Está en la página 1de 2

A LEY PENAL OBJETO DE CONOCIMIENTO DE LA TEORÍA DE LA LEY PENAL La teoría de la ley

penal contiene el estudio de sus características, su relación con el resto del orden jurídico, y
muy particularmente sus principios específicos, es decir lo que distingue a las normas penales
de las que pertenecen a otras ramas del derecho. Pese a sus peculiaridades, puede observarse
que las normas penales tienen una estructura similar a las demás, pues se componen de un
presupuesto, que es la descripción de una conducta, y una consecuencia que está prevista para
la hipótesis de que el presupuesto se cumpla. Así, la norma que reprime el homicidio simple
dice, al que matare a otro (presupuesto), se aplicará reclusión o prisión de ocho a veinticinco
años (consecuencia). Consiguientemente, lo específico de las normas penales es que el
presupuesto es un delito y la consecuencia es una pena. LÍMITES CONSTITUCIONALES. La
existencia de límites constitucionales en la configuración de las leyes penales surge evidente,
como sucede con el respeto a la dignidad de la persona humana, principio que permite
descalificar cualquier norma cuya consecuencia sea la degradación del hombre a expensas de
la potestad punitiva estatal(3). Sería así inconstitucional, toda norma que prevea la aplicación
de penas que impliquen tormentos o trabajos forzados. FUNCIÓN DE GARANTÍA DE LA LEY
PENAL La existencia de límites constitucionales para la ley penal, destinados a tutelar la
vigencia de derechos fundamentales, surge evidente cuando se observan los principios de
legalidad y de reserva. I. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD Su formulación latina, nulla poena sine
lege, nulla poena sine crimine, nullum crimen sine poena legali, fue denunciada por Feuerbach
en el marco de su teoría de la pena(6), pues la intimidación al delincuente potencial exige que
el coaccionado pueda saber con precisión cuáles son las acciones que no debe realizar porque
serán sancionadas. CRISTANTE ISABELA Así, desde la óptica de que la ley genera una coacción
general que predica la prevención general negativa, la punibilidad del hecho debe estar
determinada en la ley antes de la comisión, pues de lo contrario la amenaza no puede producir
efecto. Pero también es cierto que la consecuencia principal del principio de legalidad, es que
como señala a la ley como fuente exclusiva del derecho penal, permite fijar límites al poder
punitivo estatal. Es que, más allá del reproche que merezca o del perjuicio que haya causado a
la sociedad, ningún hecho puede ser castigado si la pena no está prevista en una ley, antes que
haya sido efectivamente realizado. Como consecuencia del principio de legalidad quedan en la
impunidad algunos comportamientos disvaliosos, por la inexistencia de ley previa que los
catalogue como delitos. Pero ése es el precio que debe pagar la comunidad para que exista
seguridad jurídica. Además, en virtud del mismo principio, la pena y sus consecuencias
accesorias se rigen por la ley vigente en el momento de comisión del hecho. En consecuencia,
no sólo el comportamiento debe estar previamente incriminado, sino también prevista la clase
y gravedad de la pena. Históricamente, el principio nullum crimen, nulla poena sine lege fue
enunciado, con diferentes alcances, sucesivamente por a) la Carta Magna de Juan Sin Tierra de
1215, como principio de legalidad procesal; b) las Constituciones de Virginia y Maryland de
1776, como principio de legalidad material a través de la prohibición de leyes ex post facto; y
c) la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, donde se reconocen
ambos principios. Su fundamentación corresponde al pensamiento de la Ilustración(8)y se
vincula con la adopción del modelo liberal de ejercicio del poder político. Según las normas
constitucionales que consagran el principio de legalidad: a) "ningún habitante de la Nación
puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por
comisiones especiales, o sacado de losjueces designados por la ley antes del hecho de la
causa" (art. 18, párr. 1°, CN); y b) "ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que
no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe" (art. 19 in fine, CPen.). Como se advierte,
en forma paralela a un principio de derecho material que supone la exigencia de ley previa, las
normas constitucionales prevén un principio de legalidad procesal, que consagra la exigencia
de un juicio previo como requisito ineludible para la aplicación de una pena. Llevamos dicho
que como consecuencia de la reforma constitucional de 1994, el principio de legalidad también
está previsto en tratados internacionales a las que el art. 75, inc. 22, CN, adjudica una jerarquía
superior a las leyes. Los principios de legalidad material (ley previa) y procesal (juicio previo)
son consecuencia de la racionalidad que orienta los actos de gobierno en un sistema
republicano (art. 1°, CN), pues no es racional reprochar a un sujeto lo que hizo, cuando no
tenía forma de conocer la prohibición porque todavía no se había establecido. La exigencia de
ley previa gravita en forma decisiva sobre la teoría de la culpabilidad, especialmente en lo
relativo al error de prohibición(10), pues sólo se puede reprochar un comportamiento cuando
su autor tuvo la posibilidad de conocer la incriminación mediante la lectura de la ley penal.

También podría gustarte