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Iglesia Bautista Ciudad de Dios


26 de Junio de 2022

MENSAJE

BREVE REPASO

La semana pasada el pastor Felix nos estuvo predicando de Marcos 11:20-26,

bajo el título: “EL REY EXPLICA LA FE VERDADERA”. Y estuvimos viendo los siguientes

puntos:

1. La sorpresa de los discípulos (vs. 20-21).

2. La fe en Dios (vs. 22-24).

3. La necesidad de perdonar (vs. 25-26)

Y nos decía el pastor Félix que “Jesús murió y resucitó para hacer posible el que nos

podamos acercar a Dios con fe y confianza, pero con la responsabilidad de perdonar a

aquellos que nos han hecho daño” Y dijo que esto llevará a vivir una vida con sentido.

Y concluyó el pastor Félix diciendo que desde que Jesús maldijo la higuera hasta

hablar del perdón, habíamos visto que…

1) Debemos dar fruto, ya que de lo contrario habrá consecuencias.

2) A Dios le place contestar a los que tienen fe.

3) Tal fe inspira una confianza arraigada en las promesas de Dios.

4) Oraciones verticales sin resolver horizontalmente, son huecas, hipócritas y

vacías.

Hoy vamos a estar meditando en la porción que se encuentra en Marcos 11:27-33,

bajo el título: “LA AUTORIDAD DEL REY VS. LA AUTORIDAD DE LOS RELIGIOSOS”.
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BOSQUEJO

I.- LOS RELIGIOSOS CUESTIONAN LA AUTORIDAD DEL JESÚS (11:27-28).

II.- JESÚS DEJA EN EVIDENCIA A LOS RELIGIOSOS (11:29-33).

I.- LOS RELIGIOSOS CUESTIONAN LA AUTORIDAD DE JESÚS (11:27-28)

Empieza diciendo Marcos que Jesús y Sus discípulos “llegaron de nuevo a

Jerusalén, y cuando Jesús andaba en el templo, se acercaron a Él los principales

sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron” (Vs. 27-28 a).

Y antes de seguir adelante, debemos entender como fue ese acercamiento que

los religiosos le hicieron a Jesús.

Y si recordamos, hace dos semanas, el mismo Jesús, después de echar del

templo a los que vendían y compraban y a los cambistas, acusó a los líderes religiosos

de haber convertido el templo, en este caso el atrio de los gentiles, en una cueva de

ladrones, haciendo referencia a Jeremeias 7:11. Y leimos en Marcos 11:18, que “los

principales sacerdotes y los escribas oyeron esto y buscaban como destruir a Jesús”.

Así que podemos deducir, sin temor a equivocarnos, que este acercamiento

que los líderes religiosos hicieron a Jesús, no era con buenas intenciones, ni muchísimo

menos; sino todo lo contrario: QUERÍAN DESTRUIRLE.

Pero, por otro lado, esto no era algo nuevo para Jesús, ya que a lo largo de todo

Su ministerio, en varias ocasiones, los líderes religiosos se habían acercado a Él con no

muy buenas intenciones. Por ejemplo, en Mateo 16:1, leemos: “Entonces los fariseos y

los saduceos, poniendo a prueba a Jesús, le pidieron que les mostrara una señal del

cielo”.
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Otras expresiones que vemos en los evangelios, como ejemplo de lo que acabo

de decir:

. “Y se acercaron a Él para probarle”.

. “Y enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para sorprenderle”.

. “Entonces se fueron los fariseos y deliberaron entre si como atraparle”.

. Etc., etc.

Así que este acercamiento fue con el único objetivo de destruir a Jesús. E

hicieron este acercamiento con toda la artillería pesada que tenían: principales

sacerdotes, los escribas y los ancianos. Miembros del Sanedrín, la élite religiosa dentro

del judaismo.

Y dice Marcos que le preguntaron: “¿con qué autoridad haces estas cosas o

quien te dio la autoridad para hacer esto?” (vs. 28).

Ellos habían sido testigos de lo que había pasado el día anterior en el templo,

pero también habían sido testigos de muchas de las cosas que Jesús había dicho y

hecho. Así que la pregunta no era fruto de la curiosidad, ni del interés, ni de un deseo

sincero de saber la respuesta correcta. Era una pregunta capciosa, es decir, una

pregunta que pretende dejar en evidencia al que responde, en este caso, a Jesús.

Por otro lado, no era una pregunta interesada en la procedencia de la autoridad

con la que Jesús hacía las cosas, sino una pregunta que estaba poniendo en duda Su

autoridad.

De hecho, la pregunta de los religiosos era retórica, por que éstos no

reconocían más autoridad en el templo que la suya propia. Es como si, con esta

pregunta, le estuvieran diciendo:

. “Has llamado al templo, tu casa”.


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. “Te permitiste el lujo de echar, de malas maneras, a la gente fuera”.

. “Y tuviste la osadía de acusarnos, (¡A NOSOTROS!) de convertir el templo en una

cueva de ladrones”.

. “Queremos recordarte que nosotros somos la autoridad en este lugar. Tenemos el

título, la posición, el estatus y los conocimientos. ¿Tú que te has creido?”.

El problema de estos líderes religiosos es que ellos entendían que la autoridad

venía determinada por la posición que ocupaban y por los títulos que ostentaban.

*EXPLICAR*

ILUSTRACIÓN: En mi primer día en el seminario, el director del mismo nos dijo: “Esto es

un seminario, una institución académica, no una fábrica de pastores”.

Cita de J. C. Ryle

“¡Cuanta ceguera espiritual puede haber en los corazones de aquellos que

ostentan puestos eclesiásticos!”.

La pregunta de estos religiosos a Jesús llevaba implícita la idea de: “Bueno,

nosotros somos única autoridad religiosa, que viene de Dios, en este lugar; así que la

pregunta para ti es, ¿con qué autoridad haces tú, lo que haces?

Ciertamente era una pregunta trampa, ya que la respuesta que Jesús diera a

estos religiosos, podía darles la oportunidad de tener algo por lo que acusarle:

. Si la respuesta de Jesús era que Su autoridad era divina, le acusarían de ser un

blasfemo.

. Si la respuesta era que Su autoridad era como Hijo de David, el rey de Israel, le

acusarían de traidor a Roma.

. Y si la respuesta era que no pretendía tener autoridad, entonces le acusarían de ser

un impostor.
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Estas eran algunas de las tres opciones que los religiosos estaban esperando

con tanta ansiedad para acusar a Jesus de: BLASFEMO, TRAIDOR O IMPOSTOR.

Asi que ahí estaban estos religiosos relamiéndose de alegría, esperando con el

dedo acusador, para dictar sentencia contra Jesús. Pero, para su decepción no ocurrió

lo que ellos estaban esperando con tanta ansia, sino que sufrieron lo que se conoce

como el efecto “boomerang”.

Definición de boomerang: “Es un arma que tras ser lanzada, si no impacta en el

objetivo, regresa a su punto de origen, debido a su perfil aerodinámico y forma de

lanzamiento especiales”.

Así que, en la respuesta que reciben los religiosos vamos a ver como…

II.- JESÚS DEJA EN EVIDENCIA A LOS RELIOSOS (11:29-33)

En los versículos 29 y 30, leemos: “Jesús les respondió… Yo también les haré

una pregunta: respóndanla, y entonces les diré con que autoridad hago estas cosas. El

bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondan”.

Jesús, fiel al estilo rabínico, les contestó con otra pregunta. Así que la pelota

esta ahora en el tejado de los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos. Y es

interesante el hecho de que con la pregunta que Jesús les hizo, solo les dio dos

alternativas posibles como respuesta, sobre la autoridad de Juan el Bautista, que

implícitamente apuntaba a la autoridad de Él mismo.

Ahora el dilema lo tenían ellos. Y es por ese motivo que dice Marcos, que “ellos

discutían entre si” (vs. 31). ¿Sobre qué discutían? Sobre las dos únicas alternativas que

les dio Jesús:

1) Primera opción

“Si decimos: del cielo, Él dirá: Entonces, ¿por qué no le creyeron? (vs. 31 b).
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Recordemos que Marcos comienza su evangelio citando, de forma intencional a

Malaquías 3:1 e Isaías 40:3, vinculando los ministerios de Juan el Bautista y Jesús con la

promesa profética: “Como está escrito en el profeta Isaías: he aquí, yo envío mi

mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino. Voz del que clama en el desierto:

preparen el camino del Señor, hagan derechas Sus sendas” (Marcos 1:2-3).

La evidencia estaba ahí, pero los religiosos no la quisieron ver. Asi que si decían,

“del cielo”, la pregunta que surgiría es: “¿por qué no le creyeron?”.

JUAN 1:19-34  “Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron

sacerdotes y levitas de Jerusalén a preguntarle: “Quién eres tú?” Y el confesó y no

negó, pero contestó: “Yo no soy el Cristo” “¿Entonces, qué?”, le preguntaron, “¿Eres

Elías?”. Y él dijo: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?”. “No”, respondió Juan. Entonces le

preguntaron: “¿Quién eres?” Ya que tenemos que dar respuesta a los que nos

enviaron. “¿Qué dices de ti mismo?”. Juan les respondió: “YO SOY LA VOZ DEL QUE

CLAMA EN EL DESIERTO: ENDERECEN EL CAMINO DEL SEÑOR, como dijo el profeta

Isaías”.

Los que habían sido enviados era de los fariseos, y le preguntaron: “Entonces,

¿por qué bautizas, si tu no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta?”.

Juan les respondió: “Yo bauitzo en agua, pero entre ustedes está Uno a quien

ustedes no conocen. Él es el que viene después de mi, a quien yo no soy digno de

desatar la correa de la sandalia.

Estas cosas sucedieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba

bautizando.

Al día siguiente Juan vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: “Ahí está el Cordero

de Dios que quita el pecado del mundo. Este es Aquel de quien yo dije: Después de mí
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viene un Hombre que es antes que yo. Yo no lo conozco, pero para que Él fuera

manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua”.

Juan también dio testimonio diciendo: “He visto al Espíritu que descendía del

cielo como paloma, y se posó sobre Él. Yo no lo conocía, peo el que me envió a

bautizar en agua me dijo: Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posar sobre

Él,Éste es el que bautiza en el Espíritu Santo. Y yo lo he visto y he dado testimonio de

que Éste es el Hijo de Dios”.

Si reconocían que la obra de Juan era divina, entonces se verían obligados a

aceptar que Jesús era el Mesías profetizado, pues así Juan lo había afirmado.

Y, bajo ningún concepto, iban a aceptar la divinidad de Jesús, y por lo tanto, Su

autoridad. Así que discutían sobre…

2) Segunda opción

“¿pero si decimos: de los hombres?” (vs. 32 a).

El temor al hombre, del que hemos estado hablando las últimas semanas, les

traicionó, ya que dice Marcos que “temían a la multitud, porque todos consideraban

que Juan verdaderamente había sido un profeta” (Vs. 32 b).

Recordemos que Juan el Bautista había sido popular entre la gente, la cual creía

que Dios le había dado su ministerio. Y a pesar de la evidencia, los líderes religiosos lo

rechazaron y no hicieron absolutamente nada para evitar que Herodes lo asesinara

injustamente.

Y ante el hecho de que Jesús les estaba dejando en evidencia delante de todos,

Marcos dice que los religiosos, “respondiendo a Jesús, dijeron: no sabemos” (Vs. 33 a).
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ESTA RESPUESTA DE LOS RELIGIOSOS PONE DE MANIFIESTO VARIAS COSAS

1.- Contestaron con una evasiva, en realiad, una mentira. Hubiera sido mucho más

honesto decir: “no queremos decirlo”.

2.- Al decir, “no sabemos”, implícitamente estaban abdicando, es decir, renunciando

como maestros de la nación judía.

3.- Con su respuesta, demostraban que ya no tenían el derecho a poner en duda la

autoridad de Jesús.

4.- Y que, por último, aun cuando intentaron poner en evidencia a Jesús, los que

realmente quedaron en evidencia fueron ellos.

Así que, al no responder ellos a la pregunta de Jesús, Éste por su parte, no

estaba obligado a contestarles a ellos. Así que Jesús les dijo: “Tampoco yo les diré con

que autoridad hago estas cosas” (Vs. 33 b).

Y con respecto a la respuesta de Jesús, quiero hacer mención de una cita de un

autor que dijo:

“DIOS NO DA NUEVA EVIDENCIA AL QUE RECHAZA LA QUE YA TIENE. DIOS NO

NOS ENSEÑA NUEVAS VERDADES, SI HEMOS RECHAZADO LA VERDAD QUE ÉL YA HA

REVELADO”.

CONCLUSIÓN

La autoridad de Cristo no depende de la aceptación o aprobación de los seres

humanos, por mucho que la nieguen. La autoridad de Cristo es divina porque Él es el

Rey de reyes y Señor de señores. Dios hecho hombre.


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Es intereseante, pero la mayoría de las veces, en los evangelios, son los demás

los que ven y reconocen la autoridad de Jesús, ya que Él mismo ejerció dicha

autoridad divina. Pero hay un pasaje, en concreto, en el que Jesús apela a su autoridad

para darnos unas instrucciones a todos los hijos de Dios: “Toda autoridad me ha sido

dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, hagan discipulos a todas las naciones,

bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a

guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los

días, hasta el fin del mundo” (Mateo 128:18-20).

Cita de Cristopher Wright en su libro “La Misión de Dios”.

“”Si Jesús de Nazaret es quien encarna la identidad y la misión de Jahveh, aquel

a quien el Señor Dios ha entregado toda autoridad en el cielo y en la tierra, aquel ante

quien toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que él es el Señor, entonces el

vigor y el testimonio cristocéntrico de nuestra misión no pueden ser negociables”.

Jesús apeló a Su autoridad, para comisionar a Sus discípulos y a todos Sus

seguidores, a llevar a todas las naciones el mensaje del Evangelio. Pero no basta con

reconocer la autoridad de Jesús. Reconocer la autoridad del Rey, nos tiene que llevar a

la obediencia. Un hijo reconoce la autoridad de sus padres cuando les obedece, y si no

lo hace, entonces no reconoce dicha autoridad. Si un creyente reconoce la autoridad

de Jesús, tiene que obedecerle.

Así que no pongo en duda de que la mayoría de los que estamos aquí,

afirmamos la autoridad de Jesús, una autoridad divina dada a Él en el cielo y en la

tierra. Pero quiero concluir este mensaje con una pregunta de Jesús a Sus discípulos y,

estoy absolutamente convencido, que también va dirigida a cada unos de nosotros:


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“¿Por qué ustedes me llaman: Señor, Señor, y no hacen lo que Yo digo?”

(Lucas 6:46)

APLICACIÓN

CREYENTE

La pregunta no es si reconocemos la autoridad de Jesús. La pregunta es si

estamos viviendo vidas de obedicencia a Su autoridad.

Y si Él es la autoridad en nuestras vidas, eso implica que Él es el Señor y

nosotros Sus siervos, que Él determina lo que se hace y nosotros obedecemos.

Así que quiero llevarnos a la reflexión, con dos preguntas:

1) ¿Estamos sometiendo toda nuestra vida a la autoridad del Señor por medio de

la obendiencia a Su Palabra?

2) ¿Hay alguna area de nuestras vidas que todavía no hemos sometido a Su

autoridad?

NO CREYENTE

Quiero recordar algo que dije en el pirmer punto:

“Ellos habían sido testigos de lo que había pasado el día anterior en el templo,

pero también habían sido testigos de muchas de las cosas que Jesús había dicho y

hecho. Así que la pregunta no era fruto de la curiosidad, ni del interés, ni de un deseo

sincero de saber la respuesta correcta. Era una pregunta capciosa, es decir, una

pregunta que pretende dejar en evidencia al que responde, en este caso, a Jesús.

Por otro lado, no era una pregunta interesada en la procedencia de la autoridad

con la que Jesús hacía las cosas, sino una pregunta que estaba poniendo en duda Su

autoridad”.
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¿Cómo se acerca usted a Jesús? ¿Cómo se acerca usted a la Iglesia Bautista

Ciudad de Dios? Interés, deseo, curiosidad… o simplemente para econtrar una excusa y

no creer en Jesús.

Si no eres creyente y, por lo tanto, no reconoces la autoridad de Jesús, eso es

totalmente irrelevante para Él; pero no para ti. El que vino hace 2000 años como

“Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, un día vendrá como Juez. Y dice la

palabra de Dios que el aquel día, “al nombre de Jesús toda rodilla se doblará, de los

que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confesará que

Jescurcriso es Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:10-11).

Es decir, todos en aquel día reconoceran la autoridad del Rey de reyes y Señor

de señores. Pero para algunos ya será tarde. Así que te imploro, querido amigo, que en

este día, puedas reconocer que eres un pecador y que necesitas un Salvador, y ese

Salvador es Jesús. Arrepiéntete de tus pecados, cree en Jesús como tu Señor y

Salvador. Ponte bajo Su autoridad y tendrás vida eterna.

Jesús dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios

verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).

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