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Trabajo Final

Tema: Desarrollo de la institución masónica en la Cuba de primera mitad de siglo XIX

Asignatura: La monarquía hispánica la construcción del sistema

Alumno: Danny De la Orden Guridi

Profesor: Fernando Campese

En el siglo XIX cubano se desarrollaron varios fenómenos que modificaron la dinámica de


la evolución histórica cubana. Varias instituciones, tanto de tipo político como religioso,
estuvieron en el epicentro de estas transformaciones. Destaca entre tantas, la masoneria.
Esta institución caló profundamente en la vida politica y cultural de la sociedad colonial
decimonónica. Hacia la década del veinte del siglo XIX la masonería alcanza una gran
connotacion en la Isla. Por lo tanto comienzan a generarce asperezas en el campo de acción
ideológica de la Iglesia.

En los últimos años el despertar de los estudios sobre historia social ha hecho que algunos
historiadores se hayan acercado, desde múltiples intereses, a problemáticas relacionadas
con la Historia de la de la Masonería. Sin embargo, predominan textos escritos en su
mayoría en la primera mitad del siglo XX, como son los paradigmáticos Historia de la
Masonería del Rito Escoces en Cuba1 y El delito de la francmasonería en Cuba2 ambos
de Francisco José Ponte Dominguez. Estos escritos denotan un claro vínculo con la
institución masónica. Más recientemente en el tiempo ve la luz el texto de Eduardo Torres
Cuevas Historia de la masonería cubana. Seis ensayos3

1
Ponte Domínguez, Francisco José. Historia de la Masonería del Rito Escoces en Cuba. Imprenta: Instituto M.
Inclán, La Habana. 1961.
2
Ponte Domínguez, Francisco José. El delito de francmasonería en Cuba. Editorial Humanidad, México D.F,
1951.
3
Torres Cuevas, Eduardo. Historia de la masonería cubana seis ensayos, Editorial Imagen Contemporánea,
La Habana, 2013.
En la convulsa historia de la humanidad, el siglo XIX ha trascendido como uno de sus
principales abanderados. En él, se desarrolla la transición del Antiguo al Nuevo Régimen,
por lo cual, el número de procesos políticos, culturales y sociales que tienen lugar en esta
centuria, resultan sumamente complejos. Las revoluciones acontecidas en este periodo
responden a diferentes ideologías que se engendraban desde el último tercio del anterior
siglo. La evolución imperial de las potencias europeas provocó el establecimiento de
colonias alrededor del mundo, condicionando así, que estas corrientes de pensamientos se
esparcieran como pólvora sobre todos sus territorios. Entre las ideologías que más
destacaron a nivel político aparecen: el liberalismo, el nacionalismo y el independentismo.

Notable repercusión tuvo para la época el auge de las sociedades secretas y las
organizaciones fraternales, como centro donde convergían la mayoría de estas tendencias
ideológicas. Aparecen entre las más relevantes: la masonería, los carbonarios y comuneros,
siendo la masonería la de mayor impacto en el desarrollo de las ideas modernas. El
surgimiento de esta organización se ubica en la “oscura” Edad Media, agrupando a los
constructores4 y aprendices de las diferentes ciudades de la Europa medieval. Encargados
de desarrollar significativas obras arquitectónicas, resguardaban sus secretos constructivos
como método de preservación gremial. De igual forma promulgaban el cumplimiento de un
código fraternal y moral, que priorizaba la ayuda entre hermanos masones. Con el paso del
tiempo su reputación fue en ascenso, llamando la atención de importantes figuras de la
sociedad. La inserción de estos nuevos personajes, bajo la denominación de “aceptados
masones”, tuvo como efecto que la organización transformara su carácter de operativo a
filosófico. Así aparecía la conocida “masonería especulativa” o “masonería moderna”, a su
interior las concepciones humanistas se mantendrían en constante flujo.

Este nuevo tipo de organización fraternal se fundó a partir de 1717 en Inglaterra. A ella se
integró un elevado número de intelectuales y figuras de las altas esferas británicas, incluso,
el más alto miembro de la realeza: el rey Jorge I. La nueva concepción masónica consistía
en “la construcción del edificio moral y espiritual del hombre”, dejando de lado los trabajos
operativos medievales. Esta institución emergería permeada de las principales ideas
ilustradas-liberales de la intelectualidad inglesa, otorgándole una posición hegemónica al
desarrollo y progreso de la razón. Su expansión por Europa no demoró, en pocos años se
4
De aquí surge el término de franc-masón, que en francés significa libre-constructor.
había asentado en Francia, la cual terminaría siguiendo su propio camino con la fundación
del Gran Oriente de Francia en 1773. Estas naciones acabarían representando los dos ritos
de mayor influencia a nivel mundial y más tarde se uniría los Estados Unidos de América
como la tercera potencia masónica.

Para comprender cómo la masonería se convierte en elemento difusor de ideas liberales, en


la Cuba del siglo XIX, resulta necesario analizar las dos principales estructuras de
pensamiento que componen el ideario masón. Los basamentos masónicos parten
esencialmente de la ilustración y el liberalismo, sin embargo, ambas corrientes no influirán
de igual forma, ni en la misma temporalidad.

La ilustración fue un movimiento filosófico, cultural e intelectual surgido desde finales del
siglo XVII, logrando estar presente en muchas naciones, hasta las primeras décadas del
siglo XIX. El objetivo de este grupo era el progreso intelectual e ideológico del ser
humano, teniendo como punta de lanza el uso de la razón5. Su desarrollo era un genuino
ejemplo de modernidad y respuesta al retroceso existente en los estados patrocinadores del
Antiguo Régimen. Con el empleo y uso efectivo de la racionalidad combatían la ignorancia
y la superstición, males engendrados por la Iglesia, a la cual atacarían la mayoría de sus
exponentes. A su vez, la crítica a la tiranía reflejará el enfrentamiento a los sistemas
absolutistas. Su primera etapa de expansión coincide con el nacimiento de la masonería de
tipo filosófico o especulativa. Sería Inglaterra la nación que albergó el origen de la
ilustración6 y la masonería moderna, mientras que Francia se encargó de perfeccionar
ambos movimientos y proyectarlos a escala internacional.

Es preciso tener en cuenta que la Ilustración opta que por la libertad espiritual y de
pensamiento del ser humano, a partir de los distintos usos de la razón y la conciencia. Sin
embargo, sería inoportuno confundir estos ideales con las percepciones de libertad que hace
el Liberalismo, las cuales están abocadas primordialmente a materias políticas y
económicas.

5
Mayos, Goncal. La Ilustración, Editorial UOC, Barcelona, 2007.
6
Ibídem.
El Liberalismo es una doctrina política que resulta complejo establecerle un punto de inicio.
A nivel historiográfico circulan los criterios de “protoliberalismo” 7, ubicándolo hacia
finales del siglo XVII y gran parte del siglo XVIII, sería poco preciso considerar estos
momentos de formación como referentes de estudio8. De igual forma es lógico afirmar que
ciertas ideas del Liberalismo se engendran en el movimiento ilustrado 9, sin embargo, otras
nociones que terminarán enarbolándose como estandartes de dicho pensamiento, tendrán un
recorrido propio. Un ejemplo claro de ello es cómo el liberalismo es representante de una
clase, sistema económico y tipo de Estado en específico, mientras la ilustración es un
movimiento más amplio en cuanto a los elementos expuestos y más centrados en la
filosofía.

El Liberalismo es el “conjunto de concepciones y proyectos societarios basados en el


reconocimiento de la pluralidad socio-política, la iniciativa económica individual y el
protagonismo de las libertades personales en un entorno descentralizado, asimétrico y
jurídicamente regulado, en los marcos de la modernidad”10. Este concepto toma mayor
repercusión en la Francia postrevolucionaria y la España sacudida en las Cortes de Cádiz.
Sus principales basamentos estarán destinados a eliminar todos los elementos feudales que
persistían en las sociedades modernas. El desarrollo del capitalismo provocaba que las
diferentes clases burguesas de Europa Occidental se inquietaran por reformular el sistema
político y económico de sus naciones. Como nueva clase necesitaría hacerse de leyes que
avalaran su crecimiento, pues tenían dinero, pero ningún tipo de beneficio o derecho en el
gobierno. Uno de los conceptos que desarrollarían sus principales teóricos es el Derecho
Natural, que planteaba la existencia del hombre como un ser libre de nacimiento, y digno
de desarrollar una existencia correspondiente a esa libertad originaria. Optarían también por
la limitación de la autoridad real, la ampliación de libertades religiosas y civiles y la
división del poder. Para los liberales la libertad individual es una categoría central que une
al individuo con el conjunto de semejantes en una sociedad particular, la cual se asienta en

7
Chaguaceda Noriega, Armando. “La pluralidad liberal y el despliegue hegemónico de la modernidad” En:
Teoría y Procesos Políticos Contemporáneos, Editorial Félix Varela. Tomo II, La Habana. 2006.
8
Siendo el liberalismo que se desarrolla en el siglo XIX el que trasciende a como lo conocemos hoy en día.
9
Para mayor información acercarse al artículo: “Las raíces ilustradas del liberalismo” del autor José Luis
Villacañas Berlanga En: El primer liberalismo: España y Europa. Una perspectiva comparada. Foro de debate
coordinado por Emilio La Parra López y German Ramírez Aledón. Valencia, 2001. pp. 341-362.
10
Chaguaceda Noriega, Armando. Op. Cit. p.16.
un sistema socioeconómico basado en el mercado. Como toda doctrina política en su seno
existen divisiones entre los elementos integrantes de dicho grupo. En este caso de dividirán
entre fuerzas conservadoras y progresistas, en el caso de Cuba este tema ocupará numerosas
divergencias11.

Compuesta por las estructuras de pensamiento anteriormente analizadas, la masonería fue


una organización que personificaba las ideas avanzadas de la modernidad. Su presencia
abarcó las más distantes latitudes geográficas. Sus miembros formaban una sociedad con
carácter iniciático, jerarquizado, filantrópico, simbólico, filosófico, esotérico, racional y
humanista, fundada en un cimiento de fraternidad. La orden fraternal empleará el
simbolismo de la construcción como correlato del desarrollo moral del hombre. De dicha
organización comenta el historiador cubano Eduardo Torres-Cuevas en su libro Historia de
la masonería cubana seis ensayos:

“La forma que adquirió la masonería moderna y la época y lugar históricos donde
nace, se relaciona con toda la remodelación de la vida, las ciencias y el
pensamiento, que no solo critican el viejo sistema de ideas medieval y su
paradigma teórico y teológico, sino que, a la vez, responden al caudal científico y a
las perspectivas que promueve el nuevo pensamiento. Descartarte, Bacon, Spinoza,
Newton y Locke, han creado las bases de la nueva era la del paradigma de la
Razón Analítica, en la cual la naturaleza y el hombre ocupan un lugar preferente
dentro de las especulaciones teóricas y en las búsquedas científicas.”12

A raíz de su carácter ecléctico, que utiliza los fundamentos básicos de la Ilustración y del
liberalismo, relacionados muchas veces con leyendas cristianas de la Antigüedad y el
Medio Evo13, más las particularidades de cada rito, motivan a que no sea tarea fácil
definirle a la masonería una estructura de pensamiento específica. Sin embargo, un
elemento si está claro, las logias masónicas serán centros en los que se difunden

11
Más adelante en el epígrafe se profundizará.
12
Torres-Cuevas, Eduardo. Historia de la masonería cubana seis ensayos. Editorial Imagen Contemporánea,
La Habana, 2013, p. 10.
13
Muchos ritos conciben sus orígenes en arquitectos de la Antigüedad, como es el caso de Hiram, arquitecto
del templo de Salomón, también de algunas egregias cristianas como el gnosticismo. Otro de elemento
utilizado para legitimar el origen de la organización son las ordenes cruzadas del Medio Evo principalmente
la de los caballeros templarios.
esencialmente las ideas ilustradas y liberales, con predominio de las primeras en el siglo
XVIII y de las segunda a partir del XIX.

Una vez comprendidos los cuerpos teóricos de la ilustración y el liberalismo en la


masonería, puede dirigirse el análisis sobre esta sociedad secreta, como elemento difusor
del liberalismo en Cuba, desde inicios del siglo XIX hasta 1860. Con la entrada del siglo
XIX y el auge de la doctrina liberal, en las logias masónicas se reflejó este mismo efecto de
preponderancia liberal a nivel ideológico14. Aún más en el caso cubano, donde la influencia
de los cuerpos masónicos norteamericanos, tuvo un aumento paulatino a lo largo de la
centuria. Sin embargo, existe una cuestión que no puede dejar de explicarse para
comprender este fenómeno en la mayor de las Antillas. Este asunto es el relacionado con la
particularidad del liberalismo español, el cual resulta ser un caso excepcional dentro del
mundo liberal europeo y americano 15. A pesar de que la Constitución gaditana de 1812 fue
un hito para la época, pues era considerada la más avanzada de su tiempo, ya mostraba
señales de lo conservador que sería el liberalismo hispano, desplegado desde el oficialismo.
La Pepa16 era un documento que proponía un concepto de estado sumamente progresista
para su tiempo, pero declaraba la nación como un estado confesional católico, prohibiendo
vigorosamente en su artículo doce cualquier otra confesión. A su vez colocaba al rey como
un designio de dios, elemento que se contraponía con las tesis fundamentales del
liberalismo clásico. En los destellos liberales de 1812-1814 y 1820-1823, a pesar de otorgar
altas dosis de poder a la monarquía, se aplicarían ciertas libertades, qué a los ojos del Rey,
volverían ingobernable el imperio hispano. Esto provocó que el modelo gaditano fuera
reprimido por el poder absolutista y más tarde desechado por los gobiernos liberales de los
años treinta. A nivel colonial acontecería el mismo fenómeno, todo aquel que se alineara al
liberalismo gaditano sería declarado enemigo de la Corona.

Abordando directamente la cuestión, aparece como una de las primeras manifestaciones en


favor de la propagación de las ideas liberales en Cuba, la propia selección de los nombres
de las logias. Muchos talleres, en el amplio periodo que estudia este epígrafe, utilizaron
14
Esto no significa que desecharon las ideas ilustradas, sino que predominaban las liberales. Entender que, a
lo largo del siglo XIX, incluso a día de hoy el espíritu ilustrado sigue presente en las liturgias y enseñanzas
masónicas.
15
Suarez, Cortina. Manuel. “El liberalismo español” En: Revista Historia y Política, ISSN: 1575-0361, núm. 17,
Madrid, enero-junio (2007), pp. 121-150.
16
Conocida así popularmente en la historiografía.
palabras de connotación liberal o nombres de las figuras más significativas de esta doctrina.
A lo interno de cada logia, el nombre simbólico que utiliza cada masón, representa de igual
forma estas ideas. Las logias trasplantadas desde Saint Domingue, consideradas las
primeras en suelo cubano, ya traían nombres sugerentes a la idea liberal pero todavía no de
forma tan marcada17: (La Perseverance, La Concorde, L´Amitíe, La Benefique Concorde) 18.
Sin embargo, conforme a la evolución natural del siglo y el auge cada vez mayor de dicha
corriente de pensamiento, los nombres se fueron tornando más específicos. Desde Europa
aparecía creada por Francisco Miranda la logia de los Caballeros Racionales19 para 1807,
con un claro mensaje hacia el Antiguo Régimen. En Cuba para 1824 situamos La Inmortal
Felicidad20, refiriéndose a la noción de felicidad de la época, que se asociaba
fundamentalmente con poder accionar sin prohibiciones obsoletas en la sociedad. Hacia
mediados de siglo figura la logia Franklin21, haciendo alusión a este prócer independentista
norteamericano, el cual fue uno de los ideólogos del liberalismo, por consiguiente, también
refleja la influencia de la concepción liberal norteamericana sobre la masonería cubana. En
la década del sesenta se ubica: Progreso No 422, palabra que representa uno de los
conceptos más básicos que se plasma en las doctrinas liberales.

Otra vía difusora fue el sistema de inserción de nuevos hermanos que se desarrollaba en la
institución fraternal, permitía que cada vez más elementos de la sociedad se unieran 23. Una
vez iniciados tenían acceso a las enseñanzas simbólicas que se encontraban en las liturgias
y ritos, que muchas estaban encaminadas a desarrollar un nuevo modelo de hombre que se
adecuaba con el estereotipo liberal del siglo XIX.
17
Estas primeras designaciones están asociadas a un espíritu conciliador, que con el decursar de los años
irán tornándose más específicas con el mensaje que quieren transmitir. Tiempo más tarde sus nombres
serian cambiados al castellano.
18
Fernández Callejas, Roger. Op. Cit., p. 33.
19
Logia que iniciaría la red de logias de Lautaro, en las cuales se conspirarían para el proceso de
emancipación americana. Para más información leer el artículo: “Influencia de la Masonería en la
emancipación americana” del autor Ricardo Romero en:
http://masoneriaindepenenciaamericana.blogspot.com.ar/ rromero@cienciapolitica.org.ar
20
Ponte Domínguez, Francisco José. El delito de francmasonería en Cuba. Editorial Humanidad, México D.F,
1951, p. 100.
21
Ibídem, p. 44.
22
Ponte Domínguez, Francisco. La Masonería en la independencia de Cuba. Editorial Modas Magazine, La
Habana, Cuba, 1954, p. 60.
23
A pesar de que la masonería tenía un acuerdo tácito de no incorporar a hombres de las clases bajas, su
sistema para la época no era tan cerrado y un importante número de personas de la sociedad podía tener
accesos a ellas.
En el año 1812 Joaquín Infante saca a la luz su “Proyecto de Constitución para la isla de
Cuba”24. Esta misma figura protagonizó una conspiración en 1810. El hecho es concebido
en la historiografía como el primer intento separatista de la Isla. La mayoría de los
dirigentes de este movimiento militaban en la Logia: El Templo de las Virtudes Teologales.
Se formaron como masones bajo la influencia de un revolucionario masón francés,
nombrado Joseph Cerneau, con claras ideas ilustradas y liberales 25. Tras su delación26 la
mayoría de sus integrantes fueron capturados, sin embargo, Joaquín Infante logró escapar
hacia Venezuela. En esta localidad americana, logró editar e imprimir su documento. El
manuscrito había sido elaborado a la par de la constitución gaditana, por tanto, no se
considera imitación del proyecto europeo. La propia coyuntura había provocado el
desarrollo de las ideas liberales separatistas en una parte de los masones y ello lo refleja
dicho escrito. Entre los principales aportes que resaltan en este “contrato” se encuentra: la
división clásica liberal de poderes que proponía Montesquieu, priorizando el poder
legislativo. Se tomaba como modelo democrático a seguir el de la Confederación
Helvética27. Se acercó a temáticas que respondían claramente al empuje del nuevo régimen
comandado por la principal clase capitalista: derechos sociales, libertades públicas, incluso
ahondó temas tan específicos como el trato que debía recibir un detenido. Con la difusión
de este documento, las ideas liberales tendrían libre albedrío en las sociedades coloniales
hispanas. El rápido ataque de la administración colonial, más el retorno de Fernando VII,
trunchó un mayor auge de este texto.

Para 1811 aparece un periódico masón nombrado: Censor Universal28, mientras que en
1852 se tiene constancia de otro, con el cual pudo estar involucrado André Cassard 29: La
Voz del Pueblo30. Con respecto a la existencia de revistas, no obstante realizar un profundo
análisis en la bibliografía, no se logró ubicar ninguna antes de 1870. A partir de esta fecha

24
Ponte Domínguez, Francisco. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., p. 20.
25
Sería expulsado de la Isla por tener ideas demasiado radicales.
26
Resulta llamativo como de forma recurrente en la historiografía de la Historia de la masonería en Cuba
siempre entre las causas que provocaban el fracaso de un movimiento masónico revolucionario, posicionan
a la mujer como delatora ante la confesión religiosa.
27
Hacía alusión al sistema de cantones suizos.
28
Ponte Domínguez, Francisco José. El delito de francmasonería en Cuba. Ed. Cit., p. 51.
29
Figura icónica en la historia de la masonería en Cuba.
30
Torres-Cuevas, Eduardo. Op. Cit. p. 108.
comenzarían a aparecer algunas muy conocidas hoy en día como: La Voz de Hiram y La
Gran Logia.

Una vez sacado a la luz todos los elementos que incidieron en la difusión del liberalismo,
teniendo como foco irradiador a la masonería, se puede constatar la directa relación que
tuvo la organización fraternal con el auge de la teoría liberal en Cuba. Las distintas vías
utilizadas lograron que el imaginario social focalizara a la masonería como un templo
donde confluían las ideas liberales, apegadas a las nociones modernas del ser humano. El
impacto de este proceso difusor fue significativo, pues sentaba un precedente del tipo de
actividades que se podrían acoger en una logia. En la segunda mitad del siglo, se utilizó a la
logia masónica como principal refugio conspirativo de las ideas independentistas.

La emancipación de las colonias españolas en el continente americano, fue uno de esos


procesos políticos que cambió la dinámica mundial en la etapa decimonónica. Los distintos
movimientos independentistas, presentes a todo lo largo de la centuria, erigían nuevas
republicas que anhelaban un espacio en la política internacional.

En este contexto, el ideal independentista masón fue el encargado de cimentar


filosóficamente los diferentes proyectos emancipatorios de América. Esta corriente de
pensamiento alternativa, autóctona del caso americano, fungió como elemento aglutinador
entre los próceres y organizaciones destinadas a la libertad. Tal suceso generó un odio
visceral de la metrópoli española hacia la masonería y otras fórmulas liberales que
fomentaran el independentismo.

La Guerra de Independencia Norteamericana y la Revolución Francesa determinaron la


expansión del pensamiento ilustrado y liberal en las colonias españolas de América. La
influencia de la revolución estadounidense trascendería muchos más que los procesos
europeos en el suelo hispanoamericano. Su modelo de república federal, unido con la
aplicación extensiva de la concepción liberal, figuraría en el imaginario americano como el
modelo perfecto de república31.

31
La mayoría de las nuevas republicas americanas independizadas aplicaran constituciones muy similares a
la estadounidense. Sin embargo, el fracaso de los modelos políticos latinoamericanos serán una constante
en el siglo XIX. Esta idolatría al modelo republicano norteamericano, tendrá influencia en el pensamiento
cubano desde mitad de siglo y en ocasiones hará que para muchos intelectuales e independentista la noción
de independencia se asociara con anexión.
Los primeros sentimientos independentistas surgidos en territorio americano, nacen en
correspondencia con los peninsulares, en oposición de la dominación francesa 32. Como
parte del enfrentamiento por la soberanía nacional española, surge en Cádiz la constitución
liberal de 1812. Este crucial documento había sido elaborado por legisladores de origen
tanto peninsular como americano. Destacaba entre sus numerosos artículos, el referido a la
nacionalidad de los ubicados en las Indias Occidentales, a los cuáles declaraba como
españoles. El animoso ambiente político que recorría a la nación una vez expulsados los
franceses, fue arruinado por el retorno de Fernando VII. Sin embargo, en las colonias la
idea de volverse a someter a un régimen absolutista no era aceptada por la mayoría. Con
respecto a este punto declara el historiador español José Luis Abellán: “Los vientos de
independencia nacional que habían soplado en la Península con fuerza irresistible se
expandieron a los países del continente americano.” 33 Las ideas liberales que se habían
promulgado en Cádiz, se arraigaron de fuerte manera en muchas de las mentalidades
hispanoamericanas.

Al retornar “el deseado” todas las disposiciones gaditanas fueron desechadas e ilegalizadas.
Fue en este preciso momento donde masonería e ideal independentista se alían en la
búsqueda del progreso humano. La Masonería es una agrupación filosófica que se empapa
de las principales ideas del siglo XVIII, es por ello que elementos como democracia,
liberalismo, republicanismo y nacionalismo eran rasgos fundamentales de la institución.
Simultáneamente su carácter esotérico y de agrupación secreta, formulaba que la masonería
fuera el sitio perfecto para cambiar el statu quo del continente. A pesar de que en la
masonería se hace un juramento de no abordar temas de política ni religión, a los iniciados
en logias se les incentivaba los deberes con respecto a su Patria. La interpretación de Patria
por parte del criollo variaba mucho con respecto al masón peninsular, pues este concebía
como Patria a todos los territorios del imperio español, mientras que el criollo definía así a
su terruño. Con la unificación de ambos ideales tendría lugar el mencionado ideal
independentista masón.

32
Abellán, José Luis. “Un capítulo de las relaciones entre España y América”. Quinto Centenario, Universidad
Complutense de Madrid, 1982.
33
Ibídem, p. 42.
A lo largo del periodo de colonización ibérica en América, la isla de Cuba siempre había
resultado ser uno de los baluartes hispánicos del continente. Su trayectoria pacífica y
obediente, le adjudicó el sobrenombre de la siempre fiel isla de Cuba. Ubicada
geográficamente en un punto estratégico del Caribe, se consideraba un dominio prioritario
para la corona española. Los primeros veinte años del siglo XIX en América fueron
sumamente convulsos en materia de independencia. Sin embargo, en Cuba, existía una
coyuntura diferente, insertada en un proceso de crecimiento económico34, principalmente
azucarero. La clase oligárquica de la Isla mantenía excelentes relaciones con la metrópoli, y
la bonanza era cada vez mayor. El número de efectivos militares era sumamente alto, pues
Cuba era el punto donde desembarcaban todos los soldados españoles expulsados de los
territorios independizados. Al reunir todas estas características, se refleja un panorama
totalmente adverso para que proliferaran las ideas independentistas. Estas condicionantes
provocaron que en Cuba la evolución del ideal independentista fuera mucho más pausada
que en regiones americanas. Por consiguiente, la masonería ya estaba señalada como
elemento que generaba la disidencia e infidelidad al orden colonial, por ello estaría bajo
constante vigilancia en suelo caribeño.

La particular situación cubana impidió que proliferaran las ideas independentistas y su vez
el resurgimiento de la masonería cubana, hasta mediados del siglo XIX. Pese a lo
mencionado, en las cuatro primeras décadas hubo algunos antecedentes que vinculan la
idea separatista con la masonería, los cuales influyeron en la futura formación del ideal
independentista masón.

El separatismo es considerado uno de los antecedentes del independentismo en Cuba. Su


objetivo es separarse de la metrópoli a la que pertenece para insertarse bajo el amparo de
una nueva nación. Del mismo modo, existen casos en los que no se define de forma clara
cuál es el proyecto político a ejecutar en el futuro. El auge de los movimientos separatista
en Cuba se explica, entre otras cuestiones, a partir de las diferentes posiciones que asume
Estados Unidos, desde principio de siglo XIX, con el continente americano y por influencia
de los movimientos independentistas en el territorio.

34
Tras la revolución haitiana, Cuba desbanca a Saint Domingue como la principal productora de azúcar a
nivel mundial. Las tres décadas del siglo XIX fueron de un constante auge industrial, fundamentalmente
azucarero, aunque también se desarrollaban otras producciones como café y tabaco.
Con respecto a esta cuestión Félix Varela, uno de los padres del independentismo cubano,
declaraba: “… que el objetivo de lograr la independencia absoluta se tuviera por absurdo,
y que, por lo general, no se hablaba del caso de separarse la Isla del gobierno español sin
suponer como incuestionable que debe unirse a alguno de los del Continente
Americano.”35. Mucha trascendencia tendría esta visión vareliana, pues en la década del 50 ,
uno de los movimientos políticos de mayor influencia en la intelectualidad cubana, será el
anexionismo.

Esta devoción anexionista estimuló a que una parte de las destacadas figuras criollas
asumiese la palabra independencia como un primer paso para luego definir el decursar
político de la nación. Las palabras del coronel Narciso López así lo refleja: “Un solo
esfuerzo os hará libres... y la estrella de Cuba se alzará bella y fulgente, ya sea para
resplandecer con gloria independiente y eterna, ya sea para agregar su luz, si así lo
determina el pueblo soberano, a la espléndida constelación norte-americana, a donde
parece encaminarla su destino.”36. La ingobernabilidad mostrada en muchas de las
naciones independizadas a principio de siglo, logró impregnarse en la psiquis de algunos
patriotas, incluso en figuras iniciadoras de la revolución de 186837.

Una vez comprendidos todos los obstáculos y desviaciones semánticas por las que transitó
el ideal independentista en Cuba, pueden analizarse los sucesos que constituyen los
antecedentes directos del ideal independentista masón. El parte aguas que supuso la
invasión napoleónica, con respecto al dominio colonial español. Su irrupción en suelo
ibérico proporcionó el inicio de distintos procesos en América, dentro de los que se incluye
la formación del ideal independentista masón.

Los primeros años del desarrollo de la masonería en Cuba, estuvieron marcados por la
permisividad, procedente de las esferas de poder en la Isla. El aporte científico-económico
realizado por los emigrantes franceses avalaba el crecimiento de la masonería. Sin
embargo, la hecatombe de 1808 cambió la situación, los franceses serían expulsados de la

35
Suárez, Josefina. Op. Cit., p.52.
36
Ibídem, p. 54.
37
En la bibliografía se muestra como Antonio Zambrana declara que la independencia es un primer paso
para luego definir el futuro de Cuba. También se ejemplifica en el documento anexionista elaborado por
Carlos Manuel de Céspedes a inicios del proceso independentista, aunque este tenía un fin más practico que
ideológico.
Isla y el Capitán General aumentaría su autoridad. Los masones, como buenos liberales, no
aceptarían un régimen de extorsión perpetua, por lo que manejarían la opción separatista. A
su vez juzgaron prudente no lanzar el país a una revolución, con temor a que Cuba pudiese
devenir en un segundo Haití, con todos los horrores resultantes de sus luchas raciales. 38 El
miedo al negro fue otro de los elementos que influía en el lento progreso del ideal
independentista cubano.

Todo este periodo de auge liberal que marco las primeras décadas del siglo XIX es
finalizado con la invasión de los Cien mil hijos de San Luis 39 sobre la península ibérica en
1823. De esta manera retornaba a España y a sus colonias del Caribe el conservadurismo.
La nueva etapa absolutista fue denominada como la Década Ominosa40, debido a su ataque
a todas las transformaciones ejecutada en los tres años de liberalismo y a sus numerosas
ilegalizaciones y prohibiciones. Una vez más, tanto en la metrópoli como en la colonia
cubana, los masones serían expuestos como los culpables de tantas “atrocidades”.

El ataque frontal a la institución masónica, unido a las tantas prohibiciones a la libertad del
ser humano, generó otro episodio donde se manifestó un nuevo estadío del embrionario
ideal independentista masón. Este acontecimiento sería la Conspiración de Soles y Rayos
de Bolívar.

La conspiración de Soles y Rayos de Bolívar está enmarcada en la historiografía como uno


de los intentos separatistas más importantes de la Cuba colonial. Esta confabulación poseía
fuertes vínculos con la masonería a pesar de no ser una logia ni una organización
regularizada41. Su estructura gradual se remitía a los grados iniciales de la masonería
simbólica. La mayoría de sus integrantes serían afiliados de la institución masónica, por lo
que una vez más convergen los ideales masónicos con los de independencia (en este caso
separatista). Se denominaría “rayos” a los iniciados y “soles de Bolívar” a los que hubiesen
aportado a 7 nuevos miembros. La idea era que un gran número de sus integrantes
estuvieran adscritos a las milicias coloniales y así obtuviesen sus armas. A la cabeza de la
38
Ponte Domínguez, Francisco. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., p.16.
39
Fue un contingente francés con voluntarios españoles que combatió en España en 1823 para restablecer el
Antiguo Régimen en la nación ibérica.
40
Este nuevo periodo absolutista sería conocido como la Década Ominosa por el recrudecimiento de las
libertades de todo tipo.
41
Principalmente con las logias del Rito de York. Varios de los talleres pertenecientes al gran oriente afiliado
a esta variante ritual acogieron sus reuniones y aportaron una buena cantidad de integrantes.
conjura estaba José Francisco Lemus, coronel de los ejércitos colombianos. Este contaría
con el apoyo del ejecito continental independentista que dirigía Simón Bolívar. Su finalidad
era, una vez emancipado el territorio, crear la Republica de Cubancan. Lemus declararía en
una de sus escritos: “…desterrar los ridículos rangos y jerarquías con todos los signos de
la soberbia y la ignorancia, como ajenos del carácter virtuoso del hombre libre; y cuando
subraya, que así lo hemos jurado ante el Gran Dios del Universo. Perdemos la existencia,
o libraremos nuestra Patria de toda dominación extranjera.”42. Sin lugar a dudas en este
fragmento se aprecia el ideal independentista masón, a través de la vinculación de palabras
como hombre libre; Gran Dios del Universo, de marcada connotación masónica, con
Patria y dominación extranjera, de clara referencia independentista.

No obstante haber sido elaborado de forma detallada este plan separatista, las diferentes
delaciones permitieron que el gobierno colonial se enterase de la conspiración,
encarcelando rápidamente a todos sus integrantes. El Capitán General Dionisio Vives
(1823-1832) puso a los detenidos a disposición de la Real Sala del Crimen.

Las distintas campañas prohibitivas sobre la masonería, más la persecución de cualquier


retoño liberal, provocó un declive de ambas ideologías en la sociedad colonial cubana. Sin
embargo, para finales de la década del veinte e inicios de la década del treinta tiene lugar
otro proceso conspirativo ligado estrechamente a la masonería. Este suceso sorprende a las
autoridades coloniales, pues para aquel entonces se suponía que no hubiese ningún vestigio
de masonería en la Isla. El nuevo proceso conspirativo trascendió con el nombre de “Gran
Legión del Águila Negra”.

La Gran Legión del Águila Negra fue un movimiento conspirativo separatista que
involucraba a masones mexicanos y cubanos. Desde México la integraban renombradas
figuras como Antonio López de Santa Anna y Guadalupe Victoria 43, los cuales serían
futuros presidentes mexicanos. Se desarrolló entre los años 1827-1830, logrando extenderse
por logias de La Habana, Matanzas, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. Su vínculo con la
Organización Fraternal seria nuevamente estrecho. El gobierno colonial tuvo conocimiento
de su existencia tras la detención de José Julián Solís. Con su apresamiento se encontró su
diploma de masón y este lo reconoció como suyo. En los procesos judiciales contra Solís,
42
Ponte Domínguez, Francisco. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., pp. 35-36.
43
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., pp. 40-41.
acusado por el delito de francmasonería, este reveló la existencia del Águila Negra. Con el
objetivo de librarse de las más crudas penas, Solís entrego los nombres de los integrantes de
la logia informal en la que se había iniciado en 1825. Entre ellos estuvo el francmasón
costarricense Lucas Arcadio Ugarte, que era uno de los principales dirigentes de la
organización secreta en Cuba. Muchos de los integrantes de esa conspiración fueron
descubiertos y en los registros de sus casas se decomisaron documentos masónicos. Este
nuevo episodio separatista entrelazaba las nociones masónicas con las independentistas. Su
objetivo sería lograr eliminar el último reducto colonial español en suelo americano.
Concluía de esta forma un periodo donde los distintos intentos proto-independentista de la
época sentarán base en cuanto a la relación masonería e independencia.

Con el ascenso de Miguel Tacón y Rosique (1834-1838) como nuevo Capitán General de la
isla de Cuba en 1834, tendría lugar el periodo más oscuro para la masonería cubana desde
su surgimiento. La fuerte reacción conservadora que se desarrolló a partir de 1834 despojó
a la Isla de muchos masones y separatistas, que decidieron exiliarse hacia tierras norteñas.
Por ello en el ámbito nacional la masonería redujo sus trabajos, manteniendo una actividad
irregular. La misma suerte corrió cualquier intento de acción separatista.

En materia ideológica alcanzaría mucha relevancia entre la intelectualidad y burguesía


criolla la postura anexionista con respecto a la independencia. El término independencia
tuvo una nueva connotación en los partidarios del anexionismo. La palabra sería utilizada
en un sentido separatista, donde independencia representaba el primer paso separándose de
España, para después incorporarse al sur de los Estados Unidos. Esta nueva concepción fue
protagonizada de forma práctica por Narciso López44 a partir de 1848. Sus diferentes
invasiones no fructificaron, pero crearon un nuevo clima separatista. Principalmente en
Puerto Príncipe, región que se había contagiado de un espíritu masónico separatista. La
figura de Gaspar Betancourt Cisneros tenía mucha influencia sobre la zona, a pesar de
residir en el extranjero. Como uno de sus principales líderes, dirigió una nueva
conspiración. Desde fines de 1849 se había conformado la “Sociedad Libertadora de
Puerto Príncipe”45, con el objetivo de laborar por la emancipación de la Isla. Se organizaba

44
Destacado militar venezolano creador de la Bandera nacional. Participó en numerosas acciones bélicas
tanto en América como en España. También integró las filas masónicas.
45
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., pp.50-51.
mediante triángulos fraternales, por lo que no era una organización masónica en sí. Fue
descubierta y rápidamente apaciguada.

En todos los casos abordados con anterioridad se expone un sentimiento independentista en


plena fase evolutiva. Este se fundamenta en los distintos valores y nociones políticas de la
ideología masónica, para así conformar el renombrado ideal independentista masón. La
maduración de este pensamiento se mostrará en la labor desplegada por Vicente Antonio de
Castro y Bermúdez y su Gran Oriente de Cuba y las Antillas.

La década del cincuenta fue un periodo de numerosas transformaciones en la metrópoli


española. Las controversias entre liberales progresistas y moderados, exaltaban las
discusiones políticas en suelo ibérico. Desde el año 1843 el sistema político del reinado de
Isabel II era dominado por el Partido Moderado. Tras el fracaso de estos regímenes
moderados y un incremento paulatino de la corrupción, se inicia una sublevación conocida
como la “revolución de 1854”. Al frente de este movimiento estuvo el general moderado
Leopoldo O' Donnell y el general progresista Baldomero Espartero. Su victoria estableció
un periodo conocido en España como el Bienio Progresista46.

En Cuba el Bienio Progresista suscitaría la apertura de algunas libertades políticas, de


prensa y sociales47. Muchas de las figuras que ahora acumulaban altas dosis de poder en
España, poseían un fuerte nexo con las principales personalidades de la oligarquía cubana.
Para la institución masónica, que varios años llevaba totalmente desaparecida de la Isla,
estas fueron excelentes noticias. Pese a las cuantiosas cédulas restrictivas de la práctica
fraternal en suelo caribeño, la Capitanía General de la colonia aceptó la tesis de que la
Institución masónica en algunos países, como sucede en los Estados Unidos, tenía un fin
santo y benéfico, y sus miembros se reúnen y discuten públicamente a su conveniencia. Por
esta razón, igual objeto podría llevarse a cabo en la Isla 48. Con esta nueva postura adoptada,
desaparecía, al menos virtualmente, la prohibición de que laborasen los talleres
francmasones.

46
Fontana, Josep. Historia de España Volumen 6: La época del liberalismo. Ediciones de Historia. Madrid
2007.
47
Estas nuevas libertades se aplicaron siempre en los marcos del reformismo.
48
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba. Ed. Cit., p. 57.
El año 1857 es considerado en la historiografía como la fecha del restablecimiento de la
masonería cubana. La ciudad de Santiago de Cuba albergaría los primeros talleres de este
periodo, allí se instauraron las logias Fraternidad No 1 y Prudencia No 2. Para esta época
no existía ningún gran cuerpo masónico en Cuba, ni en España, por lo tanto, con el ansia de
implantar uno en la Isla, estas dos primeras logias recurrieron a la masonería
norteamericana. La proposición se la hicieron llegar a Albert Pike 49, quien fungía como
Gran Comendador del Supremo Consejo del Sur de Estados Unidos para el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado. Entre los requisitos necesarios para fundar un gran cuerpo masónico,
aparece cumplir con un mínimo de tres logias que conformaran dicha institución. Al existir
solo los dos talleres mencionados en Santiago de Cuba, Pike decidió enviar a un
representante del Supremo Consejo para la Jurisdicción masónica del sur de los Estados
Unidos (S.C.J.S.E.U), que se encargaría de guiar la fundación de la tercera logia y del
establecimiento de un Supremo Consejo.

El destinado para esta fraternal obra sería el cubano de origen francés André Cassard. 50
Cassard había alcanzado el grado treinta y tres del rito escocés y ocupaba el cargo de
Diputado Gran Inspector general del S.C.J.S.E.U51. Una vez arribado a la Isla se creó el
tercer taller necesario, el cual se nombró San Andrés No 3. El 5 de diciembre de 1859 se
fundaba en la ciudad de Santiago de Cuba la Gran Logia de Colón, días más tardes Cassard
instalaba en la misma ciudad, el Supremo Consejo de Colón, como cuerpo jerarca de los
treinta y tres grados masónicos para la isla de Cuba.

No obstante la trascendencia de los sucesos, surgieron ciertas diferencias entre Cassard y


Pike. En la Isla habían nacido disputas de jurisdicción y autoridad entre la Gran Logia y el
Supremo Consejo. El Gran Comendador tenía la intención de crear en Cuba un Consejo
Supremo que fuera soberano, totalmente desligado de los grandes orientes franceses y
españoles. Sin embargo, los francmasones cubanos, integrantes de los nuevos cuerpos
masónicos erigidos en la Isla, tenían proyecciones y militancias vinculantes con la
masonería latina. A Pike también le interesaba que la masonería cubana no se relacionara
49
Torres Cuevas, Eduardo. Op. Cit., p.83.
50
André Cassard es catalogado como una de las personas más importantes en la historia de la masonería
cubana. Su labor como masón cubano fue formidable, entre sus principales legados están valiosas obras,
entre las que destaca el Manual de la Masonería.
51
Ponte Domínguez, Francisco José. Historia de la Masonería del Rito Escocés en Cuba. Imprenta: Instituto
M. Inclán, La Habana. 1961.
con cuestiones políticas, elemento que resultaría muy difícil, debido a la trayectoria de la de
la organización filantrópica en suelo isleño. Estos problemas fueron atribuidos a la labor de
André Cassard, por lo que, bajo tal fundamento, el 25 de abril de 1861 el Gran Comendador
norteamericano concedió poderes al doctor cubano Vicente Antonio de Castro y Bermúdez,
para averiguar si el Supremo Consejo de Colón había sido constituido regularmente. Sin
lugar a dudas Pike no podía tener idea de a quien había seleccionado “…para establecer la
paz y armonía que debía existir entre los iniciados en el Rito Escoces Antiguo y
Aceptado.”52

Vicente Antonio de Castro y Bermúdez fue la figura que llevó a la práctica el ideal
independentista masón en Cuba. Los fundamentos e ideas con los que instauró su cuerpo
masónico, estuvieron presentes en el grito de independencia cubano. Sobre la temática
afirma el prominente historiador masón Francisco José Ponte Domínguez: “Y con su
decisión [Pike] puso en manos de un criollo de pensamiento y de acción separatista, la
antorcha que le permitía iluminar los templos masónicos de la Perla del Caribe, a fin de
trocarlos en crisoles de redención para el pueblo de la Isla.”53

Al analizar el pasado político de Vicente Antonio de Castro, resulta muy extraño que este
fuera la persona escogida por Pike para rectificar los errores cometidos por Cassard, aún
más, cuando uno de los requerimientos de Pike era desvincular a la masonería cubana de la
política54. Sin embargo, Viriato Alfonso de Covadonga fue el hombre seleccionado para
llevar a cabo esta exigente labor.

En 1861 Vicente Antonio de Castro y Bermúdez arribó a la Isla, su regreso se debía a la


amnistía política dictada por las autoridades coloniales. Una vez pisada tierra cubana, se
dirige a realizar la encomienda ordenada por Pike: inspeccionar los cuerpos masónicos de
Colón. Al examinar los procesos de creación y los cuerpos masónicos en sí, se percata que
estos no cumplirían sus intereses políticos de independencia para la Isla. Años más tarde, se
confirmaría el marcado sentimiento de oposición al movimiento independentista y la
52
Ponte Domínguez, Francisco José. Historia de la Masonería del Rito Escocés en Cuba. Ed. Cit., p.95.
53
Ibídem. p.96.
54
El motivo por el que Albert Pike seleccionó a Vicente Antonio de Castro y Bermúdez, resulta un tema
interesante para una futura investigación. Razones lógicas era el hecho de ser cubano y a la vez un excelente
masón, pero su pasado no debía ser desconocido para Pike, cuando había logrado escalar tanto en el
S.C.J.S.E.U. Esta “ingenuidad” mostrada por Pike hace pensar en intereses secundarios, quizás ligados a la
política estadounidense, pero como mencioné anteriormente requiere una investigación detallada.
simpatía con el gobierno colonial, que predominaba tanto en La Gran Logia de Colón,
como en su Supremo Consejo. En estos organismos prevalecían en gran medida masones
españoles, los cuales no tenían interés de emancipar a la Isla.

Tal situación provocó la insubordinación de Viriato Alfonso de Covadonga a las


instrucciones del Gran Comendador norteamericano55. Se trasladó a La Habana y erigió dos
nuevos cuerpos masónicos, el Supremo Consejo de Cuba y las Antillas y el Gran Oriente de
Cuba y las Antillas (GOCA)56. En la Isla se evidenciaría un cisma masónico 57, la cual
perduró hasta la disolución del GOCA, pues funcionaban a la vez, dos grandes potencias
fraternales. El impacto de este nuevo cuerpo fue muy fuerte sobre la intelectualidad criolla
y masona. Este mencionado sector ya concebía el independentismo como la única opción
viable. La mayoría de las logias pertenecientes, en La Habana, al Gran Oriente de Colón se
pasaron al Gran Oriente de Castro. Vicente Antonio fundó una veintena de logias azules 58 a
lo largo de todo el país, distribuidas de forma estratégicas en los principales centros
poblacionales y económicos.

La finalidad con la que Vicente Antonio de Castro y Bermúdez fundó el GOCA, es una de
las temáticas más debatidas en los textos referentes a este asunto. Los criterios oscilan entre
si fue un cuerpo creado con un objetivo netamente independentista o si solo era una
agrupación masónica de ideas avanzadas. La respuesta para esta interrogante es la
unificación de ambos criterios. Al compaginar estas ideas tiene lugar el tan mencionado
ideal independentista masón, donde preceptos masónicos e independentistas, se alinean en
la búsqueda de un objetivo mayor, que es la emancipación colonial. Por ello el GOCA será
una institución sumamente novedosa y práctica para su tiempo. La idea del doctor Castro
fue crear un sistema, una verdadera escuela filosófica ecléctica, dentro de la cual,
gradualmente, iba dando una sucesión de conocimientos con el objeto de obtener una elite
de hombres capaces, intelectual y moralmente, que dirigieran a la sociedad cubana a nuevos
senderos de libertad y democracia59.

55
Más adelante Pike declararía que las logias creadas por Vicente Antonio de Castro y Bermúdez eran clubes
jacobinos, debido a sus concepciones independentistas.
56
Ponte Domínguez, Francisco José. La Masonería en la independencia de Cuba, Ed. Cit., p.59.
57
Formando parte de su trasfondo cismático la concepción política de cada uno.
58
En las logias azules o simbólicas solo se trabajan los 3 primeros grados de la masonería.
59
Fernández Callejas, Roger. Vicente Antonio de Castro. Masón y Patriota. Precursor del 68, Editorial ACACIA.
La Habana, 1946, pp.15-16.
Su proyecto de trasformación social tenía como vehículo a la masonería, pero para lograr
llevarlo a cabo, necesitaba que la organización renovara sus métodos. En su ideología, la
forma de llevar adelante la independencia en Cuba no era a través de cambios bruscos, sino
de un modo evolucionista más gradual. Las logias que fundó, más que talleres masónicos,
fueron verdaderas academias, en las cuales se debatían los problemas sociales más
intrincados, pero siempre dentro de un estricto espíritu masónico60.

Resulta lógico pensar que la intranquilidad de los patriotas orientales y camagüeyanos, se


oponía a este método evolucionista. Su resultado fue la creación de un movimiento
conspirativo, el cual, a pesar de ser conocido en la dirección del GOCA en La Habana, no
involucró de forma directa al doctor Castro. Otro elemento de peso también fue el nivel de
radicalidad que deseaban imprimirle al movimiento independentista los principales líderes
del oriente del país. Las condiciones económicas existentes al este y centro de la Isla,
estaban mucho más deterioradas que las del Occidente cubano. Para los principales líderes
orientales y camagüeyanos, la abolición de la esclavitud era un paso lógico en el proceso,
pero para el residente habanero, la idea no resultaba tan clara.

En Agosto de 1867 tuvo lugar el viaje de Pedro “Perucho” Figueredo a La Habana 61 con el
objetivo de solicitar la ayuda de Vicente Antonio de Castro y Bermúdez. Pese a la
intención, estos no se lograron reunir, y Figueredo decidió comunicar al grupo conspirativo
oriental que su proyecto gestado en las logias del GOCA, no tendría el apoyo de la
dirección masónica superior. El día que estalla el movimiento revolucionario conocido
como Grito de Demajagua o Grito de Yara, el 10 de octubre de 1868, se disolvía en La
Habana el Gran Oriente de Cuba y las Antillas. Poco después, el 12 de mayo de 1869,
moría su creador, Vicente Antonio de Castro.

A lo hora de estudiar el ideal independentista masón, en su esencia más pura, no hay mejor
sitio que lo refleje que las liturgias elaboradas por Vicente Antonio de Castro para el
GOCA. Sus contenidos y enseñanzas ejemplifican el modelo de nación y de hombres que
se destinaba a formar.

60
Ibídem.
61
Torres Cuevas, Eduardo. Op. Cit., p.128.

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