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“La sociedad no solo vive de ideas morales; para subsistir necesita acciones en
armonía con esas ideas.”1 En su vida social el católico debe ser congruente
entre sus valores morales y su actuar respecto del buen gobierno del Estado.
Es conveniente recordar que la Iglesia no propone modelos o sistemas políticos
en particular, pero sí tiene la facultad para velar por la aplicación de los valores
morales en todos los campos de la vida de las personas, y aquí entra la
política, entendida esta como las acciones que se han de realizar para el buen
gobierno del Estado.
1
BALZAC, Honoré de: El médico de aldea. Club Internacional del Libro, S.A., México, p. 89.
2
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 258.
3
Juan XXIII, Carta enc. Mater et magistra: AAS 53 (1961) 450.
4
Cf. Concilio Vaticano II, Const. past. Gaudium et spes, 74: AAS 58 (1966) 1095-1097.
5
Compendio de Doctrina Social de la Iglesia n. 384, p. 213.
6
Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris: AAS 55 (1963) 273; cf. Catecismo de la Iglesia
Católica, 2237; Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2000, 6: AAS 92
(2000) 362; Id., Discurso a la Quincuagésima Asamblea General de las Naciones Unidas (5 de
octubre de 1995), 3, Tipografía Vaticana, p. 7.
del derecho positivo y que no puede ser ignorada por la comunidad política,
porque la persona es, desde el punto de vista ontológico y como finalidad,
anterior a aquélla: el derecho positivo debe garantizar la satisfacción de las
exigencias humanas fundamentales.”7
Ahora bien, conviene recordar que “la búsqueda del bien común” se debe hacer
“con espíritu de servicio;” a efecto de propiciar “el desarrollo de la justicia con
atención particular a las situaciones de pobreza y sufrimiento; el respeto de la
autonomía de las realidades terrenas; el principio de subsidiaridad; la
promoción del diálogo y de la paz en el horizonte de la solidaridad”. 10
8
PAULO VI: Carta apostólica Octogesima adveniens. n. 46.
9
Concilio Vaticano II: Constitución Apostólica Gaudium et spes. n. 75.
10
Compendio de Doctrina Social de la Iglesia n. 565, p. 314.
11
Concilio Vaticano II: Constitución Apostólica Gaudium et spes. n. 75.
Ahora bien, debemos tomar en consideración que “vivir y actuar políticamente
en conformidad con la propia conciencia no es un acomodarse en posiciones
extrañas al compromiso político o en una forma de confesionalidad, sino
expresión de la aportación de los cristianos para que, a través de la política, se
instaure un ordenamiento social más justo y coherente con la dignidad de la
persona humana”.12
Por eso mismo, debemos tener conciencia que “la política no es el mero arte de
administrar el poder, los recursos o las crisis. La política no es mera búsqueda
de eficacia, estrategia y acción organizada. La política es vocación de servicio,
diaconía laical que promueve la amistad social para la generación de bien
común. Solo de este modo la política colabora a que el pueblo se torne
protagonista de su historia y así se evita que las así llamadas “clases
dirigentes” crean que ellas son quienes pueden dirimirlo todo.”
“Los católicos sabemos bien que «en las situaciones concretas, y teniendo en
cuenta las solidaridades que cada uno vive, es necesario reconocer una
legítima variedad de opciones posibles. Una misma fe cristiana puede conducir
a compromisos diferentes». Por eso, los invito a que vivan su fe con gran
libertad. Sin creer jamás que existe una única forma de compromiso político
para los católicos. Un partido católico. Quizá fue esta una primera intuición en
el despertar de la Doctrina Social de la Iglesia que con el pasar de los años se
fue ajustando a lo que realmente tiene que ser la vocación del político hoy día
en la sociedad, digo cristiano. No va más el partido católico. En política es
mejor tener una polifonía en política inspirada en una misma fe y construida
con múltiples sonidos e instrumentos, que una aburrida melodía monocorde
aparentemente correcta pero homogenizadora y neutralizante –y de yapa–
quieta. No, no va.”13
5.2. La democracia.
12
Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al
compromiso y la conducta de los católicos en la vida política (24 de noviembre de 2002), 6:
Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano 2002, p. 14.
13
FRANCISCO: Discurso a un grupo de la Pontificia Comisión para América Latina. Sala del
Consistorio. 4 de marzo de 2019. http://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2019/
march/documents/papa-francesco_20190304_pontcommissione-americalatina.pdf
14
Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 46: AAS 83 (1991) 850.
“Una situación emblemática para el ejercicio del discernimiento se presenta en
el funcionamiento del sistema democrático, que hoy muchos consideran en una
perspectiva agnóstica y relativista, que lleva a ver la verdad como un producto
determinado por la mayoría y condicionado por los equilibrios políticos.15 En un
contexto semejante, el discernimiento es especialmente grave y delicado
cuando se ejercita en ámbitos como la objetividad y rectitud de la información,
la investigación científica o las opciones económicas que repercuten en la vida
de los más pobres o en realidades que remiten a las exigencias morales
fundamentales e irrenunciables, como el carácter sagrado de la vida, la
indisolubilidad del matrimonio, la promoción de la familia fundada sobre el
matrimonio entre un hombre y una mujer.”
15
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 46: AAS 83 (1991) 850-851.
16
Compendio de Doctrina Social de la Iglesia n. 569, pp. 316-317.
17
FRANCISCO: Homilía de la santa misa para los migrantes. 6 de julio de 2018
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2018/documents/papa-francesco_20180706_
omelia-migranti.html.
18
Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 44: AAS 80 (1988) 575-577; Id., Carta
enc. Centesimus annus, 48: AAS 83 (1991) 852-854; Id., Mensaje para la Jornada Mundial de
la Paz 1999, 6: AAS 91 (1999) 381-382.
19
Compendio de Doctrina Social de la Iglesia n. 411, p. 228.
5.3. Políticos por la paz.20
La violencia parece ser el signo distintivo de las dos primera décadas del siglo
XXI, los medios de comunicación social y las redes sociales se encargan de
informarnos de las barbaries de las guerras en diversas partes del mundo,
algunas han durado más de ocho años devastando poblaciones enteras. En
otros lados la represión de la dictadura mantiene acosada a la población. Las
mafias de la droga y el tráfico de personas amagan a la sociedad en general.
La ambición de los políticos parece insaciable frente a la pobreza y el hambre
de gran parte de la población.
Por desgracia, muchos de los políticos tienen una gran responsabilidad en esta
escalada de violencia a nivel mundial. Por regla general, en los sistemas
democráticos, cada elección de nuevos gobernantes infunde en el corazón de
los ciudadanos la esperanza de una vida mejor, de una sociedad más justa,
situación que los políticos aprovechan para condimentar sus discursos con
palabras agradables a esos oídos esperanzados, con el ánimo de obtener el
voto que los lleve al poder, mas por desgracia, una vez que están en ese
puesto olvidan sus promesas y se dedican a satisfacer sus ambiciones
personales, sin importarles el bien de la sociedad a la cual deberían servir.
Estas actitudes de los malos políticos, generan entre los ciudadanos un gran
escepticismo, pierden la esperanza de ver mejoras sustanciales, por lo que
muchas veces lo único que desean es que las cosas no empeoren.
Ante esta circunstancia mundial, el Papa Francisco eligió como tema de la LII
Jornada Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero de 2019, “La buena política
está al servicio de la paz”, para resaltar las virtudes que deben cultivar los
gobernantes, en el trabajo de guiar a su pueblo para alcanzar el bien común.
En este mensaje resalta la mención de “las “bienaventuranzas del político”,
propuestas por el cardenal vietnamita François-Xavier Nguyễn Vãn Thuận,
fallecido en el año 2002”, las cuales transcribo en letras cursivas para
comentarlas brevemente:
20
En los senderos de la paz. Mensajes del Papa Francisco en las Jornadas Mundiales de la
Paz (2014-2019). Comentarios de Phillip H. Brubeck G., Ediciones Bellas Letras, Durango,
Dgo., 2019, formato electrónico en pdf, pp. 62-63.
“Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio
interés.” Trabajar por el bien común es ir acomodando las piezas del
rompecabezas político, social y económico en beneficio de todos los habitantes
de su país, por regla general sacrificando los deseos de acumular riquezas
personales.
No es fácil esta labor, sobre todo con las fuertes presiones que ejercen los
grandes intereses económicos de empresas voraces a nivel mundial; las
directrices marcadas por los países poderosos que buscan mantener su
primacía internacional; los grupos intermedios que desean satisfacer sus
ansias de riqueza y poder; los grupos delincuenciales que los tienen atados de
manos; y en fin la presión de todos aquellos que prefieren mantener sistemas
corruptos para el beneficio personal.
No es fácil, pero si practican las virtudes humanas y morales, pueden ser los
generadores de la paz que requiere su comunidad para su desarrollo integral.