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© Martín Flores

ESTUDIO BÍBLICO DEL EVANGELIO DE JUAN

Juan 2:13-25
"Jesús purifica el templo"

1. Introducción.
El episodio que nos toca estudiar hoy ha significado algunas controversias en los círculos teológicos
modernos y post-modernos ¿Por qué? La razón principal viene de comparar el registro de Juan con
los demás evangelios (los llamados sinópticos: Mateo, Marcos y Lucas).

En los otros evangelios el episodio de Jesús purificando el templo se ubica al final de su ministerio
(Mateo 21:12-13; Marcos 11:15-18; Lucas 19:45-46) , a los pocos días de su muerte, mientras que en
el evangelio de Juan se sitúa al principio de su ministerio público.

Esto ha creado críticas de parte de algunos. Las soluciones que han surgido como posibles
explicaciones a esta diferencia van desde argumentos de que Juan estaba más interesado en la
verdad que los hechos, por lo tanto él re-ordenó los eventos para entregar un mensaje teológico1.

Sin embargo, si leemos cuidadosamente el texto podemos ver que Juan sí estaba muy interesado en
los hechos, él utiliza más que los otros evangelistas la palabra "testigo" o "testimonio", él incluye
notas de tiempo y lugares precisos, además él escribe como un testigo presencial (Por ejemplo él
aporta detalles que no se encuentran en los demás evangelio: los bueyes y ovejas, el azote de las
cuerdas para los animales, los discípulos recordando el salmo 69:9 al ver a Jesús, Jesús desafiando a
destruir el templo.)

¿Cómo solucionamos la diferencia entonces?

Creo que la pregunta que realmente deberíamos hacernos es: ¿Por qué hemos de asumir
necesariamente que sólo hubo una purificación? Es muy posible que Jesús purificó el templo de los
comerciantes dos veces, ambas purificaciones alrededor de la pascua, una al inicio del ministerio
público de Jesús y otra cerca al final.

El punto por el cual he decidido comenzar con el estudio con este tema es que reconozcamos que no
hay problemas con la Palabra de Dios, sino que los problemas están con nosotros; con la actitud que
enfrentamos estos textos.

Por eso, ora y pide al Señor dirección, sabiduría y humildad para estudiar su Palabra.

2. Observando.
Lee cuidadosamente el pasaje y responde las siguientes preguntas de observación:

1Barclay tiene esta visión (The making of the New Testament, Londres, p. 223) Citado por Morris,
Eerdmans Publishing Co., 1971, p.189.
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 ¿Qué referencias históricas (de lugar y fecha) proporciona Juan para este episodio? ¿Dónde y
cuándo se llevó a cabo?

 ¿Cuáles crees tú que son los verbos principales de las frases que describen los versículos 14 al
16? ¿Qué tipo de acciones de Jesús describe Juan en esos versos?

 ¿Cuántas respuestas generaron estas acciones? ¿Cuáles son las dos respuestas descritas en los
versículos 17 al 18?

 ¿Qué actitudes reflejan esas dos formas de responder ante las aciones y palabras de Jesús?
Describe cómo se ven los personajes en la historia.

 ¿Qué respondió Jesús? ¿Fue clara su respuesta?

 ¿Quién nos ayuda a entender de qué estaba hablando Jesús?

 ¿De qué manera los "muchos que creyeron" luego (versículos 23 al 25) nos ayuda a entender la
actitud de los judíos que demandaron una señal a Jesús en el versículo 18?

3. Profundizando.
La pascua es el marco en que se desarrolla esta escena. ¿Qué era la pascua? La pascua era una
celebración solemne ordenada por Dios mismo y se celebraba cada año en la primavera (Lev.
12:1-14).

En la Pascua los judíos recordaban la historia de cuando Dios rescató a Israel de Egipto y tenía como
propósito recordar la misericordia y el rescate de Dios.

Cada Pascua los judíos debían viajar a Jerusalén, era una de las tres fiestas anuales más importantes
en Israel2. Los peregrinos viajaban a Jerusalén para visitar el templo. Allí realizaban sacrificios, y luego
tenían una comida simbólica y un estudio reflexivo sobre la salvación de Israel.

Un gran inconveniente era tener que llevar sus propios animales para los sacrificios, por esa razón se

2La Pascua se celebraba junto con la Fiesta de los Panes sin Levadura. Las otras dos fiestas solemnes
eran la Fiesta de las Semanas o Pentecostés y la Fiesta de las Enramadas (Deuteronomio 16:16)
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permitía la venta de animales.

Además, otra parte importante de la adoración en el templo era el pago de ofrendas.

En los tiempos de Jesús se había establecido un impuesto obligatorio para el templo, los varones
judíos mayores de 20 años debían pagar obligatoriamente ese impuesto anual que solamente
aceptaba monedas de plata pura3.

Esto explica la función de los cambistas. Su trabajo consistía en ofrecer monedas con la calidad y
pureza aceptables para el impuesto al templo. Ellos aceptaban monedas extranjeras y nacionales y
retenían un porcentaje como su ganancia.

Ambas prácticas estaban permitidas y eran necesarias para ayudar a los peregrinos. La venta de los
animales y el trabajo de los cambistas no eran cosas reprochables o malas en sí mismas.

El problema era el lugar donde estaban haciendo sus negocios.

El énfasis en las palabras de Jesús al expulsar a los vendedores y cambistas está en la "Casa de su
Padre", el lugar donde el pueblo de Dios debía encontrarse con Dios, el lugar de adoración, el lugar
de fe.

En tiempos anteriores los vendedores de animales y los cambistas se ubicaban en las faldas del
monte de los olivos, en el "Valle Cedrón". Pero en tiempos de Jesús, el sumo sacerdote Caifás había
aprobado que más comerciantes se instalen en el templo4. Las intenciones claramente eran
comerciales y al permitir este comercio dentro del templo se estaba atentando contra la oración y
adoración del pueblo en una de las fiestas más solemnes decretadas por Dios en su Palabra.

Jesús decidió tratar con esta terrible falta él mismo.

El versículo 15 dice que Jesús hizo un "azote de cuerdas", esto quiere decir que tomó las cuerdas que
se usaban para los animales y les condujo hacia afuera, luego volteó las mesas de los cambistas y les
expulsó fuera del templo.

Seguramente se armó un gran alboroto. Pero no vemos violencia ni exageración en las acciones de
Jesús ¡Ciertamente no fue el volumen de su voz ni la fuerza de los azotes lo que hace que su mensaje
tenga éxito, sino su poder moral, la verdad de sus palabras era algo irrefutable, los comerciantes no
pudieron responder ni defenderse pues era evidente que estaban en el lugar equivocado para
comerciar.

Los discípulos de Jesús también quedaron impactados, al ver esta escena ellos recordaron
inmediatamente el salmo 69. Ahí David escribe de una gran ansiedad y estrés por el dolor que le

3Jesús no estaba en contra de este impuesto. Tenemos constancia de que él mismo lo pagó (Mateo
17:24-27) (Burge, p.93)

4 Inferencia de lo escrito en Rosh ha-Shanah 31a por V. Eppstein, citado por Morris (p. 193) (The
Gospel According to John, 1977). Al parecer hubo una disputa entre Caifás y el Sanedrín sobre el
tema de las ventas, como resultado el sumo sacerdote permitió a los mercantes realizar sus
transacciones en los predios del templo.
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causó defender apasionadamente la casa del Señor, David dijo:

"Y es que mi amor por tu casa me consume; ¡caen sobre mí los insultos de los que te
ofenden!" (Samo 69:9)

Jesús demostró una verdadera pasión por Dios y por la adoración a Dios. Tal como su antepasado
David, Jesús tiene en común con él un celo por la casa de Dios.

Por otro lado, los judíos estuvieron igual de asombrados que los discípulos, pero había algo que les
intrigaba más: ¿Con qué autoridad hacía eso él? A pesar de que Jesús estaba haciendo lo correcto, les
ofendía más que al expulsar a los comerciantes y cambistas Jesús se había puesto a sí mismo como
alguien con autoridad ¡Se atrevió a llamar el templo la casa de su Padre! Además había pasado a
llevar la autoridad del mismo sumo sacerdote.

La respuesta de Jesús fue muy ambigua: "...«Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré»."

Los judíos no comprendieron la respuesta de Jesús y ellos concluyeron que él estaba hablando del
templo físico y que Jesús estaba afirmando que él podía reconstruir el templo en tres días ¡Un edificio
impresionantemente enorme que, de hecho, se estaba reconstruyendo ya por 46 años y aún no
terminaba de ser reconstruído!

El punto es que Jesús no estaba hablando del templo, y tampoco estaba hablando de una
reconstrucción. Juan nos ayuda a entender de qué estaba hablando Jesús, él remueve toda
ambigüedad en los versículos 21 y 22:

"Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos,
sus discípulos se acordaron de que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra
que Jesús había dicho."

Al principio los discípulos tampoco comprendieron de qué estaba hablando Jesús ¡Realmente usó un
lenguaje muy ambiguo! Pero cuando Jesús resucitó, entonces comprendieron la poderosa verdad: El
templo o santuario era su cuerpo, destruirlo era su muerte, y levantarlo en tres días era su
resurrección en tres días.

Esta historia es complementada con la incisiva observación que hace Juan en los versículos 23 al 25.

Allí, él habla de muchos que creyeron en su nombre al ver las señales que hacía (los milagros), pero
Jesús no creía en ellos.

Verdadera fe versus falsa fe.


Seguramente los judíos pensaron que estaban defendiendo correctamente lo sagrado al pedir a Jesús
una prueba de su autoridad para expulsar a los comerciantes y cambistas ¡Pero no vieron que ellos
habían permitido que ese sistema de comercio ensucie y perjudique el lugar de adoración del pueblo!

Por otro lado algunos aparentemente creen, pero solo al ver las señales. Jesús no les cree ni un poco.

Las señales no dan fe, no originan fe ¡Presenciar un milagro no te dará fe! Los judíos vieron a Dios
llegar a su propio templo tal como habían anticipado los profetas (Mira Isaías 56:7; Jeremías 7:11;
Zacarías 14:21; Malaquías 3:1) pero no creyeron en Él.
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La esperanza en este pasaje está en los discípulos. Ellos sí tendrán fe cuando Jesús resucite.

4. Aplicando.
¿Qué prácticas, personas, formas y tradiciones hoy te dan una sensación de "cercanía" a Dios? Los
judíos tenían el templo, pero luego este templo fue destruido y hoy no queda más que escombros.

Los discípulos de Jesús entendieron que el verdadero templo ya fue reconstruido cuando Jesús
resucitó. Él es el lugar para encontrarnos con Dios.

Deposita tu confianza en Jesús y pon tu mirada solemente en Él. Hoy Jesús quiere sacar de nuestras
vidas de aquellos distractores de una correcta adoración igual que purificó el templo Él quiere
purificar los corazones y mentes de su pueblo ¿Qué cosas quitaría Jesús de tu vida hoy si tuviera que
purificar tu corazón y tu mente? En oración pídele que te limpie.

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