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Economía peruana: ¿cuestión de

percepción? [Opinión]
Juan José Marthans, economista del PAD - Escuela de
Dirección de la Universidad de Piura, sostiene que a veces
parece que el extranjero tiene más fe en nuestro país que
nosotros mismo
(Foto: El Comercio)
Actualizado el 24/04/2018 a las 07:15

Tenemos que aceptar que existen percepciones sobre el


desempeño de nuestra economía que no siempre son las
adecuadas y que, en muchos casos, pueden llevar a error al
proceso de toma de decisiones del empresariado.
Para empezar, existe una manera errada de percibir un
posible deterioro de nuestra actividad económica. Muchos
no nos hemos alejado adecuadamente de la pesadilla de la
crisis de los años ochenta.
Alonso Segura, ex ministro de Economía y
Finanzas
Alonso Segura. (Foto: Andina)

La reasignación del gasto es una práctica usual que se ha hecho para acelerar la
inversión pública, pero lo que habría que ver es si la reasignación se realiza a los
proyectos que ya están listos, sino tendrán los mismos problemas de ejecución
que se observa hasta el momento.

En el caso del monto de S/ 1,000 millones, es poco para el estimulo económico y


el MEF ya debería estar pensando en otras reasignaciones adicionales, aunque
el plazo es muy corto.

Sin embargo, el problema no es que se reasignen los recursos; sino en la


ejecución que adolecen tanto el Gobierno Central como los gobiernos
subnacionales.

Tanto, en el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra se han


observado tres años con una pobre ejecución en el gasto.
Carlos Casas, decano de la Facultad de
Economía y Finanzas de la UP, exviceministro
de Economía

Los más de S/ 1,000 millones representa solo el 0.05% del presupuesto y es muy
poco dinero para considerar que hay un impulso a la economía. Lo que hay es
un problema en la ejecución del gasto y en eso se debería priorizar más, sobre
los pedidos específicos. Con los S/ 1,008 millones no habrá un gran impacto,
pues además todos los recursos asignados no se van a gastar en su totalidad.

En lo que se debe enfocar es en acelerar el gasto de inversión y ver las trabas


registradas en las regiones para hacer un gasto más eficiente.

El último gran estímulo económico se dio entre los años 2009 y 2014 cuando se
dispuso de un 4% del PBI, con más de S/ 20,000 millones. Eso si representa
una gran acción.

Por ahora, en el corto plazo solo le queda enfocarse en la inversión pública y en


la ejecución eficiente del gasto, y para el próximo año se debe elaborar una
agenda sobre los temas a tratar, como las reformas laborales y tributarias, pero
ya sería con el nuevo Congreso.

Estima que la economía peruana crecería este año entre 2% y 2.5%.


Carlos Adrianzen Cabrera, decano de la
facultad de Economía de la Universidad
Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)

No soy muy optimista con la medida porque una manera de entenderla es


comparando cuando un señor dice que va a pagar el colegio de sus hijos con la
tarjeta, pero el monto lo había presupuestado y al final se lo gastó.

El gobierno está gastando en cosas, saca un Decreto de Urgencia que implica


una ampliación presupuestal. Es una mala idea porque nunca debió gastar lo
que gastó. El presupuesto incluye la medida de subsidio (para viviendas) y ahora
de pronto lo pide vía Decreto Supremo para reactivar y ¿Cómo reactivar
gastando tan mal? Estas son medidas desesperadas para gastar, no son ni
reactivadoras ni inteligentes.

Sobre el PBI yo estoy muy preocupado, porque más allá de las nuevas
intenciones (del Gobierno) que sería crecer 3% con sesgo a la baja; a junio el PBI
tiene una cifra cercana al 2% o 2.1% en términos anualizados y todos sabemos
que el alza del PBI tiene mejor perfil en el primer semestre, entonces anticipo
un crecimiento de 1% con un sesgo al alza. Lo más probable es que sea 2% anual,
que no genera la clase media y que no reduce la pobreza de modo perceptible.
Opinión sobre las opiniones de los
economistas
Lo que yo opino sobre las opiniones que e leído de los
economistas peruanos es que el verdadero problema
somos nosotros mismos ya que no sentimos esas cifras
económicas en nuestros bolsillos, ni en una mejor
educación y salud, ni menos en la seguridad ciudadana.
Eso es lo malo. Y es que la economía debe servir para
elevar la calidad de vida de los ciudadanos, pero eso no
ocurre. La clave es entender que la economía es una
ciencia social y que sus estrategias no funcionan en un
vacío, sino en una realidad institucional determinada,
entre otras dimensiones. Además se sabe que ninguna
estrategia económica puede funcionar sin que las
instituciones mejoren.

Por muchos esfuerzos que se hacen, las instituciones,


como el Congreso, el Poder Judicial, no funcionan.
Tampoco lo hacemos nosotros al no respetar las reglas
que hacen posible el orden en la sociedad. Piense en el
tráfico. Nadie respeta las reglas. Necesitamos que las
instituciones mejoren, pero no podemos olvidar que
están compuestas por personas como usted y yo. Los
que debemos mejorar somos nosotros.

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