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CAPÍTULO 1

LOS HABITÁCULOS MÍNIMOS: ARQUITECTURA PRIMITIVA Y LA MICRO

CASA

1.1 Del orden social al gesto arquitectónico

La nueva tendencia arquitectónica de las Micro Casas es parte de un movimiento

social que viene ganando popularidad desde 2013 y que trata de promover la vida en

espacios chicos. Debido a la demanda de familias que deseaban liberarse de deudas de

hipoteca, de la responsabilidad y tiempo de mantener demasiados muebles y objetos, se

inauguró un nuevo estilo de vida más cerca de la naturaleza, con menos consumo, menos

espacio y objetos para mantener y limpiar, y luego, les sobra más tiempo para disfrutar y

relajar.

Los primeros investigadores del retorno a los habitáculos mínimos, el interés por la

arquitectura primitiva y la autoconstrucción, remontan a la década de 70 con el

movimiento hippie. En este momento, se empezó a investigar un modo de vida más cerca

de la naturaleza, porque las personas se interesaban por la contracultura que difundía la

paz y la unión entre las personas, en oposición al ciudadano común y corriente que

aceptaba – la mayoría apoyaba - la Guerra del Vietnam. En resumen, el movimiento

hippie pregonaba el retorno a la vida en comunidad, garantía de los derechos humanos e

igualdad entre todos.

En 1973 Lloyd Kahn en su libro Shelter, que investigaba la autoconstrucción,

dejaba claro que no le interesaba una vida de “hombre de las cavernas” y que el objetivo

principal de su investigación era el equilibrio entre lo que pueden hacer las manos y los

beneficios de lo que puede hacer una máquina. El autor ya hablaba de la necesidad de

prácticas constructivas sustentables, de la auto suficiencia que se adquiere al tener una

casa y huerta propias, así como el acceso democrático de la población a una vivienda de

calidad.
Por las mismas razones, los adeptos de las Micro Casas, cambiaron el sueño

americano de la gran vivienda suburbana por algunos pocos metros cuadrados. La

escasez de recursos financieros, encarecimiento de insumos (combustible/agua/energía

eléctrica) - debido a que todo el sistema de abastecimiento esté basado en energías no

renovables, más allá de contaminación del aire, alimentación industrializada y de mala

calidad, adicción al consumo, hipotecas interminables, catástrofes naturales, etc., hacen

que cada día más gente empiece a buscar una manera de empezar de cero con dignidad,

y vivir una vida distinta, que sea más significativa, más libre y más próspera.

Uno de los precursores de la difusión de la autoconstrucción de viviendas

diminutas fue Lester Walker con su libro Tiny Tiny Houses (1987). Debido a su pasión por

las casas para niños, empezó a investigar acerca de las micro cabañas / refugios, casas

rodantes y algunos tipos habitáculos efímeros construidos con lona. En principio la micro

cabaña era usada como refugio en ocasiones de caza y pesca, pero también

representaba la filosofía de escapar de la agitación de la ciudad y relajar cerca de la

naturaleza.

Ese cambio de escala de la casa común de varias habitaciones y símbolo de

status social hacia al micro refugio promueve una sensación de confort poco

experimentada y muy placentera, que tiene que ver con sentir la vivienda de la manera

más básica posible. Se retorna a la situación de feto en el abrigo-útero que es la Micro

Casa.

Estos espacios mínimos restringen el acúmulo de objetos por parte del usuario y

por eso, es fundamental que en la Micro casa exista un sistema de organización del

espacio interior que sea inteligente y en constante observación a los usos y movimientos

del usuario. En realidad, vivir en una Micro Casa presupone un cierto desprendimiento

material, porque no abriga nada más que el ser humano y lo justo y necesario para que él

pueda vivir con calidad. El habitáculo mínimo obliga el usuario a enfocarse en lo que
realmente importa: uno mismo y su relación con el otro, porque “ser” es más importante

que “ter”.

Más allá de las varias filosofías relacionadas a la vivienda chica, también se

detecta la necesidad de los investigadores del tema de explorar las técnicas constructivas

primitivas, porque aportan al perfeccionamiento de la autoconstrucción e ayudan uno a

independizarse del costoso mercado constructivo. Además, esa búsqueda es fruto de un

interés por averiguar la génesis de la casa ecológica. A fin de reevaluar la falta de

sustentabilidad de la arquitectura moderna, hay una tendencia en volverse a la

arquitectura primitiva para entender su gestión eficiente de los recursos naturales.

Aunque las Micro Casas no estén hechas de materiales autóctonos, porque gran

parte se presenta como construcciones en seco o pre moldeadas, la arquitectura primitiva

sirve como territorio muy fértil para entender este fenómeno del micro, pues representa

una tomada de partido similar en relación a la transformación e interpretación del espacio

interior y exterior.

La arquitectura es considerada primitiva cuando es producida por sociedades que

quedaron afuera de la composición de lo que conocemos por mundo moderno - la

Modernidad, la era que se inaugura con la Revolución Industrial. Sin embargo, en los

pueblos que consideramos primitivos la arquitectura juega un papel central en su vida

económica, social y cultural e incluso, la misma sirve de base para la investigación de los

cambios históricos e intercambios entre distintas culturas.

El muy importante considerar que, así como en nuestro sistema social moderno, la

arquitectura primitiva no debe ser analizada apartada de su función social. Aunque

presente innúmeras formas de ornamentación artística, no es correcto leerla ni como arte,

tampoco como una traducción literal de la sociedad que la produce.

Al tener una mirada menos extranjera sobre la arquitectura primitiva, frente a verla

como exótica o salvaje, uno se da cuenta de que, de la misma manera que en cualquier
sociedad moderna, la predominancia de un cierto material en arquitectura es más un

producto cultural que una determinación de las condiciones ambientales y recursos

naturales del territorio.

O sea, la manera como se analiza la arquitectura primitiva no debería ser distinta

de la manera como analizamos por ejemplo, la zona urbana de Buenos Aires. Un gesto

arquitectónico puede ser fácilmente importado de otra cultura, sin que ese “préstamo”

estético-constructivo, afecte la lengua, la organización social y las creencias de nuestra

sociedad.

Por ese motivo, esta investigación se enfoca más en la reafirmación cultural que

se lee a través tanto de tradiciones, como de nuevos estilos en arquitectura. El gesto

arquitectónico, mucho más que una estética específica, refleja la organización socio-

cultural. Esto explica por qué una misma estética puede perfectamente coincidir en

culturas completamente distintas, y se debe a que la arquitectura no es, en el ámbito

simbólico, nada más que un instrumento político y social.

La arquitectura primitiva desde un punto de vista occidental y etnocéntrico es

siempre mirada como única y anómala. Guidoni, (1977) en su compendio sobre la

arquitectura primitiva trata justamente de mitigar estos errores. Por ese motivo, se elige

esta fuente bibliográfica: el libro no vincula el desarrollo económico y social con la

presencia de complejidad arquitectónica. Guidoni tiene la clareza de que tal interpretación

sería prejuiciosa y limitada, pues una arquitectura simple puede perfectamente reflejar

una sociedad ultra desarrollada.

La arquitectura habitacional implementada de acuerdo con sus respectivas

tipologías de implantación en el territorio, producidas por distintas culturas ajenas a la

nuestra, están planteadas en esta investigación a través de una mirada que descarta el

análisis tecnológico de los materiales. Este tipo de enfoque se auto reduce y en

consecuencia de eso se auto corrompe, porque se vale del binomio hombre-naturaleza y


no hace justicia a los matices culturales. Además, es imprescindible afirmar que la acción

del medio ambiente sobre la arquitectura es casi nula, porque se la entiende a través de

Guidoni (1977) como “un instrumento social que sólo puede existir porque hay ciertas

actividades” (o gestos) “que llevan a interpretar y comprender el espacio de determinada

manera” (p.08).

Para este autor, hábitat, espacio y tipología solamente se vinculan cuando se tiene

en cuenta la sociedad en su totalidad. Es más, territorio, villa y habitáculo son

inseparables cuando se los enfoca desde el contexto social. Guidoni se refiere a este

sistema como una respuesta social (no geográfica) que produce intención, interpretación y

construcción arquitectónica. Estas, por su parte, son determinadas por funciones sociales

que se materializan a través de modelos espaciales.

Por ejemplo, el hecho de que edificaciones pertenezcan al patrimonio histórico y

mítico de un pueblo tiene que ver con que los mitos, que al tener relación con la

naturaleza y geografía local, insertan la arquitectura en el medio ambiente por medio de

una estructura cultural, y no al revés.

Por ese motivo, se busca entender la tipología de la micro-habitación evaluando

los materiales y técnicas constructivas acordes a la sustentabilidad, no de un punto de

vista físico y químico del material. La categorización de datos constructivos y técnicos

entre bien o mal, cierto o errado, son un tipo de reglamentación construida desde un

análisis técnico ya abarcado por la normativa internacional LEED (Leadership in Energy

and Environmental Design) que certifica las construcciones sustentables.

En este trabajo, se desea investigar la arquitectura a través de las relaciones de

poder en las sociedades y cómo ese carácter afecta los gestos arquitectónicos. Es decir,

se desea comprender la arquitectura sobrepasando el etnocentrismo, por medio del

verdadero entendimiento de las varias ideologías que permean las sociedades.


En el caso de las Micro Casas, se las interpretan vinculadas a un movimiento

social posmoderno, predominante en la clase media de países desarrollados, que es

donde esta clase social enfrenta temas como pérdida de poder adquisitivo, pérdida de

calidad de vida, al mismo tiempo que participa de una economía dependiente del mercado

de capitales y del consumo.

Otro factor que se debe tener en cuenta es que no hay una idea de cultura pura

que pueda ser empleada en respeto al análisis de las culturas primitivas. De la misma

manera, en nuestra cultura tampoco se puede negar que existen varios métodos de

producción y distintos modos de vida y comportamiento coexistiendo. Nuestra arquitectura

no sólo refleja esta variedad, sino que incluso la legitima.

A través de las teorías de Guidoni (1977), se entiende que los métodos y

relaciones de producción son sinónimos de la actividad productiva y de la relación entre

los individuos y el grupo. Estos factores son condicionantes en la relación entre individuo

y comunidad y entre grupo y territorio, o sea, opera primero en el ámbito de la unidad

hasta conformar la totalidad.

De esa manera, las distintas posibilidades de concebir la arquitectura tienen que

ver con los distintos modos de producción que coexisten en las culturas, por eso sería

inútil hacer una observación puramente lineal de “progreso”. Entender las diferencias

sociales que se generan desde los modos de producción, es la clave para entender el

modelo de equilibrio que todas las sociedades se auto establecen.

Para que esto sea posible, primero hay que saber que la arquitectura actúa al

mismo tiempo como producto y como instrumento de cohesión social, o sea, como un

elemento coordinador y condicionante del espacio muy antes de la construcción

propiamente dicha. Sólo se puede verificar la vinculación entre hábitat, espacio y tipología

en un nivel más simbólico, teniendo en cuenta que la arquitectura es el resultado de una

actividad socio-productiva, que refleja el grado de cohesión social de cada comunidad.


Llevando en consideración todos estos matices sociales, se puede ver como la

estructura social determina el gesto arquitectónico. Esto significa que se puede traducir

datos sociales desde el gesto arquitectónico, solamente si se conoce previamente la

estructuración social de determinado grupo. Este condicionante implica que, uno puede

ponerse confundido al investigar un producto sin conocer las motivaciones del productor o

las necesidades del usuario. Esto se pasa, porque es imposible sacar conclusiones desde

la materia y forma por si solas, ya que estas no permiten volver al camino de la intención

humana.

Un factor social muy interesante que se puede extraer desde la arquitectura es la

posesión del terreno. Al contrario de las comunidades nómadas, los terrenos privados en

un territorio conforman un contexto comunitario duradero y complejo, al mismo tiempo en

que reflejan la estratificación social. En dicho contexto, la construcción se vuelve en una

institución, donde estos factores sociales son dependientes del modo de producción

vigente. Aunque de una forma indirecta, se percibe en la arquitectura la interpretación

social de la propiedad de tierras y de la jerarquía establecida en el grupo.

A través del factor propiedad privada/publica se entiende que la vivienda puede ser

parte de un sistema de una arquitectura de clases o popular. Cuán más grande sea la

cantidad de propiedades privadas en un territorio, más se percibirán las diferencias

sociales en consecuencia de las competencias económicas.

Hasta en una comunidad nómada se puede comprender la manera en que la

colectividad entiende la vivienda. Aunque la vivienda sea efímera y su significado tenga

poca importancia, se puede observar que la elección del territorio se ve afectada por el

modo de producción del grupo familiar y su sistema de creencias. Este factor incluso sirve

para evaluar la significación social de una micro casa que es rodante. La vivienda que

acompaña el usuario, y que sigue almacenando los mismos objetos y con eso mantiene

un grado de estructuración mínimo para vivir, asegura aunque poca, alguna constancia en
el modo de vida. Sin embargo, es indudable que las viviendas móviles implican una

relación temporaria entre vivienda y territorio, más allá del esperado desprendimiento

material y social que se requiere al vivir en constante movimiento.

Tampoco se puede cuestionar, que el lenguaje de la arquitectura primitiva, que

sirve a este análisis comparativo, es un lenguaje esencialmente colectivo. Hasta una

iniciativa de un grupo familiar puede fracasar si no es comprendida por la colectividad. Es

decir, las ideas deben ser elementos que forman parte de un contexto más amplio que

abarca la identidad cultural de la comunidad.

Sí se puede afirmar que existe una característica innegablemente universal entre

todas las culturas, esta confirmación probablemente estaría en el hecho de que la

arquitectura no puede existir sin un conjunto inviolable de reglas de construcción que, por

su parte, tienen que ver básicamente con aspectos estructurales de soporte.

Otro factor recurrente entre distintas culturas es que, aunque la arquitectura

responda a necesidades sociales, el vínculo entre la arquitectura y sociedad se explica

por medio de la historia y de la ciencia, ambas a través del plan simbólico del mito. Esto

quiere decir que nuestras construcciones responden más a nuestras idealizaciones que al

ambiente en que vivimos.

Cuando se habla de mito, se lo entiende a través de Joseph Campbell (1988)

como fundamento o fuerza desconocida de la cual todo procede, en la cual todo existe

actualmente y a la cual todo retornará. Una estructura imposible de conocer, que existía

antes de las palabras y del conocimiento. En la actualidad, esta estructura está

remplazada por la ciencia en su función metafísica y mística.

El mito en una sociedad contribuye para la explicación del universo, para despertar

el asombro ante al misterio del ser, validar y apoyar el orden social existente y servir como

una guía para el individuo enfrentar las etapas de maduración en la vida. Hoy, el mito

perdió su presencia contenedora en el individuo, la ciencia nos protege ante todo lo que
aún no sabemos, al mismo tiempo en que comprueba que ya no existen certezas. El

individuo no es parte de un sistema, al contrario, el hombre en realidad se encuentra

totalmente solo.

1.1.1 Sentido comunitario: el equilibrio entre lo público y lo privado

Ante al fracaso del bien estar social en un sistema que prioriza la individualidad y

el capital, se observa un deseo de conservar recursos naturales para la posteridad y

declarar abnegación del lujo y de la ostentación social a través de una micro casa. Esta

decisión refleja un ideal de vida que no tiene ningún interés en acumular bienes y

patrimonio para la posteridad, de la manera como se hacía hasta dos décadas atrás, por

medio de un legado financiero o de acumulo de propiedades familiares, que es una

característica predominantemente patriarcal y hereditaria.

En contrario, el movimiento de la micro casa reacciona casi que instintivamente en

favor de la conservación de la especie humana a través del pensamiento comunitario y

anti inmediatista. La micro casa es elegida por familias con pocos o ningún hijo, que creen

que los hijos no son exclusividad de sus padres, sino que ya nacen y automáticamente

pertenecen al mundo. La nueva generación desea recuperar el bien estar social y sus

hijos van pertenecer a un contexto donde el trabajo no figura como medio de enriquecer

financieramente, sino que es un oficio que cada uno elige con el fin de obtener realización

personal a través de servir de alguna manera, a la comunidad.

De ahí se explica el retorno del prestigio de profesiones muy poco valoradas en

décadas pasadas como la del cocinero, del mecánico, del sastre, del diseñador de escala

artesanal, del barbero, del cervecero, del agricultor de productos orgánicos. Debido a un

sistema industrial movido por una demanda financiera y especulativa ajena a las

necesidades humanas, se busca garantizar el bien estar social, por medio de la


revaloración de estos oficios perdidos. El hombre vuelve a encontrar sus pasiones y su

utilidad para la comunidad a través del comercio de servicios y productos artesanales.

La arquitectura sirve justamente para legitimar esa mudanza social y uno de los

más importantes gestos arquitectónicos de la nueva generación es hablando de manera

general, el retorno a la integración de las actividades realizadas adentro de la vivienda y

de sus respectivos espacios, y en especial, la re significación de los espacios adentro de

la micro arquitectura y su implicación social democrática y positiva.

Es muy importante aclarar que el acceso democrático a la vivienda por la micro

casa no es exclusivo de la clase media. El oeste de Estados Unidos es conocido por tener

gobiernos locales más permisivos, progresistas y apoyadores del espíritu “hágalo usted

mismo”. En algunos de estos estados americanos, se observa el crecimiento localizado en

distintas áreas suburbanas, de condominios cerrados conformados por micro casas en

carácter de urgencia, sin instalaciones eléctricas, de provisión de agua/cloacales, o

calefacción, con baño y cocina de uso común y compartido entre el número limitado de

habitantes del respectivo condominio.

Este estado provisorio de alojamiento es en realidad el resultado de que estos

proyectos son de iniciativa propia de individuos en situación de calle y la única ayuda que

reciben es de filantropía. Al no tener el apoyo gubernamental de los programas de

vivienda social, estos grupos comunitarios se organizan en su propio sistema (orgánico)

de auto gobierno y cooperación donde hay un líder elegido democráticamente a cada año,

arman grupos de construcción de viviendas, huerta común y equipo responsable por la

seguridad del condominio.

Además, en el carácter funcional de la comunidad se observa la auto regulación

del grupo por medio de voto democrático en respeto a la aceptación o eliminación de

integrantes. Aunque mantengan un orden comunitario sistematizado, estas comunidades

están lejos de alcanzar buena calidad de vida. En este ámbito social también operan otras
cuestiones actuales importantes como la necesidad de apoyo psicológico para habitantes

que son dependientes químicos, la privacidad para cocinar y bañarse y lo más importante

es que haya límites más contundentes entre el ámbito social y el ámbito individual que se

reflejen en algún gesto urbanístico.

No hay dudas de que el futuro reserva muchas movidas desde la comunidad para

romper con el individualismo, suplir la omisión gubernamental y proveer a los

desamparados a través de la autoconstrucción entre grupos comunitarios. Visto como

medio de reinserción social de familias, se admite que este movimiento de “guerrilla”

contra el excluyente mercado inmobiliario va teniendo éxito. Lo que no se puede aceptar

es que ningún intento de urbanidad sea incorporado a que estas comunidades para que

las mismas se transformen en micro ciudades con saneamiento urbano, espacios de

verdes y comercio local.

Estos intentos llevan a reflexionar en respecto de la discrepancia de un grupo

marginalizado del esquema social urbano y que tampoco puede ocupar cualquier área

sub urbana ya que estas son objeto de especulación inmobiliaria. Cómo se explicó

anteriormente de acuerdo a la teoría de Guidoni (1977, p.12), el sistema mercantil

americano llegó a un grado de competencia tal, que la estratificación social deja la zona

suburbana como una exclusividad de los que pueden pagar por la ausencia de urbanidad.

En respeto a la búsqueda de una escala habitacional y urbana más accesible y

humana, a través de una especie de prototipo de comunidad autosuficiente en lo que se

refiere a la construcción y producción agrícola, se observa un movimiento hacia la

comuna primitiva como base para empezar estructuras más igualitarias socialmente y

diversificadas comercialmente. Sin embargo, el bien estar social de estas comunidades

marginales siempre se encontrará amenazado, porque todavía depende de los permisos

de construcción de gobiernos tecnocráticos y de dirigentes que gobiernan en función de

las clases abastadas.


Referencias Bibliográficas y de Bibliografía

Aresta, M. (2014). Arquitectura biológica: la vivienda como organismo vivo, Buenos Aires:
Diseño.

El presente autor presenta técnicas de construcción biogeológicas (casas de adobe /


arcilla) desde el punto de vista técnico, morfológico, el análisis de la materialidad de los
proyectos arquitectónicos y del ser humano como referencia de escala, uso y percepción.
Ese libro aportará en la investigación sobre el método de construcción biogeológico.

Broto, C. (2014). Arquitectura Contemporánea. Vivienda Social, Barcelona: Links Books

Compendio de proyectos de arquitectura con clara demostración de optimización de


recursos destinados a las viviendas sociales y soluciones tipológicas flexibles tanto en
ejecución material, como en su funcionalidad. Ese libro aportará en la investigación sobre
la necesidad actual de que todas las viviendas tengan sus interiores integrados y flexibles.

Diedricksen, D. (2015). Micro Shelters, North Adams: Storey Publishing.

El libro investiga sobre los más creativos e ingeniosos proyectos de micro refugios por
todo el mundo que sirve a cualquier presupuesto, estética de diseño o técnica
constructiva. Este material bibliográfico aportará en la investigación sobre las
motivaciones actuales de vivir en una micro-casa y el análisis de sus variantes tipológicas.

Guidoni, E. (1977). Arquitectura Primitiva, Madrid: Ediciones Aguilar.

El libro enfoca la arquitectura primitiva desde la materialidad, disposición de habitaciones,


desde las actividades realizadas por las comunidades, además del punto de vista
morfológico y social de las viviendas. Es una fuente que permite estudiar el sistema
autóctono de construcción y de materialidad de las viviendas primitivas, así como el
sistema social que motiva estas comunidades a instaurar un sistema de cooperación que
se refleja en la propia arquitectura.

Jourda, F. (2013). Pequeño manual del proyecto sustentable, Barcelona: Gustavo Gili.

El libro orienta proyectos de arquitectura y urbanismo a partir de la sustentabilidad


ambiental por medio de más de 60 preguntas y respuestas sobre implantación, programa
de necesidades y diferentes fases de proyecto arquitectónico para que respondan de
manera eficiente a las demandas actuales. Esta fuente será una guía para orientar la
investigación de las hipótesis relacionadas a entorno, clima e implantación.
Kottas, D. (2014). Nuevas tendencias Micro Arquitectura, Barcelona: Links Books.

Este libro constituye es un compendio actualizado sobre habitáculos mínimos y viviendas


refugio, caracterizadas por el uso inteligente del espacio. Este concepto de vivienda surge
como un síntoma de los cambios estructurales que deja el siglo XX, a fin de construir una
mitología arquitectónica para el futuro y proponiendo nuevas formas de articular la
intimidad espacial. Este referente bibliográfico aporta en el análisis morfológico
profundizado en respeto a las micro-casas.

Linz, B. (2009). Eco-Houses. Casas Ecológicas, Königswinter: H.F. Ullmann.

El libro presenta el análisis de 40 proyectos mundiales de viviendas amigables con el


medio ambiente en la última década. Este referente aporta en las hipótesis que se refieren
a la contundencia estética de las construcciones ecológicas de hoy y permite la
ejemplificación y discusión clara y precisa sobre los problemas estéticos del diseño no ser
totalmente ecológico en su esencia.

Pallasmaa, J. (2006). Los ojos de la piel, Barcelona: Gustavo Gili.

Un libro sobre la arquitectura de los sentidos que a través de la fenomenología pretende


construir una filosofía de la arquitectura donde se valora el sonido y el olor de los objetos
en el espacio y no solamente su aspecto. Además, enseña sobre la importancia de los
espacios evocaren sensaciones táctiles, visto que es con el sentido del tacto que se
percibe la espacialidad. Este referente brinda una revelación fundamental sobre el
potencial táctil del adobe como material evocador de sensaciones espaciales.

Tanizaki, J. (1933). El elogio de la sombra, Madrid: Ediciones Siruela.

Un ensayo sobre la estética arquitectónica tradicional japonesa en contraste con los


cambios de la modernidad. Las comparaciones entre luz y sombra y oriente y occidente
definen este libro. El occidente puede tener una arquitectura más sensible si no se
obsesiona tanto con la persecución de la luz y empieza a ver la belleza de la opacidad de
los materiales y de las sombras en los espacios. Este autor será citado en la investigación
sobre la permeabilidad entre vivienda y exterior y la importancia de la técnica constructiva
biogeológica como materializadora de esa estrecha relación con el medio ambiente y la
aceptación del hombre de su propia naturaleza biológica.
Venturi, R. (1977). Complejidad y contradicción en la arquitectura, Barcelona: Gustavo
Gili.

Siempre existe una auténtica necesidad de re-examinar las obras arquitectónicas del
pasado desde su complejidad y contradicción (una cosa quiere ser y en esta afirmación
está implícito lo contrario). Además, pretende desviar la mirada sobre lo que es diferente
en la arquitectura y poner el foco en lo que es esencialmente igual. Este autor aporta en la
construcción de una nueva mirada sustentable en la micro-casa a través de una
morfología definida por el adobe como material principal.

Zumthor, P. (2006). Atmósferas, Barcelona, Gustavo Gili.

El libro resulta de una conferencia sobre la capacidad de los edificios y sus entornos para
ofrecer a la gente un buen lugar para el desarrollo de sus vidas. Este autor aporta en la
comprobación de la vivienda como un potencializador o mitigador de vivencias del ser
humano. Esta tesis ayuda a verificar que el adobe puede, con la impermeabilización
adecuada, brindar este confort tan deseado para una vida más sana.

Revistas de Internet

SITIOSOLAR S.L. – Portal de Energías Renovables. (2013). La construcción con tierra


cruda: el adobe y la tapia. Disponible en: http://www.sitiosolar.com/la-construccion-con-
tierra-cruda-el-adobe-y-la-tapia/

BUZZFEED – Are tiny-house villages the solution to homelessness? (2016). Disponible


en: https://www.buzzfeed.com/timmurphywriter/tiny-homes

Filmografía

Deal, C, Lessin, T., Moore, M. (productores) y Moore, M. (director) (2015). Where to


invade next. Estados Unidos: Dog Eat Dog Films.

Mueller, M., Smith, C. (productores) y Mueller, M., Smith, C. (directores) (2013). Tiny: A
story about living small. Estados Unidos: First Run Features.

Wurmfeld, E., Gabbert, L. (productores) y Gabbert, L., Schein, J. (directores) (2009). No


Impact Man: The Documentary. Corea del Sur: Oscilloscope Laboratories.

Greene, G., Solti, P. (productores) y Sheen, D. (director) (2009). First Earth:


Uncompromising Ecological Architecture. Israel / Canada: PM Press.

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