desde mediados de los 60. Hasta 1983 eran escasas Con el retorno de la democracia, se crearon varias ONG’s vinculadas con el ambiente; y ya en 1984 organizaron la primera reunión nacional ambientalista Durante las siguientes dos décadas su crecimiento continuó debido a factores internos y externos: Reforma Constitucional de 1994 y Cumbre de la Tierra de 1992 La Reforma de 1994 tuvo dos efectos importantes: impulsó el desarrollo de las políticas ambientales (el artículo 41 obliga al Estado a garantizar el derecho al ambiente sano y a legislar estándares mínimos de protección ambiental, que deben ser aplicados por las provincias en todo el territorio argentino) Gracias a que el artículo 43 definió al ambiente sano como un derecho colectivo, y habilitó para su protección las figuras del amparo y de la acción colectiva, surgieron herramientas que luego serían muy importantes para quienes comenzaron a movilizarse en defensa del ambiente Sin embargo, hasta el siglo XXI, el ambientalismo social tuvo poco impacto en la política estatal Surgimiento de organizaciones con otro formato organizacional y formas de interacción con el Estado: “Organizaciones profesionales”: tienen personería jurídica, una estructura de autoridad definida, cuentan con personal especializado pago y buscan aportar a la solución de problemas que no afectan inmediata o exclusivamente a sus miembros Para sus actividades, cuentan con fondos y donaciones de terceros (públicos o privados), con los cuales conducen o contratan estudios especializados En cuanto a su relación con el Estado, recurren predominantemente a canales institucionales (incluido el contacto informal con tomadores de decisiones) para expresar sus demandas o para participar en la formulación y ejecución de políticas y programas de gobierno Recurren también a campañas mediáticas que pueden estar destinadas a instalar temas de agenda pública, expresar demandas frente al Estado o influir comportamientos individuales Las “organizaciones de base”, se diferencian en varios aspectos de las anteriores Pueden o no tener personería jurídica, están basadas en el trabajo voluntario y no pago de sus miembros, poseen métodos horizontales para la toma de decisiones y reclaman la solución a problemas que los afectan directamente Para desarrollar sus actividades, se valen de los aportes de sus propios miembros y no tienen capacidad financiera para conducir o contratar estudios especializados Formas de acción como manifestaciones, cortes de caminos, para lograr repercusión pública y reclamar al Estado Así, habilitadas por las nuevas normas ambientales sancionadas en los años 90 y en los primeros años del nuevo siglo (Ley General del Ambiente de 2002), las organizaciones ambientalistas pasaron a involucrarse de manera decisiva en la disputa por el ambiente, generando una incidencia en las políticas estatales nunca antes vista Comenzó un proceso de ciertos “encuentros” (contenciosos o consensuales) entre la agenda del ambientalismo social y la agenda estatal ¿Qué sucede con el Estado? En primer lugar, tenemos que dejar de considerar al Estado como una unidad monolítica, con objetivos comunes y políticas coherentes entre sí Lo que solemos llamar “el Estado” alberga una multiplicidad de burocracias cuyos intereses y objetivos pueden ser (y usualmente son) contradictorios e inconsistentes entre sí Necesidad de diferenciar entre Estado y Gobierno El federalismo argentino plantea una mayor complejidad: Estados provinciales y municipales Los actores estatales y sociales se ven inmersos en formas de colaboración y confrontación que no pueden ser comprendidas por visiones estancas de la división entre Estado y sociedad Pujas para que el gobierno implemente determinadas políticas públicas
El ciclo de las políticas públicas:
corporaciones, medios, elites político-burocráticas; buscan definir problemas, establecer la agenda (pública y gubernamental), e incidir en la formulación de políticas Las coaliciones a favor o en contra de la protección ambiental suelen estar conformados por actores tanto sociales como estatales que comparten una visión mínima sobre el problema en cuestión y sobre su solución. Carácter “transfronterizo” (entre la sociedad y el Estado) de las coaliciones, alianzas y redes que promueven la protección ambiental Esta heterogeneidad intraestatal se entrelaza con los efectos distributivos de las políticas ambientales. Las políticas públicas producen resultados que, en la mayoría de los casos, atienden intereses de algunos actores en detrimento de los de otros Los problemas y políticas ambientales implican un conflicto distributivo entre quienes promueven la regulación de la preservación o reparación del ambiente y se beneficiarían directa o indirectamente de ella, y aquellos que se verían afectadas por esa regulación, tendrían que pagar los costos de protección, o bien reparar un daño ya existente Quienes son objeto de regulación ambiental (típicamente, actores económicos) suelen estar bien organizados y poseer alta capacidad de presión Mientras tanto, los promotores y beneficiarios de esa regulación (las organizaciones ambientalistas y la población en general) suelen ser más difusos, menos organizados y más débiles políticamente. Sin embargo, esto no quiere decir que los promotores de la protección ambiental no puedan tener incidencia en las políticas ambientales La posibilidad de incidir en la implementación de las políticas estatales depende en gran medida del modo en que las organizaciones sociales “aprovechan” las tensiones inter-burocráticas y logran forjar coaliciones con aquellas agencias estatales favorables a la regulación ambiental ¿Cómo incide la relación entre actores sociales y estatales en el desarrollo y los efectos de las políticas ambientales? Es evidente que el nuevo ambientalismo social y los cambios en las relaciones entre Estado y sociedad obligaron al Gobierno (de los tres niveles) a prestar más atención a las demandas y posiciones de las organizaciones ambientalistas En el nivel nacional, ese impacto puede apreciarse tanto en el plano normativo como en el plano organizacional En lo normativo, el impacto de las nuevas formas de relación sociedad-Estado se evidencia en las leyes de presupuestos mínimos como la Ley de Bosques Nativos (2007), la Ley de Glaciares (2010) y la Ley de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático (2019). Surgieron de iniciativas de legisladores oficialistas y de la oposición en respuesta a demandas sociales En el plano organizacional, puede mencionarse como ejemplos la creación de ACUMAR, la elevación de la Secretaría de Ambiente a Secretaría de Estado y la posterior creación del Ministerio, multiplicando ampliamente su presupuesto y sus programas Pese a los avances normativos, la política ambiental no ha alcanzado aún altos niveles de institucionalización e implementación. Sin embargo, está en pleno desarrollo un proceso de encuentros (contenciosos o consensuales) entre el ambientalismo social y la agenda gubernamental No implica la existencia de un consenso entre los actores; sino que todos consideran, desde sus visiones, que el Estado le dedique recursos organizacionales y financieros, que las organizaciones sociales evalúan que la cuestión amerita movilizarse e ir al encuentro del Estado y que los medios deciden que vale la pena cubrir extensamente el tema