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Hay más personas que pasan por los hospitales del mundo, por año, que por las
iglesias. Durante su estadía en el hospital, las personas son por lo general, más
receptivas al mensaje del Evangelio que cuando se encuentran saludables, seguras
de sí mismas y en situación próspera; son más conscientes de su necesidad de un
consolador y un salvador.
Nuestro Señor Jesucristo dedicó una gran parte de sus tres años y medio de
ministerio público a los enfermos. «Seguidme», fue su mandamiento. «Así como el
Padre me ha enviado a mí, yo os envío a vosotros».
Si bien en los países donde dominan ideologías o religiones tiranizantes se cierran
las iglesias y se prohibe la predicación, los hospitales raramente se cierran.
Vaya en oración y con cautela. Las personas que va a visitar han sido debilitadas
por la enfermedad y el dolor. En un mayor o menor grado se encuentran temerosas
y ansiosas. Se requiere que sea, a la vez, un serio y alegre mensajero de esperanza.
La suavidad de espíritu es lo que debe caracterizarlo. No vaya hasta que no haya
orado con intensidad, sensibilidad y compasión. La predicación enérgica y
convincente está fuera de lugar para esta ocasión. Todas las instituciones de salud,
grandes o pequeñas, poseen ciertas reglas que las gobiernan. Póngase al tanto de
las mismas y cúmplalas. No está en una iglesia o en un salón evangelístico, sino en
un sitio muy diferente, cuya función apunta a proporcionar la sanidad física o
mental de los pacientes.
Siempre pida permiso para ver al paciente. Si su visita está fuera de horario, no
interrumpa la rutina de las salas. Los pacientes no deben recibir visitas
inmediatamente después de una operación o durante las visitas del médico.
Preséntese a la persona a cargo de la sala (estación) y diga que tiene permiso del
director (jefe, supervisor). Pregúntele si sabe de pacientes que no tengan visitas y
dígale a quién piensa visitar.
INDICACIONES IMPORTANTES
Grupos de canto
La evangelización en los hospitales puede ser llevada a cabo por grupos de canto
(reduzca el número a siete personas) de las iglesias. Cuando esté permitido,
podrían incluir un breve mensaje, conversaciones personales con los pacientes y la
distribución de folletos adecuados.
Su mensaje
Simplemente enunciado, el mensaje del Evangelio es que todos somos pecadores y
merecemos eterno castigo; pero Dios nos amó de tal manera que envió a su único
Hijo para que cargara con nuestra culpa en la cruz del calvario.
Aliente al paciente a pedir perdón por sus pecados y a creer que Dios lo otorga por
medio de Cristo. Mantenga el mensaje simple y claro. Dé testimonio de lo que Dios
ha hecho por usted personalmente; muestre que usted no es simplemente un
cristiano profesional sino que ha experimentado aquello de lo que habla.
Normalmente los pacientes tienen tiempo para leer, y un libro o folleto, bien
elegido, podría ser de gran valor para ellos. Recuerde que están en el hospital
porque no están bien y en consecuencia no son capaces de poner toda su
concentración en lo que están leyendo.
Conclusión y resumen
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https://books.google.com.pe/books?id=a1CmSjbmClgC&printsec=frontcover&hl=
es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false