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Pedro Bianco

Nativa: La peluquería de las señoras


Una crónica de una peluquería donde circulan más chismes que tijeras e ir a cortarse el pelo se
termina haciendo un programa de todo el día.

En la esquina de José Rodo y José Ingenieros, el límite entre San Isidro y Beccar, un local
escondido en medio de un vecindario rodeado de casas es la peluquería de Carola Belmonte. Ex
empleada del reconocido salón de belleza de Vicky Stefani, una de las estilistas más conocidas en el
ambiente, Carola decidió desprenderse de su gran mentora y comenzar su propio camino en la moda.
Tras casi un año funcionando, su peluquería, “Nativa”, adquirió una clientela especifica que es habitué
de sus servicios, las señoras ya entradas en edad.

Acostadas con el pelo recostando en la bacha esperando a que actúe la tintura, con los pies
estirados y un separador entre medio de sus dedos aguardando a que se seque la pedicura, en los
huecos entre la colocación del rímel y delineador, en los baños de crema para nutrir el pelo, los alisados
para bajar el frizz, o los peinados especiales para determinadas ocasiones como fiestas o cumpleaños.
Las excusas para entablar una conversación mientras se renuevan los looks en Nativa son múltiples. Más
aún para las sesentonas y setentonas que, saliendo con un estilo moderno y conociendo más amigas, se
sienten más jóvenes e intactas que nunca.

Para entrar, hay que tocar el timbre para hacerse notar. Un ambiente de diez metros de largo
por seis metros de ancho ocupa el local y en el fondo hay una habitación bastante más chica para los
cortes de pelo simples. Un viernes a las 4 de la tarde se escucha desde una laptop las mejores canciones
de Shakira por YouTube.

- “Te enteraste lo de la reina Isabel?” – preguntó Mirtha Lepes desde la bacha con el pelo
empapelado con tintura haciéndose los reflejos.

En plena pedicura y con unas uñas recién pintadas al rojo vivo, Griselda Garibaldi contestó: “Ay
si, que tristeza. 96 años tenía esa señora”
Pedro Bianco

“Yo, si llego a esa edad, por favor tírenme por la escalera chicas” acotó Claudia Mansilla
mientras esperaba su turno sentada en el banquito de madera con almohadones blancos y leyendo la
revista Caras.

El ping pong de chismes en Nativa es total. Ninguna tiene de que envidiarles a los panelistas de
los programas de chimentos que mueven todo el rating de la TV argentina. Desde muertes trágicas hasta
outfits de famosos, la variedad de temáticas de charlas sobre asuntos completamente ajenos a lo propio
da la talla en la peluquería.

“Con ellas me entero de todo” aseguró Brian Pellizzi, peluquero y estilista de Nativa. Trabaja en
la peluquería desde sus comienzos y es un gran estandarte. Afeminado en sus posturas y de voz aguda
da con el prototipo de buen peluquero. Al ser carismático y charlatán, se desenvuelve fácilmente con las
chicas y adapta sus acotaciones a cualquier tópico que ande rondando en la conversación. Además, se
sabe que, si te corta o te tiñe Brian, las chances de que no te guste tu nuevo look son escazas. Las chicas
se animan a probar otros estilos y toman todas sus innovadoras recomendaciones para un cambio de
look. En Nativa, Brian es un dios con manos mágicas.

Sin embargo, Brian estudia la carrera de radiología. Durante el día trabaja en la peluquería y por
las noches cursa en la Universidad Favaloro. El foco de Brian está puesto en sus estudios. Cuando se
reciba, va a dedicarle todo su tiempo a los rayos x y dejará las tijeras.

“Esto lo hago por hobby y para ganarme el mango, pero no es un oficio que quiera para toda mi
vida”, contó con seguridad y cierta melancolía. Todavía le queda un año y medio para recibirse, por
ende, para no encender las alarmas de su amplia clientela, no dio el anuncio que puede paralizar varios
corazones. Prefiere dar la noticia en algún momento más cercano a la fecha.

A eso de las 5 de la tarde, sonó el timbre y entró un joven con el uniforme de su colegio. Alto,
flaco escopeta y morocho, tranquilamente podría ser el hijo de alguna de las tres. Con postura
encorvada y un leve temblor en su voz preguntó por un corte de pelo. Se sentó al lado de Claudia en el
banquito de madera. En vez de leer la revista Caras, sacó su celular del bolsillo para matar la espera. Un
adolescente cortándose el pelo en Nativa es una completa novedad y las chicas se encargaron de
hacérselo saber al joven.

“¿Es la primera vez que venís a cortarte acá?” preguntó Mirtha desde la pileta con un tono
amenazante y ya sabiendo cual iba a ser la respuesta.

El joven levantó su mirada del celular y movió su cabeza hacia arriba y abajo, dando a entender
sin emitir palabras que efectivamente es su debut en Nativa.

Las chicas siguieron a rajatabla con el plan de hacerle sentir el rigor al pobre chico que solo
quería cortarse el pelo. Cuestionario exhaustivo de preguntas personales y sobre gustos particulares.
Felipe Reichart, de 17 años, alumno del colegio San Juan El Precursor, fanático del rugby y jugador del
SIC, le gusta el rock nacional y el reggaetón, pero este último solo en fiestas. Su materia preferida es
Educación Física y, por el momento, se lleva 5 materias a diciembre. Tenía pensado hacerse el mullet,
estilo muy frecuente en jóvenes varones que se cortan un poco mas en los costados que arriba para que
se note el contraste. No obstante, las chicas lo convencieron de no hacerse esa aberración y hacerse
algo más clásico.
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Felipe pagó 1200 pesos por su corte de pelo y tras mirarse en el espejo desde varios perfiles se
fue con una sonrisa en la cara. Otra vez más, las tijeras de Brian hicieron su magia. Las chicas aprobaron
al nuevo cliente y siguieron desentrañando algún parecido que le puedan encontrar con algún conocido
a ellas.

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