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Recomendaciones para la
organización Acción contra el
Hambre
Director:
PhD en Agroecología Álvaro Acevedo Osorio, Magister en en Agroecología y Desarrollo
Rural Sostenible, Ingeniero Agrónomo
Resumen
El presente texto, que se inscribe dentro de la perspectiva de la antropología social, es un
trabajo de indagación acerca de los hitos que han moldeado la seguridad alimentaria y
nutricional del pueblo wayuu. Se realizó una revisión documental, así como la aplicación
de grupos focales y entrevistas semi-estructuradas, con el objetivo de discutir los factores
que inciden en la seguridad alimentaria y nutricional de la población wayuu y la
problematización que de esta hacen los participantes del proyecto Yanama que lleva
adelante la organización Acción contra el Hambre. Los resultados ponen en evidencia, la
alta dependencia que existe de los proyectos de ayuda humanitaria, la necesidad de contar
con agua permanente como recurso fundamental para alcanzar la seguridad alimentaria y
nutricional, y la pérdida de prácticas y rituales agrícolas. Se concluye que la pluralidad de
ontologías que hoy conviven con la ontología wayuu han tenido una gran influencia en el
cambio de patrones alimentarios y de siembra. El texto realiza una serie de
recomendaciones a la organización, con el objetivo de fortalecer las capacidades y
recursos propios del territorio.
Contenido
Pág.
Resumen ............................................................................................................................. IX
Introducción .........................................................................................................................1
Lista de tablas
Pág.
Tabla No. 3 Productos compartidos por las tres zonas (Guajira 2005) Pág. 65
Contenido IV
Lista abreviaturas
Abreviatura Término
Ante la crisis humanitaria que se vive en La Guajira desde la década del 90 con el aumento
de actores armados ilegales en el territorio, y en el 2000 con la intensificación y
prolongación de los períodos de sequía, son varios los organismos gubernamentales y no
gubernamentales, que han hecho llamados tanto nacionales como internacionales y han
puesto en marcha planes que ayuden a mitigar esta situación. Acción Contra el Hambre
viene posicionándose en el territorio con la implementación de proyectos desde sus
diferentes áreas de trabajo, con el objetivo de atender la crisis alimentaria que se ha
acentuado por factores como la sequía, la migración y el abandono de prácticas agrícolas,
entre otros. En esta trayectoria, han surgido interrogantes con relación a la visión que el
pueblo wayuu tiene de su situación alimentaria, y si existe entre este grupo social uno o
varios conceptos que hagan referencia a la SAN, los cuales puedan ser útiles para
establecer un diálogo intercultural. Por este motivo, la organización considera pertinente la
realización de un estudio de antropología alimentaria que dé cuenta de los hitos que a lo
largo de la historia han moldeado su cultura alimentaria hasta el día de hoy.
El conocer a profundidad el grupo humano con el cual se quiere trabajar permite diseñar
modelos de intervención que respeten las preferencias culturales y tengan una buena
receptividad y acogida por parte de este. Respondiendo a esta inquietud de la
organización, se propone desde la presente investigación, la siguiente pregunta problema:
¿Existe un concepto propio de seguridad alimentaria en la etnia wayuu, o es este un
constructo equiparable con alguno o algunos conceptos del universo cultural wayuu? Y en
consonancia con este primer interrogante, tratar de identificar qué factores, condicionantes
o limitantes se presentan para que esta comunidad alcance su propia seguridad
2 Introducción
La hipótesis de esta investigación es que aunque no todos los conceptos son equiparables
entre culturas, se puede llegar a un conjunto de conceptos que permitan una aproximación
entre dos universos culturales distintos que quieren establecer un dialogo, en este caso,
en lo que concierne a la seguridad alimentaria, sin perder de vista las limitaciones que
pueden presentarse al querer establecer una equivalencia entre un concepto desarrollado
en el marco de una sociedad de derechos en oposición a una sociedad jerarquizada.
1. Capítulo 1 Planteamiento del Problema
Son pocas las investigaciones que hasta hoy se han realizado de la cultura alimentaria
wayuu. Aunque la bibliografía sobre este pueblo es amplia, las investigaciones se han
centrado en el campo de la etnología, con algunos apartados que caracterizan la dieta.
En esta investigación destacamos tres publicaciones que han contribuido a este campo de
investigación y que fueron un referente importante para la construcción de este documento.
En primer lugar se encuentra Los frutos del desierto de Juya: alimentación, cocina y uso
de las plantas silvestres en la Guajira, libro publicado por el Ministerio de Cultura, como
resultado de una investigación que adelantó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF) y la Fundación Cerrejón Guajira Indígena (FCGI) en el marco de un convenio de
mejoramiento de los sistemas alimentarios de las comunidades wayuu ubicadas a lo largo
de la línea férrea y la distribución de alimentos en comunidades vulnerables. Este convenio
permitió realizar una investigación sobre los cambios dietarios de los wayuu en las épocas
de invierno y verano. El libro recoge una descripción wayuu de las plantas, así como la
forma y época de recolección, con los valores dietarios de cada alimento. Esta
investigación, dirigida por el antropólogo guajiro Otto Vergara, expone el lugar que los
indígenas otorgan a muchas de estas especies en el conjunto mítico, contribuyendo a la
4 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Por otro lado, y aportando una visión histórica de los que han sido los sistemas alimentarios
en buena parte de la península, se encuentra el texto Una mirada histórica y etnográfica a
la cuenca del río Ranchería, del antropólogo wayuu Weildler Guerra Curvelo, quien aborda
el sistema agropecuario de los wayuu que han poblado la rivera del Ranchería desde antes
de la república hasta el año 2003. Esta investigación, de carácter etnográfico, resalta la
importancia del río en diversas actividades de subsistencia como la pequeña agricultura,
la pesca estacional, la caza, la recolección de frutos y la cría de animales. Guerra nombra
varios de los hitos que modificaron la utilización de las zonas fértiles de la rivera y
adicionalmente nos permite conocer la relación que tienen los wayuu con la pesca.
Además de sus cinco ejes y sus respectivos determinantes, el concepto contempla tres
dimensiones. La dimensión de los medios económicos, que hace referencia a la posibilidad
potencial de las personas de adquirir una canasta suficiente de alimentos inocuos y de
6 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
calidad para el consumo, mediante el uso de diferentes canales legales de acceso como
el mercado y el autoconsumo.
Finalmente la tercera dimensión contempla todos los aspectos relacionados con la calidad
e inocuidad de los alimentos.
Los ejes que definen la seguridad alimentaria y nutricional son: disponibilidad de alimentos,
acceso físico y económico a los alimentos, consumo de alimentos, aprovechamiento o
utilización biológica y calidad e inocuidad (CONPES, 2008).
El consumo hace referencia a los alimentos que comen las personas, y está relacionado
con la selección de estos, las creencias, las actitudes y las prácticas. Sus determinantes
Capítulo 1 7
El abordaje conceptual de manejo y gestión del riesgo que conlleva este término, implica
que las acciones del Estado y la sociedad deben estar dirigidas principalmente a la
población que mayor grado de vulnerabilidad y exposición a amenazas concretas tenga.
Las familias, en un acto de corresponsabilidad, deben adoptar acciones, actitudes y
mecanismos de protección, mitigación y superación, que disminuyan la vulnerabilidad y la
exposición a amenazas.
En la cultura wayuu, el concepto de salud está ligado a una construcción categorial más
amplia de bienestar, asociado a la armonía entre lo social y lo natural, y de ahí que la
desarmonía, el desequilibrio causado por acciones o factores internos o externos,
desemboque en el proceso de enfermedad, que se puede expresar sobre el cuerpo -
“ataa”- o sobre la “aa’in”, lo que podríamos equiparar al alma. Las enfermedades son
divididas en dos categorías principales: “ayuulia”, que se refiere a enfermedades que se
pueden catalogar como benignas, es decir que tienen una evolución lenta y que se
manifiestan de manera poco vistosa; y la otra categoría es la de “wanuluu”, que se
relaciona con las “enfermedades angustiantes”, denominación de los wayuu para las
8 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Por último tenemos el concepto de watta ka'i, que en wayuunaiki significa ‘perspectiva de
bienestar en el futuro’, ‘hacia un futuro’, ‘en el mañana’ o ‘en el futuro’; y el de anaaa’ain,
que quiere decir ‘bienestar’, este último es el mayor estado deseable del wayuu, en él está
sustentada la armonía social y espiritual del pueblo (Páez, Vélez, & Fundación Capacitar,
2016).
1.3 Metodología
Objetivos
El objetivo general de esta investigación es, indagar acerca de los elementos históricos,
sociales y culturales que inciden en la situación de la seguridad alimentaria y nutricional
de la comunidad wayuu, para generar propuestas enfocadas en fortalecer las capacidades
y recursos propios del territorio, a partir de la valoración de su acervo cultural.
• Hacer una revisión documental que de cuenta de los hitos que han marcado la
historia alimentaria wayuu hasta la crisis actual.
• Aproximarnos a un concepto de Seguridad Alimentaria y Nutricional wayuu por
medio de la aplicación de instrumentos de investigación cualitativa y su posterior
problematización.
• Exponer y socializar los resultados de la investigación con el equipo de trabajo del
proyecto Yanama.
Esta investigación servirá como insumo para la organización Acción contra el Hambre, la
cual viene posicionándose en el territorio con diferentes estrategias para la consecución
de la seguridad alimentaria del pueblo wayuu.
Para mí resulta muy valiosa su participación a través de esta entrevista, con la cual
pretendo conocer su experiencia en el proyecto y su percepción de las acciones y el
nivel de apropiación que éstas han tenido, así como cualquier cuello de botella que
se haya presentado, con el fin de realizar recomendaciones que puedan ser tenidas
en cuenta en futuras intervenciones.
Nombre: __________________________________________
Preguntas guía
3. Hablemos de la formulación del proyecto (si no hizo parte igual debe conocerlo)
¿Alguna práctica del sistema agroalimentario tradicional wayuu fue tenida en
cuenta en el proyecto? ¿Cuál o cuáles? ¿se encuentran dentro de lo que ya se
ha implementado?
Cierre de la entrevista
Metodología: Para aproximarnos a uno o varios conceptos que hagan referencia a la SAN
en esta sociedad, se hace necesario utilizar un instrumento con respuesta abierta que
permita conocer la opinión del entrevistado. Partiendo de la base de que no se encontró
registro de un concepto propio de seguridad alimentaria en la etnia wayuu, y teniendo en
cuenta que el concepto ‘base’ sobre el cual se trabaja busca “una vida saludable y activa”,
se propone trabajar con los conceptos de salud, enfermedad, bienestar y bienestar a futuro.
Preguntas guía
Cierre de la actividad
Cierre la actividad agradeciendo por el espacio y el tiempo de cada una de las personas
presentes, recordándoles que esta información será únicamente para conocerlos mejor
Capítulo 1 13
Objetivo: Indagar sobre la cultura alimentaria del pueblo wayuu teniendo como marco
referencial los cinco ejes de la seguridad alimentaria y nutricional.
En la etapa de elaboración del instrumento, se realizó una revisión de los 5 ejes de la SAN:
disponibilidad de alimentos, acceso físico y económico a los alimentos, consumo de
alimentos, aprovechamiento o utilización biológica y calidad e inocuidad, y cada uno de
sus componentes y determinantes, con el fin de ver si es posible hacer una equivalencia
conceptual. En Consumo y Aprovechamiento o utilización biológica, se indagó acerca de
la selección de los alimentos, creencias, actitudes y prácticas. En lo que respecta a Calidad
e Inocuidad se indagó acerca de la preparación de los alimentos y nociones de lo
contaminante o prohibido. En Disponibilidad y Acceso se exploró acerca de los recursos y
limitantes con los que cuenta la comunidad para la producción propia de alimentos o para
su compra. Las entrevistas se realizan a líderes y miembros de las comunidades de Jerjet,
Curarir, Puerto Caracol, Iyospa y Majali.
Se reconoce que este recurso de la investigación puede ser exitoso o no, en tanto los
conceptos entre culturas no son siempre equiparables. El resultado de este ejercicio fue
una entrevista semiestructurada como se ve en el siguiente cuadro.
14 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
1. Hablemos acerca de la
alimentación del pueblo
wayuu, cuénteme un poco de
los platos típicos de esta
región.
• ¿En qué eventos y/o
época del año se consumen?
• ¿Quiénes podrían
recibir una alimentación
diferenciada o especializada
en determinado momento?
Consumo y Selección de los Mujeres lactantes, recién
Aprovechamiento o alimentos, creencias, paridas, embarazadas,
utilización biológica actitudes y las menstruantes, personas
prácticas enfermas...
• ¿Cómo es un plato
completo de comida, qué
alimentos incluiría?
Explorar acerca de
clasificación de los alimentos,
crudo, cocido, energizante,
calmante, caliente, frío, los que
sugiera el
entrevistado. Explorar acerca
de lo que “alimenta o es
considerado sano”.
Cierre de la entrevista
Objetivo: Indagar acerca de la experiencia que los y las entrevistadas han tenido en el
territorio wayuu, trabajando el tema de SAN, con el objetivo de aprovechar su experiencia
y su conocimiento en el tema.
Preguntas guía
3. ¿Qué valor nutricional y cultural le dan los wayuu a los caprinos y cómo se ha
transformado en los últimos años?
5. ¿Qué prácticas reconoce en las comunidades wayuu para mantener los suelos
biológicamente activos?
Cierre de la entrevista
1.860.000
E
IB
R
CA
R
A
M
!
MANAURE
!
URIBIA
1.770.000
1.770.000
P
RIOHACHA
MAICAO
!
!
DIBULLA
ALBANIA
!
MAGDALENA
HATONUEVO
!
BARRANCAS
!
DISTRACCIÓN !
!
FONSECA
CENTROS
1.680.000
! ! Cabecera Municipal
VENEZUELA LÍMITES
Internacional
Departamental
EL MOLINO Costero
Municipal
!
Departamental No Definido
Corregimiento Departamental
!
VILLANUEVA
! INFORMACIÓN DE REFERENCIA
URUMITA Proyección conforme de Gauss - Origen Bogotá
Dátum MAGNA-SIRGAS
! Coordenadas Planas 1'000.000 metros Norte - 1'000.000 metros Este
Coordenadas Geográficas 4º35'46''.3215 Lat. N.-74º04'39''.0285Long. W.
LA JAGUA DEL PILAR Fronteras Marítimas y Terrestres 2010
División Municipal Base IGAC 2010
De acuerdo con las proyecciones del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2018 del
DANE, el pueblo wayuu se encuentra dentro los pueblos indígenas más numerosos del
país, con una población de 380.460 individuos. Los pueblos Wayuu, Zenú, Nasa y Pastos
concentran, conforme el Censo, el 58,1% de la población indígena de Colombia (DANE,
2019).
Anualmente las entidades territoriales y nacionales reciben miles de millones de pesos por
conceptos de impuestos y regalías de las actividades de las empresas mineras, sin
embargo, a pesar de la magnitud de los ingresos que produce la explotación de 69.000
hectáreas de suelo guajiro, existe en el departamento una crisis humanitaria que ha llegado
a niveles dramáticos, con situaciones como la falta de agua y una crisis alimentaria que ha
llevado a altas tasas de desnutrición y mortalidad infantil. A esto se suman los eventos
violentos que ha vivido el territorio, la corrupción de sus mandatarios y la masiva migración
que recibe desde Venezuela, siendo uno de los departamentos que mayor población
migrante ha recibido en el país.
Capítulo 2 19
Estos, entre otros fenómenos sociales, han ido cambiando la dieta alimentaria tradicional
por alimentos altos en carbohidratos que además de no tener riesgo en el transporte y
almacenamiento son fuente de prestigio social, lo que ha llevado al abandono de productos
de caza y recolección, así como al abandono de la siembra de granos, tubérculos, frutas y
hortalizas.
1
Parcela destinada a la siembra
2
De ahora en adelante YANAMA
20 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Tal como consta en el documento presentado por AcH a USAID, entre las razones que
justifican esta intervención, se encuentran las condiciones ecosistémicas en las que vive
la población: la aridez del suelo wayuú (cerca de 10.000km² de este territorio) que es una
de sus principales limitaciones para producir alimento; los efectos del cambio climático que
se hacen evidentes en los aumentos de las temperaturas diarias promedio; los cambios en
el régimen de lluvias (Corpoguajira, 2018); veranos más secos, altas temperaturas e
inundaciones en casi todos los municipios del departamento; la aguda escasez de agua
en la parte superior de La Guajira y los incendios forestales (AcH, 2019).
Están además los factores que dificultan el buen funcionamiento de una estrategia de
transporte de agua, debido a las largas distancias entre un asentamiento y otro, así como
el estado higiénico inadecuado de las piscinas, tanques o sistemas de almacenamiento de
las comunidades. Los reservorios de agua conocidos como jagüeyes pierden su capacidad
de almacenamiento y la calidad del agua se ve afectada sino tienen el mantenimiento
necesario. De acuerdo con el diagnostico realizado por AcH, la necesidad principal
relacionada con el manejo de riesgos y desastres es una mejora en la baja capacidad de
respuesta de los Consejos Municipales de Manejo del Riesgo. La articulación entre actores
pertenecientes a las instituciones municipales y departamentales de manejo del riesgo es
escasa, siendo evidente la necesidad de equipos tecnológicos que permitan mejorar el
flujo de información a nivel territorial, para que las autoridades puedan responder de
manera oportuna a las posibles necesidades en relación con situaciones de emergencia,
que son recurrentes en la zona (AcH, 2019).
Capítulo 2 21
La primera actividad de recuperación del ganado busca recuperar el ganado perdido por
las comunidades durante el periodo de sequía, por medio de la entrega de dos cabras (1
hembra y 1 macho) por familia, por modalidad en especie. Se entregarán en su primer
embarazo o primera edad de servicio. Se considera esta actividad dada la disponibilidad
de recursos para desarrollar bancos de forrajes, principalmente Trupillo (Prosopis juliflora),
Dividivi (Caesalpinia coriaria) y Cactus tuna (Opuntia tuna), los cuales son resistentes al
estrés hídrico y abundan en zonas áridas.
La cuarta actividad es: Educación en sistemas de producción agrícola. Para quienes están
en la primera fase del entrenamiento, los temas incluirán: preparación del suelo,
recolección de semillas, prácticas de gestión cultural, manejo integrado de pestes y
enfermedades, cosecha y pos-cosecha. Mientras que el eje de la segunda fase será la
agricultura climáticamente inteligente, donde las acciones nacionales de mitigación
apropiadas y las directrices de la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono
serán tenidas en cuenta en el desarrollo de la capacitación. Todos los temas serán
enseñados con un lenguaje adecuado para los wayuú y promoverán la participación de las
mujeres, teniendo en cuenta y ajustándose a sus responsabilidades de cuidado, para no
afectarlas ni sobrecargarlas.
Sitios Centinela3 en Riohacha, Manaure y Uribia. Cada sitio centinela contará con un
pluviómetro como instrumento de medición de condiciones de precipitación (la variable
principal para determinar el nivel de impacto de una sequía). De manera participativa, las
comunidades establecerán su calendario de estaciones y sus propios indicadores que
definen los límites críticos que amenazan su seguridad alimentaria, junto a instituciones
locales, como la Unidad de Manejo de Riesgos y la UMATA, a través de la secretaria
municipal de agricultura y otras instituciones que están enfocadas en la reducción del
riesgo de desastres. establecerán las medidas recomendadas para minimizar los efectos
adversos del cambio climático. El sistema de alertas tempranas tiene una batería de
indicadores, donde la misma comunidad selecciona los que más afectan su seguridad
alimentaria. Los indicadores están divididos en tres grupos: acceso, disponibilidad y uso
biológico; de esta manera, las comunidades podrán registrar lluvias, reservas de comida,
plagas de cultivos, enfermedades de cultivos, enfermedades de animales de corral,
rendimiento de los cultivos, precios de la canasta básica familiar (principalmente maíz y
frijol), migración, empleo, enfermedades en niños, malnutrición, etc.
3
Los Sitios Centinela tienen el propósito de funcionar como sistemas de información de seguridad
alimentaria y nutricional, que permiten identificar a tiempo los impactos de los factores externos
sobre la nutrición y la alimentación, bien sean estos climáticos, económicos, sociales o antrópicos
(ACH, 2014).
24 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
3.1 El origen
Para adentrarnos en la cosmología wayuu y comprender el conjunto de relatos míticos que
componen esta sociedad, es necesario en primer lugar comprender su concepción del
tiempo. Existe un tiempo que ha sido interpretado por cierta parte de la literatura como el
de “los wayuu antiguos”; este marco temporal, como menciona en su tesis doctoral el
antropólogo wayuu Weildler Guerra, dista de la concepción lineal de pasado del
pensamiento occidental, y entender esto es un eslabón clave para la compresión de la
cosmología y la noción de persona atribuida a diversos seres en esta cultura. Los modos
de relación, categorización e identificación de los seres en el universo social wayuu, se
fundamentan en las historias acerca de un tiempo transhistórico llamado wayuu sumaiwa
4
. Como dimensión temporal, el wayuu sumaiwa no es como tal un periodo de creación del
universo, como sí un periodo de modelación en el que se sientan las bases de las
relaciones sociales entre seres diversos: humanos, animales y vegetales. La capacidad de
agencia, reflexividad y código moral, de la cual están dotados los distintos seres, tiene una
fundamentación ontológica en esta dimensión temporal (Guerra, 2019). Todos los seres a
quienes hoy se les atribuye capacidad de agencia, aunque se encuentren
morfológicamente transformados, compartieron la pertenencia a esa humanidad
primigenia en este tiempo transhistórico.
4
Un conjunto de narraciones indígenas habla acerca de un orden referencial enmarcado en la
dimensión temporal llamada wayuu sumaiwa en el que prevalece un estado del ser en donde las
diferentes especies interactúan y comparten la condición humana. (Guerra, 2019)
26 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Y en relación con los códigos morales wayuu, sus relatos de origen, en ocasiones de
manera explícita, en otras de forma subyacente, incluyen una especie de código moral
primordial que contempla prohibiciones y alberga valores que orientan la vida de todos los
seres vivientes.
Mensh (el tiempo) y tuvieron varias hijas. Una de ellas se casó con Pará, el dios del mar.
De este matrimonio nacieron una niña y un niño, Juya (el invierno), e Igua (la primavera).
La última de las hijas se casó con Jepirech, el dios de los vientos, y de ahí vinieron todos
los Guajiros (Wilbert, 1986:34-35 como se citó en Guerra, 2019).
Otra versión sobre el origen de los wayuu es recogida por Ramón Paz Ipuana, atribuyendo
la creación al héroe cultural Ma’leiwa, quien encarga al pájaro Utta la misión de organizar
a los humanos en treinta y seis clanes primigenios. Dicha ave determinó las alianzas que
estos clanes podrían constituir y dio a sus miembros los principios del parentesco y las
normas de la vida en sociedad (Paz Iipuana, 1972: 185-199, como se citó en Guerra, 2019).
Ma’leiwa es mencionado también por el antropólogo Michel Perrin en el relato llamado “Los
primeros guajiros”:
Entonces Ma’leiwa repartió a los guajiros como ahora se distribuyen las ovejas al salir del
corral: uno por aquí, otro por allá. Condujo a cada uno a la que iba a ser su tierra, Como se
hace hoy con los pasajeros de un camión. Así es como puede decir hoy un guajiro dónde
nacieron los antepasados de su clan. En sus orígenes los pájaros también eran guajiros,
pero se quedaron atrás estúpidamente cuando el reparto entre los clanes, entonces
Ma’leiwa les retorció las piernas, y se las puso hacia atrás. Ahora están vinculados a sus
clanes, así como el alcaraván pertenece al clan Sapuana, la perdiz al clan Wouliyuu, la
avispa al clan Siijuana. Similar es el caso del perro: un día, muy ebrio, se precipitó sobre
una carne cruda no despedazada y ahora pertenece al clan Jayaliyuu; la culebra picó y
después chupó con la boca -y así seguirá- dijo Ma’leiwa, y así es que hoy la culebra es
Uraliyuu. (Perrin, 1979:190-192).
Con base en las narraciones que recolectó Paz Iipuana en el territorio wayuu, este autor
considera que los humanos, tal y como les vemos hoy, comparten el conocimiento de las
plantas y los cuerpos y defectos de los animales: «Son seres que se bastan a sí mismos y
no siempre imperfectos como sus predecesores» (Paz Iipuana: 442 como se citó en
Guerra, 2019). La idea de que en los tiempos originales todos los animales eran humanos
es una noción ampliamente extendida en el pensamiento amerindio y podemos incluso
encontrarla en varios relatos indígenas del territorio colombiano.
El conjunto mítico de la sociedad wayuu se acerca más a lo que podríamos considerar una
cosmología que una cosmogonía. Su sistema de creencias religiosas y sus mitos
28 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Así como está el tiempo transhistórico wayuu sumaiwa, existen en el acervo de la cultura
wayuu muchos relatos asociados a eventos trasformativos llamados a’wanajawaa, que
tienen efectos morfológicos y axiológicos en los seres vivos, dando paso al orden actual.
Los eventos transformativos a’wanajawaa, explican el ordenamiento actual del territorio y
el paisaje sobre el cual los ancestros que conforman la humanidad primordial dejan su
corporalidad, parte de esta, o sus rastros, en la forma de cerros, rocas y signos. Estas
transformaciones pueden ser actos conscientes e intencionados realizados por seres
ancestrales o pueden derivarse de conductas transgresoras cometidas por algunos seres.
Un ejemplo de esto es el relato de la configuración geográfica de La Guajira.
Ese mismo día, cuando caía la tarde Jepirashi regresó, traía con
ella sierra, mero, pargo, langosta, y le ofreció esos alimentos a
Kamaichi. Kamaichi se enamoró de la mujer viento y le prometió
ir a buscar sus animales y regresar hasta ese lugar. Así lo hizo
y allí se quedó. Un día, el rebaño de Kamaichi entró al mar y los
animales se convirtieron en peces.
Luego fue el turno de Epits, que salió rumbo hacia lo que hoy es
la frontera con Venezuela. A ese lugar, en la esquina de la costa
oriental de la península, llegó Epits cuando vio pasar a una
mujer, una mujer hermosa que se llamaba Aruresh, y esa mujer
se enamoró de Epits. Al caer la tarde Aruresh volvió con
ahuyama, frijoles y maíz para ofrecérselos a Epits y se
enamoraron. Epits regresó a buscar sus animales y volvió con
su rebaño hasta ese lugar, y allí se quedó a vivir para siempre.
Desde entonces es el señor de los alimentos, la figura que tutela
los alimentos de la huerta Wayuu. El hermano mayor, Itujolu, se
quedó en La Makuira pastoreando sus animales (Guerra
Curvelo, 2016).
Estos tres hermanos que se quedaron y conformaron el paisaje de la Guajira, son los cerros
Itujolu, Kamaichi y Epits, fundamentos del ordenamiento territorial primigenio. El paisaje
fue modelado por el viaje de los ancestros, por sus huellas, que quedaron inscritas allí, en
el tiempo, y que cumplen una función fundamental, y es mostrar cómo debe y no debe ser
usado un territorio, y cómo estos espacios son necesarios para el sostenimiento de la vida
humana y de otros seres vivos. Estos tres cerros forman un triángulo en toda la península,
creando una red topológica de líneas, en las que se encuentran conectados por las huellas
de sus ancestros y constituyen a la vez una red de relaciones entre las personas que viven
allí hoy. Ellos son el punto de origen y el destino de quienes los habitan (Guerra Curvelo,
2016).
30 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Es así como en las concepciones ontológicas wayuu los seres vivientes: astros, cerros,
vientos, plantas y animales, estuvieron entremezclados en la dimensión temporal wayuu
sumaiwa. El término para referirse a esta interconexión entre especies, que también podría
traducirse como una filiación parental, es papüsheewasü. Dicha palabra proviene del
término apüshii que significa “parte”, y es utilizada para referirse a un conjunto de parientes
uterinos. De allí se deriva una vinculación ontológica entre diversos seres vivientes y ello
constituye el punto de partida de la noción de “persona” en dicha sociedad (Guerra, 2019).
La precedencia ocurre cuando un grupo familiar constituido por una serie de parientes
uterinos (apüshii) ocupa un territorio determinado llamado woumain (patria) de manera
continua; por presencia de un cementerio donde se encuentran enterrados la madre y sus
parientes uterinos; o por vestigios de una ocupación antigua como pueden ser: rozas,
corrales, postes para domar o sacrificar los animales, presencia de metates y manos de
moler de piedra.
Las autoridades tradicionales que gobiernan en cada woumain son los mayores
pertenecientes al apüshii que son conocidos en su comunidad como: wayuu aluwatashi jau
numain, o persona que manda/representa el territorio/tierra. También se le dice
numanjushi, término que se traduce como ‘dueño de su territorio’. Normalmente los
parientes uterinos menores del líder le llaman: ta’laülaa, lo cual puede ser traducido como
‘mi viejo’, ‘mi tío materno’ o ‘mi jefe’. Él es el encargado de organizar los equipos de trabajo
para las diversas tareas, de suavizar cualquier tensión que surja en la convivencia, así
como representar a sus parientes uterinos cuando se vean envueltos en disputas con otros
wayuu (Saler, 1988:109 como se citó en Cano et al., 2010), es también quien define las
reglas para el uso de pozos compartidos y puede dar permiso a personas ajenas al apüshii
de hacer uso del woumain imponiendo algunas restricciones. Sin embargo, cualquier
disputa relacionada a la posesión de la tierra, se soluciona a través del palabrero o
pütchipü’ü, figura que representa la autoridad legal en la sociedad wayuu. En el caso de
que un pozo construido por el Estado se encuentre en un woumain particular, el apüshii
perteneciente a ese territorio mantiene un mayor control, pero los apüshiis vecinos pueden
hacer uso del pozo.
Otras formas de apropiación del territorio son por un lado la compra, que generalmente es
realizada por personas pudientes que quieren abandonar su territorio original, o tomar por
la fuerza un territorio en una situación de guerra.
Existen diversas situaciones en las que un grupo familiar permite a otro grupo familiar
establecerse temporalmente en su territorio. Por ejemplo, cuando se cede un pedazo por
matrimonio. Un territorio se puede pedir en préstamo sin que existan lazos de parentesco
directo, esto ocurre cuando por ejemplo una persona está huyendo de un conflicto o
migración por extrema sequía, por lo general estos préstamos incluyen algunas
condiciones como pueden ser la prohibición de sembrar frutales o árboles de carácter
32 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
El cultivo en terreno ajeno recibe el nombre de o’onos, este préstamo se asocia con el
concepto de o’onowaa (vivir arrimado), práctica que consiste en pedir tierras prestadas
durante una temporada, por ejemplo, solicitar la autorización para usar una parcela de
tierra sobre un arroyo para sembrar en verano o un terreno para el pastoreo en sequía,
esta figura no permite ningún tipo de apropiación territorial (Cano et al., 2010).
Los pagos colectivos que se realizan entre apüshiis cuando una mujer y un hombre
formalizan su unión, podrían entenderse como procedimientos legales preventivos que
pagan de manera anticipada la sangre que la mujer va a derramar durante sus partos. No
debe entenderse como una compra individual o una dote, constituye un pago de sangre.
Los fundamentos culturales del pueblo wayuu se han mantenido firmemente anclados en
su territorio ancestral a lo largo de la historia, a pesar del transcurrir de grandes cambios
sociales y económicos, desde los primeros encuentros con la Corona española y la iglesia.
De acuerdo con los estudios de Rodríguez, Cifuentes y Aldana de 2010 (como se citó en
Capítulo 3 33
Uno de los hitos que modificó la utilización de las zonas fértiles de la rivera fue la llamada
bonanza marimbera (1972-1982), que estimuló los cultivos de marihuana en la parte alta
de la cuenca y que trajo un ciclo de violencia con la llegada de la guerrilla de las FARC a
mediados de los años 80 y posteriormente el posicionamiento de grupos paramilitares. La
presencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) significó un florecimiento de los
cultivos de coca y la intensificación de la violencia contra los pueblos indígenas de la Sierra
y de la Guajira (Guerra, 2013).
Tanto para los miembros de los pueblos indígenas serranos como para los wayuu que
habitan la cuenca del Ranchería, el río es importante para su producción material,
específicamente para actividades de subsistencia diversas, como la agricultura, la pesca
estacional, la caza, la recolección de frutos y la cría de animales, cuya importancia varia
para cada una de estas agrupaciones humanas.
Durante los siglos XVII y XVIII el área del medio y bajo Ranchería fue atractiva no solo por
la existencia de grandes sabanas llenas de pastos y la disponibilidad permanente de agua
para el ganado sino por su riqueza de palo brasil (Haematexylum brasiletto Karst, planta
medicinal apreciada por sus poderes curativos. La madera rojiza se usa en la producción
de tintes. También se conoce como palo de tinta, azulillo y campeche) que se exportaba
tanto de manera licita como fraudulenta. El número de cabezas de ganado vacuno
aumentaba hasta alcanzar decenas de miles. El palo de tinte, era principalmente
aprovechado por los extranjeros que lo llevaban a Jamaica y Curazao y desde allí a
Inglaterra, Holanda y otros puertos del Norte (Guerra Curvelo, 2013b).
A finales del siglo XX el gobierno nacional consideró que la explotación de sal requería de
un proceso de industrialización. En Manaure la explotación del mineral venía funcionando
desde la década de 1920, cuando el gobierno otorgó concesiones a particulares. Sin
embargo, hasta que las salinas pasaron a estar en mano del Banco de la República 5, en
1941, la extracción era completamente manual. El Banco de la República realizó algunas
mejoras técnicas que aumentaron la productividad de las salinas (Aguilera Diaz, 2004) y
ya para 1970, el Estado (a través de la IFI 6) inicia una época de despojos territoriales
directos que todavía no cesa.
5
De la producción neta, 98 % le correspondía al gobierno y 2% al Banco de la República (Aguilera
Diaz, 2003).
6
IFI Concesión Salinas, es una dependencia del Instituto de Fomento Industrial que de acuerdo con
un contrato de administración delegada, firmado en 1970, fue la encargada de la administración y
explotación de las salinas nacionales por un período de treinta años.
36 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Por varios siglos la explotación de la sal en la región de La Guajira fue parte de un proceso
cíclico que se daba en las lagunas naturales, dónde en épocas de mareas altas, el mar
entraba en ellas y peces y camarones quedaban atrapados convirtiéndose en una fuente
alimenticia para los indios pescadores. El ciclo continuaba con la evaporación producida
por el sol y que por la salinización del lugar llevaba a la cristalización, y aunque ya no
llegaban los peces, los indígenas podían recolectar la sal. Hasta el siglo XIX, las principales
salinas eran las de Bahía Honda y Bahía Quebrada (Aguilera Diaz, 2003).
Antes del reconocimiento jurídico de los resguardos wayuu, el Estado colombiano había
concesionado a una multinacional la explotación de la mina de carbón del Cerrejón. De tal
manera que los futuros resguardos, excluyeron los territorios en los que está ubicada la
mina en la Baja Guajira, una franja de tierras por las que cruzaría el ferrocarril, y la carretera
que atraviesa la Baja, Media y Alta Guajira, además de un kilometro adentro del litoral
marino. Así, el reconocimiento de los resguardos legalizó el despojo de las tierras más
fértiles, y como si esto no fuera poco, expropió los puertos, los minerales descubiertos y
los que en el futuro pudieran encontrarse. Hoy, una parte de la península ha sido
concesionada a empresas mineras extranjeras, y otra buena parte se encuentra se
encuentra disponible para ser objeto de asignación, sin el conocimiento ni consulta a las
autoridades wayuu7.
7
El mapa de tierras realizado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos en 2020 muestra las
concesiones realizadas a diversas multinacionales mineras, petroleras y gasíferas (Agencia
Nacional de Hidrocarburos, 2020).
Capítulo 3 37
El Cerrejón ha desviado y utilizado el agua de los arroyuelos y los manantiales para hacer
lavados de carbón, regar los suelos para que no levante polvo los camiones, para llenar la
bañeras y limpiar el complejo minero, entre otras cosas (Still burning, 2020). El curso de
agua más importante en la red hídrica de La Guajira es el río Ranchería, que nace en la
Sierra Nevada de Santa Marta y desemboca en el mar Caribe.
Por otro lado, el auge del paramilitarismo vivido en el país desde finales de los años
noventa también ha tenido lamentables consecuencias sobre la posesión y el dominio del
territorio ancestral, especialmente sobre la Alta Guajira. En su avanzada por el control
territorial para el tráfico de armas y sustancias ilícitas, los grupos paramilitares tuvieron
como objetivo el dominio de los puertos y de las redes de traficantes wayuu que mantenían
el monopolio sobre estas rutas. Lo que ocasionó en el 2004 la Masacre de Portete y en
2008 una masacre en Nazareth, en la Serranía de La Makuira. Estas masacres
evidenciaron la barbarie de los narcotraficantes y paramilitares, a la vez que arrebataron
el monopolio wayuu sobre el comercio ilegal (Cano et al., 2010).
Las prácticas agrícolas se vieron afectadas de igual manera por el surgimiento de focos de
desarrollo en Colombia y Venezuela, que proletarizaron la fuerza de trabajo indígena,
dejando sin mano de obra familiar las prácticas tradicionales.
Se forman asentamientos en lugares aledaños a Uribia y Maicao que preocupan por sus
pésimas condiciones. Algunas autoridades tradicionales han recibido a parientes y aliados
en sus territorios familiares, en retribución a todo lo recibido en tiempos de bonanza
venezolana.
40 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Por otro lado, la evangelización y la escolarización de los jóvenes, fruto del contacto con
los alijunas, también impacta en la práctica agrícola tradicional. La primera prohíbe el gran
ritual agrícola -del cual hablaremos más adelante- por ser considerado como pagano. Y la
segunda recluye a los niños y niñas que jugaban un papel fundamental en el cuidado de
la roza espantando con caucheras las aves que se comen las semillas de los productos en
cosecha, hoy estos niños se encuentran en las aulas de los internados.
8
Los wayuu clasifican el fríjol según su tamaño y forma: kepeshuuna, fruto del fríjol; katsalia, fruto
del fríjol pequeño; pirujui, frutos del fríjol finito; kasuwot, fríjol cabecita negra; pitshusha, fríjol guajiro
(Ministerio de Cultura, 2014)
Capítulo 3 41
El ganado por su parte constituye uno de los principales valores simbólicos de estatus en
el pago de compensaciones e incluso es la vía principal de ingreso monetario para la
compra de alimentos básicos. La caza y la pesca son consideradas actividades
económicas secundarias.
Sin embargo hoy en día, aunque el trabajo hortícola tradicional contribuye en menor
medida a la economía familiar, es una actividad relevante para el uso y manejo del
territorio, para las relaciones sociales entre sus miembros y para la supervivencia material
y cultural del pueblo wayuu.
42 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Algunos de los productos silvestres se dan estacionalmente y otros están disponibles todo
el año, pero el mes de la actividad recolectora por excelencia en la Alta Guajira es el mes
de mayo.
Entre los productos de recolección más utilizados para la alimentación están el fruto del
cardón (yosü), la tuna (jayajaya), las cerezas silvestres (jaipai), la aceituna (iruwa), la
caraota de monte (kayawat), el fríjol de La Makuira (palemsa), el corazón del cardón
(wayamui) la uva silvestre (shoo), los frutos del trupillo (ai’pia), la zanahoria de monte
(palilla), los frutos del guamacho (siichi o mocochira), las variedades de yuca silvestre de la
cual comen sus hojas y sus raíces (wayamara, jitsü, uchipana y matupala), el jobito
(coushot), el mamón (kanewa), el marañón (kaujil), algunas ranas (wasipunu), una variedad
de gusano (pit) y dos de cactus (jassaz y paruruwa). Además, existen productos de
recolección que no son alimentos pero que son indispensables para el mantenimiento de la
Capítulo 3 43
vida material y cultural. Entre ellos está el yotojolo, corazón del cardón seco que sirve para
hacer cercas, paredes o techos, y otras plantas del desierto como el jihi y la pringamoza
(yawa) ( Cano et al., 2010 p.36).
Una de las recetas consignadas en el libro Los frutos del desierto de Juya, demuestra como
los wayuu aprovechan el matorral desértico para hidratarse y alimentarse. El kajüüshima’a
es una bebida refrescante que se consume en cualquier momento del día y es preparada
con el fruto maduro del kajüüs, que proviene de un árbol leñoso, en cuya parte superior se
ramifican columnas espinosas en forma de candelabro. Para su preparación la pulpa se
amasa y se deja reposar durante toda la noche, al día siguiente se cuela y se desechan
las semillas, de esta manera se obtiene una bebida refrescante (Ministerio de Cultura,
2014).
Los wayuu que habitan en el litoral dependen de la pesca artesanal marítima, se dedican
a la pesca de mariscos como langosta, camarones, langostinos y moluscos como el caracol
y las ostras; a la pesca blanca o captura de pargo, sierra, róbalo, corvina y otras variedades
para consumo y venta. Los pescadores wayuu agrupan los peces en: mamülirasalü “sin
escamas” como la sierra y el bonito y kamüliraa “con escamas” como el pargo y la mojarra.
Suelen agrupar a los seres marinos entre los que tienen lugares fijos o kapuyasü y seres
caminadores o waraitüsü. Los primeros incluyen especies como las tortugas que se
encuentran relacionadas de forma frecuente con ciertos fondos marinos. Los segundos
son seres sin casa que se movilizan en el espacio marino como individuos o en
cardúmenes (FAO & DPS, 2015).
Cuando la pesca escasea o cuando se va a botar al agua una nueva canoa, los pescadores
realizan rituales de impregnación y aspersión. En el primer caso, las redes se impregnan
con resinas aromáticas como el malambo y la bija para que los seres sobrenaturales
marinos otorguen las especies deseadas. En el segundo caso, la canoa se impregna con
las mismas sustancias y se pronuncian conjuros que piden protección de los peligros del
mar, tanto para la tripulación como para la canoa, una permanente agilidad al navegar y
una larga duración y resistencia.
Existe para el pescador wayuu un complejo conjunto de creencias que contribuyen a evitar
la sobreexplotación de los recursos marinos. Por ejemplo, en el caso de que estos sean
ambiciosos, las pulowis9 pueden hacer zozobrar las canoas y devorar su tripulación en el
fondo del mar (Guerra Curvelo & Jorge Mario Múnera, 2001).
9
Ser sobrenatural hiperfemenino que puede otorgar o negar a los pescadores las tortugas y peces
que le pertenecen.
Capítulo 3 45
caudal del río se reduce, haciendo más fácil la captura de los peces. Anteriormente las
técnicas utilizadas por los wayuu se basaban en el empleo de flechas, arpones y también
de sustancias naturales que adormecen a los peces como el varbasco. Actualmente se
emplean redes (Guerra Curvelo, 2013b).
Las mujeres tienen una relación particular con el río, ya que en sus riberas se encuentran
valiosas especies vegetales, empleadas en la medicina tradicional, como el amanú que
sirve para combatir enfermedades de adultos y niños; el Trupillo del que se aprovechan las
vainas y la corteza como remedios para tratar la diabetes y las fracturas; el malambo,
empleado para curar dolores de estómago y otras especies llamadas quinouta y kemein,
que se utilizan para curar la diarrea y el dolor de pecho (Guerra Curvelo, 2013b).
Otra de las actividades de subsistencia de los wayuu fue la cacería, hoy en día se
encuentra prácticamente abandonada, en parte por el olvido de la práctica, la falta de
tiempo, los cambios en la dieta y la reducción del número de especies de caza por los
cambios ecológicos y la introducción de armas de fuego. Para el año en que se llevó acabo
la investigación de Cano et al. (2010), se cazaban: conejos, iguanas, palomas de monte,
aves de menor tamaño y machorros, sin embargo, los mayores todavía recordaban la caza
de venado, jabalí, matacán, zainos y zorros. Lo que es común hoy en día es la utilización
de trampas para animales de monte y pájaros en las rozas, pues estos son muy apetecidos
en la alimentación de los locales.
Los mayores wayuu cuentan que cuando una persona abusaba con la caza, le salía el
espíritu de los animales en fantasma. Esto nos habla de un control ecológico cultural en el
uso de los recursos y una relación con el mundo de los espíritus que permite un respeto
por el territorio y los seres que lo habitan.
en manos de pocas familias que tenían el control económico y social sobre aquellos que
no poseían animales. Debido a que el pastoreo era la principal fuente de sustento y de
prestigio, las personas que no tenían rebaños se convertían en dependientes de las
personas que sí los poseían» (Uribe y Arbeláez, 1996: como se citó en Cano et al., 2010).
Según Rivera (1991) tener una roza no era tan prestigioso como tener ganado, pero la
abundancia de productos agrícolas permitía realizar intercambios con las familias
poderosas.
A partir de la primera mitad del siglo XX, con el desarrollo de la industria petrolera
venezolana en la región de Maracaibo, se produjo una altísima migración laboral forzada
por parte de los llamados reclutadores. Miembros de la comunidad wayuu eran reclutados
y enviados a Venezuela para reemplazar a los campesinos en las grandes haciendas, pues
las malas condiciones de trabajo y de calidad de vida obligaron a los trabajadores agrícolas
venezolanos a migrar a las ciudades para vincularse en la naciente industria petrolera.
fue una época de confusión para la nación wayuu, la plata enloqueció a mucha gente, sobre
todo a los jóvenes mestizos, los hijos de wayuu. Fue una época de muchas fiestas, había
mucho dinero, mucho lujo, mucha fantasía; los wayuu veían cosas increíbles. Este abrupto
cambio se expresa popularmente diciendo que muchos wayuu “pasaron del burro a la
ranger (camionetas Ford de lujo) sin pasar por la bicicleta” (Villalba, 2008: 58 como se citó
en Cano et al., 2010).
La apertura económica de los primeros años de la década de los noventa afectó de manera
sustancial el comercio ilegal. El gobierno desarrolló nuevas políticas tendientes a legalizar
las mercancías y el comercio ilegal. Los licores, cigarrillos y electrodomésticos se podían
conseguir a precios iguales o incluso menores en los mercados del interior del país. En la
región de Maicao se pasó a contrabandear alimentos y gasolina que entraban o salían del
país de acuerdo con la fluctuación de su precio en Colombia y Venezuela. Al desaparecer
la mayoría de mercancías ilegales, algunas redes de contrabandistas wayuu volcaron su
actividad comercial hacía el narcotráfico, ya no de marihuana, sino de cocaína y heroína.
Por su parte, el uso de las artesanías como fuente de sustento es de unos pocos años
atrás, esta práctica era exclusiva de la vida familiar, en las distintas actividades de la vida
diaria o para el intercambio entre familias. Los tejidos, especialmente las mochilas y los
chinchorros por su calidad y diseños llamativos, han hecho parte de mercados
internacionales relacionados con la moda. Entre las modificaciones a los tejidos de
consumo local está la introducción de símbolos de empresas multinacionales, nacionales
o venezolanas como: Polar, Águila, Tommy Hilfiger, Nike, Adidas, entre otros. Y para los
consumidores colombianos, nuevos diseños de flores, plantas y animales, mientras
conservan algunos diseños tradicionales para el mercado internacional. La transformación
de esta actividad es una muestra de cómo los wayuu reconfiguran su cultura cada vez que
establecen voluntaria o forzosamente nuevas relaciones con los alijunas (Cano et al.,
2010).
han sido una comunidad autosuficiente en términos alimenticios, su historia está marcada
por periodos de hambruna y escasez que los han obligado a realizar actividades muy
variadas para obtener dinero y así comprar alimentos.
En cualquier momento, un individuo wayuu puede trabajar como chofer asalariado en una
de las empresas que incursionan en el territorio, simultáneamente puede vender sus
artesanías o comerciar otros productos legales o ilegales, sin embargo, siempre pastorea,
recolecta y siembra su roza. Igualmente, aun cuando viva en Maracaibo o en cualquier otro
lugar del mundo, siempre sabe que regresará a su territorio porque sus restos deben
reposar en el cementerio de su woumain para poder emprender el camino de los indios
muertos (Cano et al., 2010 p.45).
A esta larga lista de actividades se suma también el turismo, que es mucho más reciente
pero en pocos años se convirtió en un importante ingreso para varios miembros de la
comunidad wayuu. Las áreas costeras y áreas protegidas por el Estado son las más
visitadas, sin embargo hoy por hoy, en tiempos de pandemia quienes dedicaban su vida al
turismo han tenido que volcarse a otras actividades para conseguir ingresos.
Ese es uno de los aspectos más sorprendentes de la cultura wayuu, su gran capacidad
para asimilar, articular e integrar actividades y recursos, propios o ajenos, manteniendo
unos sólidos fundamentos culturales dentro y fuera del territorio tradiciona
4. Capítulo 4 Prácticas culturales agrícolas
La Alta Guajira es la región más seca y de clima más árido del país. La precipitación anual
varía desde cerca de 1.000 mm anuales en Carraipía, en la parte sur, hasta un poco menos
de 180 mm anuales en Bahía Honda y en Uribia, en la Media Guajira, con cerca de 300
mm anuales. La evotranspiración potencial varía dese cerca de 1.700 mm hasta más de
2.000 mm anuales para estos mismos sitios, lo cual indica la gran deficiencia hídrica de la
región.
Mas del 60 por ciento de las lluvias cae durante los meses de septiembre, octubre y
noviembre, el principal y a veces único periodo lluvioso. Alrededor de abril y mayo se sitúa
un segundo periodo de lluvias, mucho menos importante que el anterior, lluvias que caen
en forma de aguaceros, entre 50 y más de 100 mm en unas pocas horas, en contraste con
periodos de sequía de más de seis meses. Lo anterior se manifiesta en la estructura y
periodicidad de la cobertura vegetal durante la mayor parte del año en la Baja Guajira y
durante todo el año en la Alta Guajira, donde el suelo puede quedar en su mayor parte al
descubierto y desprotegido frente a los aguaceros.
El piso térmico es cálido, su altura varía desde los 0 hasta casi 1.000 metros sobre el nivel
del mar en la Serranía de La Makuira. Los meses más cálidos para la Media y Alta Guajira
son junio, julio, agosto y septiembre con una temperatura máxima mensual multianual de
38.6○C; y los meses más frescos son diciembre, enero, febrero y marzo con una
temperatura mínima mensual multianual de 19,4○C. La temperatura media mensual
multianual es de 28,5○C .
En estas condiciones existe una escrupulosa observación del clima y en especial del
régimen de lluvias. No obstante, las personas entrevistadas en la investigación de Cano et
al. (2010) reportan que existen marcadas variaciones en pluviosidad de un año a otro,
pasando por épocas de sequía que llegan a imposibilitar en algunos casos el trabajo
hortícola. En palabras de los entrevistados “el tiempo se ha desordenado” haciendo
Capítulo 4 55
Además del calendario, existen una serie de bioindicadores o referentes naturales para
leer el clima y pronosticar si se puede contar con buenas lluvias para el cultivo. Así durante
iiwa (primavera), el canto del alcaraván indica que va a haber buena lluvia, igualmente
pasa con el búho monkoloset y con la paloma wawache.
...las golondrinas del mar salen bastante de la playa para afuera, eso es para agua..., y si
por ejemplo estamos aquí y por la ceja del monte o la orilla de la playa hay un relámpago,
lejos pa’lla arriba, ya uno sabe que eso es para lluvia. De igual manera se observa la
posición de la luna y cuando ésta se encuentra bien inclinada quiere decir que la lluvia va a
ser abundante. La luna indica la llegada de las lluvias cuando está bien sentada. Las lluvias
están lejanas cuando la luna está como acostada (Cano et al., 2010).
Así mismo hay aves que avisan cuando se deben sembrar ciertas especies, como por
ejemplo el Cariet, que avisa cuándo sembrar kanewa (mamón). Las plantas constituyen
también importantes bioindicadores. Por ejemplo, la cresta de gallo indica si viene o no un
verano largo. Si lloran (botan agua) quiere decir que viene un verano, si no botan tanta
espuma no va a haber verano. En la región de Nazareth en La Makuira, en donde los
vientos alisios traen nubes que se descargan sobre la serranía, algunas personas
pronostican las lluvias por la forma y la altura en la que se encuentran las nubes. Para los
agricultores de esta zona no todas las lluvias son benéficas; las lluvias iichi que caen en
diciembre, dicen algunas personas, pudren cualquier cosa, las hojas de los árboles y
muchos arbustos. Las lloviznas que caen al final del periodo de juya se dice que dañan los
cultivos de maíz. Sin embargo, por lo general las lluvias se asocian a las épocas de
abundancia y a la agricultura, mientras que los veranos y los vientos son indicativos de
periodos de escasez y de hambre (Cano et al., 2010).
56 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Las rozas se siembran durante las dos estaciones de lluvia, juya e iiwa. Algunos de los
cultivos que se siembran en juya no se pueden sembrar en iiwa, ya que este último período
de lluvias es más corto y algunos cultivos no alcanzan a crecer y madurar. En cambio, este
período es ideal para aquellos cultivos sensibles al exceso de agua, como es el caso del
melón y la patilla que en época de juya se siembran hacia el final de la temporada, cuando
los cultivadores prevén que no va a llover mucho. Algunas de las variedades vegetales
para las distintas estaciones también corresponden a semillas que se usan para las
diferentes épocas de siembra que los wayuu han conservado y desarrollado durante su
larga historia en la península y que clasifican en dos categorías: pejetch y wutsü. La
palabra pejetch significa cercano o pequeño, las semillas de este tipo tienen un tiempo de
germinación y cosecha bastante corto, tardan entre 30 y 40 días en dar los frutos, necesitan
poca cantidad de agua y por esto son las más apropiadas para sembrar en la primavera.
Las semillas wutsü necesitan más agua y tardan entre 2 y 3 meses para dar las cosechas.
Su rendimiento equivale aproximadamente al triple de el de las semillas pejetch, pero las
probabilidades de que se pierdan por falta de lluvias son mucho mayores (Rivera, 1985
como se citó en Cano et al., 2010).
Capítulo 4 57
En iiwa se siembra la patilla, que crece rápidamente y se puede cosechar a los dos meses,
así como las variedades tempraneras de maíz y fríjol, a las que se le denomina también
cuarentenas porque producen frutos en cuarenta días. Juya, en cambio, es una época
especial para sembrar cultivos con las variedades wutsü de maíz, millo y ahuyama, los
cuales necesitan buena cantidad de agua para no quemarse o ser destruidos por los
gusanos. Estos cultivos requieren mayor tiempo para su crecimiento y maduración y se
cosechan a los cuatro o cinco meses (Cano et Al., 2010). En el Cabo de la Vela varias de
las personas entrevistadas por Cano et Al., señalaron que, si bien anteriormente
respetaban las diferentes épocas de siembra, hoy en día si llega a llover, siembran todo lo
que puedan “para ver si logran sacar algo”, prefieren arriesgarse a perder la cosecha que
dejar pasar la oportunidad que ofrece la lluvia.
Los diferentes microclimas tienen influencia directa sobre el tipo de rozas tradicionales que
existen en la península, el factor más determinante es la diversidad de agua. La más
común de los tipos de roza es la llamada «de invierno», cuya producción agrícola se activa
solamente en tiempos de lluvia.
El segundo tipo de roza es la que se conoce como roza «de arroyo», estos huertos se
establecen dentro del cauce de los arroyos que se forman cuando llueve, pero que no son
58 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
permanentes. En estos huertos es común encontrar pozos de agua para regar la roza en
tiempos de verano. Durante los meses de invierno estas rozas permanecen activas, sin
embargo, están expuestas al peligro de perder la cosecha por las crecientes de los arroyos
y generan mucho trabajo adicional cuando la fuerza de las aguas destruye los cercados
(Cano et al., 2010).
En su investigación, Cano et Al. encontraron una gran diferencia en el tamaño de las rozas,
siendo las más grandes las rozas de arroyo semipermanente. La gran mayoría de las rozas
estudiadas se encuentran cercadas con un tejido de madera de trupillo (ai’pia) muy tupido
que impide la entrada de animales. Existen igualmente cercas de otro tipo de maderas
como puler, kurala y caraño. Los cercados de cardón (yosü) son comunes en las rozas de
la Serranía de Jaa’lala y en las costas. Existen unas pocas rozas donde los wayuu más
pudientes han introducido el alambre para cercar, sin embargo, por los altos costos que
les implica esta práctica, no se ha extendido en la Alta Guajira, aunque es cada vez más
común en la Media y Baja Guajira (Cano et al., 2010).
A la hora de escoger un sitio para la roza (apain o yüja), es necesario pedir consejo y
autorización a los mayores, portadores del conocimiento de los mensajes de los sueños,
de las características de los buenos suelos y de la historia de los lugares. La escogencia
del lugar dependerá de que se haya sembrado ahí anteriormente, de la calidad del suelo,
de lo que dicten los sueños y del acceso al agua, de esto último dependerá la mano de
obra requerida para cuidar la roza en distintas épocas del año, pues un lugar sin agua
demanda considerables tiempos de desplazamiento.
Capítulo 4 59
Los wayuu han construido un complejo sistema de claves oníricas que les permite
interpretar los mensajes que les dictan los sueños y generar pautas para su actuar en el
mundo. Los sueños, que son interpretados por los mayores y en algunos casos por las
outsü o piaches (chamanes), pueden indicar no sólo el lugar de la siembra sino también
los alimentos a sembrar y el resultado de la cosecha.
Cano, van der Hammen y Albornoz realizaron una clasificación de suelos de acuerdo con
su aptitud agrícola.
Hay varios tipos de tierra para rozas. Una de tierra dura llamada shimai que no sirve para
sembrar, otra de tierra dura y fuerte llamada tai y otra de tierra fuerte y blanda llamada jasau
que es la mejor para la siembra. La tierra buena para sembrar recibe varios nombres: en
las tierras de la serranía se escoge la tierra floja que recibe el nombre de ureshi y en las
partes bajas se escoge la tierra suelta que recibe el nombre de anoii (Cano et al., 2010
p.57).
La topografía también incide en la escogencia del lugar de siembra, por ejemplo, los
terrenos ondulados donde se estanca el agua son buenos para sembrar. Como un
indicador de calidad del suelo, también se fijan en la presencia de ciertos arbustos y pastos.
60 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Algunas personas utilizan los antiguos corrales de los animales para sembrar, sin embargo,
esperan por lo menos tres años antes de usarlos para evitar que los cultivos se quemen.
La investigación de Cano, van der Hammen y Albornoz (2010) reportó una práctica en la
zona de Kasishi que consiste en establecer una pequeña roza detrás de un corral de chivos
u ovejas, de tal manera que el abono de estiércol alcance a llegar a la roza. Así mismo, el
estudio también reporta que una de las rozas sobre arroyo de invierno estaba localizada
aguas debajo de un corral para los animales, de tal manera que, cuando llueve, el agua
pasa primero por el corral arrastrando materia orgánica que llegará posteriormente a la
roza. En estas rozas es necesario construir y mantener canales de riego que exigen una
limpieza periódica.
La elección del lugar para la roza es una tarea masculina, durante el recorrido que realiza
el hombre cuando pastorea reconoce las características del terreno, siguiendo las
indicaciones de sus sueños o de los miembros de la familia, los rasgos de los suelos o la
historia de los lugares. Hoy en día, la mayoría de las personas construye su roza cerca a
su casa con el fin de facilitar el transporte de la cosecha y para poder espantar a animales
y ladrones.
La preparación de la tierra y el abono se realiza una vez escogido el terreno, los hombres
construyen el cercado, o en caso de sembrar en una roza ya existente, reparan las cercas
para proteger la siembra de los rebaños que andan sueltos. Esta tarea se realiza
preferiblemente en yanama, un trabajo colectivo al cual se invita a participar a los parientes
uterinos que viven cerca y se les ofrece ishiruna (chicha fermentada), y en ocasiones carne
de chivo y otras comidas preparadas por las mujeres. La siguiente tarea consiste en el
arado y limpieza del terreno. Esta tarea se conoce con el nombre de ajaarala, se realiza
con un palo, un machete o una pala larga para arrancar las hierbas, que por lo general las
mujeres van amontonando a lo largo de toda la roza (esta práctica de amontonamiento se
denomina ajalaa). En algunos casos los montículos de hierba se queman para abonar la
tierra, siendo ésta, al parecer la única técnica de abono que utilizan exceptuando el uso -
en algunos casos- de la boñiga de los animales. En las rozas sobre arroyo, la hierba se
utiliza para canalizar y almacenar el agua. Durante esta labor se revuelve bien la tierra
para aumentar su capacidad de absorber el agua; cuando no se realiza este paso, el agua
en la roza se estanca y eso daña los cultivos (Cano et Al, 2010).
Capítulo 4 61
Las rozas se preparan para las primeras lluvias, ya sea de iiwa o de yuja. La limpieza se
considera importante para evitar que se presenten plagas en la roza cuando se siembra.
Sólo en el caso de que la siembra se realice en un lugar por primera vez, no se puede
limpiar la tierra (Cano et Al, 2010).
Los antiguos tenían un sistema de riego a través de surcos pequeños. Éste consistía en
que abrían un hueco grande en la tierra que llenaban con agua del arroyo y a partir de ese
hueco hacían pequeños canales por donde escurría el agua y sobre la tierra, entre los
canales, sembraban sus productos. Estas rozas con riego llevan el nombre de apalaajia.
Uluwa’a quiere decir canal. A la zanja le dan el nombre de kaala. Estas zanjas se usaban
para tiempos de verano. En tiempo de invierno las zanjas eran cerradas; pero ya la gente
es muy floja y no hace esto (Cano et Al, 2010 pág. 59).
Con las primeras lluvias se alista la roza y se inicia el proceso de la siembra. En primer
lugar, se preparan las semillas que las mujeres han cuidado, se sacan al sol y se arreglan.
En los casos del fríjol, el maíz y el millo, las semillas se dejan en remojo en una totuma con
agua limpia durante una noche, esto con el fin de que germinen más rápidamente, y son
sembradas al día siguiente. Las demás semillas no se pueden remojar. Para la siembra,
que recibe el nombre de apunajaa, también se puede organizar un yanama. Para la
comunidad es recomendable alternar los cultivos: si se sembró maíz, después sembrar
fríjol y así, ya que esto oxigena la tierra. Además, cada planta se siembra aparte o sino se
daña; de igual manera se recomienda cambiar el lugar de la siembra cada dos años para
que la tierra no se canse.
Para sembrar la yuca hay que decir que sea como la vaca, al poner el palo hay que decir
que sea como la vaca amamantando a sus hijos; los viejos, al decir eso, entierran el palo
de la yuca. Al fríjol le dicen que debe tener muchos hijos como la muria. Y a la patilla hay
que decirle que sean como cuñadas, como muchos no quieren a la cuñada, de esta manera
las matas no se van a entrelazar sino que crecen bien separadas (Cano et Al, 2010 pág 60).
62 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Existen reglas en cada una de las etapas del manejo de la roza. Los wayuu consideran
favorable que una mujer embarazada o un niño manipulen las semillas y las siembren,
pues ellos tienen una energía benéfica para las plantas. Las mujeres que hayan sacado
restos mortuorios tienen prohibido el ingreso a la roza porque están pülasü, contaminadas
con la muerte. Tampoco pueden acercarse las mujeres recién paridas o que tengan la
menstruación, estas últimas pueden tener un efecto negativo sobre las plantas debido a la
fuerte energía que generan sobre el cultivo, se considera que este puede no desarrollarse
normalmente o marchitarse (Cano et Al, 2010).
Antes de cosechar es necesario limpiar la roza tres veces. La primera limpieza como ya se
mencionó anteriormente para preparar la tierra; la segunda, denominada ousa’a, cuando
la plántula alcanza los 20 cm; y la última, denominada apokoloojo, inmediatamente antes
de que la plántula dé fruto. En el caso de que no llueva o se hayan sembrado plantas
medicinales o frutales que requieren abundante agua, es importante regar las plantas.
Existen diferentes animales que si no son controlados adecuadamente se pueden convertir
en plagas.
Las rozas tienen varios enemigos así: la patilla y el melón son atacados por los zorros, el
mapurito y los perros que se comen los frutos, y se combaten con trampas. Los fríjoles son
atacados por pájaros, especialmente el cardenal y la perdiz, y se combaten con banderas
rojas o blancas dispuestas dentro de la roza y con los niños que los dispersan con sus
caucheras. El maíz también es atacado por los pájaros, especialmente por los loros y los
periquitos, y se combaten igual que se hace con los pájaros que atacan el fríjol. El millo es
atacado especialmente por los canarios, y para combatirlos igual se usan las banderas y a
los niños. Las hormigas atacan todos los cultivos y motilan las plantas. No se puede dejar
que motilen la planta dos veces porque se mueren. Los gusanos y los piojitos también
atacan las plantas (Cano et Al, 2010 pág. 61).
Las personas entrevistadas reportan que para evitar que los gusanos, las hormigas, y el
gorgojo de la paja alcancen a coger fuerza es muy importante mantener desyerbada la
roza. Los gusanos son una de las plagas de mayor impacto, pues se dice que no dejan
crecer las plantas. Anteriormente se hacían una zanja alrededor de la roza, en la que caían
los gusanos, que luego eran recogidos y quemados para espantar las plagas; algunas
personas recomiendan quemarlos con sal para que reboten y se alejen del cultivo; otras
Capítulo 4 63
Para el control de las hormigas, esparcen ceniza de leña y prenden fuego en el camino
que estas usan hasta que cambian de ruta. El zorro, el mapurito y los perros se comen las
patillas y los melones, es por esto por lo que se les pone una trampa en el camino que
suelen frecuentar, pues estos animales siguen siempre el mismo camino. A esta trampa
se le denomina auliya. A los pájaros se les espanta poniendo dentro de la roza trapos rojos
o blancos, o con una cauchera, tarea que realizan los niños, especialmente cuando hay
cosecha de fríjol, millo y maíz (Cano et Al, 2010).
A los pájaros además se les hacen trampas en el suelo: se ubican unos palitos en forma
de pirámide y se les pone comida adentro, y una vez los atrapan, los preparan y se los
comen, especialmente a las perdices y codornices. Otros pájaros mencionados por
representar una amenaza para los cultivos son: cardenal, loros, periquitos y canarios.
Existe una práctica para controlar la cantidad de pájaros que sólo se reportó en La Makuira,
en la que se utiliza el veneno de la yuca brava en el agua que se les pone para beber.
Algunos pocos entrevistados mencionan que utilizan insecticidas químicos como el Aldrin
y Lannate, en las primeras fases de crecimiento de las plantas.
Las revelaciones de los sueños son relevantes a lo largo de todas las fases agrícolas. El
momento más propicio para la cosecha, ashana’a en wayuunaiki, es durante luna nueva o
puyushoulu, que quiere decir oscuridad, para que no le entre el gorgojo.
La cosecha es en primer lugar para el consumo del apüshii, pero se utiliza también para
cuando alguien solicita un intercambio de productos, especialmente cuando sus productos
son solicitados por alguien proveniente de otra zona geográfica.
Las mujeres son las responsables de la conservación de las semillas, ellas se ocupan de
garantizar la selección de las mejores semillas en cada cosecha para la futura siembra, y
las cuidan con el mayor celo. Estas semillas normalmente no son intercambiadas con
personas ajenas a la comunidad. Esta práctica es fundamental para la conservación del
germoplasma, teniendo en cuenta que pueden pasar largos periodos entre una estación
lluviosa y otra. Antes de repartir la cosecha, se seleccionan las mejores semillas entre los
miembros del apüshii, teniendo en cuenta factores como el tamaño de los frutos, la
producción de vainas en leguminosas y la brillantez y el color de los frutos en el caso del
maíz, el millo, la ahuyama, la patilla, el melón y la yuca, entre otros.
«En general, la cocina es un espacio muy importante para nosotros porque allí se
transforman los alimentos. Aunque cocinar no es una labor propia del hombre wayuu, en
gran medida contribuimos, pues realizamos las construcciones del espacio para cocinar
(kusinapii)» (Ministerio de Cultura, 2014, pág. 36). El hombre wayuu es el encargado de
cortar las maderas del yotojoro (corazón seco del cactus) con el que se teje el techo y se
forman las paredes de la cocina, de igual manera le corresponde tallar o labrar troncos
para soportar los molinos, elaborar trojas, bancos y cucharas de madera; tejer los manai
(cedazos para cernir harina de yuca y maíz); trabajar la aliita (totumo) para sacar las iita
(totumos para beber) y los jupüin (calabazo) en donde se almacena el agua, la chicha y el
yootshi (bebida fermentada a base de panela). Así mismo se encargan de recolectar las
cosechas, cazar y sacrificar los animales para el consumo.
He vuelto a casa de mi madre y a su fogón; allí he afirmado esa fascinación por la cocina y
confirmado la fuerza de atracción ejercida por un fogón encendido, en donde se siguen
reuniendo los mayores a dar consejos y a cuidar las llamas, pues según nuestras creencias,
si estas se mantienen largas así será también la vida de los hijos de la casa, pero si hay
mucho humo y los leños se apagan con facilidad, la existencia se hace corta y desdichada
(Ministerio de Cultura, 2014, pág. 52).
En la cocina wayuu, todos los elementos del ambiente y los implementos de cocina
fabricados con recursos del territorio, juegan un papel importante como se ve en la receta
del Itujolu del libro Los frutos del desierto de Juya:
El Itujolu es una merienda o avío para las jornadas de pastoreo fuera de casa y los viajes
largos, contiene únicamente dos ingredientes: arena y maíz morado. La arena debe ser
del fondo del río y muy fina. Se prepara con un mezclador de una rama de totumo
preferiblemente, no se puede hacer con cualquier árbol porque algunos resultan amargos
y le pueden cambiar el sabor al maíz.
Se pone a calentar la arena húmeda del lecho del río en un caldero y se revuelve
constantemente. La arena ayuda a cocinar bien el maíz; si no se utiliza, el maíz se quema
por fuera, y dentro permanece crudo. Cuando la arena está seca se recoge en un manai
(colador de totumo) y se cuela sobre el mismo caldero, con el fin de sacarle piedras. El maíz
se adiciona al caldero cuando la arena está bien caliente y no mojada. Se debe echar
cuando la arena esté bien seca, para que no se pegue el maíz [...] no se demora ni dos
minutos, empieza a explotar. Después que esté bien tostadito uno lo saca y lo cuela sobre
un trapo. Si el trapo es rojo mejor, porque protege a los niños y no les hace daño. El color
rojo protege de las malas energías. En el trapo le da un masaje para que vaya botando lo
que nosotros decimos afrecho. Porque al tostarlo él se levanta con lo caliente y se quema»
(Ministerio de Cultura, 2014, pág, 51).
Las consideraciones que existen sobre los implementos de cocina que hacen parte de la
cultura material del pueblo wayuu, así como de los cuidados energéticos que sobre el
alimento se tienen, son el reflejo de la forma que tiene la cultura wayuu para reproducir sus
códigos morales. Por ejemplo, para la preparación del yajaushi, que es una mazamorra
espesa de maíz, leche y sal, con la cual los wayuu suelen iniciar sus jornadas, se emplea
un colador llamado asatia, elaborado tradicionalmente con la concha del coco o con el fruto
Capítulo 4 69
del totumo, y se cree que nunca se debe comer de él directamente, pues a la persona todo
se le colará de la lengua y se volverá chismoso (Ministerio de Cultura, 2014).
De igual manera, las formas de alimentación pueden tener algún tipo de prescripción, por
ejemplo cuando una mujer se encuentra en estado de embarazo, y al momento del parto,
se abstiene de comer los alimentos fríos, pues podrían producirle daño a ella y su bebé.
Los alimentos calientes son considerados beneficiosos para el reacomodamiento
fisiológico y la producción de leche materna. Tradicionalmente en el nacimiento, la madre
sólo consume alimentos calientes, toma plantas medicinales y entierra la placenta junto al
kalapira10, lo que significa que el valor de la vida, la historia, la cotidianidad y el origen del
ser wayuu, se referencian en su territorio y en su entorno (FAO & DPS, 2015).
Los indígenas wayuu, por ejemplo, suelen establecer equivalencias entre seres de tierra y
de mar. Por su sabor están vinculados camarones y ovejas, los cuales son percibidos
colectivamente dado que su sabor no cambia significativamente de un individuo a otro de
la misma especie, como sí ocurre con los pargos y cabras cuyo sabor dependerá de las
condiciones intrínsecas de los individuos, como son el ambiente en donde habitan, el
tamaño, el sexo y la edad. Las langostas son asociadas a gallinas del mar, las tortugas
marinas a vacas, los pargos a cabras y los pulpos se consideran monos del mar (Guerra
Curvelo, 2013 pág. 625).
Existe una distinción marcada entre animales simaluuna, salvajes o silvestres, algunos de
los cuales pueden servir como alimentos, y animales mürüt, domésticos o domesticados.
La mayor parte de los animales considerados mürüt añaden a su valoración como alimento
la condición de poder ser entregados como elementos del conjunto material en las
10
Estructura que sostiene el techo de la casa.
70 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Las creencias en el más allá y en los espíritus de los muertos ejercen una gran influencia
sobre la vida wayuu. La muerte en sí, tiene una relación directa en su economía, pues todo
lo que en vida han trabajado, incluidos los animales que han acumulado, son para el día
de su velorio. Cuando un wayuu muere, emprende un viaje hacia otra vida, hacia una
existencia como yoluja, como espíritu, y su rebaño lo acompañará en ese viaje, cuyo primer
destino es Jepira, lugar en la Alta Guajira donde se reúnen las almas de los muertos, es el
lugar donde se encuentran con su familia que ya ha fallecido, al igual que con los animales.
El alapajaa, o ritual funerario, es una celebración donde se combina el llanto y la repartición
de alimentos y bebidas, se considera que los asistentes deben consumir todos los animales
que pertenecían al difunto, para que así renazcan con él en Jepira, donde serán su
sustento. Adicionalmente, los parientes depositan al lado de la urna, provisiones
alimenticias para el viaje que se emprende hacia otra vida.
En el velorio wayuu no puede haber hambre, los yolujas se enojarían, pues es sinónimo
de pobreza y eso es muy ofensivo para los wayuu, que creen que los espíritus de los
muertos consumen la carne de los animales sacrificados a través del consumo que de esta
carne hacen los asistentes al velorio. El malestar que surge a partir de lo que los wayuu
consideran “un mal reparto de comida” en un velorio, sea porque consideran que es poca
o, en el peor de los casos, que no alcance, se generaliza y da a las anfitrionas la fama de
mezquinas y malas cocineras y ello afecta a las mujeres del clan anfitrión, a quienes se
valora moral y socialmente y se critica sus prácticas culinarias (Nájera & Lozano, 2012).
Cuando termina su paso por Jepira, ingresa al estatuto de muerto antiguo, y regresa a la
tierra en forma de lluvia o de wanulü, ser mitológico asociado a los principios de muerte y
enfermedad y a la caza y provisión de animales (Perrin, 1980: 198-199, como se citó en
Capítulo 4 71
Nájera & Lozano, 2012). Tras el fallecimiento de un individuo se celebra un primer entierro
y ritual fúnebre. Después de algunos años, un familiar voluntario (generalmente una mujer)
exhuma el cadáver, acción que los wayuu denominan anajanaa11, para el segundo velorio
y entierro. Se prepara con varios meses de anticipación y se invita a familiares y amigos
(Nájera & Lozano, 2012).
Según el antropólogo Weildler Guerra, cuando se le pregunta a un wayuu “¿de qué clan
eres?”, literalmente se le está preguntando “¿de qué carne eres?”, ya que en la lengua
indígena la palabra clan, eirukü, se traduce en carne. En la procreación, la mujer wayuu es
la que aporta la carne, y una sangre pasiva, ashâ12; el hombre por su parte, aporta el
semen, un tipo de sangre activa, awasain, la cual fecunda la sangre pasiva de la mujer y
da origen al niño.
La “curación de la carne” –en el sentido del proceso culinario que al salarla o ahumarla la
transforma para que pierda su humedad y se conserve por mucho tiempo–, en el segundo
velorio y entierro, funciona como metáfora de la curación de la carne de los vivos con el
consumo de la carne curada como alimento, y la curación de la carne del cuerpo social, el
clan, el eirukü, a partir del reparto de esa misma carne, que se traducen finalmente en
prácticas culturales que ayudan de manera simbólica a conjurar la destrucción de la carne
corporal y a reafirmar y perpetuar la vida social de esta etnia (Nájera & Lozano, 2012 p.246).
Si bien algunos wayuu son pastores, aún teniendo una cantidad considerable de ganado,
no consumen su carne, ya que les permite proveerse de otros productos alimenticios, como
11
Referente a acomodar, poner en orden.
12
Termino utilizado en la lengua para designar de forma general a la sangre, y a su vez una de sus
categorías, la pasiva aportada por la mujer en la procreación.
72 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Los rebaños actúan como un banco, una cuenta de ahorros de los wayuu. Por eso un wayuu
no acaba su rebaño. Decía Michel Perrin que el rebaño es la imagen de la familia y la familia es
la imagen del rebaño, como esté tu rebaño está tu posición social; por lo tanto, cuando llega
una visita de alto rango se sacrifica un chivo. Esto se hace en los eventos sociales más
importantes de los wayuu, que son tres: funerales, disputas y matrimonio (Entrevista con
Weildler Guerra, antropólogo wayuu. Riohacha, enero de 2008 como se citó en Nájera &
Lozano, 2012).
5. El gran ritual agrícola
Durante la investigación de Cano et Al., quienes financiaban el estudio: La Fundación
Tropenbos Internacional Colombia, el Parque Nacional Natural Makuira y el Instituto
Alexander Von Humboldt, decidieron convocar a esta práctica ritual olvidada, el siguiente
capítulo es un resumen de los hallazgos encontrados durante este ejercicio.
Los rituales constituyen una de las maneras más importantes y efectivas para la
transmisión de conocimiento tradicional entre las generaciones. La agricultura entre los
wayuu está siempre acompañada de diversos rituales que han permitido perpetuar el
pensamiento ancestral de la cultura. Los yanamas o encuentros de trabajo comunitario que
se pueden realizar a todo lo largo del ciclo productivo de la producción agrícola, son
momentos claves de socialización en los cuales se comparten las historias ancestrales y
los cantos jayechii. Sin embargo, estos espacios narrativos se han ido perdiendo y han
sido poco a poco desplazados de los yanamas.
Uno de los rituales más importante para los agricultores, es el que llama a la lluvia. Se
realiza un baile de yonna cuando un sueño lo indica, para atraer a juya, la lluvia. Igual de
importante, aunque prácticamente olvidado, es el Juego de la Cabrita o ka’ulayawaa, kaula
(cabra) yawa (imitar). «Este ritual es una ceremonia compleja en la que se expresan
múltiples dimensiones de la vida social, económica, ecológica y cultural del pueblo wayuu
y que, en términos generales, están asociadas a la fertilidad de la tierra, de la naturaleza y
de los seres humanos» (Cano et Al, 2010 pág. 92).
El ka’ulayawaa es una ceremonia al padre espiritual Juyakai para el envío de las aguas
lluvia, para la fertilidad del suelo, y la producción de alimentos a través del trabajo agrícola,
de la recolección de frutos silvestres y del pastoreo, actividades que permiten la vida de
los wayuu en todas sus facetas. Es también un encuentro entre hombres y mujeres
jóvenes, quienes en medio del encuentro festivo de la danza y el juego, encuentran un
espacio para el florecimiento de relaciones afectivas y sexuales, y en consecuencia, la
fertilidad y la reproducción de los wayuu como pueblo.
[...] en la concepción de vida wayuu, Juya debe recorrer todo el territorio clanil o lo
que se conoce como “ii” que representa la vagina de la tierra, y obviamente la tierra
debe estar estática para recibir el semen de Juya, representado en gotas de agua
que caen al suelo. [...] Cuando éste visita a Mma para copular con ella, la fertiliza
74 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
en todo sentido, porque de ella no sólo nacen nuevas plantas sino que también
recoge agua en las hondadas para darle a tomar a todos sus hijos, a plantas,
humanos y animales, permitiéndoles vivir, y a estos últimos, procrearse; además
de darle alegría al wayuu, porque en una tierra semidesértica como es la península
de La Guajira, el agua es la principal fuente de vida y si hay agua, hay vida y alegría,
hay comida, hay también fertilidad. (UNICEF, Universidad de La Guajira, & ICBF
Regional Guajira, 2006).
El olvido de esta práctica se debe a diversas razones: el intenso verano que afectó a La
Guajira en los últimos años de la década del cincuenta, la migración laboral a Venezuela,
una fuerte guerra entre clanes, y la evangelización.
Hace más de cincuenta años que fue el último ka’ulayawaa. Los muchachos se
fueron a estudiar y después ya fueron olvidando y ahora les da pena [Héctor
Iipuana](Cano et Al, 2010 pág.94).
Sí, yo jugué en seis juegos de la Cabrita en diferentes sitios. Dos veces por aquí
cerca, otro por allá. En el año 1955 fue el último. [Machete Epieyuu] (Cano et Al,
2010 pág.94).
Los mayores wayuu afirman que el origen del rito se remonta al tiempo mítico que ellos
denominan Jumaiwa. A través del sueño se le transmitió al pueblo wayuu la tradición de
jugar y bailar el ka’ulayawaa con el fin de ofrecer un tributo a Juyakai por todos los
beneficios sociales, económicos y ecológicos que trae para ellos la presencia de las aguas
en su territorio.
Eso fue en Jumaiwa. Eso fue un sueño de los viejos de antes. Fue un sueño con
una pulowi hace muchos años, que dijo que hagan esa fiesta para que llueva así
continuamente; fue un sueño, un sueño de los viejos hace muchos años. [Machete
Epieyuu] (Cano et Al, 2010 pág.95).
Los viejos de antes, cuando eran wayuu todas las clases de los pájaros y los
animales eran gente, cuando el mundo era muy misterioso, nos dejó esto como
regalo. [Héctor Iipuana] (Cano et Al, 2010 pág.95).
Los mayores indican que el juego de la cabrita se convocaba con mayor frecuencia durante
la estación de la lluvia, denominada juyapü, haciendo referencia al padre espiritual de las
lluvias, y sólo cuando las lluvias en iiwa eran lo suficientemente abundantes, se citaban en
esta estación. La realización del ritual aseguraba que las lluvias volverían al territorio el
año siguiente. Los testimonios recogidos en la investigación de Cano et Al. coinciden en
Capítulo 5 75
que, desde el abandono del juego de La Cabrita han pasado muchos veranos, los ganados
se han mermado, y que en cada arroyo ya no existen tantas “medicinas” como el paleemas
(guaimaro), ni tantas frutas.
La llegada de las lluvias coincide con una de las épocas de entrada en celo de las cabras,
de aquí deriva el nombre de la ceremonia. En tiempos anteriores, también se asociaba con
la llegada de los monos araguatos y la época de abundancia de algunos especímenes de
plantas en el macizo de La Makuira.
El ka’ulayawaa debe contar con por lo menos dos cantores expertos en los cantos jayeechi
que son utilizados para dirigir y orientar el juego. El baile por lo general se extiende desde
el principio de las lluvias hasta la época de recolección de las cosechas. Cada noche se
va alargando la velada, hasta la última noche en la que se baila hasta el amanecer. En
tiempos pasados, el ka’ulayawaa se jugaba durante los cuatro meses que duraba el
invierno, a lo largo de las épocas de preparación, siembra, reparación y mantenimiento de
los cercados y recolección de las cosechas de las rozas. Además, su desarrollo debía estar
marcado por los diversos estadios de crecimiento de las plantas cultivadas. Cuando la
cosecha está lista, se recoge y se hace la ishiruna (chicha de maíz) para la fiesta (Cano et
Al, 2010).
El día del inicio del juego, el cantor de jayeechi reclama la presencia de la mujer espíritu.
Luego de invocarla, el cantor la atrapa envolviéndola bien en un bejuco, y este bejuco se
lleva al lugar de la ceremonia cada noche y así la mujer espíritu puede hablar a través de
los cantos de jayeechi, guiando de ese modo los bailes y juegos. La ceremonia empieza
con un brindis y unos hombres que imitan el comportamiento y el balido de los chivatos en
celo, acto que da origen al nombre de la ceremonia y que constituye el juego esencial del
ka’ulayawaa. Cada hombre que ingresa al pioi debe simular ser un chivato enamorado de
una chivata y cada mujer debe aceptar el juego del macho cabrío sin enfadarse. Este
canto-juego se repite cada una de las noches en que la ceremonia está en ejecución. El
primer día finaliza con una competencia de puntería masculina arrojando pedazos de
corazón de cactus (Cano et Al, 2010).
Uno de los retos del ritual era mantener contenta a la mujer espíritu, cumplir sus
condiciones y evitar que cualquiera de los participantes contravenga sus mandatos. Sin
embargo, los cambios que ha atravesado la comunidad wayuu, olvidando algunas de sus
prácticas ancestrales, se manifestó en la actitud de algunos jóvenes que asistían con burla
y desdeño a la celebración, lo cual obligó a los cantores de jayeechi y a los viejos
participantes a realizar un gran esfuerzo para que la juventud respetara las normas
ancestrales del juego.
El encuentro de las jóvenes parejas en el juego funciona por un lado para obtener mano
de obra colectiva masculina en los trabajos agrícolas de los padres y tíos de las jóvenes
enviadas al baile, pero también para propiciar el matrimonio o las relaciones sexuales, que
permiten la reproducción de la etnia.
Es muy raro que mi hija quede soltera después del juego, porque ya de tanto
abrazarla, de tanto estar en pareja, se enamora, ahora sí la tiene abrazadita y le va
haciendo las cosquillitas, abrazaditos desde las siete de la noche hasta las doce,
imagínese. Y él también haciendo como hace el chivo. Si uno está bien abrazado
Capítulo 5 77
Entre los cantos de jayeechi están los que evocan los atributos eróticos que tienen las
parejas que se aman, otros que propician la mirada sensual sobre el cuerpo de los
amantes, e incluso están los que hablan del intercambio de parejas para conocer el valor
del verdadero amor y el dolor que produce la indiferencia amorosa.
Cada noche del juego las parejas se llevan regalos, cada muchacha participante debe
llevar una comida preparada con productos de la huerta. La buena preparación de la
comida es valorada por los hombres y la destacan frente a sus familiares, saber sazonar y
cocinar es un atributo importante en una mujer wayuu. «Al momento de casarse las
personas siempre se fijan si eres tutsü, activa en la cocina, o shukulasü, floja, y de esa
manera el pretendiente se interesa en uno, de lo contrario dice nojotsu kasaa anakat apula
(no sabe hacer nada) y ahí puede variar la dote» (Ministerio de Cultura, 2014, pág. 44). Si
después de finalizado el juego las parejas que se han venido formando noche tras noche
(algunas se escogen antes del juego) desean continuar juntas, su familia realiza la
recolección de animales, dinero y objetos valiosos para pagar a los padres y tíos por la
sangre que la muchacha derramará en los partos. Sin embargo, si las parejas deciden
finalizar su relación amorosa una vez finalizado el ka’ulayawaa, basta con que
intercambien regalos y todo quedará en el pasado, incluso en caso de embarazo. Es la
única ocasión en la vida social del pueblo wayuu en que una situación de esta naturaleza
puede resolverse sin riesgo de guerra interclanil (Cano et Al, 2010), tal como ocurre en
muchas otras culturas, donde algunas reglas sociales se omiten en el marco de las
festividades.
Existen diferentes tipos de juegos llamados kaulas que evocan aspectos de la vida diaria
wayuu. La gran mayoría de kaulas en los que participan las mujeres, tratan aspectos
relacionados con la valoración social de las cualidades deseadas por el hombre wayuu en
su escogencia de compañera, mientras que los kaulas de fuerza, competencia y destreza
que son ejecutados por los hombres, evocan un ritual de cortejo que destaca cualidades
que los hombres deben poseer para ser buenos compañeros.
La función social del ka’ulayawaa para favorecer las relaciones entre los sexos ha pasado
a ser irrelevante, en tanto los jóvenes han encontrado nuevas formas de relacionarse en
la vida social. Sin embargo, quienes participaron de esta edición del juego, señalaron que
la ceremonia es esencial para la conservación cultural de los conocimientos y las prácticas
agrícolas ancestrales, y mostraron su interés en recuperar la memoria colectiva de esta
tradición (Cano et Al, 2010).
78 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
6. Resultados
El presente capítulo contiene la sistematización y análisis de la información recogida en
los instrumentos propuestos para esta investigación que se realizaron con el objetivo de
acercarnos a conceptos y nociones relacionadas con lo alimentario, las cuales puedan ser
útiles para establecer un diálogo intercultural, así como conocer los hitos sociales e
históricos que han incidido en el panorama de la SAN en La Guajira.
Entre los alimentos más consumidos por el pueblo wayuu se encuentran: el maíz (zea
mays), la auyama (cucurbita moschata), el fríjol guajiro (frijol kapeshuna en wayuunaiki), la
yuca (manihot esculenta), el melón (cucumis melo), el pescado (en zonas costeras), el
chivo, el arroz y la lenteja (lens culinaris). Se destaca el maíz como el principal alimento
por las diversas preparaciones que se pueden hacer con él, entre las que se encuentran:
80 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Cuando se indagó acerca de los platos típicos, los entrevistados mencionaron únicamente
el friche16, con bollo limpio y chicha. Este plato se prepara sobre todo cuando se celebran
los velorios, o en caso de recibir una visita, “en caso de reuniones o de alguna calamidad
ahí es cuando sacamos nosotros los animales" [hombre comunidad Majali, Manaure]. Es
costumbre también en los velorios que quien invita, ofrece a sus invitados un chivo para
que lo cocinen, sin embargo comentan los participantes, esta costumbre implica un gasto
significativo, por lo que sólo lo realizan quienes tienen la capacidad económica. Otros
platos que se consumen son: la sopa de fríjol con maíz molido; la auyama con leche; la
leche cuajada para hacer una especie de yogur; la sopa de carne seca y la carne cecina
(carne salada secada al sol por dos o tres días), la cual se conserva hasta por dos meses.
13
Bebida con base en el maíz y la leche de cabra. El maíz tierno se pone a cocinar con la leche de
cabra, quedando una bebida espesa que usualmente era consumida al recorrer largas travesías en
el territorio(DPS, 2015).
14
Alimento de origen indígena a base de masa de maíz, envuelto en hojas de mazorca, que se
cocina a fuego de leña (TORRENEGRA et al., 2013).
15
Bebida que se prepara preferiblemente con el maíz amarillo o el morado. El maíz fresco es
mascado por las mujeres, que luego lo ponen a fermentar en agua en vasijas de barro, la
fermentación es de un día para otro. Su sabor es fuerte y se caracteriza por tener un olor avinagrado
(DPS, 2015).
16
Plato tradicional que se prepara en fiestas especiales y en ocasiones rituales. La carne de chivo
se pone a sudar en agua y luego se fríe. Se acompaña con auyama, maíz, frijol guajiro o arepa
tradicional. Hoy se utiliza la pulpa del chivo y se frita en aceite vegetal, anteriormente se utilizaba la
sangre y las vísceras del chivo y se fritaba todo en el sebo (DPS, 2015).
Capítulo 6 81
17
Entrevista con miembros de equipo Yanama, octubre 2020
82 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
huerta, práctica documentada por algunos de los autores tenidos en cuenta en la revisión
documental.
La carne de los chivos hace parte de la dieta y es muy importante, sin embargo, la cría de
caprinos no es tanto para el consumo diario, sino que constituye su ahorro. La leche de
estos animales es consumida, pero sólo cuando el caprino ha bebido agua suficiente para
producirla, en algunos casos la leche que producen alcanza apenas para sus críos 18. La
tenencia de los animales es muy importante para aceitar todas las relaciones, para
solventar disputas y para repartir en los entierros, son una cuestión de prestigio. La
seguridad alimentaria también depende de esto, del prestigio que se tiene en la
comunidad19. La experiencia de Fundación Alpina es ilustrativa en este tema: “arrancamos
hace once años fortaleciendo la cadena ovino-caprina, como tema de SAN [...] el hato
ovino caprino es un bien de prestigio, entre más haya, pues eso denota mucho más
reconocimiento, entonces eso no funcionó muy bien”20.
“Ahí descubrimos que había que meterle un tema de agricultura, y le metimos huertas de
autoconsumo y un tema de comercialización de excedentes de las huertas de
autoconsumo, funcionó parcialmente porque si tu no generas una estrategia de generación
de ingresos a través de algún tipo de actividad comercial, no puedes mantener una huerta
que necesita semilla, abono, inversiones varias, si además les entregan pollos y gallinas
eso le pone una complicación adicional porque eso necesita concentrado, el costo de los
insumos en La Guajira es sumamente alto”20.
Al respecto, participantes del Proyecto Yanama manifiestan haber sacado provecho de las
tecnologías agrícolas que les fueron entregadas por un periodo de tiempo determinado, y
luego haber continuado con sus formas tradicionales de producción, “cuando nos
entregaron la huerta nos la entregaron con sistema de riego y ahí nos dieron capacitación,
nos entregaron las semillas, entonces ahí empezamos a sembrar, pepino, pimentón,
berenjena, patilla, ají, cilantro [...] de ahí nosotros no tuvimos necesidad de comprar en el
pueblo, y tuvimos un hidropónico, pero eso se nos dañó, fue en temporada de vendavales
[...] nosotros aprovechamos bastante, aprendimos bastante, y ahora se quitó eso y se
sembró como la huerta que la comunidad tenía anteriormente”[hombre comunidad Curarir,
Maicao]. Lo mismo ocurre en el caso de las gallinas ponedoras, los participantes del
proyecto manifiestan que son más productivas que las gallinas criollas y además sus
huevos no se dañan tan rápido, sin embargo, éstas tienen un ciclo de producción de 20
18
Entrevista con Marcia Chapetón, nutricionista dietista diciembre 2020
19
Entrevista con Maria Clara van der Hammen, antropóloga, noviembre 2020
20
Comunicación personal con Marta Lucia de la Cruz, coordinadora de Alianzas en Fundación
Alpina, 2020
Capítulo 6 83
Otras fuentes de proteína animal con las que cuentan las comunidades wayuu, son las
gallinas para quienes tienen cría, y algunos animales de caza como el conejo e iguanas,
esto en las zonas rurales, no en los centros poblados. Por su parte, quienes se encuentran
cerca al mar tienen la opción de la pesca. “Los que están en costa tienen mayor posibilidad
de proteína que los que están en sabana, pero también les faltan algunas cosas, el
pescado lo venden para conseguir otros productos”18. Quienes se encuentran cerca al río
Ranchería reportan que no les es posible pescar, pues desde que construyeron una
hidroeléctrica cerca, el río se seca muy rápido21.
En cuanto al acceso a los alimentos, los entrevistados reportan que aquellos que cuentan
con agua permanentemente por lo general tienen su roza, y quienes no siembran o sólo
siembran unas pocas cosas, consiguen el alimento en los mercados por medio de las
artesanías que venden. Todas las personas mencionan contar con tiendas en los
municipios más cercanos o dentro de las comunidades, donde consiguen alimentos no
perecederos como: aceite, azúcar, arroz, harina, entre otros.
Otra forma reportada para acceder al alimento es por medio del intercambio realizado con
las comunidades vecinas o con quienes tienen un empleo y no tienen tiempo de sembrar
o limpiar la tierra. En general las personas reportan realizar oficios varios para conseguir
su sustento, quien se dedica a la roza también puede dedicarse a las artesanías o puede
emplearse en alguna cabecera municipal "uno tiene que saber buscar" [mujer comunidad
Iyospa, Manaure haciendo referencia a las diferentes actividades económicas que realiza].
21
En el río Ranchería se inauguró en 2010 una represa con el objetivo de abastecer los acueductos
de ocho municipios y de habilitar unos distritos de riego de los ríos Ranchería y San Juan del Cesar
para unas 18 mil hectáreas de cultivo, en detrimento de las comunidades indígenas Wayúu ubicadas
fuera del área de irrigación de estos acueductos que ya venían sufriendo las consecuencias de la
sequía en la región (FAO & DPS, 2015).
84 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
Cuando se indagó acerca de lo que necesita la comunidad para vivir bien, la totalidad de
las comunidades participantes en los grupos focales estableció una relación directa entre
el bienestar y la buena salud, la cual a su vez, relacionaron con: el acceso a agua de
calidad; una adecuada alimentación; y en el caso de una de las comunidades, con la
higiene personal, de los niños y de la vivienda. En la mayoría de las comunidades tanto
hombres como mujeres relacionaron el bienestar con un estado de armonía, que se refleja
en las buenas relaciones interpersonales al interior del hogar y de la comunidad, y que se
da cuando cada uno cumple su rol y sus responsabilidades, los participantes destacaron
la importancia del trabajo en comunidad y de vivir unidos y ayudarse unos a otros. “Estar
bien y estar saludable abarca toda la tranquilidad de la comunidad, estar en armonía y en
paz y que tengamos cómo sostenernos y cómo ayudarnos entre sí” [mujer comunidad
Majali, Manaure]. En cuatro de las comunidades se menciona la importancia de que los
niños y niñas tengan una buena alimentación y educación. En menor medida, sólo en una
comunidad, se mencionan la tenencia de un empleo y de dinero “para poder alimentar la
familia, alimentarse bien y tener una estabilidad” [mujer comunidad Amuchen, Uribia].
Ante la pregunta de qué necesita el territorio para tener alimento suficiente y permanente,
la mayoría de participantes asocio la consecución del alimento a la llegada de proyectos
externos que puedan generar trabajo, y ayudarlos a producir alimento para autoconsumo
y para la venta, proveyendo de semillas y agua. “Primero que todo es el agua, después
que tengamos el agua podemos cultivar, y buen terreno y fortalecer más las huertas con
otras semillas para ver si es compatible con la tierra que tenemos” [mujer comunidad Jerjet,
Maicao]. Se hace una mención a la importancia de recibir capacitación en la agricultura
“porque nosotros estamos entrenados en el pastoreo, a través de las capacitaciones que
nos enseñen a tener cultivo en tiempos de sequía y así habría alimento todo el tiempo”
Capítulo 6 85
La solicitud de agua que realizan las comunidades no es menor si se considera que “si no
llueve no hay agricultura y los ovino caprinos sufren mucho, si se van a llevar huertas, es
necesario primero resolver el tema del agua de autoconsumo [...] no sigan implementando
huertas si no resuelven el problema para todo el año, 365 días de agua al año, claramente
es un desafío de innovación, hay que replantear el tema de los pozos profundos, en la
Guajira nadie sabe cuántos pozos hay, cuántos funcionan [...] de verdad es muy frustrante
para las comunidades que les monten huertas sin tener el tema del agua resuelto para
todo el año”20.
Un ejemplo de la frustración que puede generar el llevar el recurso del agua de manera
temporal, lo vemos en el siguiente testimonio, “ahora algunas instituciones están llevando
agua potable a algunas rancherías, pero como son proyectos puntuales, el recurso está
para dos o tres meses [...] las autoridades y las familias, muchas, no todas, decidieron no
recibirlo, porque ellos decían, le vamos a dar agua potable a nuestros hijos durante estos
dos meses y después vamos a volver al agua del jagüey, del pozo, contaminada, ya los
niños no la van a soportar, no la pueden resistir, les va a dar diarrea y se pueden morir, de
alguna manera tienen razón por una parte, porque su cuerpo tiene que adaptarse a lo que
hay constantemente [...], es importante la disponibilidad del agua para poder sembrar y
cultivar, pero también es importante tener acceso al agua como líquido vital, para el
consumo básico del día a día”18.
huerta. “Eso se acabó desde que no han hecho más la siembra”, “eso se ha perdido desde
que el Estado nos ha traído, por ejemplo, ICBF, acción social” [mujer comunidad Amuchen,
Uribia].
El abandono de la práctica agrícola en algunas comunidades, y con ella de los rituales que
tradicionalmente la acompañaban, se ha dado por múltiples razones que son expuestas
en la revisión documental de este texto. En este apartado resaltamos la penetración
religiosa, en especial la protestante, que ha sido muy alta en La Guajira y que preocupa
en tanto se ha traducido en la persecución de los chamanes22, por ser considerados
demoniacos por los wayuu convertidos23, y en el abandono de los rituales que llaman la
lluvia, por ser considerados supersticiones. Los chamanes han pasado, a los ojos de
algunos wayuu, a tener un rol antagónico, en oposición a los pastores, “son muchos
factores que a veces nos encontramos en las comunidades que nos afectan en la parte de
seguridad alimentaria y la parte de la persona como ser, hay muchas personas que se
aprovechan también, hay muchas comunidades cristianas que prefieren no comerse nada
para llevárselo al pastor y esto afecta su economía”17. Esto es relevante en términos de
seguridad alimentaria, en tanto las creencias y preferencias culturales son determinantes
en el acceso a los alimentos.
22
«Es el que sabe sentir y ver lo que afecta al cuerpo o espíritu, es quien recomienda el encierro y
quien maneja plantas medicinales y con ellas formula al paciente para curar la enfermedad y con
otras plantas medicinales sagradas, brinda el refrescamiento a la naturaleza y ofrenda a los
espíritus, para que él dé equilibrio entre la naturaleza y los Wayúu» (Resguardo de la Alta y Media
Guajira, 2013).
23
Entrevista con Weildler Guerra, antropólogo wayuu, enero 2021.
Capítulo 6 87
La mayoría de los participantes establecen una relación directa entre lo que necesita el
territorio para tener alimentos y los programas de asistencia alimentaria o de producción,
llevados por agentes externos, en su mayoría entidades públicas o no gubernamentales
“para estar bien la comunidad necesita muchas cosas como en ayudas” [hombre
comunidad Jerjet, Maicao]. En varias de las comunidades la respuesta fue un
agradecimiento al programa de la organización y a que les “pongan una huerta”. Son pocas
las intervenciones que hacen referencia a recursos propios del territorio, aunque sí las hay.
Las tendencias encontradas en estas respuestas sugieren que para el caso de estas
comunidades, la solución a su situación alimentaria no se encuentra dentro de la
comunidad sino fuera de ella. Esto llama la atención en lo que respecta a la pérdida de
conocimientos y material vegetal que puede darse en el mediano plazo por el desuso de
las prácticas agrícolas y la dependencia a ayudas externas. Un testimonio de la comunidad
Amuchen es ilustrativo en este respecto, “desde que el Estado nos ha traído, por ejemplo,
ICBF, acción social, nosotros nos hemos puesto flojos como el Estado nos está trayendo
todo, antes había un sueño y de pronto por medio de ese sueño uno decía va a llover,
ahora no, ahora nos da igual, más bien ahora nos da hasta rabia que llueva mucho,
demasiada agua, no va a entrar el carro del ICBF, no va a entrar el carro a llevarnos la
comida, hoy en día a uno le da igual si llueve o no porque uno ya no está interesado en la
siembra, porque todo el Estado nos lo trae” [mujer comunidad Amuchen, Uribia]. El espacio
de reflexión que puede abrir un grupo focal, permitió en algunas comunidades discutieran
acerca de la importancia de rescatar prácticas ancestrales que han caído en desuso “pero
sí es bueno uno volver a rescatar eso, usos y costumbres y los ancestrales, todo eso lo
hemos venido perdiendo, porque los alijunas nos lo han traído todo, ya los padres de
familia no se preocupan por llevar un niño a control, ahí está la psicosocial, ahí está la
trabajadora social, ahí está la enfermera que es la que se tiene que hacer cargo, para eso
trabaja, para eso gana plata, a costilla de nuestros hijos, uno dice, antes no era así”. “El
wayuu, uno es así, espera la plata para irse a un billar, para ir a hartar cerveza, y si quedó
le da un poquito a la mujer para que compre la comida, entonces qué pasa, el Estado nos
mal acostumbró a nosotros los wayuu”, “ahora somos muy conchudos, ya no quieren
trabajar sino que esperarán vivir de lo que le trae el gobierno y si no les traen hacen huelga,
88 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
hacen paro, no le interesa llevar el hijo al colegio, simplemente le interesa el recurso que
le pueda dar el maestro”. Adicionalmente se reflexionó acerca del agua del jagüey y los
motivos por los cuales no se usa como antes. “Se perdió el agua del jagüey, esa es la que
nosotros bebíamos, ¿por qué? Porque nos acostumbramos que en bolsita, ahora nosotros
no queremos tomar agua de jagüey, ¿por qué ahora nos hace daño el agua del jagüey si
era la que antes tomábamos? Algunos ancianos todavía beben agua del jagüey. El agua
del jagüey ya no se toma porque tenemos el acueducto al frente” [mujer comunidad
Amuchen, Uribia].
En cuanto al manejo propio de las semillas, estas son guardadas e intercambiadas, pero
este intercambio se hace mayoritariamente entre familias, por lo que “la línea de
parentesco es importante para poder compartirlas”19. Para el periodo de lluvias cortas,
“ese periodo más seco, tienen unas semillas, que son resistentes a la sequia que como en
uno o dos aguaceros ya es una cosa increíble, ya comes con eso, como que cae ese
poquito de agua y ya salen maíces, frijoles, que aguantan muy bien [...] lo cual es muy
importante de pensar también en cambio climático, teniendo en cuenta que la
desertificación sigue avanzando, ahí, hay una riqueza genética súper importante“19. El uso
de esta semilla en un proyecto que busca mejorar la capacidad de respuesta frente a la
sequía es fundamental, por un lado para valorar y fortalecer el uso del germoplasma propio
del territorio y por otro lado, para mantener vivos los conocimientos de su selección,
almacenamiento, y reproducción.
Las tendencias recogidas en esta discusión, ponen en evidencia nuevamente las tensiones
que existen en estas comunidades donde ambas creencias coexisten. Son pocas las
prácticas tradicionales mencionadas, lo que puede por un lado ser resultado de la misma
tensión, la cual inhibe la mención de rituales o prácticas wayuu, o puede tratarse del olvido
de estas, al no estar vigente su práctica como antes. Sin embargo, esta última opción es
menos probable pues tanto en las entrevistas individuales como en los grupos focales se
evidencia una memoria colectiva de estos saberes.
Según lo reportado por los participantes, poco se transmite hoy en día los conocimientos
ancestrales a las nuevas generaciones. En una comunidad se reportó la transmisión del
conocimiento ancestral, en la institución etnoeducativa a la que asisten los jóvenes. Una
sabedora de la región hace un recorrido por todos los centros educativos hablando de los
90 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
usos y costumbres de los wayuu (de media hora a una hora todas las semanas). Entre las
enseñanzas que se transmiten en el hogar, las más mencionadas son la siembra y el
pastoreo, no obstante, según el reporte de algunas comunidades, es poco el interés de los
jóvenes por la cultura indígena. En algunas comunidades se dice que este conocimiento
no se transmite, sin embargo al indagar con algunos jóvenes asistentes al ejercicio, dicen
conocer los rituales aunque no los practiquen. Los adultos comentan que a los jóvenes lo
que les interesa es adoptar las costumbres de los alijunas. "Ya no se pintan la cara con la
mascarilla tradicional que protege mucho la piel", "no les gustan los trajes tradicionales, se
burlan, no se maquillan, les da pena". Se menciona en algunas comunidades, con
preocupación, la falta de respeto de los jóvenes hacía los mayores y la conformación de
pandillas que han aumentado la delincuencia de la región.
El ocupar a los jóvenes en las actividades de los proyectos que llegan al territorio,
vinculándolos como actores activos, parece un punto importante a tener en cuenta en la
formulación y ejecución, con el objetivo de que exista un relevo generacional de saberes y
que estos encuentren espacios de esparcimiento y desarrollo personal que sean un aporte
tanto para su crecimiento personal como para su comunidad. De acuerdo con la revisión
documental, la falta de fuerza de trabajo joven es una de las mayores dificultades para la
realización de trabajos en las rozas, y el trabajo lo realizan mayoritariamente los mayores
de las familias. Es necesario indagar más a profundidad si la migración de wayuus y
venezolanos de los últimos años ha aportado mano de obra joven a esta labor. Sin
embargo, de acuerdo con lo que afirma la comunidad, quienes se dedican al pastoreo y la
agricultura son quienes no migraron, mientras que los que retornan o llegan por primera
vez al territorio, no se adaptan a estas labores. “Quienes han llegado se han dedicado al
comercio, y a las cosas que aprendieron en el medio urbano”23.
En lo que respecta al rol activo de los jóvenes, la nutricionista Marcia Chapetón hace un
llamado a la importancia de empoderarlos y capacitarlos para que sean jóvenes
interesados en su comunidad los que acompañen a las autoridades tradicionales “porque
muchos jóvenes si hablan español”. El empoderamiento de este sector de la población es
clave para los procesos sociales y comunitarios en La Guajira, en este territorio donde la
población ha perdido la confianza y se encuentra resignada a que lo que tienen es lo que
pueden tener. Hay una actitud de “me resigno, no hago mucho porque tampoco tengo la
fuerza, no tengo las herramientas, no sé cómo hacerlo. Lo que hemos aprendido en el
trabajo de estos años es que cuando la comunidad está fortalecida, la comunidad sabe
qué son sus derechos, qué se le deben garantizar, ellos mismos lo gestionan y ellos
mismos se vuelven fuertes y ellos mismos se organizan”18.
“En muchos casos, cuando llega un líder que es el que habla español y es quien tiene
comunicación con los de la alcaldía y la gobernación, entonces esa intermediación hace
que muchas veces las comunidades no reciban lo que se está gestionando en teoría para
ellos. El lograr fortalecer las capacidades de las autoridades tradicionales aun sin hablar
español, si ellos conocen las herramientas legales que tienen y de protección de sus
derechos, ellos lo pueden gestionar en wayuunaiki. Claro, se requiere un traductor, pero
Capítulo 6 91
un traductor que esté capacitado, fortalecido y empoderado para el trabajo común, para el
bien común, no para intereses económicos personales o de bienes”. “Los wayuu son muy
fuertes, sin embargo el mismo tema de cómo han sido tratados históricamente, hace que
ellos de alguna manera, agachen su cabeza, y lo que hay es lo que podemos tener y no
merecemos más y no tenemos más. Por eso ese fortalecimiento interno es súper clave
para lograr metas reales de bienestar interno, no numéricas, sino de bienestar de las
comunidades”18.
Los testimonios que manifiestan que la siembra y otras actividades productivas, han sido
abandonadas desde que el Estado lleva ayudas a las comunidades, ponen en evidencia
los efectos del asistencialismo. Por supuesto que ante una situación de emergencia son
necesarias las ayudas, pero quedarse en la entrega de paquetes alimentarios ha generado
una dependencia en las comunidades, con unas repercusiones a largo plazo que
94 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
«Mi padre decía que en la actualidad no llueve porque los wayuu han dejado de consumir
los frutos de la madre tierra y ahora prefieren las comidas de los alijuna; anteriormente la
gente casi no se enfermaba porque consumían los productos frescos del campo, ahora
consumen muchos alimentos enlatados y con químicos. Otras de las cosas que incide en
que no haya lluvia es que los wayuu ya no la invocan con el baile de la yonna» (Ministerio
de Cultura, 2014, pág. 38) El cambio en la cocina tradicional, herencia de los diferentes
contactos interétnicos, se ha dado entre otras razones por las alteraciones en el clima, la
preferencia de lo foráneo sobre lo local y la perdida por desuso, de los conocimientos
agropecuarios y culinarios.
∗∗∗
Por otro lado, se encuentra una estrecha relación entre la pérdida de prácticas agrícolas y
la presión de la evangelización que lleva a abandonar creencias propias de la cosmología
wayuu, manifestada por varios de los actores participantes del estudio. La pérdida de
24
Genéticamente Modificada
Capítulo 7 95
∗∗∗
96 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
***
El pueblo wayuu es un pueblo del maíz, por esta razón, la selección de los alimentos para
el consumo se encuentra atravesada por los hábitos alimentarios y culinarios en torno a
este alimento. No obstante, el conocimiento para el aprovechamiento de la biodiversidad
del territorio va desde el consumo de semillas hasta la búsqueda de purá 25 en los
hormigueros, con el que se pueden hacer diferentes preparaciones, como por ejemplo la
mazamorra. Las investigaciones que han documentado el consumo de frutos silvestres de
recolección, constituyen un insumo importante a la hora de buscar soluciones endógenas
a la crisis alimentaria. Explorar y fortalecer la cocina tradicional que guarda la memoria de
los productos estacionales, ayudará a mantener viva la biodiversidad y permitirá a los
wayuu ganar confianza en su territorio y recursos.
25
Restos de millo, de maíz, de frijol, entre otros, que las mujeres wayuu han cortado de las huertas,
y que las hormigas han almacenado en una forma de peloticas
98 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
ser igual23. La manera en que esta carne es conservada una vez que se sacrifica el animal,
nos conecta con una noción de inocuidad, donde, mediante un salado y secado al sol, se
asegura que una vez ingerida no represente un riesgo biológico, físico o químico.
***
Otro de los hitos que ha sido determinante en la historia wayuu y que sigue incidiendo en
el panorama de su seguridad alimentaria es la relación con Venezuela. Cuando la bonanza
petrolera y la expansión agrícola venezolana, muchas personas migraron buscando un
mejor futuro y otras se fueron por conflictos intrafamiliares. Hoy en día, la profunda crisis
que vive el país tiene repercusiones directas del lado colombiano del territorio wayuu,
donde la presión demográfica y de recursos se ha vuelto insostenible en algunas regiones
como Uribia, que tiene un barrio de invasión con una población que asciende a las 10.000
personas23. Participantes del Proyecto Yanama manifiestan haber ayudado a varios
migrantes venezolanos en retribución por todo lo recibido en tiempos anteriores, esto ha
implicado recibir a una o varias personas en sus casas y apoyarlas mientras que “se
ubican” en alguna labor. En el caso de los wayuu que retornan, estos no son vistos como
migrantes, llegan a su territorio, a su lugar de origen, al lugar donde están enterrados sus
antepasados, esto por un lado ha evitado que la mayoría tengan conflictos y sean
percibidos como invasores, sin embargo sí ha aumentado la presión demográfica en un
medio precario en cuanto a recursos naturales.
***
No se consideró dentro del alcance de este trabajo llegar a un concepto propio de la etnia
wayuu, pues consideramos que el concepto debe salir de ellos mismos. Al no encontrar
registro de una elaboración propia del concepto, esta investigación se propuso acercarse
Capítulo 7 99
Por otro lado el concepto de watta ka'i, que significa ‘perspectiva de bienestar en el futuro’,
nos deja ver, por un lado, que existe en la temporalidad wayuu una idea de algo que existirá
o sucederá en un tiempo posterior al presente, y por otro lado que es una sociedad que
tiene una proyección con respecto a la situación de su pueblo. A partir de estos conceptos,
propios de los wayuu, se puede llegar a esbozar una visión preliminar del manejo del riesgo
alimentario por parte de la comunidad, y cuán distante está de lo considerado deseable
según los ejes de la SAN.
Existe en esta sociedad una noción de la escasez y del aprovisionamiento, que está
documentada por los cronistas coloniales y que demuestra que el hambre en La Guajira
es estacional, se pasa de periodos de lluvias intensas con una gran producción de frutas
silvestres, de recolección, de cacería, de cría de animales y de agricultura, a unos periodos
de sequía que pueden ser supra-anuales. Si son anuales los wayuu tienen patrones de
siembra y almacenamiento para manejarlos, pero si son supra-anuales, no hay reserva
que pueda aguantar, en ninguna ocupación humana, salvo que esté conectada al mercado.
Se destacan en este sentido, como un aporte a la disponibilidad, las técnicas de
conservación de alimentos, especialmente de salado y encurtido que se realizan con el
ganado, el pescado y las semillas.
Otra noción en la cual vale la pena profundizar, es la del hambre, la cual se encuentra
personificada en los relatos míticos, como un wayuu que usa unas flechas y va detrás de
las huellas de los wayuu disparándole a sus pasos, cada vez que una flecha cae sobre una
huella, esa persona siente hambre. El hambre es considerada además como una de las
estaciones por las cuales atraviesa el wayuu, hay incluso un viento de hambre, asociado
a la prolongación de los vientos alisios, periodos para los que las comunidades han
desarrollado toda una serie de estrategias de afrontamiento como el racionamiento de
alimentos y la disminución de comidas al día, como se expresa en los testimonios
recogidos en este estudio, siempre acompañados del maíz, cuando no queda nada más.
En el panorama que presentan los resultados, donde nos encontramos con comunidades
que han perdido la fuerza para gestionar su alimentación, y soñar con un mejor futuro, es
importante iniciar los procesos con un autodiagnóstico donde se visibilicen las capacidades
del lugar y sus habitantes. Así, el éxito de las actividades provendrá del entusiasmo y el
convencimiento de que sus capacidades les permiten trasformar su realidad. Existe un
deseo profundo en todas las comunidades participantes del estudio de trabajar en común
unión. Aprovechar ese deseo para la convocatoria de yanamas en los que se fortalezcan
y valoren los fundamentos de la cultura, terminará con comunidades empoderadas no sólo
en competencias técnicas sino personales y espirituales.
Cuando las personas han pasado toda una vida inmersos en los mismos esquemas
mentales y en los mismos entornos ambientales, se naturalizan situaciones de carencia o
de enfermedad. El rol de las organizaciones de ayuda humanitaria es despertar una
curiosidad en las personas sobre otros escenarios posibles, así como cerciorarse de que
los problemas que se conciben de afuera sean realmente los mismos que conciben las
comunidades desde dentro.
Capítulo 8 Conclusiones
• La necesidad primera por resolver, en términos de seguridad alimentaria, es el
acceso al agua los 365 días del año, antes de llevar un programa que contemple la
producción de alimentos y la entrega de animales, el acceso al liquido vital debe
estar resuelto.
• Al lado de la ontología wayuu tradicional, hay unas ontologías plurales que han
llegado con la urbanización, las migraciones y penetraciones de otro tipo, que
inciden en los patrones de creencias, alimentarios y agrícolas, como es el caso de
la evangelización protestante que ha llevado al abandono de los rituales agrícolas.
• El concepto de bienestar y de salud son los que más se aproximan a lo que sería
encontrarse en un estado de seguridad alimentaria y nutricional, donde las
necesidades básicas de la comunidad están cubiertas.
102 Prácticas y rituales agrícolas wayuu
• Garantizar el acceso al agua los 365 días del año, antes de hacer el montaje de un
sistema de producción de alimentos o la entrega de animales.
• Tener en cuenta que el hato ovino caprino, para la cultura wayuu, constituye un
ahorro y un bien con el cual negociar, su carne es altamente valorada, por lo que
no es consumida en la cotidianidad pero sí en eventos ceremoniales o en
reuniones. Su leche se consume y con ella se producen derivados lácteos, siempre
y cuando la cantidad de leche producida por el animal sea la suficiente 26.
26
Los wayuu consideran que la leche de los animales recién paridos no es buena para la cocina
porque se corta (Ministerio de Cultura, 2014).
Capítulo 9 105
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