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Temas 8
1. El concepto de dibujo
Definir conceptualmente el término dibujo implica matizaciones dependiendo de los lugares y las épo-
cas. En el extremo oriente dibujo, pintura y escritura se denominaban con la misma palabra: hua (trazo).
En el mundo occidental el dibujo entendido como disciplina, se introdujo en el siglo XV. En nuestro
lenguaje se dan diferentes palabras para señalar cosas que si no siempre son las mismas, sí tiene que ver
con el mismo ámbito: rasguño, borrón, boceto o esbozo.
En Grecia se enseñaba a los jóvenes gramática, matemáticas, filosofía y dibujo, entendido éste como
escritura de los textos clásicos.
En la Edad Media los copistas e iluminadores, los que transcribían los textos, etc, eran la misma persona.
Ya desde el Renacimiento discurría una diferenciación entre dibujo y pintura. Los romanos y florentinos
eran defensores de la supremacía del dibujo por sobre el color, mientras los venecianos opinaban lo contra-
rio. Esta separación de principios surge en el siglo XVI, en el momento en el que el dibujo adquiere mayor
significación para las escuelas de Florencia y Roma.
La historiografía del XVIII y la Academia fueron quienes generaron esta visión autónoma del dibujo.
Paul Klee se encargó de recordarnos que escritura y dibujo fueron la misma cosa en sus inicios. La línea
es el elemento básico de dibujo.
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2. Soportes: tablillas, papiro, pergamino y papel
Tablillas
Papiro
Pergamino
Papel
Se considera que el papel es una invención china del año 200 a.C. pero
eran de baja calidad. Los primeros papeles aptos para el dibujo y la escritu-
ra comenzaron a fabricarse en el 100 a.C, empleando la fibra de la morera.
De China se transmitió el conocimiento a Japón, Siria, Persia, Bagdad, por
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donde llegaría a al-Andalus. España fue el primer lugar de Occidente donde se fabricó papel. Su empleo
está atestiguado ya en el siglo X. Algunos autores piensan que en ese entonces ya había molinos papeleros
en Córdoba, Sevilla y Toledo. La ciudad de Xátiva (Valencia), en el siglo XII, es uno de los centros más
importantes de producción de papel, tanto de Oriente como de Occidente.
A finales del siglo XV y durante el XVI y XVII Medina del Campo es uno de los centros europeos más im-
portantes para la distribución de libros, grabados y estampas por todo el mundo.
Los primero molinos papeleros medievales conocidos empleaban las muelas (ruedas) de los molinos hari-
neros y de aceite para la trituración de los trapos y las cuerdas con unos resultados irregulares.
En el último tercio del siglo XIII comienza a producirse en la ciudad de Fabriano un papel siguiendo
nuevos procedimientos técnicos, utilizando pilas de mazo para triturar los trapos, y colocando clavos en
las mazas para obtener una pasta más fina. Después, otro mazo movido por energía hidráulica golpeaba la
pasta para compactarla.
Alrededor de 1670 los holandeses mejoran los resultados de rendimiento utilizando una “máquina refina-
dora de cilindro” para la trituración de los trapos, conocida también como “pila holandesa”, revolucionan-
do su fabricación y su calidad. El resto de países europeos no se incorporó a este sistema hasta el último
tercio del XVIII.
La “pila holandesa” consiste en un recipiente ovalado con unas palas con cuchillas que se mueven en rota-
ción sobre otras situadas al fondo de la vasija, con lo que el corte de los trapos y el desfibrado es muy eficaz.
La producción de papel de celulosa emplea un sistema parecido.
El plomo del estilete es de color negruzco cuando queda sobre el papel, pero el
efecto de la oxidación lo va transformando en marrón y puede llegar a desapa-
recer con el tiempo.
Según el estilete que use se dice “punta de plata”, “punta de plomo”, etc.
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Lápiz grafito
A finales del XVIII Conté creó un conglomerado de grafito y arcilla y lo transformó en una mina dando
lugar a los actuales lápices. Ya en el siglo XVII en el norte de Europa se habían creado minas de plomo para
el dibujo.
El lápiz de grafito es una mina compuesta de grafito y arcilla. Las variaciones de dureza e intensidad del
negro dependen del porcentaje de grafito y arcilla de la mezcla.
También es conocido como lápiz carbón. Compuesto por carbón vegetal y arcilla como aglutinantes. El
color es más intenso que el grafito.
Lápiz de color
Es fruto del desarrollo de las barras de pastel. Están hechos con una mina de arcilla coloreada con diversos
pigmentos a base de tiza, talco o caolín, aglutinados con una goma celulósica, que después es sumergida en
un baño de cera para lograr la suavidad requerida para el dibujo.
Sanguina
Tiza
Es una pizarra arcillosa que a comienzos del XIX será sustituida por el
carboncillo. Por su procedencia le vino el nombre de “piedra de Italia”.
Luca Signorelli, pintor de la escuela de Umbría del quattrocento italiano
fue de los primeros en utilizarla. Es posible que es lo que se denominaba
tiza gris.
Acuarela y gouache
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Los temples de goma son los que se identifican con el gouache y la acuarela. Los dos son aglutinados por
lo general con goma arábiga. El gouache lleva más goma que la acuarela y en principio permite tonos más
opacos, además, se le añade yeso, albayalde o blanco de cinc como opacificantes, que eliminan la transpa-
rencia de las acuarelas.
Pastel
La técnica del pastel es una técnica reciente. Su origen está en la Francia del XVI; pero su momento de
gloria se produjo en el XVIII con Maurice Quentin La Tour, Rosalba Carreira y Anna María Mengs. Los
impresionistas, como Renoir y Degás, lo convirtieron en una de las técnicas más significativas debido a la
posibilidad de emplear el color prácticamente puro y la agilidad en el trazado.
Los pasteles llevan muy poco aglutinante y normalmente hay que fijar el color añadiendo alguna laca al
dibujo terminado porque su adhesión al papel es muy inestable. Existen también los pasteles al óleo cuyo
aglutinante es aceite en lugar de goma.
Tinta
La técnica se desarrolló inicialmente en China durante el período Tang (618-907 a.C) y quedó firmemente
implantada durante el siguiente período donde se le llamó sumi-e. A mediados del XIV pasó a Japón. En
el sumi-e entran en juego el sumi (la tinta), el suri (la piedra de tinta, sobre la que se licúa la barra de tinta
tras frotarla unos 20 minutos), el fude (el pincel como una extensión del alma del calígrafo o dibujante) y
el xuan (el papel).
Era un tipo de representación exclusivamente en blanco y negro, pero fueron introduciéndose diferentes
colores. En Europa se usó poco salvo excepciones: Durero, Bruegel el Viejo y en motivos cerámicos. No es
hasta el siglo XX cuando comienza a extenderse su uso en el mundo Occidental.
En el siglo XIX se desarrollan fórmulas diferentes para que las tintas no se desvanecieran con el paso del
tiempo por efecto de la luz y de corrosión del papel. La empresa N. Antoine & Fils en Londres, París, Bar-
celona y Madrid logran comercializar tintas negras, rojas y azules y sus productos, en botellas de gres, se
distribuyeron en toda Europa.
Las tintas estaban compuestas en origen por negro de humo y una goma o cola proteica de origen animal
como aglutinante. Las llamadas tintas chinas emplean colores constituidos por metales o por el recubri-
miento exterior de algunos animales marinos (pulpos, sepia y calamar), y semillas de distinta naturaleza.
En el Imperio Bizantino los emperadores firmaban con una tinta púrpura llamada sacrum encaustum, obte-
nida de un molusco y sólo ellos podían usarla.
Existen muchos tipos de tinta, tanto por su tonalidad como por su composición.
El dibujo se ha quedado considerado como una disciplina supeditada a las tres grandes artes: la pintura, la
escultura y la arquitectura. Pero su consideración de instrumento indispensable le lleva a una caracteriza-
ción propia. (Sobre esto la autora tira un rollo bizarro totalmente indescifrable).