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TEMA 25: Donaciones

25.1 La donación
Los orígenes de las donaciones pueden encontrarse en la denominada donación real,
consistente en la transferencia de una cosa del donante al donatario mediante la
mancipatio. La donación es concebida como un acto de liberalidad que supone un
empobrecimiento del donante y un enriquecimiento del donatario.
Para que exista donación es necesario el elemento objetivo de la gratuidad, existiendo
también un elemento subjetivo que es la voluntad de la gratuidad.
La donación como liberalidad se contrapone al negocio: el que dona quiere hacer una
atribución gratuita a la que no está obligado. Junto a este elemento objetivo, existe el
elemento subjetivo o voluntad dirigida a la gratuidad. Para los clásicos el ánimo de
donar es suficiente cuando se une a los medios ofrecidos por el ordenamiento jurídico.
La jurisprudencia clásica elabora los principios sobre la donación en torno a los
comentarios de la Ley Cincia y a la prohibición de donaciones entre cónyuges.

25.2 La Ley Cincia y los límites de las donaciones


La Ley Cincia prohibió las donaciones que superasen un cierto límite. Su finalidad es
evitar los regalos abusivos para impedir el empobrecimiento general y la superioridad
económica de la nobleza gobernante respecto a los ciudadanos gobernados. Se
exceptúan los parientes cognados hasta el 7º grado, los afines, tutores y pupilos, y los
esclavos y libertos.
Junto a las donaciones de transferencia de propiedad, son importantes también las
donaciones con efectos posesorios, como las dadas entre padre y sometidos a
potestad.
La Ley Cincia, como ley imperfecta, prohibía las donaciones, pero no anula el acto
contrario a sus disposiciones ni impone una sanción al infractor, no obstante, la
jurisprudencia y el Pretor establecen medidas para que la prohibición de la Ley surta
sus efectos.
Se concede por el pretor al donante una exceptio legis Cinciae para oponerse a la
reclamación del donatario que pide el cumplimiento de una donación, y una replicatio
cuando el donante reclama una res mancipi entregada por traditio, o pide el crédito
cancelado por simple pacto.
La donación se considera perfecta con la transferencia de la cosa, si la donación es
mortis causa, con la muerte del donante. Mientras no sea perfecta, el donante puede
revocar la donación.

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25.3 Régimen postclásico y justinianeo
Con la reforma de Constantino, la donación se transforma de causa de adquisición en
un negocio típico que asume la estructura jurídica del contrato que implica la
transferencia de propiedad. Constantino exige 3 requisitos formales: acto escrito,
entrega en público y registro en los archivos públicos.
En las nuevas tendencias, favorables a la donación, influyen las ideas cristianas que
favorecen el espíritu de la liberalidad y el desprendimiento. Justiniano distingue entre
las donaciones superiores e inferiores a 500 sueldos. La donación se basa ahora
exclusivamente sobre la voluntas o animus donandi. Desde el S. IV se admite la
revocación de la donación por ingratitud del donatario cuando éste era un
descendiente. Justiniano la extiende a toda clase de donaciones y distingue 4 tipos de
ingratitud: injurias graves, atentado a la vida, incumplimiento del modo y daño
culpable en los bienes.

25.4 La donación modal


La donación modal es aquella donación que impone al donatario la carga (modus) de
realizar una determinada prestación a favor del mismo donante o de un tercero.
Esta carga no supone una contraprestación, puesto que el elemento de la gratuidad es
imprescindible en la donación, ni da lugar a ninguna acción en caso de no cumplirse.
El donante dispone de una condictio para la repetición de lo donado en caso de que el
donatario no cumpla la carga.
En Derecho justinianeo, la donación modal se considera como un contrato
innominado, protegido por la acción de palabras escritas o con una condictio para
conseguir la revocación. Cuando el modo beneficia a un tercero, éste dispone de una
actio utilis.

25.5 La donación “mortis causa”


La prevista para después de la muerte es denominada donación mortis causa. Era una
donación con vistas a una muerte próxima o futura. Esta donación, conocida desde
época antigua, sustituía prácticamente al testamento y servía para evitar algunos de
sus inconvenientes. Mediante la donación mortis causa se pueden realizar atribuciones
patrimoniales de bienes particulares.
Los juristas distinguen varias clases de donación siendo las más importantes:
1) Cuando un donante sano la realiza pensando en la inevitabilidad de la muerte.
2) la realizada por el temor a la muerte causado por un riesgo inminente o futuro.

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En ambos casos la donación puede estar condicionada a la muerte del donante o
puede realizarse inmediatamente, pudiendo reclamar lo donado en caso de
supervivencia.
La donación mortis causa pierde importancia al instituirse el fideicomiso, no obstante,
la primera permite la atribución con efectos reales, mientras que el segundo sólo tiene
efectos obligatorios.
En Derecho clásico se produce un acercamiento entre donación mortis causa y legado
al compartir ambas instituciones algunas de sus disposiciones, acercamiento que
culmina con el Derecho justinianeo.
La donación mortis causa se considera perfecta en el momento de la muerte del
donante, pudiendo éste revocarla mientras esté vivo.

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