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Aspectos laborales de la Constitución de 1920

La libertad de trabajo
Sobre la esclavitud, el Proyecto de la Comisión de Constitución indicaba que nadie es ni nacía
esclavo en el Perú, sino que, además, se prohibía todo pacto, cláusula, etc. que se apreciaba en
la práctica, “especialmente con la raza indígena de esclavizar su libertad, mediante enganche y
adelantos y habilitaciones de dinero que se prolongan indefinidamente”.

Anteriormente, en su discurso del 14 de octubre de 1919, Javier Prado indicaba que el Derecho
Social supone que nadie nace esclavo ni es esclavo en el Perú y, por ello, es necesario que el
Estado intervenga para resolver esta situación.

Finalmente, el artículo aprobado en el pleno tuvo el siguiente texto que estaba ubicado en el
artículo 22 del Título III sobre las Garantías Individuales: “No hay ni puede haber esclavos en la
República. Nadie podrá ser obligado a prestar trabajo personal sin su libre consentimiento y sin
la debida retribución. La ley no reconoce pacto ni imposición alguna que prive de la libertad
individual”.

En el Pleno, se optó por mantener la distinción de la Constitución de 1860 y diferenciar las


garantías nacionales, individuales y sociales, como si hubiera una jerarquía de derechos o,
propiamente en la terminología de la Constitución, de “garantías”. Creemos que lo más
adecuado hubiera sido referirse únicamente a garantías en términos generales sin establecer
mayores distinciones. En la Constitución de 1920 se distinguen los derechos civiles y políticos
(garantías individuales) y los sociales y económicos (garantías sociales) de los objetivos
políticos, reglas nacionales y también derechos civiles y políticos (garantías nacionales). En
nuestra opinión, esta arbitraria e injustificada clasificación no debió admitirse en el Pleno,
pero, en todo caso, lo relevante es la consagración de derechos en el nivel más alto de la
jerarquía normativa.

Por otra parte, sobre la libertad de trabajo, debemos rescatar al artículo 46 de la Constitución,
ubicado en el Título IV referido a las garantías sociales: “La nación garantiza la libertad de
trabajo, pudiendo ejercerse libremente todo oficio, industria o profesión que no se oponga a la
moral, a la salud ni a la seguridad pública. La ley determinará las profesiones liberales que
requieran título para su ejercicio, las condiciones para obtenerlo y las autoridades que han de
expedirlo”.

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