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Ser Universitario y

Cultura de la Legalidad
1er semestre

Unidad 7. Civilidad y Cultura de Legalidad


condiciones sine-qua non en la vida
profesional del Jurista Universitario
Civilidad y Cultura de Legalidad condiciones sine-qua non en la
vida profesional del Jurista Universitario
Introducción

La cultura de la legalidad es de vital importancia en una sociedad como la de hoy


día, constituye una serie de valores, normas y percepciones que nos atribuyen como
integrantes de la sociedad una responsabilidad de ayudar a construir y mantener
una sociedad con un Estado de Derecho. Nosotros, como ciudadanos y
universitarios debemos tener siempre presente que le debemos a la sociedad el
tener la oportunidad de estudiar, y la mejor manera de retribuir es siendo constantes
promotores de la cultura de la legalidad.

“La Cultura de la Legalidad en una sociedad constituye al conjunto de creencias,


valores, normas y acciones que promueve que los integrantes de dicha sociedad
confíen en el Estado de Derecho, para que de esta forma cada individuo respete y
se apegue a las normas vigentes por parte de sus aplicadores y destinatarios”
(MUCD, https://bit.ly/2Nhz6RS).

Sin la existencia de una cultura de la legalidad nos encontraríamos en un


oscurantismo absoluto, tal y como ocurrió en la Edad Media en Europa, en la que
los señores feudales, sin el más mínimo respeto por los siervos, podían disponer de
sus vidas cual si fueran cosas, caso concreto lo que fue el llamado Derecho de
Pernada (ius primae noctis), una atrocidad que atentaba contra la dignidad de una
mujer que recién había contraído nupcias, así como muchos otros casos en la
historia de la humanidad.

Objetivo particular

El alumnado determinará el Marco Conceptual de la Cultura de la legalidad, así


como la importancia del conocimiento de las normas y la confianza en las leyes y
las instituciones, que conforman el Estado Democrático de Derecho, como
elementos esenciales del desarrollo integral de las personas y las comunidades.

Temario
Unidad 7. Civilidad y Cultura de Legalidad condiciones sine-qua non en la vida
profesional del Jurista Universitario

• 7.1. Marco Conceptual de la Civilidad y la Cultura de la Legalidad


o 7.1.1. Civilidad
o 7.1.2. Cultura de la Legalidad
o 7.1.3. Estado Democrático de Derecho-Derechos Humanos.
• 7.2. Congruencia entre la formación del Jurista Universitario y la Civilidad.
o 7.2.1. Responsabilidad individual de elegir lo que está bien.
o 7.2.2. El Jurista de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), ejemplo de respeto a los deberes cívicos y al Estado
Democrático de Derecho.
o 7.2.3. El Jurista de la UNAM factor decisivo para el funcionamiento
adecuado de la comunidad.
• 7.3. Las normas y convicción de Fortalecer el Estado Democrático de
Derecho, y Vida Ejemplar.
o 7.3.1. Conocimiento de las normas y convicción en la importancia de
fortalecer el Estado Democrático de Derecho.
o 7.3.2. Vida Ejemplar por el Respeto a los Derechos Humanos, la
Equidad de Género, la Justicia, la Ley y las Instituciones en el marco
del Estado Democrático de Derecho.
Marco Conceptual de la Civilidad y la Cultura de la Legalidad
A fin de dilucidar la relación que guarda entre sí el tema de civilidad con la cultura
de la legalidad, se abordarán de manera general, los conceptos de civilidad, cultura
y legalidad respectivamente.

Civilidad
De conformidad al Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española, la palabra
civilidad se refiere a la calidad de ser civil, de sociabilidad y urbanidad, cuestión
que coincide el jurista Rafael de Pina Vara en su Diccionario de Derecho. La civilidad
se refiere al trato entre dos o más personas a la forma en la que interactúan entre
sí, a cómo conviven y se tratan unas a otras. La civilidad es un sinónimo de cortesía,
demostración o acto con que se manifiesta la atención respeto o afecto que tiene
alguna otra persona.

Cultura de Legabilidad
Haciendo una separación de los vocablos Cultura, y Legalidad, y de conformidad a
la Enciclopedia Jurídica Omeba, el vocablo cultura tiene dos sentidos diversos, en
el primero, visto de una forma amplia y general, la cultura de un individuo, de
un grupo social, o de un pueblo, refiriéndonos ya sea a un cierto refinamiento en
sus costumbres y modalidades, ya a la riqueza y extensión de su saber; por otro
lado, en el estricto y específico concepto de las ciencias culturales se denomina
cultura al ámbito propiamente humano de la realidad, a este mundo espiritual que
el hombre se crea a través de las acciones y reacciones sociales que se dan en el
devenir, en este mismo sentido, la cultura está integrada por un conjunto
de formas estructurales de vida de un grupo social y por las objetivaciones que
se producen dentro de cada una de estas formas estructurales. Constituyen, así, la
cultura, o más propiamente dicho, el mundo de la cultura, el conjunto de las ciencias
y las artes; los usos y costumbres; el lenguaje; los procedimientos técnicos; los
modos de vida familiar; las religiones; los mitos y creencias; las actividades políticas,
económicas, jurídicas y deportivas; la vida moral y toda creación, obra, o institución
que produce la actividad humana en ese incesante acaecer.

Por otro lado, y de conformidad al jurista Rafael de Pina Vara, la legalidad es


un sistema de normas que constituyen al derecho positivo de un país.
Estado Democrático de Derecho-Derechos Humanos

La expresión Estado de Derecho equivale a la de Estado Constitucional y con esta


denominación es también conocido.

Democracia, atendiendo a su etimología deriva de los vocablos “demos” que


significa pueblo, y “cratos” que significa poder, en el Diccionario Jurídico Teórico
Práctico de Rafael Martínez Morales, democracia es un sistema jurídico político,
encabezado por un gobierno del “pueblo y para el pueblo”. Puede ser directa o
representativa, e indirecta o semidirecta (Martínez, 2008).
Nuestra constitución federal, la única ley marco que existe en México, señala
en su artículo 39 que la soberanía nacional reside esencial y originalmente
en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para
beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de
alterar o modificar la forma de su gobierno. Por otro lado, la misma Carta
Magna, señala en el numeral 40 que la voluntad del pueblo mexicano es
constituirse en una República representativa, democrática, laica, liberal, y
federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su
régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida
según la misma Constitución.

Por otro lado, y respecto a los Derechos Humanos, podemos advertir que el actual
Capítulo Primero de la Constitución se titula “De los Derechos Humanos y Sus
Garantías”, encontrándose desde el artículo 1 constitucional establecido que toda
persona gozará de los Derechos Humanos reconocidos en la constitución.

Doctrinalmente, los Derechos Humanos, tienen como característica principal el


ser inalienables, irrenunciables, e inherentes al ser humano, derechos básicos
para la humanidad, como el derecho a la vida, a la libertad, seguridad y la igualdad,
sin embargo, no siempre han sido reconocidos por nuestros gobernantes aun y
cuando se encuentran en absoluto, obligados a mantenerlos, respetarlos y
garantizarlos. Es por ello que, a lo largo de la historia han surgido movimientos de
lucha social en los que se exige su reconocimiento, uno de los más importantes
deriva de la Revolución Francesa, dando como resultado la Declaración Francesa
de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789.
Congruencia entre la formación del Jurista Universitario y la
Civilidad
Antes de hacer referencia al jurista universitario y al tema de la civilidad, resulta
conveniente hacer un pequeño apunte acerca de la congruencia.

En este tema se pretende que relacione la responsabilidad que tiene como


persona de elegir lo que está bien, de lo que no, así como de señalar la
responsabilidad que tiene como Jurista que egresará de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) de actuar de manera congruente con los ideales
de la universidad, debiendo ser ejemplo de respeto a los deberes cívicos y al
Estado Democrático de Derecho.

Lo anterior es importante porque en el ejercicio de su profesión, el hecho de que


sea congruente con su actuar generará en su cliente la confianza de saber que su
caso se encuentra en buenas manos y de ello también depende la credibilidad que
tenga para con los demás.

Responsabilidad individual de elegir lo que está bien


Elegir, o realizar elecciones respecto de cuestiones que nos competen en un ámbito
personal, se relaciona meramente con una serie de operaciones mentales que un
individuo debe realizar para indicar una preferencia entre varias opciones.

Una elección presupone la presencia de varias alternativas y la ausencia de vínculos


que puedan perjudicar totalmente la facultad de deliberar. La caracteriza una cuota
de riesgo debida a la imposibilidad de ponderar todas las implicaciones. Los
términos de elección y decisión se utilizan frecuentemente de manera
intercambiable. Algunos autores, en cambio, distinguen la elección entendida como
“elección de una opción entre varias posibilidades, de la decisión como exclusión
progresiva de las alternativas y como resolución final que impulsa la acción”.

La capacidad de elección prevé: Procesos inductivos y deductivos; atención


selectiva; memoria a corto plazo; estrategias de elaboración y metacognitiva;
capacidad crítica; regulación de las emociones; tolerancia del riesgo; estima de sí y
autosuficiencia; motivación; criterios éticos de referencia. En resumen, se trata de
factores importantes que se deben considerar en el momento en el que se intente
plantear intervenciones educativas de potenciación.

Filosóficamente hablando, lo bueno se relaciona directamente con la bondad,


cuando con esta última palabra se expresa abstractamente toda cualidad buena o
cuando se trate de indicar abstractamente que algo es como debe de ser. Aquello
que está bien es considerado por la voluntad como un fin deseable.

Cada persona, a partir de su formación, de sus valores y principioss tendrá la


facultad de elegir lo que a su derecho corresponda. Un ideal para que cada individuo
tome una decisión es que no exista presión externa ejercida por terceros. Cada
individuo tiene la facultad de actuar según sus convicciones y creencias. Esa
potestad de decisión le permite a cada persona obligarse jurídicamente.

El Jurista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ejemplo


de respeto a los deberes cívicos y al Estado Democrático de Derecho.
Dentro de lo que llamamos el mundo del Ser encontramos la realidad objetiva, es
decir, las cosas u objetos materiales e inmateriales, por su propia naturaleza,
personas y los seres vivos en general.

Fuera de esta realidad del ser, que es estudiada por la ontología, encontramos una
realidad que denominamos Deber Ser que es estudiada por la deontología, y que
se ocupa de determinar cómo debe de ser la conducta humana. Partiendo de esta
diferenciación entre la realidad del “Ser” y la realidad del “Deber Ser”, podemos
ubicar el mundo de las normas, concretamente las normas jurídicas, dentro del
mundo del “Deber Ser”.
La Constitución de la Ciudad de México, dispone en el artículo 23, que toda
persona tiene deberes con su familia, su comunidad, y su entorno. Marcando
como deberes de los ciudadanos el ejercer y respetar los derechos
reconocidos y contribuir al acceso universal de los derechos, tratando a todas
las personas con dignidad y sin discriminación; así mismo, respetar y
coadyuvar en el desarrollo integral de los miembros de su familia, proteger,
preservar y generar un medio ambiente sano y utilizar los recursos naturales
de modo racional y sustentable; respetar la vida y la integridad de los animales como
seres sintientes, así como brindarles un trato digno y respetuoso; contribuir al gasto
público; y denunciar cualquier acto ilícito que llegasen a presenciar. Lo anterior de
conformidad con lo preceptuado en el artículo 31 de la Constitución General de la
República.

El Jurista de la UNAM factor decisivo para el funcionamiento adecuado de la


comunidad.

El Jurista egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM, al ser un erudito del


Derecho, respetuoso de la ley, la moral y las buenas costumbres, debe dar cabal
cumplimiento a lo preceptuado en el artículo 31 Constitucional, así como cada
norma emanada de dicho numeral, siendo por lo tanto partícipe en el correcto
funcionamiento de su comunidad.

Un compromiso que tienen todos aquellos estudiantes de Derecho en la Universidad


Nacional Autónoma de México, la constante obligación de seguir estudiando y
preparándose ante el constante cambio de nuestra ciencia, tener una afición por
la lectura, y estar siempre informados, no solo de lo que acontece en México, sino
en toda la América Latina, y el mundo.
Las normas y convicción de Fortalecer el Estado Democrático de
Derecho, y Vida Ejemplar
El derecho es un medio para llevar a cabo un fin mayor, el bienestar de la
ciudadanía, mismo que implica una igualdad de derechos y oportunidades, la
supresión de los índices delictivos y un verdadero estado de conciencia de nuestros
servidores públicos, estos fines son fundamentales no sólo para México, todas las
naciones buscan, en el idealismo, lo mejor para sus gobernados.

No sorprende decir que estas metas se han tornado difíciles de cumplir para nuestro
país, sin embargo, tenemos la firme convicción de que, el fortalecer nuestras
instituciones a través de las herramientas que nos brinda el derecho depende en
gran medida de una sociedad participativa y democrática, por eso, como estudiante
de derecho, es importante que concientice, la importancia de fortalecer el estado
democrático de derecho en el que aspiramos a vivir, es decir, a través de verdaderos
pesos y contrapesos de poder, de la procuración e impartición de justicia pronta,
expedita y apegada a derecho de la que tanto se nos ha hablado, teniendo presente
en todo momento, el pleno respeto a la dignidad humana.

Conocimiento de las normas y convicción en la importancia de fortalecer el


Estado Democrático de Derecho
Conocimiento de las normas y convicción en la importancia de fortalecer el Estado
Democrático de Derecho

Al hacer referencia a las normas, nos parece prudente y fundamental hacer mención
de uno de los grandes teóricos de la ciencia jurídica en México, el Jurista Eduardo
García Máynez en su libro “Introducción al Estudio del Derecho” establece lo
siguiente (García, 2002: 78):

La palabra norma suele utilizarse en 2 sentidos, uno amplio y uno estricto.


• En sentido amplio: Norma significa toda regla de comportamiento,
obligatoria o no.
• En sentido estricto: significa aquella regla que impone deberes o confiere
derechos.

Ahora bien, podemos agrupar las normas del Derecho por su ámbito de aplicación:
Vida Ejemplar por el Respeto a los Derechos Humanos, la Equidad de Género,
la Justicia, la Ley y las Instituciones en el marco del Estado Democrático de
Derecho
Vida ejemplar es un concepto bastante amplio para definir, muchas y muy variadas
son las acciones que una persona puede realizar dentro de su vida privada o
profesional que pueden ser consideradas como “Ejemplares” o más bien
“censurables”. Al tocar este punto, debemos hacer directa referencia al Jurista y
aquel Jurista en proceso de creación, ya que ellos son el centro de toda esta
problemática.

La vida ejemplar significa que el jurista debe prestar especial atención a


su actuación dentro de la sociedad ya que su formación académica lo enviste de
un contenido simbólico relacionado con la justicia y la rectitud. El Jurista es la
figura del auténtico “Defensor de la ley” y por ello mismo su vida debe funcionar
como ejemplo directo de lo que es correcto.

Esta problemática está íntimamente relacionada con el campo filosófico ya que se


ocupa del jurista como individuo y realiza una crítica de su actuar basado
en normas de carácter moral, esto se da debido a que más de una conducta
realizada por el jurista puede estar dentro de lo considerado como “Legal” y podría
ser considerado como válido, sin embargo todas las actuaciones del individuo
(tomado en cuenta como Jurista, Profesional o como Persona) tienen una carga
moral alejada de lo establecido dentro de la norma jurídica positiva y vigente, por lo
que tendríamos y tenemos conductas ubicables dentro del plano legal que pueden
ser consideradas totalmente censurables.
La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar mediante un pequeño análisis
del más grande filósofo de la moral Immanuel Kant. Para definir el correcto actuar
del jurista (y de cualquier individuo) se debe utilizar en todo momento un concepto
denominado como Imperativo Categórico, este concepto hace referencia a
un mandamiento autónomo creado por el individuo producto de la libertad que
ostenta y que pretende regir la actuación del ser humano en cualquiera de sus
modalidades. El principio del imperativo categórico es explicado por Immanuel Kant
en su obra Fundamentación para una metafísica de las costumbres de esta forma:
mandamiento autónomo : Libre de cualquier injerencia de índole teológico o
cualquiera otra que pretenda coartar la libertad del sujeto.

Podemos entender que el Jurista y cualquier individuo es precisamente un ente


dotado de razón, de libertad y de capacidad para discernir, de esta forma el individuo
deberá normar de manera autónoma su actuación tomando en cuenta el principio
del imperativo categórico de tal manera en que sea totalmente irrefutable o criticable
por alguno de los agentes sociales, convirtiéndose en una ley Universal.
Hemos explicado ya la manera y los principios sobre los que el jurista y cualquier
individuo dentro de la sociedad deben de basar sus actos y poder ser considerados
como ejemplares o intachables, ahora en este sentido nos daremos a la tarea de
relacionar la correcta actuación del Jurista respecto al respeto a los derechos
humanos, a la equidad de género, la justicia y las instituciones del Estado
democrático de Derecho.
Los derechos humanos son definidos por la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos de la siguiente forma:
Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas sustentadas en la dignidad humana, cuya
realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral de la persona. Este conjunto de
prerrogativas se encuentra establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución
Política, tratados internacionales y las leyes. El respeto hacia los derechos humanos de cada
persona es un deber de todos. Todas las autoridades en el ámbito de sus competencias tienen la
obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos consignados en
favor del individuo (CNDH, https://bit.ly/1GttkC5).

Al tenor de esta definición podemos darnos cuenta de que el Jurista como


individuo sin duda está condenado desde el ámbito personal tomando en cuenta al
imperativo categórico a respetar la dignidad humana como valor inherente al ser
humano, por otra parte, también al ser un sujeto ubicado dentro de la sociedad
queda obligado a hacer que se respeten esta clase de prerrogativas toda vez que
están consagradas dentro de una norma jurídica positiva y vigente dentro de
nuestra Constitución que entre demás cosas afirma que “En los Estados Unidos
Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en
esta Constitución...”.

Al hablar de Equidad de género haremos referencia a criterios establecidos en el


ambiente internacional, específicamente los criterios proporcionados en un estudio
creado por ONU MUJERES en el que establecen lo siguiente:

El concepto de equidad es un principio ético-normativo asociado a la idea de justicia; bajo la idea


de equidad se trata de cubrir las necesidades e intereses de personas que son diferentes,
especialmente de aquellas que están en desventaja, en función de la idea de justicia que se tenga
y haya sido socialmente adoptada. La igualdad es un derecho humano protegido por distintos
instrumentos nacionales e internacionales en materia de derechos humanos. Además, tal como
está expresado en la CEDAW, la igualdad va de la mano con el principio de la no discriminación, y
en este sentido, la igualdad sólo será posible en la medida en que se erradique la discriminación
contra las mujeres (ONU Mujeres México, https://bit.ly/2mBtIQB).

Por su parte, el comité enviado por parte de México realizó la siguiente aclaración
respecto de las definiciones anteriores.

“El Comité observa con preocupación que, si bien la Convención se refiere al


concepto de igualdad, en los planes y programas del Estado Parte se utiliza el
término “equidad”.

Teniendo en cuenta lo anterior, el Jurista al respetar la equidad de género no solo


se abstendrá de realizar conductas que resulten discriminatorias para cualquier
género, sino además deberá obrar de tal forma en la que sus acciones brinden una
protección y eficacia más amplia respecto de sus derechos a aquellos sujetos que
se encuentren en un estado de vulnerabilidad tomando en cuenta sus necesidades
específicas.

Sobre los siguientes conceptos, ley, justicia e institución, el Jurista tiene un deber
bastante similar respecto a ellos, según Ulpiano se define como “iustitia est
constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi”, la justicia es la constante
y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que se merece. La ley sin más es una
norma jurídica que crea situaciones generales y abstractas creadas por el poder
legislativo obligatorias y aplicables a quienes se adecuen a la hipótesis establecida.
Además, el diccionario Jurídico Mexicano define como institución de la siguiente
forma: “Las instituciones son el conjunto de las formas o estructuras de organización
social, tales como han sido establecidas por la ley o la costumbre de un grupo
humano”.

Tomando en cuenta todo lo anterior es simple la actitud que el jurista debe de tener
respecto de los conceptos anteriores, limitando su actuar a respetarlos y observar
que sean respetados por todos los agentes sociales.

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