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"La masonería nació en la época de la Ilustración.

En aquel
momento, fue un paso correcto: no hablar públicamente sobre
ciertas cosas y mantener un estrecho círculo interno. De hecho,
la difusión de ideas revolucionarias, como la libertad, la
igualdad y la abolición de la servidumbre, no las apoyaban ni la
iglesia ni los gobernantes", explicó.

Primero se unieron a los albañiles los representantes del Tercer


Estado y la nobleza, comentó Doderer. Luego vinieron los
pensadores y los artistas. Los más famosos de ellos en el territorio
de habla alemana fueron Mozart y Goethe. "Pertenecer a este
círculo era un signo de algún tipo de exclusividad", señaló el
interlocutor de la agencia.

Historia del Rito Francés en la


Masonería
Los ojos de Hipatia Ene 15th, 2018 0 Comentarios
Por Eduardo Montagut Contreras. Doctor en Historia Moderna y
Contemporánea

El Rito es el conjunto de ceremonias que organizan el trabajo en una logia


masónica, pero también el trabajo personal e interno de todo masón. Existen
diversidad de Ritos. La Masonería es una Orden iniciática con grados y
símbolos. El Rito trata de todo esto. En este artículo nos acercaremos a uno de
ellos, el Rito Francés, planteando su génesis y evolución desde el siglo XVIII
hasta la actualidad. El Rito, como la Masonería, no son ajenos al devenir
histórico, por lo que el estudio de ambos no puede desligarse de lo que ocurría
y ocurre fuera de las logias.

Para entender la creación del Rito francés debemos acudir a la Historia de la


relación entre los masones de un lado y otro del Canal de la Mancha en el
siglo XVIII, aunque la presencia de masones ingleses en Francia se remonta,
en realidad, al último tercio del siglo anterior. Se trataba de militares vinculados
a la causa jacobita, es decir, de los Estuardos. La Revolución inglesa de 1688
había desposeído del trono de Inglaterra al rey Jacobo II. Muchos exiliados
de esta causa crearon logias en Francia. Posteriormente, en las primeras
décadas del siglo XVIII con el definitivo asentamiento de la Casa de Hannover
en Inglaterra, y el desenlace de las revueltas jacobitas, más masones cruzaron
el Canal de la Mancha. Se multiplicaron las logias con ingleses, pero que
también admitieron a franceses. En este contexto aparece la figura de un
personaje excéntrico y aventurero, Philip Wharton, duque de Wharton que,
además de sus peripecias vitales y amor al juego, sirvió al pretendiente
Estuardo. Pues bien, tradicionalmente se ha considerado como el fundador en
1728 de la Gran Logia de Francia, de la que habría sido su primer Gran
Maestro, pero una serie de historiadores franceses considera que, en realidad,
habría que avanzar diez años con la elección del duque de Antin como Gran
Maestre general y perpetuo de los masones en el reino de Francia.
Precisamente, este noble se había iniciado con el duque de Richmond en una
logia parisina. En realidad, hay cierta polémica sobre estas fechas
fundacionales, y la relación entre la estructuras masónicas inglesas y francesas
en estas décadas centrales del siglo XVIII, debido al eterno problema de las
fuentes cuando se trabaja en la Historia de la Masonería.

En 1773 se creaba el Gran Oriente de Francia. Su fundador fue el duque de


Montmorency-Luxembourg. En este momento la Masonería francesa vivía en
vísperas de la Revolución un intenso debate interno entre la centralización y el
cosmopolitismo, y sobre cómo organizarse en las logias, siendo importante la
polémica sobre la elección de los cargos, habida cuenta de la existencia de
dignidades y oficios heredados, como lo que ocurría en muchas instituciones
propias del Antiguo Régimen, y también sobre determinadas prácticas que
nada tenían que ver con la igualdad entre los hermanos, y que pueden ser
caracterizadas como marcadamente estamentales. Por fin, Napoleón
intervendrá en este proceso obligando a la unificación masónica en 1799,
aunque no fuera perfecta, ya que algunas logias no aceptaron este proceso.

En este contexto era lógico que la Masonería francesa desarrollara un vivo


interés por estudiar la cuestión del Rito, ya que existía una evidente la
dispersión sobre lo que se practicaba en las logias. Se transmitía por vía oral y
a través de las anotaciones de muchos hermanos, pero estos dos métodos no
parecían los más adecuados para mantener una cierta unidad, generándose
interpretaciones y desviaciones en función de los gustos de las distintas logias.
Este interés por el Rito comenzaría en 1773. En esta época trabajaron
interesantes masones, destacando la figura de Jean Jacques Bacon de la
Chevaliere, preocupado por intentar tender puentes con la rama francesa de la
Estricta Observancia Templaria, un Rito masónico de mediados del siglo
XVIII, creado por el barón Karl Gotthelf Von Hund, pero que no culminó con
éxito. Por su parte, también hay que nombrar al marqués de Savalette de
Langes, que, además de su intenso protagonismo en la Masonería, fue en
1782 primer supervisor de la Cámara de Grados.

Alexandre Roëttiers de Montaleau


En 1781, en la decimosexta Asamblea de las tres Cámaras reunidas, Cámara
de Administración, Cámara de París y Cámara de Provincias, se planteó la
cuestión de los Grados simbólicos. Lalande presentó un proyecto para el Grado
de Aprendiz. En ese momento adquiría un evidente protagonismo Alexandre
Roëttiers de Montaleau porque fue el encargado del trabajo de establecer un
Rito unificado. Montaleau fue un medallista y grabador fundamental en la
Francia de la segunda mitad del siglo XVIII, director de la Moneda de París en
tiempos de la Revolución, y un personaje de primera magnitud en la Historia de
la Masonería. Su vinculación con la Orden fue exhaustiva, siendo uno de los
hermanos que consiguió que no naufragara en tiempos de la Revolución.

En la Asamblea del 24 de junio de 1784 el grupo coordinado por Roëttiers de


Montaleau presentó un proyecto de los tres Grados. Pero el proceso de
creación del Rito fue complicado porque se produjeron tensiones entre la
Cámara de París y la de las Provincias, además de que, en aras de la
autonomía, había logias que querían mantener sus peculiaridades. En julio de
1785 se vota y aprueba el Cuaderno del Grado de Aprendiz. En 1786 el trabajo
se termina.

El texto se entregaría a las Logias en transcripciones manuscritas con la orden


de que se siguiera; al parecer, se entregaban cuatro copias, tres para el
Venerable, dos para los dos Vigilantes, y una cuarta para el Arquitecto-
preparador. La violencia e inestabilidad de la Revolución no favoreció el
asentamiento del Rito, y el propio Gran Oriente de Francia sufrió una época
difícil entre 1793 y 1796, en tiempos del Terror. En 1801, el texto se imprimió
en ese contexto de unidad napoleónica, el Régulateur du Maçon, la referencia
del Gran Oriente de Francia, en un momento de renacimiento de la Masonería
en Francia. El Régulateur establecía que la Masonería pretendía hacer a los
hombres virtuosos y unirlos por una profunda amistad, además de defender
una vida en igualdad, como hermanos. Era toda una declaración de evidente
espíritu ilustrado, superador de las prácticas viciadas del Antiguo Régimen. El
Régulateur favoreció, indudablemente, el desarrollo de la Masonería. En todo
caso, aún no era conocido como el Rito Francés.

El Régulateur funcionó hasta 1858 cuando el Gran Oriente de Francia revisó el


Rito. En ese momento, aparece el Ritual Murat, en alusión al Gran Maestro
que encargó el trabajo. La gran diferencia con el anterior tiene que ver con la
religión, ya que se estableció que todo masón debía creer en Dios y en la
inmortalidad del alma, aunque se define la Masonería como “filantrópica,
filosófica y progresista”. Recordemos que nos encontramos en pleno Segundo
Imperio, y se produce una clara influencia conservadora. Siempre hemos
creído en la necesidad de vincular la Historia de la Masonería con la más
general por sus influencias mutuas. Lo hemos visto en la época ilustrada en la
que se pretende establecer la igualdad y un orden común, y en la napoleónica
con el interés imperial en la unidad y la fijación del Rito, como ahora con el
conservadurismo social y político de la Francia de Napoleón III. Por fin, según
el Ritual Murat, los masones deberían estudiar la moral universal, las artes y
ciencias, y practicar las virtudes.

Cuando el Gran Oriente de Francia eliminó en el Convento de 1877 la


obligatoriedad de la dedicatoria de los Trabajos a la Gloria del Gran
Arquitecto del Universo, así como la obligatoriedad en la creencia en Dios y
en la inmortalidad del alma para poder ser iniciado, en los iniciales momentos
de la todavía inestable III República Francesa, hubo que adaptar, lógicamente,
el Rito. Dos años después, el Gran Colegio de Ritos eliminó estos fundamentos
religiosos. Este cambio es fundamental en la Historia de la Masonería, aunque,
en honor a la verdad, los masones belgas ya habían iniciado este camino unos
pocos años antes. Lo es, porque marcaría una gran diferencia entre la
Masonería, y que se mantiene hasta ahora. A partir de entonces, en lo que
conocemos como el Rito Francés, la Masonería tendría por principio “la libertad
absoluta de conciencia y la solidaridad humana”. En esta época, la influencia
del liberalismo más democrático, como la propia presión de tendencias
republicanas y laicas estarían entre las causas que explicarían la superación de
la tendencia más religiosa de la Masonería anterior. Recordemos, por otro lado,
que comienza a establecerse una compleja, pero real relación entre la
Masonería y el creciente movimiento obrero.

En 1887 se establece el conocido como Ritual Amiable, en la línea de


influencia ya marcada en la década anterior, con al triunfo del positivismo, y por
el marcado laicismo y defensa de la secularización de una parte importante de
la opinión pública francesa en los últimos decenios del siglo XIX en su lucha
con el poder de la Iglesia en Francia. La impronta del republicanismo radical y
del socialismo es evidente marcando aún más la superación del deísmo del
Ritual Murat. Eso se traduce en una clara pérdida del simbolismo en el trabajo
de los masones. El nuevo Ritual hizo que la tenida masónica como tal, en
realidad, desapareciera, siendo sustituida por una especie de reunión de
hermanos sin las vestimentas masónicas, que debían tender a desaparecer.
Tampoco se consideraba la necesidad de la Cámara de Reflexión. El Rito
Francés caminaba en ese momento hacia el fin del sentido iniciático de la
Masonería. Por otro lado, era la primera vez que aparecía el nombre de Rito
Francés, además de aparecer que la Francmasonería tenía como divisa:
“Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Posteriormente, hay una nueva versión del
año 1907, conocida como Ritual Blatin. En 1922 se plantea una segunda
reforma, debida al General Gérard, que creaba un ritual racionalista.

En 1938, se emprende una profunda revisión del Ritual gracias a la iniciativa de


Arthur Groussier, un ingeniero, sindicalista y político de tendencia socialista
muy preocupado por la cuestión social, y al que Francia debe muchas leyes
sociales. En Masonería fue Gran Maestro del Gran Oriente de Francia desde
1925 hasta la época de Vichy, aunque luego volvería a serlo en los últimos
tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Su gran contribución sería su defensa
del retorno al simbolismo en el Rito Francés, respetando el carácter laico del
Rito, ya que, en realidad, la Masonería de Rito Francés con el Ritual anterior
había perdido su propia esencia y no se diferenciaba claramente de otras
organizaciones, clubes políticos o sociedades culturales, científicas o artísticas.
Todo lo iniciático se recuperó, además de las vestimentas y los símbolos, no
siendo incompatibles con el definitivo alejamiento de las connotaciones
religiosas. El nuevo Ritual, el de Referencia Grousier, entraría en vigor al
terminar la contienda mundial, y dejaba muy clara la libertad de conciencia y el
alejamiento del dogmatismo.

Posteriormente, se han realizado algunos cambios y actualizaciones en 1979,


2002, 2009 y en 2012 en relación con la incorporación de la mujer. Es
importante destacar que en el año 1955 se creó la Logia “Du Devoir et de la
Raison” que se puso como objetivo restaurar el Rito Francés tomando como
base el Régulateur.

La historia de la masonería

Casi todos los masones aprenden tarde o temprano que la primera Gran Logia
en el mundo se fundó en la fiesta de San Juan el Bautista, el 24 de junio de
1717, en el Ganso y la Gridion, el cementerio de San Pablo en Londres,
cuando se reunieron los representantes de cuatro Logias existentes. 

Es un hecho, que todas las otras Grandes Logias en el mundo aceptan, que la
Gran Logia de Inglaterra es la más importante en años, y de ella derivan todos
los derechos, que vienen con esto.

Las Logias, que se convirtieron en parte de esta formación. Y todas las otras
Logias, que existían en ese momento, debían haberse otorgado estatuillas de
alguna manera, debieron haberse otorgado una constitución, porque
simplemente no había una Gran Logia que les podría haber otorgado cartas.
Más tarde, pero aún en el mismo siglo, la Gran Logia de York afirmó que, en
cualquier caso, al menos cincuenta años antes de 1717 eran una Gran Logia y
luego la Gran Logia Unida de Inglaterra. 

Antes de continuar aquí, necesitamos la definición de Gran Logia. En estos


días, una Gran Logia necesita ser un cuerpo soberano e independiente, que no
sea obediente a ningún otro cuerpo masónico. Esta demanda excluye, por lo
tanto, a cada Gran Logia Provincial y también a todas las demás Logias que
trabajan bajo la carta de un Gran Este diferente.

Una Gran Logia, que nunca ha otorgado ninguna carta, incluso si cumple con
todas las demás demandas, será solo una Gran Logia "nominal", solo de
nombre, si se trata de una Gran Logia. 
Todos los ingleses, y las Logias escocesas, excepto uno, que existía antes de
1717, pasarían la prueba de independencia, pero no otorgaron cartas, y por lo
tanto no eran Grandes Logias. 

Después de que la Gran Logia de 1717 entregó un libro de constituciones en


1723, la existencia de tales reglas se ha convertido cada vez más en una
demanda para el establecimiento de una Gran Logia legítima. Pero, esta
demanda es simplemente una invención de la UGLE como podemos ver. 

Una de las Logias, que existía desde antes de 1717, fue la que encabeza la
lista de la Gran Logia de Escocia y lleva el número 0 (número cero). Este
Lodge,Madre Kilwinning , es uno de los cuales la constitución data de "antes de
1598". 

La Logia Kilwinning era autoconstituida, muy independiente, y no necesitaba


pagar ninguna obediencia a ningún cuerpo superior antes de 1736, cuando se
constituyó la Gran Logia de Escocia. La historia de Kilwinning es extraordinaria,
y después de que hayas terminado de leer, puedes ver fácilmente, que Madre
Kilwinning fue la primera Gran Logia en la tierra, incluso cuando usamos las
definiciones de una Gran Logia, como fue dada por UGLE.

La fecha más dada, cuando se menciona la Abadía de Kilwinning, es 1140.


Sobre ese período, el Papa creó corporaciones o hermandades de albañiles, y
les dio privilegios e inmunidades especiales, con el objetivo de enviar artistas
italianos, que eran famosos por la iglesia construir, en el extranjero, para erigir
iglesias en otros países. Una compañía de estos albañiles extranjeros parece
haber venido a Kilwinning, para construir la Abadía de Kilwinning, y han erigido
la primera Logia de Escocia constituida regularmente. 

Las Logias se llevaron a cabo en la Sala Capitular, una sala que mide 38 por
19 pies, que se encuentra en el lado este de la Abadía. En las paredes rotas y
los arcos arrugados de la abadía, todavía se pueden ver algunas muy buenas
marcas masónicas.

Cuando se construyó la Abadía, se contrató a los habitantes de la ciudad de


Kilwinning para ayudar con el proyecto, ya que solo había unos pocos albañiles
disponibles en ese momento. Para ganar la confianza y la ayuda de la
población, para crear interés en la construcción de un gran edificio religioso
grande como la Abadía, la población de Kilwinning fue pagada en gran parte
con privilegios. Se les permitió aprender el secreto del oficio de los monjes-
albañiles, y el propio Papa les dio el derecho de llamarse francmasones, donde
quiera que fueran.
Y así, la antigua y digna Logia Madre Kilwinning se establece en la Sala
Capitular, donde, según las historias, se celebró la primera reunión masónica, y
los reclutas de la población de Kilwinning se iniciaron en los secretos vitales de
la Antigua Libre y Aceptada Scottish Rite. 

Kilwinning creó las logias Scoon y Bertha (ahora Scone y Perth) hacia el año
1193, como podemos ver en una carta, que ahora está en los archivos de la
Gran Logia de Escocia. Poco más se sabe sobre la historia temprana de
Mother Kilwinning, porque todos los primeros registros se perdieron. 

La tradición nos dice que los registros de la Logia fueron llevados por los
monjes a Francia, después de la caída del catolicismo en Escocia. Sin
embargo, es razonable aceptar que con la destrucción de la Abadía los
registros también desaparecieron.

Después de que se establecieron las Grandes Logias de Kilwinning y York (la


jurisdicción e infinitud de la Gran Logia de York ha sido aceptada por la
Masonería) la masonería creció rápidamente en ambos reinos, y varias logias
fueron erigidas en varias partes de la isla. 

La Masonería escocesa tenía como su Gran Maestro siempre su rey. Él, si él


no fuera masón, nombró a uno de los hermanos para que actuara como su
delegado en las reuniones y para que todos los asuntos relacionados con la
masonería se hicieran según las reglas. James I (1406-37) fue Gran Maestro
Real hasta que arregló un ingreso anual de cuatro libras escocesas, que
pagaría cada maestro albañil en Escocia a un Gran Maestro, que fue elegido
por los Hermanos, y aprobado por la corona.

James II (1437-60) también fue masón, pero le dio el trabajo de Gran Maestro a
William St. Clair, el constructor de Roslyn Chapel, Earl of Orkney y Caithness, y
a sus herederos. La familia Roslyn permaneció sin interrupción a la cabeza de
la masonería en Escocia, hasta 1736, cuando William St.Clair, el último
heredero de la línea masculina directa, devolvió el título a las logias escocesas.

La antigua madre Lodge posee otros grados masónicos, luego el Johaniter, o


grados azules. Laurie, por ejemplo, escribe en su libro, Historia de la
masonería, que los Caballeros Templarios de Escocia, cuando su orden fue
perseguida, huyeron a Robert de Bruce. Robert de Bruce creó la orden
masónica Heredum de Kilwinning después de la batalla de Bannockburn
(1314), y reclamó para él y sus sucesores el título de Gran Maestro. El último
Stuart todavía creía que tenía ese derecho, y otorgó charters a Lodges en el
continente. Esta "Orden Real" todavía es muy apreciada en Francia, donde fue
creada con una carta de Escocia, e incluso por el mismo Pretendiente.

La creación de esta rama de la masonería en el continente se recuerda con


una medalla, que se hace en París, y que, entre otros, lleva los brazos de
Escocia. Los hermanos de la Logia en Arras todavía tienen una carta original
de la Orden, que les fue entregada en 1747, por Charles Edward Stuart, y
firmada por este desafortunado príncipe, como representante de los reyes
escoceses. 

Los registros más antiguos que ahora están en posesión de la Logia son del 20
de diciembre de 1642, sin embargo, un documento, encontrado en el Castillo
de Inglaterra con el título "las estatuas y ordenanzas para ser observador,
todos los maestros maissonis dentro de su reino", establecido por William
Shaw, El maestre de Wark a su Maiestie y el general Wardene de dicha Craft,
con la mención del Maiesteris efter Specifeit "que recorre la Logia Kilwinning,
es de 1598.

En 1736, St. Clair de Roslyn, Gran Maestro de Escocia, convocó una reunión
de 32 Logias en Edimburgo y sus alrededores, y otorgó todos los derechos, y
otros títulos, que él o sus herederos tenían, de nuevo como Gran Maestro de
los Francmasones de Escocia. Así, la Gran Logia de Escocia (GLoS) fue
creada el 30 de noviembre de 1738.

La Madre Kilwinning fue representada por poder, y de su medio fueron elegidos


los primeros oficiales de la Gran Logia, y ella permaneció allí durante varios
años, hasta que los hermanos quisieron contar las Logias, según su infinitud. El
punto del infinito fue reclamado naturalmente por Kilwinning, pero fue
contradicho por la Capilla de la Logia Santa María en Roslyn, que afirmaba
tener registros escritos más antiguos que Madre Kilwinning. Así es como St.
Mary's Chapel se convirtió en la número 1 y Mother Kilwinning No. 2. Este
veredicto fue, por supuesto, muy en contra de los representantes de Kilwinning,
y por lo tanto, Kilwinning dejó la Gran Logia en 1743, recuperó su condición de
independiente y comenzó para repartir cartas de nuevo. Estas Logias hijas no
permanecieron restringidas a Escocia, porque se crearon logias, desde
Kilwinning, en Irlanda, EE. UU., Antigua y el Caribe.

Podemos ver que la Logia Madre Kilwinning entregó al menos 12 cartas a


Lodges, antes de la formación de la Gran Logia de Escocia en 1736, a la que
luego se unió nuevamente. También está claro que al menos dos de esas
Logias se erigieron en 1678, casi 40 años antes de la reunión en Goose and
Gridion en Londres. Podemos afirmar con seguridad, incluso con las reglas de
la UGLE, que Madre Kilwinning fue la primera Gran Logia que trabajó como
Gran Logia en el mundo. Quizás podamos ir un poco más allá.
La actual Gran Logia de Inglaterra es, como ya dije antes, no la misma que la
original de 1717. La UGLE actual fue creada en 1813, cuando la Gran Logia
original y York finalmente decidieron trabajar juntos, y la ahora bien conocido
apareció UGLE. Es habitual en la Constitución inglesa que cuando dos Logias,
o Grandes Logias, se fusionan, la más antigua de las Grandes Logias obtenga
prioridad de estado en qua. 

Si continuamos esta línea de argumentación para Mother Kilwinning, quien


finalmente se unió al GLoS nuevamente en 1818, es lógico justificar la infinidad
de Kilwinning como Gran Logia, cuando se unió al GLoS. Y esto, hermanos y
hermanas, daría una fecha al menos desde 1195 para la más antigua Gran
Logia en el mundo ... Madre Kilwinning. 

Así sea. 

Este artículo se reimprimió deEsotericFreemasons.com , que a su vez lo


reimprimió de una fuente impresa producida por la Logia Madre de la
Francmasonería, Lodge Kilwinning Number 0, en Escocia. 

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