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¿QUÉ ES LA TERAPIA GESTALT?

La Terapia Gestalt es una terapia psicológica humanista que busca desarrollar el


potencial humano y el crecimiento personal. Se trata de una forma de psicoterapia
utilizada para tratar diversos trastornos psicológicos y emocionales, la cual nos
acerca a conceptos como la toma de conciencia, la autorrealización, el desarrollo
personal y la autoestima.
Esta terapia procura integrar las conductas, sentimientos y pensamientos del
paciente, de manera que sus intenciones y acciones estén enfocadas en
conseguir una salud mental óptima. El psicólogo ayudará al paciente a que sea
más consciente de sí mismo, a pensar más en el presente y a asumir más
responsabilidades en el cuidado de su vida. Las técnicas de la terapia gestáltica
incluyen:
 La confrontación.
 El análisis de los sueños.
 El juego de roles.

¿POR QUÉ SE REALIZA?


La Terapia Gestalt está enfocada principalmente en lo que se está pensando y
sintiendo ahora, no en lo que pudo ser o cómo debería haber sido. Consiste en
hacer que el paciente viva y sienta la realidad, dando un mayor protagonismo a
“cómo”, “porqué” y “para qué”.
El paciente debe adquirir más confianza en sí mismo y conocer los recursos que
tiene a su disposición para vivir más tranquilo y ser más responsable de sus
actuaciones. Es una terapia que cambia la mirada hacia uno mismo, hacia quién
tienes delante, potencia el presente y la conciencia mediante una actitud
comprensiva y amorosa.

¿EN QUÉ CONSISTE?


Consiste en una experiencia de desarrollo personal que facilita una serie de
herramientas terapéuticas que permitan desarrollar las capacidades anteriormente
comentadas. Es fundamental trabajar la capacidad de entender a los demás. Es
una especie de formación que cambia la visión de uno mismo.
Existen diferentes tipos en función de si es en grupo o individual:
TERAPIA GESTALT INDIVIDUAL: Sirve para restablecer el equilibrio emocional y
relacional de un paciente.
TERAPIA GESTALT GRUPAL: Ofrece un espacio creativo y de confianza para
que el paciente se conozca y crezca a través del grupo.
TALLERES GESTALT & CUERPO: Es un espacio para conectar y expresar las
verdaderas emociones del paciente con el apoyo de su cuerpo y del grupo.
MOVIMIENTO EXPRESIVO: Se trata de un espacio que llevará al paciente a
profundizar en sí mismo y a ampliar las posibilidades de que el paciente sea él
mismo.
¿CÓMO TE PUEDE AYUDAR?
La Terapia Gestalt es un enfoque psicoterapéutico efectivo para tratar procesos
de:
 Ansiedad.
 Casos de depresión.
 Dependencia emocional.
 Angustia.
 Etapas de cambio.
 Desorientación Laboral.
 Miedos.
 Baja autoestima.
 Crisis de relación.
 Adicciones.
 Crisis vitales.
 Procesos de duelo.
Ofrece un espacio seguro donde puedas expresarse y conocerse a uno mismo y
en el cual te guían hacia la autorrealización y el bienestar personal. En estas
sesiones de acompañamiento individual el paciente podrá expresarse y
conocerse. A partir de estas sesiones el paciente podrá actualizar sus
mecanismos automáticos e inconscientes para lograr una vida más plena y más
auténtica. Esto se consigue integrando los enfoques cognitivo, emocional y
corporal.

¿QUÉ ESPECIALISTA ES EL ENCARGADO DE TRATAR CON TERAPIA


GESTALT A SUS PACIENTES?
El médico especialista de la terapia Gestalt es un psicólogo que tenga formación y
esté especializado en este tratamiento de psicoterapia.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/terapia-gestalt#
TERAPIA GESTALT: ¿QUÉ ES Y EN QUÉ PRINCIPIOS SE FUNDAMENTA?

Muchas veces asociamos la psicoterapia a una forma de intervención que sólo


puede ser de utilidad para personas con graves problemas psicológicos o de
salud.
Es posible que esto sea así por la confusión que existe a la hora de diferenciar
conceptos como la psicología y la psiquiatría, o por la manera en la que los
medios de comunicación y las ficciones audiovisuales retratan a los
psicoterapeutas: personas que sólo entran en escena para ayudar a personas
infelices, que no logran sus objetivos y que, en muchos casos, se encuentran en
riesgo de exclusión social.
Sin embargo, esto no es así. Entre otras cosas, porque existen enfoques
psicológicos cuyo objetivo es disponer las herramientas terapéuticas necesarias
para que las personas puedan tender a la autorrealización y a la creación de un
sentido para sus propios actos. Es el caso de la Psicología Humanista, dentro de
la cual encontramos un tipo de terapia muy conocido: la Terapia Gestalt.

¿CÓMO ES LA TERAPIA GESTALT?


La Terapia Gestalt, o terapia Gestáltica, es un tipo de terapia psicológica que se
enmarca en la categoría de la Psicología Humanista en el sentido de que asume la
manera en la que el pensamiento humanista concibe al ser humano, sus metas y
su abanico de necesidades y potencialidades. Además, tal y como su nombre
indica, recoge los principios teóricos de la Psicología de la Gestalt y los utiliza para
proponer una forma de psicoterapia.
Los principales responsables del desarrollo de este tipo de psicoterapia son
autores como como Paul Goodman, Isadore From y, especialmente, Fritz Perls y
Laura Perls. Desde la consolidación de la Terapia Gestalt a mediados del siglo XX
se ha trabajado mucho para extender su aplicabilidad más allá de la psicología
clínica tal y como la entendemos clásicamente, y por eso es posible encontrar
formas de esta terapia en intervenciones sobre comunidades, organizaciones o
dinámicas de trabajo concretas.
En definitiva, la Terapia Gestalt ha florecido extendiéndose a una gran cantidad de
ámbitos sociales y humanos para poner en práctica los principios de la Gestalt en
todo tipo de objetivos. Es por eso que, aunque este tipo de terapia se relacione
con la idea de desarrollo personal, no se limita al ámbito de la clásica consulta
psicológica, sino que puede entenderse como una herramienta para redefinir los
estilos de vida en su totalidad.
LOS PRINCIPIOS DE LA TERAPIA GESTALT
La Terapia Gestalt pone énfasis en la manera en la que las cosas que se
experimentan son formuladas mentalmente, más que preocuparse por el
contenido de lo que nos ocurre. Esto significa que desde este tipo de terapia la
importancia recae en la forma en la que se experimenta algo, y no tanto en ese
"algo" en sí. No se interviene a partir de preguntas como "¿qué nos ocurre?", sino
desde el "¿cómo nos ocurre y cómo lo experimentamos?". Es un enfoque que
remarca el papel de las sensaciones subjetivas, ya que parte de los
planteamientos de la Psicología Humanista.
Este énfasis en los procesos por encima de los contenidos y de lo subjetiva por
encima de lo objetivo se puede desplegar en tres principios teóricos: la
experimentación del "aquí y ahora", la toma de conciencia y la responsabilidad.

1. AQUÍ Y AHORA
Desde la Terapia Gestalt se asume que los seres humanos percibimos todo lo que
nos ocurre como una experiencia unificada. Esto significa, entre otras cosas, que
nuestra idea de lo que es en futuro y el pasado no son más que proyecciones de
cómo vivimos el presente. En definitiva, trabajando nuestra manera de pensar el
presente estaremos interviniendo sobre nuestras maneras de plantearnos el futuro
por llegar y el modo en el que echamos la vista atrás para revisar el pasado.
Esta idea, por cierto, cuenta con el respaldo de unas investigaciones que hicieron
famoso al psicólogo Gordon H. Bower.
2. TOMA DE CONCIENCIA
La Terapia Gestalt es imprescindible tomar nota de lo que le ocurre a uno mismo.
Sólo a partir de ese modo se podrán detectar nuevas formas de formular la
experiencia del aquí y el ahora en términos que nos acerquen más a la
autorrealización.
Echar la mirada hacia las propias experiencias y pensamientos nos permite, por
un lado, ser mejores reconociendo nuestro estilo a la hora de experimentar, y por
el otro, tener más poder de decisión a la hora de cambiar nuestra manera de ver
las cosas. En otras palabras, podría decirse que ser honestos con nuestra manera
de experimentar nos permite desarrollar una mejor Inteligencia Emocional.
3. RESPONSABILIDAD
Tomar conciencia de los propios actos y estilos de experimentar las cosas implica
también asumir las consecuencias de esas opciones. A partir de la aceptación de
los errores y la hipotetización de los riesgos, se gana autonomía. Esto abre el
abanico de opciones y de concepción de sentidos en los que se puede actuar,
desde una perspectiva existencial.
La irresponsabilidad se considera fruto de una ilusión, una negación del presente y
una negativa a la hora de tomar conciencia. Es por eso que la Terapia Gestalt
enfatiza la necesidad de asumir responsabilidades, no ya para mejorar la
convivencia con los demás, sino para ser más libres y más capaces de dotar de
significado a nuestras vidas.
En definitiva, los terapeutas que se adscriben a la Terapia Gestalt entienden que
sus intervenciones deben centrarse en la autonomía y las potencialidades de la
persona. Una buena manera de experimentar lo que ocurre puede servir para
saber guiarse a uno mismo a través de esa jungla de opciones posibles, de
maneras de concebir la propia existencia.

CRÍTICAS A ESTA PRÁCTICA


La Terapia Gestalt ha sido duramente criticada, entre otras cosas, por no tener
una unidad de análisis concreta, con la que sea posible trabajar de manera
experimental sin perderse en palabras sin definiciones claras. Este hecho, que
tiene que ver con el intento de acercarse a la subjetividad de esta forma de
intervención (partir de definiciones rígidas podría dejar fuera parte de la realidad
de los pacientes, según esta perspectiva) hace que tampoco se pueda garantizar
la efectividad de la terapia.
Por otro lado, el carácter marcadamente ecléctico de la Terapia Gestalt también
crea recelos, dado que no fundamenta sus propuestas en un sistema teórico
unificado y sistematizado, como sí procura hacer la perspectiva conductista, por
ejemplo. Además, su inspiración en el psicoanálisis freudiano, basado en la idea
de que hay partes de la psique que entran en conflicto, también es visto como
parte de una herencia de pensamiento que queda fuera de la ciencia.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
https://psicologiaymente.com/clinica/terapia-gestalt-principios
FRITZ PERLS, EL PADRE DE LA TERAPIA GESTALT
Para conocer y comprender la Terapia Gestalt es importante contemplar sus
orígenes, sus influencias y sus fundadores, es decir, su historia. Con la finalidad
de evitar escribir un artículo excesivamente largo y denso, he optado por
fraccionar en tres entregas la biografía de Friedrich Salomon Perls (1893-1970),
más conocido como Fritz Perls y considerado junto a su esposa Laura Perls como
el creador y fundador de la Terapia Gestalt.
Friedrich Salomon Perls, nació el 8 de julio de 1983 en un gueto judío de las
afueras de Berlín. Fue el tercero y último hijo después de dos niñas —Else y
Grete—. Su padre, Nathan, era fraccionador (distribuidor) de vinos, viajante de
comercio y masón. Pasaba mucho tiempo fuera de casa y siempre mantuvo una
mala relación con Fritz. Amalia, su madre, judía practicante, provenía de la
pequeña burguesía y logró despertar en su hijo un interés por el arte y en especial
por la ópera y el teatro, que perduraría a lo largo de toda su vida.
Perls pasó su época inicial como estudiante en el Mommsen-Gymnasium de
Berlín, un centro escolar que con el transcurrir del tiempo recordaría con el
desagrado propio de una nefasta experiencia, debido al exceso de disciplina y al
ambiente antisemita que se respiraba en el centro del que, pese a ser un alumno
brillante, fue expulsado a los trece años de edad por mala conducta. Como
consecuencia, el padre de Perls le obligó a trabajar como aprendiz en una
bombonería.
Friedrich Salomon Perls, nació el 8 de julio de 1893 en un gueto judío de las
afueras de Berlín. Fue el tercero y último hijo después de dos niñas —Else y
Grete—. Su padre, Nathan, era fraccionador (distribuidor) de vinos, viajante de
comercio y masón. Pasaba mucho tiempo fuera de casa y siempre mantuvo una
mala relación con Fritz. Amalia, su madre, judía practicante, provenía de la
pequeña burguesía y logró despertar en su hijo un interés por el arte y en especial
por la ópera y el teatro, que perduraría a lo largo de toda su vida.
Perls pasó su época inicial como estudiante en el Mommsen-Gymnasium de
Berlín, un centro escolar que con el transcurrir del tiempo recordaría con el
desagrado propio de una nefasta experiencia, debido al exceso de disciplina y al
ambiente antisemita que se respiraba en el centro del que, pese a ser un alumno
brillante, fue expulsado a los trece años de edad por mala conducta. Como
consecuencia, el padre de Perls le obligó a trabajar como aprendiz en una
bombonería.
Con respecto a la relación que mantuvo con sus progenitores, Fritz dejó
constancia varias reseñas en su libro autobiográfico Dentro y fuera del tarro de la
basura:
“Mis padres eran judíos ‘asimilados’, en especial mi papá. Esto significa que, por
un lado vivía avergonzado de su pasado y que por otro, mantenía algunas de sus
costumbres tradicionales; iba al templo los días festivos, por si acaso dios estaba
en alguna parte. Yo no podía soportar esta hipocresía y tempranamente me
declaré ateo… mi padre odiaba a mi madre y amaba a otras mujeres jugando al
maestro francmasón. En público, ambos aparecían como amistosos”. Con el
tiempo, la relación entre Fritz y su padre empeoró considerablemente, hasta el
extremo de que a su muerte decidió no asistió al funeral.
Más adelante, Fritz Perls retomó sus estudios —ya por propia iniciativa—
matriculándose en una escuela liberal dotada de un profesorado humanista, el
Askaniches Gymnasium, donde entabló contacto con el mundo del teatro, una
vocación que el tiempo consolidaría. Fue en aquella época cuando se produjo uno
de los encuentros más significativos de Fritz a lo largo de su adolescencia al
conocer al director teatral Max Reinhardt, responsable de la compañía Deutsches
Theater, de quien acabó tomando clases y recibió una oferta para trabajar como
comparsa.
En una siguiente etapa de su formación, Perls inició los estudios de Medicina. En
1914, al declararse la Primera Guerra Mundial, fue eximido del servicio militar
debido a una dolencia cardíaca, no obstante, y en contra los deseos de su familia,
en 1915, con veintidós años, decidió alistarse como voluntario en la Cruz Roja y se
dedicó, casi en exclusiva, a tratar a soldados con lesiones cerebrales. En 1916,
fue destinado como médico a un batallón de zapadores en el frente de Bélgica.
Durante el resto de su vida, Perls recordó su experiencia bélica como la más
traumática experiencia de su biografía: “La vida en la agonía de los fosos: horror
de vivir y horror de morir”.
Finalizada la contienda mundial, en 1920, Perls completó sus estudios de
Medicina y obtuvo el doctorado por la Universidad Frederick Wilhelm de Berlín,
especializándose en Neuropsiquiatría y estableciéndose en Berlín donde
compatibilizó la práctica médica con su interés por el teatro, los círculos
izquierdistas, la bohemia artística y el movimiento de la Bauhaus.
Fue en esa época cuando Fritz Perls conoció al filósofo Friedlander, cuya
influencia resultaría rotunda y crucial: “La filosofía era para mí una palabra mágica,
algo que uno tenía que comprender, para entenderse a sí mismo y al mundo, un
antídoto para la confusión existencial y el desconcierto”.
A partir de 1923, Perls emprendió una serie de viajes por los EE.UU, Europa y
Sudáfrica. Ya en su última etapa —antes de cumplir los setenta años— realizó un
último periplo de dieciocho meses alrededor del mundo, que incluyó países tan
distantes y dispares como Israel y Japón. Pero de esto dejaremos constancia en la
segunda y tercera entrega de esta serie.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
https://www.gestalt-terapia.es/antecedentes-historicos-de-la-terapia-gestalt/

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