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1 DE ENERO DE 2022

LA LITURGIA

Dr. Juan A. Ruano

Nota: Iniciamos este 1 de enero, a manera de catequesis, un compartir sobre la Liturgia Tradicional de la
Iglesia. Se hace necesario para nosotros saber qué es lo que nos están quitando.

PARTE PRIMERA

1. La palabra Liturgia se deriva de dos palabras griegas (leiton = público; y ergon = obra, ministerio) que
significan obra pública o ministerio público. Antiguamente, se llamó Liturgia a todo servicio del Estado,
fuera profano o sagrado.

2. En la Sagrada Escritura significa ya solamente las funciones públicas sagradas y en la Iglesia Católica
se aplica esta palabra desde los tiempos apostólicos, para significar el rito que se observa en el sacrificio
de la misa, centro del culto divino. De aquí ha pasado a significar todo el culto eclesiástico.

3. Podemos decir que es «la expresión del culto público de la Iglesia» o el conjunto de acciones, palabras
y cosas con que se da culto público a Dios, según lo dispuesto por la Iglesia.

La Liturgia es como un gran libro por el que la Iglesia habla diariamente a los fieles, exponiéndoles las
augustas verdades de la fe y recordándoles los admirables preceptos del Cristianismo. A la vez es lo mas
poético, hermoso y profundo para el cristiano que sabe penetrar en el significado de la Liturgia católica.

La Liturgia es el culto que la Iglesia rinde a Dios, es el ejercicio de la virtud de la Religión, es la vida misma
de la Iglesia. Comprende no sólo las Rúbricas y ritos externos, sino lo que estos encierran de verdad: el
misterio de vida humana que sube hasta Dios y de vida divina que desciende a los hombres.

4. Liturgia no es lo mismo que estudio de las Rúbricas, que son prescripciones minuciosas acerca del
modo de practicar las ceremonias del culto católico. Estas son una parte de la Liturgia que tiene mas
alta dignidad, pues esta no es solamente una parte del cuIto público sino el mismo culto público de la
Iglesia.

5. Importancia de la Liturgia. - Como la Liturgia es la comunicación con Dios mediante el culto público,
es tan importante como la misma unión con Dios que causa por medio de los sacramentos. Ella transmite
a los hombres la vida divina y eleva hasta Dios la vida cristiana. Une a los cristianos con el sacerdote
eterno, Jesucristo, y con la vida divina de Jesucristo. Dice el Cardenal Lepicier, que: «la fe y la moralidad
de un pueblo están en relación directa con la vida litúrgica eucarística».

Puede comparársela con el universal servicio que presta a Dios toda criatura, desde la Luna señalando
la Pascua de Resurrección, centro de su ciclo litúrgico, los metales, piedras, sedas, etc., necesarios para
el culto, hasta los ángeles y santos, a quienes asocia a este homenaje prestado a Dios, cui servire
regnare
est, servir al cual es reinar.

6. La importancia del estudio de la Liturgia está clara con sólo considerar que ésta no es otra cosa que
el culto público de la Iglesia, manifestación de la virtud de la religión, como reconoce el mismo leader de
los modernistas, Loysi, al decir que el hombre es incurablemente religioso. Es lo mismo que afirmaba
Tertuliano, cuando hablaba del alma naturalmente cristiana que se inclina a pagar a Dios el «tributo de
servidumbre debido».
7. Por eso, como dice Dom Gueranger, no hay peor indicio de menguado espíritu cristiano que el mutismo
en la Liturgia, que hoy, por desgracia, es muy común en los fieles que no entienden el hondo significado
de las funciones litúrgicas en que toman parte. Y es que en educación se han puesto de moda muchas
teorías que no sirven para la formación del hombre total, del hombre que, antes que nada, es espíritu
inmortal, cuyo fin y cuyo origen es Dios mismo.

8. Decía el Nuncio de Su Santidad, Monseñor Ragonesi, en la clausura del Congreso Litúrgico de


Monserrat (l915): «La pedagogía de nuestra religión divina debe dirigirse a la formación no sólo del
hombre honrado, sino del hombre celeste, de que nos habla el Apóstol (1 Cor. 15,17), tipo de selección
divina, flor de perfección sobrehumana que no pueden producir las pedagogías al uso».

La Iglesia habla y obra por medio de la Liturgia. Habla para proclamar su fe, expresar sus sentimientos,
sus esperanzas, su amor e implorar el perdón de Dios; obra: aplicando los frutos de la Redención,
derramando los tesoros de Jesucristo sobre el mundo.

9. Caracteres de la Liturgia. - Podemos decir que es:

a) Sobrenatural o divina por su objeto que es la glorificación de Dios y del Dios-Hombre; Jesucristo; por el
sujeto que es nuestra madre la Iglesia, obra divina de Jesucristo y por el fin, que es derivar la vida divina a
los hombres, que recibimos del seno mismo de Dios.

b) Pública. Pues se ofrece en nombre del pueblo cristiano sin que tenga nada exotérico como los cultos
de las antiguas divinidades paganas.

c) Oficial. O sea que son actos de la Iglesia presididos por un ministro oficial de la misma.

d) Tradicional. Que es lo esencial. Procede de los tiempos apostólicos y es una en sí, aunque múltiple
en las varias Liturgias de Oriente y Occidente.

10. Objeto de la Liturgia. - Lo constituyen los ritos (ceremonias y fórmulas) y las normas (rúbricas,
decretos y costumbres) que regulan y ordenan dichos ritos.

11. Funciones litúrgicas. - Según el canon 1256 del Código de Derecho Canónico, son las manifestaciones
del culto que se practican en nombre de la Iglesia y según las normas por ella establecidas. Tales son no
sólo aquellas con que se honra a Dios sino las que directamente se dirigen a la santificación del hombre,
como son los sacramentos.

12. Las funciones extralitúrgicas. - Son Ios triduos, novenas, ejercicios espirituales, etc., que pertenecen al
culto externo privado, bien se hagan en particular o con asistencia de muchos fieles.

13. Se llaman mixtas cuando éstas van unidas con funciones propiamente litúrgicas, con la exposición de
Su Divina Majestad, por ej., etc.

ORACIONES DEL ROSARIO TRADICIONAL


Las Intenciones por la Iglesia, Nuestra Nación y el Mundo son las siguientes:

Dios Padre nuestro, por favor envíanos sacerdotes santos, todos por el Sagrado y Eucarístico Corazón de
Jesús, todos por el Doloroso e Inmaculado Corazón de María, en unión con San José
Rogamos por la Restauración de la Fe Católica en el mundo
Por la Libertad Religiosa en todo el mundo
Por la Paz y la Libertad en todos nuestros países
Por el Fin del aborto y el Respeto a la Vida

Oraciones Enseñadas Por El Ángel En Fátima


¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te
aman!
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te
aman!
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te
aman!

Santísima Trinidad, te adoro! Dios mío, Dios mío, te amo en el Santísimo Sacramento.

Santísima Trinidad, te adoro! Dios mío, Dios mío, te amo en el Santísimo Sacramento.

Santísima Trinidad, te adoro! Dios mío, Dios mío, te amo en el Santísimo Sacramento.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo
Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en
reparación de los ultrajes con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y
del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.

LOS MISTERIOS GLORIOSOS DEL SANTO ROSARIO

Por la señal de la Santa Cruz,


de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios nuestro.

En el nombre del Padre


y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

V/ . Señor abre mis labios,


R/. y mi boca proclamará tu alabanza.
V/. Dios mío, ven en mi auxilio,
R/. Señor, date prisa en socorrerme.

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre todopoderoso,


Creador del Cielo y de la Tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo,
Nuestro Señor, que fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de
entre los muertos, subió a los cielos
y está sentado a la diestra de
Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los Santos,
el perdón de los pecados
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.

1 Padre Nuestro

Padre nuestro
que estás en el cielo
Santificado sea tu nombre
Venga tu reino
Hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día


Perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden
No nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Amén.

3 Ave Marías

Dios te salve, María


Llena eres de gracia
El Señor es contigo
Bendita tú eres entre todas las mujeres
Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios


ruega por nosotros, pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

Gloria

Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo


Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Amén.

Primer Misterio Glorioso

Resurrección de nuestro Señor Jesucristo de entre los muertos

1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora, no te olvides de
nosotros en aquella última hora.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al Cielo,
especialmente las más necesitadas de tu misericordia.

Santa Madre de Dios, uno estas rosas blancas con mi petición por la virtud de la fe y humildemente pongo
este ramo de rosas a tus pies.

Segundo Misterio Glorioso

Ascensión de nuestro Señor Jesucristo a los cielos

1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora, no te olvides de
nosotros en aquella última hora.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al Cielo,
especialmente las más necesitadas de tu misericordia.

Santa Madre de Dios, uno estas rosas blancas con mi petición por la virtud de la esperanza y
humildemente pongo este ramo de rosas a tus pies.

Tercer Misterio Glorioso

La venida del Espíritu Santo en los Discípulos y la Santísima Virgen María

1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora, no te olvides de
nosotros en aquella última hora.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al Cielo,
especialmente las más necesitadas de tu misericordia.

Santa Madre de Dios, uno estas rosas blancas con mi petición por la virtud de la caridad y humildemente
pongo este ramo de rosas a tus pies.

Cuarto Misterio Glorioso

Asunción de la Santísima Virgen María al cielo

1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora, no te olvides de
nosotros en aquella última hora.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al Cielo,
especialmente las más necesitadas de tu misericordia.
Santa Madre de Dios, uno estas rosas blancas con mi petición por la virtud de la unión con Cristo y
humildemente pongo este ramo de rosas a tus pies.

Quinto Misterio Glorioso

Coronación de la Santísima Virgen María en el cielo

1 Padre Nuestro,
10 Ave Marías,
Gloria.

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora, no te olvides de
nosotros en aquella última hora.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al Cielo,
especialmente las más necesitadas de tu misericordia.

Santa Madre de Dios, uno estas rosas blancas con mi petición por la virtud de la unión contigo y
humildemente pongo este ramo de rosas a tus pies.

La Salve

Dios te salve, Reina y Madre de


misericordia, vida y dulzura y
esperanza nuestra:
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos
de Eva; a ti suspiramos, gimiendo
y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos y, después de este
destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente! ¡oh piadosa!
¡oh dulce Virgen María!

V. Ruega por nosotros santa


Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos
de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración a San Miguel Arcángel

“¡Oh glorioso príncipe de las milicias celestiales, San Miguel arcángel, defendednos en el combate y
terrible lucha que tenemos que sostener contra los poderes y potestades, contra los príncipes de este
mundo de tinieblas y contra los malignos espíritus (Ef. 6, 12)! Venid en auxilio de los hombres que Dios
hizo inmortales, formó a su imagen y semejanza, y redimió a gran precio de la tiranía del demonio (Sab. 2,
23; 1Cor. 6, 20).

“Pelead en este día con el ejército de los santos ángeles las batallas del Señor, como en peleasteis en
otra ocasión contra Lucifer, jefe de los soberbios, y contra los ángeles apóstatas, que fueron impotentes
para resistiros, y para los cuales no hubo ya lugar en el cielo.
“Sí, ese monstruo, esa antigua serpiente que se llama demonio y Satanás, que seduce al mundo entero,
fue precipitado con sus ángeles al fondo del abismo (Apoc. 12, 8-9). Pero he aquí que este antiguo
enemigo, este primer homicida ha levantado fieramente la cabeza. Transfigurado en ángel de luz y
seguido de toda la turba de espíritus malditos, recorre la tierra entera para apoderarse de ella y desterrar
el nombre de Dios y de su Cristo, para robar, matar y entregar a la eterna perdición a las almas destinadas
a la eterna corona de gloria. Además de los hombres de alma ya pervertida y corrompido corazón, este
dragón perverso lanza encima, como un torrente de fango impuro, el veneno de su malicia, es decir, el
espíritu de mentira, de impiedad y blasfemia, y el soplo emponzoñado de la impureza, de los vicios y de
todas las abominaciones.
“Enemigos llenos de astucia han llenado de injurias y saturado de amargura a la Iglesia, esposa del
Cordero inmaculado; y sobre sus más sagrados bienes han puesto sus manos criminales. En el mismo
lugar santo, donde ha sido establecida la silla de Pedro y la cátedra de la verdad, que debe iluminar el
mundo, han alzado el abominable trono de su impiedad, con la intención perversa de herir al Pastor y
dispersar el rebaño.

“Os suplicamos, pues, oh Príncipe invencible, socorráis al pueblo de Dios contra los ataques de esos
espíritus malditos, y le concedáis la victoria. Este pueblo os venera como su protector y patrono, y la
Iglesia se gloría de teneros por defensor contra las malignas potestades del infierno. Dios os ha confiado
el cuidado de conducir las almas a la celeste bienaventuranza. ¡Ah, rogad, pues, al Dios de paz, ponga
bajo nuestros pies a Satanás y de tal modo aplastado, que no pueda retener más a los hombres en la
esclavitud, ni causar perjuicio a la Iglesia! Presentad nuestras súplicas ante el Todopoderoso, para que
seamos prevenidos cuanto antes de las misericordias del Señor. Apoderaos del dragón, la serpiente
antigua que es el diablo y Satanás, encadenadlo y precipitadlo en el abismo, para que no pueda seducir
más a las naciones (Apoc. 20, 2-3). Amén.

Por lo tanto, confiando en tu protección y tutela, por la sagrada autoridad de la Santa Madre Iglesia, con
confianza y seguridad comenzamos la tarea en el nombre de Jesucristo nuestro Dios y Señor, de
ahuyentar los ataques del engaño diabólico.

V/ He aquí la cruz del Señor, huid, potestades enemigas;


R/ Venció el León de la tribu de Judá, el vástago de David.
V/ Cúmplanse en nosotros, Señor, vuestras misericordias;
R/ Como hemos esperado de Vos.
V/ Escuchad, Señor, mi oración:
R/ Y llegue mi clamor hasta Vos.

Oremos:

Oh Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, invocamos Tu santo nombre, y humildemente imploramos
Tu misericordia, para que por la intercesión de la Madre de Dios María Inmaculada siempre Virgen, del
Beato Miguel Arcángel, del Beato José Esposo del Misma Santísima Virgen, de los bienaventurados
apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos, te dignes ayudarnos contra Satanás y todos los demás
espíritus inmundos y contra todo lo que vaga por el mundo para hacer daño a la raza humana y arruinar
las almas.

Por el mismo Cristo Nuestro Señor,

R. Amén.

Consagración a la Virgen
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!, yo me ofrezco enteramente a Vos y, en prueba de mi filial afecto, os consagro
en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón. En una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo(a)
vuestro(a), oh Madre de bondad, guardadme y protegedme como cosa y posesión vuestra.

Madre, aquí tienes a tu hijo(a). (3X)

En Ti, dulce Madre mía, he puesto toda mi confianza y nunca jamás seré confundido. Amén.
V. Oh dulce Corazón de María,
R. Sed mi salvación.
V. Ave María Purísima,
R. Sin pecado concebida. Amén.

En el nombre del Padre


y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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