HISTORIA CLÍNICA: Enfermedad actual LO MAS IMPORTANTE
La evolución de los síntomas es con mucho la parte más importante de la
anamnesis y la exploración. Suele aportar la información relevante para establecer un diagnóstico diferencial y proporciona también un conocimiento vital de las características de las molestias a las que el paciente confiere mayor importancia. Por lo general debe recibir el mayor tiempo durante la consulta. La anamnesis obtenida debe registrarse y presentarse en las palabras del paciente y no enmascararse con términos médicos como “disnea”, que pueden disfrazar la naturaleza verdadera de la molestia y matices importantes. Si no es posible obtener información clara sobre la historia de la enfermedad actual del paciente, entonces debe indagarse con los familiares, amigos u otros testigos. Puede ser adecuado intentar corroborar las características particulares, como el consumo de alcohol o detalles de un colapso. Dejar que el paciente hable Debe conocerse el padecimiento actual permitiendo que el paciente hable, por lo general sin interrumpirlo. Puede realizarse mediante una pregunta abierta como “¿Por qué vino a verme hoy?”, “¿Cuál es el problema?” o “Dígame ¿Cuál cree que es el problema?” Siempre debe permitirse que el paciente hable tanto como sea posible sin interrupción. Pequeñas participaciones, como “continúe” o “platíqueme más”, pueden ayudar a obtener más información de un individuo parco. Es posible obtener más detalles de tópicos específicos mediante una pregunta más directa del tema. Una estrategia consiste en repetir en forma de pregunta la última frase que el paciente expresó; por ejemplo, “siento que se me dificulta respirar” podría responderse: “¿Se le dificulta respirar?” Se debe recordar que el síntoma principal podría no ser la única preocupación o la única molestia del paciente. Interrogatorio más específico Después de lo anterior, deben formularse preguntas abiertas que revelen más detalles de la historia de la enfermedad actual; por ejemplo, “Dígame más acerca del dolor”, “Cuénteme con más detalle respecto a su cansancio’, o “¿Me dijo que se ha sentido cansado?” Pueden hacerse preguntas más directas para obtener información de la cronología y otros detalles de los síntomas; por ejemplo, “¿Cuándo exactamente empezó a notar la falta de aire?”, “¿Qué ocurrió primero, el dolor torácico o la falta de aire?”, “¿Qué estaba haciendo cuando apareció la falta de aire?” Luego se abordan las preguntas dirigidas a fin de establecer características importantes para el diagnóstico del padecimiento; por ejemplo, “¿Cómo era el dolor?”, “¿Penetrante, opresivo o ardoroso?”, “¿Con qué empeoraba?”, “¿Cambiaba con la respiración?”, “¿Y al respirar profundo?”, “¿Qué tan lejos puede caminar usualmente?”, “¿Qué lo detiene?”, “¿Qué tanto interfieren sus síntomas con su vida (caminar, trabajar, dormir, etc.)?” Si un nuevo síntoma o molestia se evidencia durante la entrevista debe analizarse con detalle. A menudo es útil resumir de manera periódica lo que el paciente dijo para verificar si se comprendió e invitarlo a corregir la interpretación o proporcionar más información. Establecer las fechas y la secuencia de los eventos • En algunos casos, como durante la reanimación de un paciente muy enfermo, puede ser adecuado hacer un interrogatorio muy enfocado o abreviado • Tal vez sea apropiado preguntar al paciente qué es lo que piensa que tiene, qué cree que lo causó y cómo le afecta a él (p. ej., en su capacidad de trabajo, estado de ánimo, etc.) y a su familia. • Durante la plática del padecimiento es común que surjan otros aspectos de los antecedentes (p. ej., los antecedentes personales, patológicos, o sociales) que suelen analizarse por separado y que pueden recibir atención detallada en este momento. Enfocarse en los problemas principales • Algunos pacientes dedican atención considerable a aspectos de su enfermedad que no son útiles para establecer un diagnóstico o comprender al individuo y sus problemas. Puede ser necesario interrumpir y dirigir la conversación con frases como “¿Podría decirme más de su dolor de pecho?”, “¿Podríamos enfocarnos en la razón por la que vino al médico esta vez?” En algunas ocasiones puede existir una larga lista de síntomas diferentes, en cuyo caso debe pedirse al paciente que se enfoque en cada uno de ellos por separado. • Mantener en mente los problemas principales y dirigir el interrogatorio de forma correspondiente. • Obtener y registrar los antecedentes precisos. Descubrir con exactitud la manera en que inició el síntoma, dónde estaba el paciente y qué hacía en ese momento. • Se debe recordar que son los problemas del paciente lo que se intenta comprender y registrar para establecer el diagnóstico. No debe forzarse o interpretarse lo que él diga para que encaje en un diagnóstico o síntomas particulares, ni anotar sólo lo que refiere que otros médicos han dicho. Traducido y adaptado de: Jonathan Gleadle. History and clinical examination at a glance. 2° Ed. 2012
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