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Introducción
La comunión de los santos, para muchos hermanos separados es idolatría, para nosotros
“los Santos” somos todos los que entramos a formar parte de la “familia de Dios” aun
estemos en la tierra, o estemos con Dios en el cielo. Muy poco comprenden los
hermanos separados sobre esta doctrina, y más aun cuando ven las actitudes que muchos
católicos ignorantes toman hacia los santos que tenemos en un pedestal en nuestras
Iglesias, actitudes reprobadas por la Iglesia misma.
La comunión de los santos, es nada menos que la misma Iglesia viviente, el cuerpo de
Cristo. La comunión de los santos es la unión mutua de todos los que formamos parte de
la Iglesia de Cristo, todos formamos parte de ese cuerpo de Cristo (1 Co 12,27), pero no
todos tenemos los mismos dones ni carismas (1 Co 12,14-20), es por eso necesaria la
común unión del pueblo de Dios, a quien se le llama en la Biblia: “Los Santos”. El libro
de los hechos, nos narra como la Iglesia primitiva vivía en una comunión mutua.
La Iglesia como una familia, vive en unidad aunque seamos muchos miembros, todos
los que formamos parte de esa unidad somos una familia de Dios.
Ef 2,19… No sois extranjeros ni forasteros, sino ciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios…
Ef 3,15… doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro señor Jesucristo, de quien toma
nombre toda familia en el cielo y en la tierra…
Como vemos, esta familia de Dios, no es sólo una familia terrestre, sino una familia
que está en la presencia de Dios en el cielo, los hermanos separados nos muestran los
siguientes textos para decir que es pecado estar en comunión con los que se han ido:
Ec 9,5… por que los muertos nada saben, ni tienen mas paga…
Para nosotros y para Jesús, los que están con Dios están más vivos que nosotros por el
simple hecho de estar con Dios, pues Dios es Dios de vivos, no de muertos.
Muchos hermanos creen que mucha gente se está quemando viva en el infierno por no
ser evangélica, pentecostal o bautista, entonces, si están vivos en el infierno ¿Por qué no
han de estar vivos en el cielo? La Biblia (en concreto el nuevo testamento) nos habla de
que “el sepulcro” o “el ceno de Abraham” no es un lugar de muertos, sino de vivos que
están padeciendo o gozando.
Mt 22,31-32… ¿No habéis leído lo que fue dicho por Dios cuando afirmó: Yo soy el
Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino
de vivos.
Mc 12,27… Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos, así que vosotros mucho
erráis.
Lc 20,38… Dios es el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, por que Dios no es Dios de
muertos, sino de vivos, pues para él todos viven…
Fil 1,23… deseo partir y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor...
Ap 6,10… ¿hasta cuando Señor santo y verdadero, vas a vengar nuestra sangre de los
que habitan en la tierra?
1 Ped 3,19-20... Y en espíritu fue y predicó a los muertos encarcelados, los que en otro
tiempo desobedecieron…
1 Ped 4,6... También ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean
juzgados…
Mc 9,4… y vieron a Elías y a Moisés, que hablaban con Jesús…
No ocupamos más Biblia para afirmar que la creencia Judía sobre la muerte en
inconciencia y que el hombre es alma, vino a ser cambiada por una nueva revelación.
Ahora Jesús nos enseña que los que hoy se han ido de este mundo, están en el cielo, o
en el infierno, no dormidos sin saber nada, sino concientes.
El rico de Lc 16, no parece nada dormido entre tormentos. ¿Para qué quería ir san
Pablo con Cristo a estar dormido? Claro está que quería estar en el gozo del cielo (Fil
1,21-23). Los mártires que piden justicia (Ap 6,10) no parecen nada dormidos, un
dormido no puede estar pidiendo justicia. Tampoco Jesús fue a predicar a los muertos si
hubiesen estado dormidos (1 Ped 3,19-20), no me imagino a Jesús hablando como
perico a alguien a quien no lo va a escuchar. Mucho menos podemos decir que Moisés y
Elías estaban dormidos y platicando con Jesús (Mc 9,4). No hay motivos para decir que
los vivos en el cielo nada saben de nosotros, pues al estar con Dios, se acabó el tiempo,
se acabó el espacio, pero no se acabó la vida.
2 Co 1, 9-11… para ello contamos con vuestras oraciones a nuestro favor, así, siendo
muchos los que interceden por nosotros, también serán muchos los que dan gracias
por el don concedido a nosotros…
Rm 15,30... Os ruego hermanos, por vuestro Señor Jesucristo y por el amor del
Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios…
2 Tes 1,11... Por esta razón oramos siempre por vosotros, para que Dios os tenga por
dignos de su llamamiento...
1 Tim 2,1-2. Exhorto ante todo, que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y
acciones de gracias por todos los hombres...
Hch 12,5… Pedro estaba encerrado en la cárcel, mientras que toda la Iglesia, hacia sin
cesar oración por él…
Dice san Pablo que son muchos los intercesores ¿Cuál es la contradicción con nuestro
único mediador? La palabra mal utilizada es la contradicción bíblica que han encontrado
nuestros hermanos separados, solo ellos encuentran contradicciones de la palabra de
Dios. No podríamos imaginarnos que las oraciones por Pedro (Hch 12,5) sean inútiles,
pues si hubiera un solo intercesor (mediador para los hermanos separados) la Iglesia no
tendría que interceder por Pedro. Por eso es bueno presentar nuestras oraciones a Dios
por otros hermanos, y mas poderosa sería nuestra oración si estuviéramos delante de
Dios sentado en su trono. Tal como nos lo narra el Apocalipsis, las oraciones de la
Iglesia, son escuchadas también por la intercesión de los que están en el cielo.
Ap 5,8… los veinticuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron
delante del Cordero, todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, estas son las
oraciones de los santos…
Ap 8,3… otro ángel se paró ante el altar, con un incensario de oro, y le dio mucho
incienso para añadirlo a las oraciones de los santos sobre el altar de oro que estaba
delante del trono, el humo del incienso con las oraciones de los santos subió de la mano
del ángel a la presencia de Dios…
Muchos hermanos dicen que el libro del Apocalipsis es un libro profético, nadie niega
que lo sea, pero no es un libro que deba ocurrir en nuestro tiempo pues estamos a 20
siglos después de que se escribió y por lo tanto ya se cumplió según Ap 1,3 y Ap 22,10.
Aunque sea un libro escatológico da muestras de una realidad de lo que pasa en la
presencia de Dios. Y como vemos, también los ángeles pueden interceder por nosotros.
No podemos imaginarnos a Jesús como a un cartero que lleva nuestras oraciones al
Padre, tampoco como alguien arrodillado ante el Padre pidiendo por nosotros y nuestras
necesidades.
Jesús es Dios, y está sentado a la derecha de Dios Padre (Mc 16,19) (Mt 22,44) (Mt
26,64) (Col 3,1), los intercesores somos todos los que formamos parte de la familia de
Dios.
Me resultó muy interesante como una persona que me comentaba en contra de la
comunión de los santos, entendió con este ejemplo cuando le dije: - tú sabes que tu
pastor se preocupa mucho por ustedes y porque estén bien todos los de la congregación
¿no es cierto?
Si en el antiguo testamento Dios concedía algo por la intercesión una persona con una
vida honrosa, también aun muerta ¿Cuánto mas no puede Dios conceder algo por la
intercesión de una persona que haya vivido el evangelio en plenitud, y se haya
santificado por la sangre de nuestro Señor Jesucristo y por el Espíritu Santo?
Como vemos, no hay razones para pensar que es pecado de idolatría pedir la intercesión
de alguien.
No sabemos si nos escuchan o no, pero lo que si tenemos la seguridad, es que como una
familia de Dios, estamos en unión, y tal como nos lo narra el Apocalipsis, hay gente que
se ha ido de este mundo y está delante de Dios, y en Dios, no hay tiempo, no hay
espacio, ni idiomas, ni nada que llegue ante Dios (nuestras oraciones) está oculto para
los que viven con él allá en el cielo.
Un hermano me comentaba que: - el pedir la intercesión de los santos era lo más tonto
que podíamos hacer, porque hay muchos santos a los que le pedimos que no hablaron
nuestro idioma. Que barbaridad, me da cansancio de solo imaginarme que los que están
en el cielo no se pueden comunicar entre ellos hasta que aprendan a comunicarse en una
“escuela celestial de idiomas”. Lo que si sería tonto es pensar que allá arriba sigamos
con la limitación de los idiomas como en una torre de babel, Jesús dijo que allá (y
después de la resurrección) vamos a ser como los ángeles de Dios (Lc 20,36), y no
creemos que exista en la presencia de Dios, alguna limitación de este tipo. Hay que leer
la Biblia de manera espiritual y no carnal.
Los hermanos separados, sacando de contexto Fil 1,23-26 dicen que san Pablo no podía
hacer nada después de muerto, pero eso no es lo que quiere decir el texto, pues hablando
de la obra de la evangelización (v 22) y el pastoreo de la Iglesia de los filipenses (v 27),
no creemos tampoco que alguien que se fue con Dios siga predicando el evangelio y
pastoreando Iglesias.
Los hermanos que están en el cielo, no están acongojados pidiendo con nosotros, ellos
están felices pero con la mejor disposición de ayudar a los que todavía luchamos en la
tierra, una de sus mejores ayudas es el ejemplo de vida que nos han dejado, y el
testimonio de verdadera santidad que viene de Dios.
Ejemplos a seguir
Mt 5,48... Sed perfectos, porque vuestro Padre que está en los cielos es perfecto…
1 Ped 1,15… así como aquel que nos llamó, es Santo, sed también vosotros santos en
toda vuestra manera de vivir. Porque escrito está: Sed santos por que yo soy Santo…
La santidad constituye la misma esencia de Dios, pues todo en él es bueno, y solo él es
verdaderamente Santo. El llamado a alcanzar la santidad, parece ser imposible sobre
todo si queremos alcanzar la santidad perfecta de Jesús como hombre. Es por eso que la
Iglesia hace un reconocimiento y rinde homenaje a los hermanos que han hecho méritos
para imitar a Jesús con la gracia de él mismo.
No podemos alcanzar la santidad de Jesús, pero si la santidad de estos hermanos que la
Iglesia nos pone como ejemplos. Una gran nube de testigos que han hecho todo por
Cristo y cortado con el pecado en su vida, unos prefirieron morir antes que ofender a
Dios.
Hb 12,1. Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro, tan gran nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado...
Esta nube de testigos, (aunque haya muchos sin ser reconocidos) es una inspiración
para luchar por la santidad a la que estamos llamados todos los cristianos. Esta santidad
que han demostrado esos hermanos, pasa a confirmar la santidad de la Iglesia Católica
(Ef 5,25-27), y no porque todos los católicos seamos unos beatos, sino porque Jesús su
fundador, es Santo. Así santificados ellos, tenemos a unos buenos imitadores de Cristo.
1 Tes 1,6. Vosotros vinisteis a ser imitadores nuestros y del Señor, recibiendo la
palabra en medio de gran tribulación, con el gozo que da el Espíritu Santo…
Estos hermanos que están con Dios, piden por nosotros, y nosotros pedimos que unan
sus oraciones a las de nosotros, pues ellos aun después de irse de este mundo, siguen
perteneciendo a la Familia de Dios.
Todos tenemos admiración por alguien, todos los seres humanos hemos sentido
admiración por alguien que no es Dios: un amigo, un hermano, nuestros padres, un
deportista, un artista, un político, un escritor, o algún líder religioso aunque no sea de
nuestras creencias, y ninguna admiración hacia alguien va en contra de Dios, pues como
hermanos nos debemos amor y respeto mutuos (1 Jn 4,21).
Entre nosotros los católicos, existe la expresión de que la mayoría tenemos a algún
“santo de nuestra devoción” la devoción no es otra cosa que una admiración especial,
no es de ninguna manera pecaminoso admirar sus virtudes y mucho menos imitarlas,
pues hay santos que han tenido algunas virtudes, y otros que tuvieron otras, como por
ejemplo:
San Benito Abad (siglo VI) que tuvo una gran virtud de
autodominio de su carne, y dominio sobre el demonio.
San Francisco de Asís (siglo XII) que tuvo especial amor por la
creación de Dios.
Santa Eduviges (siglo XVI) que tuvo especial amor por los presos
y pobres, y tenia el don de resucitar muertos.
San Nicolás de Bari (siglo IV) quien fue especial amoroso de los
niños, y ayudó a mucha gente pobre, Dios también le dio el don de
resucitar muertos, especialmente niños.
Estos solo por dar ejemplo, no tuvieron las mismas virtudes, es por eso, que muchos
santos son nombrados “patrones” de algo en especial sin quitar nada al Patrón de
patrones que es Jesucristo.
Ahora bien ¿Cuál es o donde está el error en esto? En ningún lado, sino que lo erróneo
y pecador es pensar más de eso, por ejemplo:
Dentro de los templos católicos he llegado a tirar a la basura muchos folletos de oración
en cadena (comúnmente a San Judas y a María) por cada templo. Folletos que faltan a la
trascendencia de Dios solo por el hecho de decir que haciendo la cadena y “Aun sin fe se
cumple” tu petición.
Las personas que se dedican a perturbar a los católicos desesperados cometen uno de
los pecados mas graves haciéndoles creer que si no cumplen con la cadena, pueden
acarrear mas desgracia de la que puedan traer.
Debe desecharse de inmediato, y no solo desecharse, sino tomar todos los folletos y
tirarlos a la basura, y si somos un poco mas comprometidos con la Iglesia y la fe de
nuestros hermanos, también averiguar quien es el que trae para advertir sobre la falta de
confianza en Dios que crean estas “cadenas de oración”.
Ahora bien, hay un gran numero de católicos que por ignorancia han caído en la cuenta
de que la comunión de los santos es parecida a la santería (La gente que se dedica al
esoterismo se ha aprovechado de la ignorancia del pueblo para hacerles creer que los
santos debido a sus patronatos, tienen poderes especiales), y llegan a hacer sus practicas
dentro y fuera de la Iglesia, tales como:
La Iglesia enseña que los santos son nuestros hermanos, no hombres elevados a dioses
como la creencia de la Iglesia mormona.
Creer en el santo antes que poner la confianza en Dios, es idolatría, creer que por la
intercesión del santo vamos a salvarnos, es quitar los meritos de la redención y
salvación que solo Jesucristo nos puede dar.
Está claro que los santos piden por nosotros, pero ellos no pueden limpiarnos de
nuestros pecados, y por lo tanto, no pueden darnos la salvación.
Hay una pregunta que surge a muchísimos hermanos católicos: ¿Cómo orar a los
santos?
Te pedimos Dios, nos ayudes a imitar la mansedumbre y autodominio de san Benito, tu
siervo. Nos des discernimiento entre lo que está bien, y lo que está mal, y te pedimos
que por su intercesión nos concedas (algún favor), tu que vives y reinas, por los siglos
de los siglos. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amen
Esta oración, aunque resumida, es una manera correcta de orar a los hermanos que
están en el cielo, toda oración debe llevar: humildad, gloria a Dios, y enmienda de que
vamos a imitar las virtudes del santo, de lo contrario es una oración estéril.
Deben rechazarse todo modelo de oración que diga, o pretenda y no diga lo siguiente:
La Iglesia nunca ha enseñado que los santos sean salvadores nuestros, ni nos ha
enseñado que los santos nos consiguen el perdón de los pecados, a ningún santo se le
pide eso, pues así como tenemos un sólo mediador por nuestros pecados, así mismo
tenemos un solo salvador nuestro, cuando oramos a los santos nunca pedimos
misericordia ni perdon, sino que ore por nosotros ante Dios, quien es nuestro juez y
abogado, y el único que pagará nuestras deudas.
Jn 14,6… Yo Soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí…
Hch 4,12…Por que no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres por el que
podamos ser salvos.
Muchos hermanos separados se preguntan: - Si todos somos parte de los santos ¿Por
qué razón la Iglesia Católica proclama que algunos son santos?
La canonización de los santos por parte de la Iglesia antes que nada tenemos que
aclarar que no tiene propósito alguno de quitar gloria a Dios, ni compararlos con
Jesucristo quien es el Santo de Dios (Mc 1,24) y plenitud de todas las virtudes, sino que
estos hermanos glorifican a Dios por su santidad, confirmando que al Dios que
siguieron, es Santo.
La Iglesia reconoce a santos como todos los miembros de la Iglesia (1 Co 14,33), así
seamos los más pecadores, somos parte del pueblo de Dios, a quien se llama santos,
pero la Iglesia hace un reconocimiento especial de esos miembros de la Iglesia que han
llevado una vida recta con todas las cualidades de la santidad.
Nadie puede negar que san Pablo era pecador, pero después de conocer a Cristo fue un
hombre que practicó la santidad y por eso lo llamamos “san”, así podemos decir lo
mismo que el apóstol Juan, Mateo, etc. pero no solo personajes bíblicos, ha habido a
través de los años, cristianos que amaron mucho a Dios, así sean laicos o dedicados al
servicio de la Iglesia y por su amor a Dios les hemos reconocido como ejemplos a
seguir y les hemos puesto el prefijo de “san”.
La Iglesia no hace santos, la iglesia los declara santos porque anduvieron muy cerca de
Dios, quien es Todo Santo. La Iglesia no declara que tal o cual persona vivió en
santidad para hacerla competir con Cristo, nadie compite con la santidad de Cristo, sino
que Cristo es glorificado con la santidad de estos hermanos proclamados, pues ¿Que
mejor honra podría tener el Todo Santo que alguien le haya imitado? Jesús nos invitó a
seguirle y a ser santos (Mt 5,48) ¿Por qué perder esa oportunidad?
En la Iglesia primitiva abundó el fervor por los hombres de la Iglesia que mostraban
mucha santidad, sobre todo cuando eran martirizados. Hay testimonios de sus
invocaciones pidiendo intercesión, y también de procesiones con sus restos, como pasó
con los restos de san Ignacio de Antioquia, que tuvo lugar desde su martirio (Roma)
hasta Antioquia. En las catacumbas de la Iglesia primitiva se ven decenas de
inscripciones con plegarias por el alma del cristiano muerto, inclusive hay unas que
piden la intercesión de María y de algunos cristianos.
Policarpo de Esmirna antes de ser martirizado aparte de invocar a Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo, invocó a los Ángeles y a los santos mártires, según Eusebio de Cesárea
en su primera narración de los acontecimientos de la Iglesia, a los mártires se les daba
tributo, honores y culto de homenaje, no adoración, algo que creían los judíos de ese
tiempo, es decir, los judíos creían que homenajear a un mártir era darle adoración como
a Cristo “Historia Eclesiástica I”.
“(Policarpo) Finalmente terminó su oración, no sin antes mencionar a todos los que
durante su vida habían tenido trato con él, de los humildes al igual que de los grandes,
de ilustres lo mismo que de los sencillos, así como de toda la iglesia universal
extendida por todo el mundo… pero el maligno, dispuso las cosas de manera que no
pudiéramos llevarnos el cuerpo (de Policarpo) aunque muchos eran los deseosos de
apoderarse de su santo cuerpo. En Efecto, Nicetas (un Judío) fue a rogar al emperador
para que no se nos diera el cuerpo, diciendo: no valla a ser que abandonen a su Dios
crucificado y adoren a este… ignoraba que nosotros jamás podemos abandonar a
Cristo, que padeció por la salvación del mundo entero de los que se salvan, él inocente,
por nosotros pecadores, ni jamás daremos culto a ningún otro. Porque a él adoramos
por ser hijo de Dios, mientras que a los mártires les tributamos un justo homenaje de
afecto por ser discípulos imitadores del Señor… así pues, se hizo quemar el cadáver y
nosotros nos llevamos sus restos, mas valiosos que las piedras preciosas y el oro, y los
llevamos a un lugar adecuado. Allí nos concederá el Señor celebrar el natalicio de su
martirio, reuniéndonos todos cuantos nos sea posible con júbilo y alegría”.
San Cipriano, obispo de Cartago, año 250 aprox. “De Lapsis”
15-17… Ciertamente creemos que por los meritos de los mártires y las obras de los
justos tienen mucho poder delante de este juez (Jesucristo)…
Conclusión
Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si dijera el pie:
«Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Y
si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo
por eso? Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿dónde el
olfato? Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Si
todo fuera un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo? Ahora bien, muchos son los
miembros, mas uno el cuerpo. 1 Cor. 12,13-20
Dios ha creado una comunión de personas y cada cual tiene su lugar en la gran comunión que
es la Iglesia. A Dios le place que nos ayudemos unos a otros, que seamos hermanos, es más,
nos lo ordena.
La enseñanza sobre la unidad del Cuerpo es muy importante para comprender nuestra
vocación cristiana en que cada uno debe servir a los demás pues somos uno. Dios ha querido
hacernos uno en El y llamarnos a participar en su obra redentora. Dios como Padre se
complace en nuestra colaboración.
Para entender pensemos en una familia. ¿Si los hermanos se ayudan unos a otros, acaso eso
ofende la autoridad del padre?. Hay que entender que TODO viene de Dios, aún la gracia
necesaria para orar por otros.
En el Cuerpo Místico todos están unidos a Cristo y con Su poder se ayudan mutuamente.
y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la
vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2,20)
Cuando San Pablo u otro santo predica, sana, hace milagros, solo puede ser por la única
mediación de Cristo que vive en EL.
Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En
nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! ( II Corintios 5,20)
Como Cuerpo Místico, participamos en la vida y la obra de Cristo: Es cierto que Cristo es
el único juez, el único pastor, el único rey, el único mediador, pero los cristianos también
son todo eso EN EL:
1- Jesucristo es el único juez supremo y los cristianos serán jueces en el cielo. (Cf. Mat.
19,28; Lucas 22,30; 1 Cor. 6,2-3).
2-Jesús es el único Pastor (Cf. Juan 10,16) y establece pastores (Cf. Juan 21,15-17; Ef 4,11)
3-Jesús es el único Rey y nosotros Reinaremos con EL: (Cf. Apocalipsis 4,4, 10).
Jesús enseña que los suyos son mediadores para que otros crean y sean uno:
"No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en
mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en
nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me
diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean
perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos
como me has amado a mí" (Juan 17,20-23)
Repetimos, no se trata de otra mediación sino la única de Jesús que se manifiesta en los
santos gracias a que son uno con El y forman Su Cuerpo Místico.
Hemos dicho que solo podemos interceder en cuanto estamos unidos a Cristo. Pues bien, si
entendemos que en el cielo los santos están mas perfectamente unidos a Cristo, también
entenderemos que en el cielo la intercesión por nosotros es mucho mas poderosa.
Los santos del cielo no están desconectados de nosotros sino que nos asisten, aun mejor que
nos asistimos unos a otros en la tierra. En el cielo todo es amor, la Iglesia es triunfante en
Cristo. Todos los que están en el cielo son santos, pero algunos son muy conocidos en la tierra
porque la Iglesia los ha señalado por su santidad extraordinaria, mas que nadie a la Virgen
Santísima siendo la Madre de Dios y madre nuestra. Es por eso que desde los comienzos del
cristianismo se le invocara como poderosa intercesora.
Cuando recurrimos a la Virgen María o a los santos y decimos que nos hizo un milagro, se
entiende que es con el poder de Dios. Si un amigo en la tierra nos consigue un favor, le damos
gracias y podemos decir: “fulano me hizo tal favor”. Sabemos, claro esta, que lo puede hacer
gracias a Dios. Igualmente si pedimos la intersección de un santo, podemos decir: San
Francisco me concedió tal cosa. Ciertamente es importante recordarlo mas a menudo:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡TODO VIENE DE DIOS!!!!!!!.
San Pablo nos hace concientes de que estamos en comunión con los santos:
"Vosotros, en cambio, os habéis acercado al Monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén
celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos
inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya
a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora
de una sangre que habla mejor que la de Abel" ( Hebreos 12,22-24)
"Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos,
sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se
nos propone" (Hebreos 12,1)
También:
"Vino un ángel con un incensario de oro, y se puso junto al altar. Le entregaron muchos
perfumes, para que aromatizara las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro
situado delante del trono. Y por manos del ángel subió a la presencia de Dios el humo de los
perfumes, junto con las oraciones de los santos" Ap 8,3-4 (Ver también Ap 5,8)
Los santos piden por los hombres en la tierra, que se haga justicia: (Cf. Ap. 6,9; 18,18-20)
Santiago 5,16 enseña: " Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por
los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder." Si
aceptamos que los santos en el cielo son justos, y lo son más que nosotros, entonces este
pasaje también aplica a ellos.
No hay contradicción entre acercarse a Jesús y a sus santos. Somos familia de Dios EN
CRISTO. Las oraciones de los santos que son recibidas sobre el altar son posibles porque los
santos participan de la mediación única de Cristo.
La intercesión de los santos NO remplaza ni compite con la oración directa a Dios, mas bien le
da mas fuerza por la comunión de amor con que se hace. Igualmente, nuestro amor a relación
con Dios debe dar frutos de amor y servicio hacia los hermanos. Es cuestión de poner las
cosas en su lugar: Jesucristo es el único mediador; todos los santos son de Cristo y, unidos a
EL, colaboran en su mediación para extender su reino.
De nuestro Correo:
RESPUESTA
Querido hermano: NADIE sobra en el plan de Dios. Tampoco sobra tu suegro.
Obviamente no debe tomar el lugar de tu novia, pero no sobra. Si la amas a ella vas a tener
que relacionarte con el porque es parte de la familia. Igualmente en la familia que es la Iglesia.
Es cierto que Jesús dijo: "nadie va al Padre si no por mi". Sin embargo eso no quita que enviara
a los apóstoles a evangelizar.
Pues bien, Dios es Padre y quiso formarse una familia. Jesus es el UNICO salvador, pero EN
EL todos somos hermanos y Dios quiere que nos ayudemos. Mira como desde el principio
Pedro y Pablo evangelizaron y cuidaron de los cristianos. Dios podría haber hecho el trabajo
directamente PERO ha querido valerse de sus siervos.
Otro ejemplo: Tu novia es hija de Dios. Su relación primordial en su vida debe ser Jesus y NO
TU. ¿Quiere decir por eso que tu sobras? Piénsalo
Es a todas luces evidente que Dios no reconoce a ningún otro mediador o intercesor que
Jesucristo pues así lo enseña la Biblia:
"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el
cual se dio a sí mismo en rescate por todos".(1ª Timoteo 2,5)
"Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios,
retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Heb 4,14)
No dice "acérquense con mis delegados y díganles que me insistan mucho para ver si puedo
atenderles"
¿Qué dicen los católicos en torno a estos versículos?, (porque son una piedra en el zapato
para los que defienden a la multitud de intercesores innecesarios)
Respuesta:
Los versículos a que usted se refiere no son piedra en el zapato. Tan solo hace falta
entenderlos correctamente a la luz de la misma Biblia. Le refiero a mi artículo (arriba).
RESPUESTA
Comparto vuestra esperanza por la unidad de los cristianos, a la cual debemos
comprometernos con oración, honestidad y caridad ya que Jesús así lo desea (Cf. Jn17). Creo
que nuestro diálogo es un buen paso en esa dirección. Hemos visto que la doctrina católica
enseña que hay un solo mediador: Jesucristo. Hemos que, como Cuerpo de Cristo, los santos
participan de esa mediación. Los santos no le quitan a Jesús, al contrario, proclaman su gloria,
como lo hace en otro grado toda la creación.
Dios quiere la cooperación en el amor. Podemos y debemos ayudarnos unos a otros hacia la
salvación como lo hizo San Pablo y los otros grandes de la Biblia. En 1 Tim 2,6-7, San Pablo
nos escribe que Jesus se dio como rescate, por lo que el (Pablo) es ordenado predicador y
apóstol. Vemos pues que la mediación de Cristo actúa en Pablo el poder de mediación, siendo
el ahora capaz de predicar y llevar a otros a la salvación NO POR SI MISMO SINO POR
ESTAR EL UNIDO A CRISTO QUIEN ACTUA EN EL.
La Biblia nos enseña que el quiso formarse un pueblo santo, no de esclavos sino de hijos que
tienen PARTICIPACIÓN en su mision de llevar a los hombres a la salvación. NADA podrían
hacer los hijos fuera de la UNIDAD con el UNICO HIJO natural que es Cristo. Nosotros somos
adoptados, pero verdaderamente participantes de la filiación divina gracias a Cristo.
Entonces, la enseñanza y el testimonio de Pablo concuerdan en que hay un solo mediador:
Cristo y que los santos participan de esa mediación con su vida y sus obras, que son las de
Cristo. Solo los que estan UNIDOS a EL pueden mediar ante el Padre, pero no por autonomia
propia sino precisamente en virtud de estar unidos a Cristo, el único mediador. Es decir los que
somos de Cristo ya no vivimos nosotros sino que es Cristo quien vive en nosotros, quien actua
en nosotros su gracia. Esta es la vision de ser cuerpo de Cristo, verdaderamente uno en el, ser
Iglesia santa porque estamos unidos a la cabeza: Cristo, sin la cual nada podemos hacer ni
mediar.
Le honro por su apertura al ser capaz de reconocer que ambos deseamos ser fieles a la
verdad. Ese es un paso muy importante hacia la union entre los cristianos, en el respeto y el
amor en Cristo.
Dios le bendiga.