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TEMA I: LOS BIENES

Derechos reales y derechos personales.


El derecho real.
El derecho real es una obligación jurídica inmediata y directa entre una
persona y una cosa. Entre los derechos reales, unos se denominan
principales; los demás, accesorios. Estos últimos, accesorios de un derecho
de crédito, constituyen una garantía para el acreedor; por ejemplo la
hipoteca.3
Los derechos reales principales son el derecho de propiedad y sus
desmembraciones: usufructo, uso, habitación, servidumbres reales o
servicios prediales, concesiones. Es preciso agregar la enfiteusis, aun cuando
sea, por si naturaleza, un derecho personal.
El derecho real surge como consecuencia de la referencia patrimonial para
conectar el poder jurídico de una persona sobre una cosa o bien y generar
por consecuencia un título patrimonial. Al tratarse de un derecho real se
tiene un título determinado inmediato, directo y exclusivo sobre
el patrimonio, sea el suyo propio sea el de otra persona, donde su poder
jurídico tiene todo el amparo de la ley. Este poder jurídico y hasta de hecho
es total y absoluto porque comprende el ámbito todo de la cosa afectada
por el derecho, sin que importe una persona determinada, su conducta o
reacción frente al ejercicio del derecho.
Todo titular de un derecho real tiene dos atributos fundamentales
denominados el Ius Persequendi (el derecho de perseguir la cosa de manos
de quien se encuentre) y el derecho de preferencia que implica una ventaja,
prelación o primacía de una persona sobre una cosa determinada, es un
derecho oponible erga onmes.
Todo derecho real es susceptible de posesión.
Cosa es todo aquello que, sin ser una persona, es corporal; todo lo
perceptible por los sentidos. Interesa no confundir la cosa y el derecho que
recae sobre ella. En esa confusión se incurre con frecuencia en lo
concerniente al derecho de propiedad. El estatuto de las cosas se refleja
sobre los derechos.
Según Guillermo L. Allende: "Es un derecho absoluto, de contenido
patrimonial, cuyas normas sustancialmente de orden público, establecen
entre una persona (sujeto activo) y una cosa (objeto) una relación
inmediata, que previa publicidad, obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a
abstenerse de realizar cualquier acto contrario al mismo (obligación
negativa), naciendo para el caso de violación una acción real y que otorga a
sus titulares las ventajas inherentes al iuspersequendi y al iuspraeferendi".
TEMA I: LOS BIENES

Derechos personales.
En la orilla opuesta a los derechos reales aparece el derecho personal (ius
ad rem) como facultad inherente a la persona quien manifiesta su
existencia en la exigencia de conductas de hacer o no hacer; ello
en función que el hombre no puede ser objeto de una relación jurídica,
porque se estima que de ser así quedaría lesionada su dignidad. Es el poder
jurídico que tiene una persona de exigir de otra u otras personas o personas
determinada o determinadas el cumplimiento de una prestación. En
síntesis, es la facultad jurídica, de que una persona es titular, en cuya virtud
se le reconoce el poder de exigir de una persona dada, una prestación
concreta, determinada o determinable.
Al observar que el derecho no se agota en las categorías anteriores surge
la categoría del derecho como entidad abstracta donde el objeto tiene la
posibilidad de contener relaciones o situaciones, pero que también contiene cosas o
bienes inmateriales, intangibles y hasta de ficción, como pueden ser
el derecho al nombre.
También aparece, entonces, los llamados derechos propter rem que son
derechos personales con vinculación a una cosa determinada o a causa o
por razón de la cosa surge la relación jurídica. Algunos autores la califican
como una mixtura que tiene algo de derechos personales y algo de derechos
reales. El ejemplo típico de los derechos propter rem son
los contratos de arrendamiento.
La frontera entre los derechos reales y los personales no aparece tan nítida
ni tan antagónica porque ambos derechos se cruzan en la realidad. Es allí
donde nacen los derechos propter rem y por contrapartida las obligaciones
del mismo nombre denominadas en la doctrina como derechos y
obligaciones in faciendo que se ha calificado como de naturaleza mixta,
porque siendo genuinos derechos de crédito aparecen conectados a
derechos reales. Por eso se dice que estos derechos no tienen autonomía
propia, sino que existen como consecuencia del mismo derecho real, pues el
derecho habiente o el obligado, según el caso, no está determinado sino por
su relación con la cosa.
En el mundo procesal el tratamiento para los derechos propter rem no ha
sido totalmente definido en la jurisprudencia, no obstante que en la
doctrina ha quedado claro. Por ejemplo los bines sujetos a derechos propter
rem, tienen como cautela específica el secuestro al igual que los derechos
reales propiamente dicho.
TEMA I: LOS BIENES

Historia de la clasificación de las cosas en muebles e inmuebles.


La distinción de los muebles y de los inmuebles nació en el derecho romano.
Se fundaba únicamente sobre el criterio extraído de la naturaleza física de
las cosas, por ser el inmueble la cosa fija, no susceptible de traslado. Por
otra parte, esta distinción no presentaba, en Roma, sino una importancia
secundaria. El antiguo derecho la recogió; luego la modifico. Para establecer la
clasificación hizo que interviniera el valor de las cosas
(res mobilis, res vilis) y la periodicidad de los ingresos que producen.
Al fundarse así la clasificación sobre la diferencia de valor, nada impedía ya
extenderla de las cosas a los derechos; los derechos reales son mobiliarios o
inmobiliarios según recaigan sobre cosas muebles o inmuebles; las rentas
inmobiliarias o constituidas se consideran como inmuebles, así como los
oficios enajenados; los créditos, a casusa de la prohibición el préstamo con
intereses, que impedía la producción de rentas periódicas, se alineaban en el
número de los muebles.
Mientras que los muebles se dejaban sin protección por su poco valor, los
inmuebles se conservan en la familia por medio de los regímenes
matrimoniales y del sistema sucesorio. El estatuto jurídico de los inmuebles
es así muy diferente del de los muebles.
Los redactores del Código Civil volvieron al criterio romano, únicamente
sacado de la naturaleza de las cosas. Pero mantuvieron la extensión de la
clasificación a los derechos y dejaron que subsistieran, entre las reglas que
gobiernan a los muebles e inmuebles, las diferencias fundada sobre el escaso
valor de los primeros y el gran valor de los segundo.
De los muebles
No hay más que una categoría de cosas mobiliarias: los muebles por
naturaleza. Son ellos todas las cosas que no se adhieran al suelo y que la ley
no trata como inmuebles por destino. Esta categoría ha llegado a ser muy
importante por el hecho de que se asimilan los créditos que constan en un
título al portador a cosas, y porque esos créditos son numerosísimos.
Un inmueble se convierte en mueble cuando la fijeza de la cosa termina. Y
eso es así tanto para los inmuebles por naturaleza (frutos que caen,
materiales de una casa que se derrumba) como para los inmuebles por
destino: pero, para esta última categoría, la separación debe agregarse la
voluntad del propietario. Cuando se venden casas inmobiliarias con el fin de
separarlas (cosechas
pendientes, arboles, etc.), se consideran tales cosas, en cuanto a la venta,
como muebles (muebles por anticipación).
Los bienes son muebles por su naturaleza o por disposición de la ley.

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