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El Odre Nuevo Y El Viejo

Portadores del Nuevo Vino.

Escritura: Marcos 2:22

Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, de otra manera el vino


nuevo rompe los odres, y el vino nuevo se derrama y se pierde, por
eso el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar”. San Marcos 2.22

Un odre, es un recipiente de cuero que se utiliza para guardar el vino,


la típica "bota de vino", que se utiliza en países del medio oriente y en
Europa. Cuando se echa vino nuevo en un odre nuevo, en la medida
que el vino se fermenta, el odre se expande. Pero, con el pasar del
tiempo, una vez el proceso de fermentación termina, el cuero del odre
se endurece y pierde su elasticidad. Entonces, si a un odre viejo, que
ya se ha expandido y se ha puesto duro, uno le echa vino nuevo,
cuando el vino nuevo comienza a fermentarse, el cuero viejo, en vez
de expandirse, se rompe y el vino se echa a perder.

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Tristemente, nosotros/as, muchas veces, nos comportamos con un


odre viejo. Queremos experimentar cosas buenas y positivas, pero no
estamos dispuestos a tratar y/o considerar cosas nuevas que nos
ayuden a mejorar. Queremos que nuestras circunstancias cambien,
pero no estamos dispuestos a hacer lo necesario para que estos
cambios ocurran.

En la escuela (para los que estudian), están aquellos, que quiere salir
bien en los exámenes y tener buenas calificaciones, pero no quieren
estudiar. En el trabajo, mucha gente, quiere progresar, pero quieren
lograrlo sin esforzarse, o aun cuando su desempeño es mediocre.
Queremos alcanzar estabilidad económica, pero no queremos dejar de
gastar desmedidamente y nos negamos a vivir dentro de un
presupuesto realista y responsable. Queremos tener un cuerpo
saludable, pero no queremos comer bien, ni hacer ejercicios. Y si
tenemos alguna condición de salud - queremos sentirnos bien, pero no
queremos tomarnos las medicinas ni seguir las instrucciones del
médico. Queremos relaciones saludables (en el hogar, con los hijos,
con nuestras parejas, en el matrimonio), pero todo lo queremos
resolver con gritos y peleas.

Queremos vino nuevo…pero pretendemos echarlo en nuestros odres


viejos.

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En lo que respecta a nuestra vida espiritual, también muchas veces


nos comportamos como odres viejos. Anhelamos vivir en la plenitud y
la abundancia que Jesucristo compró para nosotr@s en la cruz del
calvario, pero no queremos hacer las cosas que nos encaminan a
alcanzar estas bendiciones.

Queremos madurar en nuestra jornada de fe, pero no queremos


dedicar el tiempo que requiere nutrir nuestra relación con Cristo.
Queremos vivir dentro de la voluntad de Dios, pero nos negamos a
caminar por la senda que nos conduce a vivir dentro del propósito de
Dios. Queremos que nuestra relación con Jesús cambie nuestras
circunstancias para bien, pero no necesariamente queremos que
Jesucristo nos cambie a nosotros/as.

Insistimos en que Jesucristo eche vino nuevo - en nuestros odres


viejos.
En este día, escuchemos a Dios que nos está diciendo, por medio de
Su Palabra, que si realmente queremos que algo nuevo ocurra en
nuestra vida, algo nuevo tiene que ocurrir en nuestra vida.

Hoy, al reflexionar sobre tu vida, quien eres, lo que estás haciendo, tus
fortalezas, tus debilidades, tus luchas - tienes que preguntarte ¿qué
tipo de odre soy?

A caso, aun sin darte cuenta, ¿te has convertido en un odre viejo, con
un corazón duro, inflexible, donde no hay espacio para el hacer nuevo
de Dios, y como consecuencia, te estás rompiendo (o tal vez ya estás
rot@) y la bendición de Dios se está echando a perder en tu vida? O
eres como ese odre nuevo al que hizo mención Jesús,

¿que porque eres blando y humilde de corazón, al recibir vino nuevo


de parte de Dios, te expandes, creces, y puedes retener el fruto de
Cristo para bendición de tu vida y para la gloria del nombre de
Dios? ¿Qué tipo de odre eres?

El Apóstol Pablo escribió a la iglesia cristiana en Corintio: “De modo


que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha
quedado lo viejo:

¡ahora ya todo es nuevo!" 2 Corintios 5:17.

Yo no sé tú, pero mi alma anhela vino nuevo. Cosas nuevas, más


grandes, y mejores en Cristo. Yo no sé tú, pero yo necesito la frescura
del Espíritu Santo renovando todo lo que yo soy - mi espíritu, alma y
cuerpo. Yo no sé tú, pero yo quiero ser portador del vino nuevo que
Jesucristo está derramando sobre todas las personas que le buscan
en espíritu y en verdad.

Y porque quiero algo nuevo de parte de Dios, hoy con mi corazón en


mano, le digo: haz algo nuevo, en mi, Señor Jesús.

Jesús está enseñando aquí una de las verdades que debemos


entender; un odre de alguna manera representa nuestra vida.

Los odres eran los recipientes donde se depositaba normalmente el


vino, el aceite, el agua, y evidentemente esas odres, cuando pasaba el
tiempo, se aguantaban y se les echaba vino nuevo, el cual era un vino
muy fermentado.

El temor era que el odre se rompiese y se perdiese el vino nuevo.

El problema de los odres viejos es que van perdiendo la elasticidad a


los cambios, son como odres viejos les decían a los fariseos y
religiosos.

Los fariseos como odres viejos, estaban soportados, y no estaban


preparados para recibir las buenas noticias, no estaban preparados
para recibir lo bueno de Dios, creían que la revelación que habían
tenido en el antiguo testamento, era todo lo que necesitaban saber
hasta ese entonces .

En Números, capítulo 13, cuando los doce espías, entraron a la tierra


prometida, diez de ellos actuaron como odres viejos y dijeron:

“Nosotros no podemos, nosotros jamás lo vamos a lograr, ellos son


más fuertes que nosotros, es una tierra de gigantes, es una tierra que
Dios nos hablo, es verdad, pero no podemos vivir aqui, jamas vamos a
ser felices, jamas vamos a alcanzar este tipo de victoria.
Pero hubo dos de ellos, Caleb y Josué, que vieron lo mismo pero eran
odres nuevos, y dijeron:

“Si Dios nos está diciendo que Él nos va a sostener, que Él nos va a
biblioteca, que Él va a poner a esos gigantes por debajo de nuestros
pies, entonces aunque nosotros no podamos, Él está con nosotros, y
nos va a entregar a nuestros enemigos debajo de nuestros pies!!!

Jesús dijo: Yo soy el vino nuevo, yo soy la vida.

Jesús dijo "el que tenga sed venga a mí y beba".

Ahora hay un tiempo donde Dios nos reveló su salvación, ha visto su


gloria, pero Dios te dice, no es todo, el odre nuevo tiene la capacidad
de expandirse, de estirarse.

El Señor quiere que tengas un espíritu flexible, capaz de esforzar lo


nuevo de Dios.

El odre viejo no puede estirarse, el problema de estos 10 espías que


entraron a la tierra prometida es que tenían su pensamiento con un
paradigma estipulado, ya estaban con su pensamiento estructurado, y
Dios quiere que estés abierto para recibir la revelación de Dios para
hoy .

Él es revelación fresca, Él es palabra viva de hoy, los odres viejos no


pueden captar lo nuevo de Dios, y si lo captan lo pierden, pero el odre
nuevo lo recibe porque tiene un nuevo corazón, tiene una nueva
mente, se va renovando en sus decisiones, y se está preparandose
permanentemente para lo nuevo de Dios.

El vino nuevo es la gloria que fluye del corazón de Dios, es la vida de


Cristo, que viene para liberar, para transformar, para sanar, para traer
vida abundante, para hacer algo nuevo en ti, es la vida de Cristo que
viene a cambiar tu familia, cambiar tu trabajo, es hacer una revolución
en tu vida, ese vino nuevo es el toque final que necesitás para
levantarte, para ser de bendición a las personas, es el vino nuevo el
que te va a prosperar, el vino nuevo el que va a liberarte de cadenas
de maldición, de las ataduras del pasado.

¿Cómo recibir lo nuevo de Dios?

Jesús se apartaba, para orar y dice la palabra que oró y el poder de


Dios estaba con El. Cuando Jesús quiso vivir en el poder, tuvo que
vivir una vida de oración.

Los cielos se abren cuando usted ora. ¿Queremos ver el poder de


Dios? ¿Quiere vino nuevo de Dios? La forma de atraerlo es la oración.

¡¡¡En las bodas de Canaá de Galilea le dijeron a Jesús, la gente tiene


sed!!!Quieren vino!!! Y Jesús les dio vino. Porque la sed provoca que
Jesús te de lo nuevo.

Mis amados/as, cuando seguimos a Cristo, si realmente queremos


crecer, madurar, y vivir en la frescura del Espíritu Santo –

tenemos que estar dispuestos a una forma diferente de vivir.


Tenemos que estar dispuestos a una nueva manera de ver la vida, de
ver a la gente, y a las circunstancias y problemáticas a nuestro
alrededor.

Si realmente queremos que Dios derrame vino nuevo, fresco, en


nuestras vidas, que sea de bendición, en humildad de corazón
tenemos que pedirle a Jesús que nos haga ODRES NUEVOS.

Sólo Jesús puedo hacerlo. La iglesia no puede. El pastor no puede. Tú


no puedes. Solo Jesús, por medio del Espíritu Santo, lo puede hacer -
por eso el mismo Jesús dijo: "Jesús le dijo: «Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6.
Hoy, en vez de pedirle a Dios que cambie tus circunstancias, que quite
los problemas, que cambie a la gente a tu alrededor, ¿qué tal si le
pides que TE CAMBIE A TI?

Que te haga, como un odre nuevo, para que puedas recibir, retener y
vivir esa nueva vida que Jesucristo nos ofrece, en este momento
nuevo de Dios.

Qué tal si le pides a Dios que de una vez y por todas, lo viejo quede
atrás.

Que este sea el día donde en humildad confiesas tu pecado delante


de Dios, y le pides al Señor que sane tu vida.

Que en el poder del Espíritu Santo si tu corazón se ha tornado duro,


se cumpla en ti la promesa de Dios, dada a través del profeta
Ezequiel, quien dijo: "Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos
un espíritu renovado.

Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en


ellos un corazón de carne"

Que si tu mente está sobrecargada de ideas que no agradan a Dios,


le pidas al Señor que haga algo nuevo en ti, que renueve tus
pensamientos para que puedas conocer el propósito de Dios para tu
vida, que como nos aclara la Biblia en Romanos 12:2 - es bueno,
agradable y perfecto.
Que si tu vida espiritual se ha estancado, le pidas al Espíritu Santo
que te saque de ese atolladero donde has caído, para que tu alma se
renueve y puedas vivir en el amor, la verdad y la justicia de tu
Salvador.

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Iglesia de Jesucristo, el Señor tiene vino nuevo preparados para


nosotros/as.

Nuevas bendiciones, nuevas oportunidades, provisión abundante.


Pero, entendamos que Dios no va a echar este vino nuevo en odres
viejos, duros, intolerantes y rígidos, para que se eche a perder.

El Señor quiere hacer algo nuevo en medio nuestro, en tu vida, en mi


vida, en nuestra iglesia, nuestra denominación, en la comunidad que
nos ha llamado a servir, pero para que esto ocurra, TENEMOS QUE
PRIMERO PERMITIRLE A JESUS QUE HAGA ALGO NUEVO EN
NUESTRAS VIDAS.

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