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Monición La Eucaristía es para el cristiano la fuerza en los problemas


diarios, el sostén en el cansancio, la vida en la enfermedad. Allí está
presente Cristo. Él está allí esperándonos, para que seamos saciados
con el Pan de los Ángeles, y rejuvenezcamos, cobremos más fuerzas y
sigamos el camino estrecho, camino que da la plena felicidad.
1. “Ten la seguridad de que, de todos los instantes de tu vida, el
tiempo que pases frente al Divino Sacramento será lo que te
dará más fuerza durante la vida, más consuelo en el momento
de la muerte y durante la eternidad”. (San Alfonso de Ligorio)
Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto Cuando miro a tu santidad 529cp
2. “Hay más beneficio en la Eucaristía que en una semana de ayuno de pan y agua”. (San
Vicente Ferrer) Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto El adorador 924 cp
3. La devoción a la Eucaristía es la más noble de todas las devociones, porque tiene al mismo
Dios por objeto; es la más saludable porque nos da al mismo autor de la gracia; es la más
suave, porque el Señor es suave”. (San Pío X) Padre Nuestro, Ave María y Gloria… Canto
Dame un corazón de Poeta
Soberano Señor Sacramentado…
Vísperas
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO: (todas)
¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame, dime
qué debo hacer, ordéname.
Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas que me suceda.
Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.
Canto al Espíritu Santo
Del Santo Evangelio Según San Marcos 2:18-22.
Un día que los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno fueron a decirle a Jesús: “¿Por
qué los discípulos de Juan y de los fariseos ayunan y tus discípulos no ayunan?” Jesús les
respondió: “¿Pueden los invitados a la boda ayunar mientras el novio está con ellos? Mientras tienen
al novio con ellos no pueden ayunar. Llegará un día en que les arrebaten al novio, y aquel día
ayunarán. Nadie usa un trozo de tela nueva para remendar un vestido viejo; porque lo nuevo añadido
tira del vestido viejo, y la rotura se hace más grande. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque
el vino revienta los odres y se echan a perder odres y vino. A vino nuevo, odres nuevos”.
Palabra del Señor/Gloria a ti Señor Jesús
Momentos de silencio
Preguntémonos en silencio
¿De que suelo ayunar? ¿Cada que tiempo ayuno? ¿Me fijo en el ayuno de los demás y no del mío?
Estando con el Amado Jesús ¿ayuno de él? ¿Qué hago por estar con él? ¿Cómo es mi ánimo al
estar con él?

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De acuerdo con algunos símbolos que se describen, que significan para mí:
Tela Nueva:
Vestido Viejo:
Rotura:
Vino Nuevo:
Vino Viejo
Odre:
El ayuno es el siguiente punto de contención entre Jesús y sus oponentes. Puede no ser un tema
importante en sí mismo, pero Jesús busca la oportunidad de hacer una declaración asombrosa: “¡Él
es el novio!”. En el Antiguo Testamento, la imagen matrimonial se usaba para describir la relación
entre Joven (el novio) e Israel (la novia). Aquí Jesús usa para sí el término “novio” y habla de sus
seguidores como los invitados a la boda. Más adelante, el pensamiento cristiano irá más allá y verá a
la Iglesia, la nueva Israel, como la novia de Cristo.
El odre al que se refiere la parábola de Jesucristo era una bolsa hecha de cuero, usualmente de
cabra y en tiempos bíblicos se usaba especialmente para contener líquidos.
Una vez curtido se aplicaba una costura alrededor del cuero dejando solamente un orificio en la parte
del cuello por donde era vertido el líquido para su preservación.
El vino nuevo o recién obtenido se vertía en el odre y se dejaba reposando. Conforme el vino iba
fermentando la bolsa de cuero se estiraba debido a la emisión de gas del contenido.
Cuando el odre era viejo y debido al mucho uso perdía su elasticidad y se ponía muy duro. Si a este
odre tan endurecido que ya había dado de sí y por tanto no estiraba más se le ponía vino nuevo el
resultado era que al fermentar el vino se reventaba el odre, perdiéndose tanto el odre como el vino.
Por ello los odres viejos solo podían utilizarse para guardar vino viejo en tanto que el vino nuevo
debía guardarse en odres nuevos.
Hoy en Día…
Hablando de compañías u organizaciones, al querer establecer un cambio para bien, siempre el
primer síntoma de las personas es el miedo.
Jesús vino a enseñar una nueva manera de ver a Dios, nos enseñó a verlo como un Padre. Vino a
mostrarnos el amor y la misericordia de nuestro Padre Dios.
Jesús hacía actos que estaban prohibidos en sábado, comía y estaba con pecadores, entre otras
cosas.
Todo lo que hacía era el nuevo cambio que vino a hacer a aquella escuela vieja de la cual los
fariseos se habían encargado de destruir lo que en realidad es bueno, utilizando la Ley a su
conveniencia.

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Por estas razones Jesús les dijo específicamente: A vino nuevo, odres (vasijas) nuevas. Y nadie
cose un remiendo de paño nuevo en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él. El
paño nuevo del viejo y se produce un desgarrón peor.
Lo nuevo necesita de los nuevos. Ya que al mezclarse con lo viejo no es para nada compatible.
La palabra del Señor Jesús nos ayuda a captar el desafío de una novedad que exige no solo
acogida, sino discernimiento.
Se requiere apertura mental para imaginar el modo de seguimiento y en este caso el seguimiento
carismático.
Es necesario ver los odres viejos que hay en nuestra espiritualidad eucarística-Mercedaria y
preguntarnos ¿Para qué sirven? (pequeño Silencio)
Asimismo, ver los odres nuevos que hay en nuestra espiritualidad eucarística-Mercedaria y
preguntarnos ¿Para qué sirven? (pequeño Silencio)
¿Cuáles son las nuevas periferias que necesitan de la presencia Eucarística Mercedaria? (pequeño
Silencio)
¿En nuestra comunidad que periferias nuevas hay que redimir? ¿Qué está a mi alcance? (pequeño
Silencio)
¿Estoy dispuesto a cambiar mi vida antigua por la vida nueva que me ofrece Jesús? ¿A cambiar los
odres viejos por nuevos para que el vino nuevo (Jesús) venga a renovarme?
Pidámosle en un momento de silencio al Señor que nos sane de las cosas viejas y nos revista de las
nuevas, pidámosle su amor y misericordia para que él sea capaz de sanar a nuestra Congregación,
a los niños y jóvenes que se desvían, a los diferentes esclavos de nuestro tiempo.
Canto: Sáname Señor
Preces.
Ahora hagamos unas peticiones dirigidas a Dios
● Haznos sentir Señor, cada día tu llamada a colaborar contigo, -y
confírmanos en la generosidad y entrega a cuantos has llamado a propagar
tu evangelio
● Que nuestro espíritu redentor y mariano suscite abundantes vocaciones para esta misión
encomendada,
- que se entreguen con generosidad al servicio de la iglesia
● Te pedimos por los que dudan o no se atreven a responder a tu llamada,
- haz que sientan en su corazón la urgencia del Evangelio
● Por todas las familias cristianas y por todos los auténticos creyentes,
- para que en un verdadero espíritu de iglesia descubran la verdadera vocación.

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● Por nuestros hermanos misioneros y por todos los que trabajan en la vanguardia de la iglesia,
- para que no desfallezcan en la tarea de abrir caminos de liberación entre los pueblos más
necesitados.
● Levanta Señor, la esperanza de los pobres, enfermos o marginados,
- que encuentren en nosotros la solidaridad y el amor cristiano
● Tú que has enviado a tu Hijo para anunciar la salvación a los pobres, la libertad a los cautivos y el
consuelo a los que están en aflicción,
-concede a nuestro mundo la libertad y la paz que solo proceden de ti.
● Levanta la esperanza de los cautivos,
- y haz que estemos atentos a las necesidades de los que sufren.
Canto: Y tú Madre de Merced 558cp
Oración (Todas)
Santa María, Mujer del vino nuevo, conserva en nosotros el deseo de proceder en obediencia a la
novedad del Espíritu, reconociendo el signo de su presencia en el vino nuevo, fruto de vendimias y
de nuevas estaciones. Haznos dóciles a su gracia y diligentes en la preparación de odre capaces de
contener sin dispersar el fermento del jugo de la vid. Afirma nuestros pasos en el misterio de la cruz
que el Espíritu requiere para cualquier nueva creación. Enséñanos a hacer lo que Cristo tu Hijo nos
diga, para sentarnos a su mesa cada día: Él es el vino nuevo por el que damos gracias, recibimos y
entregamos bendición. Alimenta en nosotros la esperanza, aguardando el día en que beberemos el
fruto nuevo de la vid con Cristo, en el Reino del Padre.
Reserva del Santísimo Sacramento

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