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25.1 La donación
Los orígenes de las donaciones pueden encontrarse en la denominada donación real,
consistente en la transferencia de una cosa del donante al donatario mediante la
mancipatio. La donación es concebida como un acto de liberalidad que supone un
empobrecimiento del donante y un enriquecimiento del donatario.
Para que exista donación es necesario el elemento objetivo de la gratuidad, existiendo
también un elemento subjetivo que es la voluntad de la gratuidad.
La donación como liberalidad se contrapone al negocio: el que dona quiere hacer una
atribución gratuita a la que no está obligado. Junto a este elemento objetivo, existe el
elemento subjetivo o voluntad dirigida a la gratuidad. Para los clásicos el ánimo de
donar es suficiente cuando se une a los medios ofrecidos por el ordenamiento jurídico.
La jurisprudencia clásica elabora los principios sobre la donación en torno a los
comentarios de la Ley Cincia y a la prohibición de donaciones entre cónyuges.
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25.3 Régimen postclásico y justinianeo
Con la reforma de Constantino, la donación se transforma de causa de adquisición en
un negocio típico que asume la estructura jurídica del contrato que implica la
transferencia de propiedad. Constantino exige 3 requisitos formales: acto escrito,
entrega en público y registro en los archivos públicos.
En las nuevas tendencias, favorables a la donación, influyen las ideas cristianas que
favorecen el espíritu de la liberalidad y el desprendimiento. Justiniano distingue entre
las donaciones superiores e inferiores a 500 sueldos. La donación se basa ahora
exclusivamente sobre la voluntas o animus donandi. Desde el S. IV se admite la
revocación de la donación por ingratitud del donatario cuando éste era un
descendiente. Justiniano la extiende a toda clase de donaciones y distingue 4 tipos de
ingratitud: injurias graves, atentado a la vida, incumplimiento del modo y daño
culpable en los bienes.
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En ambos casos la donación puede estar condicionada a la muerte del donante o
puede realizarse inmediatamente, pudiendo reclamar lo donado en caso de
supervivencia.
La donación mortis causa pierde importancia al instituirse el fideicomiso, no obstante,
la primera permite la atribución con efectos reales, mientras que el segundo sólo tiene
efectos obligatorios.
En Derecho clásico se produce un acercamiento entre donación mortis causa y legado
al compartir ambas instituciones algunas de sus disposiciones, acercamiento que
culmina con el Derecho justinianeo.
La donación mortis causa se considera perfecta en el momento de la muerte del
donante, pudiendo éste revocarla mientras esté vivo.
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