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En los últimos años el despertar de los estudios sobre historia social ha hecho que algunos
historiadores se hayan acercado, desde múltiples intereses, a problemáticas relacionadas
con la Historia de la de la Masonería. Sin embargo, predominan textos escritos en su
mayoría en la primera mitad del siglo XX, como son los paradigmáticos Historia de la
Masonería del Rito Escoces en Cuba1 y El delito de la francmasonería en Cuba2 ambos
de Francisco José Ponte Dominguez. Estos escritos denotan un claro vínculo con la
institución masónica. Más recientemente en el tiempo ve la luz el texto de Eduardo Torres
Cuevas Historia de la masonería cubana. Seis ensayos3
1
Ponte Domínguez, Francisco José. Historia de la Masonería del Rito Escoces en Cuba. Imprenta: Instituto M.
Inclán, La Habana. 1961.
2
Ponte Domínguez, Francisco José. El delito de francmasonería en Cuba. Editorial Humanidad, México D.F,
1951.
3
Torres Cuevas, Eduardo. Historia de la masonería cubana seis ensayos, Editorial Imagen Contemporánea,
La Habana, 2013.
En la convulsa historia de la humanidad, el siglo XIX ha trascendido como uno de sus
principales abanderados. En él, se desarrolla la transición del Antiguo al Nuevo Régimen,
por lo cual, el número de procesos políticos, culturales y sociales que tienen lugar en esta
centuria, resultan sumamente complejos. Las revoluciones acontecidas en este periodo
responden a diferentes ideologías que se engendraban desde el último tercio del anterior
siglo. La evolución imperial de las potencias europeas provocó el establecimiento de
colonias alrededor del mundo, condicionando así, que estas corrientes de pensamientos se
esparcieran como pólvora sobre todos sus territorios. Entre las ideologías que más
destacaron a nivel político aparecen: el liberalismo, el nacionalismo y el independentismo.
Notable repercusión tuvo para la época el auge de las sociedades secretas y las
organizaciones fraternales, como centro donde convergían la mayoría de estas tendencias
ideológicas. Aparecen entre las más relevantes: la masonería, los carbonarios y comuneros,
siendo la masonería la de mayor impacto en el desarrollo de las ideas modernas. El
surgimiento de esta organización se ubica en la “oscura” Edad Media, agrupando a los
constructores4 y aprendices de las diferentes ciudades de la Europa medieval. Encargados
de desarrollar significativas obras arquitectónicas, resguardaban sus secretos constructivos
como método de preservación gremial. De igual forma promulgaban el cumplimiento de un
código fraternal y moral, que priorizaba la ayuda entre hermanos masones. Con el paso del
tiempo su reputación fue en ascenso, llamando la atención de importantes figuras de la
sociedad. La inserción de estos nuevos personajes, bajo la denominación de “aceptados
masones”, tuvo como efecto que la organización transformara su carácter de operativo a
filosófico. Así aparecía la conocida “masonería especulativa” o “masonería moderna”, a su
interior las concepciones humanistas se mantendrían en constante flujo.
Este nuevo tipo de organización fraternal se fundó a partir de 1717 en Inglaterra. A ella se
integró un elevado número de intelectuales y figuras de las altas esferas británicas, incluso,
el más alto miembro de la realeza: el rey Jorge I. La nueva concepción masónica consistía
en “la construcción del edificio moral y espiritual del hombre”, dejando de lado los trabajos
operativos medievales. Esta institución emergería permeada de las principales ideas
ilustradas-liberales de la intelectualidad inglesa, otorgándole una posición hegemónica al
desarrollo y progreso de la razón. Su expansión por Europa no demoró, en pocos años se
4
De aquí surge el término de franc-masón, que en francés significa libre-constructor.
había asentado en Francia, la cual terminaría siguiendo su propio camino con la fundación
del Gran Oriente de Francia en 1773. Estas naciones acabarían representando los dos ritos
de mayor influencia a nivel mundial y más tarde se uniría los Estados Unidos de América
como la tercera potencia masónica.
La ilustración fue un movimiento filosófico, cultural e intelectual surgido desde finales del
siglo XVII, logrando estar presente en muchas naciones, hasta las primeras décadas del
siglo XIX. El objetivo de este grupo era el progreso intelectual e ideológico del ser
humano, teniendo como punta de lanza el uso de la razón5. Su desarrollo era un genuino
ejemplo de modernidad y respuesta al retroceso existente en los estados patrocinadores del
Antiguo Régimen. Con el empleo y uso efectivo de la racionalidad combatían la ignorancia
y la superstición, males engendrados por la Iglesia, a la cual atacarían la mayoría de sus
exponentes. A su vez, la crítica a la tiranía reflejará el enfrentamiento a los sistemas
absolutistas. Su primera etapa de expansión coincide con el nacimiento de la masonería de
tipo filosófico o especulativa. Sería Inglaterra la nación que albergó el origen de la
ilustración6 y la masonería moderna, mientras que Francia se encargó de perfeccionar
ambos movimientos y proyectarlos a escala internacional.
Es preciso tener en cuenta que la Ilustración opta que por la libertad espiritual y de
pensamiento del ser humano, a partir de los distintos usos de la razón y la conciencia. Sin
embargo, sería inoportuno confundir estos ideales con las percepciones de libertad que hace
el Liberalismo, las cuales están abocadas primordialmente a materias políticas y
económicas.
5
Mayos, Goncal. La Ilustración, Editorial UOC, Barcelona, 2007.
6
Ibídem.
El Liberalismo es una doctrina política que resulta complejo establecerle un punto de inicio.
A nivel historiográfico circulan los criterios de “protoliberalismo” 7, ubicándolo hacia
finales del siglo XVII y gran parte del siglo XVIII, sería poco preciso considerar estos
momentos de formación como referentes de estudio8. De igual forma es lógico afirmar que
ciertas ideas del Liberalismo se engendran en el movimiento ilustrado 9, sin embargo, otras
nociones que terminarán enarbolándose como estandartes de dicho pensamiento, tendrán un
recorrido propio. Un ejemplo claro de ello es cómo el liberalismo es representante de una
clase, sistema económico y tipo de Estado en específico, mientras la ilustración es un
movimiento más amplio en cuanto a los elementos expuestos y más centrados en la
filosofía.
7
Chaguaceda Noriega, Armando. “La pluralidad liberal y el despliegue hegemónico de la modernidad” En:
Teoría y Procesos Políticos Contemporáneos, Editorial Félix Varela. Tomo II, La Habana. 2006.
8
Siendo el liberalismo que se desarrolla en el siglo XIX el que trasciende a como lo conocemos hoy en día.
9
Para mayor información acercarse al artículo: “Las raíces ilustradas del liberalismo” del autor José Luis
Villacañas Berlanga En: El primer liberalismo: España y Europa. Una perspectiva comparada. Foro de debate
coordinado por Emilio La Parra López y German Ramírez Aledón. Valencia, 2001. pp. 341-362.
10
Chaguaceda Noriega, Armando. Op. Cit. p.16.
un sistema socioeconómico basado en el mercado. Como toda doctrina política en su seno
existen divisiones entre los elementos integrantes de dicho grupo. En este caso de dividirán
entre fuerzas conservadoras y progresistas, en el caso de Cuba este tema ocupará numerosas
divergencias11.
“La forma que adquirió la masonería moderna y la época y lugar históricos donde
nace, se relaciona con toda la remodelación de la vida, las ciencias y el
pensamiento, que no solo critican el viejo sistema de ideas medieval y su
paradigma teórico y teológico, sino que, a la vez, responden al caudal científico y a
las perspectivas que promueve el nuevo pensamiento. Descartarte, Bacon, Spinoza,
Newton y Locke, han creado las bases de la nueva era la del paradigma de la
Razón Analítica, en la cual la naturaleza y el hombre ocupan un lugar preferente
dentro de las especulaciones teóricas y en las búsquedas científicas.”12
A raíz de su carácter ecléctico, que utiliza los fundamentos básicos de la Ilustración y del
liberalismo, relacionados muchas veces con leyendas cristianas de la Antigüedad y el
Medio Evo13, más las particularidades de cada rito, motivan a que no sea tarea fácil
definirle a la masonería una estructura de pensamiento específica. Sin embargo, un
elemento si está claro, las logias masónicas serán centros en los que se difunden
11
Más adelante en el epígrafe se profundizará.
12
Torres-Cuevas, Eduardo. Historia de la masonería cubana seis ensayos. Editorial Imagen Contemporánea,
La Habana, 2013, p. 10.
13
Muchos ritos conciben sus orígenes en arquitectos de la Antigüedad, como es el caso de Hiram, arquitecto
del templo de Salomón, también de algunas egregias cristianas como el gnosticismo. Otro de elemento
utilizado para legitimar el origen de la organización son las ordenes cruzadas del Medio Evo principalmente
la de los caballeros templarios.
esencialmente las ideas ilustradas y liberales, con predominio de las primeras en el siglo
XVIII y de las segunda a partir del XIX.
Otra vía difusora fue el sistema de inserción de nuevos hermanos que se desarrollaba en la
institución fraternal, permitía que cada vez más elementos de la sociedad se unieran 23. Una
vez iniciados tenían acceso a las enseñanzas simbólicas que se encontraban en las liturgias
y ritos, que muchas estaban encaminadas a desarrollar un nuevo modelo de hombre que se
adecuaba con el estereotipo liberal del siglo XIX.
17
Estas primeras designaciones están asociadas a un espíritu conciliador, que con el decursar de los años
irán tornándose más específicas con el mensaje que quieren transmitir. Tiempo más tarde sus nombres
serian cambiados al castellano.
18
Fernández Callejas, Roger. Op. Cit., p. 33.
19
Logia que iniciaría la red de logias de Lautaro, en las cuales se conspirarían para el proceso de
emancipación americana. Para más información leer el artículo: “Influencia de la Masonería en la
emancipación americana” del autor Ricardo Romero en:
http://masoneriaindepenenciaamericana.blogspot.com.ar/ rromero@cienciapolitica.org.ar
20
Ponte Domínguez, Francisco José. El delito de francmasonería en Cuba. Editorial Humanidad, México D.F,
1951, p. 100.
21
Ibídem, p. 44.
22
Ponte Domínguez, Francisco. La Masonería en la independencia de Cuba. Editorial Modas Magazine, La
Habana, Cuba, 1954, p. 60.
23
A pesar de que la masonería tenía un acuerdo tácito de no incorporar a hombres de las clases bajas, su
sistema para la época no era tan cerrado y un importante número de personas de la sociedad podía tener
accesos a ellas.
En el año 1812 Joaquín Infante saca a la luz su “Proyecto de Constitución para la isla de
Cuba”24. Esta misma figura protagonizó una conspiración en 1810. El hecho es concebido
en la historiografía como el primer intento separatista de la Isla. La mayoría de los
dirigentes de este movimiento militaban en la Logia: El Templo de las Virtudes Teologales.
Se formaron como masones bajo la influencia de un revolucionario masón francés,
nombrado Joseph Cerneau, con claras ideas ilustradas y liberales 25. Tras su delación26 la
mayoría de sus integrantes fueron capturados, sin embargo, Joaquín Infante logró escapar
hacia Venezuela. En esta localidad americana, logró editar e imprimir su documento. El
manuscrito había sido elaborado a la par de la constitución gaditana, por tanto, no se
considera imitación del proyecto europeo. La propia coyuntura había provocado el
desarrollo de las ideas liberales separatistas en una parte de los masones y ello lo refleja
dicho escrito. Entre los principales aportes que resaltan en este “contrato” se encuentra: la
división clásica liberal de poderes que proponía Montesquieu, priorizando el poder
legislativo. Se tomaba como modelo democrático a seguir el de la Confederación
Helvética27. Se acercó a temáticas que respondían claramente al empuje del nuevo régimen
comandado por la principal clase capitalista: derechos sociales, libertades públicas, incluso
ahondó temas tan específicos como el trato que debía recibir un detenido. Con la difusión
de este documento, las ideas liberales tendrían libre albedrío en las sociedades coloniales
hispanas. El rápido ataque de la administración colonial, más el retorno de Fernando VII,
trunchó un mayor auge de este texto.
Para 1811 aparece un periódico masón nombrado: Censor Universal28, mientras que en
1852 se tiene constancia de otro, con el cual pudo estar involucrado André Cassard 29: La
Voz del Pueblo30. Con respecto a la existencia de revistas, no obstante realizar un profundo
análisis en la bibliografía, no se logró ubicar ninguna antes de 1870. A partir de esta fecha
24
Ponte Domínguez, Francisco. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., p. 20.
25
Sería expulsado de la Isla por tener ideas demasiado radicales.
26
Resulta llamativo como de forma recurrente en la historiografía de la Historia de la masonería en Cuba
siempre entre las causas que provocaban el fracaso de un movimiento masónico revolucionario, posicionan
a la mujer como delatora ante la confesión religiosa.
27
Hacía alusión al sistema de cantones suizos.
28
Ponte Domínguez, Francisco José. El delito de francmasonería en Cuba. Ed. Cit., p. 51.
29
Figura icónica en la historia de la masonería en Cuba.
30
Torres-Cuevas, Eduardo. Op. Cit. p. 108.
comenzarían a aparecer algunas muy conocidas hoy en día como: La Voz de Hiram y La
Gran Logia.
Una vez sacado a la luz todos los elementos que incidieron en la difusión del liberalismo,
teniendo como foco irradiador a la masonería, se puede constatar la directa relación que
tuvo la organización fraternal con el auge de la teoría liberal en Cuba. Las distintas vías
utilizadas lograron que el imaginario social focalizara a la masonería como un templo
donde confluían las ideas liberales, apegadas a las nociones modernas del ser humano. El
impacto de este proceso difusor fue significativo, pues sentaba un precedente del tipo de
actividades que se podrían acoger en una logia. En la segunda mitad del siglo, se utilizó a la
logia masónica como principal refugio conspirativo de las ideas independentistas.
31
La mayoría de las nuevas republicas americanas independizadas aplicaran constituciones muy similares a
la estadounidense. Sin embargo, el fracaso de los modelos políticos latinoamericanos serán una constante
en el siglo XIX. Esta idolatría al modelo republicano norteamericano, tendrá influencia en el pensamiento
cubano desde mitad de siglo y en ocasiones hará que para muchos intelectuales e independentista la noción
de independencia se asociara con anexión.
Los primeros sentimientos independentistas surgidos en territorio americano, nacen en
correspondencia con los peninsulares, en oposición de la dominación francesa 32. Como
parte del enfrentamiento por la soberanía nacional española, surge en Cádiz la constitución
liberal de 1812. Este crucial documento había sido elaborado por legisladores de origen
tanto peninsular como americano. Destacaba entre sus numerosos artículos, el referido a la
nacionalidad de los ubicados en las Indias Occidentales, a los cuáles declaraba como
españoles. El animoso ambiente político que recorría a la nación una vez expulsados los
franceses, fue arruinado por el retorno de Fernando VII. Sin embargo, en las colonias la
idea de volverse a someter a un régimen absolutista no era aceptada por la mayoría. Con
respecto a este punto declara el historiador español José Luis Abellán: “Los vientos de
independencia nacional que habían soplado en la Península con fuerza irresistible se
expandieron a los países del continente americano.” 33 Las ideas liberales que se habían
promulgado en Cádiz, se arraigaron de fuerte manera en muchas de las mentalidades
hispanoamericanas.
Al retornar “el deseado” todas las disposiciones gaditanas fueron desechadas e ilegalizadas.
Fue en este preciso momento donde masonería e ideal independentista se alían en la
búsqueda del progreso humano. La Masonería es una agrupación filosófica que se empapa
de las principales ideas del siglo XVIII, es por ello que elementos como democracia,
liberalismo, republicanismo y nacionalismo eran rasgos fundamentales de la institución.
Simultáneamente su carácter esotérico y de agrupación secreta, formulaba que la masonería
fuera el sitio perfecto para cambiar el statu quo del continente. A pesar de que en la
masonería se hace un juramento de no abordar temas de política ni religión, a los iniciados
en logias se les incentivaba los deberes con respecto a su Patria. La interpretación de Patria
por parte del criollo variaba mucho con respecto al masón peninsular, pues este concebía
como Patria a todos los territorios del imperio español, mientras que el criollo definía así a
su terruño. Con la unificación de ambos ideales tendría lugar el mencionado ideal
independentista masón.
32
Abellán, José Luis. “Un capítulo de las relaciones entre España y América”. Quinto Centenario, Universidad
Complutense de Madrid, 1982.
33
Ibídem, p. 42.
A lo largo del periodo de colonización ibérica en América, la isla de Cuba siempre había
resultado ser uno de los baluartes hispánicos del continente. Su trayectoria pacífica y
obediente, le adjudicó el sobrenombre de la siempre fiel isla de Cuba. Ubicada
geográficamente en un punto estratégico del Caribe, se consideraba un dominio prioritario
para la corona española. Los primeros veinte años del siglo XIX en América fueron
sumamente convulsos en materia de independencia. Sin embargo, en Cuba, existía una
coyuntura diferente, insertada en un proceso de crecimiento económico34, principalmente
azucarero. La clase oligárquica de la Isla mantenía excelentes relaciones con la metrópoli, y
la bonanza era cada vez mayor. El número de efectivos militares era sumamente alto, pues
Cuba era el punto donde desembarcaban todos los soldados españoles expulsados de los
territorios independizados. Al reunir todas estas características, se refleja un panorama
totalmente adverso para que proliferaran las ideas independentistas. Estas condicionantes
provocaron que en Cuba la evolución del ideal independentista fuera mucho más pausada
que en regiones americanas. Por consiguiente, la masonería ya estaba señalada como
elemento que generaba la disidencia e infidelidad al orden colonial, por ello estaría bajo
constante vigilancia en suelo caribeño.
La particular situación cubana impidió que proliferaran las ideas independentistas y su vez
el resurgimiento de la masonería cubana, hasta mediados del siglo XIX. Pese a lo
mencionado, en las cuatro primeras décadas hubo algunos antecedentes que vinculan la
idea separatista con la masonería, los cuales influyeron en la futura formación del ideal
independentista masón.
34
Tras la revolución haitiana, Cuba desbanca a Saint Domingue como la principal productora de azúcar a
nivel mundial. Las tres décadas del siglo XIX fueron de un constante auge industrial, fundamentalmente
azucarero, aunque también se desarrollaban otras producciones como café y tabaco.
Con respecto a esta cuestión Félix Varela, uno de los padres del independentismo cubano,
declaraba: “… que el objetivo de lograr la independencia absoluta se tuviera por absurdo,
y que, por lo general, no se hablaba del caso de separarse la Isla del gobierno español sin
suponer como incuestionable que debe unirse a alguno de los del Continente
Americano.”35. Mucha trascendencia tendría esta visión vareliana, pues en la década del 50 ,
uno de los movimientos políticos de mayor influencia en la intelectualidad cubana, será el
anexionismo.
Esta devoción anexionista estimuló a que una parte de las destacadas figuras criollas
asumiese la palabra independencia como un primer paso para luego definir el decursar
político de la nación. Las palabras del coronel Narciso López así lo refleja: “Un solo
esfuerzo os hará libres... y la estrella de Cuba se alzará bella y fulgente, ya sea para
resplandecer con gloria independiente y eterna, ya sea para agregar su luz, si así lo
determina el pueblo soberano, a la espléndida constelación norte-americana, a donde
parece encaminarla su destino.”36. La ingobernabilidad mostrada en muchas de las
naciones independizadas a principio de siglo, logró impregnarse en la psiquis de algunos
patriotas, incluso en figuras iniciadoras de la revolución de 186837.
Una vez comprendidos todos los obstáculos y desviaciones semánticas por las que transitó
el ideal independentista en Cuba, pueden analizarse los sucesos que constituyen los
antecedentes directos del ideal independentista masón. El parte aguas que supuso la
invasión napoleónica, con respecto al dominio colonial español. Su irrupción en suelo
ibérico proporcionó el inicio de distintos procesos en América, dentro de los que se incluye
la formación del ideal independentista masón.
Los primeros años del desarrollo de la masonería en Cuba, estuvieron marcados por la
permisividad, procedente de las esferas de poder en la Isla. El aporte científico-económico
realizado por los emigrantes franceses avalaba el crecimiento de la masonería. Sin
embargo, la hecatombe de 1808 cambió la situación, los franceses serían expulsados de la
35
Suárez, Josefina. Op. Cit., p.52.
36
Ibídem, p. 54.
37
En la bibliografía se muestra como Antonio Zambrana declara que la independencia es un primer paso
para luego definir el futuro de Cuba. También se ejemplifica en el documento anexionista elaborado por
Carlos Manuel de Céspedes a inicios del proceso independentista, aunque este tenía un fin más practico que
ideológico.
Isla y el Capitán General aumentaría su autoridad. Los masones, como buenos liberales, no
aceptarían un régimen de extorsión perpetua, por lo que manejarían la opción separatista. A
su vez juzgaron prudente no lanzar el país a una revolución, con temor a que Cuba pudiese
devenir en un segundo Haití, con todos los horrores resultantes de sus luchas raciales. 38 El
miedo al negro fue otro de los elementos que influía en el lento progreso del ideal
independentista cubano.
Todo este periodo de auge liberal que marco las primeras décadas del siglo XIX es
finalizado con la invasión de los Cien mil hijos de San Luis 39 sobre la península ibérica en
1823. De esta manera retornaba a España y a sus colonias del Caribe el conservadurismo.
La nueva etapa absolutista fue denominada como la Década Ominosa40, debido a su ataque
a todas las transformaciones ejecutada en los tres años de liberalismo y a sus numerosas
ilegalizaciones y prohibiciones. Una vez más, tanto en la metrópoli como en la colonia
cubana, los masones serían expuestos como los culpables de tantas “atrocidades”.
El ataque frontal a la institución masónica, unido a las tantas prohibiciones a la libertad del
ser humano, generó otro episodio donde se manifestó un nuevo estadío del embrionario
ideal independentista masón. Este acontecimiento sería la Conspiración de Soles y Rayos
de Bolívar.
No obstante haber sido elaborado de forma detallada este plan separatista, las diferentes
delaciones permitieron que el gobierno colonial se enterase de la conspiración,
encarcelando rápidamente a todos sus integrantes. El Capitán General Dionisio Vives
(1823-1832) puso a los detenidos a disposición de la Real Sala del Crimen.
La Gran Legión del Águila Negra fue un movimiento conspirativo separatista que
involucraba a masones mexicanos y cubanos. Desde México la integraban renombradas
figuras como Antonio López de Santa Anna y Guadalupe Victoria 43, los cuales serían
futuros presidentes mexicanos. Se desarrolló entre los años 1827-1830, logrando extenderse
por logias de La Habana, Matanzas, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. Su vínculo con la
Organización Fraternal seria nuevamente estrecho. El gobierno colonial tuvo conocimiento
de su existencia tras la detención de José Julián Solís. Con su apresamiento se encontró su
diploma de masón y este lo reconoció como suyo. En los procesos judiciales contra Solís,
42
Ponte Domínguez, Francisco. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., pp. 35-36.
43
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., pp. 40-41.
acusado por el delito de francmasonería, este reveló la existencia del Águila Negra. Con el
objetivo de librarse de las más crudas penas, Solís entrego los nombres de los integrantes de
la logia informal en la que se había iniciado en 1825. Entre ellos estuvo el francmasón
costarricense Lucas Arcadio Ugarte, que era uno de los principales dirigentes de la
organización secreta en Cuba. Muchos de los integrantes de esa conspiración fueron
descubiertos y en los registros de sus casas se decomisaron documentos masónicos. Este
nuevo episodio separatista entrelazaba las nociones masónicas con las independentistas. Su
objetivo sería lograr eliminar el último reducto colonial español en suelo americano.
Concluía de esta forma un periodo donde los distintos intentos proto-independentista de la
época sentarán base en cuanto a la relación masonería e independencia.
Con el ascenso de Miguel Tacón y Rosique (1834-1838) como nuevo Capitán General de la
isla de Cuba en 1834, tendría lugar el periodo más oscuro para la masonería cubana desde
su surgimiento. La fuerte reacción conservadora que se desarrolló a partir de 1834 despojó
a la Isla de muchos masones y separatistas, que decidieron exiliarse hacia tierras norteñas.
Por ello en el ámbito nacional la masonería redujo sus trabajos, manteniendo una actividad
irregular. La misma suerte corrió cualquier intento de acción separatista.
44
Destacado militar venezolano creador de la Bandera nacional. Participó en numerosas acciones bélicas
tanto en América como en España. También integró las filas masónicas.
45
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., pp.50-51.
mediante triángulos fraternales, por lo que no era una organización masónica en sí. Fue
descubierta y rápidamente apaciguada.
46
Fontana, Josep. Historia de España Volumen 6: La época del liberalismo. Ediciones de Historia. Madrid
2007.
47
Estas nuevas libertades se aplicaron siempre en los marcos del reformismo.
48
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., p. 57.
El año 1857 es considerado en la historiografía como la fecha del restablecimiento de la
masonería cubana. La ciudad de Santiago de Cuba albergaría los primeros talleres de este
periodo, allí se instauraron las logias Fraternidad No 1 y Prudencia No 2. Para esta época
no existía ningún gran cuerpo masónico en Cuba, ni en España, por lo tanto, con el ansia de
implantar uno en la Isla, estas dos primeras logias recurrieron a la masonería
norteamericana. La proposición se la hicieron llegar a Albert Pike 49, quien fungía como
Gran Comendador del Supremo Consejo del Sur de Estados Unidos para el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado. Entre los requisitos necesarios para fundar un gran cuerpo masónico,
aparece cumplir con un mínimo de tres logias que conformaran dicha institución. Al existir
solo los dos talleres mencionados en Santiago de Cuba, Pike decidió enviar a un
representante del Supremo Consejo para la Jurisdicción masónica del sur de los Estados
Unidos (S.C.J.S.E.U), que se encargaría de guiar la fundación de la tercera logia y del
establecimiento de un Supremo Consejo.
El destinado para esta fraternal obra sería el cubano de origen francés André Cassard. 50
Cassard había alcanzado el grado treinta y tres del rito escocés y ocupaba el cargo de
Diputado Gran Inspector general del S.C.J.S.E.U51. Una vez arribado a la Isla se creó el
tercer taller necesario, el cual se nombró San Andrés No 3. El 5 de diciembre de 1859 se
fundaba en la ciudad de Santiago de Cuba la Gran Logia de Colón, días más tardes Cassard
instalaba en la misma ciudad, el Supremo Consejo de Colón, como cuerpo jerarca de los
treinta y tres grados masónicos para la isla de Cuba.
Vicente Antonio de Castro y Bermúdez fue la figura que llevó a la práctica el ideal
independentista masón en Cuba. Los fundamentos e ideas con los que instauró su cuerpo
masónico, estuvieron presentes en el grito de independencia cubano. Sobre la temática
afirma el prominente historiador masón Francisco José Ponte Domínguez: “Y con su
decisión [Pike] puso en manos de un criollo de pensamiento y de acción separatista, la
antorcha que le permitía iluminar los templos masónicos de la Perla del Caribe, a fin de
trocarlos en crisoles de redención para el pueblo de la Isla.”53
Al analizar el pasado político de Vicente Antonio de Castro, resulta muy extraño que este
fuera la persona escogida por Pike para rectificar los errores cometidos por Cassard, aún
más, cuando uno de los requerimientos de Pike era desvincular a la masonería cubana de la
política54. Sin embargo, Viriato Alfonso de Covadonga fue el hombre seleccionado para
llevar a cabo esta exigente labor.
La finalidad con la que Vicente Antonio de Castro y Bermúdez fundó el GOCA, es una de
las temáticas más debatidas en los textos referentes a este asunto. Los criterios oscilan entre
si fue un cuerpo creado con un objetivo netamente independentista o si solo era una
agrupación masónica de ideas avanzadas. La respuesta para esta interrogante es la
unificación de ambos criterios. Al compaginar estas ideas tiene lugar el tan mencionado
ideal independentista masón, donde preceptos masónicos e independentistas, se alinean en
la búsqueda de un objetivo mayor, que es la emancipación colonial. Por ello el GOCA será
una institución sumamente novedosa y práctica para su tiempo. La idea del doctor Castro
fue crear un sistema, una verdadera escuela filosófica ecléctica, dentro de la cual,
gradualmente, iba dando una sucesión de conocimientos con el objeto de obtener una elite
de hombres capaces, intelectual y moralmente, que dirigieran a la sociedad cubana a nuevos
senderos de libertad y democracia59.
55
Más adelante Pike declararía que las logias creadas por Vicente Antonio de Castro y Bermúdez eran clubes
jacobinos, debido a sus concepciones independentistas.
56
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba, Ed. Cit., p.59.
57
Formando parte de su trasfondo cismático la concepción política de cada uno.
58
En las logias azules o simbólicas solo se trabajan los 3 primeros grados de la masonería.
59
Fernández Callejas, Roger. Vicente Antonio de Castro. Masón y Patriota. Precursor del 68, Editorial ACACIA.
La Habana, 1946, pp.15-16.
Su proyecto de trasformación social tenía como vehículo a la masonería, pero para lograr
llevarlo a cabo, necesitaba que la organización renovara sus métodos. En su ideología, la
forma de llevar adelante la independencia en Cuba no era a través de cambios bruscos, sino
de un modo evolucionista más gradual. Las logias que fundó, más que talleres masónicos,
fueron verdaderas academias, en las cuales se debatían los problemas sociales más
intrincados, pero siempre dentro de un estricto espíritu masónico60.
En Agosto de 1867 tuvo lugar el viaje de Pedro “Perucho” Figueredo a La Habana 61 con el
objetivo de solicitar la ayuda de Vicente Antonio de Castro y Bermúdez. Pese a la
intención, estos no se lograron reunir, y Figueredo decidió comunicar al grupo conspirativo
oriental que su proyecto gestado en las logias del GOCA, no tendría el apoyo de la
dirección masónica superior. El día que estalla el movimiento revolucionario conocido
como Grito de Demajagua o Grito de Yara, el 10 de octubre de 1868, se disolvía en La
Habana el Gran Oriente de Cuba y las Antillas. Poco después, el 12 de mayo de 1869,
moría su creador, Vicente Antonio de Castro.
A lo hora de estudiar el ideal independentista masón, en su esencia más pura, no hay mejor
sitio que lo refleje que las liturgias elaboradas por Vicente Antonio de Castro para el
GOCA. Sus contenidos y enseñanzas ejemplifican el modelo de nación y de hombres que
se destinaba a formar.
60
Ibídem.
61
Torres Cuevas, Eduardo. Op. Cit., p.128.