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PROFESOR: Andrés Hurtado - GRADO: Undécimo

ÁREA: Ética - PERIODO: II - TALLER 3: Ejemplos de dilemas éticos


EJEMPLOS DE DILEMAS ÉTICOS

Como hemos visto existen maneras muy diferentes de proponer diferentes tipos de dilemas éticos, existiendo
miles de opciones y estando limitados solo por la propia imaginación. A continuación veremos algunos ejemplos de
dilemas éticos (algunos muy conocidos, otros menos) de cara a poder ver cómo funcionan.

1. Dilema de Heinz

Uno de los dilemas éticos más conocidos es el dilema de Heinz, propuesto por Kohlberg para analizar el nivel de
desarrollo moral de los niños y adolescentes (infiriéndose a partir del tipo de respuesta, el porqué de la respuesta
dada, el nivel de obediencia a las normas o la relativa importancia que pueda tener su seguimiento en algunos
casos). Este dilema se presenta de la siguiente manera:

“La mujer de Heinz está enferma de cáncer, y se espera que muera pronto si no se hace nada por salvarla. Sin
embargo, existe un medicamento experimental que los médicos creen que puede salvar su vida: una forma de
radio que un farmacéutico acaba de descubrir. Aunque esta sustancia es cara, el farmacéutico en cuestión está
cobrando muchas veces más cantidad de dinero de lo que le cuesta producirla (le cuesta 1.000 dólares y cobra
5.000). Heinz reúne todo el dinero que puede para comprarla, contando con la ayuda y el préstamo de dinero de
todos sus conocidos, pero solo alcanza a reunir 2.500 dólares de los 5.000 que cuesta el producto. Heinz acude al
farmacéutico, a quien le dice que su esposa se muere y a quien le pide que le venda el medicamento a menor
precio o que le deje pagar la mitad más tarde. El farmacéutico sin embargo se niega, aduciendo que debe ganar
dinero con él ya que ha sido quien lo ha descubierto. Dicho esto, Heinz se desespera y se plantea robar la
medicina.” ¿Qué debería hacer?

2. Dilema del tranvía

El dilema del tranvía o del tren es otro clásico entre los dilemas éticos/morales, creados por Philippa Foot. En este
dilema se propone lo siguiente:

“Un tranvía/tren circula fuera de control y a toda velocidad por una vía, poco antes de un cambio de agujas. En
esta vía hay atadas cinco personas, que morirán si el tren/tranvía les alcanza. Tú te encuentras delante del cambio
de agujas y tienes la posibilidad de hacer que el vehículo se desvíe a otra vía, pero en el que se encuentra atada
una persona. Desviar el tranvía/tren hará que muera una persona. No hacerlo, que mueran cinco. ¿Qué harías?”

Este dilema dispone además de múltiples variantes, pudiendo complicar en gran medida la elección. Por ejemplo,
la elección puede estar en que puede detener el tranvía, pero ello hará que descarrile con una posibilidad del 50%
de que todos sus ocupantes mueran (y 50% de que todos se salven). O se puede buscar más la implicación
emocional del sujeto: proponer que en una de las vías hay cinco o más personas que morirán si no se hace nada y
en la otra una, pero que esta una es la pareja, hijo/a, padre/madre, hermano/a o familiar del sujeto. O bien un
niño.

3. Dilema del prisionero

El dilema del prisionero es uno de los dilemas empleados por John Nash para explicarlos incentivos y la
importancia de las decisiones no solo propias sino también ajenas para obtener determinados resultados, siendo
necesaria la cooperación para lograr el mejor resultado posible. Aunque es más económico que ético, también
tiene implicaciones en este sentido.

El dilema del prisionero propone la siguiente situación:

“Dos presuntos delincuentes son detenidos y encerrados, sin que puedan comunicarse entre sí, ante la sospecha
de su implicación en un robo a un banco (o un asesinato, dependiendo de la versión). La pena por el delito es de
diez años de cárcel, pero no existen pruebas palpables de la implicación de ninguno en estos hechos. La policía le
propone a cada uno de ellos la posibilidad de salir libre si delata al otro. Si los dos confiesan el crimen cumplirán
cada uno seis años de prisión. Si uno lo niega y el otro proporciona pruebas de la implicación de éste, el informador
saldrá en libertad y el otro será condenado a los diez años de cárcel. Si los dos niegan los hechos, ambos
permanecerán en prisión un año.”

En este caso, más que de moral estaríamos hablando de las consecuencias de cada acto para uno mismo y para el
otro y de cómo el resultado depende no solo de nuestra actuación sino también de la ajena.

4. El ladrón noble

Este dilema plantea lo siguiente:

“Somos testigos de cómo un hombre roba un banco. Sin embargo, observamos que el ladrón no se queda el
dinero, sino que lo entrega a un orfanato que carece de recursos para sustentar a los huérfanos que en él viven.
Podemos denunciar el robo, pero si lo hacemos es probable que el dinero que el orfanato ahora puede usar para
alimentar y cuidar a los niños tenga que devolver lo robado”.

Por un lado, el sujeto ha cometido un delito, pero por otro lo ha hecho por una buena causa. ¿Qué hacer? El
dilema puede complicarse si se añade, por ejemplo, que durante el atraco al banco ha muerto una persona.

5. Robin Hood

Eres testigo de un crimen: un hombre ha robado un banco, pero en lugar de quedarse el dinero para sí mismo, lo
dona a un pobre orfanato que ahora puede permitirse alimentar, dar ropa y cuidar de los niños que viven en él. Tú
sabes quién ha cometido el crimen, pero si vas a las autoridades con esta información, lo más probable es que el
dinero sea devuelto al banco volviendo a dejar a los niños con grandes necesidades. ¿Qué harías?

6. El samaritano accidental

En tu camino de casa al trabajo te ves envuelto en un accidente con dos coches, en el cual, accidentalmente, matas
a un peatón. Cuando sales del coche, eres interceptado por una mujer con lágrimas en los ojos que piensa que ha
sido ella la que ha matado al peatón. No sabes por qué piensa que ha sido ella, pero está convencida de ello. Sólo
estáis tú, esta mujer, y la persona a la que has atropellado; no hay más testigos. Sabes que quien sea declarado
culpable acabará seguramente en la cárcel. ¿Qué harías?

ACTIVIDAD:
1. Glosario
2. Responder a cada uno de los 6 dilemas realizando una justificación de su respuesta
3. Crear un dilema ético

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