mediante la intercepción de sus vías de financiación. En ese sentido, primero se
identificó al delito de lavado de dinero y, posteriormente, al del financiamiento al
terrorismo como herramientas importantes para conseguir ese fin. Los dos fenómenos
coinciden en gran medida al idear su marco preventivo en torno al principio general de
“conozca a su cliente” por parte de las entidades financieras y no financieras. La gran
diferencia estriba en que con el lavado de dinero es importante investigar el origen de los
fondos, mientras que, con el análisis del financiamiento del terrorismo, es esencial
identificar el destino del dinero. Finalmente, el financiamiento al terrorismo puede ocurrir
con bienes lícitos o ilícitos, mientras que para el lavado de dinero el origen de éste es
siempre ilícito.

La expresión lavar dinero constituye una acción ilegal que produce beneficios económicos
ilícitos. Por tanto, la principal motivación del blanqueo de capitales consiste en lucrarse de
las actividades criminales. Por su parte, el financiamiento del terrorismo se refiere a una
acción futura ilegal: no se trata de esconder el origen de fondos producidos por acciones
ilegales pasadas ni de disfrutar en el futuro de las ganancias, sino de recaudar dinero de
cualquier manera, legal o ilegal, para realizar actos terroristas en un futuro próximo. Por
eso, la motivación de la financiación del terrorismo es más ideológica que lucrativa.
Las etapas del lavado de activos se entienden como un proceso por medio del cual se
integran recursos ilegales en el sistema financiero. Ese dinero se incorpora a la economía
formal a través de movimientos múltiples: compra de empresas fachada, inversión en
inmuebles o proyectos comerciales. De esta manera, los narcotraficantes burlan a las
autoridades y disfrutan de los beneficios de sus acciones criminales. Por eso, su intención
principal es ocultar dinero ilícito con el único fin de producir más dinero.  Entre tanto, la
financiación del terrorismo no busca esconder dinero producido de forma ilícita, sino
encontrar recursos para financiar hechos criminales que pretenden intimidar a un Estado o a
una población a través del miedo, de la violencia y de la coacción.

La principal diferencia entre lavado de dinero y la financiación del terrorismo es el origen


de los fondos, por un lado, el financiamiento del terrorismo consiste en la colecta de
capital para llevar a cabo actividades terroristas. Por su parte, el lavado de dinero se refiere
a un proceso que utiliza un criminal para aparentar la legalidad de sus recursos ilícitos. Así,
la financiación del terrorismo utiliza el recaudo de dinero con propósitos políticos ilegales,
pero la fuente de esos recursos no necesariamente es ilegal. Los terroristas pueden obtener
financiación a través de patrocinadores gubernamentales, contribuciones asociativas,
donaciones e incluso ejerciendo actividades comerciales legítimas. Por supuesto, también
se apoyan en negocios ilegales, como el crimen organizado, el contrabando o la evasión. En
contraste, el lavado de dinero siempre implica una fuente ilegal de recursos, pues su
intención no es el recaudo sino la acumulación. Con base en lo anterior, puede concluirse
que el ciclo de vida de uno y otro tampoco es el mismo. El del lavado de activos opera de
manera cíclica: el dinero que recauda el narcotráfico se introduce a la economía, se oculta
en diversas transacciones y luego se reincorpora al sistema financiero. Ese dinero, una vez
tenga apariencia de legítimo, se reutiliza para financiar nuevas acciones ilegales que ayuden
a generar más dinero ilícito, con lo cual se repite el mismo proceso de "blanqueamiento".

En la financiación del terrorismo el ciclo de vida es lineal:  se consiguen los fondos, estos
se colocan en el sistema económico, se ocultan y se integran al sistema financiero con el fin
de que luego sean usados con fines terroristas. Es decir, que los recursos no necesariamente
se reinvierten para generar mayores ganancias, sino para utilizarlos prácticamente en las
actividades de la organización. Y si bien estos dos fenómenos se diferencian en muchas
formas, a menudo se concretan a través de las mismas vulnerabilidades del sistema
financiero.  Tanto los terroristas como los narcotraficantes usan técnicas de anonimato para
evadir la atención de las autoridades y para proteger la identidad de sus patrocinadores o
beneficiarios. De cualquier forma, las transacciones asociadas con la financiación del
terrorismo tienden a llevarse a cabo en pequeñas cantidades. Por eso, cuando los terroristas
recaudan dinero de fuentes legítimas, el rastreo del origen de estos recursos se hace muy
difícil. Sin embargo, existe un conjunto de buenas prácticas de prevención de lavado de
activos y de la financiación del terrorismo, como la segmentación de clientes, el registro de
clientes o la gestión de operaciones inusuales que permiten controlar y monitorear cualquier
transacción sospechosa.
1.4. Modalidades y tipos de lavados de activos.

Entre los tipos y modalidades del LA se encuentran:

 Exportaciones ficticias de servicios. Es la exportación ficticia de servicios cuyo


valor comercial en el mercado internacional son de difícil verificación dado su
carácter de intangible. En este una empresa que se desarrolla en un contexto
geográfico determinado, desarrolla su objeto social, ofreciendo la prestación de un
servicio con opción exportadora, para lo cual realiza un acuerdo ficticio con un
segundo cómplice que puede ser una persona natural o jurídica, que tiene por
ubicación un punto x en el exterior; de esta manera, la empresa simula la
exportación del producto o servicio cumpliendo figuradamente con los requisitos
exigidos por la ley para este efecto; posteriormente, el contratante del servicio
ordena el pago a favor de la empresa, la cual emplea a la vez estos recursos para
pagos que no corresponden a la actividad comercial del objeto social.
 Exportación o importación ficticia de bienes. En este tipo se pueden dar varias
situaciones como : bienes sobrevalorados donde las unidades exportadas son
menores que las cantidades declaradas, la declaración de un bien específico, es
cuando se realiza el envío de una mercancía con características físicas similares,
pero que en realidad tiene un valor inferior, que se oculten dentro de la mercancías
de bajo valor; que el valor sea superior al declarado, que se haga el proceso de
exportación pero que los bienes nunca salgan del país, y bienes de contrabando Se
desarrolla cuando una empresa nacional ofrece a otro país uno o más bienes para la
venta, para esto realiza un contrato con una persona natural o jurídica que es
considerada como cómplice en el exterior, posteriormente la empresa simula la
exportación del bien cumpliendo aparentemente, con los requisitos establecidos en
la ley, por esto, la empresa recibe el pago, sin embargo la empresa utiliza los
recursos para pagos que usualmente no tienen correspondencia con la actividad,
estos pagos se realizan por medio de cheques y estos a su vez presentan endosos a
varias personas y son cobrados en efectivo.
 Inversión extranjera ficticia en una empresa nacional. El ingreso por concepto de
inversión extranjera ficticia a favor de una empresa nacional se hace bajo la figura
de respaldo económico de dicha empresa extranjera para desarrollar un proyecto en
el país, el cual, aparentemente le representará beneficios sobre su inversión
(Betancourt y Valderrama, 2012); en esta modalidad, la empresa nacional recibe de
una empresa extranjera el dinero a través de un intermediario; posterior a esto, la
empresa nacional, utiliza dichos recursos para realizar pagos a terceros y gira
cheques a nombre de varias personas, los cuales generalmente realizan endosos para
ser cobrados posteriormente en efectivo, presentándose así la concentración de
beneficiarios finales.
 Arbitraje Cambiario Internacional mediante el transporte de dinero ilícito. Este tipo
consiste en el aprovechamiento de la diferencia de precio que existe entre la tasa de
cambio oficial y el precio del dólar en el mercado libre, por lo que se crean cuentas
corrientes o de ahorros en otros países y se realizan retiros en moneda local a través
de las diferentes redes de cajeros. Es un proceso que consta de varias etapas como
son: Ingreso de divisas al país local: el dinero se origina en actividades ilícitas e
ingresa al país de forma clandestina, Adquisición de las divisas en el país local: son
compradas por personas naturales o jurídicas, cuyas actividades pueden ser legales o
ilegales, con dinero, que puede ser de origen lícito o ilícito, Transporte de las
divisas a un país extranjero: Las divisas en efectivo son transportadas a otro país, lo
cual se puede dar de forma legal cumpliendo con las normas legales aduaneras,
cambiarias y tributarias, o, por el contrario, se pueden transportar de manera
clandestina y al margen de la ley, Consignación de las divisas en el país extranjero:
Las divisas en efectivo son consignadas en un banco de otro país, lo cual se puede
realizar de acuerdo con las normas del país o ilegalmente, dependiendo de la manera
como ingresaron las divisas al país extranjero, Disposición del dinero en el país
local: Las divisas consignadas en las cuentas bancarias del país extranjero, son
convertidas en moneda local. Se puede realizar de manera legal, canalizadas a través
de los intermediarios financieros y utilizando mecanismos legítimos tanto del
mercado regulado como del mercado libre; o por medio del uso de cajeros
electrónicos con múltiples tarjetas electrónicas, cuyos titulares posiblemente están
siendo suplantados o han “prestado” sus nombres para efectuar el retiro del dinero
en efectivo.

Tema 2. Hermenéutica y Legislación internacional ALA/CFT.

Los instrumentos internacionales referidos, junto con las resoluciones del Consejo de
Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, componen el cuerpo jurídico
internacional del cual surge para Colombia la obligación de combatir el terrorismo y la
financiación del terrorismo en sus diversas manifestaciones, así como tipificar de manera
específica los comportamientos que en el ámbito internacional se consideran constitutivos
de tales fenómenos criminales. De los instrumentos internacionales ratificados por
Colombia, ocho asignan la obligación de reprimir los delitos definidos en el texto de cada
instrumento; mientras que el Convenio sobre las infracciones y otros actos cometidos a
bordo de las aeronaves no contiene definición de delito alguno y se limita a indicar la
adopción de medidas de diversa naturaleza, orientadas a prevenir y combatir eficazmente
este flagelo. El delito de lavado de activos, a diferencia de los delitos más clásicos
(homicidio, robo, etc.), es de tardía aparición. Una de las primeras referencias
internacionales a este fenómeno la encontramos a finales de los años 70 del siglo pasado,
cuando el Consejo de Europa abordó los graves problemas que en el marco de los países
miembros planteaba el lavado de activos de origen delictivo. Esto llevó a la aprobación de
la Recomendación Nº R(80)10 del Comité de Ministros del Consejo de Europa de 27 de
junio de 1980. Las recomendaciones dirigidas a sus Estados miembros tienen como
objetivo garantizar que el sistema bancario colabore y preste asistencia a las autoridades
judiciales y policiales en la lucha contra el lavado de activos, en diciembre de 1988, el
Comité de Basilea sobre Reglas y Prácticas de Control de las Operaciones Bancarias
promulgó una declaración de principios urgiendo a los bancos y otras instituciones
financieras a tomar medidas para impedir que puedan ser utilizados para el lavado de
activos. Estas medidas incluyen: obtener información sobre la identidad de sus clientes,
adoptar medidas para averiguar la verdadera titularidad de las cuentas y bienes, rechazar la
realización de negocios con clientes que se nieguen a proporcionar información sobre su
identidad y a cooperar con las autoridades, rechazar la realización de transacciones
sospechosas, y adoptar acciones legales apropiadas en respuesta a las transacciones
sospechosas. Las normas de prevención del lavado de activos tienen su origen, en los
Estados Unidos de América. De allí pasaron al ámbito internacional, siendo su expresión
más elaborada la expresada en las 40 Recomendaciones del Grupo de Acción Financiera
Internacional (GAFI) del año 1990, que han sido modificadas en 2012. Estas
recomendaciones constituyen el modelo a seguir en materia de lavado de activos. Tras los
ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el GAFI publicó otras nueve
recomendaciones centradas en la lucha contra la financiación del terrorismo.

2.1. Marco jurídico prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo.

La prevención del riesgo de lavado de activos en la actividad comercial es una política de


buenas prácticas comerciales, imprescindible en el mundo globalizado y de indiscutible
incorporación en el código de buena conducta de los empresarios y comerciantes. El trabajo
que se aborda no constituye una revisión de los aspectos jurídicos de la norma penal, sino
de aquellos administrativos y de orden comercial que le dan sustento, en cuanto su debido
cumplimiento evita el riesgo de exposición a una investigación criminal por conductas
activas o de omisión, que pueden sancionarse en atención a la posición de garante que
asumen los empresarios o comerciantes, por los cursos de acción o de peligro que se
ocasionen cuando debiendo haber observado un régimen preventivo, no lo hacen de manera
consciente o por omisión del deber objetivo de cuidado. Igualmente, contiene
recomendaciones importantes para iniciar un proceso preventivo en las empresas no
vigiladas por las autoridades de supervisión y control, que conduzca a edificar una cultura
de precaución y de administración del riesgo de lavado de activos. En el marco teórico
asumimos como concepto fundamental, que el lavado de activos es el proceso delictivo de
ocultamiento de activos o de recursos provenientes de actividades ilegales y los
subsiguientes actos de simulación para darles apariencia de legalidad y ocultar su origen, tal
como ya se había señalado supra. Inicialmente se asoció el fenómeno del lavado de activos
al tráfico ilícito de sustancias estupefacientes o sicotrópicas, por cuanto la Convención de
Viena de 1988 contra el narcotráfico, obligaba a los países miembros a la tipificación
autónoma de este delito en sus legislaciones internas, sin embargo, es una actividad propia
de la delincuencia organizada, que extiende sus alcances a otras modalidades como el
tráfico de insumos químicos, de órganos humanos, de inmigrantes, de materiales nucleares,
a la trata de personas, el contrabando, la corrupción, el secuestro, el terrorismo, la
extorsión. Se puede decir que todo organismo internacional que tenga entre sus cometidos
temas financieros y/o penales se ha involucrado en la lucha contra el lavado de activos,
normalmente porque política y burocráticamente no puede permitirse el lujo de prescindir
de esta fuente de fondos, influencia y prestigio. Esto ha motivado la proliferación de
regulaciones contra el lavado de activos, leyes y reglamentos modelo, que proceden del
Fondo Monetario Internacional, las Naciones Unidas, la Organización de Estados
Americanos, etc.

2.2.¿Qué significa ALA/CFT y que finalidad tiene?

El Sistema Antilavado de Activos y Contra la Financiación del Terrorismo (ALA/CFT) es


el Sistema Nacional conformado por varios componentes que se coordinan entre sí para
generar una cadena de valor que redunde en información efectiva para los entes judiciales,
el propósito superior del sistema antilavado de activos y contra la financiación del
terrorismo (ALA/CFT) es proteger la economía nacional de la penetración de dineros de
origen ilícito y del contagio sectorial que dichos dineros pueden generar en contextos
turbulentos de convergencia criminal. Esa misión colectiva se despliega en cuatro fases:
prevención, detección, investigación y judicialización. En la primera etapa (prevención) se
encuentran las entidades de supervisión, encargadas de emitir los lineamientos para sus
supervisados en materia ALA/CFT y las áreas de cumplimiento (sujetos obligados a
reportar a la UIAF) a través de los Sistemas de Administración de Riesgos. Estos sistemas
se construyen a partir de la identificación, medición, control y monitoreo de los riesgos
inherentes al sector, por esa razón, cada SARLAFT o SIPLAFT es único y debe
configurarse desde el entendimiento de las particularidades y necesidades determinadas por
cada sector, subsector y actividad económica. No obstante, aunque cada sistema de
administración de riesgos tiene características propias, hace parte de un mismo sistema y de
una plataforma sobre la que se cimienta la primera fase del sistema ALA/CFT y toda la
cadena antilavado. En ese sentido, es necesario que todos los SARLAFT sean igualmente
robustos para que no existan vacíos o brechas (vulnerabilidades) que puedan perjudicar el
correcto funcionamiento del sistema ALA/CFT y de las diferentes actividades económicas.

2.3.CONPES 4042

Atendiendo los estándares internacionales del GAFI, el Consejo Nacional de Política


Económica y Social (CONPES), con el apoyo del DNP, la UIAF y 33 entidades del Sistema
Antilavado de Activos y contra el Financiamiento del Terrorismo de Colombia, aprobó el 9
de agosto de 2021 la nueva política pública antilavado de activos, contra el financiamiento
del terrorismo y contra el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción
masiva. El nuevo CONPES 4042 es una hoja de ruta para el fortalecimiento del Sistema
Nacional Antilavado de Activos y Contra la Financiación del Terrorismo que se
desarrollará entre los años 2021-2026.  El objetivo de la nueva política es mejorar la
efectividad del Sistema Nacional Antilavado de Activos y Contra la Financiación del
Terrorismo para prevenir, detectar, investigar y judicializar los fenómenos de Lavado de
Activos, Financiación del Terrorismo y Financiación de la Proliferación de Armas de
Destrucción Masiva, así como perseguir los activos producto de su comisión en escenarios
heterogéneos y cambiantes. Alcanzar este objetivo permitirá combatir con efectividad las
economías ilícitas y lograr el desmantelamiento de las organizaciones criminales.  Además,
el cumplimiento de las Recomendaciones del GAFI y el fortalecimiento del sistema
antilavado de Colombia contribuyen a mejorar la reputación del país ante la banca
multilateral, el GAFI, el Fondo Monetario Internacional y demás organismos
internacionales, generando un efecto positivo en la economía. Con la nueva política
Colombia traza una hoja de ruta que busca proteger la economía de la penetración de
dineros de origen ilícito y con ello, mejorar la inversión, el crecimiento, la generación de
empleo, fortalecer la seguridad y el bienestar.  La Política se basa en cuatro ejes:
Promoción del conocimiento permanente entre los actores del Sistema ALA/CFT para
generar mayores competencias, fortalecimiento del marco normativo del Sistema ALA/CFT
para adaptarlo a los estándares internacionales, fortalecimiento de la gestión de la
información del Sistema ALA/CFT, consolidación de procesos de coordinación y
cooperación entre los actores que conforman el sistema antilavado. El desarrollo de esta
nueva política se basa en tres diagnósticos muy importantes para el país: El Informe de
Evaluación Mutua del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT 2018). El
documento contiene los resultados de la evaluación al sistema antilavado de Colombia
realizada por el Fondo Monetario Internacional en el marco de la cuarta ronda de
Evaluaciones Mutuas del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica -GAFILAT. La
Evaluación se realizó con base en las 40 Recomendaciones del Grupo de Acción Financiera
Internacional (GAFI). El Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, concretamente en
el objetivo lucha contra el lavado de activos y el financiamiento de la criminalidad.  La
Evaluación Nacional de Riesgo de lavado de activos y financiación del terrorismo de
(ENR) 2019. Colombia desarrolló la ENR 2019 atendiendo la recomendación del GAFI que
insta a los países a identificar, evaluar y entender sus riesgos de lavado de activos y
financiación del terrorismo y a tomar medidas encaminadas a asegurar que se mitiguen
eficazmente.

2.4.Tácticas de prevención, control, detección y represión del lavado de activos y


financiación del terrorismo.

A nivel internacional las estrategias de prevención, control, protección y represión del


crimen organizado giran alrededor de las convenciones de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU). La primera vez que se habló de la necesidad de que el sector privado uniera
fuerzas para la prevención, control y detección de las actividades ilegales alrededor del
LA/FT fue en 1988 en la Convención de Viena; estos esfuerzos se incorporaron a la
estrategia de lucha contra el tráfico de drogas; en la cual se consideraba de alta relevancia el
castigo penal a quienes se prestaran para ocultar o legalizar los activos cuyo origen
estuviese relacionado con el tráfico ilícito de drogas, por lo cual, se tipificó el delito de
“lavado de activos”, así como también se determinaron los instrumentos para la
persecución y recuperación de los capitales para pasarlos a manos del Estado por medio de
las figuras penales del decomiso y la extinción de dominio. De igual manera, en la misma
convención, se determinó que existían algunos sectores económicos más susceptibles a ser
usados por la delincuencia organizada para ocultar o legalizar los activos de origen ilícito,
razón por la cual, se les exigió a algunos sectores, como el financiero, que adoptaran
medidas para prevenir el Lavado de Activos y establecer procesos para el reporte a las
autoridades de aquellas operaciones que se consideraran sospechosas. Posteriormente en el
año 1999, la Organización de Naciones Unidas, expidió la Convención contra la
Financiación del Terrorismo, en el 2000 la Convención contra la Delincuencia Organizada
(Palermo) y en el 2003 la Convención contra la Corrupción (Mérida), todas ellas, con el
objetivo de ampliar el alcance de los mecanismos de prevención, control y represión contra
el narcotráfico y los delitos conexos a este. La UIAF (2017), afirma que Colombia es “uno
de los países que de manera más grave se ve afectado por organizaciones criminales
(dedicadas al tráfico ilícito de drogas y otros delitos graves), por organizaciones al margen
de la ley que ejecutan actos terroristas y por altos índices de corrupción, lo cual, es
ratificado por el hecho de que el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) 2018 de
Transparencia Internacional, cayó de 37 a 36 puntos sobre 1004 y descendió del puesto 96
al 99 entre 180 países cubiertos por la medición (Transparencia por Colombia, 2019). La
razón de esta afirmación se encuentra en que la mayor producción de droga en el país,
según cifras de la UNODC (2017), se dio en el año 2000 con 163 mil hectáreas lo que se
identificó como la mayor proporción de hectáreas sembradas de coca, las cuales se
redujeron a 48 mil en 2013, para posteriormente pasar de 96 mil hectáreas de 2015 a 146
mil hectáreas en 2016; lo cual dio como resultado alrededor de 866 toneladas métricas de
clorhidrato de cocaína pura. De la mano de los índices de producción, se encuentran los
resultados de los fallos judiciales de privación de la libertad por la comisión de delitos
relacionados con el LA en Colombia, las cuales para el 2016 ascendían a 24.468 personas
reclusas en centros penitenciarios y carcelarios por el tráfico, fabricación o porte de
estupefacientes, población integrada en un 85,27% por hombres y un 14,73% por mujeres,
colocando este tipo de delitos en el tercer lugar de ocurrencia Por otra parte, están los
delitos conexos al lavado de activos y la financiación del terrorismo contra la
administración pública.

Tema 3. 40 + 9 recomendaciones GAFI y el papel de las Unidades de Información y


Análisis Financiero UIAF en el mundo

Las recomendaciones impartidas por el GAFI constituyen las medidas mínimas de


prevención que deberían exigirse por parte de los diferentes países, mediante su inclusión
en la regulación prevista en las respectivas legislaciones nacionales sobre la materia. Ellas
definen el estándar mínimo internacional de regulación jurídica penal, administrativa y
financiera en materia de lavado de activos y financiación del terrorismo, y de paso ofrecen
un patrón normativo que se debería implementar por parte de las entidades financieras y por
otros profesionales expuestos a riesgos similares, facilitando la cooperación internacional
frente al lavado de activos y la financiación del terrorismo. Este organismo es,
probablemente, la entidad supranacional más relevante en este campo. El GAFI nació con
el fin esencial de promover, desarrollar y coordinar políticas orientadas a luchar contra el
blanqueo de capitales, tanto en el plano nacional como en el internacional. Además, y
aunque sus pronunciamientos difícilmente podrían considerarse vinculantes en términos
técnico-jurídicos, lo cierto es que su capacidad de influencia ha hecho posible la renovación
de la normativa interna de muchos países de acuerdo con los criterios esenciales marcados
en sus célebres Cuarenta Recomendaciones, Las primeras Cuarenta Recomendaciones
fueron reformadas en 1996, 2001 y 2003 con objeto de adaptarse a las nuevas realidades del
blanqueo de capitales. Bajo la influencia de los acontecimientos producidos en Nueva York
el 11 de septiembre de 2001, y a modo de complemento específico de las originales, el
GAFI aprobó el 31 de octubre de 2001 sus Ocho Recomendaciones Especiales sobre
Financiación del Terrorismo y a las que se añadió una Novena Recomendación el 22 de
octubre de 2004. Finalmente, el 16 de febrero de 2012, esta Organización aprobó sus
nuevas Cuarenta Recomendaciones, hoy vigentes, que han sustituido, integrado y
actualizado a todas las anteriores, conformando un único corpus destinado a prevenir y
combatir tanto el lavado de activos como la financiación del terrorismo. Aunque no
disponen de eficacia jurídica directa, estas nuevas Cuarenta Recomendaciones —
aprobadas bajo el título “Estándares internacionales sobre la lucha contra el lavado de
activos y el financiamiento del terrorismo y la proliferación”— constituyen un completo
cuadro general de contramedidas contra el blanqueo de activos y la financiación de
terrorismo, implicando en el proyecto a los sistemas penales nacionales, al sistema
financiero y a la cooperación internacional. Las obligaciones básicas planteadas a lo largo
de las Cuarenta Recomendaciones se estructuran en siete grandes apartados.

3.1. Que es el GAFI y cuál es su función.

El Grupo de Acción Financiera Internacional sobre el Blanqueo de Capitales (GAFI) es un


organismo intergubernamental cuyo propósito es elaborar y promover medidas para
combatir el blanqueo de capitales, proceso consistente en ocultar el origen ilegal de
productos de naturaleza criminal. Estas medidas intentan impedir que dichos productos se
utilicen en actividades delictivas futuras y que afecten a las actividades económicas lícitas.
El GAFI está actualmente integrado por 26 países y dos organismos internacionales. Entre
sus miembros se encuentran los principales centros financieros de Europa, América del
Norte y Asia. Es un organismo multidisciplinario (condición fundamental para luchar
contra el blanqueo de capitales), que reúne a expertos encargados de adoptar medidas sobre
cuestiones jurídicas, financieras y operativas, el GAFI tiene como objetivo fijar estándares
internacionales para la implementación de medidas legales, regulatorias y operativas,
encaminadas a combatir el lavado de activos, el financiamiento del terrorismo y el
financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva y otras amenazas que
atenten contra el sistema financiero internacional. La Recomendación 2 del GAFI indica
que los países deben contar con políticas antilavado de activos, contra del terrorismo y
contra el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva a escala
nacional, que tomen en cuenta los riesgos identificados, Sumado a lo anterior, el GAFI hace
seguimiento y evaluación permanente de la aplicación de sus recomendaciones por parte de
los diferentes países, a tal efecto lleva a cabo evaluaciones con apoyo de sus grupos
regionales, o de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el
Banco Mundial, los cuales le permiten diagnosticar el estado del implementación de las
cuarenta recomendaciones. El GAFI reconoció, desde el principio, que los países tienen
sistemas jurídicos y financieros diferentes, de modo que todos ellos no pueden adoptar las
mismas medidas. Por lo tanto, las Recomendaciones constituyen los principios de acción en
materia de blanqueo de capitales que los países deben aplicar, de acuerdo con sus
circunstancias particulares y su marco constitucional, dejando a los países cierta
flexibilidad en su aplicación, en lugar de obligar a cumplir todos los detalles. Las medidas
no son especialmente complicadas o difíciles, siempre que exista voluntad política de
actuar. Tampoco comprometen la libertad de llevar a cabo operaciones lícitas, ni amenazan
el desarrollo económico. Los países del GAFI se han comprometido claramente a aceptar la
disciplina de estar sujetos a una vigilancia multilateral y a evaluaciones mutuas. La
aplicación de las cuarenta Recomendaciones por parte de los países miembros se supervisa
a través de un doble enfoque: un ejercicio anual de autoevaluación y un proceso más
detallado de evaluación mutua según el cual cada país miembro está sujeto a un examen
sobre el terreno. Además, el GAFI realiza exámenes horizontales de las medidas adoptadas
para aplicar determinadas Recomendaciones.

3.2. 40 recomendaciones del GAFI.

A. MARCO GENERAL DE LAS RECOMENDACIONES

1. Cada país debería tomar medidas inmediatas para ratificar y aplicar sin restricciones
la Convención de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y
sustancias sicotrópicas (Convención de Viena).

2. Las leyes de confidencialidad de las instituciones financieras deberían ser


concebidas de modo que no dificulten la aplicación de las Recomendaciones.

3. Un programa eficaz de lucha contra el blanqueo de capitales debería incluir una


mejora de la cooperación multilateral y de la asistencia jurídica mutua en las
investigaciones y los procesos en casos de blanqueo de capitales, así como en
procedimientos de extradición, cuando sea posible.
 PAPEL DE LOS SISTEMAS JURÍDICOS NACIONALES EN LA LUCHA
CONTRA EL BLANQUEO DE CAPITALES

Ámbito de aplicación del delito de blanqueo de capitales

4. Cada país debería tomar las medidas necesarias, entre ellas las legislativas, para
poder tipificar como delito el blanqueo de capitales tal y como se prevé en la
Convención de Viena. Cada país debería ampliar el delito de blanqueo de capitales
procedente del tráfico de estupefacientes al blanqueo de capitales procedentes de
delitos graves. Cada país determinaría qué delitos graves deben ser considerados
como delitos subyacentes al blanqueo de capitales.
5. De acuerdo con lo previsto en la Convención de Viena, el delito del blanqueo de
capitales debería aplicarse al menos a las actividades intencionales de blanqueo,
entendiendo que el elemento intencional podrá inferirse de circunstancias de hecho
objetivas.
6. En la medida de lo posible, las empresas mismas, y no sólo sus empleados, deberían
estar sujetas a responsabilidad penal.

Medidas provisionales y decomiso

7. Los países deberían adoptar, en caso necesario, medidas similares a las previstas en
la Convención de Viena, entre ellas las legislativas, para que sus autoridades
competentes puedan decomisar los bienes blanqueados, el producto de los mismos,
los instrumentos utilizados, o que se pensaba utilizar, en la comisión de cualquier
delito de blanqueo de capitales, o bienes de valor equivalente, sin perjuicio de los
derechos de terceros de buena fe.

8. Estas medidas deberían permitir: (1) identificar, localizar y evaluar los bienes objeto
de decomiso; (2) adoptar medidas provisionales, tales como el congelamiento y el
embargo, para impedir cualquier comercialización, transferencia o disposición de
dichos bienes, y (3) adoptar las medidas de investigación pertinentes.

9. Además del decomiso y de las sanciones penales, los países deberían contemplar
también sanciones económicas y civiles, y/o procedimientos judiciales, incluyendo
los de tipo civil, con objeto de anular los contratos concluidos entre las partes,
cuando éstas sabían o deberían haber sabido que el contrato dañaría la capacidad del
Estado para conseguir reclamaciones económicas a través, por ejemplo, del
decomiso o la imposición de multas y otras sanciones.

Papel del sistema financiero en la lucha contra el blanqueo de capitales


 Las Recomendaciones 10 a 29 deberían aplicarse no solamente a los bancos, sino
también a las instituciones financieras no bancarias. Aun en el caso de las
instituciones financieras no bancarias que no están supervisadas en todos los países,
por ejemplo, las oficinas de cambio, los gobiernos deberían asegurar que dichas
instituciones estén sujetas a las mismas leyes y reglamentos contra el blanqueo de
capitales que las demás instituciones financieras y que esas leyes y reglamentos se
aplican eficazmente.
 Las autoridades nacionales competentes deberían considerar aplicar las
Recomendaciones 10 a 21 y 23 al ejercicio de actividades financieras por empresas
o profesiones que no son instituciones financieras, cuando tal ejercicio está
autorizado o no prohibido. Las actividades financieras comprenden, entre otras, las
enumeradas en el anexo adjunto. Corresponde a cada país decidir si determinadas
situaciones estarán excluidas de la aplicación de medidas contra el blanqueo de
capitales, por ejemplo, cuando una actividad financiera se lleve a cabo
ocasionalmente o de forma limitada.

Reglas de identificación del cliente y de conservación de documentos

10. Las instituciones financieras no deberían mantener cuentas anónimas o con


nombres manifiestamente ficticios: deberían estar obligadas (por leyes, reglamentos,
acuerdos con las autoridades de supervisión o acuerdos de autorregulación entre las
instituciones financieras) a identificar, sobre la base de un documento oficial o de
otro documento de identificación fiable, a sus clientes ocasionales o habituales, y a
registrar esa identificación cuando entablen relaciones de negocios o efectúen
transacciones (en particular, la apertura de cuentas o libretas de ahorro, la
realización de transacciones fiduciarias, el alquiler de cajas fuertes o la realización
de transacciones de grandes cantidades de dinero en efectivo). Con el fin de cumplir
con los requisitos de identificación relativos a las personas jurídicas, las
instituciones financieras, cuando sea necesario, deberían tomar las siguientes
medidas:

a. Comprobar la existencia y estructura jurídicas del cliente, obteniendo del mismo o


de un registro público, o de ambos, alguna prueba de su constitución como
sociedad, incluida la información relativa al nombre del cliente, su forma jurídica,
su dirección, los directores y las disposiciones que regulan los poderes para obligar
a la entidad.

b. Comprobar que las personas que pretenden actuar en nombre del cliente están
debidamente autorizadas, e identificar a dichas personas.
11. Las instituciones financieras deberían tomar medidas razonables para obtener
información acerca de la verdadera identidad de las personas en cuyo nombre se
abre una cuenta o se realiza una transacción, siempre que existan dudas de que esos
clientes podrían no estar actuando en nombre propio; por ejemplo, en el caso de las
empresas domiciliarias (es decir, instituciones, sociedades, fundaciones,
fideicomisos, etc., que no se dedican a operaciones comerciales o industriales, o a
cualquier otra forma de actividad comercial en el país donde está situado su
domicilio social).
12. Las instituciones financieras deberían conservar, al menos durante cinco años, todos
los documentos necesarios sobre las transacciones realizadas, tanto nacionales como
internacionales, que les permitan cumplir rápidamente con las solicitudes de
información de las autoridades competentes. Esos documentos deberían permitir
reconstruir las diferentes transacciones (incluidas las cantidades y los tipos de
moneda utilizados, en su caso) con el fin de proporcionar, si fuera necesario, las
pruebas en caso de procesos por conductas delictivas.  Las instituciones
financieras deberían conservar, al menos durante cinco años, registro de la
identificación de sus clientes (por ejemplo, copia o registro de documentos oficiales
de identificación como pasaportes, tarjetas de identidad, permisos de conducir o
documentos similares), los expedientes de clientes y la correspondencia comercial,
al menos durante cinco años después de haberse cerrado la cuenta.
Estos documentos deberían estar a disposición de las autoridades nacionales
competentes, en el contexto de sus procedimientos y de sus investigaciones penales
pertinente.
13. Los países deberían prestar especial atención a las amenazas de blanqueo de
capitales inherentes a las nuevas tecnologías o tecnologías en desarrollo, que
pudieran favorecer el anonimato y tomar medidas, en caso necesario, para impedir
su uso en los sistemas de blanqueo de capitales.

Mayor diligencia de las instituciones financieras

14. Las instituciones financieras deberían prestar especial atención a todas las
operaciones complejas, a las inusualmente grandes, y a todas las modalidades no
habituales de transacciones, que no tengan una causa económica o lícita aparente.
En la medida de lo posible, deberían examinarse los antecedentes y fines de dichas
transacciones; los resultados de ese examen deberían plasmarse por escrito y estar a
disposición de los supervisores, de los auditores de cuentas y de las autoridades de
prevención y represión.
15. Si las instituciones financieras sospechan que los fondos provienen de una actividad
delictiva, deberían estar obligadas a informar rápidamente de sus sospechas a las
autoridades competentes.
16. Las instituciones financieras, sus directores y empleados deberían estar protegidos
por disposiciones legislativas de toda responsabilidad civil o penal, por violación de
las normas de confidencialidad, impuestas por contrato o por disposiciones
legislativas reglamentarias o administrativas, cuando comuniquen de buena fe sus
sospechas a las autoridades competentes, aun cuando no sepan precisamente cuál es
la actividad delictiva en cuestión, y aunque dicha actividad no hubiese ocurrido
realmente.
17. Las instituciones financieras y sus empleados no deberían advertir a sus clientes o
no debería autorizarse que les avisasen, cuando hayan puesto en conocimiento de
las autoridades competentes informaciones relacionadas con ellos.
18. Las instituciones financieras que comuniquen sus sospechas deberían seguir las
instrucciones de las autoridades competentes.
19. Las instituciones financieras deberían elaborar programas contra el blanqueo de
capitales incluyendo, como mínimo, lo siguiente:
a. Procedimientos y controles internos comprendiendo el nombramiento de las
personas responsables a nivel de dirección y los procedimientos adecuados de
selección de empleados para asegurar que ésta se realiza de acuerdo con criterios
exigentes.
b. Un programa continuo de formación de los empleados.
c. Un sistema de control interno para verificar la eficacia del sistema.

Medidas para hacer frente al problema de los países cuyas disposiciones contra el
blanqueo de dinero son insuficientes o inexistentes

20. Las instituciones financieras deberían asegurarse de que los principios mencionados
anteriormente se aplican también a sus sucursales y filiales situadas en el extranjero,
especialmente en los países donde estas Recomendaciones no se aplican o se hace
de modo insuficiente, en la medida en que lo permitan las leyes y los reglamentos
locales. Cuando dicho ordenamiento se oponga a la aplicación de esos principios,
las instituciones financieras deberían informar a las autoridades competentes del
país donde esté situada la institución matriz que no puede aplicar estas
Recomendaciones.
21. Las instituciones financieras deberían prestar especial atención a las relaciones de
negocios y a las transacciones con personas físicas y jurídicas, incluidas las
empresas e instituciones financieras residentes en países que no aplican estas
Recomendaciones, o que lo hacen de forma insuficiente. Cuando estas transacciones
no tengan una causa lícita o económica aparente, deberá examinarse su trasfondo y
fines, en la medida de lo posible; los resultados de este examen deberían plasmarse
por escrito y estar disponibles para ayudar a los supervisores, a los auditores y a las
autoridades de prevención y represión.

Otras medidas para evitar el blanqueo de capitales.

22. Los países deberían considerar la adopción de medidas viables para detectar o
vigilar el transporte transfronterizo de dinero en efectivo e instrumentos negociables
al portador, siempre que el uso de esa información se limite estrictamente y no se
restrinja de ninguna manera la libertad de los movimientos de capital.
23. Los países deberían estudiar la viabilidad y utilidad de un sistema en el que los
bancos y otras instituciones financieras e intermediarios declararían todas las
transacciones de moneda nacionales e internacionales por encima de un
determinado umbral, a un organismo central nacional que disponga de una base de
datos informatizada a la que tengan acceso las autoridades competentes en materia
de blanqueo de capitales, y cuya utilización esté estrictamente limitada.
24. Los países deberían promover de forma general el desarrollo de técnicas modernas y
seguras de gestión de fondos, incluyendo un mayor uso de cheques, tarjetas de pago,
abono automatizado de sueldos y anotación en cuenta de operaciones de valores,
con objeto de estimular la sustitución de los pagos en efectivo.
25. Los países deberían prestar atención a las posibilidades de uso abusivo de las
sociedades ficticias por los autores de operaciones de blanqueo y deberían
considerar si hay que adoptar otras medidas para prevenir el uso ilícito de dichas
entidades.

Creación y papel de las autoridades reguladoras y de otras autoridades


administrativas

26. Las autoridades competentes supervisoras de bancos o de otras instituciones o


intermediarios financieros, u otras autoridades competentes, deberían asegurarse de
que las instituciones supervisadas tengan programas adecuados para evitar el
blanqueo de capitales. Esas autoridades deberían cooperar y aportar sus
conocimientos específicos, bien de forma espontánea o bien previa solicitud, a otras
autoridades nacionales judiciales o de detección y represión en las investigaciones y
procesos relativos a blanqueo de capitales.
27. Deberían designarse las autoridades competentes para asegurar la aplicación eficaz
de todas las Recomendaciones, a través de regulación y supervisión administrativa,
a otras profesiones que manejen dinero en efectivo, en los términos definidos en
cada país.
28. Las autoridades competentes deberían establecer directrices para ayudar a las
instituciones financieras a detectar los modos de comportamiento sospechosos de
sus clientes. Dichas directrices deberán evolucionar con el tiempo y no tendrán
carácter exhaustivo. Además, dichas directrices se utilizarán principalmente, para
formar al personal de las instituciones financieras.
29. Las autoridades competentes que regulan o supervisan a las instituciones financieras
deberían tomar las medidas legales o reglamentarias necesarias para evitar que
delincuentes o sus cómplices tomen el control o adquieran participaciones
significativas en las instituciones financieras.

FORTALECIMIENTO DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL


Cooperación administrativa
Intercambio de información de carácter general

30. Las administraciones nacionales deberían considerar registrar, al menos de forma


conjunta, los flujos internacionales de dinero en efectivo en cualquier tipo de
moneda, de modo que, combinando esos datos con los de otras fuentes extranjeras y
con las informaciones que poseen los Bancos centrales, puedan hacerse
estimaciones de los flujos de dinero en efectivo entre las partes. Dicha información
debería ponerse a disposición del Fondo Monetario Internacional y del Banco de
Pagos Internacionales para facilitar los estudios internacionales.
31. Las autoridades internacionales competentes, tal vez Interpol y la Organización
Aduanera Mundial, deberían estar facultadas para recopilar y divulgar, a las
autoridades competentes, información acerca de la evolución reciente en materia y
técnicas de blanqueo de capitales. Los bancos centrales y los reguladores bancarios
podrían hacer lo mismo dentro del sector que les compete. Las autoridades
nacionales de distintos sectores, con la participación de las asociaciones
profesionales, podrían divulgar esa información entre las instituciones financieras
en cada país.

Intercambio de información relativa a transacciones sospechosas

32. Cada país debería esforzarse por mejorar el intercambio internacional, espontáneo o
"previa solicitud", entre las autoridades competentes, de la información relativa a
las transacciones, personas o empresas involucradas en transacciones sospechosas.
Deberían establecerse estrictas garantías para asegurar que ese intercambio de
información respete las disposiciones nacionales e internacionales sobre derecho a
la intimidad y protección de datos.

Otras formas de cooperación


Base y medios para la cooperación en materia de decomiso, asistencia mutua y
extradición

33. Los países deberían tratar de asegurar, sobre una base bilateral o multilateral, que
los diferentes criterios tomados en consideración en las definiciones nacionales
respecto al conocimiento del acto cometido, es decir, los criterios diferentes sobre el
elemento intencional de la infracción, no afecten la capacidad o disposición de los
países para prestarse asistencia legal mutua.
34. La cooperación internacional debería estar apoyada en una red de convenios y
acuerdos bilaterales y multilaterales basados en conceptos jurídicos comunes, con el
objeto de ofrecer medidas prácticas que se apliquen a la asistencia mutua con la
mayor amplitud posible.
35. Debería alentarse a los países a ratificar y aplicar los convenios internacionales
pertinentes sobre blanqueo de capitales, tales como la Convención del Consejo de
Europa de 1990 sobre blanqueo de capitales, investigación, incautación y decomiso
del producto de delitos.

Pautas para mejorar la asistencia mutua en cuestiones de blanqueo de capitales

36. Debería alentarse la cooperación en materia de investigaciones entre las autoridades


competentes de los diversos países. En este sentido, una técnica válida y eficaz
consiste en la entrega vigilada de bienes que se sabe o sospecha que son producto de
un delito. Se alienta a los países a apoyar esta técnica, cuando sea posible.
37. Debería haber procedimientos para la asistencia mutua en cuestiones penales
relativas al uso de medidas coercitivas, incluyendo la presentación de documentos
por parte de las instituciones financieras y otras personas, el registro de personas y
locales, el embargo y la obtención de pruebas para usarlas en las investigaciones y
los enjuiciamientos de blanqueo de capitales, y en procedimientos conexos ante las
jurisdicciones extranjeras.
38. Deberían poder adoptarse medidas rápidas como respuesta a la solicitud de otros
países de identificación, congelación, incautación y decomiso del producto u otros
bienes de valor equivalente a dicho producto, basándose en el blanqueo de capitales
o los delitos subyacentes de esa actividad. Asimismo, debería haber acuerdos para
coordinar los procedimientos de incautación y decomiso de forma que se puedan
compartir los bienes decomisados.
39. Para evitar conflictos de competencia, debería estudiarse la posibilidad de elaborar y
aplicar mecanismos para determinar cuál sería, en interés de la justicia, la
jurisdicción más adecuada para juzgar a los acusados en las causas que estén sujetas
a enjuiciamiento en más de un país. Asimismo, deberían existir medidas para
coordinar los procedimientos de incautación y decomiso, pudiendo incluir el reparto
de los bienes decomisados.
40. Los países deberían disponer de procedimientos para extraditar, cuando sea posible,
a los acusados de delitos de blanqueo de capitales o delitos conexos. Sin perjuicio
de su ordenamiento jurídico, cada país debería tipificar el blanqueo de capitales
como delito extraditable. Siempre que su ordenamiento jurídico lo permita, los
países podrían considerar la simplificación de las extradiciones al permitir la
transmisión directa de las solicitudes de extradición entre los ministerios afectados,
extraditando a las personas en base solamente a órdenes de detención o sentencias,
extraditando a sus nacionales y/o aplicando la extradición simplificada de personas
que consientan en renunciar a los procedimientos oficiales de extradición.

3.3. Actuaciones del GAFI y otras organizaciones asimiladas

El citado esfuerzo de renovación del GAFI también se traduce en la observación


fenomenológica del blanqueo, importante para identificar la vertiente práctica del problema
y así determinar si las medidas normativas adoptadas son suficientes para hacer frente a una
realidad cambiante, periódicamente, el GAFI publica un Informe en el que describe las
nuevas formas bajo las que se manifiesta el lavado de activos. Así mismo, y a partir de las
referidas evaluaciones, el GAFI actualiza una lista de países que revelan carencias en sus
sistemas de prevención y represión del lavado de activos, la denominada “lista roja” a la
que pertenecen los Estados respecto de los cuales el GAFI reclama a sus miembros la
necesidad de adoptar contramedidas para proteger sus respectivos sistemas financieros del
riesgo de lavado y financiación del terrorismo, está integrada por Irán y la República
Popular de Corea; en su “lista negra” países con deficiencias que no han adoptado
suficientes medidas para solucionarlas o que no se han comprometido a tal fin, respecto de
los cuales advierte la necesidad de considerar los riesgos de lavado; se encuentran
Ecuador, Etiopía, Indonesia, Kenia, Myanmar, Pakistán, Santo Tomé y Príncipe, Siria,
Tanzania, Turquía, Vietnam y Yemen; finalmente, la “lista gris” países que revelan
deficiencias, pero que se han comprometido ante el GAFI a elaborar un plan de acción para
superarlas; están Afganistán, Albania, Angola, Argentina, Bangladesh, Camboya, Cuba,
Kuwait, Kirguizistán, Marruecos, Mongolia, Namibia, Laos, Nepal, Nicaragua, Nigeria,
Sudán, Tayikistán y Zimbabwe, Estados a los que se suman Antigua y Barbuda y Argelia,
situados en una denominada “lista gris oscura” en la medida en que están advertidos de
pasar a la “lista negra” si no actualizan suficientemente sus sistemas. Como todos los
acuerdos alcanzados por el GAFI, la pertenencia a alguna de estas listas no tiene carácter
coactivo en términos jurídicos. Sin embargo, constituye un elemento de presión política
que, en última instancia, se traduce en la aplicación de contramedidas. La presencia
territorial del GAFI en el Planeta es relativamente asimétrica y el acceso de nuevos
miembros se valora con cautela. Los únicos países latinoamericanos que pertenecen a la
organización son Argentina, Brasil y México, que ingresaron en el año 2000. Después de
esta fecha, sólo se han incorporado Rusia y Sudáfrica (2003), China (2007), Corea del Sur
(2009) y la India (2010). Con todo, también es cierto que a lo largo de su existencia han
aparecido una serie de organizaciones internacionales dotadas de objetivos similares que,
en buena parte de los casos, actúan a semejanza de la que ahora nos ocupa. Se trata de los
llamados FATF-Style Regional Bodies (FSRBs)

Tema 4. Tipificación de los delitos de LA y FT desde la óptica jurídica.

La primera y más importante es la de tipificar el lavado de activos como delito autónomo,


en los términos indicados en la Convención de Viena contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas proclamada en 1988, y la Convención de
Palermo contra Delincuencia Organizada Transnacional organizada por Naciones Unidas
en el año 2000. Se recomienda a los países que dicha tipificación incluya la mayor cantidad
de delitos subyacentes posible, y como mínimo los delitos considerados de mayor gravedad
en cada legislación. También se recomienda que el tipo penal de lavado de activos
comprenda aquellas conductas realizadas por fuera del territorio nacional, y que sean
consideradas como delito subyacente por la respectiva legislación nacional, Se recomienda
a los países incluir en su legislación interna un régimen de responsabilidad para las
personas jurídicas. Lo ideal es que prevean un régimen de responsabilidad penal directa.
Sin embargo, cuando los principios rectores de la legislación nacional no permitan esta
forma de responsabilidad, el régimen debería prever alguna consecuencia civil o
administrativa. Los países deberían incluir en sus legislaciones instituciones o mecanismos
jurídicos que permitan el decomiso de los activos lavados, los bienes producto del lavado
de activos o de algún delito subyacente, los recursos utilizados para realizar el lavado de
activos o algún delito subyacente, o bienes por un valor equivalente. El objetivo es que las
autoridades dispongan de mecanismos eficaces para privar a los delincuentes de los activos
obtenidos de manera ilícita, y de los utilizados para la comisión del delito de lavado de
activos o cualquier otra conducta punible. Se recomienda que los países prevean en su
legislación interna que este tipo de medidas pueden hacerse efectivas, sin necesidad de que
medie una condena penal y las entidades financieras deben adoptar medidas oportunas y
suficientes para obtener un conocimiento adecuado de sus clientes. Esto significa que no
debería permitirse la apertura de cuentas anónimas, cifradas o bajo nombres ficticios. Estas
medidas para el conocimiento del cliente deben adoptarse desde el comienzo de la relación
comercial, y aplicarse periódicamente para mantener actualizada y verificada la
información disponible. En el caso de los clientes que, por su actividad económica, perfil
comercial, domicilio, etc., representen una mayor exposición al riesgo de lavado de activos,
las medidas de conocimiento deben ser más rigurosas.

Especial atención deben prestar las entidades a aquellas operaciones que, por su
complejidad, por su cuantía o por cualquiera otra circunstancia resulten inusuales. La
entidad debe evaluar los antecedentes de estas operaciones, asentar las conclusiones por
escrito y dejar la información correspondiente a disposición de los auditores y las
autoridades. Las entidades financieras deben adoptar sistemas para el monitoreo
permanente de sus operaciones. Estos sistemas deben permitir identificar plenamente al
ordenante y al beneficiario, determinar hasta dónde sea posible el origen y destino de los
fondos, y evaluar la normalidad de la operación. Igualmente, los sistemas de monitoreo
deben permitirles a las entidades identificar las operaciones sospechosas, para reportarlas a
las autoridades competentes. Los Estados deberían crear un organismo o agencia
gubernamental de inteligencia financiera. Así mismo deberían incluir en sus legislaciones o
reglamentos, la obligación de reportar las operaciones sospechosas a dichas unidades de
inteligencia financiera, quienes deberían estar encargadas específicamente de analizar esa
información. Este organismo debe tener acceso a toda la información financiera necesaria
para investigar oportuna y eficazmente operaciones de lavado de activos

4.1. Marco general.

El régimen vigente en Colombia en materia de prevención del lavado de activos se


encuentra contenido en el Título I Capítulo XI de la Circular Básica Jurídica 7 de 1996,
cuya última modificación integral tuvo lugar mediante la expedición de la Circular Externa
22 del 19 de abril de 2007 emitida por la nueva Superintendencia Financiera A través de
esta última circular externa, la Superintendencia sustituyó el Sistema Integral para la
Prevención del Lavado de Activos “SIPLA” que anteriormente estaban obligadas a adoptar
las entidades sometidas a la inspección, vigilancia y control de la extinta Superintendencia
Bancaria, el cual estaba fundado en los criterios de supervisión de entidades financieras
recomendados por el Comité de Basilea I, relacionados fundamentalmente con la
verificación del cumplimiento de estándares y normas para minimizar los riesgos de
mercado, de crédito y de liquidez en función del perfil del riesgo de la entidad y la relación
rentabilidad-riesgo. Ahora las entidades vigiladas están obligadas a adoptar un nuevo
Sistema de Administración de Riesgo de Lavado de Activos y de la Financiación del
Terrorismo “SARLA/FT estructurado bajo las recomendaciones del Comité de Basilea II
(2004-2006), el cual se fundamenta en criterios de control y administración de los
diferentes riesgos a los que se encuentran expuestas las entidades financieras, y entre los
cuales se halla el de lavado de activos y financiación del terrorismo En la actualidad el
SARLA/FT debe ser obligatoriamente adoptado por todas las entidades sometidas a la
inspección, vigilancia y control de la nueva Superintendencia Financiera, lo cual significa
que aplica para todos los intermediarios del mercado financiero, asegurador, cambiario y de
valores. Los países deben contar con políticas ALA/CFT a escala nacional, que tomen en
cuenta los riesgos identificados, las cuales deben ser sometidas a revisión periódicamente, y
deben designar a una autoridad o contar con un mecanismo de coordinación o de otro tipo
que sea responsable de dichas políticas. Los países deben asegurar que, las autoridades que
hacen las políticas, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), las autoridades del orden
público, los supervisores y otras autoridades competentes relevantes, tanto a nivel de
formulación de políticas como operativo, cuenten con mecanismos eficaces establecidos
que les permita cooperar y, cuando corresponda, entablar entre sí una coordinación a nivel
interno en el desarrollo e implementación de políticas y actividades para combatir el lavado
de activos, el financiamiento del terrorismo y el financiamiento de la proliferación de armas
de destrucción masiva.

4.2. Enriquecimiento ilícito.

El delito de enriquecimiento ilícito es un tipo de corrupción política que consiste en el


incremento del patrimonio de un funcionario público con significativo exceso respecto de
sus ingresos legítimos durante el ejercicio de sus funciones y que no pueda ser
razonablemente justificado. Este delito está contemplado en algunas legislaciones y se
enmarca dentro de la política criminal de lucha contra la corrupción relacionada
especialmente con el sector público, contemplada por la Convención de las Naciones
Unidas contra la Corrupción, la Convención Interamericana contra la corrupción y la
Convención de la Unión Africana para prevenir y combatir la Corrupción. El delito de
enriquecimiento ilícito se configura como un instrumento que puede ser eficaz para hacer
frente a la corrupción política. Existen bastantes voces discordantes con este delito porque
puede vulnerar derechos humanos al invertir la carga de la prueba del origen de los bienes
que incrementan el patrimonio del empleado público debiendo este acreditar la procedencia
lícita. Algunas legislaciones establecen como delito penal la falta de justificación por un
funcionario público del incremento patrimonial ocurrido mientras ejercía un cargo,
poniendo en cabeza del funcionario la carga de probar la adquisición por medios lícitos de
los bienes que integran dicho incremento.

El delito de enriquecimiento ilícito se incorporó por primera vez en Argentina e India en


1964. A fecha de 2010 más de 40 países lo habían incorporado a sus ordenamientos
jurídicos. En Europa, no ha tenido una favorable acogida y apenas se ha introducido esta
figura. Existe en Ucrania, introducido en 2011 y en Moldavia desde 2013. En la Unión
Europea, Lituania lo incorporó en 2010. En Portugal se llegó a incluir una modificación en
el Código Penal en este sentido que quedó frustrada por la declaración de
inconstitucionalidad de su Tribunal Constitucional. En España algunos sectores han
propuesto su introducción. Varios países de América Latina sancionan penalmente este
delito de enriquecimiento ilícito en aplicación de lo previsto en la Convención
interamericana contra la corrupción. Entre ellos se encuentran Argentina, Brasil, Colombia,
Chile, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Perú y Venezuela y se ha propuesto establecerlo
en España.

4.3. Narcotráfico.

El narcotráfico es el comercio ilegal de drogas tóxicas en grandes cantidades. El proceso


(que comienza con el cultivo de las sustancias, sigue con la producción y finaliza con la
distribución y la venta) suele ser realizado por diversas organizaciones ilícitas
(denominadas carteles) que se especializan en distintas partes de la cadena. Los grupos más
grandes dedicados al narcotráfico suelen tener presencia internacional y ostentan un poder
similar al de un gobierno. Sus integrantes cuentan con peligrosos armamentos y sus líderes
manejan inmensas sumas de dinero, La condición de ilegal de las drogas provoca que éstas
adquieran un gran valor económico. Por otro lado, se sabe que las personas que sufren
de adicción no conocen límites cuando sienten la necesidad de consumir. Combinando
estos factores con la pobreza de muchos adictos, es fácil comprender que el narcotráfico sea
un negocio tan lucrativo como riesgoso, Cabe señalar que no es casual que la cocaína y la
heroína, entre otras drogas, no hayan sido legalizadas, ya que este tipo de sustancias
produce daños gravísimos e irreversibles al consumidor. Por otra parte, su consumo suele
generar violencia, impulsa el crimen y deja a un gran número de personas fuera del sistema
social. La mayoría de las legislaciones internacionales, por lo tanto, prohíbe la
producción, distribución y venta de drogas, con la excepción de aquéllas que se utilizan con
fines terapéuticos y de algunas sustancias que son toleradas a nivel social (como
el alcohol y el tabaco). Los consumidores, por lo general, no son penados, ya que se trata de
personas enfermas, que necesitan ayuda para su recuperación. Los países del
denominado Tercer Mundo, ubicados en Latinoamérica y Asia, suelen ser los productores
de droga, mientras que los principales mercados de consumo se encuentran en Estados
Unidos y Europa.

4.4. Terrorismo.

El terrorismo es el uso sistemático del terror, utilizado por una amplia gama de


organizaciones, grupos o individuos en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos
políticos de todas las ideologías, así como también por corporaciones, racistas,
colonialistas, independentistas, revolucionarios, conservadores y gobiernos en el poder. El
terrorismo, como táctica, es una forma de violencia que se distingue del terrorismo de
Estado por el hecho de que en este último caso sus autores pertenecen a entidades
gubernamentales. Se distingue también de los actos de guerra y de los crímenes de
guerra en que se produce en ausencia de guerra. 2 La presencia de actores no estatales en
conflictos armados ha creado controversia con respecto a la aplicación de las leyes de
guerra. Dentro de los instrumentos utilizados para implementar dicho mecanismo, o actos
terroristas, se incluyen diversas formas de violencia física contra las personas, como
el secuestro, la tortura o la ejecución extrajudicial; diversas formas de violencia moral,
como la amenaza de las anteriores o la presión social; diversas formas de violencia contra
los bienes privados y públicos, como la destrucción de los mismos con materiales
explosivos o incendiarios. Finalmente, uno de los instrumentos más utilizados por los
grupos terroristas es el atentado con explosivos contra blancos militares o civiles para
provocar muertes indiscriminadas o no. En la actualidad la denominada guerra contra el
terrorismo o lucha contra el terrorismo constituye un punto fundamental en la agenda de los
gobiernos y principales partidos políticos de los países occidentales, tanto es así que una
parte importante de la política gira en torno a dicha cuestión. Algunos puntos de vista
sostienen que se le está dando una excesiva centralidad a la cuestión del terrorismo, mayor
que la incidencia que este fenómeno tiene sobre la sociedad. Las formas y herramientas
para combatir a las personas y organizaciones a las que un Estado califica de terroristas o
potencialmente terroristas, han sido y son objeto de discusión. En algunos casos se ha
sostenido que la represión del terrorismo debe realizarse siguiendo los procedimientos
legales, respetando los derechos humanos de las personas y preservando el sistema
democrático, pero en otros casos el Estado ha recurrido a procedimientos ilegales, fuerzas
parapoliciales y paramilitares, autorización de la tortura, suspensión de los derechos
humanos e incluso instalación de dictaduras. Entre los procedimientos para reprimir el
terrorismo, también se ha sostenido la necesidad de secuestrar y suprimir la identidad de los
hijos de las personas a los que el Estado imputa ser terroristas.

4.5. Blanqueo de capitales y principio de lesividad.

Hablar del blanqueo o del lavado de capitales supone referirse implícitamente a la previa
negritud o suciedad de los mismos. Normalmente vinculados al dinero, los calificativos
“negro” y “sucio” son empleados en la jerga económica y financiera para expresar el
carácter irregular de unos determinados bienes. Resulta frecuente ver cómo ambos vocablos
son utilizados como si fueran sinónimos. Sin embargo, conviene establecer desde un
principio ciertas precisiones que nos permitan delimitar el contenido de unos términos a los
que vamos a atribuir diferente significado a lo largo de la exposición, uno de los rasgos
esenciales que definen al blanqueo de capitales es su carácter progresivo. El lavado es un
proceso a lo largo del cual se distancia paso a paso una masa patrimonial de su origen
delictivo. En desarrollo de esta idea, también entonces se adoptó la segmentación de ese
proceso en una secuencia de fases o etapas: la primera, de colocación u ocultación; la
segunda, de conversión, control o intercalación; finalmente, la tercera, de integración o
reinversión. Ciertamente, la experiencia nos demuestra que la validez de esta forma de
compartimentación debe de contemplarse dentro de sus justos límites. Las distintas etapas
se solapan en muchas ocasiones e incluso coinciden, posibilidad que se dispara en el caso
de las formas más características de la criminalidad económica, ámbito en el que los
instrumentos que son utilizados para obtener cualquier clase de enriquecimiento ilícito
también pueden ser empleados como medios con los que facilitar la circulación de ese
patrimonio, distanciarlo de su origen delictivo o procurar su reintroducción en el mercado
legal. Con todo, aun reconociendo las limitaciones del modelo, parece sensato abordar el
estudio de los modos a través de los cuales se blanquean capitales empleando esta
secuencia. La gran variedad de técnicas y procedimientos conocidos hasta el presente exige
contar con criterios de ordenación que, aunque sepamos que no son perfectos, nos permiten
analizar las tipologías dentro de unos límites conceptuales adecuados para analizar una
realidad realmente compleja.

Desde la perspectiva de las instancias de control social, conocer los procedimientos de


lavado interesa a los efectos de prevenir la comisión de nuevos actos de blanqueo. En
consecuencia, a lo largo del próximo epígrafe se pretende indagar en torno a cuáles son las
líneas básicas sobre las que ha discurrido hasta el momento presente la práctica del lavado
de capitales para deducir a partir de ellas ciertas conclusiones encaminadas a advertir de la
vulnerabilidad de aquellas instituciones de orden jurídico-mercantil susceptibles de ser
instrumentalizadas con vistas a tales fines. En este sentido, merece la pena destacar los
esfuerzos continuados que realiza el GAFI, entidad que viene desarrollando desde sus
orígenes una importantísima tarea en el estudio de las tipologías. Evidentemente, los
métodos de lavado son muchos y complejos, y la imaginación de quienes se dedican
profesionalmente a este género de actividades es inagotable. Por ello, cerrar un catálogo de
operaciones de esta naturaleza con la vana creencia de haberlo terminado definitivamente
es algo tan absurdo como tratar de completar de una vez por todas una colección de
estampillas: mientras haya una Administración postal en el mundo que siga emitiendo
trocitos de papel timbrado quedará pendiente la inclusión de nuevos elementos en el
muestrario.

4.6. Fases del proceso de blanqueo.

Fase de colocación u ocultación: la reducción del dinero al contado

Planteamiento general del problema: la acumulación masiva de papel moneda, por


anormal, constituye un problema de primer orden para la criminalidad económica a gran
escala. Hace ya algunos años, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos afirmaba
que el crecimiento injustificado de los excedentes en efectivo en los bancos constituye el
síntoma más evidente de la entrada en el sistema financiero de riqueza procedente de
fuentes ilícitas. Nos encontramos de este modo ante una curiosa paradoja: mientras la
delincuencia más tradicional aún hace lo posible por convertir sus ganancias en dinero al
contado de pequeña denominación, las grandes organizaciones, bloqueadas por una
formidable masa física de riqueza, se ven obligadas a transformar ese dinero corriente en
otros activos susceptibles de ser reintroducidos de un modo más discreto en los cauces
propios de una economía desmetalizada. De hecho, los expertos de la Policía y de las
finanzas coinciden al afirmar que la etapa de colocación es, precisamente, la fase en la que
hay más probabilidades de detectar y descubrir eficazmente el blanqueo de capitales; una
vez que el flujo de riqueza se ha inyectado en los cauces económicos, las operaciones
comerciales y financieras se ejecutan con extrema variedad y rapidez, resultando con ello
mucho más difícil la identificación del origen de los bienes.

Depósitos bancarios: Evidentemente, el procedimiento más extendido para deshacerse del


dinero al contado consiste en dejarlo en manos del sistema financiero mediante su ingreso
en una o varias cuentas bancarias abiertas al efecto. No obstante, este método se encuentra
sometido a un inconveniente considerable: resulta muy difícil encontrar a un empleado de
caja que no sospeche de un cliente que, sin razones que lo justifiquen, se presente ante él
con una suma extraordinaria de billetes. La popularización de los cajeros automáticos ha
incrementado las posibilidades de eludir el control sobre la circulación masiva de dinero al
contado. En tanto lo permita el sistema, ciertos recicladores se valen de estas máquinas para
efectuar ingresos fuera del horario de apertura al público, impidiendo con ello que los
empleados al servicio de la oficina puedan supervisar personalmente la entrada de efectivo
y vinculen a un cliente determinado con la manipulación masiva de dinero. De este modo,
cuando los responsables de la sucursal bancaria recogen lo acumulado durante la noche o el
fin de semana, poco más pueden hacer que verificar la realización del depósito y confirmar
el asiento contable que la máquina ya se encargó de realizar provisionalmente. Otro de los
medios más empleados por los recicladores consiste en consignar todo ese dinero en una o
varias de las cajas de seguridad de un banco. Realmente, con ello no se soluciona el
problema que implica la tenencia de una cantidad excesiva de dinero; de hecho, el contrato
no obliga al banco a custodiar el contenido de la caja —que suele desconocer—, sino la
caja misma, que ha de permanecer cerrada e intacta hasta el momento en que el propietario
de los objetos en ella colocados decida retirarlos. No obstante, los recicladores pueden
valerse de este servicio para mantener a buen recaudo una cantidad importante de billetes
en tanto encuentren la mejor forma de poderlos reintegrar a los cauces regulares de la
economía.

Instrumentación de títulos valores: La especial configuración legal de los títulos valores


justifica el hecho de que su adquisición también haya sido utilizada con mucha frecuencia
por los blanqueadores como medio para alcanzar los fines señalados. Por otra parte, la
seguridad con la que pueden hacerse efectivos los derechos de crédito incorporados a este
género de instrumentos comerciales, unida a su fácil transmisibilidad, los convierte en un
medio idóneo para facilitar la ulterior circulación de capitales ilícitos de cara a su final
reinversión. Sin perjuicio del posible uso de documentos nominativos y a la orden — el
más notorio de estos últimos sería la letra de cambio—, los que más se prestan a las
operaciones de lavado son los títulos valores librados al portador. Para su transmisión basta
la simple tradición o entrega, siendo suficiente para el tenedor la mera posesión, ya fuere
justa o injusta, para poder exigir la satisfacción del crédito que les es inherente. Por
consiguiente, los títulos valores al portador pueden circular de mano en mano de forma
ininterrumpida sin que consten en ellos más datos personales que los del obligado a pagar,
convirtiéndose en titular de pleno derecho —y, con ello, acreedor de la cantidad reflejada
en el documento— quien cuente en cada instante con su dominio material. Los cheques y
los pagarés anónimos son dos de los activos más utilizados para acumular dinero al margen
del oportuno control de las Haciendas Públicas. Asistimos con ello a un indeseable proceso
de perversión de la finalidad económica de estos títulos cambiarios: creados para servir a la
dinamización de las operaciones comerciales, facilitar los pagos y documentar el crédito, se
convierten ahora en un cómodo instrumento a través del cual se inmoviliza la riqueza y se
mantiene —al menos, durante el espacio de tiempo que sea funcional a la operación de
lavado de que se trate— separada del mercado.

Operaciones de ingeniería financiera: La cruzada emprendida por las Administraciones


Públicas contra las bolsas de riqueza que aún permanecen ajenas a esa intervención fiscal
ha provocado la aparición de nuevos productos financieros que, amparados bajo la
cobertura legal ofrecida por instituciones jurídicas pensadas para otro género de
situaciones, brindan al contribuyente la oportunidad de que su patrimonio — sea cual fuere
su origen, lícito o ilícito— se mantenga libre de toda vigilancia por parte del Estado. En
esta línea, España conoció hace años la instrumentación del mercado de seguros mediante
la suscripción de pólizas de prima única. En ellas, el tomador abonaba de una sola vez el
importe, comprometiéndose la compañía a devolverlo junto con los intereses en el plazo de
tiempo acordado, promesa que se combinaba con un seguro para el caso de fallecimiento,
las compañías no estaban obligadas a practicar retenciones de intereses ni a entregar al
Ministerio de Hacienda la relación nominal de los clientes, con lo que se garantizaba la
total opacidad fiscal del dinero negro aportado. Una vez reducida la huida hacia las primas
únicas después de la necesaria actuación del Ministerio de Hacienda, las técnicas de
ingeniería financiera lanzaron al mercado español otro mecanismo de evasión fiscal que
pronto comenzó a hacerse célebre: las cesiones temporales de créditos. En síntesis, la
operación giraba en torno a un traspaso con pacto de retorno de una participación en un
crédito concedido a un tercero por una entidad financiera. De esta forma, los bancos y cajas
de ahorro que hubieran otorgado un préstamo a un cliente cedían una parte o incluso la
totalidad de dicho crédito a un depositante deseoso de eludir al Fisco. Evidentemente, el
interés a percibir por el cesionario era menor que el acordado entre el beneficiario del
préstamo y la propia entidad, siendo la diferencia entre ambos tipos el margen de beneficio
a percibir por la intermediación.

Aproximación al ámbito del juego y las apuestas: La adquisición clandestina de boletos


premiados de cualquier clase de lotería legal constituye una de las formas más simples y
eficaces de justificar la tenencia de una cantidad excesiva de dinero en metálico. En la
mayoría de las ocasiones, quien obtiene un premio de cierta cuantía no suele arriesgarse a
retenerlo en su domicilio hasta el momento en que pueda hacerlo efectivo, sino que
acostumbra a depositarlo en poder de un banco a fin de que éste lo custodie y, llegado el
momento oportuno, se encargue así mismo de gestionar su liquidación. Por todo ello, cabe
la posibilidad de que alguno de los responsables de la oficina ofrezca al ganador la opción
de vender ese billete de lotería o esa quiniela —títulos que suelen ser anónimos y que, por
ello, pueden ser negociados a semejanza de los cheques al portador— a otro de sus clientes
que posea demasiado dinero oculto al Fisco, proceda o no de actividades ilegales, quizás
oculto en una caja de seguridad de la propia entidad. Así las cosas, el personal bancario
estaría en condiciones de servir de intermediario neutral entre ambos sujetos a fin de
acordar un precio de compra —una cantidad superior al importe del premio, diferencia que
constituye el precio del blanqueo—. Concluida la transacción, quien antes poseyera
excesiva liquidez inconfesada podría manifestarla ante el público como el producto de un
cuantioso premio.

Establecimientos abiertos al público: las “transacciones-masa”: Indudablemente, si la


existencia física del dinero sucio constituye una fuente de sospechas en el marco de una
cashless society, la mejor forma de atenuarlas habrá de consistir en desviar toda esa riqueza
hacia aquellos mercados lícitos en los que la presencia de moneda de curso legal resulte
más usual. Por consiguiente, a medida que aumente el grado de liquidez en el mercado —
bien se refiera a un determinado territorio, bien al objeto en torno al cual se desarrolle—,
mayores posibilidades habrá de iniciar con éxito un proceso de blanqueo; los sectores de
actividad económica en los que se manifiesta con mayor intensidad la presencia de dinero
al contado suelen ser aquéllos sobre los que converge una masa anónima e indeterminada
de consumidores que demandan bienes o servicios de primera necesidad. Por ello, no debe
de extrañar que una de las técnicas utilizadas por los blanqueadores para conceder carta de
legalidad a sus voluminosas ganancias sea la de aproximarlas al enorme chorro de
numerario recaudado diariamente, por ejemplo, en una cadena de grandes almacenes o de
superficies comerciales tales como los hipermercados. En términos generales, resulta
prácticamente imposible establecer un control pormenorizado de todas y cada una de las
transacciones puntuales con la clientela en estas hipótesis de “corrupción de un negocio
lícito”, razón por la cual no parece excesivamente difícil “inflar” artificiosamente la cifra
real de ingresos de caja mediante la incorporación a la misma de caudales procedentes de
fuentes ilegales. En línea con todo lo que acabamos de exponer, la hostelería y el comercio
minorista de alimentación.

Operaciones de préstamo de dinero al contado: El préstamo de cantidades en metálico


es otra de las alternativas que se pueden utilizar para desdibujar la procedencia ilícita de
una masa excesiva de dinero. En efecto, los blanqueadores pueden desatar una campaña de
préstamo de cantidades moderadas de dinero entre las capas más humildes de la sociedad
con objeto de recuperarlo posteriormente, ya blanqueado, al vencimiento de cada una de las
operaciones de crédito. Cierto es que este sistema no sirve para reducir sustancialmente la
cantidad de dinero en circulación —a medida que disminuye la suma facilitada, mayores
probabilidades habrá de que también se restituya en metálico—, pero también es verdad
que gracias a él se puede disculpar la tenencia de una masa importante de numerario.
Evidentemente, para que este procedimiento de lavado sea operativo será preciso granjearse
la confianza de una amplia clientela cuya mera existencia justifique el manejo de mucho
dinero de curso legal. Por ello, el dinero habrá de ofrecerse en condiciones lo
suficientemente ventajosas — cuotas de interés muy inferiores a las vigentes en el mercado,
no exigencia de garantías para su devolución, facilidades de amortización, etc.— como para
atraer la atención de una auténtica legión de interesados. En tales condiciones, incluso los
más media pueden ser la vía de penetración.

Unidad de aprendizaje 2.

Metodología para gestión del riesgo de lavado de activos y financiación del terrorismo.

La globalización de los servicios financieros, la evolución de la tecnología, la facilidad y


diversidad de los medios de pago y la posibilidad de realizar grandes operaciones y
transacciones de forma virtual y en tiempo real han impulsado múltiples y modernos
caminos, mediante los cuales distintas clases de delitos pueden cometerse de manera más
eficaz. Existen dos conductas que canalizan en sí mismas más recursos provenientes de
actividades delictivas que cualquier otra: el lavado de dinero y el financiamiento al
terrorismo. De ahí la importancia de conocer cuál ha sido su evolución, las nuevas
tipologías utilizadas, las herramientas tecnológicas que facilitan su ejecución y, por
supuesto, las metodologías y herramientas necesarias para prevenirlas y combatirlas. En el
caso específico de Colombia, el conflicto armado interno ha consolidado una sinergia entre
el lavado de dinero y el terrorismo, ya que el primero provee los recursos mediante los
cuales este último subsiste y que agudiza el deterioro de la situación nacional.
Considerando la amenaza que para la estabilidad del sistema financiero y la integración de
los mercados representan el lavado de activos y la financiación del terrorismo, el papel que
cumplen los órganos de supervisión y control en cualquier estructura administrativa estatal,
debe potenciarse para asegurarse instrumentos apropiados y eficientes para reducir la
eficacia de las tipologías empleadas en el ámbito de los negocios. Al efecto, en Colombia,
la Superintendencia Financiera (SFC) ha impartido instrucciones para que las
organizaciones vigiladas implementen un Sistema de Administración del Riesgo de Lavado
de Activos y de Financiación del Terrorismo (en adelante SARLA/FT) más exigente y, con
mayores alcances que otros modelos de prevención y control. Por su parte, las
Superintendencias de Notariado y Registro, de Salud, de Economía Solidaria y la Dirección
de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), han generado a través de actos
administrativos de carácter general medidas menos estrictas, pero igualmente eficientes,
que componen el Sistema Integral de Prevención y Control del LA/FT (en adelante
SIPLA/FT), con el fin de prevenir que sus vigiladas sean utilizadas para dar apariencia de
legalidad a activos provenientes de actividades delictivas o para la canalización de recursos
hacia la realización de actividades terroristas. El conjunto de estas instrucciones de
obligatoria observancia establece criterios y parámetros mínimos que deben atenderse por
las entidades vigiladas, en el diseño, implementación y funcionamiento del SARLA/FT y
del SIPLA/FT. Su eficaz aplicación es tarea que compete asumir con mayor
responsabilidad a los llamados oficiales de cumplimiento y los gerentes de riesgo u órganos
de control interno, según la estructura organizacional de la empresa o negocio de que se
trate. Conocer y comprender entonces el funcionamiento de los dos sistemas de prevención
es asunto de la mayor importancia, si se quiere observar una debida diligencia frente a la
amenaza del lavado de activos y sus consecuencias en cualquier actividad del circuito
económico que demande elevar los estándares de anticipación de la concreción de un riesgo
potencial.

Tema 1. Cultura del Buen Gobierno Corporativo y Compliance.

Las políticas de “buen gobierno corporativo” (BGC) están orientadas hacia la transparencia,
eficiencia y probidad en el desarrollo de los negocios. Constituyen un presupuesto para
actuar competitiva y éticamente en los mercados cada vez más integrados. Sin embargo, la
falta de transparencia empresarial y la ausencia de buenas prácticas mercantiles, generan
obstáculos para el crecimiento y la competitividad de las compañías. El estudio del
concepto “buen gobierno corporativo” (BGC) es relativamente reciente y a principios de la
década de los noventa se profundizó en él por los procesos de privatización en Europa
Oriental. No obstante, con ocasión de los escándalos de compañías tales como Enron,
WorldCom y Parmalat, el tema adquirió relevancia y llamó la atención de los analistas
especializados. En términos generales, el BGC está constituido por un conjunto de prácticas
comerciales que se dan en las relaciones entre los administradores sociales y todos aquellos
que invierten recursos en la empresa; igualmente, con las prácticas que se deben observar
con clientes, proveedores, empleados y órganos de supervisión y control. De este modo, su
buen ejercicio conduce a asegurar la transparencia de la administración social, el uso
óptimo de los recursos y la probidad de la información financiera y contable.

Los asuntos que abarca el BGC tienen estrecha relación con la vigilancia en la preparación
de los estados financieros, la independencia de los auditores, la revisión de las
compensaciones para los altos ejecutivos, las formas como los individuos son nominados a
las altas posiciones, el manejo de los recursos a disponibilidad de los directores y las
políticas de distribución de dividendos, entre otras, todo ello en procura de un manejo
honesto en la administración de las empresas. Precisamente, cuando las compañías públicas
o privadas no adoptan políticas de BGC se suscitan fallas en su información financiera,
abuso en los derechos de las minorías, falta de independencia en los órganos de auditoría y
de control interno, contratación de personal no idóneo o acuerdos restrictivos de la
competencia

1.1. Régimen Jurídico Colombiano contra el LA y FT

Hablar de “lavado de activos” es hablar de un fenómeno delictivo cuyos orígenes conocidos


se remontan al “Chicago de los años veinte”. Sin embargo, la creación de instrumentos
jurídicos específicamente diseñados para combatir esta modalidad delictiva resulta
notablemente más recientes, cuando sólo hasta la década de los ochenta comienza a
observarse un importante movimiento internacional orientado hacia la tipificación del
lavado de activos como un delito autónomo, y hacia el incremento de los medios existentes
para la persecución de estas conductas. En nuestro país, la asunción de compromisos
internacionales por parte del Estado en materia de lucha contra el narcotráfico fue la causa
más importante –aunque no la primera–, que determinó la adopción de herramientas
jurídicas específicamente orientadas a la prevención del lavado de activos. En efecto, “con
ocasión de la aprobación por el órgano legislativo nacional, de la Ley 67 de 1993, por la
cual se aprueba la Convención de las Naciones Unidas Contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, suscrita en Viena el 20 de diciembre de 1988,
Colombia adquirió el compromiso de tipificar en su legislación interna, una serie de
conductas relacionadas con el narcotráfico en sus diferentes etapas, una de las cuales es la
del blanqueo de los capitales ilegales”. Aunque la atención de las obligaciones adquiridas
con la comunidad internacional tardó casi cuatro años, la introducción del lavado de activos
en el catálogo de conductas punibles ha constituido uno de los más importantes progresos
del Estado colombiano en la lucha contra la delincuencia organizada. Por lo que es
importante destacar, que hasta antes de la expedición de la Ley 365 de 1997 –norma en la
que por vez primera se tipificó autónomamente la conducta–, los comportamientos que hoy
se encuentran descritos en el tipo penal de lavado de activos sólo podían ser prevenidos
“por la vía del enriquecimiento ilícito (Decreto de Estado de Sitio 1985 de agosto 24 de
1989, convertido en legislación permanente por el D. 2266 de 1991), el testaferrato (art. 6º
del D. 1856 de agosto 18 de 1989, convertido en legislación permanente por el D. 2266 de
1991) o los delitos de favorecimiento y receptación (arts. 176 y 177 del Código Penal)” La
descripción que en aquel entonces se le dio al lavado de activos no fue únicamente
producto de la discusión sostenida en el desarrollo de los debates parlamentarios, sino que
el texto de la norma estuvo profundamente influenciado por el Reglamento Modelo sobre
Delitos de Lavado Relacionados con el Tráfico Ilícito de Drogas y Delitos Conexos,
aprobado en el curso de la octava sesión plenaria del 23 de mayo de 1992 de la Asamblea
General de la Organización de Estados Americanos, OEA, y que fuera elaborado por
expertos de trece países de América, a instancias de la Comisión Interamericana para el
Control del Abuso de Drogas, CICAD, de la OEA.

1.2. Sistema de administración del riesgo de lavado de activos y financiación del


terrorismo (SARLA/FT)

Para la realización de las diferentes fases que componen el SARLA/FT se hace necesario
que la entidad adquiera una infraestructura especialmente dedicada a la administración del
riesgo de lavado de activos y financiación del terrorismo. Esta infraestructura debe
comprender todo lo necesario para realizar adecuadamente las diferentes etapas del
SARLA/FT, especialmente los recursos humanos, físicos, económicos y tecnológicos
requeridos en cada una de ellas. La Circular Externa 022 de 2007 contempla una regulación
en la que se prevé cuáles son los elementos mínimos que debe tener el SARLA/FT,
agrupándolos en ocho categorías a saber: políticas, procedimientos, documentación,
estructura organizacional, órganos de control, infraestructura tecnológica, divulgación de la
información y capacitación.

El punto de partida para entender el SARLA/FT es el artículo 102 del Estatuto Orgánico del
Sistema Financiero (D. 663 del 2 de abril de 1993, modificado por la L. 1121 de 2006(5)).
Este artículo dispone como obligación de todas las instituciones sometidas a la inspección,
vigilancia y control de la Superintendencia Financiera adoptar medidas de control, que
contribuyan a prevenir que puedan ser utilizadas para movilizar, adquirir, administrar,
depositar, aprovechar, invertir, manejar, ocultar o encubrir el origen de recursos
ilegalmente obtenidos, o destinados a financiar organizaciones terroristas. Así mismo, este
artículo también señala que las medidas adoptadas deben consistir en mecanismos y reglas
de conducta de obligatoria observancia por parte de todos sus directivos, administradores y
funcionarios. Estos mecanismos y reglas de conducta deben además estar diseñados de tal
forma, que existan procedimientos específicos que permitan a la entidad conocer
adecuadamente a los clientes, conocer suficientemente el mercado en el que actúa y
reportar oportunamente las operaciones sospechosas. Con el fin de asegurar el adecuado
funcionamiento del SARLA/FT, se proponen las siguientes políticas generales que son
reglas de conducta y procedimientos para orientar la actuación en cuanto a la gestión del
riesgo: En la empresa se reconoce que la materialización de un evento de riesgo relacionado
con el LA/FT atenta contra la empresa al generar pérdidas que afectan el logro de sus
objetivos corporativos. En la empresa el SARLA/FT tiene como objetivos la prevención de
que no sea utilizada para realizar cualquier tipo de operación de lavado de dinero y detectar
y el reporte oportuno de esas operaciones cuando acontezcan. La prevención y el control se
refieren a las dos fases consideradas por las normas de la Superintendencia Financiera de
Colombia.

En la empresa se reconoce que el lavado de activos y la financiación del terrorismo


representan una gran amenaza para la estabilidad del sistema financiero y la integridad de
los mercados por su carácter global, y, consciente de ello, debe implementar el SARLA/FT
con el fin de prevenir y controlar que sea utilizada para dar apariencia de legalidad a activos
provenientes de actividades delictivas o para la canalización de recursos hacia la realización
de actividades terroristas; por tal motivo, la junta directiva y la alta gerencia de la entidad
consagrarán en el manual la necesidad y exigirán a todos los funcionarios que antepongan
el cumplimiento de las normas en materia de administración de riesgo de LA/FT al logro de
las metas comerciales.

1.3. Facultades y responsabilidades de las autoridades competentes y otras medidas


institucionales.

Los países deben asegurar que las instituciones financieras estén sujetas a una regulación y
supervisión adecuadas y que implementen eficazmente las Recomendaciones del GAFI.
Las autoridades competentes deben tomar las medidas legales o normativas necesarias para
prevenir que los criminales o sus cómplices tengan, o sean el beneficiario final de, o que
tengan una participación significativa o mayoritaria en, o que ostenten una función
administrativa en una institución financiera. Los países no deben aprobar el establecimiento
u operación continuada de bancos pantalla. En el caso de las instituciones financieras
sujetas a los Principios Centrales, las medidas de regulación y supervisión que se aplican
para propósitos prudenciales y que son relevantes también para el lavado de activos y el
financiamiento del terrorismo, deben aplicarse de una forma similar para propósitos
ALA/CFT. Esto debe incluir la aplicación de una supervisión de grupo consolidada para
propósitos ALA/CFT. Las demás instituciones financieras deben recibir licencia o ser
registradas y reguladas apropiadamente, y estar sujetas a la supervisión o vigilancia para
propósitos ALA/CFT, teniendo en cuenta el riesgo de lavado de activos o de financiamiento
del terrorismo en ese sector. Como mínimo, los negocios que presten un servicio de
transferencia de dinero o valores, o de cambio de dinero o moneda, deben recibir licencia o
ser registrados, y estar sujetos a sistemas eficaces de monitoreo y asegurar el cumplimiento
con los requisitos nacionales ALA/CFT. Los supervisores deben contar con facultades
adecuadas para supervisar o monitorear las instituciones financieras y asegurar el
cumplimiento por parte de éstas con los requisitos para combatir el lavado de activos y el
financiamiento del terrorismo, incluyendo autorización para realizar inspecciones. Deben
estar autorizados para requerir la presentación de información por las instituciones
financieras que sea relevante para el monitoreo de dicho cumplimiento, e imponer
sanciones, de acuerdo con la Recomendación 35, por incumplimiento con dichos requisitos.
Los supervisores deben tener la facultad para imponer una gama de sanciones disciplinarias
y financieras, y potestad para retirar, restringir o suspender la licencia de la institución
financiera, donde corresponda. Los países deben establecer una Unidad de Inteligencia
Financiera (UIF) que sirva como un centro nacional para la recepción y análisis de: (a)
reportes de transacciones sospechosas; y (b) otra información relevante al lavado de
activos, delitos determinantes asociados y el financiamiento del terrorismo, y para la
comunicación de los resultados de ese análisis. La UIF debe ser capaz de obtener
información adicional de los sujetos obligados, y debe tener acceso oportuno a la
información financiera, administrativa y del orden público que requiera para desempeñar
sus funciones apropiadamente. Los países deben asegurar que las autoridades del orden
público designadas tengan responsabilidad para desarrollar las investigaciones sobre lavado
de activos y financiamiento del terrorismo dentro del marco de las políticas nacionales
ALA/CFT. Al menos en todos los casos relacionados a delitos que produzcan gran volumen
de activos, las autoridades del orden público designadas deben desarrollar una investigación
financiera de manera proactiva en paralelo a la persecución del lavado de activos, delitos
determinantes asociados y el financiamiento del terrorismo. Ello debe incluir casos en los
que el delito determinante asociado ocurre fuera de sus jurisdicciones. Los países deben
asegurar que las autoridades competentes tengan responsabilidad en la rápida
identificación, rastreo e inicio de acciones para congelar y embargar bienes que están, o
puedan ser o estar, sujetos a decomiso, o que se sospecha que son producto del crimen. Los
países deben utilizar también, cuando sea necesario, grupos multidisciplinarios
permanentes o temporales especializados en investigaciones financieras o de activos. Los
países deben asegurar que, cuando sea necesario, se lleven a cabo investigaciones
cooperativas con las autoridades competentes apropiadas en otros países.

1.4. Lista Clinton alcances y características.

Uno de los temas que más controversia suscita en nuestro medio tiene que ver con los
efectos que provoca en Colombia la inclusión de una persona en la Office of Foreing Assets
Control’s SDN List (“Lista OFAC”, también conocida como “Lista Clinton”), y los riesgos
potenciales que pueden surgir para quienes efectúen operaciones comerciales con quienes
se encuentran en ella. Sobre el particular, se aclara que la Orden Ejecutiva 12978 dictada
por el presidente de Estados Unidos constituye una decisión soberana adoptada por un
gobierno extranjero, cuyo ámbito de validez se encuentra reducido a los ciudadanos y
sociedades estadounidenses. El propósito de esta normativa es suministrar la información
necesaria para evitar el establecimiento de relaciones jurídico-comerciales con personas
extranjeras de quienes se sospecha, pueden estar involucradas en la ejecución de conductas
calificadas como crímenes que atentan contra la seguridad de Estados Unidos de América.
Dada esta circunstancia, esta orden no es válida como legislación directamente aplicable en
nuestro derecho interno, ni existe mecanismo coercitivo alguno que obligue a un nacional
colombiano –ya se trate de persona natural o jurídica, o de sucursales nacionales de
personas jurídicas extranjeras– a abstenerse de establecer relaciones jurídico-comerciales
con sujetos incluidos en la Lista OFAC. No obstante, el contenido de esta lista tiene
profundos efectos y riesgos de reputación comercial y de exposición en el ámbito interno
para las personas que mantienen vínculos comerciales con ciudadanos o sociedades
estadounidenses. Si un nacional o una sociedad colombiana, a partir del conocimiento que
tiene de la inclusión de una persona en la lista de la OFAC, lleva a cabo operaciones
comerciales con dicho individuo, corren el riesgo de que la Teasury’s Office of Foreing
Asset Control también los incluya en la lista, al asumir que estos pueden estar
contribuyendo a la realización del presunto crimen por el que fue originalmente incluido el
primer individuo. Los efectos que se generan en Colombia por la inclusión de una persona
en la lista OFAC han sido fijados por la Corte Constitucional para el ámbito de la actividad
financiera, bursátil y aseguradora, a partir de argumentos jurídicos que bien pueden
extenderse a otros ámbitos de la actividad económica, y que actualmente se consideran
criterios orientadores de buenas prácticas comerciales y de buen gobierno corporativo. En
efecto, al resolver diversas acciones de tutela originadas en el bloqueo financiero a personas
incluidas en la Lista OFAC, la Corte Constitucional colombiana ha sostenido que el
ejercicio de la actividad financiera es de “alto riesgo social”, en atención a la necesidad que
existe de preservar la confianza del público en el sistema y en su servicio, tal como se
desprende del artículo 35 de la Ley 510 de 1999. Por tal motivo y, sin perjuicio del
principio de universalidad del ahorro, las entidades vigiladas pueden rehusarse a aceptar
una persona como cliente, siempre que dicha decisión obedezca “a criterios objetivos y
razonables que impliquen un riesgo para la solvencia y/o estabilidad patrimonial de las
entidades financieras” y no a causas de discriminación o a la imposición de barreras
irrazonables para la prestación de algún servicio financiero En resumen, la jurisprudencia
de la Corte Constitucional respalda la posibilidad de que las entidades vigiladas impidan a
ciertos usuarios del sistema financiero el acceso a sus servicios, siempre que éste no resulte
injustificado

Tema 2. Impacto del LA/FT en el sector financiero y empresarial.

Aquellas empresas que no promuevan en su interior medidas de prevención contra el


lavado de activos y la financiación de terrorismo pueden verse abocadas a enfrentar tres
tipos de riesgos asociados con esos delitos: a) Riesgo reputacional: posibilidad de pérdida
por desprestigio, mala imagen, publicidad negativa (cierta o no) concerniente a la
institución, sus prácticas de negocios, que originen situaciones como pérdida de clientes o
disminución de ingresos; b) riesgo legal: posibilidad de ser sancionada, multada u obligada
a indemnizar daños originados por el incumplimiento normativo y las obligaciones
contractuales; c) riesgo de contagio: pérdida por acción, vínculo o experiencia con una
persona natural o jurídica relacionada o asociada a la entidad (Superintendencia Financiera
de Colombia, 2007). De manera tal, que hay actividades económicas más vulnerables que
otras de ser utilizadas para el LA/FT; de acuerdo con Mariño, Chaparro y Medina (2014),
las organizaciones más vulnerables son las corporaciones, fundaciones o entidades sin
ánimo de lucro, personas políticamente expuestas (PEP) y entidades que realizan
actividades económicas de alto riesgo. En estas últimas, se encuentran 9 actividades
económicas, entre las cuales se encuentran las empresas dedicadas a la transferencia o
envío de fondos o remesas. Para hablar del impacto en el sector financiero, se debe tener en
cuenta que la teoría económica no ha abordado de manera efectiva la delincuencia
financiera, puesto que el cálculo de los diferentes indicadores tanto a nivel monetario y
financiero se fundamentan en las transacciones financieras legales, dejando de lado los
aspectos financieros originados en el crimen organizado; por lo tanto, los flujos monetarios
que se relacionan con actividades ilegales o criminales cayeron en esta ruptura, generando
un gran vacío en la literatura, ya que recientemente los dineros criminales han ganado
relevancia y se han acentuado en el debate público y político, en particular, aquellos que se
encuentran asociados con la financiación del terrorismo, en lo que respecta al efecto
corruptor sobre la sociedad y sus instituciones, al incrementarse la incidencia del LA/FT, el
poder económico del mercado, el gobierno y los ciudadanos son desplazados a la
delincuencia, razón por la cual, las estructuras más exitosas son aquellas que utilizan la
corrupción para debilitar los controles oficiales y la aplicación de la ley. Todo lo anterior se
ve reflejado en eventos como el publicado por El Tiempo (2019), donde se dio a conocer la
captura de una banda criminal colombiana que había utilizado el sector financiero para la
comisión de LA, para ello, realizó transferencias fachada y suplantación de identidades
(nombres y cedulas falsas); camuflando así más de medio billón de pesos en el periodo
2006 – 2014. En este caso, luego de que el dinero entró a la banca, los propietarios lograron
blanquearlo por medio de dos etapas, una de ellas camuflando el dinero en operaciones
bursátiles a través de sociedades comisionistas de bolsa; y a continuación, dichos recursos
se utilizaron para hacer pagos a terceros o transferencias al exterior; en la segunda fase la
red criminal usó la modalidad conocida como 'pitufeo', que consiste en el fraccionamiento
de efectivo para lograr ingresar al sistema financiero 337 mil millones de pesos a través de
empresas fachadas. Esta cantidad fue suficiente para alterar los indicadores económicos del
país creando una falsa expectativa de cómo se encuentra posicionado el Estado
económicamente.

2.1. Lavado de activos en economías emergentes e informales

El lavado de activos es uno de los elementos de estudio dentro de la conocida como


“economía subterránea”3 , por ser el agente catalizador de los dineros percibidos por delitos
como trata de personas, secuestro, sicariato, prostitución, hurtos y estafas, entre otros. Esta
actividad es reconocida en nuestro estatuto penal como un delito per se, por ser la
herramienta utilizada por los delincuentes para dar apariencia de legalidad a los dineros que
se han obtenido de forma ilegítima; y de acuerdo con lo expuesto por Balen de Pérez Toro
(2001), experta en el tema, “se ha convertido en un problema que afecta seriamente los
mercados financieros del mundo, pues le ha permitido a las organizaciones delictivas
penetrar en los negocios lícitos escondiendo sus ganancias, lo que conduce a distorsionar la
actividad financiera, comercial y empresarial legítima, generando corrupción a su paso”. Su
comportamiento va de la mano del aumento de las actividades delictivas registradas en
nuestro país, el incremento de la demanda mundial de alcaloides como la cocaína, la falta
de control de las operaciones financieras y la habilidad de los delincuentes para camufl ar
sus actividades e infiltrarlas en el sistema formal, a través de operaciones muy elaboradas.
Dentro del fenómeno de la economía criminal, este delito consolida un ingreso
potencialmente grande en la funcionalidad del sistema formal, por las cantidades de
efectivo que a diario le inyecta, y es el motor para el desarrollo de muchas otras
actividades, tanto lícitas como ilícitas, las cuales inciden de forma directa en el
comportamiento de los indicadores macroeconómicos. A pesar del daño que ocasiona, por
financiar las acciones del narcotráfico y el terrorismo, muy pocas personas conocen en
realidad cómo funciona y cuál es su proceso de infiltración en la economía formal. En
Colombia, la primera etapa se realiza por lo general a través de la compra de inmuebles, de
moneda extranjera, de oro o esmeraldas, de pólizas de seguro, la utilización de casinos o
centros de juego, el patrocinio de espectáculos o la colocación de pequeñas cantidades de
dinero en diversas cuentas, dentro o fuera del país, para que ingresen al sistema financiero
nacional. En algunos casos supone la realización inmediata de transacciones en cuentas de
bancos ubicados en paraísos fiscales o la utilización de sistemas financieros paralelos al
formal, conocidos también como economía del menudeo, que ofrecen al mercado liquidez
inmediata. Toda acción es válida, siempre y cuando evite su ubicación por parte de las
autoridades o de los enemigos, y el deterioro por factores ambientales.

2.2. Prevención del lavado de activos en el sector empresarial

La prevención del LA/FT, este encabezada por organismos internacionales, los cuales se
encuentran liderados por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que es el
encargado de fijar modelos y promover la implementación efectiva de medidas legales,
reguladoras y operativas para combatir el LA/FT, así como otras amenazas al Sistema
Financiero Internacional Por tanto, la prevención se da alrededor de la construcción de una
cultura anti LA/FT, la cual se da a través de campañas audiovisuales y la generación de
normas que indican como implementar mecanismos que permitan administrar el riesgo del
LA/FT, además del deber de cada una de las empresas de acatar a la Superintendencia de
Sociedades en la Circular Externa 100 000005 del 17 de junio de 2014, en lo concerniente a
la elaboración de un manual propio de prevención del LA/FT, con el fin de ejecutar las
políticas allí establecidas para disminuir el riesgo de ocurrencia o materialización e
integrando eficientemente los cuatro ejes anti lavado que son prevención, detección,
investigación y juzgamiento, de tal forma que integren correctamente el sector público y el
privado en esta lucha mancomunada. Además, los Gobiernos deben establecer dentro de sus
ordenamientos normativos políticas claras Anti Lavado de Activos y Contra la Financiación
del Terrorismo, dando lugar a entidades estatales que han de hacer las respectivas
actividades de vigilancia y control en materia de contratación pública, seguimiento a las
personas públicamente expuestas, a los contratistas e interventores, a los ciudadanos del
común o integrantes del elemento hogar, quienes tienen la obligación de hacer participación
ciudadana en lo relacionado con la cultura anti blanqueo de capitales en sus quehaceres
diarios y en aquellas actividades socioeconómicas no reconocidas, y finalmente, las
empresa que integran el sector real y financiero tanto interno como externo.

2.3. Señales de alerta para las industrias del sector financiero

Las señales de alerta son un instrumento importante para la puesta en marcha de un sistema
de prevención del lavado de activos y financiación del terrorismo. Actualmente muchas
señales de alerta están enfocadas en el sector financiero, por lo cual Infolaft consultó
normativas y documentos expedidos por autoridades y organismos internacionales con la
intención de suministrar un listado integral útil para varios sectores.

Infolaft consultó el documento titulado Identificación de señales de alerta por posibles


violaciones de las principales leyes estadounidenses por parte de las compañías que operan
en el exterior. De ese reporte se extrajeron las señales de alerta que tienen más aplicación
para el sector real. Dichas señales se clasifican en:

 Cuando la contraparte es vaga o evasiva sobre la fuente de los fondos para realizar
las transacciones o actividades.  
 Situaciones en las que la contraparte proporciona información de contacto comercial
falsa, incompleta o engañosa. 
 Casos de contrapartes que tiene grandes sumas de dinero o moneda extranjera en
efectivo disponibles para la transacción o actividad empresarial y el tipo de negocio
que lleva a cabo no respalda dicha situación.
 Hallazgos de información falsa de la contraparte en los procesos de debida
diligencia. 
 Hechos en los que la contraparte se niega a cumplir y/o acordar con el área de
cumplimiento de la empresa las leyes aplicables o las políticas de la empresa. 
 Cuando la contraparte busca que el pago de las ganancias se realice en una cuenta
de un país extranjero que no sea la ubicación de sus negocios.
 Casos en los que la contraparte es o ha sido objeto de escrutinio por parte de las
autoridades por fraude, tráfico de drogas, tráfico de armas o actividades de
delincuencia organizada.

Infolaft consultó el documento Riesgo de lavado de activos en instrumentos


financieros publicado por la UNODC, el cual contiene un listado bastante amplio de señales
de alerta.

A pesar de que el documento está enfocado en el sector financiero, suministra un listado de


señales de alerta relacionadas con empleados, las cuales pueden ser aplicables a empresas
del sector real.

A continuación, infolaft suministra un listado de señales ampliamente basadas en el


documento publicado por la UNODC:

 Empleado de una entidad que evita ciertos controles internos o de aprobación,


establecidos para determinadas operaciones, productos o servicios.
 Trabajador de una entidad que omite la verificación de la identidad de una
contraparte o no confronta sus datos con los registros suministrados en los formatos
o bases de datos de la entidad.
 Funcionario de una entidad que frecuentemente recibe regalos, invitaciones, y
dádivas de ciertos clientes o contrapartes sin una justificación clara y razonable.
 Funcionario de una entidad, especialmente asesor comercial, que atiende en forma
preferencial, exclusiva y permanente o exime de ciertos controles a un cliente con el
argumento de que es ‘bastante conocido’, ‘referenciado de otra entidad’, ‘solo
confía en mí’, ‘yo le asesoro todos sus negocios’ o similares.

El documento suministra también señales de alerta para instrumentos comerciales

 Clientes que presentan un volumen histórico de facturación de mercancías o


servicios con incrementos, en cantidades o monto, que no tienen una justificación
razonable.
 Compradores que presentan una facturación de mercancías o servicios, con
incrementos, que no tienen una justificación razonable con la actividad económica,
ubicación o forma de pago del comprador.

2.4. Amenazas, prevención y control del LA/FT en las empresas.

Para realizar el diagnostico de fortalezas y debilidades se debería desagregar la empresa al


menos en tres ámbitos: ámbito estratégico, ámbito de control y ámbito operativo. El ámbito
estratégico a su vez está integrado por: la estrategia corporativa y la estrategia de la mezcla
de mercadeo. A su vez, la corporativa comprende: Los procesos de divulgación y
comunicación interna que se podrían utilizar para difundir información sobre el SIPLA/FT
o el SARLA/FT, la misión definida para la empresa, la visión, los objetivos estratégicos
corporativos preferencialmente expresados en un mapa de objetivos estratégicos, los
preceptos de gobierno corporativo, La actitud de la alta gerencia hacia el control y en
especial hacia la prevención y control del LA/FT, los proveedores de todo tipo de insumos,
los sistemas de logística de almacenamiento, transporte y distribución, los entes de
vigilancia y control oficial, los stakeholders o partes interesadas en la organización, La
estructura organizacional, las normas internas y externas, la actitud hacia el cambio y la
innovación. Por otro lado, está la estrategia de la mezcla de mercadeo, donde seguramente
hallaremos las mayores vulnerabilidades de la organización al riesgo del LA/FT, porque allí
se encuentran los principales factores de riesgo de LA/FT, tales como: Los clientes en los
diferentes segmentos objetivo de mercado, tanto nacionales como internacionales; b) Los
productos o servicios de la empresa; c) Los canales de distribución, y d) El recurso humano
de la organización.
Son retos presentados por acciones de delincuentes que, ante la ausencia de acciones de
prevención y control del LA/FT, conllevarían impactos negativos para la empresa como el
estancamiento y su consecuente desaparición. Las amenazas son situaciones externas a la
organización relacionadas con el delito de LA/FT que pueden atentar contra ella, por lo
que, llegado al caso, puede ser necesario diseñar una acción adecuada para poder sortearla.
Ante esos retos, es necesario responder seriamente la pregunta: ¿en caso de materializarse
el riesgo de LA/FT, se podría impedir parcial o totalmente la actividad de la empresa? Las
debilidades se refieren, a todos aquellos elementos, recursos, habilidades y actitudes que la
empresa tiene y que constituyen barreras para lograr una eficiente y eficaz prevención y
control del riesgo de LA/FT. Son problemas internos que, una vez identificados, se pueden
y deben eliminar.

Tema 3. Diseño e implementación de los sistemas de gestión del riesgo de LA y FT

Para la elaboración del Sistema de Administración de Riesgo LA/FT, se sugiere tomar en


consideración las siguientes disposiciones y estándares internacionales 40
Recomendaciones del GAFI 2012 (Estándares Internacionales sobre el Enfrentamiento al
Lavado de Dinero, la Financiación del Terrorismo y la Proliferación). GAFI,
FINANCING., Recomendaciones internacionales: NACIONES UNIDAS, GAFI, GAFIC,
GAFILAT y COMITÉ DE BASILEA. Estándar de Australia y Nueva Zelanda sobre
administración de riesgos: AS/NZ: 4360, norma ISO 31000 (Gestión de Riesgo), marco
integrado de administración de riesgos corporativos. Committee of Sponsoring
Organizations of the Treadway Commission (COSO), estándar BASC 04-2012, las
instrucciones impartidas por las autoridades de regulación y supervisión. Un administrador
de riesgos de LA/FT, debe conocer en detalle las regulaciones allí contenidas y por ello,
para el diseño y adopción del Sistema de Administración del Riesgo LA/ FT se debe, en
primer lugar, conocer en detalle las normas mencionadas, por lo tanto, se sugiere el análisis
de dichos documentos. Así mismo, es indispensable para el diseño de un Sistema de
Administración de Riesgos LA/FT, conocer las normas nacionales que regulan están
materias, por lo que al momento de analizar el entorno normativo en la etapa del
diagnóstico, es importante tener en cuenta las normas relacionadas, las que las modifiquen
o adicionen

3.1. Órganos de control interno.

La organización, coherentemente con las leyes aplicables a su actividad comercial, debe


asegurar un compromiso de toda la organización para el adecuado cumplimiento del
SARLA/FT o del SIPLA/FT. Esta directriz de alto nivel se extiende a todos los
responsables de las áreas de dirección, operación y control y a los demás empleados y
colaboradores, que, sin exclusión, prestan sus servicios a la compañía, para evitar que sea
utilizada con fines criminales. Todos los empleados de la compañía son responsables por el
cumplimiento de la ley, los estatutos, las políticas y objetivos señalados por ella y, en
particular, las normas estipuladas en este el manual del SARLA/FT o del SIPLA/FT, en el
código de conducta y los manuales internos de procesos. En especial los directores y los
funcionarios del front office están en la obligación de reportar cualquier operación o
actividad que consideren como inusual a través del correo electrónico o por escrito, dirigido
a su jefe inmediato, y este al comité evaluador de operaciones en cabeza del oficial de
cumplimiento, explicando los pormenores de las circunstancias observadas.

Adicionalmente, los empleados, administradores y accionistas que, por la naturaleza de sus


funciones y procesos dentro de la empresa, deban establecer vínculos contractuales con
usuarios o proveedores de bienes y servicios tienen como responsabilidad hacer la debida
gestión para garantizar un adecuado conocimiento del usuario, cliente o agente económico.

Revisor fiscal El revisor fiscal de la empresa debe elaborar un reporte trimestral dirigido a
la junta directiva, u órgano que haga sus veces, en el que informe acerca de las
conclusiones obtenidas en el proceso de evaluación del cumplimiento de las normas e
instructivos sobre el SARLA/FT. Además, tiene que poner en conocimiento del oficial de
cumplimiento las inconsistencias y fallas detectadas en el SARLA/FT y, en general, todo
incumplimiento que detecte a las disposiciones que regulan la materia.

Auditoría interna La auditoría interna de la empresa o quien ejecute funciones similares, o


haga sus veces, debe evaluar anualmente la efectividad y cumplimiento de todas y cada una
de las etapas y los elementos del SARLA/FT, con el fin de determinar las deficiencias y sus
posibles soluciones. Así mismo, deberá informar los resultados de la evaluación al oficial
de cumplimiento y a la junta directiva. La auditoría interna, o quien ejecute funciones
similares o haga sus veces, debería realizar una revisión periódica de los procesos
relacionados con las exoneraciones y parametrizaciones de las metodologías, modelos e
indicadores cualitativos y/o cuantitativos de reconocido valor técnico. La empresa podría
contratar una auditoría externa en tema SARLA/FT en caso de considerarlo necesario o
ante la solicitud de algún agente económico, por los períodos de tiempo que estimen
convenientes.

3.2. La Convención de Viena de 1988.

Mediante Resolución 39/141 del 14 de diciembre de 1984, la Asamblea General de la


Organización de Naciones Unidas solicitó al Consejo Económico y Social de ese mismo
organismo, que en el marco de la 31º sesión de la Comisión de Estupefacientes que tendría
lugar el día 14 de febrero de 1985 se tuviera en cuenta como tema prioritario, la
preparación de una convención contra el tráfico ilícito de drogas. Con motivo de esta
solicitud, el Secretario General preparó el texto inicial de la Convención contra el Tráfico
de Drogas y Substancias Estupefacientes, el cual surtió durante algo más de tres años un
proceso de revisión que incluyó la discusión por parte de los diferentes gobiernos, de
diferentes organismos y comisiones al interior de la ONU, y de varios grupos de expertos
internacionales conformados específicamente para ello. Después de este largo proceso, la
ONU convocó para que entre el 25 de noviembre y el 20 de diciembre de 1988 se llevara a
cabo en Viena la Conferencia para la Adopción de la Convención contra el Tráfico de
Drogas y Substancias Estupefacientes, en la cual se adoptó el texto final de la misma La
Convención que fue adoptada el 19 de diciembre de 1988 tiene el propósito fundamental de
señalar las medidas que deben tomar los Estados parte, para prevenir el tráfico ilícito de
drogas y otras substancias estupefacientes. No obstante, en ella se reconoce la existencia de
una estrecha relación entre el tráfico ilícito de drogas y otras conductas delictivas, frente a
las cuales deben tomarse también medidas de prevención. En lo que se refiere al tema de
este trabajo, la Convención reconoce la existencia de una relación entre el tráfico ilícito de
drogas y el lavado de activos, así como que esta relación afecta la estabilidad, la seguridad
y la soberanía de los Estados. Textualmente se admite que los Estados parte son
“conscientes de que el tráfico ilícito genera considerables rendimientos financieros y
grandes fortunas que permiten a las organizaciones delictivas transnacionales penetrar,
contaminar y corromper las estructuras de gobierno, el comercio legítimo y las empresas
financieras, y la sociedad en todos sus niveles”(9). Por esta razón, la Convención también
declara expresamente tener el propósito de que los Estados implementen mecanismos que
permitan privar a las organizaciones criminales de los beneficios económicos del delito, de
modo que desaparezcan todos los incentivos para el tráfico ilícito de estupefacientes.
Complementariamente, la Convención entiende que el delito de lavado de activos es
cometido mayoritariamente por grupos criminales organizados que actúan
internacionalmente, y por esta razón dispone que los Estados parte deben asegurar que los
jueces o tribunales competentes estén facultados para agravar las penas y demás
consecuencias del delito en circunstancias de particular gravedad, tales como: “a) La
participación en el delito de un grupo delictivo organizado del que el delincuente forme
parte, y “b) La participación del delincuente en otras actividades delictivas internacionales
organizadas Para hacer eficaces estas medidas, la Convención insta a las partes a adoptar en
su legislación interna normas para el decomiso de los bienes producto del tráfico ilícito de
estupefacientes, o de bienes por valor equivalente. Por medio de esta disposición se
pretende que los Estados parte adopten normas que les permitan perseguir no sólo los
recursos provenientes del narcotráfico, sino también los bienes que son utilizados para
encubrir el origen o la ubicación de tales recursos. De esa manera, los diferentes Estados
deben ponerse en condición de decomisar legalmente tanto los bienes obtenidos mediante
narcotráfico, como los utilizados con el propósito de lavar dichos activos.
3.3. Identificación e implementación del SIPLA/FT y SARLA/ FT.

La correcta implementación de los programas de cumplimiento entre estos SAGRILAFT y


Programa de Transparencia y Ética Empresarial – PTEE se convierten en un eje
fundamental para el aseguramiento de objetivos propuestas por las empresas.

La división de cumplimiento mediante un enfoque de aseguramiento genera valor agregado


en las compañías tomando como base los requerimientos de las diferentes entidades de
regulación y vinculándolos a sistemas de gestión certificados. Lo que permitirá mitigar
riesgos en las organizaciones. Los sistemas de administración del riesgo de Lavado de
activos (SAGRILAFT – SIPLAFT) en la empresa debe seguir un proceso metodológico
que contiene principalmente políticas, procedimientos y matrices de riesgos que permiten
mitigar los riesgos. El Oficial de Cumplimiento es la encargada de promover, desarrollar y
velar por el cumplimiento de los procedimientos específicos de prevención, actualización y
mitigación de los riesgos asociados a LA/FT.
Contamos con un equipo de profesionales en diferentes disciplinas que cuentan con la
experiencia para ejercer el rol de Oficial de Cumplimiento para los programas
de SAGRILAFT, SIPLAFT y PTEE. En caso tal que la compañía ya tenga un oficial de
cumplimiento designado, brindamos el servicio de asesoría en temas de cumplimiento y
proceso de implementación del sistema SAGRILAFT, SIPLAFT y PTEE. Las acciones de
la debida diligencia de las contrapartes en la empresa pueden variar de acuerdo con el
contexto, la naturaleza y al alcance de la operación, por lo cual el ente económico deberá
abordar los diferentes impactos que surgir en el desarrollo de su actividad.
Para esto, un equipo de trabajo realizará un informe ampliado del cliente, proveedor o
tercero relacionado. Brindamos un acompañamiento, asesoría, análisis y soporte en todo el
tema de consulta en listas vinculante, identificando las señales de alerta o actividad de
carácter sospechoso que puedan evidenciar, al momento de iniciar una relación comercial o
durante la vigencia de la relación contractual con clientes, proveedores, empleados y
contrapartes. Cada una de las áreas involucradas de la empresa en los programas de
cumplimiento, periódicamente deben reforzar y afianzar el conocimiento
en SAGRILAFT y PTEE. Esto se logra con capacitaciones de forma asertiva a los
funcionarios de la compañía. Por tal razón, contamos con profesionales expertos que
realizan las capacitaciones a los empleados de su organización.

Tema 4. Estándares internacionales en materia de protección

Los países deben tomar medidas inmediatas para ser parte de, e implementar a plenitud, la
Convención de Viena, 1988; la Convención de Palermo, 2000; la Convención de las
Naciones Unidas contra la Corrupción, 2003; y el Convenio Internacional para la Represión
de la Financiación del Terrorismo, 1999. Cuando corresponda, se exhorta también a los
países a ratificar e implementar otras convenciones internacionales relevantes, como la
Convención del Consejo de Europa sobre el Crimen Cibernético, 2001; la Convención
Interamericana contra el Terrorismo, 2002; y el Convenio del Consejo de Europa sobre
Blanqueo, Detección, Embargo y Decomiso de los Productos de un Delito y sobre el
Financiamiento del Terrorismo, 2005. Los países deben prestar rápida, constructiva y
eficazmente, el mayor rango posible de asistencia legal mutua con relación a
investigaciones, procedimientos judiciales y procesos relacionados con el lavado de activos,
delitos determinantes asociados y el financiamiento del terrorismo. Los países deben contar
con una base jurídica adecuada para prestar asistencia y, cuando corresponda, deben tener
establecidos tratados, acuerdos u otros mecanismos para mejorar la cooperación. En
particular, los países deben: No prohibir, o dar lugar a condiciones restrictivas poco
razonables o indebidas, en la prestación de asistencia legal mutua. (b) Asegurar que cuenten
con procesos claros y eficaces para la priorización y ejecución oportuna de solicitudes de
asistencia legal mutua. Los países deben también utilizar una autoridad central u otro
mecanismo oficial establecido, para la transmisión y ejecución eficaz de las solicitudes.
Para monitorear el progreso de las peticiones, debe mantenerse un sistema de
administración de casos. (c) No negarse a ejecutar una solicitud de asistencia legal mutua
por el único motivo de que se considera que el delito involucra también asuntos fiscales. (d)
No negarse a ejecutar una solicitud de asistencia legal mutua basándose en que las leyes
exigen a las instituciones financieras que mantengan el secreto o la confidencialidad. (e)
Mantener la confidencialidad de las solicitudes de asistencia legal mutua que reciben y la
información en ellas contenida, sujeto a los principios fundamentales de derecho interno,
con el objeto de proteger la integridad de la investigación o la investigación preliminar. Si
el país que recibe la petición no puede cumplir con el requisito de confidencialidad, debe
informarlo con prontitud al país que emite la solicitud.

Los países deben prestar asistencia legal mutua, pese a la ausencia de la doble
incriminación, si la asistencia no involucra acciones coercitivas. Los países deben
considerar la adopción de las medidas que sean necesarias para poder prestar un amplio
nivel de asistencia en ausencia de la doble incriminación. Cuando se requiera de la doble
incriminación para la asistencia legal mutua, debe considerarse como cumplido ese
requisito independientemente de si ambos países colocan el delito dentro de la misma
categoría de delito o denominan el delito utilizando la misma terminología, siempre que
ambos países tipifiquen la conducta que subyace en el delito.
4.1. Cooperación internacional

Los países deben asegurar que cuenten con la autoridad para tomar una acción rápida en
respuesta a solicitudes extranjeras para identificar, congelar, embargar y decomisar bienes
lavados; productos del lavado de activos, de los delitos determinantes y del financiamiento
del terrorismo; instrumentos utilizados en, o destinados para ser usados en, la comisión de
estos delitos; o bienes de valor equivalente. Esta autoridad debe incluir, ser capaz de
responder a solicitudes emitidas partiendo de procesos de decomiso sin la base de una
condena y medidas provisionales relacionadas, a menos que ello no se corresponda con los
principios fundamentales de sus leyes internas. Los países deben contar también con
mecanismos eficaces para administrar dichos bienes, instrumentos o bienes de valor
equivalente, así como acuerdos para coordinar procesos de embargo y decomiso, lo cual
debe incluir la repartición de activos decomisados.

Los países deben ejecutar constructiva y eficazmente, las solicitudes de extradición con
relación al lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, sin una demora indebida.
Los países deben también tomar todas las medidas posibles para asegurar que no ofrezcan
refugio seguro a individuos acusados de financiamiento del terrorismo, actos terroristas o a
organizaciones terroristas. En particular, los países deben: asegurar que el lavado de activos
y el financiamiento del terrorismo sean delitos extraditables; (b) asegurar que cuenten con
procesos claros y eficientes para la ejecución oportuna de peticiones de extradición,
incluyendo la priorización, cuando corresponda. Para monitorear el progreso de las
peticiones, debe mantenerse un sistema de administración de casos; (c) no dar lugar a
condiciones restrictivas poco razonables o indebidas, en la ejecución de solicitudes; y (d)
asegurar que cuenten con un marco jurídico adecuado para la extradición. Cada país debe
extraditar a sus propios nacionales o, cuando un país no lo haga solamente por el motivo de
la nacionalidad, ese país debe, a petición del país que persigue la extradición, presentar el
caso, sin una demora indebida, a sus autoridades competentes con el propósito de procesar
los delitos plasmados en la petición. Esas autoridades deben tomar su decisión y llevar a
cabo sus procesos de la misma forma en que procede para cualquier otro delito de carácter
grave dentro de la ley interna de ese país. Los países involucrados deben cooperar entre sí,
en particular en los aspectos de procedimiento y de las pruebas, para asegurar la eficiencia
de tales procesos judiciales.

4.2. Regulación y supervisión de instituciones financieras

Los países deben asegurar que sus autoridades competentes puedan, rápida, constructiva y
eficazmente, prestar el mayor rango de cooperación internacional con relación al lavado de
activos, delitos determinantes asociados y el financiamiento del terrorismo. Los países
deben hacerlo espontáneamente y siguiendo una solicitud, y debe existir una base legal para
prestar la cooperación. Los países deben autorizar a sus autoridades competentes a utilizar
los medios más eficientes para cooperar. Si una autoridad competente necesita acuerdos o
arreglos bilaterales o multilaterales, como un Memorando de Entendimiento (MOU), éstos
deben negociarse y firmarse a tiempo, con una amplia gama de contrapartes extranjeras.
Las autoridades competentes deben utilizar canales o mecanismos claros para la
transmisión y ejecución eficaz de solicitudes de información u otros tipos de asistencia. Las
autoridades competentes deben contar con procesos claros y eficientes para la priorización
y ejecución oportuna de solicitudes, y para la salvaguarda de la información recibida. Los
países deben aplicar el delito de lavado de activos a todos los delitos graves, con la
finalidad de incluir la gama más amplia de delitos determinantes. Los delitos determinantes
se pueden describir mediante referencia a todos los delitos o a un umbral ligado ya sea a
una categoría de delitos graves o a la sanción de privación de libertad aplicable al delito
determinante (enfoque de umbral) o a una lista de delitos determinantes o a una
combinación de estos enfoques, Cuando los países apliquen un enfoque de umbral, los
delitos determinantes deben, como mínimo, comprender todos los delitos que están dentro
de la categoría de delitos graves bajo sus leyes nacionales, o deben incluir delitos que son
sancionables con una pena máxima de más de un año de privación de libertad, o, para los
países que tienen un umbral mínimo para los delitos en sus respectivos sistemas jurídicos,
los delitos determinantes deben comprender todos los delitos que son sancionables con una
pena mínima de más de seis meses de privación de libertad. Cualquiera que sea el enfoque
que se adopte, cada país debe, como mínimo, incluir una gama de delitos dentro de cada
una de las categorías establecidas de delitos. El delito de lavado de activos debe extenderse
a todo tipo de propiedad, independientemente de su valor, que represente, directa o
indirectamente, los activos del crimen. Al probar que esos bienes son activos del crimen, no
debe ser necesario que una persona sea condenada por un delito determinante.

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