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¿Quién es Dios?

La Biblia no intenta probar la existencia de Dios ni especular sobre su naturaleza. Da por


sentado que Jehová es el Dios verdadero; Él es Dios vivo y Rey eterno (Jer 10:10). La persona
que niega a Dios (Sal 14:1; 53:2) no es un ateo; su negación es de orden ético: vive como si
Dios no existiera y juzgara a las personas. Los milagros y actos poderosos de Dios no se
manifiestan para demostrar su existencia, sino para afirmar la confianza o estimular la
alabanza (Sal 8; 19:1–7). Dios se da a conocer en la creación y en la historia: es por ello el
Dios vivo (Jos 3:10). Como resultado, el hombre se acerca a Dios prestando oído a su Palabra
y obedeciendo su voluntad, y no mediante la especulación (Jn 7:17).

Los Nombres de Dios


En el Antiguo Testamento
Diferentes nombres subrayan el carácter personal de Dios. Esto no significa, que se considere
al Dios verdadero simplemente como una persona poderosa Is 40:28. Se subraya la diferencia
entre Dios y el hombre (Nm 23:19;), aunque la Biblia no se niega a hablar de Dios con
términos antropomórficos. Dios creó al hombre a su imagen y es lógico que los términos
tomados de la experiencia humana sean los más aptos para hablar de Él.

El nombre Elohim traducido en nuestras versiones por Dios y otras por Señor viene de una
raíz que significa poder y se refiere a todo lo divino. A veces se combina con otras palabras
(Gn 28:19). Se usa el plural Elohim para referirse al Dios de Israel para intensificar o
reforzar la idea expresada: La plenitud de Dios.

Jehová Yahveh representa el nombre propio de Dios tal como se ha revelado a Israel en los
actos poderosos de liberación JEHOVÁ.

Adonai traducido en nuestras versiones por SEÑOR es también un plural, que da la idea de
soberanía, poder pleno, y se combina a veces en expresiones como Señor de Señores o Señor
de toda la tierra. “Señor, dueño, amo, juez”. Este nombre fue también aplicado ya desde el
principio al Dios de Israel.

Otros términos Jehová de los ejércitos, usado 279 veces en el Antiguo Testamento; Jehová
Dios eterno, Gn 21:33; el Altísimo y el Omnipotente, Nm 24:16; todos estos nombres
conmemoran manifestaciones o señales particulares del Dios de Israel.

El nombre “El”, siempre que se acompaña de algún adjetivo, destaca un aspecto o virtud del
Creador:

El Elyon: “Dios altísimo” (Gn 14:17-20; Is 14:13-14).


El Shadday: “Dios todopoderoso, omnipotente” (Gn 17:1; Sal 91:1; usado 48 veces en el
Antiguo Testamento).
El Olam: “Dios eterno” (Gn 21:33; Is 40:28).
Elohim: Significa literalmente “dioses”
Yahvé-Jireh: “Jehová proveerá” (Gn 22:13-14).
Yahvé-Nissí: “Jehová, mi bandera o estandarte” (Éx 17:15).
Yahvé-Shalom: “Jehová es paz” (Jue 6:24).
Yahvé-Shammá: “Jehová está allí” (Ez 48:35).
Yahvé-Tsidkenu: “Jehová nuestra justicia” (Jr 23:6).
Yahvé-Rafa: “Jehová sana”. De donde proviene el nombre “Rafa-El”. (Sal 103:3; 147:3).
Yahvé tsebaoth o sabaot: “Jehová de los ejércitos”. Es muy frecuente en el Antiguo
Testamento, en la que los ejércitos representan las huestes celestiales (Ro 9:29; Stg 5:4).
Qadosh Yisrael: “Santo de Israel”. En el libro de Isaías, Dios es llamado con frecuencia el
Santo de Israel, o solamente el Santo (Is 1:4; 5:19).

En el Nuevo Testamento
Al eliminarse en el judaísmo el uso ordinario de Jehová, aparecen muchas designaciones
abstractas o indirectas: el Nombre, el Eterno, el Inmortal, el Todopoderoso, el Altísimo. El
Nuevo Testamento toma las traducciones griegas de estos nombres, que frecuentemente son
referidos también al Señor Jesucristo. Dios y Señor “Kyrios” son, los más utilizados y hemos
de ver en ellos la traducción de Jehová Dios y de El Señor Dios del Antiguo Testamento.

La paternidad de Dios se enseña en el Antiguo Testamento con respecto al pueblo de Israel


y a algunos de sus líderes. En el Nuevo Testamento se caracteriza a Dios como Padre de
nuestro Señor Jesucristo y de los creyentes que han recibido el Espíritu de adopción como
hijos de Dios.

Las características de Dios


Dios es poderoso y ejerce su dominio como Señor Adonai de su pueblo y del universo entero
(Sal 24:8), a diferencia de los dioses falsos (Jer 10:11s). Su poder se ha manifestado
eminentemente en la resurrección de Jesucristo (1 Co 6:14; Ef 1:20).

Dios es santo (Ap 4:8), lo que significa que está separado y por encima de todo lo que es
ordinario, creado y débil, tanto física como moralmente, su santidad se muestra en su justicia
(Is 5:6; Ez 28:22), pero también en la fidelidad de su amor (Os 11:9) y en la liberación de su
pueblo (Is 41:14; 43:3).

El amor de Dios está presente en el Antiguo Testamento referido principalmente a Israel (Is
43:4), pero en el Nuevo Testamento es elevado a una afirmación universal (Jn 3:16) y
centrado en la obra de Jesucristo (Ro 5:8; 1 Jn 4:9). A tal punto se revela el amor de Dios por
todos los hombres (Tit 3:4), que es posible describir a Dios mismo en función del amor (1 Jn
4:8); un amor, sin embargo, que debe entenderse a la luz de la revelación divina y no como
la divinidad de cualquier forma de amor.

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