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Tema: LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

San Juan 20:1-10

Introducción:
En la vida hay días alegres, magníficos, llenos de sol, y los hay lúgubres, invernales y
tristes, días que uno quisiera olvidar. Este pasaje nos habla de uno de los gloriosos días
de sol, simbólicamente hablando, el día en que Jesús resucitó.

Antes de entrar en el comentario a este capítulo, es de notar que los Apóstoles tenían sumo interés,
mayor que en ningún otro aspecto del mensaje evangélico, en presentar pruebas evidentes, fehacientes,
de la resurrección de su Maestro. Y ello, por las siguientes razones:
1) Porque ésta era la prueba a la que Él mismo había apelado como la más convincente y definitiva
de que era el Mesías prometido. Por eso mismo, sus enemigos estaban empeñados, más que nunca, en
que esta prueba quedase desprovista de su fuerza y, por eso, inventaron el fraude que leemos en Mateo
28:11–15.
2) Porque de la realidad de la resurrección dependía la consumación de la obra de nuestra
redención (v. Ro. 4:25; 1 Co. 15:17–18).
3) Porque después de su resurrección, Cristo se hizo visible, no a todo el pueblo, sino a los testigos
que Dios había escogido de antemano.

A. Descubrimiento de la tumba vacía.


1. (Juan 20:1-2) María Magdalena llega a la tumba de Jesús, la encuentra vacía y va a contarles a los
discípulos.

El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio
quitada la piedra del sepulcro. Esto es como a las 6:00 de la mañana.

Se necesita extraordinario afecto hacia una persona para que su sepulcro resulte atractivo, especialmente
para el sexo femenino, más débil y temeroso. Pero el amor a Jesucristo disipa el terror que la muerte
y el sepulcro ocasionan. Si el Señor nos pide que vayamos a Él a través del valle de sombra de
muerte, no temeremos mal alguno si le amamos a Él, porque Él estará con nosotros (Sal. 23:4).

Era costumbre judía visitar el cuerpo del difunto y ungir su cuerpo con especies aromáticas antes que
este se comenzara a descomponer

Esta circunstancia fue, para María Magdalena:


Una sorpresa. Cristo crucificado es la fuente de la vida.
El comienzo de un glorioso descubrimiento. El Señor había resucitado, aunque ella no se percató del
hecho en un principio.
2. (Juan 20:3-10) Pedro y Juan investigan la tumba vacía.
No ha de extrañarnos, sin embargo, el que, aun cuando estuviesen juntos los once, sólo Pedro y Juan
corriesen al sepulcro, ya que ambos eran los más íntimos de Jesús y los más favorecidos por el Maestro;
de ahí que aparezcan juntos con mucha frecuencia especialmente después de la resurrección del Señor

El otro discípulo: Como un acto de humildad del autor, Juan no hace mención de su nombre, sino
que se refiere a sí mismo como el otro discípulo.

Juan no entró a la tumba, sino que se quedó afuera viendo: Juan estaba mirando (la antigua
palabra griega biepo que significa “ver claramente un objeto material”) y vio los lienzos
todavía en la tumba (y vio los lienzos puestos allí.)

Pedro, entrando, vio (la antigua palabra griega theoreo “contemplar, observar,
escudriñar”) que la ropa estaba aún allí ordenada, era como si el cuerpo se hubiera “evaporado”
dejando allí los lienzos.

El otro discípulo …vio, y creyó: Después de que Pedro entró a la tumba, entró Juan. Él entonces vio
(la antigua palabra griega eido que significa “entender, percibir el significado de” y
entonces Juan creyó.

Al ver los lienzos y cómo estaban acomodados sobre la “cama” de la tumba, Juan
creyó que algo maravilloso e increíblemente único había sucedido.

La resurrección es el testimonio concluyente de la autoridad de Jesucristo, el Hijo de


Dios. Todo lo que nuestro Salvador dijo e hizo no tendría valor si no hubiera resucitado
de los muertos (1 Co. 15:17). Sin resurrección, la cruz de Cristo sería una tragedia.

El día en que el Señor Jesús resucitó se convirtió, por así decirlo, en el día
internacional de la liberación del hombre. La resurrección se convirtió en el tema
central del mensaje que predicaban los apóstoles.

Hasta ahorita, todo lo que tenemos es una tumba vacía. Pero los apóstoles nunca
enfatizaron una tumba vacía sino un Señor resucitado. Y ESTO NOS ENSEÑA
ALGUNAS IMPLICACIONES PRÁCTICAS:

1) El poder del Cristo resucitado nos salva y nos redime. Tenemos vida eterna pues
Jesucristo vive.
2) El Cristo resucitado nos da poder para vivir una vida victoriosa sobre el pecado, la
culpa, la muerte y Satanás.
3) La resurrección de Cristo nos da esperanza.

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