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problema y sería esperable que todas las sociedades tengan una manera particular
de hallar sentido a la cuestión del trabajo, además de un conjunto particular de
valores y prioridades que indicaran a sus miembros cómo comportarse ante él.
Formas de aproximaciones de las distintas culturas en la antigüedad:
•Griegos: la vida más deseable y la única buena era la del ocio. El trabajo era una actividad
degradante adjudicada a los grupos sociales más bajos, especialmente a los esclavos. Según
Hannah Arendt la esclavitud era el mecanismo social que permitía a los griegos mantener una
visión del trabajo como algo que cualquier “ser humano completo” debía evitar, no era humano
compartir algo con todas las otras formas de vida animal.
•Romanos: tendían a seguir con la visión griega.
•Hebreos: consideraban al trabajo como una carga desagradable que de todas formas podía
servir para la expiación de los pecados y la recuperación de un grado de dignidad espiritual.
•Cristianismo: en la primera época del cristianismo se corresponde la visión con la griega
aunque con modificaciones al reconocer que el trabajo podía purificar y apartar pensamientos o
actos pecaminosos. Los ppales filósofos de la iglesia católica recibieron la influencia de la
visión de los griegos pero en el esquema cristiano surgió una doctrina que daba un papel al
trabajo, aunque todavía era considerado una expiación consecuencia del pecado original. Peter
Anthony (1977) añade que contribuyó a la virtud de la obediencia pero no se lo considero algo
noble o satisfactorio, el tedio del trabajo tenía un valor espiritual propio al contribuir a la
resignación cristiana.
Con la Reforma y la emergencia del cristianismo protestante el trabajo empieza a recibir un
trato positivo en las culturas occidentales. Con Lutero surge la idea de que el trabajo puede ser
en sí mismo una manera de servir a Dios; se estableció la idea fundamental de que el trabajo
era una llamada de valor equivalente a la de la vocación religiosa que había supuesto en el
pasado el abandono de lo mundano y el movimiento ascendente hacia la virtud y hacia otro
mundo.
•Capitalismo: con el crecimiento del capitalismo industrial, el duro trabajo se convierte en un
prerrequisito esencial del avance personal y social, de prestigio, de virtud y de plenitud. No
trabajar es asociado ahora con el fracaso, una vida de miseria y con la infelicidad. Todo esto
tiene una resonancia religiosa.
≠
•Marx: introduce el concepto de la alienación laboral y la visión de que la esencia de la esencia
humana se encuentra en la capacidad de las personas de trabajar y transformar el mundo
material. Se ha usado en la sociología muchas veces el concepto para entender el potencial
deshumanizador de las tendencias industriales o capitalistas de la org del trabajo.
La idea básica subyacente a la alienación es la de separación en varias formas en la
experiencia humana bajo el capitalismo, siendo esta fragmentación resultado de la org
capitalista de la act laboral. Los individuos aparecen alienados de diversas maneras, de otras
personas, del producto de sus esfuerzos, etc. Lo más importante es que las personas pueden
estar alienadas de sí mismas.
La alienación es básicamente un estado objetivo, no se refleja necesariamente en un
sentimiento de insatisfacción o frustración laboral, una persona puede parecer feliz trabajando
pero no obstante la alienación surge cuando las personas no están siendo lo que podían ser y
para lograr serlo el trabajo debe ser la fuente de auto-realización.
Peter Anthony afirma que el concepto de trabajo como algo fundamental para la realización
personal es una paradoja esencial de la alienación y eso es lo que resulta en un exceso de
énfasis en unos valores basados en el trabajo y la ética del mismo. Solo puede entonces
considerarse a un sujeto alienado respecto a su trabajo cuando ha estado sujeto a una
ideología del trabajo que requiere que se dedique plenamente a él. Todas las ideologías del
trabajo son esencialmente una defensa de la subordinación. Solo es justificable dar al trabajo
una importancia mayor a la de algo necesario para cubrir necesidades en el caso de que
algunos grupos requieran el trabajo de otros con fines económicos diferentes a los que las
personas que deben justificar el trabajo requerido (según Anthony).
El trabajo ocupa hoy en día una gran parte de la vida de las personas, las satisfacciones y
privaciones que supone el trabajo -o la falta de trabajo- no son las mismas en diferentes
estratos de la estructura social.
ORIENTACIONES HACIA EL TRABAJO Y COMPORTAMIENTO DEL TRABAJADOR:
Orientación hacia el trabajo: refiere al significado que dan los individuos a su trabajo y que les
predispone a pensar y a actuar de una manera particular en relación con su trabajo.
El concepto es usado para investigar las diferentes maneras que tienen diferentes individuos y
grupos para considerar su trabajo. Toma como p de partida una distinción fundamental implícita
entre significados del trabajo en los que el trabajo ofrece satisfacciones intrínsecas a las
personas y significados que reconocen solo satisfacciones extrínsecas. A partir de esta
dicotomía podemos establecer dos tipos ideales de significados del trabajo opuestos y una
línea a lo largo de la cual se pueden situar las situaciones particulares de los individuos.
LA ENTRADA EN EL MUNDO DEL TRABAJO
A) Elección y obligación.
La sociología cumple con su cometido cuando hace justicia a la interacción entre las
características e iniciativas individuales y a los factores estructurales y las contingencias. En la
bibliografía utilizada generalmente los autores hacen énfasis en la elección del empleo por
parte del individuo o sino en la influencia determinante de los factores externos. Gran parte de
la bibliografía que trata a los procesos de elección ocupacional se basa en la psicología y
examina el modo en el que el individuo se desarrolla y pasa por una serie de etapas durante las
cuales el concepto de sí mismo crece, al mismo tiempo que desarrolla capacidades, aptitudes e
intereses.
Gran influencia: teorías de Ginzberg et al (1951) y Super (1957). Además, Musgrave (1967)
intenta ser más sociológico concentrándose en la serie de papeles que el individuo juega en
casa durante su educación y primeras experiencias laborales. Estos papeles le proporcionan al
individuo el marco en el que desarrolla su socialización y donde aprende a seleccionar el papel
laboral que finalmente adoptará; el problema que aparece con este tipo de enfoque es que
desestiman las limitaciones estructurales de la elección.
Por otro lado, quien sí hace justifica a las limitaciones impuestas por el contexto estructural del
individuo es el enfoque de Kenneth Roberts (1975). Él enfatiza que para muchos individuos la
entrada en el mundo laboral es una cuestión de encajar en cualquier tipo de trabajo ofrecido
para las cualificaciones que su formación y su clase le han permitido obtener.
En contraste con estas teorías que ven la carrera laboral que toma una persona como resultado
de sus propias ambiciones, el énfasis de Robert en la “estructura de oportunidad” sugiere que
son las carreras laborales las que determinan la ambición.
Podemos interpretar que las carreras laborales se convierten en modelos dictados por las
estructuras de oportunidades a las que están expuestos los individuos, primero en la educación
y luego en el empleo; a su vez, las ambiciones de los individuos pueden considerarse un reflejo
de la influencia de las estructuras que estos atraviesan.
FACTORES
ESTRUCTURALES
EXTRALABORALES
Clase
Familia
Educación
Raza
Género
Influencias de los
medios de comunicación
y de sus iguales
EL INDIVIDUO ENTRA EN CONTACTO CON EL TRABAJO
niño, el grupo o la clase que le toca y las percepciones que desarrollan los profesores del niño
influyen en la percepción que el niño tiene de sí mismo y de sus intereses futuros. Paralelos a
esto están los "modelos de actuación" que los niños ven tanto en su vida personal corno en los
medios de comunicación, así como los conocimientos generales sobre su carrera y la
información que reciben de quienes les puedan aconsejar sobre la elección de ésta.
Harry Braverman, Trabajo y Capital Monopolista de, “La División del Trabajo”
El principio innovador del sistema capitalista fué la división del trabajo en las manufacturas, el
cual constituye hasta hoy día el principio fundamental de la organización industrial. Dicha
división del trabajo no se refiere a la distribución de tareas, oficios o especialidades de
producción a lo largo de la sociedad pues, si bien todas las sociedades conocidas han dividido
su trabajo en especialidades productivas, ninguna sociedad antes del capitalismo dividió cada
oficio o especialidad productiva en operaciones racionales, sistematizadas. Pasan a dividirse
las operaciones individuales implicadas en la manufactura de cada producto.
Esta forma de división del trabajo, característica de todas las sociedades, es llamada -según
Marx- división social del trabajo. Es un derivado del carácter específico del trabajo humano: “Un
animal forma cosas de acuerdo al nivel y a las necesidades de la especie a la cual pertenece
(...). La araña teje, el oso pesca, el castor construye presas, pero el ser humano es,
simultáneamente, tejedor, pescador, constructor. Esto es posible de forma conjunta, cuando el
hombre comienza a vivir en sociedades y divide el trabajo en oficios, para especializarse cada
hombre en uno diferente. Así, alcanza la excelencia en cada oficio, cosa que de forma
individual no podría. La división social del trabajo es inherente al trabajo humano, tan pronto
como ése se convierte en trabajo social -es decir- trabajo desarrollado en y a través de la
sociedad.
La división social del trabajo, divide a la sociedad en diferentes ocupaciones, cada una
adecuada a una rama de producción; la división detallada del trabajo destruye las ocupaciones,
el oficio, e imposibilita al obrero de poder realizar el proceso de producción completo. Frente a
esta división general o social del trabajo, se alza la división del trabajo en detalle, la división del
trabajo manufacturero. Este consiste en la ruptura de los procesos de los procesos implicados
en la hechura del producto en múltiples operaciones realizadas por diferentes obreros. Dicha
división del trabajo es impuesta por la planificación y el control. Así, los productos de la división
social son intercambiados como mercancías, mientras que los resultados de la operación del
obrero son poseídos por el mismo capital.
Mientras que la división social del trabajo subdivide a la sociedad, la división detallada del
trabajo subdivide a los humanos. Mientras la subdivisión de la sociedad puede enaltecer al
individuo y la especie, la subdivisión del individuo, cuando es realizada sin consideración para
las capacidades y necesidades humanas, es un crimen contra la persona y la humanidad.
La división del trabajo en la producción comienza con el análisis del proceso de trabajo, lo que
significa la separación del trabajo de producción en sus elementos constitutivos. Dicha
fragmentación va a tener por objetivo lograr las tres ventajas de la división del trabajo dadas
por Adam Smith: incremento de la destreza en cada obrero en particular, el ahorro del tiempo
(...), y la invención de máquinas que facilitan y abrevian el trabajo y permiten a un solo hombre
hacer muchos…”. Las actividades no solo están separadas unas de otras, sino que están
asignadas a diferentes obreros. Cad paso significa un ahorro en el tiempo de trabajo.
Babbage encuentra una causa aún más importante e influyente: el hecho de que la sociedad se
base en la compra y venta de la fuerza de trabajo, el dividir el trabajo abarata sus partes
individuales. Así, da expresión, o al aspecto técnico de la división del trabajo, sino a su aspecto
social. Esto significa que la fuerza de trabajo capaz de ejecutar el proceso puede ser comprada
má barata en forma de elementos disociados, que como capacidad integrada en un obrero
singular. La fuerza de trabajo se ha convertido en una mercancía.
Así, todos los procesos de trabajo se ven dotados de una estructura que polariza en sus
extremos a aquellos cuyo tiempo es infinitamente valioso y a aquellos cuyo tiempo casi no vale
nada. Esta puede ser llamada ley general de la división capitalista del trabajo; si bien no es la
única, es la más poderosa y general. Da forma no sólo al trabajo, sino también a las
poblaciones, porque a la larga crea la masa de trabajo simple, rasgo característico/primordial.
El trabajo es una actividad que altera materiales, partiendo de su estado natural, para mejorar
su utilidad. Así, la especie humana compartirá con otras la actividad de actuar sobre la
naturaleza para cambiar sus formas según sus necesidades, pero se verá diferenciada por una
característica: al final de todo proceso de trabajo, obtenemos un resultado que ya existía en la
imaginación del trabajador en su comienzo. El trabajo humano es consciente y tiene siempre un
propósito, mientras que el trabajo de los animales es instintivo. Las actividades instintivas son
innatas, inflexibles, que responden directamente a estímulo específicos. En el trabajo humano,
el mecanismo rector es la fuerza del pensamiento conceptual.
Así, el trabajo humano y sus variadas formas, son productos, no de l biología, sino de la
compleja interacción entre herramientas y relaciones sociales, entre tecnología y sociedad.
La relación capitalista se diferencia de las demás dado que consiste en la compra y venta de la
fuerza de trabajo. Para éste propósito, se han generalizado, a través de la sociedad, tres
condiciones básicas: que los trabajadores se vean separados de los medios con los que es
realizada la producción; los trabajadores están liberados de constreñimientos legales, como
servidumbre o esclavismo, los cuales impedirían disponer de su propia fuerza de trabajo; y el
propósito de la contratación del obrero se conviene en la expansión de una unidad de capital
que pertenece al que da el empleo. El proceso de trabajo comienza, así, con un contrato que
rige las condiciones de la venta de la fuerza de trabajo por parte del obrero y, su compra, por
parte del patrón. El obrero acepta el convenio de trabajo porque las condiciones sociales no le
dejan otra manera de ganarse un sustento. El patrón es el poseedor de una unidad de capital,
la cual desea ampliar y, para lograrlo, utiliza parte de ella en salarios. La fuerza de trabajo es la
única mercancía que genera valor. Así, el proceso de trabajo es un proceso que tiene por
objetivo crear valores útiles, para la creación de una ganancia. Se ha convertido en un proceso
de acumulación de capital, el cual domina la mente y las actividades del capitalista, a cuyas
manos ha pasado el control del proceso de trabajo.
El trabajo es una propiedad inalienable del individuo humano, como todos los procesos y
funciones físicas; ninguna persona puede dotar a otra de su capacidad para el trabajo. En el
intercambio el trabajador no otorga al capitalista su capacidad para el trabajo, sino que el
trabajador la retiene y el capitalista puede aprovechar la oportunidad solamente poniendo a
trabajar al obrero. Obviamente, todos los efectos útiles o productos del trabajo pertenecen al
capitalista. Pero lo que el trabajador vende, no es una cantidad convenida de trabajo, sino que
alquila su fuerza de trabajo por un período convenido de tiempo.
Clase: (Planteará la desnaturalización del trabajo). Define el trabajo desde el Marxismo, como
una actividad que transforma/altera los materiales/elementos de la naturaleza.
Lo diferenciará del trabajo animal, dado que en el trabajo humano interviene la conciencia; la
persona realiza una tarea, de la cual es consciente y que es promovida por una idea o
pensamiento. Por el contrario, los animales hacen trabajos de manera instintiva, no racional.
Por otro lado, expone que, cuando el hombre altera elementos de la naturaleza, el también se
ve alterado. (Pensamientos de Marx) Plantea que las diferentes formas de producción se van a
ver acompañadas de cambios históricos. Es decir, que cada forma de producción fué
avanzando/cambiando ante las diferentes experiencias que vivió la humanidad a lo largo de su
historia. Analizará las formas de trabajo a través del tiempo. Focalizará en la sociedad
Capitalista.
División del trabajo: En el caso del trabajo animal, el mismo es asignado por la naturaleza. Es
instintivo e indivisible. Por otro lado, el trabajo humano si es divisible. Permite partir las
instancias del trabajo: es decir, puede la idea ser de una persona, pero que la ejecute otra.
Los trabajadores deben estar separados de los medios de producción (tierra y capital -en forma
de dinero o maquinarias-). Es decir, que no sean los propietarios de esos medios.
Los trabajadores deben estar liberados de constreñimientos/limitaciones legales que les
impidan obrar. Ante ésto, se dió la abolición de la esclavitud, pasan a ser “libres”.
Los trabajadores se contratan. Se establece un contrato, el cual regula la relación entre
contratantes y contratados. El mismo fue evolucionando, fue avanzando y tomando poco a
poco características más humanísticas, más contemplativas. Fué adquiriendo poco a poco una
estructura más rígida y definida. En sus comienzos era muy flexible, manejado por los medios
de producción, para adaptarlos según su conveniencia. La venta de la fuerza de trabajo es
propia de la economía capitalista.
El obrero acepta esto porque el contexto en el que se ve inmerso no le deja otra opción. Se
dificulta su situación ante la búsqueda de acumulación y expansión del capital (plusvalía). La
única mercancía que genera valor es la fuerza de trabajo:
En base a la jornada de 8 horas, el salario percibido por el trabajador sólo representa 6 horas
de producción, el cual es necesario para su reproducción y la de su familia. Es decir, las 2
horas restantes, el trabajador genera plusvalor el cual es apropiado por el dueño del capital.
Ese plusvalor es el objetivo principal de los capitalistas.
Hay 3 etapas:
● Una que va desde la segunda mitad del siglo XIX hasta 1940, que surge alrededor de
los sindicatos y las preocupaciones sobre los trabajadores enfocadas o mediatizadas a
través de los movimientos sindicales ingleses. Hay un acento en lo colectivo, lo grupal,
buscar la negociación colectiva. Legislación laboral. Seguro mutual para los
trabajadores. El circuito es Inglaterra.
● De la Segunda Guerra Mundial a 1980, con la preponderancia del enfoque sistémico.
Ver las relaciones del trabajo como un subsistema de un sistema general. La afirmación
del carácter interdisciplinario. Cuestionamientos al termino de relaciones industriales. Se
produce una discusión sobre si las relaciones industriales como disciplina científica o
como simple campo de investigaciones.
● De 1980 a la actualidad. Es un contexto diferente, tercera revolución industrial, mundo
Para que este escenario sea posible, debe haber una ideología, que es el conjunto de ideas
comunes que definen el rol y el lugar de cada actor en el sistema, y que determina también la
representación que cada actor se forma del rol y del lugar de los otros. Entonces, si todo está
preestablecido, no puede haber conflicto, es inexistente. El trabajador acepta que el capitalista
tiene la función de organizar el trabajo. Por las reglas se conoce el sistema de relaciones
industriales y esas reglas son formales. La crítica que se le hace al enfoque sistémico es que
es descriptivo y no explica cómo surgen las reglas, mediante qué mecanismo. Este modelo es
conservador, es totalmente estático, no hay transformación, hay una rutina de equilibrio
permanente que, si es rota, se debe extirpar el elemento que obstaculiza esa libre rutina,
porque es una desviación de la norma.
Pluralismo: en este enfoque se reconoce que las relaciones industriales se apoyan sobre
relaciones opuestas (trabajadores y empleadores). Este enfoque reposa sobre 3 premisas
estas son:
No existe como tal la concentración de poder económico sobre el mercado de trabajo. El poder
se encuentra disperso en los diversos grupos de interés
Mas alla de la pluralidad de intereses de los grupos, se hace especial significación al concepto
de interés publico, como superior a otro intereses
El estado es el guardian del interés publico. También el estado debe emplear su propio poder
para proteger los grupos mas débiles e impedir que ciertos grupos dominen a otro
nuevo rol como sujeto dinámico de las gerencias en la gestión de recursos humanos abre al
concepto de sistema el sistema de estrategia. También pone el acento en la conducta de los
individuos. Es un reciclamiento del enfoque sistémico puro, una adaptación a los
requerimientos del nuevo contexto de los 80 en el mundo del trabajo.
Teoría de la opción estratégica: Los sujetos actúan optando por estrategias diferentes para la
negociación entre un sector y otro. Todos los distintos intereses y los conflictos se resuelven a
través de la negociación colectiva, donde priman las estrategias que cada grupo representante
de los distintos actores del mundo del trabajo pone sobre la mesa. Aquellas estrategias que van
a hacerse fuerte son las que debilitan a la otra parte. Al igual que el enfoque radical, habla de
juego de poder.
Modelo transaccional: También está asentado sobre las estrategias de los individuos. Habla de
una transacción entre los contextos estructurales, inmodificables, y los valores de los actores.
En esa interacción entre los 2, hay una transacción, estrategias que se eligen para su
resolución. Y la mejor estrategia es la negociación colectiva.
La mayoría de los enfoques son descriptivos y no pasan a la explicación. El que estaría con
más posibilidades son los últimos 2 modelos, los más dinámicos.
Ya que las relaciones de trabajo son relaciones de fuerza, de poder, la conclusión es que
tendría que haber un enfoque, un marco teórico, que aunara consenso y disenso y viendo el
papel de la variable poder.
Araujo toma a dos grandes paradigmas del Cs del trabajo; Durkheim y Weber. Toma a estos
autores ya que realiza un desarrollo basándose en estos paradigmas contradictorios
Para sociólogos del trabajo como así también relacionistas laborales el trabajo es el objeto de
interés central y estudian el trabajo como conjunto complejo de prácticas
El término del papel fundente es determinante y decisivo en la actividad del trabajo y en la
configuración de la vida social. Este término puede asociarse a la industrialización del silo XIX
cuyos padres fundadores son: Marx – Webber – Compte – Pierre etc
Las Ciencias Sociales no se originan a raíz de un vacío sino que reconoce un proceso
prolongado de construcción en la cual distintas concepciones del mundo aportan en ella. Las
bases del saber constituyen un factor de importancia de esta manera las ideas de la
modernidad económica no pueden separarse de los hechos.
Desde cualquier paradigma, las relaciones del trabajo siempre el trabajo es el eje central, El
trabajo es el eje fundamental de todo el estudio. El trabajo como eje de la vida social. Un
fenómeno complejo que podemos pensarlo como punto fundamental en la sociedad
Todo paradigma social se gesta en la raíz de las viejas verdades que van muriendo, es por eso
que hablamos de Cs moderna. Se crea en forma de crítica de las viejas verdades. Todo
paradigma nace y toma elementos del viejo paradigma para crear un nuevo desarrollo
Modernización Política.
El desarrollo económico se correlaciona con la consolidación de la política con la consolidación
política de la burguesía. El estado Nación como complejo institucional diferenciado debe
asegurar la DOMINACIÓN en una unidad territorial amplia.
Marcado por la revolución francesa. Se identifica a la burguesía como una categoría que nació
en un mundo distinto, desde su nacimiento el poder estaba diseminando en diversos actores
sociales. Es por esto que la burguesía encontró diversas trabas para desarrollarse; y con la
creación de los estados nación se comenzaron a reformar las bases para que la burguesía se
desarrolle en su potencial. A la luz de la revolución francesa es donde se adapta el concepto
del hombre en cuanto la sociedad se regía al dogma religioso y a partir de la revolución, la idea
de libertad y fraternidad pone de acuerdo una línea, norma.
La creación del estado nación impulsó cambios a favor de los mismo.
Características del estado nación moderno
Capacidad de externalización de su poder
Monopolio de los medios organizados de coerción
Diferenciación de su control mediante la creación de instituciones públicas
Sociedad colectiva mediante una emisión de símbolos de reglas de derechos.
La realidad es una creación de la sociedad y tiene que ser el objeto de estudio desde una
mirada científica la cual no la crea lo dogmas sino que se crea socialmente.
Subjetivista (iluminismo). Si nos paramos desde el punto de vista Subjetiva, afirma que la
realidad es una idea, se basa en la premisa de que en la realidad última del universo se
encuentra el espíritu o la idea. Cada persona desde su subjetividad construye una idea.
Normalista. El mundo social es una construcción de la subjetividad del individuo
Anti – positivista. El mundo social es relativo. Cada persona describe su realidad
Voluntarista en su interpretación de la naturaleza humana. Los sujetos son creadores activos y
libres de su mundo social.
Inclinada a métodos ideográficos como análisis social. Se orienta a la búsqueda de un
conocimiento *de primera mano* de las construcciones subjetivas de los sujetos sociales.
Debate sobre la naturaleza del mundo social: cohesión y regulación vs conflicto y cambio
radical
Las problemáticas ofrecen el análisis de aspectos contradictorios en las sociedades industriales
modernas, estas problemáticas se basan en un aumento de la miseria urbana y del deterioro de
las condiciones de vida de la clase trabajadora.
También las ideas de libertad e igualdad se ven cuestionadas, percibiendo una brecha
creciente. Estas desigualdades provocan conflictos dando así las primeras formas
revolucionarias de los trabajadores. La desigualdad provocada por el desarrollo de la sociedad
industrial pone en riesgo la cohesión social.
Conflictividad e inestabilidad aparecen como dos características de la sociedad industrial
Estas contradicciones se manifiestan en la configuración de dos tradiciones clásicas que
expresan el debate entre cohesión y conflicto en la teoría social. En este debate se define un
posicionamiento acerca de la naturaleza del mundo social.
En un extremo se concibe a este mundo como una Totalidad ordenada y cohesionada.
Afirmando los mecanismo que aseguran la unidad, el conflicto es concebido como una
Disfunción comportamiento patológico del organismo social
En otro extremo se concibe a este mundo como una Totalidad conflictual, permanentemente en
estado de tensión. Centrando el análisis en los mecanismo que generan y alimentan al conflicto
El paradigma del estructuralismo radical. Sociología de cambio radical con una mirada
objetiva. Dicho paradigma está comprometido con el cambio radical con la emancipación y
análisis del conflicto estructural. El estructuralismo radical se concentra en las relaciones
estructurales dentro de un mundo real. El paradigma tiene el centro en la ruptura
epistemológica de las tradiciones idealistas. Las luchas económicas y políticas pueden cambiar
la realidad
Su diferencia al humanismo radical se basa al eje de donde parte la transformación y en este
caso es en las estructuras, tanto de clase como de producción en el sistema capitalista
Las perspectivas de regulación y del cambio radical en el estudio de las relaciones laborales
Al acabar la guerra, en la década de 1920, una nueva economía regula los aparatos de
producción. Con ella, la sociedad civil en su conjunto parece presa de un ritmo nuevo y
singular. La crisis que se presenta no es la simple repetición del pasado, sino la obra de fuerzas
nuevas. Después de Taylor y Ford, Keynes viene así a terminar el edificio: “Tras la teoría y la
práctica de la producción en masa en el taller, la teoría y la práctica del tipo de Estado y de
regulación que le corresponden.” Así, la crisis da origen al Estado moderno, pero ¿De dónde
viene la crisis en sí?
En segundo lugar, se darán las nuevas formas de consumo. A medida que se imponen las
nuevas formas de producción, cambian a su vez las formas de relación, las condiciones de
existencia y reproducción de las clases obreras. La afirmación de la producción en serie de las
mercancías, creaba las condiciones del desarrollo del consumo en masa, pero la continuidad
entre la producción y el consumo en masa sólo se establece tras un largo período de tiempo, y
recurriendo a métodos forzados. “Nuestro propio éxito depende en parte de los salarios que
paguemos. Si repartimos mucho dinero, ese dinero se gasta; de ahí que esta prosperidad se
traduce en un aumento de la demanda.”
Para asegurar mercados y establecer con la producción en masa el consumo en masa que
requiere, se multiplican las técnicas de consumo forzoso. Esto será contemporáneo a los
“economatos”, aquellos almacenes donde los obreros canjeaban sus vales de compra,
elemento que utilizaban los patrones para pagarle -total o parcialmente- por su labor.
Este proceso no es sólo virtual y potencial, sino que es el proceso social necesario por el cual
se extiende y desarrolla el salariado en una serie de desfases constantes y repetidos, a partir
del juego entre normas nuevas de trabajo, de producción y de consumo en sus sucesivos
niveles en el curso de su instalación. Al introducir en la base misma de los aparatos de
producción unas diferencias acentuadas del rendimiento y productividad del trabajo, al acelerar
la ruina de la pequeña industria, el alterar el modo de consumo y de reproducción de la clase
obrera, al suscitar mediante el crédito y el consumo forzoso, la racionalización del trabajo,
provocarán la ruptura brutal de los grandes equilibrios de la economía capitalista.
La crisis debe ser considerada como parte integrante y constitutiva del proceso de acumulación
del capital; la entrada en vigor y como tal del Estado a través del New Deal, de asegurar una
regulación de los nuevos equilibrios y de las nuevas relaciones de clase. Sobre la quiebra del
capitalismo salvaje, el de Ford y Morgan, va a erigirse en adelante omnipresente el Estado
(como fuerza última que sobreviene en la coyuntura de dos modos de acumulacióndel capital,
para tratar de realizar por medios forzosos el ajuste de los nuevos equilibrios producidos por la
producción en masa. Y esto mientras la clase obrera cuya fuerza se había conseguido
Es de temer que, al no relacionar las nuevas condiciones del equilibrio con los nuevos
mecanismos de la producción y del consumo en masa, se pase por alto lo que sea esencial en
la interpretación de Keynes: registrar y formalizar las condiciones de reproducción de los
mecanismos de la producción en masa.
Así, no sólo el fin de la ley de la oferta y la demanda y la nueva eficacia de la resistencia obrera
van unidos, sino que también es preciso tomar nota de la legitimidad de la reivindicación
obrera.
El New Deal lleva consigo dicha revolución: el derecho reconocido a los obreros de negociar
Capítulo 1; Con Taylor, todo cambia: la holganza obrera es atacada hasta ser limitada. Las
manufacturas fueron débiles e inestables, al estar obligadas a desplazarse a donde hubiera
obreros hábiles.
Más que cualquier otro país, los EE.UU. se resintieron de la falta de obreros de oficio en
número suficiente, e incluso hasta la década de 1860, de la falta de obreros a secas. Escasez e
indisciplina de las fuerzas de trabajo son los obstáculos fundamentales. El obrero y su oficio no
son ya cosa del capital, su valor incluso, sino el obstáculo fundamental para su desarrollo. No
sólo por su escasez sino también y sobre todo porque permite y hace posible el dominio de un
oficio, de un saber de fabricación. El oficio constituirá la organización obrera, su capacidad de
resistencia, su fuerza.
Muy pronto, el pensamiento patronal se vuelve contra el oficio, dedicado por entero a
quebrantarlo o soslayarlo para crear las condiciones de una acumulación del capital a gran
escala. Primero, buscará una salida en la máquina: “El gran principio de la manufactura
moderna es reducir, a través de la unión del capital y la ciencia, el trabajo de los obreros al
simple ejercicio de la vigilancia y la destreza, facultades que alcanzan una especie de
perfección en los niños”. Así, en la fábrica automatizada el trabajo especializado puede ser
suprimido de forma progresiva y suplantado por simples vigilantes de máquina. Por otro lado, al
no depender ya de los esfuerzos musculares, los cuales son inconstantes e irregulares, se
obtiene la regularidad y rapidez de la fuerza de una maquinaria infatigable. Disminuirá el poder
de la organización obrera y la insubordinación e indisciplina.
La máquina no sólo posee la virtud económica de hacer el trabajo más productivo, sino que
puede ser instrumento de regularización y sometimiento de los trabajadores.
embargo, el oficio sigue siendo un paso obligado para muchas obras. El sistema de destajo fue,
antes de Taylor, una de las fuerzas más eficaces utilizadas por los fabricantes para tratar de
circunscribir el oficio. Utilizará el oficio contra sí mismo empleando a un hombre de oficio para
vigilar y controlar el trabajo de los demás. El destajista evita todos los riesgo por su
conocimiento de los hombres, y del oficio y porque, al trabajar con un presupuesto, debe
contener los costos, ya que es personalmente responsable de todo rebasamiento del
presupuesto previsto.
Capítulo 2; Taylor buscará el medio de destruir el oficio como tal. Procederá a un cambio radical
de terreno, cuyo resultado histórico será la concepción de un tipo de proceso de trabajo que
permitirá el despegue de la producción de masa.
Lo que determina la eficacia del oficio como modo de resistencia es el conocimiento y control
de los modos operatorios industriales son propiedad exclusiva, monopolio de la clase obrera.
Dicha exclusividad es lo que hace posible y, a fin de cuentas, ineliminable el control obrero de
los tiempos de producción.
Así, existía un número relativamente escaso de obreros de oficio, los cuales construirían
rápidamente sindicatos y asociaciones de defensa. La inmigración condujo así a alterar
totalmente la composición técnica de la clase obrera. El desfase entre la diferencia de la
composición técnica de la clase obrera y su composición política es donde se puede encontrar
la significación del taylorismo como estrategia de dominación sobre el trabajo.
Descomponiendo el saber obrero, desmenuzándolo en gestos elementales, haciéndose su
dueño y poseedor, el capital efectúa una transferencia del poder. Así, el Taylorismo hará posible
la entrada masiva de trabajadores no especializados en la producción. De esta forma, el
sindicalismo es derrotado ya que, no sólo es expulsado el obrero de oficio, sino también el
obrero sindicado y organizado.
holganza obrera sistemática, con la que Taylor abre el Scientific Management: así, el análisis
de los tiempos y de los movimientos, aparece como la respuesta para limitar y reducir la
resistencia opuesta por el obrero de oficio y asegurar su expansión a gran escala.
Así, se instaurarán nuevas normas de trabajo: esto constituirá un proceso de doble dimensión,
pues se cuestiona al mismo tiempo modificaciones que dependen del trabajo concreto -el valor
de uso de las fuerzas de trabajo requeridas- y del trabajo abstracto -las condiciones de la
formación de los valores de cambio-.
Desde el punto de vista del trabajo concreto, la novedad introducida por el Scientific
Management consiste en la sustitución del control obrero de los modos operatorios por lo que
se podría llamar un conjunto de gestos, preparados por la dirección de la empresa y cuyo
respeto es vigilado por ella. De esta forma se produce la entrada del obrero no especializado y,
por lo tanto, el cambio en la composición de la clase obrera. Las “nuevas normas de trabajo”
pretenden designar, también, aspectos cuantitativos de rendimiento del trabajo. E el punto de
vista del trabajo abstracto, está asegurado un formidable icfremeno de la productividad y, sobre
todo, de la intensidad del trabajo. Ante la reducción de los tiempos muertos, se producirá el
alargamiento de la duración del trabajo. Por eso, a medida que las nuevas normas de trabajo
se extienden a través de las ramas y las industrias, se manifiesta un cambio en las condiciones
sociales de la extracción del plustrabajo. Las nueva normas de trabajo deben atribuirse a un
aumento formidable de la tasa de explotación. Al organizar el taller y el trabajo sobre una nueva
base científica, el cronómetro asegura un cambio de régimen a la acumulación del capital.
Aparecerán formas, herramientas, que utilizará el capital para circunscribir el oficio, tales como
la máquina, la infancia y el trabajo a destajo.
Con la máquina, busca reducir el trabajo de los obreros a pequeños movimientos mecánicos.
Así, reduce costos, aumenta el ritmo de trabajo (dado que la máquina no se cansa), ayuda a
luchar contra la insubordinación/indisciplina obrera y el sindicalismo.
La infancia se dará de forma complementaria a las máquinas, ante la necesidad técnica por la
anatomía de los niños, que utilizan dichos aparatos de forma más ágil, más activa. De esta
forma, buscará romper con la holganza de los trabajadores, dado que el niño es una fuerza de
trabajo más dócil por su inocencia.
Capítulo 2, preguntas en grupo: ¿Qué dif. establece Taylor en relación a sus predecesores?
¿Cuál es el propósito de Taylor? ¿En qué condiciones se formó el Taylorismo? ¿Cuál fué el
cambio de la composición de la clase obrera americana? ¿Cuál fue la estrategia Tayloriana en
la dominación sobre el trabajo? ¿Cuáles son las nuevas formas de trabajo?
Así, alrededor de la cinta, se desarrollará la nueva fábrica: así, en primer lugar, se asegura la
circulación de un conjunto de piezas ante los obreros quietos en sus puestos de trabajo y la
regulación autoritaria -mecánica- de la cadencia del trabajo, del ritmo de la caja que “pasa”. El
trabajo estará regulado mecánicamente, de forma exterior al obrero, por la velocidad dada al
transportador que “pasa” delante de cada obrero.
Ford aplica estas técnicas donde la iniciativa obrera -y por lo tanto el control obrero de los
tiempos- está reducida al máximo.
Por otro lado, aparecerá otro principio: el de la especialización en el seno del taller. Aparecerán
las máquinas especializadas en una sola operación, la cual no requerirá ya de obreros
especializados. Esto, junto con la estandarización de las piezas, ahora idénticas e
intercambiables, harán posible la introducción de éstos cambios. Así, ha nacido la fábrica
Con Taylor, el obrero sigue siendo, a menudo, debidamente seleccionado y entrenado, ya que
lo esencial consiste en la separación de los trabajos de concepción y ejecución. Por otro lado,
la línea de montaje lleva hasta sus límites la parcelación del trabajo. Desarrolla a Taylor y
asegura la subdivisión del propio trabajo de ejecución, la parcelación. Tal reducción del trabajo
complejo sólo pudo obtenerse gracias a un desarrollo sin precedentes del maquinismo; la
parcelación sólo pudo resultar de un enorme trabajo de análisis de una especialización cada
vez más avanzada del maquinismo.
Serán examinadas dos series de hechos: los primeros se desprenden del análisis del proceso
de trabajo o de fabricación propiamente dicho y, por tanto, del valor de uso de las mercancías;
los segundos apuntarán a un análisis en términos de trabajo abstracto y por consiguiente del
valor de cambio.
Desde el punto de vista del valor de uso, la linea de montaje aseguró las condiciones del paso
a la producción en serie de mercancías estandarizadas. Por lo demás, estandarización y
producción en serie son dos especificaciones complementarias, expresando la una en el orden
de la calidad lo que expresa la otra en el orden de la cantidad. Para asegurar el paso a series
prolongadas, la dificultad no consiste en el aspecto cuantitativo de la producción en serie. Los
problemas nacen cuando se trata de montar y articular unos elementos tomados al azar entre
las series disponibles. Para que sea posible el montaje hace falta que los elementos tomados al
azar sean rigurosamente idénticos e intercambiables. Allí radica el aspecto cualitativo indicado.
La estandarización supone un considerable trabajo previo de selección y uniformación de los
modos operatorios, las herramientas, los materiales y las figuras elementales que entran en la
formación de cualquier producto-mercancía. Esto era llamado normalización; la cual es la
definición de tipos unificados que deben sustituir a los elementos dispares creados al azar de
las fabricaciones. Así, la normalización reviste tres aspectos: la especificación de las normas de
calidad o definición de las características de un producto o materia con vistas a definir sus
resultados mínimos en condiciones normales de empleo; unificación de las dimensiones y las
tolerancias con el fin de garantizar la intercambiabilidad de las piezas y los productos (aspecto
más importante, ya que constituye la condición de la producción en serie); simplificación de la
cantidad por eliminación de las variedades inútiles. La sustitución del ajustado por el montaje
-la revolución técnica interna en el taller- tendrá como sanción una transformación de la norma
correspondiente a la escala de producción: la fabricación en serie de mercancías
estandarizadas toma impulso y se impone como nueva regla de la economía industrial.
Desde el trabajo abstracto y del valor de cambio, el cambio no es menor. Al mismo tiempo que
la línea de montaje, permite un incremento del rendimiento del trabajo, hace también posible, a
través de una gestión particular del capital circulante, una aceleración del ciclo del capital
productivo. Ford llevará a cabo la producción sin depósitos; supo reducir la holganza de los
materiales, como Taylor había sabido reducir la holganza de los hombres.
Capítulo 4: El salario sigue siendo lo que ha sido siempre: un instrumento patronal de estímulo
al trabajo. Se busca conseguir que el obrero -y su sindicato- renuncien a la holganza y a las
prácticas restrictivas, a través de la garantización mediante el salario de métodos mejores que
los que les pueda ofrecer el sindicato y sus prácticas de resistencia. Se da aquí una
objetivización del salario; pasa de ser un simple instrumento de estímulo, a ser un instrumento
de reproducción del trabajador dado que la incorporación al trabajo, el establecimiento de la
relación salarial misma dependen de eso.
Además, la intensificación del trabajo que resulta de la entrada del cronómetro en el taller lleva
a que se creen nuevas modalidades de reconstrucción de las fuerzas de trabajo, más
adecuadas al nuevo modo de consumo productivo de la fuerza de trabajo.
Se dará la generalización de las nuevas normas de trabajo y las mutaciones en el salario, como
resultado de un mismo movimiento: se precisan tanto el objetivo económico como el social de
ésta política de sustitución: busca privar a los sindicatos de las funciones generales que los
hacían populares. La lógica de la explotación y la del control del trabajo obrero conjugan así
sus efectos: el nuevo uso del salario responde a unas funciones diferentes para permitir el
desarrollo del nuevo esquema de acumulación de capital.
El five dollars day consiste en un acuerdo general sobre los salarios el cual consiste en un
fuerte aumento del salario nominal. Un examen más minucioso pone rápidamente de manifiesto
la complejidad del dispositivo y la multiplicidad de las funciones que Ford pretende asumir. Las
causas se resumen a la preocupación por asegurar un aprovisionamiento continuo de fuerza de
trabajo. Las cosas van a degradarse rápidamente: se da el desembarco de grandes masas de
trabajadores procedentes de Europa Central y Oriental, así como de Oriente Medio. La
extraordinaria expansión de la industria automovilística exige el consumo de mano de obra
cada vez mayor. De esta forma, el principio de solidaridad fue difícil de mantener: los obreros
no tenían antigüedad dado que eran contratados por día, dirigidos de forma autoritaria,
comprendiendo así el por qué de la deserción de los trabajadores de las fábricas de
automóviles. Este constituía el terreno ideal para el sindicalismo.
El five dollars day instaura, mediante el control del gasto del salario, una influencia en las
condiciones de existencia de la población obrera. De este modo, no se verá aplicado en
obreros que no tengan, por lo menos, seis meses de antigüedad, a los jóvenes menores de
veintiún años y a las mujeres. Asimismo, se exigirá una moral intachable, estaba prohibido el
uso de tabaco y del alcohol, así como el juego y la frecuentación a bares. La misión es
esencial: controlar, desplazándose a los hogares obreros y a los lugares que frecuentan, su
comportamiento general y, en particular, de qué manera se gastan el salario. Se aplicarán
sanciones en caso de ausencia, retraso o falta de cuidado en el trabajo. El five dollars day
significa el triunfo de la cadena, desde el punto de vista de la repetitividad y de la parcelación
del trabajo, sino como principio despótico que rige las condiciones de trabajo de los ejércitos de
trabajadores que la sirven. La cadena es el principal organizador del conjunto de la fábrica y de
las relaciones que en ella se establecen entre los diferentes grupos de trabajadores.
Tanto dentro como fuera del taller, la racionalización tayloriana y fordiana actúa como un
formidable vector de transformación de la composición de la clase obrera y de las condiciones
de su reproducción.
Según Ford, “pagando mal a los hombres, preparamos una generación de niños
subalimentados y subdesarrollados, tanto física como moralmente; una generación de obreros
La racionalización actuará de dos formas: por un lado, favorecerá la aparición de las grandes
concentraciones industriales y urbanas, contribuyendo a distanciar progresivamente al
trabajador de las condiciones domésticas; por otro lado, a medida que asienta su poderío, la
racionalización contribuirá a que estos bienes de uso sólo sean disponibles n forma de
mercancías, los cuales sólo podrán ser adquiridas por mediación de la forma dinero, es decir,
por el salario. Este doble proceso (Ruina del equilibrio doméstico-Producción sobre bases
capitalistas de bienes de uso necesarios) dará origen a las nuevas formas de consumo obrero.
Marca el paso de la dominación de las condiciones propiamente mercantiles sobre las
condiciones no propiamente mercantiles de la reconstitución de la fuerza de trabajo.
Clase: La cadena permitirá un flujo continuo, perpetuo. Influirá la guerra en este proceso (1er
guerra mundial, de 1914 a 1918) la cual permitirá la racionalización ya que exige un consumo y
producción continuos. La producción se volverá foco de análisis, en especial la rama
automotriz. Influirán las distintas técnicas-instrumentos que ayudan a la racionalización, como
las líneas de montaje profundizadas por el fordismo. Se asegura la circulación -el flujo continuo-
ante los obreros, quietos en su puesto de trabajo. Se da la economización de la manutención,
así como la regulación autoritaria y mecánica del ritmo del trabajo -ahora lo controlará la
máquina-. Así, se le quita la autonomía al trabajador, su iniciativa; el montaje fijará la pieza al
transportador, la cual será transportada delante de cada trabajador, impidiendo así su
desplazamiento, su “respiro”.
Estas nuevas formas de producción constituyen progresos que aseguran la línea de montaje;
habilitarán la extracción del plusvalor. Suprimirán gran parte de mano de mantenimiento y los
tiempos muertos, los cuales son convertidos en tiempo productivo. Así, se alarga la jornada
laboral. Todo esto lleva a la parcelación del trabajo: si bien Taylor ya divide el trabajo entre
concepción y ejecución, Ford subdividirá también el trabajo de ejecución. Ya no se necesitan
trabajadores con destrezas o habilidades; ahora, se puede emplear a cualquier trabajador
Se dará un proceso de control donde los trabajadores no pueden parar el proceso productivo,
no pueden ir contra él dado que están siendo vigilados, controlados. “El despotismo de la
máquina”. De esta forma, a través del Scientific Management, aumenta el plusvalor apropiado
por el capitalista, dado que aumenta la productividad.
En resúmen, se dará: la mutación de la economía industrial (ya que, no sólo se modifican las
relaciones técnicas, sino que se modifican también las formas de trabajar, las normas de
En este texto el autor divide a la sociedad en tres condiciones: condición proletari, condición
obrera, condición salarial. Tres formas dominantes de cristalización de las relaciones del trabajo
en la sociedad industrial, también tres modalidades de las relaciones del mundo del trabajo con
la sociedad global. Si bien se sucedieron en el tiempo, su encadenamiento no fue lineal.
La condición proletaria era una situación de cuasi exclusión del cuerpo social. El proletario era
un eslabón esencial en el proceso naciente de industrialización, el cual “acampaba en la
sociedad sin ubicarse en ella”.
Ingreso mínimo que alcanzaba solo para la subsistencia.
La relación de la condición obrera con la sociedad era más compleja: se constituyó una nueva
relación salarial, en la cual el salario dejó de ser la retribución puntual de una tarea. Ahora,
aseguraba derechos, daba acceso a prestaciones fuera del trabajo y permitía una participación
ampliada en la vida social: consumo, vivienda, educación.
La salarización de la sociedad rodea al asalariado obrero y vuelve a subordinarlo, esta vez sin
esperanza de que pueda llegar alguna vez a imponer su liderazgo. Si casi todos son
asalariados, la identidad social deberá definirse a partir de la posición que se ocupa en el
salariado. La condición obrera sigue ocupando la parte inferior de la escala.
intentos de regular la conducta obrera a partir de las coacciones técnicas del propio trabajo,
florecerán con el taylorismo. La ventaja de hacer operar infatigablemente, reduciendo a la
menor duración los intervalos de reposo, introduciendo en el taller a los dos sexos y a las tres
edades, arrastrados sin distinción por el motor mecánico hacia el trabajo prolongado,para
acercarse cada vez más al movimiento perpetuo). Con la organización científica del trabajo, el
trabajador no es fijado por una coacción externa sino por el despliegue de las operaciones
técnicas cuya duración es definida por el cronometraje. Se elimina así el pase y, con él, el
margen de iniciativa y libertad que el trabajador había logrado. Al hacerse las tareas simples y
repetitivas, se le quitaba al obrero el poder de negociación que le daba el oficio. Asimismo, la
racionalización científica contribuyó a la homogeneización de la clase obrera; se forjó una
conciencia obrera que desembocó en una conciencia de clase agudizada por las malas
condiciones de la organización del trabajo. En tercer término, la tendencia a la
homogeneización de las condiciones de trabajo no podía llevarse hasta el extremo, más bien,
al agudizarse, producía efectos inversos de diferenciación. La producción en masa exige por sí
misma que se distinga entre un personal de pura ejecución - el obrero especializado- y un
personal de control o mantenimiento. Estos métodos desbordarán de las sedes industriales
para implantarse en las oficinas, el “sector terciario”. Así, más que de Taylorismo, sería
preferible hablar del establecimiento progresivo de una dimensión nueva de la relación salarial,
caracterizada por la racionalización máxima del proceso, sincronización de tareas, separación
estricta entre el tiempo de trabajo y de no-trabajo, lo que permitiría el desarrollo de la
producción en masa. Este modo de organización del trabajo, regido por la búsqueda de
productividad máxima a partir del control riguroso de las operaciones, fue un componente
esencial en la constitución de la relación salarial moderna.
3. Condición establecerá el acceso, a través del salario, a nuevas formas de consumo obrero
que convertían al obrero en el propio usuario de la producción en masa. Henry Ford fue quien
sistematizó la relación entre la producción en masa (la generalización de la cadena de montaje
semi-automática) y el consumo de masas. El five dollars day tendía a darle al obrero moderno
la posibilidad de acceder al puesto de consumidor del producto de la sociedad industrial. Hasta
ese momento, por el contrario, era considerado como un productor máximo y un consumidor
mínimo. El consumo legítimo del trabajador era reducido a lo necesario para que reprodujera
decentemente su fuerza de trabajo y mantuviera a su familia en el mismo plano de
mediocridad. Un mayor consumo podría llevarlo al vicio, al alcoholismo, el ausentismo (según
la mirada de la patronal ante la holganza obrera).
Por parte de los trabajadores, fue también con los inicios de la producción en masa cuando
apareció la preocupación por el bienestar y por el desarrollo del consumo; esta preocupación
responderá a una transformación de los modos de vida populares, generada por el retroceso de
la economía del hogar y la creciente concentración de trabajadores en la industria. Al perder el
contacto con la economía del hogar, se veían en un aprieto, dado que todavía en la sociedad
preindustrial y a principios de la industrialización, el trabajador podía sobrevivir a salarios
miseria ya que gran parte de su consumo dependía de sus vínculos conservados con el medio
rural. Dicha situación cambiará ante la expansión de las concentraciones industriales; así, se
dará la homogeneización de las condiciones de trabajo, acompañada de una homogeneización
El trabajador se ubica en la sociedad y esto impide una fractura social dónde el salario no solo
es una retribución por las tareas sino también lo que fija y posibilita derechos.
Condición Obrera: Las reformas de 1936 constituyen una etapa significativa de la promoción
del asalariado obrero, las cuales otorgaban cierto reconocimiento de la condición obrera; marcó
una etapa decisiva de su reconocimiento como fuerza social determinante, una ampliación de
sus derechos y la toma de conciencia de su poder, lo que sancionó el particularismo obrero y
su asignación a un lugar subordinado en la división del trabajo social y en la sociedad global.
Una de las principales reivindicaciones era el descanso semanal y la jornada de ocho horas: la
financiación de un tiempo libre equivalía al reconocimiento oficial de la humanidad del
trabajador y de la dignidad humana del trabajo. Las vacaciones pagas podían simbolizar el
acercamiento de dos condiciones y dos modos de vida distintos: en ese breve tiempo, la vida
obrera adquiere una característica esencial de las existencia burguesa, tendría la libertad de
elegir qué hacer o no hacer nada. Algunos días por año, la condición obrera coincidía con la
condición burguesa.
Pero, al mismo tiempo, subsistía con fuerza el particularismo obrero vivido en la subordinación,
la cual mantenía el antagonismo de clases. La hostilidad burguesa al “trabajador que no
trabaja”; para el trabajador, la única modalidad de existencia posible era el trabajo,
encerrándolo siempre en la realización de tareas materiales. Se constituía así una relación
Si bien la clase obrera no fue derrotada en una lucha frontal, su postura radical fue
erosionándose progresivamente porque, por debajo de las vicisitudes políticas, la estaba
socavando una transformación: la clase obrera fue destituída de la posición férrea que ocupaba
en la promoción del sector asalariado. El particularismo obrero no fue abolido pero dejó de
desempeñar el papel de “atractor” que había ocupado en el proceso de constitución de la
sociedad industrial. La sociedad obrera no había generado otra forma de sociedad, sino que
sólo se había inscrito en un lugar subordinado de la sociedad salarial.
Los asalariados obreros corrían el riesgo de quedar “ahogados” en una concepción cada vez
más amplia del salariado, y aplastados al mismo tiempo por la proliferación de situaciones
salariales siempre superiores a la suya. Se lo había desposeído de su papel como atractor,
desempeñada en la constitución del sector asalariado. Con el desarrollo de las actividades
terciarias, se generó la proliferación de un sector asalariado no obrero, el cual superaba en
ingresos y en prestigio al salariado obrero. Se constituyó, así, una clase media asalariada ya
muy compleja; la cual rodeaba y superaba la condición obrera.
de la clase obrera aducía que la elevación general del nivel de vida había atenuado los
antagonismos sociales. El “deseo de integrarse en una sociedad en la que primaba la
búsqueda del confort y el bienestar” había llevado a la clase obrera a fundirse progresivamente
en las clases medias. Estas dos posiciones opuestas son complementarias.
El análisis de los conflictos sociales, incluso de los conflictos sociales “nuevos”, demostraba
que la tendencia principal de los técnicos, ejecutivos e ingenieros los impulsaba a defender sus
intereses específicos, que pasaban por el mantenimiento de la diferenciación social y el respeto
a la jerarquía, que a alinearse con las posiciones de la clase obrera.
La transformación decisiva que maduró durante las décadas de 1950 y 1960 no fue, por lo
tanto, la homogeneización completa de la sociedad, ni el desplazamiento de la alternativa
revolucionaria hacia un nuevo operador, la “nueva clase obrera”. Consistió en la disolución de
esa alternativa revolucionaria y la redistribución de la conflictividad social según un modelo
diferente del de la sociedad de clases: la sociedad salarial.
La oscilación entre revolución y reforma, que nunca dejó de atravesar el movimiento obrero, fue
fijándose cada vez con mayor insistencia en el segundo polo, y la división entre “ellos” y
“nosotros” dejó de alimentar un imaginario de cambio radical.
La concepción secular del trabajo asalariado desapareció en las décadas de 1950 y 1960,
arrastrando consigo el rol histórico de la clase obrera. La lenta promoción de una clase
asalariada burguesa abrió el camino y desembocó en un modelo de sociedad ya no atravesada
por un conflicto central entre asalariado y no-asalariado. La “nueva sociedad” para retomar un
lema de principios de la década de 1970, pretendía ser la traducción política de ese cambio, el
cual estaba organizado en torno a la competencia entre diferentes polos de actividades
salariales. Esta sociedad no era homogénea ni estaba pacificada, pero sus antagonismos
tomaban la forma de luchas por los puestos de trabajo y las categorías (y no ya de la lucha de
clases).
-La “constelación central” no era una configuración de posiciones salariales “puras”. Seguía
siendo un núcleo de posiciones dominantes, que acumulaban y entrelazaban capital
económico, capital social y capital cultural, administración de las empresas públicas y privadas,
y poderes ejercidos en el aparato del Estado. Si bien no había ósmosis entre los diferentes
bloques constitutivos de la sociedad salarial, tampoco había ya una alteridad absoluta. Los
asalariados de gama alta desempeñaban el papel de atractores incluso para los grupos
dominantes tradicionales, cuyas fracciones más dinámicas se actualizaron, sin renunciar a sus
antiguas perrogativas, adquiriendo los nuevos atributos del éxito y los honores que pasaban por
la asistencia a grandes escuelas y por la posesión de los mejores diplomas.
Así, la sociedad salarial se podría representar a partir de la coexistencia de una cierta cantidad
de bloques, a la vez separados y unidos por esta lógica de la distinción que opera en el seno
de cada conjunto y asimismo entre los diferentes conjuntos.
integración social y quedaron al margen del trabajo regular. Aparte de la existencia de estas
poblaciones periféricas, la sociedad salarial pudo desplegar una estructura relativamente
homogénea en su diferenciación. Lo esencial de las actividades sociales quedó centrado en el
grupo de los asalariados porque la mayoriía de los miembros de esta sociedad encontraban en
el salariado un principio único que, a la vez, los unía y los separaba, y de tal modo daba
fundamento a su identidad social: el salariado no era sólo un modo de retribución de trabajo,
sino la condición a partir de la cual se distribuían los individuos en el espacio social.
2-Esta concepción del Estado que subtiende la protección social es complementaria del papel
de actor económico asumido por el poder público, un rol que también se desarrolló plenamente
después de la Segunda Guerra Mundial. Pero, mientras que con la seguridad social culminaba
un proceso de generalización de la propiedad social, la intervención del Estado como regulador
de la economía fue considerada una innovación. Primero en el marco de la reconstrucción, y
después de la modernización, el Estado se hizo cargo de la promoción de la sociedad.
Siguiendo los principios keynesianos, la economía dejó de ser concebida como una esfera
separada; el Estado la piloteaba. Mediante sus políticas de reactivación, el rol que
desempeñaba para garantizar los salarios, las elecciones industriales que efectuaba, el Estado
no sólo intervenía como productor de bienes sino también como productor de consumidores, es
decir de asalariados solventes.
3-El papel regulador del Estado actúa en un tercer registro, el de las relaciones entre los
“asociados sociales”. Se trataba de acordar de un modo contractual, por iniciativa o con el
arbitraje del Estado, los intereses divergentes de empleadores y asalariados. Dos medidas
cuyo impacto fue considerable para la consolidación de la condición salarial: El salario mínimo
interprofesional garantizado, que después se convertirá en el salario mínimo interprofesional de
crecimiento, esencial dado que definía y otorgaba, junto con el aumento de precios y la tasa de
crecimiento, un estatuto legal a las condiciones mínimas de acceso a la condición salarial. Así,
el trabajador entraba en la condición salarial, es decir se ubicaba en el continuum de posiciones
comparables que constituía la estructura básica de dicha condición. El trabajador ingresaba en
una lógica de integración diferencial que preveía incluso la indexación con el progreso global de
la productividad. Tenemos así el primer grado de pertenencia a un estatuto de asalariado
gracias al cual el salario deja de ser sólo un modo de retribución económica.
Había una poderosa sinergia entre crecimiento económico, con su corolario, el empleo casi
pleno, y el desarrollo de los derechos del trabajo y la protección social. La sociedad salarial
seguía una trayectoria ascendente que aseguraba el enriquecimiento colectivo y promovía un
mejor reparto de las oportunidades y las garantías. Los logros de la sociedad salarial parecían
re-absorber el déficit de integración propio de los inicios de la sociedad industrial (mediante el
crecimiento del consumo, el acceso a la propiedad, la mayor participación en la cultura, etc.)