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Universidad El Bosque

Facultad de Ciencias Jurídica y Políticas


Espacio & Sociedad
Docente: César Augusto Quintero Buriticá

Integrantes:
Joan Sebastián Ubaque Romero
David Santiago Piedrahita Rincón
________________________________________________________________________
CUARTO TALLER DE INVESTIGACIÓN:
ANÁLISIS COMPARATIVO DE CONTENIDOS LEGALES EN PERSPECTIVA
HISTÓRICA Y SOCIAL

Introducción

La presente investigación tiene como objetivo principal realizar un análisis comparativo


entre el intento de reforma agraria llevada a cabo por el presidente Alfonso Lopez Pumarejo en
el año 1936, y el primer punto del acuerdo de paz en 2016. Dicho análisis se hará por medio de
distintos tipos de esquemas comparativos, diagramas de flujo los cuales permiten ver el
desarrollo de las reformas agrarias desde 1936 hasta 2016, e incluso gráficas estadísticas las
cuales logran discernir los distintos tipos de palabras (adjetivos) usadas para hacer referencia a
los tema importantes de reforma agraria tanto en la Ley 200, como en el primer punto del
acuerdo de paz de 2016.

El tema de la reforma agraria ha estado presente en la mayor parte del siglo XX hasta la
actualidad de nuestro país, debido a los distintos inconvenientes que se ha presentado respecto a
la propiedad de la tierra en Colombia. Problemáticas tales como el desplazamiento de
campesinos por la violencia de grupos armados, la apropiación violenta de tierras por parte de
latifundistas, ganaderos y grupos armados a comunidades campesinas, indígenas y
afrodescendientes.

Es preciso aclarar que para la primera mitad del siglo XX, en la cual fue realizada la Ley
200 las coyunturas eran distintas a las que están presentes alrededor del primer punto del acuerdo
de paz, los problemas internos del país como lo son el conflicto armado y el problema socio
económico se agudizó, y es que como lo explica Machado en su texto “estos conflictos no son
los mismos en todas las épocas y lugares, ni tampoco participan los mismos actores, qué se
complejizan en el tiempo y tienen elementos comunes. En realidad existe un conflicto rural que
se conforma de cuatro dimensiones: el conflicto por la tierra, el conflicto armado interno, el
conflicto social y la inequidad, y los conflictos de la modernización. ya no hablamos del
conflicto agrario como tal sino de uno rural más complejo con múltiples relaciones causa efecto
con los demás conflictos” Machado. A; (2017; Pàg 130).

Con el pasar de los años, los actores en el conflicto armado aumentaron, se pasó del
enfrentamiento bipartidista al conflicto entre guerrillas y grupos paramilitares e incluso
enfrentamientos entre el Estado y carteles del narcotráfico. Por lo que es claro que el tema del
narcotráfico aumentó la violencia contra grupos campesinos, indígenas y afrodescendientes al ser
forzados bien sea a abandonar su territorio, o a tener que cultivar hoja de coca. Debido a todo lo
mencionado anteriormente, los gobiernos de las respectivas épocas tuvieron que tomar acciones
para tratar de mitigar el problema. En el caso de la Ley 200, esta fue hecha para “buscar una
distribución más racional y equitativa de las tierras de dominio estatal, aumentado la titulación a
los pequeños y medianos cultivadores. Pero al igual que la Ley 200, daba ciertas garantías a los
grandes concesionarios de baldíos, y en particular a los ganaderos.” (Centro Nacional de
Memoria Histórica.2016; pàg 72).

En el caso del primer punto del acuerdo de paz de 2016, este buscaba “ no solo distribuir
tierras, sino de darles a los campesinos los elementos para que esa tierra sea productiva: riego,
crédito, asistencia técnica, asociatividad, posibilidades de comercialización. Eso es lo que se
llama “acceso integral”.” Cancillería República de Colombia. (2016) (pàg. 33). Además de
también poder ejecutar un gran plan nacional, para la construcción de paz, para lo cual se
pretende hacer una reducción radical de la pobreza y en especial de lo que se conoce como
pobreza extrema, con el fin de disminuir la brecha que existe entre el campo y la ciudad.
(Cancillería República de Colombia.2016) (pàg. 33).

Presentación gráfica de resultados


Cuadro Comparativo
Entre la Ley 200 1936 y El punto 1.1.1. Acuerdo Final de Paz con las FARC - EP de 2016

Criterios LEY 200 de 1936 ACUERDO FINAL


comparativos

Actores sociales ➢ Propietarios de la Tierra ➢ Gobierno - Estado


involucrados (Gamonales Terratenientes). ➢ FARC-EP
➢ Estado. ➢ Comunidades campesinas
➢ Campesinos Colonos. tanto hombres y mujeres.
➢ Comunidades indígenas, negras,
afrodescendientes, raizales y
palenqueras y demás
comunidades étnicas en sus territorios.

Propiedad de la ➢ Propiedad privada de fundos ➢ Restablecimiento de los derechos de


tierra poseídos por particulares las víctimas del desplazamiento y del
➢ Se presume baldíos los despojo forzado.
terrenos no poseídos o no
explotados económicamente. ➢ Regularización de la propiedad de la
(Marulanda, 1988. pág, 183) tierra, los derechos de la tierra son de sus
➢ Exigió como prueba de propietarios y se garantiza los derechos
dominio o propiedad, “el título de los hombres y las mujeres que son
originario expedido por el los legítimos poseedores y dueños de la
Estado que no haya perdido su tierra.
eficacia legal” (CNMH, 2016.
pág, 69)
➢ A los colonos que se hubiesen
establecido en baldíos antes
de la vigencia de esta ley, se
les reconoce el derecho a que
“se les adjudique la parte
cultivada''. (CNMH, 2016.
pág, 70)

Desarrollo rural ➢ Integral


➢ Concedió un plazo máximo de ➢ Democratizado
10 años para la explotación ➢ Integralidad: asegura la productividad,
económica de los predios mediante programas que acompañen el
privados (CNMH, 2016. pág, acceso efectivo a la tierra, con
69) innovación, ciencia y tecnología,
asistencia técnica, crédito, riego y
comercialización y con otros medios de
producción que permitan agregar valor.
(Acuerdo Final, 2016. pàg 13)

Uso de la tierra ➢ Explotación económica del ➢ Formación y actualización del catastro e


suelo por medio de hechos impuesto predial rural: con el propósito
positivos propios de dueño, de propiciar el uso adecuado, productivo
como las plantaciones o y sostenible de la tierra, crear un sistema
sementeras, la ocupación con de información que sirva para la
ganados y otros de igual promoción del desarrollo agrario
significación económica. (Ley integral, incrementar el recaudo efectivo
200; 1936. Artículo 1) de los municipios y la inversión social,
➢ Para la ganadería, “no podrán estimular la desconcentración de la
ser mayores de ochocientas propiedad rural improductiva, y en
(800) hectáreas” (CNMH, general regularizar con transparencia la
2016. pág, 71) propiedad de la tierra (Acuerdo Final;
2016. Pág 19)

Provisión de bienes y ➢ Presencia del Estado: para la


servicios ➢ Para resolver los litigios de construcción de una paz estable y
tierras, creó una jurisdicción duradera la presencia del Estado en el
especial denominada “jueces territorio rural será amplia y eficaz, y se
de tierras” (CNMH, 2016. pág, expresará en el cumplimiento de los
69) derechos de todos los ciudadanos y las
ciudadanas en democracia. (Acuerdo
Final; 2016. Pág 13)
➢ Asegura oportunidades de buen vivir:
acceso a bienes públicos como
salud, vivienda, educación,
infraestructura y conectividad y de
medidas para garantizar una
alimentación sana, adecuada y sostenible
para toda la población. (Acuerdo
Final; 2016. Pág 13)

Enlace lìnea del tiempo:


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Gráfica de elaboración propia con datos de la Ley 200 (1936). Sobre el régimen de tierras. Y
1.1.1 Acuerdo Final De Paz de La Habana. (2016). Hacia un nuevo campo: la Reforma Agraria Integral.
Explicación teórica de los resultados
Para continuar con el con la explicación teórica de los resultados de esta investigación,
luego de haber aplicado el método comparativo es posible dar cuenta de los rasgos comunes que
aún comparte la discusión sobre la cuestión agraria en Colombia, pero es aún más evidente los
grandes distanciamientos que tienen la Ley 200 de 1936 y el primer punto del Acuerdo de Paz de
2016, pues al hacer un análisis de su construcción discursiva es posible notar que existen
variaciones en la forma en que se aborda el debate sobre la problemática de la tierra en un país
con un conflicto heredado de más de 50 décadas. Tal como lo afirma Machado (2017), Colombia
careció casi durante toda su historia de información sobre la situación agropecuaria y la
estructura de tenencia de la tierra, (Machado. A; 2017; Pág. 54).
Así pues, el país nunca ha contado con un control total sobre la tierra y por ende durante
toda su historia se han podido desarrollar conflictos por el control del territorio, sumado a ello las
políticas ejercidas por los gobiernos durante el siglo XIX y el siglo XX se hicieron sin
conocimiento de la situación real sobre la tierra su posición y uso. Este olvido y descuido estatal
no fue casuístico, fue más bien consentido y consciente en las esferas públicas y las élites rurales
y urbanas, pues benefició a los grandes propietarios e inversionistas en tierras. Machado. A;
(2017; Pág. 54).

En términos comparativos se establecieron cinco criterios que permiten observar las


semejanzas y los distanciamientos que hay entre la Ley 200 de 1936 y el acuerdo final de 2016,
primero en cuanto a los actores sociales involucrados es claro que en 1936 y parte del siglo XX
quienes participaban de la discusión sobre el problema agrario en Colombia eran los propietarios
de la tierra es decir los gamonales o terratenientes, y el Estado como ente regulador y los
campesinos colonos, en contraposición del primer punto del acuerdo de paz la Reforma Rural
Integral reconoce al Gobierno y al Estado, como también a las FARC EP, a las comunidades
campesinas tanto hombres como Mujeres y también a las comunidades indígenas negras
afrodescendientes raizales y palenqueras y demás comunidades étnicas en sus territorios como
partes del problema de la tierra en Colombia es importante dimensionar que según Machado
(2017), el conflicto por la tierra ha sufrido variaciones históricas de las cuales cabe resaltar las 4
dimensiones a las cuales él hace referencia, pues:

Estos conflictos no son los mismos en todas las épocas y lugares, ni tampoco participan
los mismos actores, qué se complejizan en el tiempo y tienen elementos comunes. En
realidad, existe un conflicto rural que se conforma de cuatro dimensiones: el conflicto por
la tierra, el conflicto armado interno, el conflicto social y la inequidad, y los conflictos de
la modernización. ya no hablamos del conflicto agrario como tal sino de uno rural más
complejo con múltiples relaciones causa efecto con los demás conflictos (Machado. A;
2017; Pág.130)

De manera que, la participación de los actores del conflicto en 1936 no respondió de


ninguna manera a las necesidades del campo porque ni siquiera en la construcción discursiva de
la ley se evidencia el uso del concepto de campesinado o de campo rural, puesto que en el siglo
XX los gobiernos se concentraron en repartir el territorio nacional entre quienes pudieran tener la
capacidad de producir y de aprovechar económicamente las hectáreas adjudicadas a privados,
dicha transición transcurre en medio de la violencia, como los odios partidistas y las incidencias
económicas de la Segunda Guerra mundial (Machado. A; 2017; Pág. 46).

Y seguidamente con la Ley 200 de 1936 no se consiguió resolver el problema de la tierra,


lo único que generó fue el aplazamiento de la política de baldíos y de tierras continuando con un
“proceso casuístico con retrocesos y silencios que ayudaron a seguir consolidando la estructura
agraria heredera del siglo XIX con sus características de inequidad y violencia” (Machado. A;
2017; Pág. 46). Dicha violencia heredada fue la que posteriormente se intentó dar final con el
acuerdo de paz de 2016 en dónde se estipula que los actores del conflicto sobre la tierra son
principalmente las comunidades campesinas que trabajan la tierra, en donde se deja especial
claridad en qué la transformación estructural del campo requiere adoptar medidas para promover
el uso adecuado de la tierra de acuerdo con su vocación y estimular la formalización, restitución
y distribución equitativa de la misma, garantizando el acceso progresivo a la propiedad rural de
quienes habitan el campo y en particular a las mujeres rurales (Acuerdo Final, 2016; Pág. 11),
reafirmando la diversidad social y cultural del campo y su importancia dentro del problema de la
tierra.
En relación con la propiedad de la tierra la ley 200 priorizó la colonización y la
parcelación de algunas haciendas (…) como respuesta gubernamental a las demandas
campesinas y la solución de los conflictos en los años 30 (Machado. A; 2017; Pág. 46), de
manera que el carácter de propiedad estaba sujeto a la propiedad privada, y teniendo en cuenta la
continuidad que ejercieron los gobiernos liberales de la época durante la República Liberal
(1930-1946), en los cuales el continuismo de un modelo de desarrollo económico surgido de las
reformas de López Pumarejo resolvió continuar la política de parcelación de latifundios
involucrados en tales conflictos y la adjudicación de baldíos a los colonos (Centro Nacional de
Memoria Histórica. 2016; Pág. 69). Evidenciando un control territorial sesgado en donde la
población campesina fue invisibilizada y victimizada en la medida en que se les negara los
derechos de posesión a quienes habían ocupado terrenos incultos de propiedad privada antes de
cinco años, contados retroactivamente a partir de la vigencia de la Ley 200. (Centro Nacional de
Memoria Histórica. 2016; pág. 72), y como bien se muestra en el artículo 9 de la ley, la
referencia hacia el campo está en términos de “cultivadores de baldíos” mas no da un
reconocimiento a las comunidades campesinas, tanto que como es posible observar en el gráfico
sobre la frecuencia de elementos discursivos en entre la ley 200 de 13936 y le primer punto del
acuerdo de paz, no hay ni u a sola referencia al campesinado como concepto en derecho.

Marcada diferencia con las proposiciones hechas por el primer punto del Acuerdo Final
de 2016, en donde si bien se dejó claro que seguirán los esfuerzos de operacionalizar el territorio
en términos de redistribución, restitución y reocupación de los territorios expropiados y
despojados por la violencia a las familias campesinas, haciendo especial énfasis en que la
transformación del campo debe contribuir a solucionar las causas históricas del conflicto, como
la cuestión no resuelta de la propiedad sobre la tierra y particularmente su concentración, la
exclusión del campesinado y el atraso de las comunidades rurales (Acuerdo Final, 2016)
reconociendo a la Reforma Rural Integral (RRI) como un escenario socio-histórico con
diversidad social y cultural del país, garantizando de tal manera el acceso progresivo a la
propiedad rural de las comunidades que habitan el campo colombiano, dando independencia a
las Zonas de Reserva Campesina ZRC u otras forma de asociatividad campesina. Si bien, hay
marcadas diferencias, es importante enfatizar en que ambos proyectos buscaron en su momento
mantener el carácter de la propiedad privada como eje funcional de las relaciones de los
particulares con el Estado.

En lo concerniente al desarrollo rural como criterio de análisis comparativo, es


interesante en principio dar cuenta de que en la Ley 200 ni se hace referencia a un concepto
parecido en lo concerniente a los objetivos que se buscaban con dicha ley, hay mención al
desarrollo en tanto a los beneficios adquiridos por la explotación del territorio, así pues en dicha
época el desarrollo rural no era de gran interés del Estado ni de los gobiernos pues “el problema
del desarrollo del sector agrario está tanto en la alta concentración de la propiedad, como en el
bajo uso de tierras productivas en explotación agrícola (Trujillo Cueto. I; 2014; Pág. 52). Si bien,
gracias a las posteriores reformas y cambios en el escenario internacional, las dinámicas de
apertura de los mercados formuló un escenario en donde el modelo económico prevaleciente
desde principios de los años 90 en Colombia, la llamada apertura económica, ha encadenado un
proceso prolongado de cambios en la estructura económica, social y política del país. (Trujillo
Cueto. I; 2014; pág. 50); consecuentemente en el 2016 con el acuerdo final se garantiza para el
campo un principio de integralidad en la búsqueda de una RRI, en donde se asegura la
productividad del campo, la subsistencia de la economía campesina y el desarrollo rural integral
desde la democratización del uso de la tierra.

En lo referente al uso de la tierra es posible observar también diferencias diametralmente


sustanciales en ambos proyectos, mientras la ley 200 priorizo la posesión de fundos por
particulares, dejando especial claridad en que dicha posesión consiste de la explotación
económica del suelo por medio de hechos positivos propios de dueño, como las plantaciones o
sementeras, la ocupación con ganados y otros de igual significación económica, artículo 1 de la
ley 200 de 1936, estas dinámicas sobre el uso del suelo fueron la semilla para el conflicto social
sobre la tierra, generando el posterior fenómeno de desplazamiento forzado y el despojo de
tierras por actores armados, punto al cual el acuerdo final de paz hace especial referencia en
tanto transformación estructural del campo requiere adoptar medidas para promover el uso
adecuado de la tierra de acuerdo con su vocación y estimular la formalización, restitución y
distribución equitativa de la misma, garantizando el acceso progresivo a la propiedad rural de
quienes habitan el campo y en particular a las mujeres rurales (Acuerdo Final; 2016. Pág 11).

Y por último en relación con la prestación de bienes y servicios por parte del estado a la
problemática rural, es claro que la ley 200 de 1936 el Estado no tiene un especial componente de
injerencia, se limita a ser el ente regular y quien distribuye la tierra, en donde logro notable
avances en la adjudicación de baldíos, tal como afirman los informes del CNMH (2016), durante
la República Liberal se dieron:

“notables cambios en la distribución según el tamaño de los terrenos. En


primer lugar, se moderó aún más la tendencia a la concentración de los baldíos en los
segmentos superiores de la escala y aumentó notablemente la representación de los
pequeños y medianos cultivadores. Hubo también un significativo aumento en el
promedio anual de adjudicatarios y del área adjudicada, lo cual pone en evidencia, por
una parte, un mayor dinamismo en la colonización y una mayor presión sobre la tierra
por parte de la población campesina del centro del país; y por otra, una mayor capacidad
del aparato estatal” (Centro Nacional de Memoria Histórica. 2016; Pág. 73)

Sin embargo, los cambios propuestos por el primer punto del acuerdo de paz permiten ver
que el Estado se compromete con un mayor número de servicios y bienes que deberá de prestar
al campo para que la transformación integral de los territorios rurales pueda verse mayormente
desarrollados con acceso y disfrute de derechos fundamental, así como lo señala Trujillo Cueto.
I; (2014), la RRI contiene diferentes apoyos como capital semilla, riego, asistencia técnica,
vivienda y crédito. Además de la provisión de bienes y servicios públicos y la promoción de
asociaciones solidarias y cooperativas y ayudas referentes a la comercialización de productos.
Trujillo Cueto. I; (2014; Pág. 57). Adicionalmente, con respecto a los servicios sociales
específicas intervenciones principalmente en salud, educación, vivienda, agua y saneamiento
básico. En salud, sugiere la implementación de un modelo especial que atienda, con enfoque
diferencial, zonas rurales dispersas con pertinencia y énfasis en la prevención (Trujillo Cueto. I;
2014; Pág. 50) comprometiéndose de igual manera en prestar servicios de educación, al
comprometerse con erradicar el analfabetismo de las zonas rurales y al poner a la economía y
bienestar campesinado como eje de la ejecución estatal.

Conclusiones
Amenra de cierre, es posible afirmar que los cambios históricos han ido cambiando las
perspectivas el abordaje del problema de la tierra en colombia, es claro que anteriormente se
discutía en términos de adjudicación de la tierra, el control territorial la tenencia de tierras y la
explotación económica de la tierra, y ahora con el acuerdo final de paz de 2016 el tema se aborda
desde el inicio desde un enfoque más social, en donde se le da un reconocimiento expedito a las
comunidades propias del campo y se le otorgan derechos sobre la tierra, existe un compromiso
por parte del Estado que busca responder a las problemáticas de la tierra desde la atención
integral de bienes y servicios a las poblaciones rurales y la esperada transformación del camp
desde la RRI, en consecuencia de las demandas sociales que nacen del descontento por una
guerra por el control territorial en donde el pilar de la paz está en el reconocimiento del otro y la
reconstrucción de la verdad en los territorios del país.

Referencias
Fuentes primarias

Ley 200 (1936). Sobre el régimen de tierras. CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE


COLOMBIA. https://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Leyes/1654991

Acuerdo Final De Paz de La Habana. (2016). Hacia un nuevo campo: la Reforma Agraria
Integral. Gobierno de la República de Colombia.
https://aulavirtual.unbosque.edu.co/pluginfile.php/141385/mod_resource/content/1/Hacia
%20un%20nuevo%20campo.%20Reforma%20agraria%20integral.pdf

Fuentes secundarias

Trujillo Cueto. I; (2014) Reformas agrarias en Colombia: experiencias desalentadoras y


una nueva iniciativa en el marco de los Acuerdos de Paz en la Habana,
https://revistas.unal.edu.co/index.php/ede/article/download/50431/50933/246443

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2016). Tierras y conflictos rurales. Historia,


políticas agrarias y protagonistas.
https://centrodememoriahistorica.gov.co/wp-content/uploads/2020/01/tierras-y-
conflictos-rurales.pdf

Cancillería República de Colombia. (2016) (pp. 30-36). ABC del acuerdo final. Cartilla
pedagógica 3.4 “Mejores oportunidades para el campo. Acuerdo Política de Desarrollo
Agrario Integral. Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma Rural Integral (RRI)
https://www.cancilleria.gov.co/sites/default/files/cartillaabcdelacuerdofinal2.pdf

Bibliografía consultada

Gilhodes. P; (1989). La cuestión agraria en Colombia, 1958-1985. En III Relaciones


Internacionales Movimientos Sociales. Nueva Historia de Colombia.

Gilhodes. P; (1989). La cuestión agraria en Colombia, 1900-1945. En III Relaciones


Internacionales Movimientos Sociales. Nueva Historia de Colombia.

Machado. A; (2017). Cap. II Cap. IV. En El problema de la tierra. Conflicto y desarrollo


en Colombia.

Machado. A; (2017). Cap. I Cap. III. En El problema de la tierra. Conflicto y desarrollo


en Colombia.

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