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EL DISCURSO

JURÍDICO
Introducción:
El discurso es una herramienta compleja, cuya primera aplicación y
perfeccionamiento en el campo jurídico tuvo lugar en la antigua Roma. La esencia
del discurso es la argumentación, la cual es una actividad racional, relativa al
lenguaje, en la que se exponen razones que son la parte central de un discurso.

Los razonamientos encuentran en el lenguaje, su expresión en el mundo material;


de ahí que el lenguaje, no es un simple medio para comunicar la argumentación,
sino que la acción de argumentar se fundamenta en la utilización del lenguaje.
El Lenguaje:

Es la facultad desarrollada por los hombres y mujeres para comunicarse con sus
semejantes, y todos los habitantes del planeta tierra, en su relación social.

Se emplea el lenguaje como instrumento para comunicar a otras personas lo


que piensan y lo que sienten.

Por otra parte, aunque el individuo tenga la facultad de procurarse un sistema


de comunicación, este no podría funcionar si no se establecieran relaciones
humanas.
La Argumentación:

Argumentar es dar razones, ofrecer en el discurso puntos de apoyo


para que el auditorio se convenza de la “corrección” de lo que el
hablante defiende o propone.

Argumentar es razonar, y también fundamentar, justificar y motivar.


Razonar porque precisamente suministra razones que apoyen lo que
el hablante sostiene.
¿Qué es argumentar?

Es dar razones (argumentos) en favor o en contra de una opinión, de


una doctrina, de una acción, de una decisión, etc.

La argumentación se fija en los aspectos materiales, de contenido, del


lenguaje.

Es un razonamiento que persigue la aceptación o el rechazo de una


tesis propuesta.
Los teóricos de la Retórica distinguen, ya desde la antigüedad
clásica, tres componentes retóricos de todo acto
comunicacional:

1. El Logos.

2. El Ethos.

3. El Pathos.
1. El Logos:

Es el verbo, las palabras, en cuanto respetan un sentido lógico, tal


como lo entendemos su significado y al mismo con coherencia en los
términos.

Tiene que ver con el discurso mismo, con la forma de argumentar


para que el público lo apoye.
2. El Ethos:

Hace referencia al tipo de persona que es el emisor, y a su relación con el

destinatario. Se refiere a cómo se presenta el emisor del discurso, a

través de lo que muestra y lo que dice. Se manifiesta en quien enuncia el

discurso, en la posición que adopta para argumentar, en el lugar desde

el que se ubica, siempre pensando en la intención del discurso.


3. El Pathos.

Es la pasión o fuerza emotiva que ponemos en las palabras.

Se pone en juego las emociones. El emisor intenta persuadir poniéndose en el lugar


del público, generando empatía. Si el Ethos se enfoca en el enunciador, el pathos se
enfoca en la audiencia. El Pathos no deja indiferente a la audiencia, puede generar
ira, tristeza, solidaridad, compasión, etc. Sobre todo, es importante mostrarse como
uno más; por eso precisamente los discursos populistas logran calar tan hondo en las
audiencias.
Importancia:

Toda expresión comunicacional conlleva un componente retórico,


esto sucede con mayor razón en aquellos actos o procesos de
comunicación en los que la finalidad del hablante o de los hablantes
es convencer a otros para que crean o hagan algo (o dejen de hacer
algo). En el Derecho este tipo de discurso es habitual, lo que se
expresa a través del Discurso Jurídico.
DISCURSO JURÍDICO
Es todo acto comunicacional propio de los juristas, y entendemos por
“jurista” a todos los profesionales del Derecho. Manejamos a este respecto
un concepto amplio de jurista.

Son juristas: a) Los que participan en la creación de textos del ordenamiento


jurídico (parlamentarios, funcionarios y empleador de la administración
pública, jueces, etc.); b) Los que construyen el sistema jurídico o sistema
doctrinal (tratadistas, historiadores del Derecho); c) Los juristas prácticos
(abogados, fiscales, procuradores, etc.).
En suma, tan jurista es un abogado que redacta un contrato de
arrendamiento, como un asesor del senado que elabora un proyecto
de ley, o un penalista que publica un tratado de Derecho Penal.

Todos los juristas se caracterizan porque usan un lenguaje jurídico en


su actividad profesional. Hablan y escriben, no sobre cualquier cosa,
sino sobre asuntos jurídicos y al hacerlo, emplean una terminología
propia: el lenguaje de los juristas.

Se trata de un lenguaje especializado, la gente que no ha pasado por


estudios de Derecho, no lo entiende plenamente.
Definición de Discurso Jurídico

Acto o conjunto de actos comunicacionales realizado por un jurista,


ya sea en forma oral o escrita, dirigido a un auditorio cualquiera
(formado por juristas o no) y cuyo contenido es un mensaje, o varios
mensajes relacionados, con un ordenamiento jurídico o con diversos
ordenamientos jurídicos.
Estructura del Discurso Jurídico:

Es importante para el orador jurídico estructurar adecuadamente su


discurso, pues debe ser capaz de hablar con claridad y exactitud. Por
lo que el Discurso Jurídico comprende 3 etapas o momentos:

1. La introducción.
2. El cuerpo o desarrollo del discurso.
3. La conclusión.
1. La introducción:

Esta primera parte del discurso persigue atraer la atención del


auditorio y predisponerlo a favor del tema, por lo menos prepararlo
para que escuche la argumentación que ha de presentarse, con cierta
inclinación e indulgencia, incluso con la curiosidad propia de quien
espera conocer el contenido jurídico del discurso y la manera en que
sea presentado por el orador jurista.
2. El cuerpo o desarrollo del discurso:

En esta parte del discurso debe establecerse su medula. Se


recomienda antes de la exposición pública, establecer algunos puntos
principales fáciles de recordar que no deben ser olvidados y además
deben ser expuestos en un orden determinado. Estos son llamados
puntos medulares del discurso y constituyen el cuerpo de este.
3. La conclusión:

Con la conclusión se persigue dejar en la audiencia una actitud


favorable al orador y por ende, a nuestro caso.

Entonces, no debe finalizar abruptamente, sino con una frase o cita


contundente que reafirme lo dicho en el cuerpo del discurso.
Recomendaciones para un buen Discurso
Jurídico:
- Señalar con claridad la diferencia entre lo que está probando y lo que falta
probar.

- Precisar el significado de los conceptos, a fin de evitar las falacias.

- Diferenciar entre opiniones y hechos.

- Apoyar la tesis con ejemplos concretos.

- Considerar las contraargumentaciones posibles.


El Retórico no nace sino que se hace. Bien es cierto que hay ciertas
cualidades naturales que ayudan como por ejemplo la voz, la
capacidad verbal fluida, el ingenio, etc.

Pero no son suficientes. Por eso se aconseja como requisito


incuestionable, la práctica continua, ejercitarse una y otra vez, he ahí
la clave para llegar a ser buen orador.

Además, dejarse aconsejar por quienes sepan el arte de la retórica y


así corregirá sus fallos y sus errores.
En la preparación del Discurso Jurídico, se enfrentará a
las siguientes tareas:

a) La inventio.
b) La dispositio.
c) La elocutio.
d) La memoria.
e) La actio o pronuntiatio.
a) La inventio:

La invención consiste en la actividad de descubrir, inventar o hallar


todos los elementos y aspectos que el discurso ha de contener.
Presupone la elección del tema o asunto. El comienzo de la
preparación del Discurso Jurídico exige que el emisor sepa lo
suficiente como para orientarse en el asunto. Se recomienda escribir
en una hoja, lo más claramente expuesto.
b) La dispositio:

La disposición consiste que una vez que tenemos nuestro tema


definido, dar un orden que permita al auditorio seguir el hilo de lo
que se expone discursivamente. Idealmente debe seguir la estructura
ya estudiada. La coherencia del Discurso Jurídico otorga al auditorio
la sensación de armonía. Debe realizarse un esquema básico o
pormenorizado.
c) La elocutio:

Una vez tenemos el discurso ordenado de acuerdo con un esquema


adecuado, se plantea la necesidad de elegir las palabras y expresiones
idóneas que vamos a usar. Esta es la tarea de la elocución, que es la manera
de expresarse. El lenguaje es rico y nos permite usar no sólo diversas
palabras, sino asimismo diversas formas expresivas. Si hablamos de un
auditorio de especialistas el modo de hablar tiene que ser el de los
especialistas.
d) La memoria:

Una vez que tenemos ordenado el discurso, con un esquema básico o


pormenorizado y que hemos elegido las palabras adecuadas y las
formas de expresión que encaja con el tipo de público que vamos a
tener, es necesario memorizar. Memorización es el ejercicio de
repetición (mental o hablada) que es necesario para que el discurso
quede grabado lo mejor posible en nuestra mente.
e) La actio o pronuntiatio:

Es el momento decisivo del Discurso Jurídico. Es el acto mismo de


pronunciar el discurso. Un buen orador es el que se siente cómodo
ante el auditorio, por grande o complejo que éste sea. Por eso, su
actitud ha de ser relajada. Hay que acostumbrarse a no leer. La voz y
el ritmo constituyen aspectos esenciales. Asimismo, el manejo de las
pausas.

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