CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

ESCUELA JUDICIAL

La Nulidad por la Nulidad,

La Justicia Pronta y Cumplida
y la Vigencia del
Formalismo Procesal

Dr. Fernando Cruz Castro

Juez Superior Casación Penal

1994
LA NULIDAD POR LA NULIDAD,
LA JUSTICIA PRONTA Y
CUMPLIDA Y LA VIGENCIA
DEL FORMALISMO PROCESAL

Dr. Fernando Cruz Castro

Juez Superior Casación Penal

1994

-•_J
LA NULIDAD POR LA NULIDAD,LA JUSTICIA
PRONTA Y CUMPLIDA Y LA VIGENCIA DEL
FORMALISMO PROCESAL.

A propósito de un fallo de la Sala Tercera Penal.

Sumario: I-E1 procedimentalismo y la vigencia de las

garantías constitucionales en el proceso penal.
Los correctivos de la jurisdicción constitucional.
II-La nulidad como pretexto para encubrir la
ilegalidad. 1-Nulidad del requerimiento de
instrucción formal. 2-Nulidad del requerimiento
de elevación a juicio e insuficiencia de la prueba.
III- El abuso de las nulidades como disfunción de
la burocracia judicial y del proceso penal. IV-Las
nulidades y la exclusión del formalismo procesal
en la jurisprudencia de la Sala Penal. 1-Las nulidad
del acto de decomiso no excluye, forzosamente, la
evidencia. 2- La nulidad sólo se decreta cuando el vicio
procesal provoca la indefensión o no sea, de ninguna
forma, subsanable. La utilidad de la nulidad. 3-La
eliminación hipotética del acto como criterio para
determinar la utilidad de la nulidad. 4-Las firmas en la
sentencia. La superación de los criterios formales. Análisis
circunstancial. V-Las nulidades en la jurisprudencia
de la Sala Penal. Correctivos y excesos. VI-La
3
oposición infundada .de la defensa al
requerimiento de elevación a juicio. Una nulidad
innecesaria. VII-La congruencia entre el auto de
procesamiento y el requerimiento de Elevación a
Juicio. La ruptura de este principio en la doctrina
de la Sala Penal. VIII-Relaciones entre la
jurisprudencia penal y constitucional. La nulidad
retroactiva de actos y resoluciones por
desobediencia de un mandato de la Sala
Constitucional.l-E/ efecto vinculante de las resoluciones
de la Sala Constitucional. Limitaciones e incongruencias.
2-La nulidad de una sentencia judicial y la desobediencia
a una orden de la Sala Constitucional. VIII-
Condusiones.
I- El procedimentalismo y la vigencia de las garantías
constitucionales en el proceso penal.Los correctivos
de la jurisdicción constitucional.
Analizando las resoluciones de los Juzgados y Tribunales
en las que se decreta la nulidad de diferentes actos, se aprecia
una visió^r^jlisba^^jdeX^proceso, en la que se_ le da
preponderancia al cumplimientcL_de_las formalidades v se
JT_ IT_ „_. -.-, -~--— '- ' ™*~ *"" "*~ - • • — - — " - -•— '— ——•?
ignoran las garantías constitucionales cuyaxejlizaciónprel^nde^
aisegurar; el formalismo impide valorar el valor del acto en
relación con los objetivos fundamentales que pretende cumplir
el proceso penal. No tiene sentido sacralizar cada acto, ignorando
sJormaüdjLd^^
jjto^
racionalizan la potestad represiva deJJEsjtado.
El Tribunal Constitucional español ha examinado este
problema al resolver por la vía de amparo constitucional, los
motivos de inadmisión del recurso de casación,l admitiendo
1 -Ver las siguientes sentencias del Tribunal Constitucional español:
57-1984 del 8 de marzo; 17-1985, de 9 de febrero; 60-1985, de 6 de
mayo y 110-1985,de 8 de octubre; 20-1989,de 31 de enero. En todos
estos fallos se admite la existencia de una irregularidad cuya gravedad
no justifica la limitación a una garantía constitucional fur damental
como es el de la tutela judiciaiefectiy,a. Las omisiones o yerros que
justifican el rechazo de una petición deben ser graves y guardar
proporción con la garantía constitucional que resulta limitada con la
decisión jurisdiccional. En una sentencia reciente reiteró losconceptos
mencionados en los siguientes términos:»..Si bien corresponde al
Tribunal Supremo decidir sobre el cumplimiento o no de las
exigencias materiales y formales establecidas para la admisión de
dicho recurso, satisfaciendo el indicado derecho a la tutela judicial
efectiva no sólo con una resolución de fondo, sino también cuando
adopta la decisión de inadmisión en aplicación razonada de las
causas previstas por la Ley, éstas han de interpretarse en el sentido
que los motivos por los que se rechaza el recurso de casación
deben ser objeto de revisión por la vía de recurso de
amparo,»...toda vez que esos motivos deben ser cuidadosamente
interpretados y aplicados, porque el derecho a la tutela efectiva
no puede ser comprometido u obstaculizado mediante la
imposición de formalismos enervantes contrarios al espjritu y
finalidad de las normas que reglamentan el recurso de casación.
Consecuentemente, ha sostenido este Tribunal que la obligación
que le impone la L.E.Cr. al recurrente en el último inciso del
párrafo primero del artículo 874- la de exponer los fundamentos
del recurso en párrafos numerados- se halla inequívocamente
al servicio de alcanzar la mayor concisión y claridad en el
planteamiento de la pretensión, razón por la cual, como indica
la citada sentencia 60-1985,-cuando esta precisión en su
exposición sí se alcanza, el interés procesal a cuyo servicio está
la regla examinada^ejxabrá presejvado también, y será sólo un
sancionando con la
ya ....la claridad; cuya exigencia da sentido a la previsión
normativa...»2 '- ;*=• • '•-— •-'--**•'--> !~'¿:-' -."^f 'h •''•'- =-"'-*-.
El criterio aplicado por el Tribunal Constitucional
español refleja el jabandpno clel tradicional jitualismq del
pr^cedjmiento pena^l continental; indudablemente, la
jurisprudencia comentada le da preeminencia a una garantía
cqjnstítujcional_taji_irnportante como el derecho a la justicia o a
la_tutela judicial efectiva. El proceso penal deja de ser una
sucesión de formalidades cuyo cumplimiento pervierte, en
más favorable respecto a la plena sustanciación y decisión del
recurso pudiendo revisarse en sede constitucional la aplicación
efectuada para evitar en su caso la imposición de obstáculos y
^formalismos enervantes contrarios al indicado derecho
/ fundarnental...». (ver sentencia del 20 de enero de 1989).
2 ^-ver Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales-Set-Dic.-1986-
p.965.(Comentario del prof.Antonio González-Cuéllar Garda).
'^ •/-->?• •-,..> _ .•'.•- .-6 - - .. . . .-.',-
muchas ocasiones, la vigencia efectiva de las garantías
constitucionales.
Las normas sobre admisibilidad de los recursos deben
interpretarse de acuerdo con el contenido de una garantía
constitucional tan importante como la tutela judicial efectiva.
En realidad no toda irregularidad formal debe convertirse en
un obstáculo que frustre el desarrollo de la impugnación. En
esta materia debe aplicarse el principio de proporcionalidad,
que impone un tratamiento diferente, según sea la gravedad de
la irregularidad,, ya que_np es lo. mismo el incumplimiento
grave de los presupuestos procesales, que provocaría la
inexistencia o nulidad del recurso o acto, que los errores sobre
elementos estrictamente formales que no afectan, el contenido
esencial del a^to_q_r_ecursp. En el^primer caso,Ja nulidad o
rechazo se justifica, en el segundo, lo que procede es la
subsañación.3
En el voto 719-90, del expediente 10-90, al pronunciarse
sobre la doble instancia, la Sala Cj^nstitucional[costarricense ha
expresado un criterio similar al del Tribunal Constitucional
español, aunque no con la misma amplitud. El criterio de la
Sala Cuarta, en el fallo mencionado, es el siguiente:»...el recurso
de casación satisface los requerimientos de la Convención,(se
refiere al Pacto de San José)en tanto se regule, interprete o
aplique con rigor formalista sino que permita_ con relativa
sencillez, al tribunal de casación examinar la validez de la
sentencia recurrida,en general, así como el respeto debido a los
derechos fundamentales del imputado en especial de defensa
y al debido proceso », La interpretación o aplicación formalista
debe ceder ante las garantías constitucionales que desarrolla él
Calvo-Rubio, José A.»Protección del derecho al recurso en el proceso
penal»-Revista Española de Derecho Constitucional. #22-enero-
abril-1988-p.238 y 239.
7
proceso penal. Las anulaciones o el rechazo de peticiones y
recursos con base en criterios formalistas, responde a la típica
concepción «procedimentalista» que ha inspirado la
interpretación de las normas procesales. De acuerdo con esta
concepción , el proceso penal no es más que un conjunto de
trámites que conducen, eventualmente, a una decisión judicial.4
El procedimentalismo se nutre de la mediocridad 5 , pervirtiendo
las funciones esenciales del proceso, impidiendo que éste
asegúrela vigencia real de los derechos y libertades individuales.
de JUSTICIA PRONTA Y CUMPLIDA, especialmente cuando
injustificadamente se anulan en el proceso actos o resoluciones.
\l «procedimentalismo» es una versión bastarda de la ciencia
procesal, aunque tiene amplia aceptación en la práctica judicial y en
la enseñanza del Derecho en las Universidades latinoamericanas.
Binder, Alberto.»Límites y posibilidades de la simplificación del
proceso» publicado en la obra titulada: «Justicia penal y Estado de
Derecho»- Ed.Ad-Hoc. Argentina. 1993. p.55
5- ibíd. La mediocridad y el burocratismo judicial lo describe muy bien
Mario Sancho, cuando se refiere al enojoso formulismo de nuestros
tribunales de justicia,» que la hacen tan lenta y tan cara para el cliente
como provechosa para el abogado o, mejor dicho, el leguleyo, de
quien dijo Caldos que:-funda su ciencia en conocer, no los principios,
sino los escondrijos, las tortuosidades y las fórmulas escurridizas
del derecho, a fin de enredar a su antojo las cosas más sencillas.-...No
contento con haber atacado el leguleyismo en política, me dispuse
a atacarlo también en su madriguera, como quien dice, en las
covachuelas judiciales donde el ratón abogadil se solaza al olor del
papel sellado y de los emolumentos que ellos llaman honorarios !.
Porque ésta es otra: todos los demás mortales ganamos sueldos,
jornales, dividendos, salarios, o no ganamos nada. Sólo ellos ganan
honorarios, cuyo sentido etimológico, según el diccionario de la
lengua, es lo que sirve para honrar a uno. Oh, el expediente de las
palabras sacramentales! Y que bien lo conocen los abogados! Ver-
Sancho, Mario.-»Memorias de Mario Sancho.» Ed.Costa Rica.1976-
p.168,169.
La Sala Constitucional ha determinado, reiteradamente,6 que el
retraso en el proceso a causa de los errores, ineficiencias y
nulidades, no justifican, de ninguna manera, el incumplimiento
de una garantía tan importante como la celeridad en la resolución
de las causas judiciales. La visión del proceso como un
instrumento que asegura la vigencia de los derechos y garantías
individuales no es compatible con el tradicional
procedimentalismo; el cumplimiento de las formalidades no
puede convertirse en un fin en sí mismo.
En algunos casos la Sala Constitucional ha condenado al
pago de daños y perjuicios al funcionario responsable del
retraso, tal como ocurrió en una causa cuyo requerimiento se
anuló en cuatro ocasiones.7
6- En los votos 584-90 y 703-90, al resolver recursos de hábeas corpus,
la Sala Cuarta declaró con lugar las pretensiones de los recurrentes,
considerando que los errores y nulidades eran imputables
exclusivamente a los juzgadores y a la Administración de Justicia,
provocándose de esta forma un injustificado retraso en el proceso e
imponiéndole al acusado una prisión preventiva ilegítima. La Sala
ha considerado que el retraso en un proceso es inadmisible cuando
es ocasionado por errores de los funcionarios o deficiencias
imputables a la Administración de Justicia. Por el contrario, aunque
se excedan los plazos que contiene el código de procedimientos
penales, la Sala admite que no se viola el principio de Justicia pronta
y cumplida cuando se trata de un asunto complejo o cuya
investigación depende de factores ajenos al sistema judicial.
7- Ver voto 844-90 de las catorce horas y treinta y cinco minutos del
veinte de julio de mil novecientos noventa. En lo que interesa, la Sala
resolvió lo siguiente:« Si al Agente Fiscal le anularon cuatro veces
el Requerimiento de Elevación a Juicio(tres por falta de los requisitos
del artículo 341 del Código Procesal Penal y uno por no haber
establecido la cantidad de la droga a quien se le decomisó) tal
situación denota una evidente violación del principio constitucional
de celeridad procesal, pues no obstante la obligación, para toda
autoridad judicial de cumplir los requisitos que al efecto señala la
ley procesal, durante la instrucción, el recurrido hizo caso omiso de
su obligación de corregir sus errores del requerimiento, motivando
ello que a los imputados se les demore la posibilidad de una
9
 El procedimentalismo también se convierte en una no procede la nulidad de la acusación, por las siguientes
respuesta disfuncional del sistema judicial frente a la avalancha razones:
de casos. Es una especie de autodefensa ilegítima con la que los
jueces y funcionarios judiciales le cierran al ciudadano las vías a- La autoridad jurisdiccional, salvo norma expresa que lo
de acceso a la justicia.8 autorice, tal como lo prevé el artículo 341 del c.p. p., no puede
anular un acto realizado por otro sujeto del proceso. Sería
absurdo, por ejemplo, la anulación de la demanda interpuesta
por el actor en un proceso civil. La petición o requisitoria
II-La nulidad como pretexto para encubrir la ilegalidad. dirigida al juez sólo puede ser admitida o rechazada y eí mismo
------ . . . . O- • - - "" "->•"--•- -• -"' —-•"'- - - -•- f -•-••» - — ---- '"- - ' - "--' "••—-• - -'- ----- .. -. -^ —- . . . - . .,.-,- . -. .-../. ..... .-- . - . - - - : . - - ....... *

código acjQge_est£.pririCÍp.iQi.al autorizar el rechazo o archivo

El abuso que existe en la práctica judicial respecto a las
nulidades se transforma en decisiones en las que se contraviene
el texto expreso de la ley, tal como ocurre, por ejemplo, en los
siguientes casos:
1-Nulidad del requerimiento de instrucción formal.
requerimiento de i
que^el hecho es atípicp q J*o_existen juficientes indicios para
iniciar la instrucción. Con estos criterios se provoca lajúpjertrofia
de la nulidad, puesto que de acuerdo con las normas vigentes,
sentencia dictada dentro del plazo más corto posible ».En el fallo
se condenó al Estado al pago de los daños y perjuicios, condenándose
también al representante del Ministerio Público, a quien se declara
solidariamente responsable del plago de las indemnizaciones
mencionadas.
8 Gordillo, Agustín.»Derechos Humanos. Doctrina-casos y materiales»
Parte General. Fundación de Derecho Administrativo. Argentina.
1990. p.152-153
10
deLtequerimiejnto_ftó^ cuando sea manifiesto
que el hecho imputado no encuadra en una figura penal o que
jro..se_pufíde_,pK>cje¿ejr^^ rechazo de la
acusación o requerimiento de instrucción formal es apelable,
tal como lo prevé expresamente la norma citada.
b- La nulidjdsój£_e^_ad^isible ^cu^dc^e^á^e>(rjresjjrtente
prevista pojr-Ja.ley,.(art. 144 del c.p.p.). Eljjncurnplimiento de los
requisitos exigidos legalmente para el requerimiento de
instrucción formaJXartículos 154 y J70 del c.p.p.)nq está
5aiLCÍQj)ado_CQrLla_ nulidad, Lps_j[ejTOs_e^_elj[eqjjerirniejito
tampjDO^lesiojan la interven_ciój\l Ministenp Público^ que es
quien ejerce _su_potejtad requirente, ni _lps_derechps_ de Ja
def ensalapartadps segundo y tercero del artículo 1 45 del c-p-pJ,
pues la acusación sólo señala el inicio de la investigación, sin
que produzca ningún efecto definitivo; más bien el .dere.cho_jdfi..
defensa sólo sepuede ejercer plenamente a partir de la acusaciórj.
El únicp elemento decisiyo en. el requerimientp d.e. instrucción
formal, e_s_la_tip_icidadA sin embargo, las objeciones que puedan
surgir sobre este aspecto deben resolverse mediante el rechazo
de la acusación (art.188 del c.p.p.); la anulación en estos casos
contraviene frontalmente normas fundamentales del
procedimiento.
11
 También se decreta la nulidad de un requerimiento de
instrucción formal por conversión, cuando no se cuenta con el
dictamen médico legal que determine el período de incapacidad
sufrido por el ofendido.9 En este caso, el Juez de Instrucción
expresa el siguiente razonamiento:». ..El período de incapacidad
es un elemento objetivo para la calificación del ilícito, y a su vez
constituye un hecho muy importante que debe ser puesto en
conocimiento del imputado, para no causarle indefensión. Por
esta razón, y con el fin de enderezar los procedimientos, resulta
procedente de conformidad con los artículos 145, inciso tercero
y 170 del código de procedimientos penales, anular el
requerimiento de Instrucción por conversión formulado por
..... ». La ausencia de un dictamen médico legal no justifica la
nulidad, porque casualmente la instrucción^ pj-etende, entre
otros objetivos: «..EstablecerJas^ircunstancias que^alifiquen
el hecho, b agrave^
punibilidad,.,».. (ver apartado segundo del artículo 185 del
c.p.p.).
No es posible exigirle aj reqummienlQ de. instrucción
f ormal el cumplimientQ cíe iina_diligencla_que debe realizarse
durante la instrucción. Con este criterio seí pervierteiL.Los
objetivos político criminales que cumple la jnuhdad y la
instrucción. La imputación que define el requerimiento de
instrucción formal se refiere, exclusivamente, a un cuadro
fáctico que no exige, de ninguna forma, el dictamen médico que
echa de menos del Juez de Instrucción. Tampoco existe violación
a las garantías de la defensa, porque el imputado ejercerá sus
derechos a partir del momento en que se le notifique la pericia
médica; es absurdo darle efecto retroactivo a los derechos del
Ver resolución de las ocho horas con treinta minutos del dos de julio
de mil novecientos noventa y dos, del Juzgado Tercero de
Instrucción.(causa por lesiones leves en perjuicio de Eduardo Chaves
Cascante.)
12
acusado respecto de un dictamen que no se ha aportado al
expediente, especialmente si se está iniciando la instrucción. La
vigencia de los derechos de la defensa no sufren ningún perjuicio
o debilitamiento por el hecho que la pericia médica se presente
antes o después del requerimiento de instrucción formal. No se
trata, tampoco, de un acto definitivo e irreproductibie, no
existiendo por tanto, una ilegítima e irreparable exclusión del
imputado y de su defensor. El derecho de defensa no se lesiona
por la ausencia de la pericia médica, por esta razón no es
aceptable aplicar el apartado tercero del artículo 145 del c.p.p.,
tal como se hace en la resolución. Si la norma mencionada no es
aplicable, la nulidad carece de fundamento jurídico, ya que el
artículo 170 del c.p.p. no prevé la nulidad como sanción
específica, que es la regla general que contiene el artículo 144
del c.p.p. La resolución comentada transforma el control
jurisdiccional en un formalismo burocrático con el que se
pretende evitar el ingreso de un expediente y el aumento del
circulante, recurriendo a criterios formales que no fortalecen,
de ninguna manera, la vigencia de las garantías constitucionales
del proceso o los derechos del imputado.
2-Nulidad del requerimiento de elevación a juicio e insuficiencia
de la prueba.
Algunos jueces o tribunales, ^ecretar^ la nulidad del
requejmijenj^jle elevación a juicio cuandoi es timanque la
prueba recabada en la instrucción es insuficiente o no guarda
relación con los hechos descritos en la acusación.10 Esta es otra
10- Por ejemplo, en el Juzgado Cuarto Penal se anuló el requerimiento
de citación a juicio por deficiencias de la prueba, con fundamento en
los siguientes argumentos: «...Analizados cuidadosamente que han
sido los autos concluye el suscrito juez que lo procedente es anular
el presente Requerimiento de Citación a Juicio toda vez que no
resulta procedente procesalmente de acuerdo con los hechos descritos
el requerir conforme lo solicita el representante del Ministerio
13
práctica injustificada e ilegal que desnaturaliza los objetivos
político-procesales de la nulidad. El artículo 341 del c.p.p. sólo
autoriza la nulidad de la acusación cuando ésta contiene hechos
cuya descripción es confusa, imprecisa o equívoca.11 Es
Público, dado que la descripción de hechos base de la acusación no
resultan acordes con el contenido de las probanzas evacuadas, lo
que evidentemente provoca indefensión de las, partes. En
consecuencia, de conformidad con el artículo 341 del código de
procedimientos penales es lo procedente anular el Requerimiento
de Citación Directa de folio ...»(ver causa contra F.W.Bolívar Navarro-
6 de agosto de 1992). El artículo 341 del c.p.p. no autoriza la nulidad,
por la discordancia que pueda existir entre laj?rueba_y el_cfiatenido
deja acusaffjójjJEl Juezdel Debate,que es el que admite la acusación
en este_caso, no pjaede resolver anticipadamente un tema^uejdebe_
dilucidarse medianteja oralidadyeícpniíadictorip.AlexamnarJas_
lirnitadoriesjo ms^ficiejricias_de la prueba^ el juez^adelanta. cníerkL
sobre ja acu^^^
dejdefensa se^jerce durante^e[pJEB_ATC^La autoridad_judiciaLno_
puede ejercer ofíciosarnente una^^r^testadc^p^e^jercicip.corresrxmde
al defensor y al acusado. La_acusación yJa^^prueba_de carga es una
Ante estas
^ una. insta^nciaajejria ^LPJS3.110-^"6
Ministerio ...Público^^ recurriría
resuelvej, para objetar la decisión unilateral del juez; por esta razón
es una djci|ión jrbitr^ria. El control^ definición de la acusación y
de Ja prueba de cargo^corr,esponde ,eS¿uJi^r^ej]tó,_jiLel
prpcedimiento .deleitación directa,,.al Ministerio Público. Esta
atribución no la puede ejercer, de nin^Tán^mpdQ^eljuez deTdeBateT
11 EL requerimiento de elevación a juicio no es impreciso o confuso por
Esta cita no integra, de ninguna forma, la descripción esencial que
exige la imputación. Este criterio lo aplicó el Juez Cuarto Penal, en
causa 287-92 por Hurto Simple contra A.Murillo Murillo, anulando
el requerimiento por violación del artículo 341 del c.p.p., ya que en
el hecho a)»...se indica que entre el encartado y el ofendido realizaron
una negociación contractual siendo que la misma la efectuaron ante
el Notario y otras personas más que figuran como testigos en esta
causa...; en este sentido, si nos limitamos a lo anterior descubrimos
que la redacción que se le ha otorgado al requerimiento que por este
medio se anula, a criterio de este juzgador,provoca indefensión a las
partes, dado que remite a los autos la descripción de los hechos, lo
14
conveniente resaltar, por otra parte, que en la doctrina
tradicional, asumiendo plenamente el esquema del sistema
procesal mixto, el auto de procesamiento constituía un límite
del contenido de la requisitoria, pues ésta debía ajustarse a los
elementos objetivos y subjetivos determinados por aquél; -
además de la precisión y claridad, se requería una necesaria
correlación entre el auto de procesamiento y el requerimiento
de elevación a juicio. Este criterio 12 se ha superado en el ,./
proceso penal costarricense, tal como lo examinamos infra, a .;'
partir del voto 137-F del 24 de abril de 1992 dictado poxla.Sala
Tercera Penal. -
Lajsobjeciones relacionadas con el contenido de la prueba
y su correlación con la acusación, no es un tema que deba
discutirse y resolverse durante la etapa intermedia_del proceso,
pues además de las limitaciones normativas recién citadas, se
corre el grave riesgo de convertir el juicio oral en un juicio
escrito; en realidad el análisis y evaluación de la prueba
corresponde al debate oral y no a una fase escrita del proceso
como la etapa intermedia. Por otra parte, al igual que en los
que a todas luces lo convierte en impreciso...».(res.de las nueve
horas del 3 de agosto de 1992). La remisión a los autos,, cuando se
refiere AJoJJ?stigps, no introduce, confusión o imprecisióa en Ja
acusación, porque se refiere a circunstancias ajenas ajjaco.nducta.del
amsajÍQjLajdeJbih¿ad^^
t^JÍSPAE3!3.J3§Í°-í!^^^PJXfJiPHHH.6.5? P^íía a^a.!9ue.HíL!ɧti§9
que no se ha sido mencionado en la acusación, no puede declarar en
la audiencia^ ya^que ocasionaría «..indefensión a las partes...... jjn el
casocornentadase desriaturaUzanlas garjmtíasgjie^reyé el artículo
1 2- En lai estruc turadfilsistemaprocesal mixto^el au to de procesamiento
tiene especial valor^ pues concreta el objeto rnaterial del
prpceso(hecho delictuoso )e individualiza al imputado. Constituye
un reconocimiento jurisdiccional de Jos elementos objetiyps y
subjetiyos.de la imputación, ver Enciclopedia Jurídica Omeba.Tomo
XXIIÍ-Ed.Ancal S^A.-Argeñtiña-1976. p.289.
15
 casos analizados anteriormente, la anulación del requerimiento
de elevación a juicio con base en objeciones relacionadas con la
prueba no es el instrumento procesal adecuado para dilucidar
este problema. Las objeciones respecto al respaldo probatorio
de la acusación es una discusión que las partes deben plantear
en la oposiciónal^requerimiento_de elevación a juicio p la
apelación del auto de elevación a juicio; la intervención oficiosa
de la autoridad judicial en este tema/ compromete seriamente
su imparcialidad y; desnaturaliza ÍQ_s__principios político-
prpcesalescrue prientanja etapa_jn|errnedia.
Los dos casos analizados demuestran las graves
deformaciones que sufre el proceso mediante la utilización
abusiva de las nulidades.
III-El abuso en las nulidades como disfunción de la
burocracia judicial y del proceso penal.
La organización judicial no escapa a la presión que
ejerce toda estructura burocrática para que los funcionarios
sean: metódicos, prudentes y disciplinados. Para lograr un
funcionamiento eficaz, cualquier organización burocrática debe
alcanzar un alto grado de confiabilidad en su conducta, lo que
significa, en último término, una vigorosa adhesión a las normas
de procedimiento.13 Esta adhesión degenera, fácilmente, en
una aplicación ritual, acrítica y conservadora de las normas de
procedimiento, tal como ocurre casualmente con la anulación
indiscriminada de actos y resoluciones. Para lograr esa
13- Merton, Robert.»Teona y estructu£asqciales». Ed.Fondo de Cultura
Económica. México. 1970.p.205.
"~r^"~ 16
confiabilidad, se impone al burócrata, en este caso, el juez, una
disciplina que fácilmente se convierte en una típica disfunción,
al producirse una transferencia de los objetivos del proceso a
los detalles particulares de la conducta exigidos por las reglas.
La adhesión a las reglas de procedimiento, diseñadas
originalmente como un medio, se convierten en un fin en sí
mismo, tal como ocurre casualmente con la proliferación
injustificada de las nulidades procesales.14 El abuso de las
nu!ic!ades'el ritualismo que expresa en su contenido, evidencia
UD clesPlazamiento de metas mediante el cual un valor.
...i"?*íuHe_rltaLse.í?nvierte en un valor final. La interpretación
ritualista, el procedimentalismo, expresa un tipo de «disciplina»
del£r°ces.C)i.5onXirtiendoJrLr.espeto a las formas, en un valor
Proceso Z del sistema judicial. JE1 abuso de las
í^ ritualismo procesal en un fin en sí
juez y el proceso no resuelve conflictos conforme a
las garantías fundamentales de la constitución, sino que lo
«administran». Los procesos interminables, las nulidades
incomprensibles, la denegatoria de justicia, son problemas que
no interesan, eljuez secpjnyjerte en_unburócrata que agudiza
su ingení° Para dictar resoluciones que prolongan el litigio,
_ jj_ j^ ^ _,._tj=- -- — ' O~
EP^A^i^íL^^^PIÍpalidacles en un pretexto para no definir el
conflicto,. La sobrevaloración de las formas y la nulidad por la
nulidad es una manifestación ideológica con la que torpemente
se pretende darle legitimidad al proceso penal.15
14- Ibid.p.206.
15- En los sistemas procesales latinoamericanos las formas procesales
se convierten en un fin esencial, ignorando los valores fundamentales
que debe asegurar el proceso penal en un Estado de Derecho. En
algunos casos el formalismo obstaculiza el ejercicio del derecho de
defensa. Por esta razón las»...las nulidades por violación de formas,
que son subsanables y que no perjudican ninguna garantía, o que en
el caso concreto no harían más que perjudicar los intereses de las
17 -1
IV-Las nulidades y la exclusión del formalismo procesal
en la jurisprudencia de la Sala Penal.
En la última década, la jurisprudencia de la Sala de
Casación ha reflejado una vigorosa tendencia hacia laexclusión
del formalismo procesal. Las nulidades sólq_se^han decretado
cuando el incumplimiento de las formalidades procesales ha
ocasionado unjjerjwicix^^
que rigenLelpEmpQXRQ_CESOJENAL.16 Sejia trj^nsjojrmado
sustancialmente la Junción^jque cumple la nulidad,
convirtiéndola en un correctivo que garantice la vigenciajeal
djej^ jjajjmtía^jíjnsjtit^^ proceso. Lajnulidad,por la'
nulidad, ha perdidj^vigencia¿ el respeto.dejas Jonnalidadjes
sólo tiene sentido si as^guj;an_la_aplicación efectiy^_de_los
principios que rigen el debido proceso legal..Encada caso, tal
como lo ha hecho la Sala de Casación Penal, debe_evaluajse_s,i
el_guebrantamiejitojde lasjformas ha ocasionado un perjuicio
partes, ...con;_ una___innecesaria__dempra.._grocesalx_,deben_..sgr
erradicadas...», ver «Sistemas Penales y Derechos Humanos en
América Latina». Ed.Depalma.Argentina.l986.p.l63-164.
16 Siguiendo la definición delprincipiodeiDERIDQíRQCESQ,qiieha
hecho Ja Sala^Constitucional,,, la, .nuhd_ad._se_,. justifica,, ajando _se
yulnCTanil.as..siguientes^ax^^iS¥ja-Los derechos de audiencia y
defensa, que abarcan el principió de intimación, derecho de
imputación, derecho de audiencia, derecho de defensa en sí.b-El
principio de inocencia. c-Los derechos al procedimiento, que
contemplan: el principio de la amplitud de la prueba, legitimidad de
la prueba, inmediación de la prueba, identidad física del juzgador,
publicidad del proceso, impulso procesal de oficio, comunidad de
la prueba y razonable valoración de la prueba. La_ yiolación de
alguno de estos principios constitucionales puede justificar la
nulidad del proceso, con efecto retroactivo, siempre y cuando el
quebranto formal provoque una violación irreparable y definitiva
4? ]a_ garantía constitucio.nal. (ver de la Sala Constitucional-voto
1739-92 de las once horas cuarenta y cinco minutos del 1-7-1992.)
18
irremediable al debido proceso. La nulidad no debe ser el
instrumento de control que asegure la vigencia del
procedimentalismo; la restauración de la forma, como un fin en
sí mismo, debe superarse. La exclusión de un acto o de una
etapa del proceso, debe ser la «ultima ratio», aplicable sólo en
aquellos casos en los que la vigencia efectiva de las garantías
constitucionales no pueda lograrse de otra forma. La Sala de
Casación Penal ha seguido esta orientación, tal como se
evidencia, en los siguientes casos:
1-La nulidad del acto de decomiso no excluye, forzosamente, la
evidencia.
En un caso el Tribunal de Juicio, anuló el acta en la que
constaba el decomiso al imputado de una cantidad importante
de marihuana en picadura y en semillas, sin embargo, en el
fallo, se admitió la existencia de la droga mencionada,
atribuyéndole tal posesión al acusado. El defensor, al interponer
el recurso de casación, argumentó, entre otras cosas, ilegitimidad
en la motivación de la sentencia porque al anularse el acta de
decomiso, el Tribunal no recibió ninguna prueba que acreditara
la vinculación entre el imputado y la droga. La Sala de Casación
rechazó esta pretensión, aplicando un criterio ajustado a la
realidad del proceso y no al formalismo documental,
estableciendo que «...La jiulidad acordada_ppr elJTjibunal no
tuvp_Ja_yirtudí. ni_p5dna_tejrterla,_ de^ hacer desarjarecer las.
bolsas conteniendo la marihuana, sus semillas, picadura y las
cajetillas dejfósforps^Simplemente se anuló el acta documento.
La,_droga__existió^ desde^ lueg^, y a_pedi¿p deLIuzgado de
Instrucción, la Sección de Investigaciones Toxicológicas del
Organismo de Investigación Judicial informó que tanto las
colillas de los cigarrillos como la picadura y semillas son
19
«cannabis sativa»...».17. La convicción respecto a la posesión de
la droga y su relación con el imputado no se deduce de la
validez formal de un documento, sino que debe dilucidarse
mediante la valoración probatoria18 que debe hacerse en un
debate oral, público, concentrado y contradictorio. La
participación directa de las partes en el desarrollo de una
audiencia garantiza mejor las conclusiones del juez que lo que
pueda obtenerse de una sucesión discontinua de actuaciones y
documentos que en muchas ocasiones no han sido controladas
por las partes o por el juez que decide la causa.
2-La nulidad sólo se decreta cuando el vicio procesal provoca la
indefensión o no sea, de ninguna forma, subsanable. La utilidad de la
nulidad.
Reiterada jurisprudencia de la Sala de Casaciónpenal19,
ha transformado significativamente la función de la nulidad, al
establecer que LANUIJDADfROCESAL SOLOSEDECRETA
17 Ver yoto_181dE_de las quince horas del dos de octubre de mil
nov^cienti^c!í¿£nta..)íjCiiatro.(causa contra J.M. Vindas.
1 8 Mediante, laJibre jf ajojadón idej^i^^sej^u^^_^terminar la
verda^ re^
def amJSO^saivojqueja jdmisiMJ^eJal evidencia_.constituy,a, .una
lesÍQDAks^ajaiitía¿MacusadD QJina.yioÍaciónj!ÍOS-.pDncipÍQS qu e
rig^l^pjniebjLprDhihicla. Ver Maier, Julio. "Derecho Procesal Penal
argeñtinó^EaTHammurabi. Argentina. 1989. Tomo I. V-b p.462 ss.
Cruz Castro, Fernando. "La defensa penal y la independencia
judicial en el Estado de Derecho " - Ilanud. San José, Costa Rica.
1989. p.83 ss.
1 9 Ver, entre otras, voto 1 24 de: las 8:30 del 25-6-1 986: En este caso el
defensor reclama la violación de los artículos 100 y 107 del c.p.p.,
porque aparecen actuaciones judiciales; y policiales sin firmas de las
personas Actuantes. Agrega el apelante que como la prueba se cita
genéricamente, no le es posible determinar cuál de aquellas
actuaciones fundamentó el fallo. Esta irregularidad la cataloga el
defensor como una nulidad absoluta. Esta pretensión la rechaza, el
tribunal de Casación, decretando su -caducidad, ya que tales
actuaciones debieron cuestionarse duranteJa instrucción (art.148,
20
CUANDO EL VICIO EN QUE SE INCURRE CAUSE
INDEFENSIÓN O NO PUEDA SER SUBSANABLE. No es
importante realmente el origen del vicio procesal, sea este
absoluto o relativo, sino que interesa más evaluar sus efectos
reales en el proceso. El Juez al decidir la exclusión de un acto c>
etapa procesal, no debe analizar los vicios en su origen, sino eji
sus efectos, determinando sítales-yerros en el procedimiento
han producido irreparable indefensión o no pueda ser
subsanables. Este concepto se complementa con el siguiente
principjo: LA NULIDAD PORLA NULIDAD MISMA NO ES
DE ACEPTACIÓN ACTUALMENTE, PUES SE ADMITE LA
DOCTRINA SEGÚN LA CUAL, NO ES NECESARIA LA
NULIDAD*- ....AUNQUE. SEA ABSOLUTA^JL,: JLU
DEJGLAR.AIQRIA.JCSID. TUTELA . MNGIÜN INTERÉS
PROCESAD Se rompe déoste forma con lajiiYisiónJjadiciojnal T
entre nulidad absoluta y relativa,. No interesa tanto si los vicios
son Absolutos oí_rejjitiyos^Jojdecisiyqi_es_qu^ la_exciu§iórL.d£l-.
'actocumplauninterés procesal20: ciiyp contenido lo define el
principioLdel^DEBIDO PJROjCESCX En un afán de fortalecer los
inciso primero del C.P.P.). Por otra parte, al momento de incprppiajse
ja. pruebajen jhlebate^seJeyója. cnije^j]^ jil^dp d^nuja^smiiue
Esta
q^aer^
^ ^ de dicha~prueba en la
sentencia. La 5ala— cuhnina-decisiQn, expresando~el siguiente
razonamiento: «Es por estas razones que una_nulida,d grocejal sólo
se decreta cuando el yicio en-Xjue-se.iacurrecause.mdefensión o no
subsanaBk. ELZRIN^CIHODEJLA NULIDAD PQR LA
ACEPJLACIQN^^
lXXOT
AUNQUE.ABSQLJJIA, SI_SU PECLARATQRIA NO ENVUELVE
20 Reiteradamente los fallos de la Sala Tercera Penal han establecido el
principio que un vicio en el procedimiento, aún cuando constituya
una nulidad absoluta, no debe declararse como tal cuando no exista
interés procesal en hacerlo.(ver, entre otras, resoluciones déla Sala
Tercera # 261-F de las 9:50 hrs del 20 de diciembre de 1985; # 208-F
21
 principios mencionados, la jurisprudencia de la Sala de Casación
Penal ha establecido que «..Las nulidades, incluso las absolutas,
no deben ordenarse en aquellos casos en que sea posible
subsanar los vicios sin necesidad de repetir....todo.-.el
procedimiento...» 21 Aplicando este criterio, no sería necesario,
en todos los casos, retrotraer el proceso a la fase de instrucción
cuando se anula la indagatoria o devolver el proceso a la etapa
intermedia, cuando se decreta la nulidad del requerimiento.
Con estos conceptos la Sala de Casación Penal transforma
totalmente los objetivos político procesales que inspiran la
nulidad, admitiendo incluso la posibilidad de subsanar, después
de cierto plazo, la nulidad absoluta. Esto ocurriría, por ejemplo,
con la indagatoria rendida en la instrucción y cuyos vicios se
detectan en el debate; en este caso no es necesario retrotraer el
procedimiento otra vez a la etapa de instrucción, pues se
admite también la posibilidad que el imputado rinda su
declaración indagatoria en ^el debate.22 Esta interpretación
armoniza perfectamente conel fallo de la Sala Cp^titucional
eDJrÍ9ue_e_stableció que la declaración indagatoria rendida por
el acusadpjen la instrucción^ np^puedjejnc^rpomrjie.aLDebate
,^-' ! -1' •—
l"" de 9:45 hrs del 7 de agosto de 1987; # 330-F de las 9:00 horas del 9 de
noviembre de 1990; #J3^EdeJas-&55Jxrs_deL2Qde.maxzadfi_1992.)
El corolario inehidib|ed^
deja^io-Mciad^de^^^
En este aspecto, la Sala de Casación ha insistido que eLinterés
projcesalesi^circunsjrito al actoyiciado, singue pueda tomarse en
cucíviiíjLe.ninguna forma^^interesrqu^tiene la garte_en__gue se
-Espitan otros actosjde^rojc^irnlentojgue'le;sonajd versos. En último
término, larepeticiónde 1.acto viciado debe fortalecer la vigencia de
alguna garantía fundamental del grocesp' q de las partes,(ver res.de
la Sala TerceraPenal^ 137-F de las nueve horas con diez minutos del
24 de abril de 1992.).
21 Ver sentencia 137-F de las nueve horas con diez minutos del 24 de
abril de 1992.
22 Maier, Julio.»La Ordenanza Procesal Alemana. Su comentario y
comparación con los sistemas de enjuiciamiento penal argentinos.»
Ed.Depalma. Argentina. 1978. p.80.
22
si el acusado no presta su consentimiento expreso. 23 _jin este
23 Ver voto 323-92 de la Sala Constitucional de las dieciséis horas del
once de febrero de mil novecientos noventa y dos. En esta sentencia,
la Sala Constitucional determinó que el derecho de abstención es
ejercí table en cualquier etapa del proceso y que no es renunciable en
forma absoluta y «...que cuando se haya rendido declaración en otra
etapa del proceso, no se puede incorporar por lee tura sudeclaración
previa.-.porque incorporar por lectura la declaración, equivale a la
violación del privilegio de abstención, por una vía indirecta no
contemplada _enJaJIqnstrtución Política...». Esta interpretación del
artículo 36 de la Constitución Política, es muy forzada. Lo que dice
la disposición mencionada es que «...nadie esta obligado a declarar
contra sí mismo, ni contra su cónyuge, ascendientes, descendientes
o parientes.....». El contenida de_esta^arantíai_no _tiej\e_ninguna
relación con la incorporación por lectura de la declaración indagatoria
rendida_gor ej acusado durante la instrucción, en presencia jde su
defensor y sin"ninguna coacciónrET privilegio de abstención rige
durante todo el proceso, pern si rinHp Tina derlararión. nn puede
ignorarse tal manifestación, ya que la norma constitucionaLno
^stablece, de ninguna forma, que tal privilegio no pueda ser
renunciahle^Cgrueste mismo razonamiento, el imputado también
podría,enel mismodebate^solicitar al Juez qufcexcjMyaladgclaracjón
Indagatoria rendida en la instrucciónj? que había sidojncorrx)rada
_ En este
aspecto la fundamentación cíeTfállo constitucíoriaíTes insuficiente.
ELprivilegio de abstención no exige, al mismo tiempo. SJL
irrenunciabilidad absoJuJa~Pare£iera.que. lajSjala^ Constitucional
_
absoljitéL La jurisprudencia comentada es lógicamente inconsistente,
porque la_incorporación por lectura de la indagatoria rendida
voluntariamente en la instrucción, con todas las garantías, no puede
Catalogarse como la imposición obligatoria de una declaración, pues
cuando la rindió, lo hizo espontáneamente. _La voluntariedad no
puede tener un efecto retroactivo. No existe conexión entre la
protección a la autodeterminación del acusado al rendir su
indagatoria y la posibilidad de que el propio imputado pueda
excluirla posteriormente. Ese privilegio_pQSterio_r_ no protegerla
autQjJetejTTÜnación del acusado. Sólo es una transformación de la
garantía constitucional, ampliando los privilegios de la defensa* ya
que ademásjde que no puede ser obligadg_ajeclarar contra sí
mismo puede ie revocar, discrecionalmentg^durañteel d
_grogegoj, las declaraciones rendidas espontáneamente.
~dlrcjaj;ar_contr<i sí mismo y con fundamento en esta prueba, lo
condenan, sería admisible^jrgcursg de revisión, sin embargo, no
23
 fallo se definió claramente que la declaración indagatoria,
^aunque se rinda conjrodas las garantías, es un acto esencialmente
revocable cuya expresión definitiva se concreta CTjajaudiencia
oralji/_pública. La desmitificaciónjdeja indagatoria a
posibilidad
¡^ ^^,
de^ue
"
en^nuicha^ocasiones, al decretarse lanulidad
ind^isgensable regresar a la^tapjyie
oniendo tal acto durante el Debate. Sólo en
situaciones excepcionales^ se justifica el regreso a la etapa de
instrucción, especialmente cuando en la nueva indagatoria
pendida por el acusado en el debate, éste menciona hechos cuya
investigación podría transformar sustancialmente la_
imputedcmL.es necesario superar el arraigado concepto enj?l
cjue siempre se^ impone el regreso a la instrucción cuando se
^decreta la nulidad de la declaración indagatoria. Por otra parte,
la instrucción no garantiza, en toda su extensión, la vigencia del
derecho defensa; el formalismo y la ausencia de oralidad en^
esta etapa procesaLjnás bien debilita la vigencia de las garantías
constitucionales del acusado. Es durante el Debate que se
Asegura mejor la vigencia real de todos los principios que
caracterizan el debido proceso, no sólo por los principios de
inmediación, concentración, oralidad y contradicción, sino
porque existen medios de impugnación que permiten una
£^ un recurso de revisión porque ha decidido
elfallo, pretenda plantear
.revocar la coñTesíoTTrendida en la instrucción e incorporada al
jjgbate con su aprobación. La solución parece absurda, pero
demuestra la inconsistencia del razonamiento de la Sala
Constitucional, porque si se trata de la violación de la garantía que
prevé el artículo 36 de la Constitución Política, tal como se asume en
el fallo comentado, jonjas dos hipótesis debiera proceder el recurso
de revisión. Es interesante destacar, como referencia, que el párrafo
primero del artículo 513 del código de procedimientos italiano,
permite incorporar por lectura de las declaraciones que haya hecho
el imputado ante el ministerio público o ante el juez, en el transcurso
de las indagaciones preliminares o en la audiencia preliminar,
cuando rehusa declarar en la audiencia.
24
intervención casi ilimitada de la jurisdicción constitucional y
de la Sala de Casación Penal. Es en este marco procesal en
dónde los derechos del acusado adquieren la dimensión jurídica
que merecen.
3-La eliminación hipotética del acto como criterio para determinar
la utilidad de la nulidad.
Eljgrincipio de utilidad de la nulidad y la exclusión de
la_nulidad por la nulidad,también ha permitido evaluar el
.efecto real jiel_acto o resolución que se pretende anular,
analizando si tal exclusión hubiese provocado un efecto decisivo
en el curso del proceso o si por el contrario, la_existencia de
otras evidencias o pruebas hubiese pro vocadb~^er~ mismo
iggultadgZtal como ocurre, por ejemplo, con la pretensión de
anular un auto de procesamiento en el que se tomó en cuenta
la declaración testimonial de una persona que después se
convirtió en acusado en esa misma causa; en este caso, la Sala
de Casación Penal estimó irrelevante la anulación, porque
aunque se excluyera hipotéticamente la declaración testimonial
viciada, existían otras pruebas y evidencias que legitimaban
plenamente el auto de procesamiento, no siendo por tanto
necesario decretar su anulación.2^ Lajmlidad no cumple, en
estas circunstancias, mn^unajitilidad. La tutela de las formas,
como un valor jujiónpmo, pierde sentido. La celeridad_enjel_
proceso, como valorcpnstitucional funcíamental adquiere
aiitónomo, aún en los casosjm que se trate jie_una nulidad^
absoluta.
24 Ver resolución 182-F de las diez horas cinco minutos del ocho de
Julio de 1988.Expresamente la Sala, sobre gjjnmto. estableció que:
«No obstante, cabe agregar que si se examina de nuevo el mencionado
procesamiento, como lo dijo en su oportunidad el Tribunal de Juicio,
esa resolución cuenta con otras pruebas, que mmqueJTirjo^éti^ajnente
jeelimina de ellas la declaración (del acusado)...., siempre hace
viableesepronunciamiento.:...».
25
 4-Firmas en la sentencia.Superación de los criterios formales.
Análisis circunstancial.
En el voto 449-F de la SalaJTercera Penal (de las ocho
horas con quince minutos del dosjie octubre de mil novecientos
no venta y dos, en causa contra J.Jiménez C. y otros por delitos
de Homicidio Calificado y otros en perjuicio Claudia Méndez
Méndez y otros), sejtransformó un criterio que tradicionalmente
había mantenido la Sala de Casación Penal25, alestablecer que
la firma de la sentencia en una fecha posterior a la señalada
para su lectura, no provoca la nulidad automática de la decisión,
siempre_y_aiando se logre determinar que todos los jueces del
Jribunal se presentaron a la sala audiencias para la lectura
jntegral, sin que pudiese realizarse tal acto en virtud de la
inasistencia de personas. La Sala consideró que en este caso no
se produjo^ la_desintegración del Tribunal,»..puesto que en
pleno procedieron a deliberar, tomaron las decisiones__c]ue_
contiene el fallo, se encargó a uno de los jueces su redacción y
Juego todosjajirman, aunque uno de ellos lo hizo después de
la fecha señalada para la lectura; y tampoco existe algún
¡I problema de autenticidad de la resolución, porque ningunoje
ti
anulado tiene una^elacióndSe dependencia respecto a otrosactosdel
proceso; esta dependencia se determina medianjejmajvaíoracián
causal en el que se establece el valor que representa el acto nulo
jgspecto a la economía del juicio. Por ejemploA4ina pericia nula no
produce ningún efecto sobre el contenido del aúTxTde elevación a
juicio si el juez determina que aun prescindiendo del ¿cto_ en
cuestión, hubiese podido^ktarja^^mjsmarresQlución con base en
o_^s^ementos_proy^nientej^djM)trosjictos^pruebas realizadas
durante el proceso. Castillo González, Francisco. "Los vicios formales
+y en el nuevo proceso penal de Costa Rica". Rev. de Ciencias Jurídicas.
N-24 (número extraordinario)-1974. Costa Rica. p. 353-354.
25 Se decretó_siempre la nulidad de la sentencia si faltaba la firma de
alguno de losjueces. En estos casos los Jueces de Casación nunca
examinaron las circunstancias que en cada caso provocaron la falta
de la firma de alguno de los integrantes del tribunal. Se consideraba
jjnrequisito formal deineludible_curnplimiento, puf ~* ~' ^ ' falta de la firma de alguno de los jueces, pero no sería aplicable
se provocaba la desintegración del tribunal (ver voto 173-Fde 1984
y43-Fde!991).
26
los juzgacloresjia desconocido el contenido de la sentencia en
^decisiones adopjajas_hjgg^deja_delibgración,
___ ; cualquier duda que hubiere podidosurgjrj>e_
disipa con la firma posterior que el juez omiso hace. Distinta^
pudo haber sidoja solución si exisjiere^lguna_duda sobre la_
identidjujjigjos jueces que concurrieron a dictar sentencia, lo
que no ocurre en el caso de autos..». La mayoría de los integrantes
de la Sala de Casación, modifican su criterio, considerando que
la firma tardía de uno de los integrantes de un Tribunal no
jjuede provocar la nulidad automática del fallo, pues existen_
valores más importantes como la celeridad y el elevado costo
de los procesos que justifican la permanencia de la sentencia.
La firma tardía no afecta, de ningún modo, la seguridad jurídica
y la certeza que las partes deben tener sobre lo que resolvió el
juez¿_siempre y cuando el juzgador « firme el fallo con
posterioridad y dentro de un plazo razonable..». La firma
tardía sólo constituiría, dentro de las circunstancias comentadas,
una rjosible falta disciplinaria. La^ausencia de la firma, por sí
jTdsrna^ no constituye forzosamente una violaci^^^ríncipjos
Jundamentales del proceso. Lo importante es^ determinar, en
cada caso, jglj^ebjgru^o^eaLjáj^
comojelde identidjyLdelJuez o de integración del tribunaTSi
estosj?rincipios n^se^uebrantan realmente, la firma tardía de
la resolución no^esjnás^que una (irregularidad procesaj/jcuyo_
Cjugbjgnjojto^rovoca la nulidad del fallo. Con fundamento en
estos principios, la Sala de Casación estima que aunque el
artículo 396 del c.p.p. obliga a los juzgadores a suscribir la
sentencia inmediatamente después de que se huya redactado,
antes de la lectura integral, pero la norma citada no prevé
ninguna sanción procesal específica, si se omite el cumplimiento
de tal obligación. Respecto a la nulidad prevista en el apartado
sexto del artículo 400 del c.p.p., se refiere efectivamente a la
tal disposición, si el requisito mencionado se cumple después
27
 de que se ha practicado la lectura integral del fallo a las partes.
Se aplica en esta hipótesis un criterio utilitario y garantista
jsobre la nulidad, ya que se ocasiona un grave perjuicio a la
Administración de Justicia al decretar la nulidad de la sentencia,
smjqi^ejiaya_exisíjdo, de ninguna forma, jjna violación ajas
garantías_fund_arnentales..d_e la defensa. Es importante destacar
el voto salvado del Nlagjstrado^Cha^ves Ramírez, quien consideró
que lasentencia no adquiere tajjcondición si no constan en ella,
antes de su notificación por lectura, todas las firrnas_de los_
jueces que actuaron y resolvieron la rausa. Estima el magistrado
disidente, que la ausencia del requisito mencionado, sí configura
unajfalta o defecto fundamental en la constitución del tribunal,
pues se vulnera el principio dgljuez natural. La concurrencia
de los jueces a la lectura de la sentencia, ni su participación en
la deliberación pueden sustituir la firma que exige un acto tan
importante como la sentencia. La celeridad del proceso y el
aumento en el costo de la justicia al repetir el debate, no son
valores que el magistrado disidente estime superiores al
incumplimiento de las formas procesales, máxime si se trata de
la firma del acto más importante del proceso. De este_punto de^
vista^Ja omisión de esta formalidad, sí provoca un perjuicio
jgaL^porque no se trata del cumplimiento de una simple
fonrialidj|d^in^ue_esun requisito que determina la verdadera
naturaleza jurídicajie la sentencia.
La discusión planteada es muy interesante, porque la
evolución que ha tenido la jurisj?jrudencia de la Sala Penal ha
culminado con el cuestionamiento de una formaljdad-cuyci
cumplimiento ha sido tradicionalmenteinamoyjble. j^adecisión^
mayoritaria de la__S_ala sigue,^tín criterio_jnateriáT>y
circunstanciado) admitiendo, en ciertos casos, la firmajtarciía
del fallo. Se rompe así una larga y respetable tradición jurídica,
que es la que fundamenta el voto disidente del magistrado
Chaves Ramírez.
28
Aunque la_decisión cojnentada es polémica, sin embargo
denota una clara orientación hacia Implicación selectiva de las
/ nulidades^Jestándole importancia a las formalidades, puesto
que suincumplimiento sólo se sanciona om nulidad en aquellos
casos en que los yerros formales provocan Ja
ajguna dejas garantías constitucionales del proce
V-Las nulidades en la jurisprudencia de la Sala Penal.
Correctivos y excesos.
La anulación de la acusación por motivos que no pmv_e_
g]_artículcL341 del c.p.p. es iin? de ]?s más graves
dpjjprocesQ penal
El procedimentalismo refleja una de las típicas
disfunciones de la burocracia judicial. El cumplimiento de los
objetivos fundamentales de la organización, en este caso la
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA, se postergan frente al
cumplimiento de las formalidades; las metas más importantes
del sistema penal se desplazan, convitiéndose el juez, como
buen burócrata, en un adherente irracional de las reglas y
rituales. Esta orientación es lo que ha convertido la nulidad de
Jos requerimientos de instrucción formal en una de las causasda
segunda) que ha provocado un alto porcentaje de las nulidades
jiejos requerimientos decretadas al inicio del DEBATE.26
Acertadamente, la Sala Tercera Penal, ha señalado la
jTgcesidad de que las nulidades de los requerimientos de
jlgvación a juicio sean decretadas durante la etapa de citación
no al inicio del debate, que es lo que ocurre en la
26 El porcentaje de asuntos devueltos a la fase de instrucción por los
tribunales penales a causa de la nulidad del requerimiento de
elevación a juicio, es el siguiente: En 1989 el 19.28 % ; 1990 el 22.09
% ; y en 1991 el 22.99 %. (Datos suministrados por el departamento
de estadística del Poder Judicial.)
29
 del requerimiento en el
debate, aumenta innecesariamenteL...Tos~'costos en la
Administración de Justicia y provoca una injustificada lentitud
en el proceso. La nulidad del requerimiento de Elevación a
preliminares del Debate^
-lÍgyi?ílÍ6S_del_crj.p.).JLos^
Juecjgs^según expresan los Magistrados de la Sala Tercera
Penal, deben examinar «..con mucho detalle el asunto antes de
procederácitar ajuicio aJas-psües, para que no dejen posibles
nulidades, ocurridas^n la&Ánstnicd^óiLfa^A^A^^2^5^1^
lugar durante el curso del debate, sea meses después de haber
recibido la causa, cuando ya todos los ciudadanos involucrados
en el juicio han sido convocados por el mismo Tribunal, con las
nocivas consecuencias para ellos y para la administración de
justicia, al tener que suspender el procedimiento y reenviar el
asunto a instrudción, y ante los graves atrasos que implica....».27
El principio dejusticia pronta y cumplida, los costos del proceso
y la^jncomodidades para las partes y testigos que han sido
convocados al debate, dphon SPT plpmpntps de juicio que deben
Avaluarse al decretar la nulidad. Lajiulidad riojienejgl efecto
mágicp^^jue se le atribuye^ en la práctica judicial 28, j?ues no
ex^ra^los^yjioosd^lprocesp, mas bien, como bien se destaca
en ej^jgllo^oomentado, v --*-— ^ —-
beneficios.
El voto 137-F del 24 de abril de 1992 de la Sala Tercera
Penal, sintetiza muy bien los principios que orientan la
juüidacLen el proceso penal costarricense, definiéndolos de la
27 Ver resolución 137-F de la Sala Tercera Penal dictada a las nueve
horas con diez minutos del veinticuatro de abril de 1992.
28 La nulidad no provoca la desaparición total de todos los efectos de
un acto anulado; por ejemplo, si la Sala de Casación declara con
lugar un recurso interpuesto por el representante de la defensa y
anula la sentencia condenatoria, eliribunaLque^realice£Ljuicio_de
reenvÍQ¿^_nQ__podrá imponer, en caso que dicte una sentencia
condenatoria, una_pena superior a la que se impuso en juicio
anterior, salvo cjue_el representante de la acusación también haya
de la sentencia mediante un recurso'de
curioso destacar que a pesar de la nulidad de la
30
siguiente forrna:_
1 -Inexistencia dejmviciQ^riel procedimiento, aunque
configure una nulidad absoluta, no \n del acto viciado, salvo que su
algunayentaja procesal a quien lo alega o favorezca directamente.
la vigencia efectiva dejas garantías constitucionales del procgso.,
En estos casos el interés debe circuns^ribireeal^c^ojáa.ado.^No
interesa, de ningjúnjmodo, elinterés egpgcíficc^que pueda tener
quienjdega la nulidad, en que se repitan todos los actos que le
son adversos. La utilidad de la nulidad debe evaluarse en
funcióji¿ejairryalid^g_gspecífícadelactgcuestionado y no de
losjojros actos que por efecto indirecto puedan resultar anulados.
«Las nulidades, incluso las absolutas, no deben ordenarse
en aquellos casos en que sea posible subsanar los vicios sin
necesidad_jie repetltLJtQdo el procedimiento...»,29 que es
sentencia, se mantiene vigente el monto de la pena impuesta en el
acto anulado, determinando un límite infranqueable para el tribunal
que realice el juicio de reenvío, pues en caso de dictar una sentencia
condenatoria, la sanción impuesta no podrá superar el máximo de
la pena fijada en el juicio anulado, en virtud de la aplicación del
principio de «reformarlo in peius». (ver de Cafferata Ñores, José. «El
imputado» Ed.Lerner-Argentina. 1982-p.239 y ss.)
29 Según interpreta, con acierto, Luis G. Herrera, aún en el caso de las
nulidades específicas que contiene el cód ign. no siempre se requiere
que sean decretadas de oficio, ",.pnrque sería convertir el proceso en
_una misa jurídica, ajena a sus actuales necesidades,.", de acuerdo
con una sabia expresión de Couture. Es decir, que no todas las
nulidades expresamente.preyistas por el código son absolutas, sino
que también podrías ser relativas. Este es un aspecto que debe
valorarse en cada_casQ. Herrera, Luis G. Supra nota 7, p.67^La
jmjjdad declaraide de oficiaren cualquier estado del proceso se
prevé en cinco disposiciones del código de procedimientos penales:
el artículo 19, para los casos de incompetencia, aunque el artículo 20
Jimita expresamente los efectos de esta nulidad: en cuanto a la
jncompetencia por razón de la materia, procede la nulidad declarable
dg^oficio, según se desprende de la combinación de los artículos 16
j/_7g^ln mismn nmrrp rnn la hipótesis prevista en el articulo 350, por
falta de requisitos que debe contener el requerimiento de elevación
ajuicio (según lo djsjmesto en los artículos 341 y 412 del c.p.p.). El
_artículo 38 del r.p.p. prevé un caso dudoso de nulidad declarable de
31
 precisamente lo que ocurre en la mayor parte de las ocasiones
*•*- --- — --- - -- J ------ • ----- — --- «¿__ JC__ _______ —
los__j£ejTOs_p__jrxegularjdjdej__eji - aacción de la
sentencia comentada.)
2-La mlidad,
jc.j3.rj./ aunque es; específica, requiere en su apjjcjiciónjurj^nál[sis^
onderado del contexto^ procesal en el que se pjroduce_tal
y-su enlaxedacción
del requerimiento no justifica la anulación y menos aún retrotraer
eljpjroceso a la fase de instrucción. Ejjmismo código contiene
normaste las que pueden deducirseprincipios cuya aplicación
permiten corregir los defectos y omisiones de la acusación, sin
necesidad de regresar a la etapa de instrucción. Los principios
citados, se sintetizan así:
a-Todos.los defectos y omisiones de la acusación fiscal
puede subsanarlos el auto de elevación a juicio,30 cuando éste
contiene también una descripción circunstanciada del hecho
en virtud de la oposición de la defensa. Las omisiones o defectos
graves en la descripción del hecho contenido en la acusación
fiscal, no exigen su anulación, ¿ijales defectos los subsana el
a_uto de elevación a juicio.
b-Np procede la nulidad automática del requerimiento
jiscaLcuando en jste no consta una circunstancia de agravación
del delito p se omite la descripción de un hecho^ue_integre^el
¿elito_continuado. En estos casos,Conforme al artículo 376 del
cjLE^-gLFigcal puede ampliar la acusación, y si loTTaceTHeBe
^dársele oportunidad al imputado para que se refiera a los
oficio. El artículo 145 y el párrafo segundo del 146 del c.p.p. contienen
los principios generales que rigen las nulidades declarables de oficio
cuando no las prevé una norma específica, ver Castillo González,
Francisco. Supra nota 24, p. 341
30 Los artículos.344,370 y 376 del c.p.p. permiten establecer queelauto
^ Liicio constituye un^ornpjgrnejTto de
^ la acusación
fiscal. La actividad jurisdiccional que se desarrolla^ durañleTalase
intermedia, especialmente respecto a la admisibilidad y procedencia
del requerimiento fiscal, permite deducir, fácilmente, la relaciónde
32
___ „ __ _ ___
jvueyps hechos; también se le da la posibilidad que el
representante de lajjpfgnsa solicite lg ^uagngmnjigj [debate
con el fin de ofrecer nu_eya_prueba _o replantear la defensa.
_En las dos_hipótgsis Comentadas, a pesar de la gravedad
.dejas omisiones ojdejectos de la acusación, no se exige la^
anulaciójL,
En estos casos, a pesar de los yerros u omisiones del
requerimiento fiscal, e l ó d i i \ r r v k nulidad como un
correctivo inevitable. Se abre de esta forma la posibilidad que
defectos o vicios de inferior entidad, tal como ocurre ron los
yj?rxos_j;n_la_ie^ia^:cj^^ puedan
subsanarse en el propio debate, sin necgsidad de regresar a la
^tapárdTinstrucción, que ha sido la solución tradicional y que"
provoca, sin duda alguna, un injustificado e irracional retraso
en el proceso penal.
3-La(geleridad en el proceso y(gjl derecho de defengajoiL
los dos valorgs_cuya vigencia debe asegurarse al decretarja
nulidad de la acusación. Serájposible siempre ccirregir en el
jdebate los defectos de redacción del requerimiento fiscal si no
se lesiona el derecho de defensa. La nulidad de la acusación y
la remisión del proceso a la etapa de instrucciónsólo se justificará
si los jueces determinan que es el único remedio que permita
asegurar la efectiva vigencia de Igsjiergghos del imputado. No
será necesaria la nulidad si los errores de la acusación fiscal los
subsana el auto de elevación a juicio. Tainrjocp_rjrocgclfrá la.
nulidad respecto a los requerímif^tn mal rpHarfadns, confusos
c^equívocos en la descripción del hecho. En estos casos, tales
yerros se pueden subsanar en el debate, formulando el
representante del Ministerio Público, una acusación supletoria.
en la que se corregirían todos los defectos que estime esencialeSj
otorgándosele al imputado y su Defensor, la oportunidadj)ara_
que se refiera a tales modificacioneg.._
ram£lernentareidad_que^existe: entre_autp de elevación ajuicio y la
z, Daniel. «La
obligatoriedad de la acción en el proceso penal costarricense»
Ed.Investigaciones Jurídicas S.A. San José, Costa Rica. 1992- p.208.
33
 La |acusaciónj:gjrrectiya[ s e ^uedej^]arúear_o Calmeat e,
aciendo constar tales modificaciones en el acta de debate.
CujmcU)_ejnhiecjhoJ^ en la
ij^Q^J£n^,Bci_sg.rájiecesario suspender el debate, pues no
existe una modificación sorpresiva que perjudique el derecho
de^defensa. Si ejjhe^g^ujejnjegrjjajmrjutación surge durante
JjLJHjdijinjja^^el^^
debatehasta por diez díascon ejjin d^prej^rar adecuadamente
jaUjlefensA. Esta suspensión permite alcanzar unarazonable~
p_rop_orciqnalidéid_ entre dos valores constitucionales tan
importantes como la celeridad del proceso y el derecho de
defensa.
4-Lajjcusacinn correctiva sóln se justifica cuandc^son
vicios esenciales. Los yerrosLdebjri^gejJg^naHQs^grgchos de
defensa del encartado. Cualquier error secundarío_que no
modifique el contenido esencial de la imputación, no requiere^
la ampliación de la acusación, porque no se provoca una
violación al derecho de defensa, pues no es una modificación
sorpresiva. Tampoco se lesiona el principio de correlación
entre acusación y sentencia porque lajdentidad absoluta entre
ambas, es imposiMe^Igualcriterio debeaplicarse respectojja_
correlación entre el auto de procesamiento y el requerimiento
de elevación a juicio.31 La correlación se refiere a los elementos
31 Existe otra correlación similar entre procesamiento requisitoria
fiscal. El primero señálalos límites"
acusación fiscal. Estos límites se circunscriben, por supuesto, a los
hechos esenciales, ya que por ser una resolución provisional, siempre
está sujeta a las inevitables modificaciones que se van determinandcT
e identificando durante la instrucción._La importancia de esta
correlación nogsparticulannente gjgnifiratiya . pues en los sistemas^
acusatorios/eTauto de procesamiento desaparece^definiéndose el
el ministerio público. La desaparición del auto de procesamiento no
provoca,
j-** de iUAit±uii.ii»jjLjw,*
v/.v VH-MJ, v*^ ningún modo, un debilitamiento del
uiiijyic:iL;ij.itCLimcitLV/ nci derecho
nci cviiw*-**- defensa?
Es una inevitable-consecuencia de un sistema inqujsitivgjgforrnadp
en el que sobrevive la instrucción a cargo de una autoridad
/ jurisdiccional. Si es importante que durante el desarrollo del proceso,
"de acuerdo con las condiciones y peculiaridades de cada caso, se le
garantice al acusado el conocimiento del marco fáctico que define la
invesitgación o la acusación.
34
esenciales, admitiéndose diferencias en cuanto a hechos o
circunstancias secundarias, siempre que ello no conculque los
derechos de la defensa. La acusación correciiyAsólo_se_iustifica
jcugndojasjaiodificaciones -en-la-imputaGióa^incluyan datos _p_
hechos trascendentales que la defensa no haya podido cuestionar
o enfrentar probatoriamente. En los casos en que se dude sobre
la posible afectación de la defensa del imputado, procede la
ampliación de la acusación, brindándole al acusado la
posibilidad_de^ suspender el debate si tal decisión es^
Indispensable paraj>reparar la defensa u ofrecer nuevas pruebas.
Se pretende evitar las modificaciones sorpresivas que lesionen
o debiliten sustancialmente el derecho de defensa. Por ejemplo^
si en la sentencia se corrige el nombre del negocio en el que se
produjo el delito, modificando un dato que erróneamente
había consignado el requerimiento fiscal y también se establece
que en realidad el acusado nunca entregó su cinturón a las
autoridades, como se menciona en la acusación, tales variaciones
no exigen una acusación correctiva. Estas modificaciones se^
pueden introducir en el fallo sin que se lesione el principio de
correlación entre acusación y sentencia.
5-Tampoco se requiere la corrección de la acusación
cuando las modificaciones favorecen la posición de la defensa.
La_acusación correciiyajjuje-gugiere el fallo comentado,^
casi no seaplica en la práctica judicial costarricense, sin embargo^
procesal que permite armonizar
la celeridad del procesgiyJ.osjderechQs de la defensa. J-^etapa
Dor más importante del proceso no es la instrucción, sino eldebate^
de u.cicii9c«.
por esta razón el criterio de la Sala Penal se inclina hacia la
corrección del requerimiento fiscal, rechazando una solución
tan formal y retrógrada como la nulidad automática y la
consiguiente remisión del proceso a la etapa de instrucción. No
es esta etapa procesal la que asegura mejor los derechos de la
35
defensa. La acusación correctiva determina una saludable
exclusión de una etapa procesal tan formal e ineficaz como la
instrucción formal. Se fortalece con esta decisión el rol del ente
cicusador, pues alfiriy al cabo, la defmicióji^eja^imrnitación en
la acusación correctiva ya no se hace durante la instrucción
formal, sino que la 'define el fiscal en el debate. Los d^rgchos del
ínj^^^ se
brinde al acusado el tiempo necesario paraj?jercer su defensa.
Admite la Jjaja_Penal la posibilidad de que el derecho de
a plenitud-sia-necesidad de una instrucdóii
jurisdjggiQnaLjgue es gLerróngfi i rnnrpptquqil£.ha
Se establece una errónea relación causal
entre nulidad de la acusación y la necesidad de que el proceso
regrese a la etapa de instrucción, ya que de esta forma se
asegura el derecho de defensa. El criterio de la Sala penal
establece una saludable ruptura del concepto citado, admitiendo
que no existe identidad entre el derecho de defensa y la
instrucción formal.
VI-La oposición infundada de la defensa al requerimiento
de elevación a juicio. Una nulidad innecesaria.
La SaIa_Penal ha^decretado la nulidad del debate y de la
}_^qu^los^^asos^en_los que, durante la etapa
ntermedia^ ^e^echaz^^ía^ ^posiciÓT^^íe la defensa al
a u g o _ por falta de
Jundamentaciónjde Aquella.32 Consideró la Sala que la oposición
32 Ver resolución # 31-Fde 1990. Consultar además de Chaves Solera.
Carlos e Hidalgo Murillo, José D. «Fundamentación de la oposición
al requerimiento de Elevación Juicio»-publicado en Rev.Ciencias
36
de la de_fensa al requerimiento fiscal no requiere rn^)tivacióny_
que en aquellos^ca^sos^njos quejse_rechazó tal oposicjóiLpor
Jaita de fundamentación, se debía anular el debate y la sentencia,
reenviando la causa al tribunal de origen para que el juez de
Instrucción resuelva tal oposición. La violación al derecho de
defensa, según interpretó el tribunal de casación penal,
justificaba la anulación de la sentencia y del debate. Esta
decisión se separa de los lineamientos fundamentales que ha
establecido la Sala Penal respecto a las nulidaHps, psppHalmpnf p
el voto 137-F del año 199Z La incompatibilidad o contradicción
mencionada se denota respecto a los siguientes aspectos:
1-En este caso, aunque la nulidad es absoluta, en virtud
de la violación de una garantía constitucional tan importante
como el derecho de defensa, la anulación de la sentencia y del
Debate, no cumple ningún interés procesal, pues la repetición
de tales actos no reportan ninguna ventaja para la parte^c|uejo_
alega_Qjpjra_eI_Qbjeto mismo deLproc£s^^o_ej^jjiingiiria_.
diferencia entre las objeciones planteadas por el defensor ensu_
Aposición al requerimiento de elevación a juicio y las i
jglanteado en la citación a juicio o en el propio debate. No_tiene
sentido decretar la nulidad para darjaaportunidad a la defensa
djLplantear_lQ-S_argurnentos que ya fueron dis^utidoscmTmay or
amplitud en el debate. En estas circunstancias se decreta la
nulidad por la nulidad misma, pues la repetición de los actos
que no se cumplieron (oposición al requerimiento) y la exclusión
de los que ya se han cumplido (nulidad de la sentencia y del
debate), no asegura, de ningún modo, el debido proceso^Si la
Sala Penal ha admitido una acusación Correctiva en el propio
PenaleS-Junio 1991- # 4-(G)Sta T?ira) pl rriterin
de la Sala Penal cuando determinó que el defensor no tenía obligación
de fundamentar ju,Qposi"ón al rpquprimiento de elevación a juicio.
La fundamentación es una regla general aplicable a todas las partes
Jntervinientes en el proceso penal " ;
37
 debate, concediendo al acusado un tiempo prudencial para que
ejerza su defensa, no tiene sentido anular el debate y la sentencia
para cumplir con una oposición cuyo contenido ya fue discutido
jynpliajrtente eii_el fallo anulado. Si el^derecho djejiefensa_ se
puede ejercitar plenamente eneMebate^ tal como.ocurre: cuando
se plantea _una acusación correctiva, tampoco tiene sentido
pretender subsanar la violación al derecho de defensa,
reenviando el juicio a la etapa intermedia. No^existe, según la
doctrina jurisprudencial comentada una relación directa entre
procesal y la vigencia plena del derecho de defensa^
2-Tampoco procede la nulidad en este caso, pues aunque
e^absoluta, tal vicio se puede corregir sin necesidad de repetir
tocto e\, tal como lo ha establecido la misma Sala
Penal. La_lesióft que je provocó al derecho de defensa al
rechazar ilegítimamente la oposición al requerimiento de
elevación juicio, se subsanó totalmente durante la citación^
juicio v en el debate. No existe ninguna diferencia cualitativa
entre los jirgumentos que podría haber planteado el defensor
en su oposición al requerimiento _y_ los que posteriormente
^sgrimió .en . la_ Qt^ción_^juiap^je2i_ejji^bate. SLel^yicio se
proceso.
En estas condiciones la exclusión y repetición de actos ya
Cumplidos, convierte la nulidad en un instrumento que tutela
ja forma por la forma, y 'no en_un recurso gue garantice la
vigencia real de las gararitjasjFundamentales del proceso.
38
VII-La congruencia entre el auto de procesamiento y el
requerimiento de Elevación a Juicio. La ruptura de
este principio en la doctrina de la Sala Penal.
Tradicionalmente, como ya se expuso (verjsupra nota 12),
procesamiento y el requerimiento fiscal d e_ elevación ajuicio,
ya queje lo contrario, se acarrearía un desorden procesal yise
debilitaría, significativamente, el derecho de defensa._El auto
de_procesamientQ-es un presupuesto esencial de la acugación
jjel Ministerio Público, excluyendo la posibilidad de que el
acusado sea sometido a jnirin,. pnr iin hprhn HicHntn dpi que
motivó su procesamiento33. La jioctrina sobre nulidades que ha
desarrollado la Sala Penal (ver, entre otras, el voto 137-F-92), ha
modificado significativamentp PSÍP prmrlpin,
r i n r i i n , al qup
aún las nulidades absolutas, no exigen, en todos los casos, la
repetición de los actos viciados, de tal forma, que/^ no^ existe
una aceptable congruencia entre el auto de procesamiento y la
acusación, no es necesario decretar una nulidad retroactiva de
todos los actos posteriores al auto de_rjrocesamiento, sino que
basta con que se le brinde al imputado y su defensor, la
oportunidad para que formulen sus objprinpps a la acusación o
que propongan las pruebas que correspondan./ror
- L-^>——~-
otra parte,
si la Sala Penal ha admitido la acusación correctiva, incluyendo
en ésta hechos p datosJr^scendentaleasjQhrelos que el acusada^
no pudo_ejercer, en^toda su extensión, el derecho de defensa^
_o)n_mayor razón debe admitirse^quej.as incongruencias entre
_el auto de procesamiento^y eljgquerimiento deJElevaciórLa
Juicio se subsanen al concluir la instrucción (etapa intermedia
33 Vélez Mariconde, Alfredo. «Derecho Procesal Penal» Ed.Lerner.
Argentina. 1969. Tomo II-p.441-442.
39
 dej_groceso) o durante los actos preliminares del debate. Es
indiscutible que _£ujIgujeiL.incQngr_uencia__.enirg ..._el _autp de
procesamiento y lai___r_eg_ui_sitona jfiscal de ele_vación__.a_..juicii3L_
^ pjjeiíejij>u^ Instrucción, antes
deliebate _e incluso
Conculque, irremediablemente, el_d_ergchp de^defensa,, por esta
razón, no se justifica, eructos casos, la nulidad de la requisitoria
fiscal o de la sentencia. La ausación >e define realmente al
fínalizajrjajnstriicción. La naturaleza misma de esta etapa
procesal, su yariabilidad y transitoriedad no permite convertir
eLauto de procesamiento j?n el[acto que define anticipadamente
el contenido del requerimiento fiscal. Las incongruencias entre
dprirneroj la acusación no se subsanan con la nulidad, pues
ésta no cumpliría, en estas circunstancias, ninguna función
^ Las exígeñdas ^ graves, siempre y cuando se hayan cometido en flagrancia, tal
principio aoosatoripL sí deben cumplirse al plantear el
requerimiento de elevación a juicio,34 sin que pueda constituirse
el auto de procesamiento en un límite infranqueable, ya que tal
exigencia se convertiría en un formalismo procesal que no
asegura la vigencia de ninguna de las garantías que caracteriza
el DEBIDO PROCESO.35 El auto de procesjimiento constituye
una acusación provisional cuyo contenido lo absorbe y redefine
34 JE1 principio acusatorio, según lo ha establecido la doctrina del
Tribunal Supremo español, pretende evitar la indefensión, por esta
jazón se excluyen las acusaciones sorpresivas, pero en el caso de que
pueda existir algunas incongruencias entre el requerimiento de
elevación a juicio y el auto de procesamiento, no existe una acusación
sorpresiva que lesione el derecho de defensa, pues tales
IBQdificacioneg_pueden evaluarse ycuestionarse en la etapa
intermedia del procesocnhirante los á^tos~prehrrunares del debate.
35 En el votó^l739-92_de la Sala Constitucional aldgsarrollar Jas^
características del debido procesóla! definir el principio de intimación
y de imputación (definición dp nna ^ni^Hón formal), no se incluye^
por supuesto, la obligada congruencia entre el auto de procesamiento
jy el requerimiento de elevación a juicio. __
40
el requerimiento de elevación a juicio, por esta razón, se admite,
sin ningún reparo constitucional, que en el procedimiento de
citación directa^ejormu|e, directarnente, el requerimiento de
elevación a juicio, sin que^exjsta, previamente, un auto__de
prqcesamientojart^pl y ss. del c.p.p,}, L¿exclusión del autojie
pjocesamiento no puede
de defensa o al jmnopio acusatorio, por este motivo no se
justifica la nulidad retroactiva de actos y resolucionesj^icmdo_
se determine alguna ^incongruencia entre el auto de
procesamiento y el requerimiento de elevación a juicio. Es
conveniente destacar que el procedimiento de citación directa
no se aplica sólo a los delitos menores, que podría ser un
argumento que justificaría la exclusión del auto de
procesamiento, sino que también se admite en hechos delictivos
como podría ocurrir, por ejemplo, en un secuestro extorsivo. Si
aceptamos que la acusación se define al finalizar la instrucción^
y que el verdadero juicio se realiza en un debate oral, público,
Contradictorio y continuo, pierde trascendencia procesal el
principio de congruencia entre el auto de procesamiento y el
requerimiento de elevación a juicio.
Aj>esar de los argumentos que se han expuesjo, la^Sala
IgrceraJ^enal_erLelyojo445-Fde iggg^decretólanulidaddeja
jsentencia dictada por elTriburíaT]dejuicio, así como de todas
las resoluciones dictadas después del auto de procesamiento,
al detectar una incongruencia fundamental entre el auto de
procesamiento y el requerimiento de elevación a juicio, ya que
en el primero no se «..precisó que el imputado hubiera firmado
falsamente el cheque en cuestión, sino que en aquella pieza se
indica que no consta que la firma fuera hecha por él...», mientras
que en el requerimiento de elevación a juicio se indicaba que el
imputado había firmado falsamente el cheque, condenándose
al acusado por este hecho. Concluye la Sala que se afectó «...el
41
derecho de defensa del imputado al_agregarse_jen__ÉL
P-5í.tnida en el procesamiento,
como lo es la supuesta circunstancia de que el encartado
hubiera firmado el cheque objeto de esta causa...». El criterio
aplicado en este caso contradi£pja_dorlring sghrp las miliHadps
C|ug_ha_desarrollado la misma Sala Penal, ya que como se
expuso, las ^incongruencias entre el auto de procesamiento y el
requerimiento de elevación a juicio pudieron conocerse y
jubsanarse^^r^ la etapa intermedia del proceso y durante los
actos previos al debate. No se requería retrotraer el proceso a la
etapa de instrucción. El acusado y su defensor no enfrentan en
estas circunstancias/ una acusación sorpresiva, por esta razón
no se lesionó el derecho de defensa, como erróneamente se
consideró en el fallo comentado.36 Es importante resaltar,
además, que en el caso en examen, el mismo imputado admitió
en el debate que había firmado el cheque, tal como se consignaba
en el requerimiento de elevación a juicio. Esta manifestación
del acusado excluye el interés procesal que pueda tener la
incongruencia entre el auto de procesamiento y la acusación,
pues si el acusado admite los hechos que no están incluidos en
el auto de procesamiento, no cumple ninguna función procesal
la nulidad decretada por una supuesta violación al derecho de
36 \E1 derecho de defensa se garantiza plenamente aún en los casos en
que la sentencia recoja un hecho distinto al acusado, siempre y
cuando tal modificación se haya debatido suficientemente mediante
¡agregaciones pertinentes y la oportuna oposición de las partes.
AjcencicLMejlado, José María.»Frmcipio acusatorury jergchojde
jgfgnsa en el procesoggnal^Ed.Trivium. España. pJ3JLa acusación
correctiYa_aJa que se refiere la Sala Penal en su resolución 137rEi_
,1992, recoge, en último término, este principio, pues las_
modificaciones a la acusación se hacen en la
defensa que el propio interesado explícitamente convalidó.37
Como ya se mencionó supra, si la Sala Penal ha admitido la
acusación correctiva hecha al inicio del debate, no hay_rúnguna
razón para que. na pueda aceptarse, de igual forma, un
requerimiento de elevación ajuicio_que contenga diferencias
con el auto d^j^ro^sjmijjmtp^j^
una acusación correctiva que en lugar de plantearse al inicio
del debate se formula al finalizar la instrucción. La diferencia
entre una y otra situación, no existe, por lo que no se justifica,
como ocurrió en el fallo comentado, la anulación de la sentencia
o la del requerimiento de elevación a juicio, ya que las
incongruencias entre el auto de procesamiento y el
requerimiento de elevación a juicio se pueden rectificar o
subsanar en la etapa intermedia del proceso o durante los actos
preliminares del debata__
VIII-Relaciones entre la jurisprudencia penal y
constitucional. La nulidad por desobediencia de un
mandato de la Sala Constitucional.
el que la Sala Penaln?suelve la
causa contra R.A.L. y otros plantea muchos interrogantes sobre
37 En el debate no se planteó ninguna polémica sobre la firma que
consignó el encartado en el cheque que entregó al ofendido, pues es
un hecho que admitió el encartado. La controversia se suscitó
respecto a la autorización que tenía el imputado para firmar cheques
de la cuenta corriente de su esposa. El acusado manifestó que le
había advertido al ofendido que no tenía autorización de firmar los
cheques, (ver sentencia N-216-B-91 del Tribunal Superior Segundo
Penal, Sección Segunda- en causa contra José Alberto L.S. por el
delito de Uso de Documento con ocasión de Estafa en perjuicio de
Wilberth Gerardo Palma Jiménez.)
43
las relaciones entre la jurisdicción penal y la constitucional, sin
embargo, si el análisis se concentra en el tema de la nulidad,
surgen algunos problemas en los que parece sobrevivir una
concepción formal sobre las este tema.
Los hechos procesalmente relevantes en la causa contra
R.A.L. y otros, son los siguientes:
1-»...A las cero horas con cinco minutos del sábado
veinticinco de agosto de mil novecientos noventa el Tribunal
de juicio se constituyó en la Sala de Debates, habilitó horas y
procedió a darle lectura a la parte dispositiva de la sentencia en
presencia de todas las partes Días antes del inicio del
debate, el imputado R.A.L. interpuso un Recurso de
Inconstitucionaljdad contra el precitado artículo de la Ley de
Sustancias Psicotrópicas, Drogas de uso no autorizado y
Actividades conexas. El día viernes 24 de aquel mes la Sala
Constitucional, mediante resolución de las 15:01 horas, dio
curso a la acción de inconstitucionalidad referida y la
comunicación escrita sobre el trámite de esa acción no llegó a
conocimiento del Tribunal de mérito- vía telegrama- sino hasta
las ocho horas y diez minutos del lunes 27 de agosto,
comunicación cuyo contenido- en lo que interesa, es el siguiente:
Que se ha dado curso a la acción de inconstitucionalidad
, así se le informa para que en los procesos o
procedimientos en que se discuta la aplicación del citado
artículo, no se dicte resolución final mientras la Sala no haya
hecho el pronunciamiento del caso...... El Tribunal de Juicio ya
había dictado la parte dispositiva del fallo antes de recibir la
comunicación de suspensión de la Sala Constitucional.
2-Que a las siete horas con cuarenta y cinco minutos del
veintinueve de agosto el Tribunal de juicio de Alajuela recibió
un segundo telegrama de parte de la Sala Constitucional, en el
44
que se le consignada el por tanto de la siguiente
resolución:»... Vistos los dos escritos anteriores, y considerando
que el contradictorio se cierra con la lectura integral de la
sejitencia,^painel caso qu£jntere^a,j^solución final, la Sala
reitera, como oportunamente lo puso en conocimiento del
Tribunal Superior Penal de Alajuela, Sección B, dicha lectura
no podrá efectuarse de acuerdo con lo dispuesto en el artíc T o
81 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, toda vez que esta
admitida para su trámite, Acción de Inconstitucionalidad-....».
3-A pesar de las resoluciones de la Sala Constitucional
a las que se ha hecho referencia, el Tribunal de Alajuela procedió,
a las diecisiete horas con cuarenta minutos del 29 de agosto, a
darle lectura integral a la sentencia.
a-El efecto vinculante de las resoluciones de la Sala
Constitucional. Limitaciones e incongruencias.
el
^criterio de la Sala Constitucional, cuando afirma que «el
j^nntrgdjrtorin SP Hprraj^onja lectura integral de la sentencia»38
La misma jurisprudencia_deia^^ala Penal rechaza tal concepto^
38 Vélez Mariconde, Alfredo. «Derecho Procesal Penal» Ed.Marcos
Lerner, Tomo I-Córdoba, Argentina-1982, p.433. JDe _La... Rúa,
Jamando. «Proceso y Justicia»-Ed.Lerner.Argentina-198,0, p.93.
Leone, Giovanni. «Tratado de Derecho Procesal Penal» Ed.Jurídicas
Europa-América. Tomo II-Argentina. 1963-p.373. Torres Bas, Raúl.
«El procedimiento penal argentino»-Ed. Lerner. Córdoba, Argentina.
Tomo II- 1987-p.573 y 574. Núñez, Ricardo.»Código Procesal Penal
de la Prov.de Córdoba»Ed.Lerner. Córdoba, Argentina. 1986-p.371).
Moreno Catena , Víctor y otros.»Derecho Procesal». Ed.Tirant lo
Blanch-Valencia, España. Tomo II,vol I-E1 proceso penal.-l 987. p.471
y 477. Todos estos autores consideran que la sentencia se forma tras
su discusión y votación. Es decir, el contradictorio no concluye con
45
 jin_embargo, lo admite en_virtud_delAfecto_ vinculante de las
decisiones de lámala Constitucional, yjJjcjueji.JLai jurispjudencia
j_]os_pj:ej:j'dmtfis~. de ^
vinculantes erga omnes, salvo para sí misma..».(yerbar1.1^ dej^
^.de la inconstitucional). Esta Disposición es imprecisa, porque
no_identifica claramente el tipo de resoluciones que son
vinculantes, como sí _lp hace la constitución española, cuando
establece que sólo las sentencias «.. que declaren la
inconstitucionalidad de una ley o de una norma con fuerza de
ley y todas las que no se limiten a la estimación subjetiva de un
derecho, tienen plenos efectos frente a todos...».39 La omisión
m£n£^orwda^rjrpyoca_unajiipjertrofia de los efectos jurídicos de
jas resoluciones dictadas por la Sala ConstLtjagiQnalz_Bues_je__
ejdiejncle_su^obligatoriedad a las resolu^mr^ejsjnterlocutorias
jautos), tal como efectivamente lo determinó la Sala Penal. Sin
embargo, el texto del artículo 13 de la LJ.C. debe interpretarse
restrictivamente, circunscribiendo la obligatoriedad erga omnes
de las resoluciones de la Sala Constitucional a las sentencias
definitivas que resuelvan acciones de inconstitucionalidad o
Jas que no se limiten a la estimación subjetiva de un derecho,
pues si se extiende su obligatoriedad a los autos o a otras
sentencias con efecto específico sólo para las partes, se lesiona
la independencia de los jueces, provocándose, de paso, una
la lectura integral de la sentencia, como lo sostiene la Sala
Constitucional, sino que se cierra con la votación y lectura deja
.parte d ispositi va deljfalkL_
39 El artículo 136 de la constitución italiana establece una norma
parecida, limitando el efecto erga omnes de las decisiones
constitucionales a las leyes y a los actos con fuerza de ley. En iguales
términos lo prevé el artículo 94.2 de la constitución alemana y el 62
de la constitución francesa. En ninguna de las normas citadas se deja
abierta la posibilidad, tal como ocurre con el artículo 13 de la ley de
la jurisdicción costarricense, que los autos interlocutorios puedan
tener un efecto vinculante.
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inconveniente y peligrosa concentración de lc^ poderes
jurisdiccionalgs en la Sala Constitucional.40 Si ja Sala Penal
hubiese aplicado una interpretaciónLrestrictiva del artículo 13
de la L.J.C., definiendo su contenido conforme a lo que establece
la doctrina y el derecho comparado, podría haber rechazado el
efecto vinculante del auto dictado por la Sala Cuarta,41 en cuyo
el resultado de la decisión habría sido diferente, porque si
jgljzcmjradictorio^jg_cierra_con la notificación de la parte^
dispositiva de kjej\tejKiajjiCLCQn_la lectura integral del fallo,,
ta^como lojdeterminó la Sala Constitucional, no se habría
declarado la nulidad del debate y de la sentencia, de acuerdo
con la decisión de la Sala Tercer^Tvoto 699-F del año
40 El problema se agrava por la intervención que tiene la Sala
Constitucional en el recurso de babeas corpusijEn estos casos la
decisión se limita a la estimación subjetiva de un derecho, sin
embargo, las deficiencias del artículo 13 de la L. de la J.C. le darían
efecto vinculantea tales rpsnlurinnps, pervirtiéndolos efectos reales
que debe tener la norma citada.
41 Aunque la Sala Constitucional declaró que su orden tenía un efecto^
vinculante (según lo establece el artículo 13 de la LJ.C.) respecto a
^lajnterprejacjón de los artículos 393 y 396 del c.p.p.. tal declaración
jpuede rechazarla la Sala Penal, porque existen razones técnica;; y_ _
f~_ constitucionales para darle un efecto diferente. Jij TribunaLde
' Alajú elajdebió obedecer la resolución de la Sala Constitucional, pero
la Sala Tercera, como máximo tribunal en la jurisdicción penal, no
tiene la obligación de acatar una oVfíniHón que pvrpHp pl
contenido de] art.13 de la LJ.C. La Sala Per^] ?l
_de Casación tiene plenos pndprps para interprptar las Hpri«;innpg_Hp
la Sala Constitucional, especialmente si aquellas inciden directamente
sobre el tema medular del recurso.
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 b-La nulidad de una sentencia judicial y la desobediencia a ^necesidad de repetir todo el procedimientg^a
una orden de la Sala Constitucional. j3Oj j?jj?inj5]pzj:onja anulación parcial de una sentencia que sea
omisa respecto a la fundamentación de los criterios sobre
individualización de la pena.42 En el caso comentado_gólojsg
requería ordenar una nueva lecturaj.ntegral del fallo. No era
Aún admitiendo que «el contradictorio se cierra con la
necesario anular el debate y la parte dispositiva de la sentencia,
lectura integral de la sentencia», tal como lo definió la Sala
jmes en estos actos no se irrespetó ninguna regla fundamental
Constitucional, la nulidad de la sentencia condenatoria contra
del debido proceso. Si sej^retejidÉ^rajn^^^
R.A.L y otros, no era necesaria, en virtud de los siguientes^
delasórdenes impartidas por la Sala Constitucional, el remedio
Argumentos:
r\o puede ser la anulación retroactiva de actos que no tienejt
riada que ver con lo ordenado por aquella, sino que debgi
i-La desobediencia del Tribunal de Alajuela al darle
estado que esjabaaLmomento
Jgctura integral a la sentencia, no debe_j^mediarse con la
sgj)rden'ó su pgralizaáón.J^) único que debió anularse fue la
^nulidad, porque tal infracción, por sí misma, no constituye una
lectura integral de la sentencia, ordenando su repetición, siempre
^violación a las reglas fundamentales del proceso. Laj>entencia
y cuando se hubiese rechazado acción de inconstitucionalidad,
condenatoria dictada en este caso nunca se ejecutó. Nojuyo,
como efectivamente ocurrió. El yoto 699-F de 1921_es una
por tanto, ningún efecto real, que es uno de los aspectosjjue
buena muestra de lasara ves deficiencias normativas que existen
_siempre examina la Sala Penal al decretar la nulidad de algún
respecto a las relaciones entre la jurisdicción constitucional y la
jjgto del proceso. La desobediencia de los jueces nunca ocasionó
jurisdicción penal, por esta razón la Sala Penal, al resolver el
la lesión efectiva de alguno de los derechos de los acusados. El
recurso de casación en el caso comentado, no pudo aplicar, en
posible perjuicio al principio de autoridad, no j^remedia con
toda su extensión, los principios jurisprudenciales que definen
lajmulación de un acto que en último término no tuvo ninguna
las funciones de la nulidad en el proceso penal.
^ficacia. La^desobediencia a una orden judicial no puede
convertirse eniuna caugaldejmlidad autónomaj^menos cuando
tal mandato está contenido en una resolución interlocutoria^n
Jajjue no se define realmente la eonstitucionalidad d
o de un acto Si la sentencia condejiatori^jiunra se ejecutó, no
existe interé¿rgcg§a¿|r^la nulidaíDLadesobediencia a uña
orden, aunque sea de la Sala Constitucional, nn
la nulidad del acto, máxime cuando el recurso de
Jnconstitucionalidad fue declarado sin lugar. 42 Ygr los siguientes fallos de la SalaTercera Penal: voto 14Q-F-91 • voto
189-F-1991; voto3Ó3^F-1991; vótÓ402-F-1991; voto 609-F-Í991; voto
109-F-91 y 645-F-91. jn todos estos casos, nosejnuló el debate ni la
ii-De acuerdo con la doctrina de la Sala Penal, las> sentencia en su totalidad. La Sala decretó la nulidad parcial de la
nulidades, aunque sean absolutas, deben subsanarse sjrT) pena, ordenando celebramruuievo debate en el que sólo se discutiera
OosjTiterios de individualización de
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49
 IX-Conclusiones.
Penal sobre las nulidades, _se__sintetiza en lQs^_siguieiites
principios:
1-La irregularidad o yerro procesal que justifica una
Itulidad debe ocasionar un perjuicio real e irreparable a la
vigencia de alguna de las garantías constitucionales del proceso.
Por esta razón, jas irregularidades en el contenido del_
requerimiento de elevación a juicio deben subsanarse en el
debate, sin necesidad de ordenar el reenvío de la causa a la fase
de instrucción.
desarrollado la Sala Penal, no debería_dgcretarse_la nulidad del
rquerimiento o de la sentencia, cuando se
existe alguna incongruencia entre el auto deprocesamiento y el
jjzq^imien^dej^ justifica,
conforme a la jurisprudencia mencionada, Ja nulidad de la
sentenciajojiel requerirniento_de elevación^ajuicio cuando se
ha rechazado la oposición infundada de la defensa al
requerimiento de elevación a juicio.. Enjos dos casos citados, la
nulidad no cumple ninguna función procesal, pues los vicios
enj?l proceso, aunguejesionan las garantías de la defensa, se
j>ueden subsanar al concluir la instrucción o durante los act_os
jjreyios al debate.
5-La desobediencia a los mandatos de la Sala
Constitucional no se subsanan con la nulidad retroactiva de
jgtos y resoluciones, salvo que se haya ocasionado una
irremediable lesión a las garantías del debido proceso.

2-E1 irrespeto a las formas procesales, aunque sea

nulidad absoluta, debe subsanarse sin necesidad de anular
actos anteriores o conexos, excepto que se hayan conculcado
¡as garantías fundamentales de la defensa. Lg ri"1^3^ pc p1
_último recurso que debe utilizarse para corregir los yerros en el
jgrocedimiento.

3-La nulidad debe tener una (utilidad para el procesa

Para determinadla puede recurrirse a la eliminación hipotética^
jieljcto irregular y si sedetermina que aún con su exclusión, la
jierísióji hubiese sido la misma, entonces se demuestra, en
jgincipio, la inutilidad de la nulidad. Se logra mediante este
procedimientojdentificar los casos en que se pretende la nulidad
por la nulidad misma.

4-Conforme a la doctrina sobre nulidades que ha

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 , t '

Este libro se terminó de imprimir en el mes de agosto de

1994, en los Talleres de Mundo Gráfico, S.A. de San José,
Costa Rica. Su edición consta de 1500 ejemplares en
papel bond 20, con portada en cartulina barnizable tipo 12.