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Dilemas éticos

La ética y la moral son constructos que regulan el comportamiento humano y permiten su


dirección a lo que tanto de manera individual como colectiva se considera aceptable y positivo.
Qué es bueno y qué es malo, justo injusto, correcto o incorrecto, que deberíamos hacer y que
no deberíamos hacer e incluso de qué aspectos nos preocupamos y valoramos son elementos
derivados en gran medida de nuestro sistema ético.

Pero a veces nos encontramos con situaciones en que no sabemos qué hacer: escoger A o B
tiene, en ambos casos, repercusiones negativas y positivas a la vez y los diferentes valores que
nos rigen entran en un conflicto. Estamos ante situaciones que nos suponen dilemas éticos.

Se entiende por dilema ético a toda aquella situación en la que se dé un conflicto entre los
diferentes valores de la persona y las opciones de actuación disponibles. Se trata de situaciones
en que se va a generar una pugna entre varios valores y creencias, no existiendo una solución
totalmente buena y otra opción totalmente mala, teniendo ambas repercusiones positivas y
negativas a la vez.

Este tipo de dilemas requieren de una reflexión más o menos profunda sobre las alternativas de
las que disponemos, así como del valor otorgado a los valores morales con los que nos regimos.
A menudo nos tocará priorizar uno u otro valor, entrando ambos en conflicto de cara a tomar
una decisión. Asimismo, permiten ver que las cosas no son o blancas o negras, así como entender
a personas que toman decisiones distintas a las propias.

La existencia de dilemas éticos ha generado una interesante rama de estudio centrada en


nuestras creencias y valores y cómo éstas son gestionadas. Permiten ver cómo reflexionamos y
que elementos tenemos en cuenta para tomar una decisión. De hecho, es frecuente que se
empleen dilemas éticos como mecanismo para educar en el uso y gestión de emociones y
valores, para concienciar sobre algunos aspectos o para generar debate y compartir puntos de
vista entre personas. También se emplean en el ámbito laboral, concretamente en selección de
personal.

1. Dilema de Heinz

“La mujer de Heinz está enferma de cáncer, y se espera que muera pronto si no se hace nada
por salvarla. Sin embargo, existe un medicamento experimental que los médicos creen que puede
salvar su vida: una forma de radio que un farmacéutico acaba de descubrir. Aunque esta
sustancia es cara, el farmacéutico en cuestión está cobrando muchas veces más cantidad de
dinero de lo que le cuesta producirla (le cuesta 10.000 dólares y cobra 50.000). Heinz reúne todo
el dinero que puede para comprarla, contando con la ayuda y el préstamo de dinero de todos sus
conocidos, pero solo alcanza a reunir 25.000 dólares de los 50.000 que cuesta el producto. Heinz
acude al farmacéutico, a quien le dice que su esposa se muere y a quien le pide que le venda el
medicamento a menor precio o que le deje pagar la mitad más tarde. El farmacéutico sin
embargo se niega, aduciendo que debe ganar dinero con él ya que ha sido quien lo ha
descubierto. Dicho esto, Heinz se desespera y se plantea robar la medicina.” ¿Qué debería hacer?

2. Dilema del tranvía

“Un tranvía/tren circula fuera de control y a toda velocidad por una vía, poco antes de un cambio
de agujas. En esta vía hay atadas cinco personas, que morirán si el tren/tranvía les alcanza. Tú
te encuentras delante del cambio de agujas y tienes la posibilidad de hacer que el vehículo se
desvíe a otra vía, pero en el que se encuentra atada una persona. Desviar el tranvía/tren hará
que muera una persona. No hacerlo, que mueran cinco. ¿Qué harías?”

Este dilema dispone además de múltiples variantes, pudiendo complicar en gran medida la
elección. Por ejemplo, la elección puede estar en que puede detener el tranvía, pero ello hará
que descarrile con una posibilidad del 50% de que todos sus ocupantes mueran (y 50% de que
todos se salven). O se puede buscar más la implicación emocional del sujeto: proponer que en
una de las vías hay cinco o más personas que morirán si no se hace nada y en la otra una, pero
que esta una es la pareja, hijo/a, padre/madre, hermano/a o familiar del sujeto. O bien un niño.

3. Dilema del prisionero

“Dos presuntos delincuentes son detenidos y encerrados, sin que puedan comunicarse entre sí,
ante la sospecha de su implicación en un robo a un banco (o un asesinato, dependiendo de la
versión). La pena por el delito es de diez años de cárcel, pero no existen pruebas palpables de la
implicación de ninguno en estos hechos. La policía le propone a cada uno de ellos la posibilidad
de salir libre si delata al otro. Si los dos confiesan el crimen cumplirán cada uno seis años de
prisión. Si uno lo niega y el otro proporciona pruebas de la implicación de éste, el informador
saldrá en libertad y el otro será condenado a los diez años de cárcel. Si los dos niegan los hechos,
ambos permanecerán en prisión un año.”

4. El ladrón noble

“Somos testigos de cómo un hombre roba un banco. Sin embargo, observamos que el ladrón no
se queda el dinero, sino que lo entrega a un orfanato que carece de recursos para sustentar a los
huérfanos que en él viven. Podemos denunciar el robo, pero si lo hacemos es probable que el
dinero que el orfanato ahora puede usar para alimentar y cuidar a los niños tenga que devolver
lo robado”.

Por un lado, el sujeto ha cometido un delito, pero por otro lo ha hecho por una buena causa.
¿Qué hacer? El dilema puede complicarse si se añade, por ejemplo, que durante el atraco al
banco ha muerto una persona.

5. El examen

"Estás en un aula de universidad realizando un examen: todos los alumnos estáis sentados en
sillas-pupitre alineadas, respondiendo a preguntas que deben ser respondidas por escrito. En
determinado momento, llevas varios minutos intentando resolver una pregunta que se te resiste,
y viendo que no vas mal de tiempo, decides descansar durante un par de minutos, para ver si
desconectando puedes evocar mejor los recuerdos. Sin embargo, tras llevar un rato con la mente
en blanco y sin pensar en nada en concreto y con la mirada perdida, te das cuenta de que acabas
de ver la respuesta correcta en la hoja de respuestas de la persona que tienes delante. Teniendo
en cuenta que lo más probable es que no fueras a poder recordar la respuesta correcta,
¿respondes a la pregunta, o la dejas en blanco?".

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