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Occipitoposterior Persistente
Occipitoposterior Persistente
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Obstetrics & Gynecology
Occípitoposterior Persistente
William H. Barth, Jr, MD
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La variedad de posición occípitoposterior persistente (OP) se asocia con aumento en las tasas de morbilidad
materna y neonatal. Su diagnóstico por exploración física presenta dificultades, pero mejora con la ultrasonografía
en el examen . Por lo general esta variedad de posición descubierta en la fase activa o a principio de la segunda
etapa del parto suele resolverse espontáneamente. Cuando no es así, la rotación manual profiláctica puede
disminuir la OP persistente y sus complicaciones asociadas. Cuando el parto está indicado por interrupción del
descenso en el contexto de OP persistente, se sugiere un manejo pragmático. La sospecha de macrosomía fetal, un
diámetro biparietal por encima del estrecho superior de la pelvis o una pelvis materna con características
androides debería determinar un parto por cesárea. El parto vaginal instrumental sin rotación es apropiado
cuando la pelvis materna tiene un segmento anterior estrecho pero espacio posterior amplio, como en el caso de
características antropoides. Cuando se cumplen todas las demás condiciones y la cabeza fetal se detiene en una
posición OP en una paciente con características pélvicas ginecoides y espacio anterior amplio, las opciones
incluyen parto por cesárea, parto vaginal instrumental sin rotación y procedimientos de rotación, ya sean
manuales o con el uso de fórceps con rotación. La literatura reciente sugiere que los resultados maternos y fetales
de fórceps con rotación son mejores que los informados en series más antiguas. Aunque no sin desafíos
significativos, la enseñanza y práctica de maniobras selectas con fórceps rotacional aún tiene un papel en la
obstetricia contemporánea.
(Obstet Gynecol 2015;125:695-709)
DOI: 10.1097/AOG.0000000000000647
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Del Departamento de Obstetricia y Ginecología, División de Medicina Materno Fetal, Hospital General de Massachusetts, Escuela de
Medicina de Harvard, Boston, Massachusetts.
Autor a quien se puede remitir correspondencia: William H. Barth Jr, MD, Department of Obstetrics and Gynecology, Division of
Maternal-Fetal Medicine, Massachusetts General Hospital, Harvard Medical School, Massachusetts General Hospital/Founders 418,
55 Fruit Street, Boston, MA 02114; e-mail: wbarthjr@mgh.harvard.edu.
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Declaración Financiera
El autor no informó de conflicto de interés potencial alguno.
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© 2015 por The American College of Obstetricians and Gynecologists. Publicado por Wolters Kluwer Health, Inc. Todos los derechos
reservados.
ISSN: 0029-7844/15
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Hay niveles de juego en todos los juegos, como aprenden para su dolor los aficionados presuntuosos. En un
momento de mi vida, me hice ilusiones de ser bastante bueno –está bien, tal vez un poquito más que
bastante bueno– haciendo crucigramas. Entonces conocí a Stanley Newman.
—James Kaplan, The New York Times, July 10, 2005
M
e formé en una época y en una institución cuyos catedráticos enseñaban el parto vaginal
instrumental incluyendo las rotaciones de Kielland. Para cuando terminé la residencia, había
acumulado una experiencia razonable con fórceps, incluido el fórceps rotacional. Yo creía que
era bastante bueno y mejor que la mayoría en el manejo de la variedad de posición occípitoposterior
persistente (OP). Entonces, conocí a Lenny Safon.
El Dr. Leonard Safon, un obstetra de Boston, en aquél entonces de alrededor de 65 años,
parecía vivir en Labor y Parto, a menudo permanecía ahí hasta altas horas de la noche para atender a
sus pacientes, incluso cuando no estaba de guardia. Ganó nuestro premio de enseñanza tantas veces
que finalmente se le dio su nombre. Una noche ya tarde, comenzamos a analizar el tema de la variedad
de posición OP persistente y, para mí, fue evidente que yo era un aficionado o, peor aún, un aficionado
con exceso de confianza. Lenny utilizó términos y conceptos que yo había memorizado sólo para los
exámenes de la residencia. Desde luego, no los estaba aplicando tan doctamente a mi práctica. Viendo
esto, Lenny me hizo una oferta generosa y durante los siguientes 2 años me llamaba al buscapersonas
para que fuera a Labor y Parto, si estaba disponible, para lo que se convirtió en una pasantía no oficial
de manejo de OP persistente.
A pesar de este tipo de experiencia y de la práctica continua de la obstetricia por 25 años desde
entonces, sigue habiendo una llamada telefónica que aún me provoca una ansiedad inmediata y
visceral: "Hola, Bill. La señora Jones, a quién no conoces, ha estado pujando durante tres horas y media
y creemos que el feto puede estar en OP. ¿Puedes venir a Labor ypParto?" Experimentar cierto grado de
ansiedad con esta llamada no es lógico. ¿Por qué aún me causa esto preocupación después de mi
formación y experiencia? A menudo la paciente está exhausta; es común que las enfermeras estén
frustradas; la familia está preocupada, y algunas pueden estar enojadas En un corto período de tiempo
debo ganarme la confianza de la paciente Tengo que revisar un curso de trabajo de parto ahora
anormal, evaluar clínicamente a la madre y a su feto, orientarla sobre los matices de los riesgos y
beneficios de la cesárea en comparación con el parto vaginal y, en caso de recomendar este último,
conseguir el apoyo de las enfermeras y otro personal de salud, prepararme para realizar un parto
vaginal instrumental y llevarlo a cabo sin dañar a la mujer o al feto. No profeso una habilidad mayor o
menor con los fórceps, incluyendo fórceps rotacional, que cualquiera de mis contemporáneos. En
consecuencia, esta información no es acerca del tema más amplio del parto vaginal instrumental
cubierto antes en esta serie por Yeomans1; más bien, me centro en el problema de OP persistente y
ofrezco un manejo que sea apropiado para la práctica contemporánea, basándome en la advertencia
más importante que el Dr. Safon me hizo: "Bill, no todos los OP son iguales."
DEFINICIÓN
OP persistente es la variedad de presentación en la que el occipucio permanece en los cuadrantes
posteriores de la pelvis hasta el parto, ya sea que éste se presente espontáneamente o que sea indicado
por un estado fetal no favorable o por interrupción del descenso en la segunda etapa.
INCIDENCIA
La incidencia de OP persistente oscila entre 5 y 12%.2-6 La variedad OP derecha es la más común (60%),
seguida por la OP izquierda (30%) y OP directa (10%).7,8 La variedad occípitoposterior es dos veces
más común entre mujeres nulíparas que en multíparas.4,9 Es importante destacar que la incidencia de
OP varía dependiendo del momento en que se verifica en el trabajo de parto. Los autores que se basan
en el ultrasonido para evaluar la posición de la cabeza fetal durante labor informan que
aproximadamente el 50% de los fetos inician el trabajo de parto en posición occípitotransversa y el
resto se divide en partes iguales entre occípitoanterior (OA) y OP.5,6,10 Entre los que se encajan e inician
el trabajo de parto en posición OP, la mayoría (80-90%) rotará a OA antes del parto espontáneo o
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ETIOLOGÍA
Los factores que pueden influir en el riesgo de que se presente OP persistente incluyen la forma de la
pelvis, analgesia epidural, paridad, raza, y otros. Durante décadas, la enseñanza estándar en obstetricia
sugirió que las características de la pelvis ósea femenina eran un factor determinante importante en el
encajamiento y descenso de la cabeza fetal durante el trabajo de parto.12-15 Dada la forma típica de la
cabeza del feto, se asumió que en cada nivel de la pelvis existía una posición óptima para que pasara la
cabeza y que, como regla general, el occipucio fetal que es más grande tendía a rotar a la parte de la
pelvis con más espacio. La forma de la pelvis sí tiene cierta influencia en la posición final al momento
del parto. Esto es respaldado por estudios que muestran una tendencia a que la variedad de posición
OP recurra en embarazos subsiguientes y por estudios radiográficos que muestran un índice más alto
de OP en mujeres con pelvis de características antropoides.8,13,16-18 Existen diferencias raciales en la
arquitectura pélvica. Handa y colaboradores19 estudiaron pacientes con y sin desgarros del esfínter
anal del Estudio sobre Nacimiento y Síntomas Pélvicos (CAPS por sus siglas en inglés) con imágenes de
resonancia magnética. Confirmando estudios anteriores, estos autores demostraron que las mujeres
blancas tenían estrechos pélvicos superiores e inferiores más anchos, mientras que las mujeres
afroamericanas tenían estrechos inferiores anteroposteriores más profundos. Esto puede explicar en
parte la mayor prevalencia de OP persistente que se observa entre las mujeres afroamericanas en
estudios observacionales recientes.20,21
La relación entre el uso de analgesia epidural y OP persistente es compleja. La asociación entre
la analgesia epidural y un mayor índice de OP persistente en el momento del parto observada en
estudios retrospectivos de cohorte21,22 no se ha confirmado en ensayos aleatorios. Un metaanálisis de
cuatro de estos estudios no mostró diferencia alguna en el índice de posición anómala en el momento
del parto entre las mujeres que se asignaron al azar a analgesia epidural en comparación con las
asignadas al azar a otros métodos o ninguna analgesia (riesgo relativo 1.40, 95% de intervalo de
confianza [CI] 0.98-1.99).23 Si el mecanismo por el que se cree que la epidural aumenta el riesgo de OP
persistente es porque provoca que el complejo elevador esté más relajado y complaciente, deberíamos
ver más OP persistente entre las mujeres multíparas y ése no es el caso. Los estudios observacionales
muestran consistentemente que la variedad OP persistente es más común entre las mujeres nulíparas
que en las multíparas por un factor de más de dos a uno.4,8,9 Grandes estudios retrospectivos de
cohorte sugieren que otros factores como raza, nuliparidad, índice de masa corporal (calculado como
peso (kg)/[altura (m)]2) superior a 30, macrosomía, edad materna superior a 35 años, conducción del
trabajo de parto, y ubicación anterior de la placenta también pueden contribuir a OP persistente, pero
ninguno de éstos, ya sea individualmente o juntos, predicen de manera fiable la variedad de posición
OP persistente.18,21,22
MORBILIDAD MATERNA
La posición occípitoposterior se asocia a mayores índices de distocia, parto por cesárea, parto vaginal
instrumental, parto vaginal instrumental fallido y laceraciones perineales severas (tercer y cuarto
grado). Grandes estudios retrospectivos de cohorte demuestran consistentemente que la posición OP se
relaciona con primera y segunda etapas del trabajo de parto más largas, trabajo de parto prolongado y
la necesidad de conducción.4,9,21 Senécal y colaboradores24 demostraron que la segunda etapa del parto
era aproximadamente 45 minutos más larga si el feto se encontraba en OP en comparación con OA al
inicio de la segunda etapa, ya fuera que se empezara a pujar inmediatamente o que se retrasara el pujo.
La probabilidad de parto por cesárea aumenta cuanto más tarde en el trabajo de parto se detecta OP.
No se asocia a un mayor riesgo de parto por cesárea cuando se detecta antes del trabajo de parto, se
asocia sólo débilmente cuando se nota al inicio,y se asocia fuertemente al parto por cesárea si persiste
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en la segunda etapa.5,24,25 Cuando persiste hasta el punto en el que se indica el parto, la variedad OP se
asocia a un aumento de 4 a 10 veces del riesgo de parto por cesárea con tasas absolutas tan altas como
65%.4,6,22 La variedad occípitoposterior se asocia a un aumento de 6 a 11 veces de necesidad de parto
vaginal instrumental26-28 y un aumento de 5 a 10 veces en el índice de parto vaginal instrumental
fallido.21,29
El parto vaginal desde la variedad de posición OA se asocia más a menudo con una cabeza fetal
bien flexionada que causa que el diámetro suboccipitobregmático (aproximadamente 9.5 cm) pase a
través del estrecho inferior y del cuerpo perineal (Fig. 1). Las posiciones occípitoposteriores se asocian
a actitudes de mayor extensión de la cabeza del feto, probablemente como resultado de la invasión
hacia adelante del promontorio del sacro materno sobre la columna vertebral fetal y la extensión
resultante del cuello. Con las actitudes de extensión, el diámetro que debe pasar a través del estrecho
superior de la pelvis se encuentra en algún punto entre el occipitofrontal (aproximadamente 11.5 cm) y
el occipitomentoniano (aproximadamente 13.5 cm) (Fig. 1). Como tal, no es de extrañar que la posición
OP se asocie a tasas sustancialmente mayores de laceraciones perineales de tercer y cuarto grado.4,9,30
Armonizando en materia de episiotomía, fórceps, ventosa y otros elementos, Cheng y sus
colaboradores21 informaron que el parto en la posición OP duplicaba el riesgo de extensión en tercer o
cuarto grado (riesgo relativo 2.4, 95% CI 2.0-2.8). Los estudios modernos de cohorte informan tasas
absolutas de extensión en tercer y cuarto grado con parto vaginal instrumental desde la variedad de
posición OP que van de 33% con ventosa hasta tanto como 50-70% con fórceps.20,29 En un reciente
estudio de control de casos del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano y la Red de
Trastornos del Piso Pélvico, Fitzgerald y sus colegas informaron oportunidad relativa (OR) para lesión
de esfínter con OP, fórceps, o los dos combinados, de 7.0, 13.6, y 21.6, respectivamente. Los partos con
ventosa desde OP se asociaron a una OR de 9.7.31 El riesgo más alto se debió a la combinación de OP,
fórceps y episiotomía (OR 33.8, 95% CI 4.8-239.5).
Fig. 1. Diámetros anteroposteriores de la cabeza de un recién nacido. Para el parto occípitoanterior, el diámetro
suboccipitobregmático (verde) comúnmente pasa a través del estrecho inferior y a través del cuerpo perineal. Para
partos occípitoposteriores, los diámetros más grandes, occipitofrontal (amarillo) u occipitomentoniano (rojo),
generalmente pasan a través del estrecho inferior de la pelvis como resultado de la extensión de la cabeza fetal.
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El parto por cesárea en la segunda etapa del parto, sobre todo si la segunda etapa se prolonga,
se asocia a mayores riesgos de hemorragia y lesión quirúrgica, como es el caso de la extensión
inadvertida de la histerotomía al cuello uterino, vagina, arteria uterina y ligamento ancho.32-37 Al menos
un estudio ha demostrado una duplicación del riesgo de tales extensiones cuando el occipucio es
posterior.34
DIAGNÓSTICO
La determinación de la posición de la cabeza fetal se realiza comúnmente mediante examen físico.
Desafortunadamente, estos exámenes son notoriamente inexactos antes de la dilatación completa del
cuello uterino.10,42,43 La exactitud del examen físico mejora a medida que el trabajo de parto avanza
hacia la segunda etapa, pero no tanto como se podría pensar. Entre cinco estudios contemporáneos
prospectivos de cohorte que compararon la exactitud del tacto vaginal con la ultrasonografía para
determinar la posición en la segunda etapa, el índice de errores superiores a 45° osciló entre 30 y
80%.44-48 En algunos estudios, casi la mitad de los exámenes físicos equivocados estaban errados por
desviaciones de más de 135°.45,48 Los médicos son capaces de determinar con más exactitud las
posiciones OA (80-85%) que las posiciones OP (50-60%).45,49 Factores tales como la altura de
presentación, moldeado de la cabeza fetal, caput y experiencia del examinador no afectan
drásticamente la exactitud de la exploración física.44,45,48
La mayoría de los estudios que utilizan ultrasonografía para determinar la posición de la
cabeza fetal muestran ser altamente reproducibles en manos experimentadas.50 Estos exámenes se
realizan típicamente con un sistema de ultrasonido portátil con un transductor que se sostiene en
posición transversal justo por encima de la sínfisis del pubis. La determinación de la posición del
occipucio fetal depende de demostrar la posición de las órbitas fetales, la hoz y la columna vertebral
fetal (Fig. 2). Aunque la ultrasonografía puede ser más exacta que el examen mediante tacto vaginal en
la segunda etapa del parto, no creo que sea esencial antes de todos los partos vaginales instrumentales.
Sin embargo, cuando el examen físico no es claro, el uso más amplio de la ultrasonografía antes de la
rotación tiene el potencial de mejorar la seguridad de dichos partos en la práctica contemporánea.
MANEJO
Para efectos de esta ponencia, considero el manejo de la variedad de posición OP como se puede
encontrar en la práctica contemporánea: 1) antes del inicio del trabajo de parto; 2) durante el trabajo
de parto activo, previo a la dilatación completa; 3) al comienzo de la segunda etapa y, finalmente, 4) una
vez que el parto esté indicado por interrupción del descenso o estado fetal desalentador en la segunda
etapa. Las intervenciones que se han descrito para los tres primeros casos están destinadas a evitar la
OP persistente e incluyen el posicionamiento materno y la rotación manual profiláctica. Cuando la
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espera adicional ya no es una opción, las intervenciones en último caso incluyen la cesárea y el parto
vaginal instrumental con o sin rotación. Para esta última situación, propongo el manejo en un orden
que he encontrado útil cuando se me ha llamado para asistir en la segunda etapa con OP persistente.
Fig.2. Determinación de la ubicación del occipucio fetal mediante ultrasonido transabdominal. Variedad de
posición occípitoposterior directa con ambas órbitas fetales de frente al transductor (A), occípitoposterior derecha
con las órbitas fetales en dirección anterior al lado izquierdo materno (B), occípitoanterior derecha con el cerebelo
fetal visto de manera anterior al lado derecho materno (C) y occípitoanterior por localización de la columna
vertebral fetal en el plano sagital (D).
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permanecer tanto tiempo como fuera posible en posición genupectoral o a un grupo de control al que
se le dieron instrucciones de asumir cualquier posición excepto la genupectoral. Las mujeres en el
grupo de tratamiento no tuvieron un aumento significativo en la proporción que estaba en OA una hora
después de la intervención o durante el parto. En otro ensayo clínico, Desbriere y colaboradores55
asignaron al azar a mujeres en trabajo de parto activo a quienes se les confirmó estar en posición OP
por ultrasonografía, ya fuera a la posición de decúbito dorsal o a una posición materna específica
dirigida a estimular la rotación. Los autores no observaron diferencias en ningún resultado clínico
importante, incluyendo posición de la cabeza fetal al momento del parto, duración de la primera o
segunda etapa del parto, duración del pujo, índices de parto vaginal instrumental, parto por cesárea, o
desgarros perineales. En consecuencia, si se me consulta por interrupción de la dilatación o
prolongación del proceso, asociado a OP, antes de la dilatación completa, yo recomendaría manejo
estándar con oxitocina, a menos que esté por otra razón contraindicado y pasaría al parto por cesárea si
esto no solucionara el problema. Es importante destacar que evitaría y mi recomendación estaría en
contra de cualquier intento de rotar la cabeza del feto antes de la dilatación completa del cuello uterino.
Antes de la dilatación completa, el índice de fracaso de la rotación manual es alto, y al menos un grupo
ha reportado prolapso del cordón, laceraciones cervicales y patrones desfavorables de frecuencia
cardíaca fetal con tales intentos.56,57
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amplio, como con una pelvis antropoide, la OP puede ser la posición más óptima y no intento una
rotación manual profiláctica.
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Fig. 3. A. Rotación manual de posición occípitoposterior izquierda a occípitoanterior izquierda. Con la palma de la
mano derecha hacia arriba, se colocan cuatro dedos en la parte inferior y se extienden en todo el lado izquierdo de
la cabeza fetal con el pulgar sobre el lado derecho. Mientras flexiona la cabeza fetal, el operador rota el occipucio en
sentido contrario a las manecillas del reloj hacia el segmento anterior de la pelvis. B. Rotación digital de posición
occípitoposterior izquierda a occípitoanterior izquierda. Los dedos índice y medio se usan para ubicar y aplicar
presión en contra de las manecillas del reloj en un movimiento de marcado de dial, sobre el margen posterior del
hueso parietal derecho a nivel de la sutura lambdoidea derecha. A es una reimpresión y B es una modificación de
Hale RW, editor. Posterior presentations of the occiput. En: American College of Obstetricians and Gynecologists.
Dennen’s forceps deliveries. 4th ed. Washington, DC: American College of Obstetricians and Gynecologists; 2001.
Barth. Persistent Occiput Posterior. Obstet Gynecol 2015.
Cuadro 1. Preguntas que se deben responder como guía para el método de parto en la variedad de
posición occípitoposterior
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menos que se haya administrado una epidural, en cuyo caso estos tiempos son de 3 y 2 horas,
respectivamente.69 Una interrupción del descenso no tiene por qué coincidir con estos tiempos y se
produce cuando no ha habido descenso del vértice fetal en una hora a pesar de haber esfuerzos
maternos adecuados de expulsión. Si el estado fetal es favorable, el trabajo materno es fuerte y se está
avanzando en el descenso, puede ser perfectamente apropiada una cantidad adicional de tiempo para
dar lugar al parto vaginal espontáneo a partir de OP persistente. Por otro lado, si se ha producido
interrupción del descenso en la posición OP, a pesar de esfuerzos maternos adecuados, es poco
probable que tenga buen éxito un tiempo adicional sin intervención y está indicado algún
procedimiento, ya sea abdominal o vaginal. Típicamente, si se me consulta por interrupción del
descenso en la segunda etapa con OP persistente, mi experiencia es que la paciente por lo general habrá
estado pujando más allá de las definiciones comunes de una segunda etapa prolongada y la
intervención está casi invariablemente justificada.
Fig.4. Manejo sugerido en la interrupción del descenso durante la segunda etapa con posición occípitoposterior
persistente.
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Fig.5. Examen físico de la pelvis para ayudar a la toma de decisiones en la interrupción del descenso dentro de la
segunda etapa, con variedad de posición occípitoposterior persistente. Paso 1: Tercera (A) y cuarta (B) maniobras
de Leopold para determinar si el diámetro biparietal se puede palpar abdominalmente. Paso 2: Examen del ángulo
retropúbico (C) y del arco púbico (D) para valorar la capacidad del segmento anterior de la pelvis, del estrecho
superior al estrecho inferior, respectivamente. Paso 3: La capacidad relativa del segmento posterior se valora
palpando la longitud del ligamento sacroespinoso (E). Un ligamento corto (F) sugiere un segmento posterior con
poco espacio, con espinas prominentes y un sacro y coxis hacia adelante. Este hallazgo presenta la posibilidad de
una obstrucción peligrosa a nivel de estrecho inferior y es una indicación para el parto por cesárea en el contexto
de una interrupción del descenso con occípitoposterior persistente.
Barth. Persistent Occiput Posterior. Obstet Gynecol 2015.
Fig. 6. Ultrasonograma que muestra posiciones discordantes de la columna fetal. A. La columna fetal hacia el lado
materno derecho. B. Las órbitas fetales también dirigidas en sentido anterior al lado materno derecho, denotando
una posición occípitoposterior izquierda.
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para OP es alto29 y la única corrección que se puede lograr con la ventosa de rotación es mejorar la
flexión de la cabeza fetal y esperar que ocurra la rotación por sí misma con la tracción y el descenso.
Debido al riesgo de laceraciones en el cuero cabelludo y lesiones más graves, está contraindicada la
torsión en un extractor de ventosa para efectuar una rotación. En sus lineamientos para el parto vaginal
instrumental, por lo menos una organización profesional enumera la necesidad de rotación de más de
45° como una contraindicación relativa para el parto con ventosa.67
Aunque hay pocos ensayos clínicos aleatorios que comparen los fórceps con la ventosa para el
parto vaginal instrumental, no hay estudios de este tipo que comparen el fórceps rotacional para OP
persistente con las alternativas, y es poco probable que los haya en el futuro. Además, casi todos los
estudios de cohorte que comparan estas opciones están inevitablemente confundidos por indicación.
No obstante, hay algunos temas comunes respecto a un manejo en comparación con otro.
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importante destacar que no se informó ni un sólo caso de lesión de la médula espinal en estas cinco
series contemporáneas descritas (0/2,966 [0%]; 95% CI 0.0-0.16%). Aunque menciono esta
complicación cuando asesoro a las pacientes, insisto en que es extraordinariamente poco común y
probablemente está asociada sólo a persistencia mal manejada a través de un procedimiento difícil, que
no voy a realizar. A la luz de estos resultados neonatales favorables y con la consciencia de que el parto
por cesárea al final de la segunda etapa con interrupción del descenso en la posición OP puede ser un
procedimiento mórbido para la madre,32-37 es la opinión de este autor que los fórceps rotacionales
deben seguir siendo una opción en la obstetricia contemporánea.
Si las maniobras con fórceps rotacional han de continuar, el procedimiento se debe enseñar
durante la residencia y especialidad. En los programas que han abandonado el fórceps de rotación y ya
no tienen miembros del profesorado dispuestos a realizar o enseñar rotaciones, esto es un desafío
insuperable. En los programas de enseñanza que sí tienen catedráticos entrenados en fórceps de
rotación, los médicos que no se sienten confiados con el procedimiento deben estar dispuestos a
consultar en el caso de una interrupción del descenso en la posición OP. Del mismo modo, los que son
consultados deben estar disponibles en la medida de lo posible, una tarea que puede requerir planes
creativos para cumplirla cuando se está asignado a deberes alejados de la sala de labor. Para ilustrar la
importancia de dicha supervisión, entre las 36 muertes a causa de una lesión intracraneal reportadas
por O'Mahoney82 en las Investigaciones Confidenciales Sobre Parto de Mortinatos y Muertes en la
Infancia, sólo dos intervenciones fueron realizadas o supervisadas por los médicos tratantes.
Que haya muy pocas oportunidades de procedimientos para capacitar a residentes y
especialistas, y demasiado pocas para mantener la competencia, es una dinámica desafortunada que se
perpetúa a sí misma. En la actualidad, muchos residentes que se gradúan no se sienten confiados con
las operaciones con fórceps de ningún tipo, y mucho menos con las rotaciones Kielland.90,91 Con el
índice actual de menos del 5% de parto instrumental en muchos hospitales, yo diría que esta formación
debe ser selectiva y que no tiene sentido diluir la experiencia de algunos al capacitar a aquellos que
nunca practicarán el fórceps rotacional. Seguidamente, si bien no hay sustituto para la experiencia
adquirida por la sensación y la retroalimentación en tiempo y situación real al desempeñar la
aplicación de fórceps de rotación bajo supervisión, se puede defender una razón para la capacitación
por simulación con modelos pélvicos realistas antes de la aplicación en tiempo real, con la esperanza de
obtener mejores resultados cuando surja la ocasión poco común.
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posición orientada más occipitalmente. Debe evitarse aplicar fuerza adicional de rotación. Si la rotación
tiene buen éxito, a menudo anunciada por un sonido de succión cuando se desencaja la cabeza fetal y
rota fácilmente, vuelvo a apoyar con cuidado la cabeza con el Kielland. En este punto quito una cuchara
y la sustituyo por el lado correspondiente de un par de fórceps Simpson para mantener la posición.
Después de quitar el otro Kielland, coloco la cuchara Simpson restante y completo el parto, esta vez sin
episiotomía.
CONCLUSIONES
La variedad de posición OP persistente no tiene por qué ser el anatema de la obstetricia intraparto que
algunos creen que es. Cuando se detectan en el trabajo de parto temprano, las posiciones OP suelen
resolverse espontáneamente y un manejo conservador es mejor. Por otro lado, si la rotación no se ha
producido después de algún período de observación en la segunda etapa, el uso más liberal de la
rotación manual profiláctica puede disminuir la morbilidad materna mediante la prevención tanto de
cesáreas como de partos vaginales en posición OP. Una vez que ocurre una interrupción del descenso
en la segunda etapa, una apreciación de que no todos los OP son iguales es de suma importancia en la
determinación de la ruta más segura para el parto. Algunos deben ser resueltos por vía abdominal;
entre estos están la macrosomía, la altura de presentación engañosa común en OP o características
androides de la pelvis con potencial de obstrucción peligrosa a nivel del estrecho inferior. Otros partos
se deberían llevar a cabo desde la posición OP sin rotación, como en los casos de características
antropoides de la pelvis y un espacio amplio en la pelvis posterior. Incluso hoy en día, algunos se deben
rotar ya sea manualmente o con fórceps, y recibirse desde una posición anterior, por lo que las
rotaciones con fórceps de Kielland siguen teniendo un sitio en la obstetricia moderna. Sin embargo, los
desafíos planteados por un número decreciente de médicos dispuestos a realizar o enseñar el
procedimiento son sustanciales. Aquellos de nosotros entrenados en el procedimiento debemos estar
dispuestos a desempeñarlo y enseñarlo, estando conscientes de que las oportunidades para hacerlo
pueden surgir en los momentos más inoportunos. El entrenamiento mediante simulación es
prometedor y espero que los modelos y técnicas se acerquen a la invaluable retroalimentación que se
obtiene cuando las rotaciones reales están y no están marchando bien. Por último, soy de la firme
opinión de que no podemos seguir formando a todos los residentes para que sean competentes en
todos los procedimientos. La formación en parto vaginal instrumental complicado debería limitarse a
aquellos que estarán realizando este tipo de procedimientos después de la residencia.
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