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2019

CULTURA Y ARQUITECTURA
CONTEMPORÁNEAS

ARQ. PATRICIA ACOSTA

CÁTEDRA DE CULTURA Y PRODUCCIÓN ARQUITECTÓNICA. FAU - UNT


Identidad y Cultura contemporánea.

La cultura contemporánea se caracteriza por la complejidad que involucra la construcción de la


identidad individual y grupal. Cada persona tiene acceso a una gran diversidad de modelos
para imitar, formas de vida, lenguajes, gustos, modas, valores y creencias provenientes tanto
de su entorno inmediato como de los generados por la industria cultural, a los que accede a
través de la televisión, el cine o internet.

La identidad individual se construye a partir de la pertenencia a colectivos, sea a los grupos


primarios tradicionales (familia, etnia, comunidad) tanto como a los de la cultura masiva
globalizada (nuevas tribus urbanas, estilos de vida influenciados por modelos de consumo,
comunidades emotivas, etc.).

La identidad vincula simultáneamente las representaciones del individuo, de la comunidad y de


la sociedad, es un concepto relacional basado en prácticas subjetivas entre los individuos y la
sociedad, vinculado a la conformación de la personalidad en base a roles, códigos y
convenciones impuestos por la estructura social. Es la conciencia interiorizada y representación
pública del yo, el nosotros y los otros.

Las identidades masa

Se relaciona con la homogeneización de las identidades a partir de la cultura de consumo, que


uniformiza las identidades sociales. El mejor ejemplo es el American Way of Life, pauta cultural
vinculada a la modernidad y conexión con el mundo que brinda un carácter cosmopolita.
La cultura de masas propone un modelo cultura transnacional con prácticas de consumo
uniformes a escala planetaria que desdibuja las particularidades de las culturas tradicionales y
de la identidad individual. Como consecuencia, una arquitectura comercial global se repite
alrededor del mundo, paisajes idénticos en todas las ciudades del mundo: restaurantes, cafés,
supermercados, shoppings, aeropuertos, hoteles de cadenas internacionales. Los caracteriza
la homogeneidad estética, con similares costumbres y valores que construyen la llamada
“aldea global”.

El hedonismo individualista

Como superación de la cultura de masas, surgió la diversificación y personalización de las


propuestas de los medios de comunicación que contribuyen a la individualización de las
identidades. El desarrollo tecnológico permitió que los aparatos de comunicación sean
portátiles (celulares, notebooks) y puedan ser usados en cualquier momento y lugar. La
aparición del control remoto y la diversificación de la programación instauraron la cultura del
zapping, el usuario puede construir una programación personalizada aunque fragmentaria.

Los individuos hoy pueden seleccionar lo que consumen, de acuerdo a sus perspectivas
personales. Su identidad personal es cada vez menos impuesta por las agencias de
socialización tradicionales; la religión, el Estado y la familia han perdido su poder de gestores
de la cultura. Los sistemas globales de distribución cultural presentan una diversidad de estilos
de vida vinculados a artículos de consumo vinculados a valores hedonistas: culto al cuerpo
perfecto, salud, belleza, ocio, confort, etc.

La construcción de la identidad individual se basa en su conciencia autobiográfica de su


pasado junto a la posibilidad de creación de futuros posibles. Esto produce cambios en la vida
diaria que, a veces, impulsan transformaciones en las instituciones.

Las tribus urbanas

Como alternativa a la masificación cultural y al individualismo, aparecen pequeños grupos


llamados “tribus urbanas”. A diferencia de las comunidades tradicionales, la pertenencia es
voluntaria y emocional, los miembros se vinculan por afinidades y constituyen redes de amistad
y socialización cara a cara.

También pueden considerarse tribus a las entidades transnacionales conformadas por sujetos
que conforman redes, compartiendo códigos y valores culturales: movimientos sociales
(ecologistas, derechos humanos, feministas, etc.), élites profesionales, intelectuales, etc.

Las identidades juveniles son las que mejor ejemplifican a las tribus urbanas: la moda al vestir
(hipters, góticos, etc.), el género musical de preferencia (rastafaris, punks, reggaetón, cumbia,
etc.), la afición a algún deporte (skate, surf, fútbol, etc.); constituyen microculturas con sus
propios modos de actuar y estilos estéticos que llegan a generar modos de vida y dialectos que
sólo conocen sus miembros.

El fenómeno de las tribus urbanas se caracteriza por la apropiación de referencias de la cultura


global masiva y su utilización para crear fronteras de identidad en los espacios sociales de
interacción cotidiana, demarcando territorios de inclusión y exclusión.
Arquitectura y cultura contemporánea

La arquitectura contemporánea se caracteriza por la pluralidad y la fragmentación vinculada a


los procesos culturales sucedidos a partir de la década de los ´60: el concepto de relativismo
cultural permitió valorar la producción arquitectónica popular y, al mismo tiempo, le dio al
arquitecto la libertad de construir un estilo propio a partir de los elementos de la tradición
sumados a los propios de las tendencias globales de su preferencia.

La arquitectura como expresión de la cultura genera diversas corrientes y tendencias que no


son en sí mismas homogéneas, dentro de ellas distinguimos diferentes intenciones de diseño
que corresponden a la personalidad del arquitecto, su formación, su circunstancia cultural y
temporal. Podemos decir que la arquitectura participa de una dimensión universal, el tiempo: es
receptiva a las ideas de otros pueblos del mundo que circulan en un momento determinado,
fenómeno vinculado al proceso de transculturación.

Pero existe otra dimensión: el lugar, entendido como la interacción del medio natural con el
pueblo que lo habita. El primero es el territorio compartido, el medio físico, con sus
características topográficas y climáticas, entre otras, que condicionan y son modificados por los
grupos sociales e individuos que lo habitan; que crean valores y símbolos, maneras de actuar,
de compartir vivencias, creencias, mitos y tradiciones, es decir, una cultura que les permite la
vida en ese medio.

Estas dimensiones se convierten en elementos que, en diferentes proporciones, el arquitecto


toma para dar forma a su pensamiento arquitectónico:

- la consideración del lugar puede significar tomar en cuenta el sitio como medio físico,
respondiendo al clima, a la forma del terreno y otras condiciones, pero sin tener en cuenta la
cultura local.

- Considerar el lugar desde la cultura local significa proyectar respondiendo a los modos de
vida, a las costumbres del lugar. A veces pueden tomarse elementos de la arquitectura
tradicional propia del lugar en el que se sitúa el edificio o sólo utilizar materiales y sistemas
constructivos tradicionales, generando una arquitectura más enraizada en el lugar.

- la indiferencia al lugar produce una arquitectura que tiende a lo universal, ligada al tiempo,
que contrasta con su entorno y simboliza modernidad, ruptura con el pasado. Un ejemplo de
esta actitud es la arquitectura del Movimiento Moderno corriente que logró producir cambios en
los modos de vida de los usuarios de sus obras en todo el mundo.

Podemos hacer un paralelo entre los postulados del Movimiento Moderno y la cultura de
masas, por la pretensión de universalidad de las propuestas que sostuvo y la difusión mundial
que logró. Hacia 1920, un grupo de arquitectos alemanes entendió la necesidad de lograr
viviendas dignas y económicas, para que pudieran ser construidas masivamente por el Estado
y cada familia tuviera su casa propia. Con este fin, hizo un estudio científico sobre los espacios
necesarios para desarrollar las actividades de la vida doméstica y presentó un modelo de
vivienda mínima unifamiliar. Este modelo, basado en el modo de vida burgués europeo, se
difundió por todo el mundo a través de la acción de los arquitectos y los Estados; esta vivienda
simbolizaba modernidad y las aspiraciones de equidad social. Los usuarios, muchas veces
campesinos recién llegados a las ciudades, tuvieron que adaptar su modo de vida tradicional a
las posibilidades que esta casa pequeña brindaba.
Casa Exposición de Berlín (1931) Walter Gropius. Imagen extraída de
https://proyectos4etsa.wordpress.com/2012/07/06/casa-exposicion-de-berlin-1931-walter-gropius/

Otro aspecto trascendente que impuso en Movimiento Moderno en la concepción actual de la


arquitectura es el aspecto constructivo, difundió la edificación de estructuras de hormigón
armado, paredes de escaso espesor y grandes aberturas acristaladas; se impuso combatiendo
activamente los modos tradicionales de construcción, a los se caracterizaba como inseguros y
poco higiénicos.

Desde el punto de vista del confort, la modernidad significó la creación de la cocina y el baño
actuales, tanto en los elementos que la componen como en el modo de disponerlos, también
propició la inclusión de los electrodomésticos (heladera, lavarropas, acondicionador de aire,
etc.) y de artefactos como la cocina a gas.

La cocina de Frankfurth (1927), de Margarete Lihotzky y el baño de la Ville Savoye (1929), de Le Corbusier.
Desde el punto de vista estético, la arquitectura moderna propuso volúmenes puros,
abstractos, sin ornamentación ni texturas, un restringido uso del color y fachadas en las que
tienen gran importancia los grandes vacíos de las aberturas.

El espacio en las viviendas modernas se caracteriza por una búsqueda de fluidez basada en
crear espacios amplios, comunicados entre sí visual y físicamente; así como la
desmaterialización de la envolvente a través del uso de grandes aberturas que comunican el
interior y el exterior.

Algunas tendencias contemporáneas

Si consideramos lo enunciado anteriormente sobre la construcción de la identidad individual,


podemos decir que la vivienda de autor es un elemento que permite expresar la imagen que el
cliente quiere proyectar de sí mismo, manifiesta su forma de vida y su pensamiento a quienes
lo rodean. Al mismo tiempo, como ya hemos dicho anteriormente, cada arquitecto define su
enfoque a partir de sus gustos, formación, experiencias, etc.

La arquitectura contemporánea es reflejo de la diversidad cultural, un eclecticismo o mestizaje


de elementos de origen muy diverso; una arquitectura híbrida, que mezcla elementos de la
herencia cultural con otros provenientes de la cultura global, generando múltiples tendencias.
El abanico de expresiones actualmente es amplísimo y se hace difícil enmarcar a un arquitecto
en una tendencia, dado que muchas veces sus posturas resultan ambiguas o cambian con en
el tiempo.

A continuación, destacamos tres tendencias por considerarlas las más difundidas, tres
corrientes marcadas por diferentes búsquedas, sea por poner el acento en lo regional, en lo
ambiental o marcada por la búsqueda de nuevas formas.

Contexualismo o Regionalismo:

Caracterizada por la utilización de elementos tradicionales del lugar de implantación de la obra


con el fin de vincularse apropiadamente con su entorno físico y su contexto cultural. Sin
embargo, no se dejan de lado los elementos de confort, la estética despojada y abstracta, la
funcionalidad y la espacialidad propia de la arquitectura de la modernidad. Podemos decir que
esta corriente intenta una síntesis entre la cultura tradicional y la cultura global.

Esta arquitectura reinterpreta los tipos tradicionales de vivienda y los elementos


arquitectónicos, como por ejemplo patios y galerías, para adecuarse al clima y a los modos de
vida del lugar.

Se prefiere la utilización de materiales y sistemas constructivos tradicionales que permiten


soluciones económicas y la contratación de constructores locales. Como resultado, son
edificaciones más sostenibles que la construcción con materiales industrializados, responden
mejor al clima del lugar y remiten a la cultura local. El uso de tipos arquitectónicos y sistemas
constructivos vernáculos, le brinda a esta arquitectura una escala que se adapta a la
arquitectura tradicional propia del sitio.
La luz natural es un elemento que se utiliza aprovechando las cualidades particulares que
posee en el lugar, sobre todo en aquellos donde la radiación es elevada y permite crear efectos
de luz con perforaciones o rajas en techos y muros.

El color, propio del material o aplicado a los muros, suele utilizarse de acuerdo a las
costumbres del lugar. Por ejemplo, México se caracteriza por usar colores fuertes y
contrastantes. En otros casos, los colores térreos o materiales pétreos permiten al edificio
mimetizarse con el entorno natural.
La espacialidad de esta arquitectura es de carácter moderno, con grandes espacios
comunicados visual y físicamente; y conexión visual con el paisaje circundante por medio de
grandes aberturas vidriadas. Desde el punto de vista funcional, los locales y la organización
responden a los criterios modernos enunciados anteriormente.

Arquitectura ambientalista

Surge como respuesta ante la toma de conciencia de la problemática de la dependencia de


recursos no renovables (petróleo, carbón, gas, etc.); propone disminuir su uso a través del
ahorro de energía a partir del diseño del edificio y la utilización de tecnologías basadas en
recursos renovables, como generadores eólicos o solares para proveer energía eléctrica,
calefones solares, etc.

Para lograr el confort térmico se utilizan estrategias de regulación del ingreso de luz y calor a
través de aberturas con doble o triple vidriado y parasoles o celosías para evitar el
sobrecalentamiento, mientras que propone la aislación térmica de muros y techos, el acceso de
luz solar y la acumulación de calor en invierno.

A diferencia de la arquitectura regionalista, no utiliza materiales ni sistemas constructivos


locales ni busca una imagen vinculada a la arquitectura tradicional. Su imagen es tecnológica,
los materiales son industrializados, sustentables (maderas de plantación, reciclables,
biodegradables, etc.); muchas veces apelando a la prefabricación y a la construcción en seco.
Por sus características estéticas, a veces se implanta como un objeto extraño tanto en
entornos naturales como en los urbanos tradicionales.

Al igual que la arquitectura regionalista, el tipo y organización funcional de los locales responde
a los modos de vida que la modernidad impuso a nivel mundial.

Desde el punto de vista espacial, esta arquitectura responde a la concepción moderna de


espacios fluidos, comunicados visual y físicamente; busca igualmente la integración del paisaje
a los espacios interiores a través de grandes aberturas vidriadas. En ocasiones, se utiliza la
vegetación en forma de jardines verticales para lograr mejorar la aislación acústica, absorber la
contaminación del aire y disminuir su temperatura, regular el acceso de luz y calor, etc.
Minimalismo

Tendencia arquitectónica derivada de la arquitectura del Movimiento Moderno e influenciada


por la cultura japonesa, se convirtió en un estilo de vida caracterizado por una búsqueda
espiritual de paz y serenidad, se encuentra en oposición al modo de vida consumista basado
en la acumulación de bienes materiales.

Se caracteriza por utilizar composiciones basadas en formas simples, con gran nivel de
abstracción, un número limitado de materiales y ausencia de decoración. Construcción
perfecta, con gran cuidado de los detalles.
La conexión de los espacios interiores con el exterior es reducida, a veces sólo es sugerida;
claraboyas y rajas introducen luz en los interiores para generar ambientes de quietud y producir
efectos perceptuales a partir de las variaciones que presenta la luz natural a lo largo del día.
Los patios se presentan como zonas de estar al aire libre, pero artificiales, casi carentes de
vegetación y aislados del entorno circundante por medio de muros.
Desde el punto de vista funcional, esta arquitectura sigue los criterios impuestos por la
modernidad a mediados del siglo XX a nivel mundial. Los locales y su organización responden
al modo de vida moderno.

Esta arquitectura es indiferente a cuestiones ambientales, tanto de la sostenibilidad de la


construcción como por el problema de los recursos no renovables y no se preocupa
especialmente por garantizar el confort térmico en el interior.

No hay una búsqueda de diálogo ni de mímesis con su entorno natural o urbano, por sus
caracteríticas estéticas se presentan como objetos extraños, cerrados,
La arquitectura minimalista propone encontrar la serenidad a través de espacios simples y
despojados, disminuyendo la estimulación sensorial a través del uso de una paleta de colores
muy reducida y minimizando texturas, busca producir una percepción de limpieza visual.

Bibliografía

Torre, R. de la, (2002) Crisis o revaloración de la identidad en la sociedad contemporánea.


Nómadas n° 16, Colombia, (Abril 2002) ISSN 0121-7550. Consultado el 8 de febrero de 2019,
disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105117941007

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Pesci, R. (2006) Conservación y sustentabilidad. Patrimonio mundial: obras y movimientos siglo


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Herwing, O. (2017) Minimalismo máximo en la arquitectura de Tadao Ando. Smart Magazine.


Consultada el 10/02/2019, disponible en https://es.smart-magazine.com/arquitecto-tadao-ando/

Montaner, J. y Muxí, Z. (2011) Arquitectura y política. Editorial Gustavo Gili, Barcelona.

Goytía, Noemí. (1999) CUANDO LA IDEA SE CONSTRUYE – Procesos de diseño en la


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