Síntesis

sobre políticas de salud

Obesidad infantil y medio ambiente

Albino Barraza Villarreal, Julia Blanco Muñoz y Leticia Hernández Cadena

INTRODUCCIÓN
A nivel mundial 381 millones de niños y adolescentes
tienen sobrepeso u obesidad1 y México ocupa uno de los
2 de cada
primeros lugares en obesidad infantil2
5 niños
mayores de 5 años
presentan sobrepeso
u obesidad

En México, el problema de En el presente documento

obesidad infantil ha ido se proporciona información El
en aumento. En 2012 la sobre el problema de la 35.6%
prevalencia era de 14.6% y obesidad infantil en México, de los niños presenta
para el 2018 ésta se incrementó destacando los riesgos a la alguna de estas
en 3% más, alcanzando 17.5%.2 salud que origina, así como condiciones
La obesidad infantil se el papel que juegan las
asocia con un desbalance exposiciones ambientales en
entre el consumo y el su desarrollo, específicamente
El
gasto de energía, una las llamadas sustancias
vida sedentaria y factores obesógenas ambientales riesgo de
genéticos principalmente.3-5 (disruptores endócrinos).10-13 presentar
Sin embargo, los incrementos padecimientos
observados en su frecuencia crónico-
no han podido explicarse sólo degenerativos
por estos factores, de manera como la diabetes,
que otros, especialmente las hipertensión y
exposiciones a sustancias enfermedades
químicas en etapas tempranas cardiovasculares a
de la vida, han cobrado edades más tempranas
importancia en los últimos es más alto
años.6-9
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PANORAMA DEL PROBLEMA

Cada año mueren 2.6 millones de personas a causa de la
obesidad o el sobrepeso1

La prevalencia global de embargo, ciertas exposiciones que sucede en los adultos,

sobrepeso y obesidad en niños a sustancias químicas durante podrían ser irreversibles ya
es de 7% aproximadamente,13 el periodo intrauterino y en que la exposición in útero
siendo ésta una epidemia tanto las primeras etapas de la vida puede afectar la programación
en países desarrollados como del niño, pudieran ayudar a del bebé, interrumpir la
en vías de desarrollo. explicar dicho incremento. La actividad de las hormonas,
La obesidad infantil exposición temprana a estas reducir la expresión de
se asocia con mayor sustancias químicas, llamadas enzimas y favorecer las
probabilidad de desarrollar disruptores endócrinos como alteraciones de los receptores
enfermedades crónico- los ftalatos, bisfenoles, metales esteroideos, lo que podría
degenerativas, discapacidad pesados y plaguicidas, tienen explicar que los efectos de la
y muerte prematura. Además, la capacidad de atravesar la exposición a estas sustancias
durante la infancia los niños barrera placentaria y ocasionar químicas se manifiesten a
obesos sufren con mayor desórdenes metabólicos largo plazo, predispongan
frecuencia enfermedades al imitar las hormonas a una mayor ganancia de
respiratorias, hipertensión, responsables de controlar peso en etapas posteriores
riesgo de fracturas y el balance de energía en el al nacimiento y favorezcan
presentan marcadores organismo, afectando también el desarrollo de sobrepeso
tempranos de enfermedades la labor de la insulina.10,14,15 u obesidad en etapas más
cardiovasculares, de Estos efectos, contrario a lo tempranas de la vida.
resistencia a la insulina y
trastornos psicológicos, al
ser frecuentemente acosados
por su aspecto físico.13 Los
problemas que se derivan de
estas morbilidades y los gastos
económicos catastróficos que
se necesiten para su manejo,
atención y tratamiento colocan
a la obesidad infantil como
un serio problema de salud
pública y un reto considerable
para el sistema de salud
mexicano.
El estilo de vida y factores
genéticos, no explican del
todo el incremento en la Prevalencia de obesidad entre niños y adolescentes (5 a 19 años)
frecuencia de obesidad en
la población infantil, sin Fuente: https://www.who.int/data/gho/data/indicator-details/CHO/prevalence-of-obesity-
among-children-and-adolescents-bmi-2-standard-deviations-above-the-median-(crude-estimate)

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¿CUÁLES SON LOS RETOS?
La carga global de la enfermedad atribuible a factores
ambientales está entre 25 y 33%16,17
La obesidad infantil es un
síndrome ocasionado por
múltiples factores, los cuales
en su mayoría son prevenibles.
En ese sentido existe evidencia
de que la exposición a los
disruptores endócrinos
pudiera estar asociada con
el desarrollo de la obesidad.
Estudios recientes indican que
la exposición a los ftalatos y
los fenoles que son químicos
utilizados como plastificantes,
disolventes, lubricantes y
estabilizantes pudieran estar
asociados con el incremento
del riesgo de desarrollar
obesidad.
Estimaciones actuales
indican que más de ocho
millones de libras de bisfenol
A (BPA) se producen
anualmente y que alrededor
de 100 toneladas de esta
sustancia se libera a la
atmósfera cada año, con una
capacidad de producción
estimada de 10 billones de
libras por año.18
La evidencia indica que
la población está expuesta
continua y altamente a estas
sustancias como consecuencia
de su uso indiscriminado
y a gran escala, ya que son
ampliamente utilizados en una
gran variedad de productos
de uso diario, incluidos los
juguetes, cosméticos, champús,
jabones, lubricantes, equipos
médicos, medicamentos,
pinturas, envasado de
alimentos, estabilizadores y
en la fabricación de productos
para bebés como biberones.19-21
Este tipo de sustancias
ingresan al organismo
principalmente por la
ingestión de alimentos y agua
contaminada, por exposición
cutánea o por la inhalación
de aire contaminado. Una vez
que ingresan al organismo se
metabolizan rápidamente y se
excretan por la orina y heces.
Diversos estudios han
encontrado concentraciones
de algunos metabolitos de
ftalatos en pasteles, galletas
y barras de chocolate que
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fueron empacadas en cajas
de cartón, de papel o de
aluminio. En el caso de
México, los reportes señalan
que las concentraciones
de ciertos metabolitos
de ftalatos han sido muy
similares a las encontradas
en Estados Unidos, con una
media de 33.4 ug/L y 108
ug/L para los metabolitos
de Monobutil ftalato (MBP)
y monoetilftalato (MEP),
respectivamente.22 Asimismo,
desde el 2005 se han
reportado concentraciones de
Monoetilhexilftalato (MEHP)
en niños hospitalizados de
terapia intensiva y del servicio
de cuneros (46.8 ug/L y 5.19
ug/L, respectivamente).23 De
igual manera, en el año 2010,
en 80% de las muestras de
orina de mujeres mexicanas
se encontró una media
geométrica de 1.52 ug/L de
bisfenol A (BPA), muchas de
ellas en edad reproductiva.24
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Como se ha mencionado,
los factores de riesgo
clásicos para la obesidad
son altamente prevenibles,
una estrategia adicional para
su prevención sería incidir
en las fuentes principales
de exposición a sustancias
químicas obesógenas. Aunque
es difícil probar la relación
causal entre exposición a
estas sustancias y la obesidad
infantil, las evidencias son
lo suficientemente fuertes
como para tomar medidas
para reducir la exposición
a las mismas, siguiendo un
principio precautorio.
En ese sentido sería muy
recomendable modificar
y/o sustituir las principales
sustancias químicas que
se utilizan por otro tipo
de materias primas que
sean más amigables con
el medio ambiente, menos
tóxicas y que disminuyan el
riesgo de efectos deletéreos
en la población humana,
especialmente en los grupos
más vulnerables como son
las mujeres embarazadas y
los niños. Asimismo, se debe
avanzar en la promulgación
y establecimiento de normas
que incidan en su prohibición,
control o manejo.
RETOS QUE ENFRENTAMOS
1. Falta de una cultura ambiental desde la niñez.
2. Ausencia de temáticas y contenidos en el ámbito de la
salud ambiental desde el nivel escolar.
3. Indiferencia de los jóvenes y de un alto porcentaje de la
población sobre la importancia del cuidado del medio ambiente.
4.
Alta oferta de productos contaminados que no cuentan
con alguna regulación u autorización para su venta y consumo.
Baja prevalencia de actividad física en los niños y
5. jóvenes y un uso indiscriminado de PET sobre todo para el
consumo de agua.
Difusión exacerbada sobre la venta y consumo de
6. alimentos chatarra y comida rápida.
Resistencia de la industria que produce y fabrica
7. productos que contienen sustancias químicas
obesogénicas y que los utilizan, sobre todo de alimentos.
Ausencia total de normatividad relacionada con el
8. establecimiento de límites de protección de las sustancias
químicas obesogénicas para la salud humana o la sustitución por
sustancias menos inocuas.
Una falta de concientización sobre exposiciones
9. ambientales en etapas críticas del desarrollo (embarazo y
primera infancia).
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RECOMENDACIONES BASADAS EN EVIDENCIA

1. Promover una cultura ambiental desde la niñez.

2. Incorporar las temáticas de la salud ambiental desde el nivel básico en todas las escuelas.

Concientizar a los jóvenes y al resto de la población sobre la importancia del cuidado

3. al medio ambiente.

Fomentar la actividad física e incentivar el consumo de agua potable en las escuelas

4. (bebedores escolares) que además permita la disminución del uso de botellas de plástico.

5. Regulación y control de la publicidad de alimentos no saludables.

Fomentar la aplicación de normas y reglamentos relacionados con la regulación de la venta

6. de productos que no cuentan con algún tipo de evaluación sanitaria.

Promover la generación de normas que regulen las exposiciones ambientales

7. derivadas de productos contaminados como los disruptores endócrinos o su
sustitución por sustancias o productos menos inocuos.

Promover la difusión de estrategias de prevención y promoción a la salud relativas

8. con exposiciones ambientales en etapas críticas del desarrollo.

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