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La Dama Isabel y el Caballero Elfo es una de las más bellas baladas medievales. Su argumento es
bastante simple: Una doncella escucha el bramido de un cuerno en la lejanía, imagina que se trata
de un Elfo, y entonces tiene la visión de un caballero que se asoma a su ventana, y la obliga a que
lo acompañe hasta el Bosque Verde, que en el lenguaje alegórico de la edad media significa
simplemente morir.
Lo curioso no es la trama del poema, tampoco su desarrollo, sino las palabras con las que nuestra
doncella concluirá la balada; las cuales son maravillosamente eficaces.
La lectura del poema es complicada, ya que además del narrador, existen los diálogos entre Isabel
y el Elfo, los cuales no siempre son fáciles de seguir.
Al final del poema dejaremos algunos comentarios que el lector sensato debería ignorar.
En otras versiones de la balada, Lady Isabel suele cambiar su nombre por algunos epítetos, como
La Hija del Rey, May Collin, May Colven, o Pretty Polly, e incluso hay variantes en las cuales jamás
se la nombra directamente.
Existen también versiones picarescas de esta balada, en las cuales la doncella es despojada de sus
prendas y joyas antes de emprender el viaje.
Ahora bien, es justo decir que la polémica sobre el origen de este poema está abierta, y que nadie
en realidad ha podido soslayar el enigma definitivamente. De este corpus de conjeturas y
desvaríos hemos reunido las teorías que consideramos más interesantes para compartir con
ustedes. Veamos algunas:
Algunos destacados folkloristas han asegurado que el Elfo de nuestro poema es en realidad la
evolución de un ser mucho más siniestro, conocido como Nix, o Nixcobt.
Este habitante de pantanos y marjales, y luego trasladado al Rin por los nacionalistas germanos, es
un ente mórbido y perverso, que disfruta provocando el suicidio de jóvenes doncellas y caballeros
mediante astutas trampas dialécticas.
Al parecer, el cuento fue llevado de Alemania a las islas británicas, y allí la figura del villano fue
adquiriendo lentamente la figura de un Elfo.
Sería inútil continuar enumerando estas doctas racionalizaciones, ya que podemos encontrar
infinitas fuentes que pretenden explicar el origen del poema, desde el mito solar indoeuropeo
hasta los paralelos del poema con ciertas leyendas asiáticas, conservadas por los magiares. Lo
único cierto es que esta balada es antigua. Ha sobrevivido los embates del tiempo, precisamente
porque su esencia escapa cualquier intento de análisis.
La Durmiente.
The Sleeper; Edgar Allan Poe (1809-1849)