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LITERATURA ESPAÑOLA II

2022-2023
Prof. Maria Rosso

Los motivos mitológicos

A. «La poesía barroca, entre el amor y la muerte»

“El imaginario del Siglo de Oro:


géneros y temas literarios”
El mito de Apolo y Dafne

Ovidio, Las metamorfosis I, 455-462. 2


mito y parodia
Dafne: Garcilaso, Son. XIII QUEVEDO, “A Apolo siguiendo Dafne”

A Daphne ya los brazos le crecían Bermejazo platero de las cumbres,


y en luengos ramos vueltos se mostraban; a cuya luz se espulga la canalla,
en verdes hojas vi que se tornaban la niña Dafne, que se afufa y calla,
los cabellos, que el oro escurecían. si la quieres gozar, paga y no alumbres.
De áspera corteza se cubrían Si quieres ahorrar de pesadumbres,
los tiernos miembros que aun bullendo estaban; ojo del cielo, trata de compralla:
los blandos pies en tierra se hincaban en confites gastó Marte la malla,
y en torcidas raíces se volvían. y la espada en pasteles y en azumbres.
Aquel que fue la causa de tal daño, Volvióse en bolsa Júpiter severo;
a fuerza de llorar crecer hacía levantóse la falda la doncella
este árbol, que con lágrimas regaba. por recogerle en lluvia de dinero.
¡Oh miserable estado! ¡Oh mal tamaño!, Astucia fue de alguna dueña estrella,
que con llorarla crezca cada día que de estrella sin dueña no lo infiero:
la causa y la razón, por que lloraba. Febo, pues eres sol, sírvete de ella.

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Ícaro y Faetón: la caída

4
EL MITO DE FAETÓN


La caída de Faetón,
Peter Paul Rubens (1605)


La metamorfosis
en álamos de las
hermanas de
Faetón (1572),
Santi di Tito
(Studiolo del Palazzo
Vecchio, Florencia)

• mitógrafos griegos
• Ovidio, Metamorfosis, II
«Faetonte, el hijo de Helio, tuvo el deseo irreflexivo de guiar el carro de su padre. Entre abundantes
súplicas y lágrimas lo convenció. Mas, cuando montó al carro y empezó a fustigar a los caballos, no
sabía llevar bien las riendas, ni era capaz de conducirlos con firmeza y sin agitación. Arrastrado por
los caballos, que se movían con grande ímpetu y altivez, acercose a la tierra y en una sacudida cayó
al río Erídano y se ahogó, por lo que muchas tierras circundantes se consumieron abrasadas por el
fuego» (Paléfato, LII, trad. M. Sanz Morales, op. cit., pág. 259). 5
Góngora, “A unos álamos blancos” (1583)

Verdes hermanas del audaz mozuelo


por quien orilla el Po dejastes presos
en verdes ramas ya y en troncos gruesos
el delicado pie, el dorado pelo:
pues entre las rüinas de su vuelo 5
sus cenizas bajar en vez de huesos,
y sus errores largamente impresos
de ardientes llamas vistes en el cielo,
acabad con mi loco pensamiento
que gobernar tal carro no presuma, 10
antes que lo desate por el viento
con rayos de desdén la beldad suma,
y las reliquias de su atrevimiento
esconda el desengaño en poca espuma.

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LUPERCIO LEONARDO DE ARGENSOLA
«Las tristes de Faetón bellas hermanas»

Las tristes de Faetón bellas hermanas,


sentadas a la orilla del gran río,
lloraban de su hermano el desvarío,
al convertirse en árboles cercanas.
Decía cada cual con fuerzas vanas:
«Regir quisiste, o loco hermano mío,
el carro que el invierno y el estío
reparte con sus ruedas soberanas.
Fue digna de tal pena tu osadía;
y porque sea común el escarmiento,
sin culpa te imitamos en la suerte.»
Con este ejemplo en vano pretendía
yo, triste, refrenar mi atrevimiento,
que busca en vida gloria, o fama en muerte.

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Ifis y Anaxárete (Ovidio, Metamorfosis, XIV)

El mito de Ifis y Anaxárete versa sobre una historia


de amor desgraciado, cuyo eje trágico se sustenta
sobre la frialdad de Anaxárete que, al desdeñar al
enamorado Ifis, es castigada por la diosa Venus y
convertida en piedra, trasunto simbólico de la
frialdad albergada en su alma (vv. 698‐771).

Cuenta Ovidio que Ifis, un joven muchacho de


familia humilde, se había enamorado de
Anaxárete, una bella princesa orgullosa que
rechazó su amor. Al verse burlado y despreciado,
se ahorcó en la puerta de su casa. Afrodita, para
complacerle, transformó a la joven en una
estatua durante el funeral del joven, al que ella
había acudido por curiosidad.

Garcilaso de la Vega desarrolla el mito de Anaxarete en la "Oda a la flor de Gnido”. 8


Lope de Vega, Rimas (1602)
 Soneto 14

Vierte racimos la gloriosa palma


y sin amor se pone estéril luto;
Dafnes se queja en su laurel sin fruto,
Narciso en blancas hojas se desalma.
Está la tierra sin la lluvia en calma,
viles hierbas produce el campo enjuto;
porque nunca al Amor pagó tributo,
gime en su piedra de Anaxarte el alma.
Oro engendra el amor de agua y de arenas;
porque las conchas aman el rocío
quedan de perlas orientales llenas.
No desprecies, Lucinda hermosa, el mío,
que al trasponer del sol, las azucenas
pierden el lustre, y nuestra edad el brío.

9
Francisco López de Zárate (h. 1580 -1658)
Al rigor de Filis con alusión a Anaxarte convertida en piedra

Filis si bien no tiene tu hermosura


ejemplo que temer, por soberana,
en Anaxarte, con la parte humana
que no hay advierte ingratitud segura.
Mas no la mires cuerpo y alma dura, 5
que harás, si empedernida, no te humana
la imagen del divino asombro vana
y temo se duplique la pintura.
Por redimir el riesgo tus desdenes,
de hoy más, tendré mi pena por gustosa, 10
será tu culto de mi gloria esfera.
Ablandarte, cuanto de mármol tienes,
bien que en toda otra forma rigurosa
menos que hacer mi adoración tuviera.

• https://dbe.rah.es/biografias/39981/francisco-lopez-de-zarate
• https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/sonetos--13/html/ 10
Góngora, FÁBULA DE POLIFEMO Y GALATEA (1612)

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FÁBULA DE POLIFEMO Y GALATEA (1612)
• El poema -504 versos en 63 octavas reales- mezcla lo lírico y la
narración mitológica;
• se inspira sobre todo en las Metamórfosis de Ovidio (libro XIII,
vv. 738-897);
• desarrolla la fábula mitológica del Cíclope Polifemo, enamorado
de la ninfa Galatea, que le desdeña y se enamora del joven Acis.
Polifemo se venga de éste aplastándole con una peña, pero su
sangre se convierte en agua y se transforma en un río.
• ambientación: Sicilia  abundancia y potencia de la naturaleza
fecunda; colores calientes del verano.
personajes
• Polifemo: el monstruoso gigante Polifemo vive en una tenebrosa
caverna en la que vuelan aves infaustas; la música espantosa
del cíclope perturba la selva y el mar; anti-Orfeo.
• Galatea: la belleza en contraste con el horror del monstruo; la
aman las divinidades del mar, pero ella es una ninfa desdeñosa
que desdeña a sus enamorados y huye de ellos.
• Acis: hijo de un fauno y una ninfa; belleza viril, fuerza del ardor
y del estío; triunfo del amor correspondido.
 en el poema se manifiesta el gusto barroco por lo desmesurado y los claroscuros;
 contrastes: ej. en el cíclope violencia y ternura; luces/sombras. 1
2
Polifemo: la descripción del Cíclope

Un monte era de miembros eminente • cíclope  elementos de


este (que, de Neptuno hijo fiero, 50 la naturaleza: ...
de un ojo ilustra el orbe de su frente,
émulo casi del mayor lucero) estructura métrica:
cíclope, a quien el pino más valiente 11A-11B-11A-11B-11A-11B-
bastón le obedecía, tan ligero, 11C-11C
y al grave peso junco tan delgado, 55 octavas reales
que un día era bastón, y otro, cayado.
hipérbaton: alteración del
Negro el cabello, imitador undoso orden que las palabras
de las obscuras aguas del Leteo, tienen en el discurso, a
al viento que lo peina, proceloso, imitación de las oraciones
vuela sin orden, pende sin aseo; 60 latinas.
un torrente es su barba impetüoso
que, adusto hijo de este Pirineo,
su pecho inunda, o tarde o mal o en vano
surcada, aun de los dedos de su mano.

• prosopografía: [< πρόσωπον prósōpon 'rostro, cara1' y -grafía] = descripción del aspecto
exterior de una persona caracterización física.
• etopeya: descripción del carácter, índole y costumbres de una persona caracterización
1
psicológica. 3
Góngora, Las Soledades

Las Soledades pueden considerarse la más


típica obra gongorina. Aquí Góngora se
propuso fingir una fábula sin antecedentes
directos; como forma poética eligió la silva,
cuyas estrofas ampliables o reducibles a
voluntad permitían los mayores atrevimientos
o complejidades sintácticas; arreó sus versos
con lujosa selección de vocablos; y agudizó
como nunca su animosa intuición poética para
salvar el abismo que separa la materia real,
perecedera y contingente, de la criatura de
arte, eterna y absoluta.

Cf. DÁMASO ALONSO, Claridad y belleza de las


«Soledades», en Estudios y ensayos gongorinos, Gredos,
Madrid 19602 (escrito en 1927).

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Primera Soledad (1613): Soledad del campo
 Se nos presenta a un joven que, desdeñado por la que ama,
llega náufrago a la costa, salvado sobre una tabla. Acogido por
unos cabreros, pasa con ellos la noche en el rústico albergue
donde éstos viven. La mañana siguiente encuentra a un grupo
de serranos y serranas que se dirigen a unas bodas; entre ellos
hay un viejo que, por haber perdido un hijo en mar, acoge con
simpatía al náufrago. Después de un largo discurso contra la
ambición, causa de todos los descubrimientos, pero también de
todos los desastres marítimos, invita al joven a asistir a las
bodas.
 Caminan por el bosque, mientras las serranas cantan, hasta que
llegan al lugar de las bodas. El día se concluye con fuegos de
artificios y danzas.
 La mañana siguiente, adornada la aldea con flores, los novios,
acompañados por las voces alternas de zagalejas y zagales, van
a la iglesia, donde se celebra el matrimonio. Sigue el banquete,
con danzas y discursos. Por la tarde, los mozos compiten en
atléticos deportes: lucha, salto, carrera. Al anochecer todos los
invitados acompañan a los novios hasta el tálamo.

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5
SOLEDAD PRIMERA

Era del año la estación florida


en que el mentido robador de Europa,
media Luna las armas de su frente
y el Sol todo los rayos de su pelo,
luciente honor del cielo, 5
en campos de zafiro pace estrellas,
cuando el que ministrar podía la copa
a Júpiter mejor que el garzón de Ida,
náufrago y desdeñado, sobre ausente,
lagrimosas de amor dulces querellas 10
Martin de Vos (1532-1603), El rapto de Europa,
da al mar, que condolido, principios de la década de 1570
fue a las ondas, fue al viento
el mísero gemido
segundo de Arión dulce instrumento.

1
6
“el mentido robador de Europa”
Europa era la hermosa hija del rey de Tiro, Agenor. Zeus
(Júpiter), el rey de los dioses de acuerdo con la mitología
griega, vio a Europa mientras ella recogía flores cerca del
mar e inmediatamente se enamoró de ella.
Zeus se transformó en un magnífico toro blanco y apareció
en la orilla del mar donde estaba jugando Europa. El gran
toro caminó suavemente hacia donde estaba Europa y se
arrodilló a sus pies. El aspecto y los movimientos del toro
eran tan apacibles que Europa se atrevió a montar sobre
su lomo. Pero, de repente, el toro se fue corriendo hacia el
mar raptando a Europa. Sólo entonces el toro le reveló su
verdadera identidad y se llevó a Europa a la isla
mediterránea de Creta.
Allí, Zeus se quitó la forma del toro blanco, y regresó a su El rapto de Europa, de Tiziano, ca. 1560
forma humana, hizo a Europa su amante debajo de un
simple árbol de Ciprés. Europa fue la primera reina de
Creta y tuvo tres hijos con Zeus. Finalmente, Zeus
reprodujo la forma del toro blanco, usada por él para
seducir a Europa, en las estrellas. Aún hoy podemos
reconocer su forma en la constelación Tauro.

17
“cuando el que ministrar podía la copa
a Júpiter mejor que el garzón de Ida”

Ganimedes es un personaje de la mitología griega,


protagonista de una de las Metamorfosis de Ovidio.
Zeus se enamoró del hermoso joven y, para raptarlo,
se transformó en águila. Se lo llevó al monte Olimpo,
donde fue el copero de los dioses. En el
Renacimiento, Ganimedes encarnó el ideal de la
hermosura juvenil y también el amor homosexual.

18
“…fue al viento
el mísero gemido
segundo de Arión dulce instrumento”

19
Bibliografía

García Montes, Ambrosio, «Mitología clásica en la obra poética de Góngora: los


sonetos», Estudios Humanísticos, 16 (1994):135-153.
Nebot ,Vicente José, «Ennoblecimiento y degradación de los mitos en la poesía de
Francisco de Quevedo», Fòrum de Recerca, 19 (2014), 657-668
http://dx.doi.org/10.6035/ForumRecerca.2014.19.41.
Rosso, Maria, «Las leyendas mitológicas en los sonetos de Garcilaso de la Vega »,
Voz y Letra, XII/1 (2001): 23-38.
Torres Barrado, Cristina, «Quevedo y la mitología clásica», Alcántara, 75 (2012):
131-154.

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